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Antecedentes.

Como mujeres artistas, es inevitable contar con un ojo crítico ante lo que pasa en la
sociedad, la política y el mundo, pero hasta hace poco, nuestro paso por el activismo
social nos hizo percatarnos de la evolución y muchas veces involución en el tema de
los derechos de la mujer en nuestro país, a partir de un caso específico:

En Diciembre de 2008, en Baja California fue aprobado el Decreto 175, que


modifica al Art. 7 de la Constitución del Estado para considerar al individuo como
nacido desde el momento de la concepción, para todos los efectos legales, hasta su
muerte natural. Para esto no se consultó ni se informó a la ciudadanía siendo un tema
que afecta directamente su libertad de decisión. Cuando las integrantes del colectivo
Pe.Eme nos enteramos gracias a una imagen publicada sin nota en el diario, decidimos
enterar a la sociedad acerca del decreto y sus repercusiones, para tratar de abatir
este oscurantismo desde nuestra trinchera, el arte.

El mensaje recibido fue: La mujer no tiene poder de decisión sobre su propio


cuerpo. Por ejemplo, una mujer ya no puede elegir no tener al hijo producto de la
violación de su propio padre ya que será juzgada y encarcelada mientras el agresor,
verdadero culpable, seguirá en libertad. La mujer que decida tener al hijo de su
violador no lo hará por convicción, sino porque es la única opción. Tampoco será legal
la suspensión del embarazo si peligra la vida de la mujer, o si ésta es apenas una niña,
por mencionar algunos ejemplos. Más que nunca, la mujer puede ser fácilmente
despojada de sus derechos; el poder de decidir sobre cuestiones que le atañen
directamente, no está en sus manos.
Introducción.

El trabajo que presentamos a continuación, remite a una investigación proyectual


sobre violencia contra la mujer, desde una perspectiva artística y sociosemiótica, que
analiza una escena específica:
la mujer que calla e ignora la violencia a la que es sometida, así como todos aquellos
aspectos que favorecen el silenciamiento, la justificación y la aceptación de la
violencia contra la mujer en la sociedad.

¿Por qué se naturaliza la violencia en contra de la mujer?

Según Pierre Bourdieu, la violencia simbólica es parte de estrategias construidas


socialmente, en el contexto de esquemas asimétricos de poder, caracterizados por la
reproducción de los roles sociales, estatus, género, posición social, categorías
cognitivas, representación evidente de poder y/o estructuras mentales, puestas en
juego cada una o bien todas simultáneamente en su conjunto, como parte de una
reproducción encubierta y sistemática.

Y es que la violencia no se manifiesta solamente a través de un golpe, sino que radica


también en el consenso social de ocultamiento y tolerancia de agresión contra las
mujeres y niñas; en el sometimiento y dominio sobre el cuerpo de la mujer; en una
palabra hiriente; en frases desvalorizantes, así como en tradiciones que provienen de
una estructura de representaciones ligadas a nuestra cultura.

Hacer visible lo invisible.

El producto artístico consiste en una serie de piezas representando diversos


tipos de violencia simbólica contra la mujer, basadas en testimonios reales en donde
el silenciamiento es el hilo conductor de todos los casos estudiados. Para esto
partimos de tres intenciones:

1. Lograr una imagen que resumiera un concepto completo (signo o representamen)


dirigida para crear en la mente del receptor un signo equivalente o uno más
desarrollado. Este signo esta en lugar de algo: su objeto. Hicimos un estudio de
símbolos e iconos; La mujer como elemento principal, con los ojos amoratados, las
extremidades atadas, la boca amordazada, el sexo manipulado, son signos que han
sido asociados con su significado por el uso, y sobre estos trabajamos
creativamente, modelando y recreando el concepto de mujer víctima de violencia
que justifica a su agresor(a).
2. Lograr en el espectador una percepción inmediata a través de la construcción de
un concepto visual (signos) desde el punto de vista artístico y, lo más importante,
que este espectador (interpretante) comprendiera estos signos desde sus distintas
posiciones socioeconómicas o emocionales.

3. Manejo del concepto a partir de distintos ámbitos-campos para evitar confusiones


y lograr el mensaje concreto: Lenguajes legales, sociales, populares, políticos,
etc. El mismo concepto de violencia contra la mujer (objeto delimitado en su
concepto), preocupándonos por la apreciación estética y la
composicóndeloselementossintaxis delaimagen el balance, el equilibrio en las
formas y la simbiosis con el fondo.

Consideramos importante marcar nuestra postura desde el arte, defenderla y


mostrar el discurso con una actitud crítica, sin necesidad ni preocupación de herir
susceptibilidades y a la vez sin utilizar imágenes demasiado explícitas ya que somos
artistas y nuestro trabajo es la representación de la realidad, una representación
distinta a la obviedad.

El proceso consistió en estudiar en primer lugar los casos, leerlos y


desgranarlos. Analizar y considerar lo más objetivamente las razones por las cuales
una mujer no denuncia, justifica y calla la violencia a la que es sometida. Obviamente
es una interpretación y esta es la riqueza de analizar desde el punto de vista del arte
y criticar desde su trinchera, que precisamente trata de tocar fibras sensibles y no
limitarnos a lo que científica o políticamente pueda probarse sino a lo que nuestra
experiencia social pueda llevarnos a concluir.
Como inicio del proceso y después de leer la información tanto legal como de protesta
ya existente en medios alternativos (páginas en línea, principalmente), tuvimos que
identificar el mensaje que nos resultara importante desde el punto de vista de los
derechos humanos y, por qué no decirlo, desde un punto de vista muy personal que
iba desde lo femenino hasta lo feminista y transgresor.

Después de discutir, analizar y reflexionar la percepción, tuvimos que delimitar


el mensaje y la intención que en un momento dado quisiéramos exponer. Así fue como
llegamos a la gráfica del OBJETO: la mujer y el ocultamiento de la violencia a la que
es sometida.

En vista de que el Representamen puede ser en base a tres tipos de signos, y


considerando que el mensaje que pretendíamos transmitir debía ser reconocido
fácilmente, optamos por el signo general o símbolo asociado por el uso, así como los
íconos por la semejanza con la realidad. De esta forma tomamos al rostro de la mujer
y el ojo como ícono, trabajando sobre estas imágenes tratando de hacer visible la
violencia simbólica a partir de frases y elementos en color púrpura, que remiten a los
hematomas. Así pues, el ícono históricamente conocido e identificado fue
remodelado, recreado, trabajado creativamente hasta lograr de manera práctica y
sencilla transmitir la idea de violencia hacia una mujer, que aunque no siempre es
visible, ahí está y las consecuencias son tan dolorosas y difíciles de borrar como la
marca de un golpe.

LA DELIMITACIÓN del concepto se logró después de procesar un signo básico: la


imagen de la mujer agredida, y a esta imagen se le adhirieron otros elementos
complementarios para representar las distintas situaciones:
 Frases desvalorizantes en tonos violáceos para remitir al daño de una contusión
o golpe. (las palabras golpean y lastiman)
 Flores que amordazan, aludiendo a la “recompensa” posterior al maltrato,
cuando el agresor (cónyuge o pareja) manipula con obsequios.
 Audio con frases que fomentan y promueven la violencia.
 Una vagina amordazada con un poema.
 El ve situación que sólo sirve para entretener a las masas y callar las verdades.
 Un gobierno que al parecer opta mejor por la inseguridad e insalubridad que
por la educación.9

En esta ocasión no es apartir de hechos en un marco jurídico, porque


precisamente la violencia simbolica pasa desaparcibida y por lo tanto no es
denunciada. A partir de una investigación de casos en donde la mujer sin duda,
percibe un daño pero duda si es en realidad, violencia.

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