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LAS VENTAJAS DE LA GESTIÓN DEL RIESGO:

LECCIONES RECIENTES, APRENDIDAS EN LOS PAÍSES EN VÍAS DE


DESARROLLO

Dr. Sergio Mora Castro

Ingeniero Geólogo; sergio.moracastro@gmail.com

RESUMEN
En la actualidad, la sociedad es vulnerable y está expuesta a una multitud y variedad de amenazas.
Entre ellas pueden mencionarse la situación financiera internacional, las crisis y conflictos geopolíti-
cos, incremento y volatilidad en los mercados internacionales de los alimentos y combustibles; aumen-
ta la vulnerabilidad ante las amenazas naturales, la preocupación acerca del calentamiento global an-
tropogénico, pandemias que “no respetan” las fronteras de los países, ataques cibernéticos, inseguridad
cada vez mayor, sentimientos prevalentes de incertidumbre, y sobre todo, muchas preguntas sin res-
puesta.

Los impactos recientes en el mundo, derivados de las amenazas naturales, demuestran que una gran
parte del daño pudo haberse evitado si se hubiese aplicado una visión hacia el riesgo, más que hacia el
desastre. A la fecha, estos impactos suman más de un millón de muertos y daños y pérdidas económi-
cas increíbles, para solamente haber transcurrido 1,4% del tercer milenio…! Nos cabe preguntar:
Nuestra visión y estrategia hacia la “gestión del riesgo de desastres”, ¿es efectiva? Por lo visto, pare-
ciera que definitivamente, no estamos haciendo bien las cosas …!

Para confrontar exitosamente el riesgo, parece conveniente evolucionar desde la respuesta no planifi-
cada en las crisis, hacia la gestión integral y proactiva del riesgo.

Pero identificar el riesgo no es suficiente; debe complementarse con su comunicación adecuada hacia
todos los actores sociales, económicos y políticos. Además, conviene identificar también los obstácu-
los y oportunidades a través de la acción pública y privada. Más allá de los recursos individuales, la
gestión del riesgo requiere compartir acciones y responsabilidad en todos los ámbitos de la estructura
social: desde los hogares hasta la comunidad internacional.

Debe aprovecharse que los gobiernos juegan el papel más relevante, por su incidencia en las políticas
públicas y la coordinación de los actores públicos y privados.

Definitivamente, no es aceptable seguir aduciendo ignorancia o excusarse de que la inundación, se-


quía, ciclón, terremoto o erupción volcánica son los peores jamás vistos, o que las capacidades para
enfrentarlos son insuficientes. Más bien, es necesario preguntarse: Nuestro patrimonio social, cultural,
económico y ambiental, ¿está debidamente protegido?

La solución es reforzar el paradigma de asociar la gestión del riesgo con el proceso y planificación del
desarrollo, superar la “gestión del desastre”, recordar que “desarrollo y vulnerabilidad” son incompati-
bles y que gobernar e impulsar el desarrollo se tratan de “anticipar”, con ciencia, ingeniería y política,
asociadas ética y objetivamente.

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