REDUCCIÓN DEL USO DEL MERCURIO

Autores: Karen Acevedo, Angie Ballesteros, Chirley Guzmán y Juan David Gutiérrez.
Universidad de Cundinamarca
04/05/2018
Desde el inicio de la era industrial los niveles de mercurio (Hg) en el ambiente han aumentado

considerablemente, hasta alcanzar concentraciones que afectan los ecosistemas y la salud

humana. El mercurio es un metal pesado, plateado, ubicuo y líquido a temperatura ambiente. En

su forma pura se lo conoce como mercurio elemental (Hg0) (Gaioli, Marisa, Amoedo, Diego, &

González, Daniel, 2012).

El mercurio tiene múltiples usos industriales siendo el mayor uso en la industria minera,

lamentablemente así como tiene un gran campo de aplicación, genera varios impactos al

ambiente y a la salud del ser humano, “siendo la eliminación de este mineral clave, ya que

contamina la cadena trófica, destruye hábitats y fuentes hídricas” (Justicia, 2018).

El mercurio está presente en muchos productos, entre ellos los siguientes: pilas, instrumental

de medida como termómetros y barómetros, interruptores y relés eléctricos en diversos aparatos,

lámparas (incluidos ciertos tipos de bombilla), amalgamas dentales (para empastes), productos

para aclarar la piel y otros cosméticos y productos farmacéuticos (OMS, 2017).

El mercurio es un metal pesado bioacumulable por ende es un contaminante que tiende a

acumularse generando diversas afectaciones al ser humano y animales en el desarrollo de la

cadena trófica, (watershed watch, 2018) afirma que: “El mercurio cuando es liberado al medio

ambiente se transporta por vía aérea, lluvia, nieve o la escorrentía y depositados en nuestros

arroyos y bahías. Las bacterias lo convierten en una forma que se absorbe fácilmente por los

animales y plantas microscópicos, que a su vez son consumidos por animales más grandes y
después llegar al alcance del hombre y así exponerse al mercurio por el consumo de pescado

contaminado con este”.

Hoy en día el mercurio ha venido siendo liberado de forma continua o masiva, su principal

causa es el desarrollo de actividades humanas extensivas afectando principalmente los recursos

suelo y agua, (Lenntech, 1998-2018) afirma que: “Algunas actividades humanas liberan Mercurio

directamente al suelo o al agua, como por ejemplo en la aplicación de fertilizantes en la

agricultura, los vertidos de aguas residuales industriales, actividades de minería, quema de

productos fósiles, entre otros. Todo el Mercurio que es liberado al ambiente eventualmente

terminará en suelos o aguas superficiales”.

Además, el citado contaminante genera una serie de enfermedades y complicaciones en la

salud humana, siendo este unos de los metales pesados más peligrosos de difícil remoción, por lo

que, “todavía no existe un consenso científico internacional sobre el efecto en la salud de las

vacunas que contienen mercurio, y tampoco existe suficiente evidencia que confirme el efecto

cancerígeno y teratógeno del mercurio elemental y los compuestos inorgánicos. Por el contrario,

sí se encontró una asociación clara entre la exposición a compuestos orgánicos del mercurio y el

cáncer. A pesar de la amplia discusión en torno al tema, en Colombia aún no se han publicado

estudios que exploren la asociación entre la utilización de vacunas que contengan componentes

de mercurio y el cáncer” (Casas, I, et-al, 2015), siendo este un tema al que no se dedica y destina

tiempo ni recursos para el desarrollo de estrategias o alternativas para el respectivo tratamiento.

El aumento en la cotización de los metales preciosos en los mercados internacionales ha

producido en la última década un incremento de las actividades extractivas de oro; sin embargo,

en muchos casos estas acciones no han cumplido con los estándares requeridos en la industria
minera, este es el caso del uso de mercurio el cual es ejecutado sin el debido cumplimiento de los

requisitos y mandatos legales vigentes (Ministerio de Minas y Energía, 2016).

Luego de la creación del convenio de Minamata, se generó la Ley 1658 del 2013, la cual

ejerce la misión de proteger de preservar los recursos naturales renovables y la salud humana, con

la reducción o eliminación de uso del mercurio en las principales regiones mineras (Antioquia,

Nariño, Urabá y Chocó) donde se han identificado 318 puntos de emisiones de mercurio pero las

minas, entables o compraventas que figuran en el registro de 2016 son solo 13 (Justicia, 2018),

los cuales no cuentan con un debido control, en los últimos meses, viéndose unas falencias en el

cumplimiento de la ley mencionada.

Se necesitan alternativas que puedan evitar o reducir el uso del mercurio en la minería de

oro, donde lo utilizan a menudo “para separar el metal del mineral, y generalmente lo manejan

personas cuya conciencia de los riesgos que implica, capacitación para minimizar esos riesgos y

disponibilidad de equipo de seguridad son mínimas o nulas” (UNIDO, 2008), debido a que la

minería artesanal cuenta con pocos recursos y poca disponibilidad ante agentes que promuevan

las buenas prácticas y los asuntos de seguridad y salud en el trabajo. Teniendo en cuenta esto,

este sector promueve el uso de recursos de bajo costo, que tengan las funciones necesarias para la

extracción de este metal, por esto “el uso de mercurio es generalmente el método dominante y

preferido de extracción de oro en este sector, ya que se considera bastante fácil de utilizar y no es

costoso” (UNIDO, 2008), pero este genera subproductos debido a que “el mercurio se adhiere al

oro, formando una amalgama que facilita su separación de la roca, arena u otro material. Luego

se calienta la amalgama para que se evapore el mercurio y quede el oro. Se usan varias técnicas

diferentes que liberan distintas cantidades de mercurio” (UNIDO, 2008).

 Luego de evidenciar, los subproductos que genera la utilización de mercurio en el sector de

minería artesanal, Colombia se puso al tanto en la investigación del mercurio donde se evaluaron

varias alternativas, una de ellas “consiste en reemplazar las bateas de los barequeros por

canalones de aluminio, lo que los obliga a no usar mercurio, porque contaminarían el oro con la

mezcla. Esto mejora el rendimiento en la recuperación del oro y no utiliza químicos. Se trata de

un canalón retráctil que funciona con gravedad, mediante el cual la tierra y el agua recorren el

mecanismo que atrapa el oro en unas celdas pequeñas, en las que el minero lo recupera” (Arango,

2017).

La segunda alternativa se da en conjunto con la universidad nacional, la universidad

tecnológica de Chocó y la entidad ambiental Codechocó, que están interesados en implementarlo

en el departamento de Chocó, la cual es la “flotación espumante, técnica estudiada por

Bustamante, es una de las propuestas que consiste en la utilización de reactivos químicos para la

separación de minerales, que terminan por producir una espuma donde se concentra el oro. Con

esta alternativa la idea es que la recuperación del mineral sea del 100%, mientras que con el uso

de mercurio no alcanza a ser del 40%, aunque depende de muchos fenómenos como el tamaño de

la partícula del oro” (UNAL, 2015).

Además de ello, hoy en día se han venido desarrollando tecnologías con el fin de reducir la

problemática del mercurio y hacer posible una remoción eficiente del mercurio donde este se

encuentre, “una tecnología promisoria para la descontaminación de estos residuos industriales es

la foto electrocatálisis , combinación de la electrólisis y la fotocatálisis, con la cual se logra la

separación de las zonas de reacción anódica y catódica y a su vez, se genera una fotocorriente por

la iluminación del ánodo, lo que disminuye el consumo energético del proceso electrolítico.

(Panqueva, N, et-al, 2013).

 En el sector de la salud, también se cuenta con la utilización de este metal, pues se encuentra

en los esfigmomanómetros y en los termómetros (Infobae, 2009), insumos que son necesarios

para las practicas hospitalarias, teniendo en cuenta esto es forzoso adoptar los pasos necesarios

para reemplazar el mercurio y dicten políticas públicas que eliminen estos insumos y dispositivos

de las compras.

Es indispensable entonces, buscar estrategias sostenibles para suprimir definitivamente el uso

del Mercurio en las actividades más comunes. Sustituir productos que contienen mercurio y

procesos que lo utilizan con productos y procesos sin mercurio puede ser una de las medidas

preventivas que más pueden influir en todo el flujo del mercurio en la economía y el medio

ambiente. Los sustitutos son, en su mayoría, rentables, sobre todo porque su demanda es cada vez

mayor. En este grupo de medidas cabe también la conversión a tecnologías sin combustibles

fósiles en las plantas generadoras que hasta ahora los utilizan. Sin embargo, sería un error

suponer que la sustitución es siempre la mejor opción. Por ejemplo, en el caso de las lámparas

fluorescentes de eficiencia energética, mientras no haya sustituto competitivo que no use

mercurio, desde la perspectiva del ciclo de vida del producto es preferible utilizar una lámpara de

eficiencia energética que contenga mercurio que utilizar una lámpara fluorescente común, menos

eficiente, que no contenga mercurio, en vista de las prácticas actuales de producción de

electricidad (PNUMA, 2002, p.17).

Durante décadas se ha sabido que la contaminación por mercurio causa daños graves a la salud

humana y el medio ambiente. Hasta hace poco, los gobiernos se habían opuesto a muchas de las

medidas de control necesarias para reducir al mínimo la contaminación por mercurio. Existe

ahora la esperanza de que esto cambie. Debido a la naturaleza mundial de la contaminación por

mercurio, es esencial que exista un movimiento mundial de ONG y otras organizaciones de la

sociedad civil, trabajando juntas en la búsqueda de soluciones. La Red Internacional de

Eliminación de los COP (IPEN) está comprometida con la construcción y fortalecimiento de este

movimiento (Weinberg, J., 2007, p. 161).

Según el documento “PRODUCCIÓN MÁS LIMPIA EN LA MINERÍA DEL ORO EN

COLOMBIA” por la subdirección de planeación minera del 2007, es posible a largo plazo

eliminar el uso del mercurio, del cianuro y otras sustancias tóxicas de la minería haciendo uso

optimizado del mercurio y del cianuro, vertimientos y emisiones y sus efectos prevenidos,

mitigados y controlados. Afirmaciones que son alentadoras y motivan a seguir buscando la forma

de eliminar finalmente el Mercurio del medio ambiente y de la vida de los seres humanos, para

tener finalmente una calidad de vida buena y justa (Unidad de planeación mineroenergética,

2007, p.60)
 REFERENCIAS

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