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Resumen de Antecedentes de Investigación
Resumen de Antecedentes de Investigación
• Temas poco investigados y no estructurados, los cuales requieren un esfuerzo para encontrar
lo que escasamente se ha investigado. • Temas no investigados
• Las buenas ideas intrigan, alientan y estimulan al investigador de manera personal. Al elegir
un tema para investigar, y más concretamente una idea, es importante que nos resulte
atractiva, interesante o necesaria
• Las buenas ideas de investigación “no son necesariamente nuevas, pero sí novedosas”. En
muchas ocasiones es necesario actualizar estudios previos, adaptar los planteamientos
derivados de investigaciones efectuadas en contextos diferentes o conducir ciertos
planteamientos a través de nuevos caminos.
• Las buenas ideas de investigación pueden servir para elaborar teorías y solucionar
problemáticas. Una buena idea puede conducir a una investigación que ayude a formular,
integrar o probar una teoría, a iniciar otros estudios que, aunados a la investigación, logren
constituir una teoría o bien, a generar nuevos métodos de recolectar y analizar datos.
• Las buenas ideas pueden fomentar nuevas interrogantes y cuestionamientos. Hay que
encontrar respuestas, pero también es preciso hacer más preguntas. A veces un estudio llega a
generar más preguntas que respuestas.
b) Compartir la idea con amigos y otras personas informadas (en persona y en las redes
sociales en internet) para conocer opiniones, datos y referencias.
Los antecedentes empíricos ponen énfasis a toda la información disponible sobre las unidades
de análisis para el trabajo de campo, por ejemplo, si se trata de personas se puede investigar
de sus cualidades demográficas o las situaciones que atraviesan; en el caso de instituciones, se
podrán localizar datos generales de estas (funciones, recursos u organización interna). Esta
información también puede refrendar la viabilidad de la investigación, al prever si las fuentes
serán receptivas de brindar información al ser interrogadas sistemáticamente, y si posibilitarán
el acceso a sus archivos o miembros. Toda esta información es aquella que se puede obtener
aún sin aplicar técnicas de investigación más allá de la consulta de documentos o sondeos no
sistemáticos.
Los antecedentes históricos, también son accesibles de manera documental. Se pueden incluir
reseñas cronológicas de un acontecimiento, la trayectoria biográfica de algún informante clave
o los orígenes de una institución. Esto supone elaborar también algo de la dimensión histórica
de lo social, inscribir los hechos que se quieren indagar en una trama de sentido histórico, para
poder así desentrañar cómo ha venido transformándose el problema de investigación, si han
aparecido nuevas tendencias, rasgos singulares propios de un contexto cultural, o propios de
una orientación dominante en una corriente mucho más global.
En principio es importante definir qué se entiende por antecedente. Tamayo y Tamayo (2004)
en el texto denominado El Proceso de la Investigación Científica, nos dice:
Por su parte, García (2004) en el libro La Tesis y el trabajo de Tesis menciona los datos o
informaciones que debemos recopilar al momento de precisar uno:
(…) de cada trabajo se cita el título, autor y autores, lugar de presentación, fecha, problema,
objetivo e hipótesis, definición objeto de estudio y aspecto, procedimientos, resultados y
conclusiones. (…) la inclusión de comentarios y apreciaciones del autor o autores del proyecto,
relativas a las aportaciones y a la relación que su propuesta guarda con dichos antecedentes,
son obligados. Pág. 31
Pues bien, ya establecida su definición y la estructura general que debe reunir su redacción al
momento de presentarse en el discurso del trabajo, pasamos a los errores más frecuentes
durante su búsqueda:
1. Ubicar antecedentes por similitudes en los nombres de las investigaciones, sin hacer
una lectura general del trabajo previo al que se pretende desarrollar. Estos casos
obedecen a investigadores que durante las indagaciones se limitan a buscar leyendo
solo los títulos y si estos no se asemejan lo descartan de inmediato.
2. Precisar solo trabajos de investigación presentados para optar al mismo grado que
estos aspiran. Esto quiere decir que no incluyen en su búsqueda investigaciones de
orden superior. Por ejemplo, no toman en cuentan artículos de investigación y si
pretenden alcanzar el título de licenciados, no revisan trabajos de grados elaborados
por maestrantes o tesis doctorales.
3. Redactar los antecedentes limitándose a revisar tan sólo el resumen. Todavía cuando
este apartado de la investigación debería reunir lo más relevante acerca del trabajo, es
obligatorio hacer una revisión general de material para así precisar sus alcances,
vínculos y relaciones.
Luego delimita los años de las investigaciones. Muchas academias exigen antecedentes de
hasta cinco (5) años previos a la investigación en desarrollo.
Otra vía es tan solo colocar en el buscador de Google el tema de la investigación seguido de las
siglas en inglés pdf para así discriminar que solo ubicará documentos en ese formato de
almacenamiento. Con esta acción desechas blogs u otros tipos de documentos que no tienen
peso en estos casos.
En resumen, un antecedente nos pone en contexto, nos hace un piso firme sobre el que
podamos iniciar nuestro trabajo, aclarándonos qué se ha hecho, qué no sobre el tema
escogido y cuáles ya han sido los caminos recorridos para alcanzar resultados en esa área.