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Comunicar persuadiendo:

técnicas para conseguir el cambio


G io r g io N a r d o n e y A l e s s a n d r o S a l v in i

El diálogo estratégico
Comunicar persuadiendo:
técnicas para conseguir el cambio

H erder
índice
In tro d u c c ió n ...................................................................................................... 9

1. El descubrimiento de lo olvidado............................................. 11
1. El diálogo, la dialógica y la dialéctica: las formas sutiles
de la persuasión....................................................................... 11
2. Conocer cambiando: el diálogo estratégico...................... 23

2. La estructura del diálogo estratégico........................................ 43


1. Las preguntas con ilusión de alternativas......................... 43
2. Las paráfrasis reestructurantes.............................................. 48
3. Evocar sensaciones................................................................. 51
4. Resumir para redefinir .......................................................... 54
5. Prescribir como descubrimiento conjunto....................... 56

3. El diálogo estratégico en acción: ejemplos de tecnología


mágica............................................................................................. 59
Caso I: dismorfofobia.................................................................. 60
Caso II: depresión de ejecutivo................................................. 69
Título original: II dialogo strategico Caso III: vom iting ......................................................................... 77
Traducción: Jordi Bargalló
Caso IV: ataques de pánico........................................................ 97
Diseño de la cubierta: Gabriel Nunes

1.a edición 4. El diálogo sobre el diálogo.......................................................... 117


© 2004, Ponte alie Grazie srl, M ilano
© 2011, Herder Editorial S.L. Barcelona Bibliografía........................................................................................... 129

ISBN: 978-84-254-2843-2

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Herder
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í
Introducción

Este libro representa al mismo tiempo el punto de llegada y el de


partida de un recorrido de investigación, aplicación clínica y consul-
toría empresarial, realizado a lo largo de más de quince años en el
Centro di Terapia Strategica de Arezzo, después de su fundación a
cargo de Giorgio Nardone y Paul Watzlawick. Este camino se debe
al esfuerzo y a la contribución tanto de los autores como de muchas
otras personas: colegas, colaboradores e investigadores italianos y
extranjeros, y pacientes, a menudo no conscientes de la ayuda ofre­
cida durante nuestros diálogos.
«Punto de llegada» porque el diálogo estratégico o la técnica
evolucionada para dirigir un coloquio «terapéutico» capaz de inducir
cambios radicales en el interlocutor representa la síntesis de todo lo
que se ha llevado a cabo anteriormente. Esta refinada estrategia para
obtener el máximo con el m ínim o se ha llegado a formar a través
de una evolución natural de la anterior formulación de modelos de
intervención específicos para patologías concretas, compuestos por
estratagemas terapéuticas y por una secuencia de maniobras construi­
das a propósito para los diferentes tipos de problemas. Ha sido, pre­
cisamente, el éxito de estos protocolos en cuanto a eficacia y eficien­
cia terapéutica el que ha llevado a estructurar la primera entrevista
como una verdadera intervención más que como una fase preliminar.
De este modo, las preguntas han llegado a ser cada vez más estraté­
gicas, las paráfrasis más reestructurantes, el lenguaje más evocador
de sensaciones y, finalmente, las prescripciones se han convertido en
la evolución espontánea del diálogo realizado de forma estratégica,
en lugar de una inducción forzada. De esta forma, conocer los proble­
mas a través de sus soluciones se ha convertido, de ser un constructo

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y método de investigación, en lógica operativa y estratégica para la
primera, y a menudo única, entrevista de terapia o consulta.
«Punto de partida», en cuanto al perfeccionamiento de la téc­
nica del diálogo estratégico y su experimentación, con sorprendentes
efectos ya sea promoviendo cambios, ya sea en sus posibles aplica­
ciones en contextos diferentes, que ha abierto nuevas y prometedo­ 1. El descubrimiento de lo olvidado1
ras perspectivas de investigación y de intervención. Esto, desde
nuestro punto de vista, se debe al hecho de que los cambios induci­
dos no son el producto de directrices que el «experto» da al «inex­ «No es necesario violentar la naturaleza,
perto», sino el fruto de descubrimientos conjuntos tras un diálogo sino persuadirla.»
sabiamente estructurado para este fin. E p ic u r o
De este modo se elimina la resistencia natural que todo sistema
humano, individual o no, opone al cambio de su equilibrio aunque
este represente sufrimiento o sea incluso patológico; más bien, me­ 1. El diálogo, la dialógica y la dialéctica: las formas
diante el diálogo estratégico esta limitación se convierte en recurso, sutiles de la persuasión
porque el terapeuta, como un sabio estratega, con sabias maniobras,
guía a su interlocutor a ser el actor protagonista de la escena, de «No hay nada nuevo bajo este cielo, solo lo olvidado.» Las palabras
modo que se persuada de lo que él mismo siente y descubre. de Santajana sirven para la más actual, y al mismo tiempo antigua,
La «magia» de esta técnica reside en su rompedora esencialidad, forma de comunicación persuasiva: e l arte d el «diálogo».
o, parafraseando a los primeros Siete Sabios de la tradición helena, Este es el motivo por el que nos es grato iniciar nuestra exposición
«nada en exceso, solo lo necesario». con un breve resumen histórico relativo al uso del diálogo como instru­
mento de persuasión, tanto en la comunicación escrita como en la oral.
La utilización con fines estratégicos de esta estratagema retórica,
en efecto, ahonda sus raíces en la historia de la civilización. Ya el
significado etimológico de diálogo, dia-logos, «inteligencia a dos,
intercambio de inteligencias o encuentro de inteligencias», hace
referencia a un acto de comunicación a través del cual se consigue
un conocimiento nuevo, se descubre conjuntamente algo más de lo
que se puede descubrir solo.
En sus variadas formas, el diálogo representa el artificio retórico,
quizá, más utilizado en la historia del pensamiento humano y de su
divulgación.

1. Este capítulo ha sido redactado con la colaboración de la doctora Simona


De Antoniis.

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No por casualidad es la forma de exposición que más se repite riera su doctrina, llevaba consigo a un grupo de seguidores que iban
en las disertaciones científicas, religiosas y filosóficas, tanto en el tras él, dispuestos en dos filas. Apenas se paraba Protágoras, las per­
mundo occidental como en el oriental. sonas que iban detrás se distribuían a sus lados, como formando los
Pensemos en el conocido diálogo referido por los primeros bastidores de un teatro, para volver a colocarse detrás cuando volvía
profetas entre Dios y el diablo, en el que el Maligno induce a Dios a caminar. En definitiva, todo estaba estudiado, hasta los más míni­
a que torture a Job, su más devoto creyente, para poner a prueba su mos detalles, incluso el lenguaje no verbal y los efectos escénicos.
verdadera devoción, pero sobre todo consideremos el gran número El diálogo es elevado a técnica retórica, precisamente, por los
de pensadores que, dialogando con sus propios interlocutores, han sofistas y, como tal, incluido entre las disciplinas que los hombres,
podido difundir sus ideas y convencer de su validez. He aquí por miembros del nuevo estado democrático, estudiaban para ennoble­
qué, creemos, el diálogo representa un instrumento extraordinario. cerse a sí mismos. De hecho, el saber, según Protágoras, consiste en
El lector, por lo tanto, tendrá que perdonar nuestra digresión histó­ el acervo de conocimientos capaz de implicar activamente al mayor
rica, no necesariamente exhaustiva, de ejemplos del uso persuasivo número de personas en la sociedad; es un saber práctico más que
del diálogo. teórico, que se basa en una síntesis de disposiciones naturales y
Esto, sin duda, no es para defender o atacar ninguna posición ejercicio constante. Así, el filósofo se ocupa de la importancia de la
ideológica, sino para poner de manifiesto el formidable poder de esta palabra, estudia la metáfora, el lenguaje, la forma aforística y los
estratagema retórica. métodos de la argumentación a través de lógicas no ordinarias. Según
El primero en servirse de la eficacia persuasiva del lenguaje fue algunos, Protágoras fue alumno de Demócrito, el que por primera
Protágoras, el exponente principal de los grandes sofistas de la anti­ vez cree que la materia consiste en pequeñas sustancias infinitas y el
gua Grecia. Sabio maestro, Protágoras hace uso de la eristiké téchne, primero en hablar de átomos. Por desgracia, de sus escritos casi no
«arte del disputar», con el objetivo de persuadir al interlocutor de su ha quedado nada, ya que sus obras, más de un centenar, fueron
propia tesis (Abbagnano, 1993; Volpi, 1991). Un arte fundado en quemadas en la plaza pública de Atenas por la acusación de impiedad
hacer preguntas más que en proponer afirmaciones; preguntas es­ (Diels-Kranz, 1981). Protágoras afirmaba: «El hombre es la medida
tructuradas sucesivamente para hacer evolucionar las respuestas del de todas las cosas» y, respecto a los dioses, sostenía que no era posi­
interlocutor en la dirección deseada por el persuasor. El secreto re­ ble aceptar «ni que existen, ni que no existen» (Diógenes Laercio, IX,
sidía en evitar contrastar las convicciones que se querían deconstruir 51): una posición sin prejuicios, radicalmente relativista y en oposición
con contraafirmaciones; guiando, en cambio, al interlocutor a des­ a cualquier forma de ortodoxia o verdad revelada. Protágoras ense­
cubrir las alternativas a través de preguntas sabiamente propuestas. ñaba y practicaba un relativismo cognoscitivo, no moral, sostenien­
De esta manera, este se convencía de que las tesis sobre las que al do que el sabio, con las armas del discurso y de la elocuencia, dirige
final estaba de acuerdo eran un descubrimiento suyo, no propuestas al interlocutor hacia lo que es más correcto para él y más útil para
o imposiciones. su devenir. Su técnica refinada fue tachada como deseo ilícito de
Urdido de esta forma, el diálogo requería capacidades sugestivas indagar de modo fraudulento en los problemas físicos y morales,
y en cierto modo «teatrales», y Protágoras, verdadero experto, había fuente de escepticismo religioso e instrumento de manipulación
creado incluso una escenografía con el objetivo de presentarse a sí deshonesta mediante los artificios de la sofística. Ironías de la fortu­
mismo a quien reclamaba sus «costosos» servicios. En efecto, cuando na, Protágoras y Sócrates, a pesar de ser rivales, compartieron la
este se presentaba en casa de un noble, convocado para que impar- misma condena: impiedad.

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En contraposición al diálogo erístico, que era una pura técnica monio doctrinal del maestro; escribe en nombre de un saber «abier­
retórica sin ninguna asunción ideológica, sino al contrario, instru­ to»; sin embargo, esta declaración es, en sí misma, un recurso
mento para convencer al interlocutor de cualquier tesis, como afir­ retórico persuasivo. En sus diálogos, 34 en total, Platón concede la
maba el gran sofista Gorgias, Sócrates practica la dialéctica, es decir, palabra a muchos filósofos importantes, haciéndolos hablar a todos,
el diálogo orientado a la búsqueda de la «verdad», no a la negación sí, pero a su manera. La figura de Sócrates es exaltada, él es casi
de la opinión de la tesis adversaria. Su técnica consistía en admitir siempre el personaje principal, en polémica con los sofistas, a los que
en vía de hipótesis las afirmaciones del interlocutor y en hacer ver atribuye afirmaciones extremas e indignas. También él utilizó el
que, de aquellos presupuestos, se llegaba a consecuencias inaceptables; «diálogo retórico» como recurso literario persuasivo (Boorstin, 2003).
la intención era ayudar al interlocutor a alcanzar, con su misma razón, Solamente en los diálogos más maduros y más ricos presentará y
nuevas verdades. defenderá explícitamente los hitos de su propio pensamiento. En los
Mientras Protágoras y los sofistas fueron tachados de mistifica­ diálogos juveniles, Platón despeja el terreno de las tesis opuestas a
dores de la palabra, y la importancia de su influencia en la filosofía su sistema. En otras palabras, hace que los pensadores que le habían
posterior fue subestimada, la huella socrática ha marcado el pensa­ precedido, incluidos Protágoras, Gorgias, Sócrates, sostengan tesis
miento occidental. Todo Occidente señala a Sócrates como iniciador funcionales al desarrollo de su procedimiento dialéctico. Y estas tesis
del método de investigación que se basa en la razón: su famosa afir­ han influido tanto en las teorías posteriores que han llevado a Whi-
mación «conócete a ti mismo» es el fundamento del racionalismo y tehead a declarar que «toda la filosofía, en casi veinte siglos, no es
de la idea de que para cambiar alguna cosa se necesita conocerla; de más que una serie de notas a pie de página de las afirmaciones de
la convicción según la cual, a través de procedimientos lógico-racio- Platón». Paradójicamente, podemos afirmar, por lo tanto, que el
nales es posible comprender los fenómenos, explicarlos y, en conse­ primer «gran impostor del pensamiento escrito» ha condicionado,
cuencia, intervenir sobre ellos. Nace la que podríamos definir con gracias a su capacidad expositiva basada en el recurso del diálogo, el
Nietzsche «ilusión racionalista». desarrollo del pensamiento filosófico durante casi veinte siglos.
Sócrates retoma las técnicas retóricas de Protágoras pero las En Menón, Platón formula por primera vez la teoría de la remi­
transforma en algo sustancialmente diferente: un instrumento de niscencia. En este famoso diálogo, Sócrates, a través de preguntas
búsqueda de la verdad dentro de la experiencia del individuo. La oportunas, consigue hacer que un esclavo, completamente ignoran­
dialéctica ayuda al individuo a conocerse a sí mismo y la realidad te en geometría, llegue por sí mismo a demostrar el teorema de Pi-
que lo rodea. tágoras. Esto es posible, sostiene Platón, no porque un sabio empleo
En línea con la idea de un arte «mayéutico», más que «retórico», del lenguaje pueda persuadir de cualquier creencia, como sostenían
Sócrates renuncia a escribir y lo hace como opción, enfatizando los sofistas, sino porque el hombre lleva en sí mismo el conocimien­
de este modo el carácter irrepetible de la búsqueda dialéctica. Al to y depende del arte mayéutico del filósofo el hecho de «hacer salir»
silencio literario de Sócrates hacen eco los escritos de su discípulo este patrimonio. Por lo que el conocimiento vuelve a ser un concep­
Platón, casualmente en forma de diálogo. Una producción vastísi­ to definible de forma absoluta, no es una praxis relativa al hombre
ma, una fuerza persuasiva que ha influenciado la filosofía de los como individuo que juzga; ya no es el hombre que mide la verdad, co­
siglos posteriores. mo querían Protágoras y los sofistas, o que la hace emerger a través
Aunque se presenta oficialmente como depositario de las ense­ de la razón, como indicaba Sócrates; es la verdad metafísica, son las
ñanzas de Sócrates, no duda en sus escritos en ir más allá del patri­ «ideas absolutas» que «miden» al hombre, que lo definen y que le

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rían las reglas del pensar y del vivir. Es así como Platón traiciona a considera su base persuasiva. Desde esta perspectiva pueden ser
su maestro y su investigación libre de dogmas para introducir su usados como un manual de técnicas para el ejercicio de la influencia
propia ideología absolutista. psicológica. Por esto, Platón puede ser considerado el maestro de la
Y para este fin, para imponer las «ideas absolutas», Platón in­ persuasión filosófica mediante la escritura. De hecho, precisamente
cluso no desdeña la retórica sofista, sino que la utiliza.' gracias al éxito de la obra de Platón, el artificio literario del diálogo
«Un discurso claro y perfecto está determinado por cuatro cosas: se convierte en la estratagema retórica de los grandes historiadores
lo que se necesita decir, cuánto se necesita decir, las personas a las griegos y latinos, Plutarco, Herodoto, Luciano (Boorstin, 2001).
que hay que dirigirse y el tiempo en que se necesita decirlo. Lo que A continuación, Aristóteles, alumno de Platón, desarrolló la
se necesita decir ha de parecer útil a quien escucha; cuánto se nece­ dialéctica basada en la lógica del «verdadero-falso» y del «tercero
sita decir debe ser, ni más ni menos, lo que es suficiente para hacer­ excluido». De ahí en adelante la retórica de la persuasión, en la ló­
se entender; respecto a las personas a quienes se dirige, hay que te­ gica y en la ciencia quedó relegada a un mero procedimiento de
nerlo muy en cuenta; respecto al tiempo, hay que hablar en el explicaciones por «silogismos», o mediante procedimientos deducti­
momento oportuno, ni antes, ni después. De otro modo, no se vos rígidamente reductivistas, del tipo: «si es blanco, no es negro»
hablará bien y nos dirigiremos hacia el fracaso» (Roncoroni, 1993). o «todos los perros tienen cuatro patas; tiene cuatro patas, por lo
Por lo que parece, para demostrar la verdad, él podía estar no tanto es un perro»...
muy ligado a ella. Sin embargo, en este caso, es realmente ambivalente leer Retóri­
El hecho de que una cosa sea real o sea falsa depende de la for­ ca a Alejandro, porque en este libro -partiendo de la más inquisito­
ma que la representa para hacerla verdadera; la eficacia persuasiva de ria acusación en relación con los sofistas, definidos como mentirosos
los diálogos platónicos es una de las pruebas más desarmantes. deshonestos, llevada a cabo en su Confutaciones Sofísticas—Aristóteles
Con su habilidad expositiva, Platón consiguió presentar a la propone a su príncipe una serie de técnicas de comunicación real­
humanidad algo suyo como si fuera una verdad universal. mente «sofísticas», como por ejemplo: «si quieres persuadir a alguien
La dialéctica platónica es inductiva, avanza de proposición en hazlo a través de sus mismos argumentos».
proposición, de concepto en concepto hasta la verdad general, a los El diálogo, como forma de retórica de la persuasión, no solo
principios, a las «ideas», a la metafísica. Este es el motivo por el que dentro de los textos sino también de las disputas verbales, es la base de
Platón siempre ha gustado tanto a los religiosos, depositarios de la búsqueda del conocimiento y de la verdad del movimiento filo­
la verdad más absoluta, la de Dios. En efecto, en los diálogos de la sófico de la Escolástica, la filosofía cristiana del medievo.
madurez se encuentra la primera aparición, en la historia de la filo­ En las universidades medievales se desarrollaron numerosas
sofía, de la idea de verdad absoluta. Filosofía y fe se unen. Y, según estrategias retóricas para sostener con éxito las disputas intelectuales;
Platón en La República, quien no reconoce la verdad ha de ser rele­ el diálogo se convierte en el instrumento para llevar al hombre a
gado fuera de la polis para ser reeducado hasta que acepte la verdad, hacer propia la verdad revelada a través de las Sagradas Escrituras.
tras lo cual podrá ser reintroducido en la ciudad. Florece, de este modo, «el diálogo religioso»: en forma oral, en las
Bertrand Russell, en uno de sus Ensayos impopulares (1950), ha disputas entre teólogos sobre los dogmas de la iglesia, y en forma
llegado a considerar un auténtico «escándalo» la admiración que la escrita, en los tratados eclesiásticos. A esto se añade también el gé­
obra de Platón siempre ha despertado en los políticos; pero la im­ nero literario del dilema a resolver: los diálogos insolubilia entre Dios
portancia política de los diálogos platónicos es comprensible si se y el demonio. A través del diálogo, entre la figura demoníaca siempre
mala, que quiere llegar con falsedad a la manipulación, o la figura ello, habrás perdido la vida eterna. Solo hay cosas que ganar com­
de Dios, siempre magnánima, los escolásticos proponen dilemas portándose como creyente, rezando, arrodillándose, persignándo­
«insolubles» para llegar a la conclusión de que hay dos posibilidades: se con el agua bendita... porque existe al menos una posibilidad de
existe el bien y existe el mal, ¿en qué parte quieres estar? Lo que más que Dios exista, por no hablar de los potenciales beneficios de la
sorprende es el juego persuasivo creado por los escolásticos y utili­ fe. A través de argumentaciones aparentemente racionales, Pascal
zado en muchas de sus disertaciones: la ilusión de alternativas, la lleva a la decisión racional de creer en lo irracional (Elster, 1983;
alternativa entre bien y mal. Volviendo a encerrar toda la realidad Nardone, 2003).
entre las dos posibilidades, bien y mal; un diálogo semejante propo­ Tenemos una prueba posterior del hecho de que la «verdad»
ne implícitamente cuál será la elección: el bien. Sin embargo, ya deviene tal en virtud de la capacidad de presentarla de manera acep­
entonces alguien se rebeló ante la «verdadabsoluta» y su presentación table y convincente. He aquí que el tan vituperado relativismo de
como conclusión obvia de un sabio racionamiento. Este, un anóni­ los sofistas y su refinada técnica persuasoria reaparecen constante­
mo herético, lo hizo utilizando las mismas armas de sus enemigos: mente, aunque bajo veladas apariencias, en la historia del pensamien­
un diálogo paradójico. Lo consiguió en la forma de un dilema en el to humano y de su divulgación.
cual el diablo tiene sujeto a su rival, Dios, con una demanda impo­ Paralelamente a la producción medieval del diálogo religioso se
sible de satisfacer: «Si eres omnipotente, crea una roca tan grande que desarrolla el «diálogo científico ». Por tanto, también un campo vir­
ni tan siquiera tú puedas levantar». Si Dios no puede levantar la roca tualmente neutro como el de la ciencia ha tenido necesidad de una
ya no es omnipotente. Sin embargo, más allá de este ejemplo irre­ retórica de la persuasión para dar a conocer y aceptar las tesis soste­
verente, los escolásticos produjeron una obra persuasiva sin igual: nidas por los científicos.
los diálogos con ilusión de alternativas; además, en torno a sus de­ Un ejemplo para todos es Galileo Galilei, que escribe en len­
bates se alentó la primera universidad, la de París, y en la misma guaje ordinario el Diálogo sobre los dos máximos sistemas d el mundo,
senda todas las universidades en Europa. ptolem aico y copernicano, sin afirmar explícitamente cuál de los dos
Santo Tomás de Aquino es quizá el intérprete más brillante de es preferible. Galileo pretende demostrar la insostenibilidad de la
esta escuela. Él desarrolló el arte de la retórica de manera refinada física aristotélica, la validez de la cosmología copernicana y la exis­
en la doctrina escolástica. Prueba de ello es su formidable Summa tencia de auténticas pruebas físicas -e l fenómeno de las mareas, las
Theologiae donde, como un funámbulo de la argumentación, guía manchas solares y lunares, los satélites de Júpiter—apoyándose en la
al lector a través de «preguntas que crean las respuestas» en un recorri­ teoría de los movimientos de rotación y revolución de la Tierra
do dirigido a valorar la tesis de la Iglesia católica. No propone dog­ (explicación que hoy se reconoce como errónea). Para ello utiliza el
mas sino «interrogantes» en un diálogo literario directo al lector que recurso retórico del diálogo entre tres personas de origen cultural
crea respuestas predeterminadas. completamente diferente: el estudioso, el religioso, el ignorante.
Un ejemplo famoso de la utilización de la lógica con ilusión También en este caso, la técnica retórica condujo al que la utilizó al
de alternativas, explotada por los escolásticos, es lo que hizo Blaise éxito de sus teorías innovadoras, las cuales, de otro modo, habrían
Pascal en la argumentación conocida como «la apuesta». Él afirma permanecido en el olvido. De hecho, Galileo escribió su Dialogo
que entre creer y no creer en la existencia de Dios y del más allá después de que sus teorías hubieran sido tachadas de heréticas. La
es, de largo, más conveniente creer, porque si el más allá no existe cuestión copernicana se presenta como una hipótesis matemática sin
solo habrás perdido la apuesta; pero si existe y no has creído en llegar a ninguna conclusión sobre su validez efectiva.

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También en los siglos siguientes la mayoría de los grandes cien­ mentando una especie de tiranía platónica del inconsciente, median­
tíficos presentó su propio trabajo en forma de diálogo (Boorstin, te una retórica específica: el diálogo psicoanalítico.
2003; Helman, 1998). Los descubrimientos más importantes que Sin embargo, ya antes de Freud, algunos pensadores considera­
han cambiado la historia de la humanidad han sido presentados, dos los fundadores de la psicología moderna, como Bacon, Locke y
desde un punto de vista retórico, como diálogos entre personas James, habían resaltado la enorme potencialidad del intercambio
imaginarias que discuten sobre un tema, o a través de un diálogo comunicativo entre personas en la forma de diálogo, como instru­
sutil entre el que escribe y su lector. En ambos casos, la explicación mento de conocimiento y de cambio de los individuos y de sus
de la teoría del autor llega como evolución inevitable de la argumen­ opiniones. W illiam James, en particular, al enfocar sus investigacio­
tación. El mismo Einstein cuando presenta la teoría de la relatividad nes sobre los procesos personales e interpersonales, dio inicio a la
utiliza un estilo dialógico con el lector, lo que ha originado gran fecunda escuela de estudios sistemáticos sobre el lenguaje y sobre
parte de su popularidad. la interacción comunicativa, el pragmatismo.
En el campo de la psicoterapia, desde sus albores, el diálogo George Mead continuó por el mismo camino, analizando más
ha representado una técnica fundamental no solo como modelo específicamente el aspecto de las interacciones simbólicas producidas
de presentación de las propias argumentaciones, sino sobre todo por el diálogo entre personas. Irving Goffman, a continuación, de­
como técnica de investigación de la psique y del comportamiento sarrolló esta perspectiva hasta estudiar en profundidad las dinámicas
humano. de la interacción estratégica o cómo los individuos pueden utilizar
«En un origen las palabras eran mágicas» es la famosa afirmación conscientemente las técnicas dialógicas para conseguir sus objetivos
de Freud que destacaba el poder de la palabra y del diálogo entre el persuasorios.
analista y su paciente como instrumento de conocimiento y de Sin embargo, dos son las figuras que se han opuesto efectiva­
cambio. Con Freud nace e l«diálogopsicoanalítico», caracterizado por mente a la doctrina psicoanalítica: Milton Erickson y Cari Rogers.
un encuadre particular: el diván, la posición del analista detrás del El primero es conocido por su estudio empírico y aplicado de la
paciente... una escenografía dirigida a ampliar la potencia de esta hipnosis y del lenguaje hipnótico. A él se deben también la primera
particular forma de diálogo. El paciente, acostado, sin ver a su in­ formulación del enfoque estratégico a la psicoterapia (Erickson,
terlocutor —que permanece sentado a sus espaldas—da salida a sus 1930) y la sistematización de técnicas de comunicación sugestiva
propias asociaciones mentales. El comentario del psicoanalista acti­ dentro del diálogo terapéutico. A Rogers (1957) se debe la formu­
va así otras asociaciones -por decirlo así- «libres», a las que seguirán lación de un modelo de conversación clínica dirigida a desarrollar
aún otras interpretaciones. Todo en la estructuración del diálogo em patia a través de la técnica del m irroring (reflejo), es decir, el re­
psicoanalítico está orientado a valorar la teoría de Freud sobre el flejo de las asunciones del cliente. Pero hay que esperar a los años
inconsciente y a infundir una doctrina mediante un recorrido dia­ cuarenta para asistir a una auténtica y verdadera recuperación, den­
lógico rígidamente ritualizado. tro de las ciencias humanas, de una atención específica a la comuni­
La oleada psicoanalítica, con su enfoque en el diálogo interior cación y a la técnica del diálogo como instrumento capaz de produ­
que brota de la misma teoría, ha dominado incontrovertible y, aún cir cambios prefijados en las actitudes y en los comportamientos
hoy, una legión de seguidores la declaran como «verdad» absoluta. de las personas. Se debe a Gregory Bateson y a su famoso grupo de
Todo esto ha desplazado la atención de lo observable a lo oculto, investigadores el primer proyecto de estudio sobre la comunicación
de la interacción de las personas a sus dinámicas inconscientes, ci­ y sus efectos no solo semánticos y sintácticos, sino sobre todo prag­

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máticos. Esto significa que, 2400 años después, nos interesa nueva­ blemas de los seres humanos ligada al constructo de base por el que
mente, de forma sistemática y libre de asunciones dogmáticas, que la comunicación «construye» la realidad y a la idea, brillantemente
la utilización estratégica del lenguaje puede inducir cambios radica­ expresada por Oscar Wilde, de que «el verdadero misterio no es lo
les en la percepción y en la «gestión» de la realidad por parte de las invisible, sino aquello que se ve».
personas. Por primera vez, gracias a las filmaciones, diferentes tipos
de comunicación se analizan rigurosamente en su estructura y en sus
efectos. Las técnicas de la sofística, como el uso de antilogías y pa­ 2. Conocer cambiando: el diálogo estratégico
radojas, y el recurso a una lógica no lineal y no ordinaria, se estudian
y experimentan de manera sistemática como eficaces instrumentos «Ten m uy claro lo que has de decir:
de comunicación. En particular, se demuestra su idoneidad para las palabras vendrán.»
afrontar todas aquellas situaciones humanas en las que naufragan la C atón

lógica racionalista y el lenguaje de la demostración y de la explicación,


como en el caso de las formas graves de trastorno psíquico o de re­
laciones conflictivas. «No se puede no comunicar» es el primer postulado de la Pragmá­
No es casualidad que Bateson estructure una de sus obras más tica de la com unicación (Watzlawick, 1967). Por lo tanto, hay que
importantes utilizando el diálogo como recurso para imprimir en el escoger si hacerlo de modo casual y sufrir esta inevitabilidad, o bien
lector, a través de las preguntas del joven y las respuestas del sabio, elegir hacerlo de manera estratégica y gestionarlo.
mayor eficacia en los contenidos y a su forma expresiva. Él acuña el De esta asunción nace el enfoque estratégico, o la aplicación a
término metálogo para definir su técnica particular, una combinación la comunicación interpersonal y terapéutica de las formulaciones
entre sentencias casi crípticas y explicaciones iluminadoras: estilo teóricas y aplicativas, fruto del trabajo del grupo de Palo Alto
expositivo, este; tanto desarmante como fascinante. (W atzlawick, W eakland, 1980; Nardone, W atzlawick, 1990;
De este proyectó nace la llamada Escuela de Palo Alto, o sea, Watzlawick, Nardone, 1997). Más que basarse en una teoría de la
el enfoque del estudio de los seres humanos, de su interacción, sana naturaleza humana para «analizar» el comportamiento, el modelo
o enferma, pacífica o conflictiva, y de las posibles soluciones concre­ estratégico de terapia se ocupa del modo en que el hombre percibe y
tas a estos problemas, basado en la pragmática de la comunicación gestiona la propia realidad a través de la comunicación consigo mis­
(Watzlawick, 1969). mo, los demás y el mundo, transformándola de disfuncional a
En esta perspectiva, el estudio de las formas de diálogo entre las funcional, con el fin de poder «actuar» sobre ella. Los «problemas»
personas se convierte en el estudio de las terapias psicológicas de la del hombre son el producto de la interacción entre individuo y
comunicación para influir en los individuos, mediante el lenguaje, realidad, por lo que remontarse a los orígenes del problema es a
a cambiar su realidad (Watzlawick, Weakland, Fisch, 1974). menudo una desviación para hallar las soluciones.
Con la Escuela de Palo Alto se constituye una nueva tradición Por este motivo, el trabajo del terapeuta estratégico se enfoca no
de estudios interdisciplinarios que, dirigiéndose de nuevo a la antigua sobre el «por qué existe» el problema, sino sobre «cómo funciona»
tradición de los sofistas, de los cínicos y de los estoicos, a su «relati­ y especialmente sobre «qué hacer» para resolverlo, guiando a la per­
vismo teórico y pragmatismo operativo» (Salvini, 1989), propone sona a cambiar no solo sus propios comportamientos sino también
una metodología para el estudio y para la intervención en los pro­ las propias modalidades perceptivas y de atribución causal. Todo

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pasa prioritariamente a través del diálogo entre terapeuta y paciente; Fiorenza, 1995; Nardone, Milanese, Mariotti, Fiorenza, 2000; Nar­
el primero guía al segundo a descubrir el modo de resolver sus pro­ done, Giannotti, Rocchi, 2001; Skorjanec, 2000).
blemas, de manera que perciba perspectivas diferentes respecto a las Creemos que al lector ya le habrá parecido claro todo lo que
patógenas. esto colisionó con el concepto tradicional de psicoterapia, basado
El constructo operativo fundamental de este enfoque es el en el presupuesto de que para cambiar la actitud problemática de
5 £ V■ X

de «solución intentada», formulado por primera vez por el grupo de una persona se debe cambiar antes su modo de pensar. Sobre la
investigadores del MRI (Mental Research Institute) de Palo Alto base de este presupuesto, las diversas formas de psicoterapia -cog-
(Watzlawick, Weakland, Fisch, 1974; Weakland et al., 1974); las nitiva, conductual o psicoanalítica- intentan realizar el cambio
soluciones intentadas son las reacciones y comportamientos llevados de la conciencia de sus pacientes, de forma coherente con sus res­
a cabo por las personas para afrontar las dificultades en la relación pectivas asunciones teóricas; esto implica el uso del razonamien­
consigo mismas, con los demás y con el mundo; reacciones y com­ to y del lenguaje indicativo, el lenguaje de la descripción, de la
portamientos que complican más que resuelven, y que terminan por explicación, de la comparación, de la interpretación y así suce­
volverse rígidos en redundantes modelos disfuncionales de interacción sivamente.
con la realidad. El comportamiento disfuncional es la reacción que Sin embargo, desde una perspectiva estratégica, el cambio es,
la persona cree mejor para una situación determinada; así, «el pro­ antes que nada, «actuado» y la comunicación terapéutica deviene su
blema existe precisamente en virtud de lo que se ha hecho para in­ vehículo; en síntesis, se trata de «hacer las cosas con las palabras»
tentar resolverlo». (John L. Austin, 1987).
La solución intentada disfuncional sustituida por una solución Conminación, sugestión, artificios y estratagemas comunicati­
funcional se convierte en la clave para estudiar las «trampas» —men­ vas, retórica de la persuasión son, en terapia estratégica, el principal
tales, emotivas, relaciónales- en las que incurre el ser humano y al vehículo de cambio en cuanto incluyen los sistemas de representación
mismo tiempo sirve para determinar los estímulos estratégicos del de la persona haciendo de manera que esta construya, sin tener con­
cambio, «conocer los problemas a través de su solución» (Nardo­ ciencia inmediata de ello, percepciones, acciones y cogniciones al­
ne, 1993). Como anuncia el imperativo estético del famoso ciberné­ ternativas.
tico Heinz Von Foerster (1975): «Si quieres ver aprende a obrar». Cada sesión es como una partida de ajedrez entre el terapeuta
De aquí ha tomado las maniobras, la historia y la evolución del y el paciente, con sus problemas, un continuo de movimientos que
modelo de terapia breve estratégica el Centro di Terapia Strategica tienden a producir efectos específicos. Después de cada cambio o
(CTS) de Arezzo, que ha desarrollado técnicas terapéuticas cada vez resultado obtenido, se procede a una redefinición del cambio mis­
más eficaces y eficientes puestas a punto en forma de protocolos espe­ mo y de la situación en evolución. El programa terapéutico se desa­
cíficos de tratamiento para formas particulares de patología: trastornos rrolla estrategia tras estrategia sobre la base de los objetivos acordados
fóbicos y obsesivos, trastornos de alimentación, etcétera. (Nardone, y se ha de reorientar según los efectos observados.
Watzlawick, 1990; Nardone, 1993; Watzlawick, Nardone, 1997; «Cambiar para conocer» deviene, por lo tanto, el constructo
Nardone, Verbitz, Milanese, 1999; Nardone, Cagnoni, 2002; Lo- operativo de la intervención estratégica, porque cambiando las sen­
riedo, Nardone, Watzlawick, Zeig, 2002; Nardone, 2003), además saciones y la visión de la persona se la conduce a «descubrir» nuevas
de formulaciones específicas para aplicaciones concretas en las orga­ y resolutivas modalidades de percepción y gestión de los problemas y
nizaciones, en los contextos educativos, en el management (Nardone, de las dificultades.

24 25
Desde la perspectiva de esta lógica y gracias a investigaciones búsqueda del problema que hay que resolver. Las preguntas han sido
empíricas y experimentales, hemos llegado a la puesta a punto de modificadas en su forma interrogativa. Ya no son abiertas, del tipo-
formas específicas de terapia para las distintas patologías, modelos «Cuando usted tiene un ataque de pánico, ¿qué siente?», sino pre­
aplicados con éxito en el transcurso de quince años en miles de casos guntas cerradas, en una especie de ilusión de alternativas: «Cuando
(Nardone, Watzlawick, 1997). Estos protocolos se componen de una usted tiene el ataque de pánico, ¿siente miedo a morir o miedo
secuencia de maniobras terapéuticas estudiadas ad hoc para las dife­ a perder el control?»; de esta forma las personas responden con una
rentes y particulares formas de persistencia patológica, a través de la de las dos respuestas planificadas.
selección de estratagemas capaces de producir, por lo rápido, efecti­ Obviamente, la pregunta cerrada es posible solo porque en los
vos cambios terapéuticos. diez años anteriores, al estudiar el síndrome del ataque de pánico en
Desde el inicio de nuestras investigaciones clínicas, la comuni­ todas sus formas y conociéndolo a través de sus soluciones, se ha
cación y el lenguaje han representado el medio prioritario a través evidenciado que este tipo de patología se manifiesta con constantes
del cual aplicar las estratagemas terapéuticas. que se repiten. Y esto vale para todos los tipos de patología.
En los últimos años, mirando hacia el pasado, hemos concen­ Esto no es volver a formular un nuevo modelo diagnóstico, sino
trado la mirada en la línea trazada por la evolución de la comunica­ lo contrario, porque en este caso «se conoce cambiando» y no «pri­
ción terapéutica dentro de nuestro modelo en sintonía con el desa­ mero se conoce para después cambiar». El procedimiento diagnós­
rrollo de técnicas cada vez más avanzadas. tico se convierte ya en una intervención, más bien la intervención
Observando el pasado nos hemos dado cuenta de cuál iba a ser más importante; si, en efecto, yo digo a una persona que sufre ataques
el futuro. Nos hemos percatado de que el diálogo llevado _a cabo en la de pánico: «Cuando usted tiene el ataque, ¿tiene miedo a perder el
primera sesión ha evolucionado con fuerza, convirtiéndose en la es­ control o tiene miedo a morir?», y como en la mayoría de los casos
tratagema a través de la cual desde las primeras fases de la entrevista del último decenio, la persona me responde: «Tengo miedo a perder
se volvía al paciente activo respecto a las soluciones de su problema. el control», ya he reducido a la mitad las posibilidades de incerti-
Una vez más, la lógica no ordinaria vino en nuestra ayuda, ha­ dumbre.
ciendo que nuestro mirar atrás nos permitiera ver hacia delante. A Algo parecido sucedía frente al dilema, ya presentado en otros
estrategias terapéuticas cada vez más eficaces, eficientes y rigurosas, libros nuestros, de determinar una casilla imaginada por el interlo­
hemos unido, por lo tanto, un diálogo cada vez más estratégico. cutor en un tablero de ajedrez, a través de tan solo seis preguntas
La prim era sesión ya no es «diagnóstica» y «preliminar» para la estratégicas, reduciendo las posibilidades de elección de sesenta y
intervención, sino que ella misma es una estratagema terapéutica. cuatro casillas a dos y llegar a la solución. Esto ocurre porque cada
La búsqueda se ha transformado en intervención. pregunta estratégica reduce significativamente el campo en el cual
Las preguntas, en vez de limitarse a guiar al terapeuta a la com­ yo estoy indagando, abriendo nuevos escenarios de cambio.
prensión del problema por resolver, se han convertido en el vehículo Tómese un tablero de ajedrez que, como el lector sabrá, se com­
para inducir al paciente a «sentir» las cosas de modo diferente y, en pone de sesenta y cuatro cuadrados, blancos y negros, en alternancia
consecuencia, a cambiar sus reacciones, descubriendo sus recursos, que (figura 1).
estaban bloqueados por las percepciones anteriores, rígidas y patógenas. El problema es adivinar en cuál de las 64 casillas estoy pensan­
El estilo de conducción de la primera sesión ha sido, pues, do en este momento. Encontrar la respuesta parece más bien com­
completamente modificado, comenzando por la formulación de la plicado.

26 27
Figura 1 Figura 2

En realidad, basta asumir una perspectiva estratégica, utilizando,


pues, una lógica no ordinaria de problem solving formulada para el
problema y para el objetivo a alcanzar. ■■
Se pregunta al interlocutor si la casilla escogida está en la mitad
derecha o en la mitad izquierda del tablero. Tras esta respuesta ha­
bremos reducido las posibilidades a la mitad. Por tanto, se continua­
■V
ai
rá preguntando si la casilla está en la mitad de arriba o en la mitad
de abajo de la parte seleccionada, y de este modo habremos reduci­
do la posibilidad a un cuarto. Se continuará preguntando si la casi­
lla está en la mitad izquierda o derecha de la parte que queda del
tablero, y así habremos reducido a ocho las posibilidades. Respecto Figura 3
a la parte restante, preguntaremos después si la casilla seleccionada
está en la mitad de arriba o en la mitad de abajo, y así hemos llega­
do a tan solo cuatro posibilidades. Se continúa preguntando todavía
si la casilla seleccionada está en la mitad derecha o izquierda del
tablero y así hemos llegado a solamente dos posibilidades; finalmen­
te se preguntará si la casilla seleccionada es la de arriba o la de abajo.
El resultado será que hemos obtenido la respuesta con solo seis
preguntas, ya que hemos utilizado una estratagema lógica que, a í
posteriori, parece realmente sencilla (véanse las figuras 2 a 7).
Es como un embudo que se estrecha, que guía hasta el conoci­
miento del problema. Un conocimiento al que llegan conjuntamen­
te terapeuta y paciente: por eso lo definimos «diálogo», un descubri­
miento al que se llega en pareja. Figura 4

28 29
Continuando así, la terapia se convierte en un proceso de «des­
cubrimiento» en el cual paciente y terapeuta, a través de una serie
de preguntas, una serie de respuestas y una serie de paráfrasis estraté­
gicas, llegan conjuntamente a conocer el problema en su funciona­
miento y a cambiar su percepción.
Volvamos al ejemplo anterior. Imaginemos que la repuesta del
paciente sea: «Tengo miedo a perder el control». La segunda pregun­
ta será:
«¿Pero estos momentos en los que tiene miedo a perder el con­
Figura 5
trol suceden en situaciones que usted puede prever o son absoluta­
mente imprevisibles?»
La persona, la mayoría de las veces, responde:
«Bah... ¡No sé!, aunque si lo pienso bien, solamente en ciertas
situaciones».
Y entonces se repite:
«¿Y usted puede prever estas situaciones?»
El paciente dice:
«Sí, ahora que lo pienso, sí. Por ejemplo, cuando me alejo solo...
o si estoy en medio de la muchedumbre... o si estoy en un lugar
cerrado... o si estoy en un lugar alto...», según el tipo de fobia.
Intentemos analizar ahora lo que hemos obtenido con dos pre­
guntas: ya hemos conseguido un conocimiento real, porque ahora
sabemos que la persona no tiene miedo a morir sino a perder el
control, y que esto ocurre en situaciones que puede prever. Esta es
la comprensión por parte del terapeuta. El paciente, en cambio,
comienza a tener un mapa claro de su problema, con coordenadas
precisas, y empieza a pensar que, en realidad, no tiene miedo a mo­
rir -y a lo sabía, pero ahora lo ha focalizado- y que esta fobia llega
solamente en situaciones previsibles.
Para continuar adelante, en este punto de la sesión, es útil dar
un paso atrás que luego nos habrá de permitir, con un salto, dar dos
hacia delante. Con este objetivo, es importante que el terapeuta
utilice una paráfrasis que confirme que vamos en la dirección correc­
ta y que ancle la percepción del paciente a la nueva perspectiva
respecto al funcionamiento de su trastorno.

31
Y entonces decimos: Normalmente la persona en este caso responde:
«Corríjame si me equivoco -asumiendo una posición humilde-. «Pido ayuda».
Usted me está diciendo que sufre ataques de pánico que correspon­ Esta es una pregunta muy importante, porque determina si la
den al miedo a perder el control y que esto sucede en situaciones que persona depende de los demás o intenta arreglárselas con sus propias
usted puede prever». fuerzas, y esto orienta de modo completamente diferente la evolución
La persona responde: del tratamiento. En el primer caso nos centramos más en romper la
«Sí, eso mismo». dependencia y hacer descubrir a la persona los propios recursos,
Es como si una especie de calle enorme se redujese, eliminando mientras que en el segundo caso se busca desactivar la trampa que
los carriles laterales hasta llegar a ser una sola: la del cambio. se autoconstruye. Gracias a esta respuesta hemos añadido otra porción
No estamos solamente procediendo con una lógica que se es­ de conocimiento estratégico: o la persona evita las situaciones ame­
trecha hacia la solución, también estamos realizando otra cosa im­ nazadoras o pide ayuda para afrontarlas. En este punto se requiere
portante: al decir «corríjame si me equivoco» se hace sentir al pa­ una nueva paráfrasis de confirmación y redefinición.
ciente que es él quien guía el proceso del diálogo de descubrimiento. «Corríjame si me equivoco: así que usted es una persona que
De este modo no se sentirá descalificado, sino gratificado. No está sufre ataques de pánico, que pueden ocurrir en situaciones que pue­
frente al profesional que le dice «haga esto, esto otro y aquello» y de prever, y usted tiende a evitar estas situaciones. Si, justamente,
tampoco frente a alguien que sentencia «tú eres un enfermo que no puede evitarlas, necesita a un acompañante listo a intervenir en
sufre crisis de pánico»; se siente comprendido y emocionalmente el caso de que esté mal.»
fortalecido, reconocido. «¡Así es!», responde el paciente.
Se construye así una relación positiva que amplía la colaboración Permítanos el lector analizar estas cuatro preguntas, las respues­
y la expectativa de la persona respecto a la terapia. Además, empieza tas inducidas y las dos paráfrasis, en su secuencia, como forma de
a tener un conocimiento no de las causas del problema, sino de cómo estrategia terapéutica.
lo gestiona y cómo funciona el problema. Gracias a estas maniobras, disponemos ya de mucho conoci­
Continuando con las preguntas estratégicas, la tercera cuestión miento operativo sobre el funcionamiento del problema; al mismo
idónea en este caso es: tiempo, la atención del paciente se focaliza en este funcionamiento
«Estas situaciones previsibles, ¿usted tiende a evitarlas o a afron­ y en cómo intenta gestionarlo: surge de forma evidente que las so­
tarlas?» luciones adoptadas por él son disfuncionales.
La pregunta sirve para entender si la persona es por tendencia Además, la persona se siente comprendida y tiene la impresión
alguien que evita el miedo o que cede tras haberse enfrentado sin de estar frente a un interlocutor competente, porque le hace pregun­
éxito. Las dos respuestas abren escenarios diferentes y requieren es­ tas cruciales. Esto incrementará tanto su expectativa terapéutica como
trategias distintas en la evolución del diálogo. la relación entre terapeuta y paciente: por lo que nos dicen los in­
Imaginemos que la persona responde: vestigadores (Hubble, Duncan, Miller, 1999), esto representa más
«Evito las situaciones». del 70% de lo que provoca el cambio.
Entonces la siguiente pregunta será: Si a este dato se añade la apertura de nuevas perspectivas que
«Pero, si justamente no las puede evitar, qué hace: ¿pide ayuda hacen percibir como posibles las soluciones, el gradiente terapéutico
a alguien o las afronta usted solo?» resulta posteriormente incentivado.

32 33
Realizado todo lo descrito, en la situación citada se continúa «¡Mejor...! Sí, pero después... estoy peor, porque me siento aún
con otras preguntas estratégicas y paráfrasis reestructurantes: más incapaz».
«Sobre su problema, ¿usted tiende a hablar mucho de él o lo «Ah, corríjame si me equivoco. Por lo tanto, cuando usted pide
guarda todo para sí?» ayuda y la recibe, en aquel momento está bien porque se siente a
Imaginemos que la persona diga: salvo, pero luego se siente aún más incapaz, porque recibir ayuda
«Hablo de ello con todo el mundo». de alguien dispuesto es la confirmación de que usted no es capaz de
Desde un punto de vista estratégico, el cuadro ya es muy claro: arreglárselas solo y esto le hace sentir cada vez peor.»
disponemos de todo lo que nos sirve para empezar la fase más acti­ La persona replica una vez más:
va. Podemos comenzar a guiar al paciente indirectamente hacia el «Sí, así es».
cambio: nuestro modo de proceder al preguntar ha de ser como De nuevo estamos introduciendo un elemento de cambio, con
lanzar una bola de nieve para que ruede hasta convertirse en una preguntas y paráfrasis hemos hecho sentir, en lugar de entender
avalancha. Sentir que cuando se habla de ello o se pide ayuda la situación
Con este objetivo en mente, se habrá de preguntar: empeora significa que el miedo se_transforma de límite en recurso.
«Y cuando habla de ello, ¿usted está mejor o está peor?» Aquello que impedía el cambio se convierte en la fuerza propulsora
Y el paciente: para cambiar. En efecto, el miedo mayor, el de empeorar, inducirá
«Estoy mejor porque me descargo». a eliminar el miedo menor, el que lleva a pedir ayuda.
Entonces preguntaremos: Desde nuestro punto de vista es realmente importante la dife­
«Me ha dicho que cuando habla de ello se siente mejor porque rencia entre «sentir» y «entender». Es una antigua ilusión de los seres
se descarga. Pero al cabo de un rato, ¿está mejor o está peor?» humanos pensar que si se entiende algo se podrá cambiarlo; esta
Normalmente la persona te mira y responde: ilusión es desmentida cada día. Todos hemos experimentado la
«Ahora que lo pienso, después me siento todavía más frustrado». frustración de querer dejar a alguien, pero no conseguirlo. Hemos
Entonces la paráfrasis será: comprendido que no era la persona correcta; queremos romper; sin
«Por lo tanto, si no he entendido mal, usted habla mucho de embargo, sentimos que estamos demasiado ligados y no podemos
ello y cuando lo hace está bien porque se siente liberado; pero luego hacerlo. ¿Existe prueba mejor de la diferencia entre sentir y entender?
se siente aún más frustrado, porque percibe aún más lo fuerte que En una óptica estratégica, la terapia es hacer sentir de modo dife­
es su incapacidad». rente, no hacer entender de modo distinto. Cambiar la percepción de
La persona, atada a la nueva perspectiva, normalmente replica: las cosas, no cambiar la comprensión, porque si yo cambio la percepción
«Sí, así es». cambio la reacción emotiva, cambio la reacción comportamental y,
Estamos empezando a cambiar su percepción y sus emociones como efecto final, cambio la comprensión. La gran mayoría de las
respecto a las soluciones intentadas: algo que primero parece que le psicoterapias, en cambio, trabaja sobre el cambio en la comprensión o
haga sentirse bien, acabará por hacer mucho más daño. del comportamiento de las emociones. En realidad, lo que orienta cada
Se continúa entonces con otra pregunta: proceso es nuestro sentir, nuestro percibir; todo lo demás viene después.
«Y cuando usted pide ayuda a alguien para afrontar cualquier Volviendo a nuestro paciente a través de las preguntas y de las
cosa, y esta persona le ofrece su ayuda, ¿usted está mejor o está peor?» paráfrasis, él siente de modo diferente y siente que cada vez que pide
La persona, habitualmente, responde: ayuda y la recibe, que cada vez que habla de ello y es escuchado, la

34 35
situación empeora aunque en aquel momento se sienta mejor. Esto La forma del aforismo, desde nuestro punto de vista, es el medio
nos permite pedirle algo que de otro modo sería imposible pedir y. más potente de comunicación literaria, porque es de inmediato
puede aceptarlo porque ha comprendido que aquello le ayudará; evocador hace sentir las cosas, no las explica y no requiere ningún
porque ha sentido y luego ha comprendido. esfuerzo porque entra él solo dentro de ti. El paciente en aquel mo­
Ha pasado por un proceso de «descubrimiento» junto al tera­ mento, por lo general, tiene las pupilas dilatadas y te mira como un
peuta. Un descubrimiento que, sin embargo, ha guiado él, porque gato frente a los faros de un coche. El aforismo permanece en el
es él quien ha dado las respuestas a las preguntas: no ha sido obliga­ interior de su mente como una marca de fuego.
do, sino inducido. El terapeuta únicamente ha confirmado parafra­ ¿Qué hemos hecho hasta aquí? Algunas preguntas, algunas
seándole sus respuestas y ha construido el proceso a través de pre­ paráfrasis, un aforismo. A través de este poco en apariencia, hemos
guntas precisas. obtenido realmente mucho, porque hemos introducido un cambio
Así se puede guiar al paciente, ya en la primera sesión, a descu­ radical en la percepción del paciente. Ahora la persona tiene la per­
brir nuevas percepciones que determinarán nuevas reacciones en cepción clara, sentida, de que algunas cosas que hacía para salvarse
relación con su problema. De este modo introducimos una reacción del miedo lo mantienen e incluso hacen que empeore. Es bueno
de cambios en cadena. Conocemos cambiando. subrayar: no le hemos «explicado» que sus soluciones intentadas
Alcanzado este punto de la sesión, para reforzar los efectos de hacen empeorar el problema además de mantenerlo, se lo hemos
todo lo conseguido, se realiza una maniobra que tiende a que se hecho «sentir», y esta es una experiencia em ocional correctiva, la visión
reconozca la necesidad y lo inevitable del cambio. de una realidad nueva a través de un proceso de descubrimiento que
«Permítame resumir todo lo que hemos dicho y, si me equivoco el paciente cree que ha conducido en primera persona. No ha sido
en algo, me corrige. Usted es una persona que sufre ataques de pá­ obligado y es sabido que «si una persona se persuade ella sola se
nico en situaciones que puede prever y que tiende a evitar. Si no persuade antes y mejor»: esto ya lo afirmaba Blaise Pascal, uno de
puede evitarlas, pide ayuda y habla mucho de ello. Cuando habla, los persuasores más grandes de la historia.
primero se siente mejor, pero luego siente que las cosas van peor, Por tanto, a través de las maniobras terapéuticas descritas, la
porque si le escuchan quiere decir que hay algo en usted que no va. persona descubre que sus soluciones intentadas son algo que hace
Así como cuando pide ayuda para afrontar alguna cosa que no puede empeorar su estado. En otras palabras, hemos creado una reestruc­
evitar, en aquel momento se siente a salvo, pero después se siente turación a través de un proceso de descubrimiento realizado median­
aún más incapaz, porque si la otra persona le ha ayudado significa te un diálogo estratégico, aquello que mi querido maestro y amigo
que usted solo no es capaz.» Paul Watzlawick llamaría «un evento casual planificado», porque
La persona confirma: para el terapeuta esto está planificado, pero para el paciente es un
«Sí, así es». descubrimiento, y como lo descubre él, lo siente como evolución
«Sabe, cuanto hemos dicho hasta aquí me recuerda una cosa que personal y espontánea. De este modo, la «resistencia al cambio» se
dijo un poeta famoso, Fernando Pessoa, que escribió: “Llevo encima elimina, ya que esto no se siente como una imposición exterior sino
todas las heridas de las batallas que he evitado”, y -yo añado- las como una inclinación natural interna, fruto de un descubrimiento
heridas de las batallas evitadas nunca se curan.» que le ha hecho cambiar de perspectiva.
Este aforismo es como una cuchilla al rojo vivo que penetra en En este punto, gracias a cuanto ha sucedido durante la sesión,
la persona. el paciente estará mucho más dispuesto a aceptar sugerencias o in­

36 37
cluso prescripciones directas para llevar a cabo. De este modo, mos a ver, cada vez que esté mal, que tenga uno de sus momentos
prescribir modos diferentes de comportamiento se convierte en una críticos... en aquel momento, esté donde esté, con quien esté, usted
realización conjunta entre terapeuta y paciente. Las «directrices» se saca su libreta y anota. Sin embargo, es importante que lo escriba
transforman en «colaboración». Ahora el paciente estará mucho más exactamente en el mismo momento en que le suceda, ni un instan­
dispuesto a aceptarlas y, en este caso, por ejemplo, podemos decir: te antes -porque entonces nos explicaría sus fantasías- ni un mo­
«Muy bien... Yo quisiera que desde ahora hasta cuando nos mento después —porque entonces nos contaría sus recuerdos. Nece­
volvamos a ver usted pensara en lo que hemos hablado conjunta­ sitamos tener una especie de fotografía instantánea de su problema.
mente: en el hecho de que cada vez que usted habla de su problema Esto nos servirá para comprender cómo funciona exactamente y qué
lo hace empeorar; quisiera que pensara que cada vez que pide ayuda estrategias específicas son las indicadas para usted.»
y la recibe hace empeorar el problema aunque en aquel momento Se le da así al paciente un esquema, el «diario de a bordo»: un
esté mejor, así como que cada vez que evita hacer alguna cosa —como aparente chequeo diagnóstico de los episodios de pánico, que en
Pessoa- acaba por llevar encima las heridas de las batallas evitadas. realidad es la técnica del desplazamiento del síntoma, lo que en el
Sin embargo, yo no puedo pedirle que deje de hacer estas cosas, arte de la estratagema es la primera estratagema: «Surcar el mar de
porque usted no es capaz de hacerlo...» espaldas al cielo». Al escribir, toda la atención de la persona se des­
Esta es una «estratagema prescriptiva»: primero se evoca el te­ plaza la escucha a sí misma a la ejecución de la tarea; de este modo
mor a hacer alguna cosa, luego se dice «... sin embargo, tú no eres lo que podría parecer un concentrarse más en el síntoma sirve, en
capaz de no hacerlo...»; una pequeña provocación, paradójica, des­ realidad, para hacerlo decaer.
pués de haber puesto contra el mismo miedo un miedo aún mayor, Por lo general, las personas vuelven a la segunda sesión sin haber
el de empeorar. tenido un ataque de pánico o, si lo han tenido, el hecho de anotar
«Por lo tanto, yo no puedo pedirle que deje de “evitar” y deje ha servido para interrumpir la escalada; sin embargo, lo más intere­
de “pedir ayuda”, porque usted no es capaz; sin embargo... piense sante es que, habitualmente, han dejado de hablar del problema y
| que cada vez que lo hace, no solo mantiene el problema, sino que lo de pedir ayuda por el miedo a estar peor. Esto significa, para una
empeora. Puedo pedirle, sin embargo, que evite “hablar de ello”, persona afectada por ataques de pánico, encontrarse después de
porque esto es más fácil...» mucho tiempo en condiciones de afrontar por sí misma lo que antes
Una maniobra comunicativa, esta, que refuerza el efecto de la evitaba hacer por miedo, descubriendo de este modo recursos que
reestructuración anterior y que, indirectamente, prescribe un freno antes no creía tener. No hay nada que entusiasme más a alguien que ha
a «socializar» el problema; indicación propuesta como fácil de rea­ estado bloqueado por el miedo durante tanto tiempo que descubrir
lizar frente a las otras dos, consideradas como casi imposibles para que puede hacer cosas sin miedo y que la realidad que anteriormen­
la persona. El lector notará que también esta es una variante de la te le aterrorizaba ahora ya no lo hace, sino al contrario: puede afron­
técnica de la ilusión de alternativas. tarla con tranquilidad.
Se continúa finalmente dando la única prescripción directa que, La estructura del diálogo estratégico es teóricamente compleja
sin embargo, y como veremos, es una última «estratagema terapéutica». pero, en su realización práctica, es en realidad muy sencilla; ha de
«...le he preparado un sencillo esquema con varias columnas, serlo, ya que, de otro modo, no sería eficaz.
que tendrá que copiar en una libreta que llevará siempre consigo, un Gracias a este modo de conducir la primera sesión, en los últimos
auténtico “diario de a bordo”. Desde ahora hasta cuando nos volva­ cuatro años, la tasa de personas que han reducido a cero su trastorno

38 39
entre la primera y la segunda sesión equivale al 69-70% de los casos to es en realidad una estrategia. Por decirlo con las palabras de Lao
y esto con respecto a la mayoría de formas de psicopatología. Tse: «La flexibilidad triunfa sobre la rigidez, la debilidad sobre la
El ejemplo utilizado, en efecto, es solo una de las muchas posi­ fuerza. Lo que es maleable es siempre superior a lo que es inamovi­
bilidades de aplicación de esta innovadora técnica. En los últimos ble. Este es el principio según el cual el control de las cosas se obtie­
años, a través de una laboriosa investigación empírica para cada tipo ne colaborando con ellas, la supremacía mediante la adaptabilidad».
de patología, hemos preparado una serie de preguntas estratégicas y
paráfrasis específicas que permiten resultados como los expuestos.
El diálogo estratégico, sin embargo, no es una entrevista estructura­
da con rigidez: puede ser corregido continuamente, porque cada dos
o tres preguntas, a través de las paráfrasis, la persona nos muestra si
vamos bien o no. Por lo tanto, es un proceso de descubrimiento
autocorrectivo. Se puede corregir el error antes de haberlo cometido
y haber organizado un problema irreparable, y esto puede ser de gran
ayuda para el paciente, que no corre riesgos, y para el terapeuta, que
tiene constantemente la medida de la trayectoria que está siguiendo.
La explicación -y, como decía Wittgenstein: «toda explicación
es una hipótesis»—de este instrumento tan potente, aunque tan
sutil y sencillo en apariencia, es que —como sugiere Saulo Sirigatti,
insigne estudioso de psicología- de esta forma se trabaja al mismo
tiempo sobre muchos niveles. Se trabaja sobre la percepción del
problema del paciente, sobre su relación emotiva con el terapeuta y
sobre sus expectativas, incrementando todos los efectos sucesivos,
sin hacer que el paciente se sienta manipulado, porque es él quien
guía, es él quien da las respuestas; al mismo tiempo se cambian sus
comportamientos, sus soluciones intentadas.
Por tanto, se trabaja al mismo tiempo sobre los niveles percep­
tivo, emotivo y conductual y, como efecto final, llegará también al
cambio de la cognición: solo después de que la patología haya sido
bloqueada.
En este caso se da la vuelta al procedimiento usual de todas las
psicoterapias, porque primero se obtiene el cambio y luego la con­
ciencia, mientras que en la mayoría de las terapias se busca antes la
conciencia para obtener el cambio.
Queda claro que esta es una terapia que le debe mucho al arte
de la estratagema (Nardone, 2003), porque también su procedimien­

40
2. La estructura del diálogo estratégico

«Muchas palabras nunca son indicio de mucha sabiduría.»


Tales

1. Las preguntas con ilusión de alternativas


«La mayoría de los problemas no deriva de las respuestas que nos
damos sino de las preguntas que nos hacemos.»
Con esta sentencia se podría resumir gran parte de la Crítica de la
razón práctica de Emmanuel Kant. O sea, la idea de que son las pre­
guntas las que crean las respuestas en lugar de que las hipótesis inducen
las preguntas. Desde esta perspectiva, Kant y buena parte de la episte­
mología moderna se han ocupado de cómo construir correctamente
las preguntas a las que dar respuesta. Basta pensar lo dicho por Einstein:
«Son nuestras teorías las que determinan nuestras observaciones».
Este enfoque racionalista ha evidenciado la importancia funda­
mental para el ámbito científico de la interdependencia entre pre­
guntas y respuestas en la praxis de la investigación empírico-experi­
mental y en la formulación de hipótesis sometidas a verificación,
y se ha ocupado muy poco de los efectos sugestivos, evocadores y
persuasivos del diálogo. En otras palabras, el riguroso análisis cien­
tífico ha olvidado la retórica, infravalorando el peso que esta ha
ejercido en la historia de la ciencia.
Todo gran científico, de hecho, ha necesitado la retórica para
que se aceptaran sus nuevas teorías y evitar la resistencia al cambio
de sus contemporáneos, ligados a posiciones preexistentes (Nardone,
Domenella, 1993).

43
Ya hemos referido que el poder de hacer preguntas que generan na es una ciencia?» le siguen objeciones, a su vez seguidas de su
respuestas es un arte conocido desde la antigüedad: Protágoras fue propia refutación. Un proceso de diálogo riguroso que parte de Dios
el primero que lo utilizó y lo definió como «arte erístico». Este pre­ pasa por el orden de la creación, para llegar finalmente al complejo
veía un proceso de preguntas que guiaban al interlocutor a responder de la doctrina cristiana: preguntas y respuestas que conducen a la
cayendo en contradicción con sus asunciones precedentes, quien de respuesta preestablecida como objetivo de la disertación. Al lector,
este modo las cambiaba por su descubrimiento personal. como afirmaría un sabio estratega de la antigua China, se le hace
William James afirmaba que el genio no era más que «la capa­ «subir al desván para después quitarle la escalera».
cidad de percibir las cosas desde perspectivas no ordinarias». Como La extraordinaria fuerza persuasiva de este método reside en que
el inventor genial, que se hace preguntas particulares para encontrar es aparentemente lo contrario, porque no prescribe, sino que sugie­
nuevas perspectivas y llega a descubrimientos innovadores, del mis­ re perspectivas nuevas.
mo modo cada uno de nosotros, sometido a preguntas particulares Se trata del paso desde la manipulación directa a la inducción
respecto a los propios problemas, puede llegar a descubrir nuevas indirecta de autoengaños estratégicos. Y si al poder de la argumen­
maneras de solución. tación mediante preguntas se le añade la construcción de estos
Al responder a preguntas que le inducen a asumir nuevas pers­ autoengaños, utilizando una técnica sugestiva además de persuasiva,
pectivas, el paciente podrá, como el inventor, descubrir soluciones el efecto será aún más portentoso. En nuestro caso, como el objeti­
nuevas y eficaces, invisibles hasta aquel momento. vo es llevar al paciente a salir de su trampa mental, las preguntas se
Haciéndolo de este modo, se influye suavemente en nuestro convierten, si están bien construidas y son lo bastante sugestivas, en
interlocutor en vez de intentar forzar sus puntos de vista (Lorie- instrumentos terapéuticos reales, en cuanto inducen en la persona,
do, 2001). atrapada en sus percepciones patógenas y en sus reacciones patoló­
Al responder a preguntas estratégicas, es decir, interrogaciones gicas, nuevos modos de sentir y reaccionar frente a su propia realidad.
dirigidas a proporcionar alternativas en dirección al objetivo persua­ En la terapia, las preguntas estratégicas permiten al paciente
sivo, el paciente se encamina espontáneamente a terrenos diferentes sustituir los propios autoengaños disfuncionales por autoengaños
de los que ya conoce. Descubre, de esta manera y en apariencia de funcionales, ya que él transformará, inducido por sus propias res­
forma del todo personal, nuevas posibilidades de percepción de las puestas, su modo de gestionar y percibir las cosas.
cosas que realiza. Para hacer aún más eficaz el instrumento terapéutico hemos
Descartes enseña que cada uno debe hacer sus propios descu­ recurrido a una muy conocida técnica de comunicación sugestiva:
brimientos, «porque nadie puede entender algo bien y hacerlo la ilusión de alternativas.
propio cuando lo ha aprendido de otro, respecto a cuando lo ha Esta técnica, ilustrada por Milton Erickson como un instru­
aprendido por sí mismo». Sin embargo, el ejemplo más extraordi­ mento de comunicación eficaz para inducir las prescripciones tera­
nario del poder persuasivo de hacer preguntas estratégicas en secuen­ péuticas, que se aplica en los casos en que se prevé una gran resis­
cia para llevar al interlocutor a persuadirse de forma espontánea a tencia por parte del paciente a seguir las indicaciones del terapeuta,
través de sus respuestas es, sin duda, la Summa Theologiae de santo es una de las formas más elegantes de conminación (Watzlawick,
Tomás de Aquino. En esta obra, el santo dialoga con su lector a 1980; Nardone, Watzlawick, 1990; Loriedo, 2001).
través de más de cien preguntas, guiándolo de este modo hasta las Sin embargo, en el caso del diálogo estratégico, la ilusión de
respuestas deseadas. Por ejemplo, a la pregunta: «¿La sagrada doctri­ alternativas se utiliza no para prescribir acciones, sino para inducir

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respuestas a las preguntas estratégicas. En otros términos, la pregun­ blemática, en sus tentativas fracasadas a la hora de gestionarla y en
ta se estructura con dos posibilidades opuestas de respuesta y el in­ las visiones que la alimentan. Ya Pitágoras, hace más de 2 500 años,
terlocutor podrá «decidir» cuál de las dos se adapta a su caso. El arte advertía:
persuasivo está en proceder con una serie de preguntas que, como
un embudo, hacen que la persona confluya, a través de sus respues­ «Recordad que los hombres son ellos mismos artífices de sus propias
tas, al punto clave respecto a sus aserciones precedentes. Todo de tal desgracias».
forma que él llegue a sentir la exigencia de cambiarlas, gracias a las
nuevas percepciones descubiertas dentro del diálogo, y a sustituir­ Las preguntas, en consecuencia, proponen como alternativas de res­
las por las nuevas. puesta pares de reacciones opuestas al problema, como por ejemplo:
Por lo tanto, las preguntas estratégicas con ilusión de alternati- «¿Usted piensa que su problema es único e irrepetible o que
vas parten de interrogaciones, primero más generales, para después, forma parte de una clase de problemas?»
en un proceso en espiral, estrecharse, sobre la base de las respuestas, «Frente a situaciones problemáticas, ¿usted intenta alejarse de
estructurándose en torno a las particularidades de las situaciones y ellas o las afronta directamente?»
poniendo en evidencia los puntos críticos potenciales. Como indica «¿Usted afronta su problema solo o con la ayuda de alguien?»
Fran^ois Jullien en su Tratado de la eficacia, se trata de evocar el Las alternativas de respuesta se refieren a las posibles percepcio­
potencial de acción de la situación a través de la circunstancia cons­ nes y maneras de combatir el problema de la persona, ofreciendo así
truida a d hoc para movilizar los recursos. una imagen operativa de cómo cada uno construye aquello que
Esto significa que ya sea la secuencia, ya sean las preguntas, no después padece.
dictan un programa rígido y preestablecido, sino que se adaptan, En otras palabras, el proceso de preguntas estratégicas debe, con
como un traje hecho a medida, a la lógica del interlocutor. su secuencia en embudo, llevar al interlocutor a que descubra de qué
De acuerdo con esta lógica y con las asunciones consiguientes forma él es artífice de su destino, poniendo en evidencia «cómo» él
se construyen las preguntas específicas y las alternativas de respuesta, mismo alimenta su problema con intentos disfuncionales de solución
las cuales deben conducir a la crisis de la percepción que la persona que se basan en percepciones erróneas. Este proceso de descubri­
tiene de las cosas, para después reorientarla hacia direcciones más miento inducido produce en la persona un «salto» real perceptivo
funcionales. (Thom, 1990), puesto que cortocircuita su círculo vicioso de per­
El proceso es una especie de «danza» interactiva entre preguntas cepciones y reacciones, evidenciando la disfuncionalidad.
que crean las respuestas y respuestas que permiten construir las si­ Este cambio de perspectiva tiene un impacto emocional pa­
guientes preguntas estratégicas, hasta el punto en que el interlocutor recido a una ilum inación, en el sentido budista del término. Las
declara haber cambiado su posición gracias a lo que ha descubierto personas, a menudo, reaccionan con un asombro total descubrien­
a través del diálogo. do que todo lo que habían pensado y hecho hasta aquel momento
Sin embargo, es necesario decir que las preguntas con ilusión para combatir el problema es, precisamente, lo que lo mantiene.
de alternativas, para ser instrumentos terapéuticos reales y vehículos de Esto representa una real y verdadera «experiencia emocional co­
descubrimiento, han de focalizarse sobre aspectos de percepción y rrectiva», sobre la base de la cual la persona no puede más que
reacción de la persona en relación con su problema. Hay que cen­ cambiar sus anteriores guiones mentales y de comportamiento. Las
trarse en la interacción concreta entre la persona y la realidad pro­ indicaciones para la realización concreta del cambio encontrarán

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el camino despejado de toda resistencia. Como debería parecer El especialista se quita su capa de experto y pregunta a su inter­
claro de todo lo expuesto hasta aquí, la técnica de las pregun­ locutor en busca de ayuda para verificar sus formulaciones respecto
tas estratégicas con ilusión de alternativas está orientada a desmon­ al problema presentado. Haciéndolo así, le da la vuelta a la usual
tar, a través de una secuencia en embudo, las modalidades percep­ relación entre el experto y el que pide ayuda. El paciente es el que
tivas patógenas del paciente y las consecuentes- reacciones de guía la conversación y es el verdadero experto del problema, preci­
comportamiento, guiándolo a cambiarlas por otras más elásticas y samente porque es suyo.
eficaces. Se parte de soluciones que no funcionan y alimentan el Parafraseando de esta manera las dos o tres respuestas a las an­
problema para llegar a soluciones que funcionan. Esta sustitución, teriores preguntas estratégicas se da a la persona la sensación de ser
sin embargo, no se sugiere ni prescribe, sino que se induce a través respetado y no obligado, y considerado más que descalificado, ya
de un recorrido de preguntas que guían al descubrimiento de aque­ que el experto al cual se ha dirigido le pide que le confirme la valo­
llo que resuelve el problema, tras desvelar aquello que, en cambio, lo ración, en vez de proponerle sentencias.
mantiene. Esto crea un clima de relación colaboradora entre ambos, eli­
Este es el motivo por el que el cambio obtenido no es solamen­ minando eventuales resistencias e incomprensiones, y esto repre­
te un moldeado superficial o intento de control de las reacciones de senta ya un componente terapéutico del diálogo. La persona se
la persona, sino una alteración radical de sus percepciones y atribu­ siente no solo aceptada, sino puesta en la posición de primer artí­
ciones causales. Con palabras de Marcel Proust: «El verdadero fice del proceso de búsqueda del propio problema. Por otra parte,
viaje de descubrimiento no es ver mundos nuevos sino cambiar los en el diálogo estratégico, a diferencia de otras formas de búsqueda
ojos». estructurada, el hecho de parafrasear las respuestas a preguntas que
han sacado a la luz los intentos fracasados —incluso contraprodu­
centes- en gestionar el problema, orienta inevitablemente la atención
2. Las paráfrasis reestructurantes del interlocutor sobre este círculo vicioso patógeno, colocándolo de
esta forma en la posición de «sentir la exigencia» de cambiar lo que
«Las mismas palabras en una secuencia distinta darán resultados por vez primera resulta que alimenta, más que reduce, su problema.
diferentes.» Esta afirmación de Blaise Pascal nos introduce con una Una vez más, Pascal nos ayuda a comprender el proceso de persua­
claridad fulminante en el tema de este parágrafo. sión:
El segundo componente del diálogo estratégico es la paráfrasis
reestructurante. Cuando se quiere reprochar con utilidad y mostrar a alguien que se
Así se designa la maniobra que sigue a una secuencia de dos o equivoca, es necesario observar de qué lado este considera el asunto,
tres preguntas: se utilizan las respuestas para formular una definición porque generalmente de aquel lado, este es correcto, y reconocerle esta
del problema que verifique la correcta comprensión. verdad, pero revelarle aquel otro lado del cual es falso. Y él se conten­
No se propone ninguna valoración ni interpretación, más bien, tará con esto, pues verá que no se equivocaba y que su defecto era
de forma humilde, se solicita una verificación del propio proceso de solamente no ver todos los lados de la cuestión. Ahora bien, no se
comprensión del funcionamiento del problema. Por ejemplo: disgustará uno por no verlo todo, pero no quiere adm itir haberse
«Corríjame si me equivoco: ateniéndonos a todo lo que usted equivocado; y quizás esto derive del hecho de que naturalmente el
ha afirmado, parece que...» hombre no puede verlo todo y de que naturalmente no puede estar

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equivocado en el lado que él considera particularmente (Pascal, Pen­ En este punto queda clara la interdependencia entre la secuen­
samientos, 9-93). cia de preguntas con ilusión de alternativas, focalizadas en las solu­
ciones intentadas disfuncionales, y la paráfrasis que, al pedir aparen­
De manera sutil, la paráfrasis de las respuestas a las preguntas estra­ temente tan solo una confirmación de las aserciones, induce a
tégicas abre a la persona nuevas perspectivas hasta el momento reestructurar la percepción y la reacción respecto al problema.
incomprensibles para él, porque estaba atrapado en sus rígidos Todo sucede suavemente, sin ningún forcejeo, en cuanto que el
guiones perceptivos, y le muestra la disfuncionalidad de estos últi­ proceso se muestra como un descubrimiento guiado por el que pide
mos. Esta experiencia concreta de descubrim iento correctivo induci­ ayuda y no por el especialista.
rá un cambio inevitable en sus reacciones respecto a las situaciones Gracias a esto, se elimina la resistencia al cambio, porque este úl­
problemáticas. timo no se pide directamente sino que es inducido de forma indirecta.
La solicitud de confirmación por parte del experto no es sola­ Como quedará ilustrado a través de ejemplos reales en el capí­
mente una verificación de la corrección diagnóstica, más bien es la tulo siguiente, las paráfrasis reestructurantes siguen, en sucesión, a
misma inducción al cambio, cambio de aquello que de ahora en grupos de preguntas estratégicas, haciendo pasar gradualmente la
adelante sentirá como un peligro en lugar de como una ayuda. atención del interlocutor del problema y de su persistencia a la so­
En efecto, dar una confirmación al terapeuta estratégico que lución y a las maniobras que esta requiere para llevarse a cabo.
indaga es para el paciente como ayudar a un compañero de viaje a Esta espiral en embudo compuesta de preguntas, respuestas,
que no se equivoque con la dirección en el recorrido de conocimien­ paráfrasis y confirmaciones produce un gradual, aunque rápido,
to. Pero inconscientemente el paciente está también casándose con proceso de cambio en la percepción de las cosas en cuestión y con­
la paráfrasis que se le propone y la hace suya hasta el punto de acti­ duce a la modificación de las modalidades precedentes, sin que dicha
var una especie de autopersuasión. Responder a alguien que nos pide modificación sea directa o arbitrariamente prescrita.
confirmación a sus aserciones —«Sí... las cosas funcionan precisamen­
te como usted dice...»- no solo confirma a mi interlocutor, sino que
también me persuade a mí mismo de lo correcto de este punto de 3. Evocar sensaciones
vista. Una vez más es como un descubrimiento hecho en primera
persona, como efecto de mis mismas respuestas que el interlocutor, «Antes de convencer al intelecto es preciso tocar y predisponer el
aparentemente «no experto», me devuelve reordenadas con la petición corazón.» Una vez más, el gran persuasor en nombre de Dios, Blai-
de confirmación. Si el paciente no manifiesta su acuerdo sobre la se Pascal, nos indica la importancia fundamental, en un proceso
paráfrasis que ordena en secuencia reestructurante sus respuestas a persuasivo, de evocar sensaciones.
las preguntas con ilusión de alternativas, esto indica que se está Podríamos definir su estado como el de «una marioneta rota con
fuera del camino y que, por lo tanto, hay que corregir el tiro. los ojos girados hacia dentro». Esta expresión, más que cualquier doc­
Así, parafrasear estratégicamente puede inducir el cambio en el ta explicación, evoca a una persona continuamente atenta a sus
interlocutor o inducir a cambiar de dirección en la indagación. En propios síntomas físicos y, por ello, incapaz de relacionarse con el
otras palabras, o es correctivo para el que pide ayuda, o lo es para el mundo exterior, una intensa sensación de cuán disfuncional es esta
que está intentando ayudar, que puede reorientar sus motivaciones modalidad, y empuja, más que cualquier intento forzado, a querer
hasta encontrar la aprobación del interlocutor a sus paráfrasis. cambiar.

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Dialogar estratégicamente significa inducir cambios en el inter­ equívocos, y demasiado a menudo se hace referencia al uso de me­
locutor mediante aquello que se le hace sentir; por lo tanto, el re­ táforas dentro del lenguaje terapéutico sin especificar su utilización
curso al lenguaje evocativo se convierte en esencial. estratégica y, sobre todo, limitando el poder evocador solo a la na­
Todas las figuras retóricas y las formas poéticas pueden utilizar­ rración de historias o a la cita de imágenes metafóricas.
se con este fin. Lo importante es que la formulación comunicativa La forma de comunicación preestablecida, pues, además de
provoque en el interlocutor el efecto evocador planificado y útil para adaptarse al interlocutor, ha de ser coherente con el estilo personal
los fines prefijados en el diálogo. En otros términos, que se utilice y relacional de quien la utiliza. Una persona grácil y con un hacer
un aforismo o una metáfora, una anécdota o un ejemplo concreto, una humilde que cite una de las sentencias del Arte de la guerra no solo
cita poética o una narración, una argumentación o un contrasentido, no evoca sensaciones estratégicas, sino que puede parecer ridicula y
es igual, con la condición de evocar la sensación que active el efecto poco creíble. Evocar sensaciones de forma estratégica es en realidad
emocional idóneo para el fin persuasivo. una técnica refinada y compleja, que requiere, para ser aprendida
Se puede redefinir eficazmente una situación de soledad deses­ como competencia, un ejercicio prolongado de la retórica, del reci­
perada, por ejemplo con una imagen: «Usted es como “una cerilla tado y del arte de la estratagema. En caso contrario, los efectos de
encendida en la oscuridad...”», o bien, utilizando una cita poética: esta arma de persuasión sutil y refinada no solo serán ineficaces, sino
Como para Saffo de Leopardi: «También el agua d el mar se aleja cuan­ también contraproducentes.
do usted se acerca a ella...». Ambas formulaciones son capaces de El persuasor estratégico requiere, de hecho, ser capaz de selec­
evocar sensaciones fuertes, que si se usan estratégicamente se con­ cionar el recurso retórico más adecuado a la situación y a la persona
vierten en correctivas. que hay que cambiar, presentarlo en el momento más idóneo del
El arte de utilizar esta técnica reside en orientar sus efectos en diálogo y en la forma verbal y no verbal más eficaz. Todo esto re­
dirección opuesta respecto a las actitudes y comportamientos que quiere una verdadera capacidad de funámbulo de la comunicación.
han de interrumpirse o cambiarse, y de forma ensalzada respecto a El diálogo estratégico estructurado en la secuencia de preguntas,
aquellas reacciones que hay que incentivar o incrementar. La evoca­ paráfrasis y sentencias evocadoras es como una partitura musical, ha
ción de sensaciones no ha de ser un mero ejercicio literario o una de poseer armonía y requiere un intérprete capaz de extraer plena­
exhibición de capacidad analógica, sino un preciso corte retórico que mente sus efectos. Diferentes ejecutores producen efectos distintos
golpee el punto de apoyo de las emociones del interlocutor para de la misma obra. Cualquiera puede aprender a tocar bien el piano
que se produzcan las reacciones deseadas. e interpretar un fragmento; sin embargo, pocos son capaces de es­
Con este fin, la formulación ha de estar en sintonía con el esti­ tremecer a los espectadores. Del mismo modo, cualquiera puede
lo comunicativo y las características personales de la persona. La aprender la técnica del diálogo estratégico y utilizarla discretamente;
estructura retórica escogida no ha de enfrentarse a los habituales sin embargo, pocos serán capaces de hacer de ella un verdadero arte.
sistemas de representación de la persona a persuadir, ya que de otro Pero si se estudia y se ejercita durante el tiempo adecuado, se puede
modo se produciría el efecto contrario. Por ejemplo, no será eficaz aprender a hacer preguntas estratégicas con ilusión de alternativas, a
contarle a un intelectual racionalista una historia zen, porque se parafrasear las respuestas reestructurándolas y a usar fórmulas para
sentirá tratado como un ignorante, mientras que probablemente evocar sensaciones. Esto nos hará capaces de guiar a nuestro inter­
quedará fulminado por un docto aforismo centroeuropeo. A este locutor hacia cambios terapéuticos. Para ser terapeutas eficientes, la
respecto, en la bibliografía científica sobre el tema hallamos muchos excelencia artística no es una cualidad indispensable. De hecho, en

52 53
la mayoría de los casos, poseer una buena técnica es cuanto basta Enmarcar todo el anterior proceso dialógico, con sus puntos
para obtener óptimos resultados. Finalmente, para saber si se puede cruciales, dentro de una secuencia lógica convenida por ambos in­
ser o no artista solo hay un modo, continuar desarrollando las pro­ terlocutores produce un efecto persuasivo formidable. Los estudios
pias capacidades técnicas buscando continuamente superar los psicosociales sobre la influencia personal (Cialdini, 1989) demuestran
propios límites. claramente que una serie de acuerdos mínimos en secuencia condu­
cen a un gran acuerdo final: se trata de «meter el pie en la puerta
para después hacer espacio para todo el cuerpo».
4. Resumir para redefinir «Cada cosa lleva a otra, que a su vez conduce a otra... si te con­
centras en hacer la más pequeña, luego la siguiente y así sucesiva­
«Las ideas se transforman en nosotros, triunfan sobre la resistencia mente... encontrarás que logras hacer las grandes cosas, habiendo
que inicialmente les oponíamos y se nutren de ricas reservas intelec­ hecho solo las pequeñas.»
tuales ya preparadas, que no sabíamos que estaban destinadas a ellas.» Con estas palabras, John Weakland, uno de los grandes maes­
Marcel Proust, en En busca d el tiempo perdido, nos indica que las tros de la terapia breve estratégica, guiaba a sus alumnos a concen­
ideas evolucionan en nosotros, nos descubren imágenes olvidadas y trar sus esfuerzos durante la terapia en los pequeños cambios en
recursos inesperados. Este proceso también puede ser inducido, de lugar de en los más grandes, para después, a través de una cadena
modo que las ideas se reorganicen en una nueva configuración. El progresiva de pequeños pero inexorables pasos, alcanzar con rapidez
mismo narrador continúa: «El gran talento, más que de elementos el objetivo del gran cambio. Todo esto hace venir a la mente una
intelectuales y de refinamiento social superior al de los demás, pro­ máxima de Napoleón Bonaparte: «Como tengo mucha prisa, voy
viene de la facultad de transformarlos, de trasladarlos». muy despacio».
Una vez completada la fase de búsqueda-descubrimiento o de Volviendo a nuestro resumir para redefinir, nos interesa poner de
inducción de nuevas perspectivas, se ha de continuar resumiendo manifiesto que el hecho de proponer al paciente este marco de con­
para enmarcarlo todo. Este resumen -un a secuencia articulada de las clusión hará que este se fije en él como representación mnemónica
respuestas de la persona—tiende a redefinir de forma concluyente los de algo ya realizado y no aún por realizar. Las consecuencias opera­
descubrimientos que hemos hecho de forma conjunta respecto al tivas que seguirán serán, de este modo, vividas como efectos de algo
problema presentado, a su persistencia y, sobre todo, a las soluciones: conocido y no de una realidad amenazadoramente desconocida.
estas, sin embargo, no se declaran directamente, sino que se propo­ Todos nosotros tendemos a reconocer, antes que conocer; así pues,
nen como consecuencia lógica del conocimiento alcanzado. De este dar un marco conocido a lo desconocido nos tranquiliza. Mediante
modo, el paciente es llevado de forma inevitable a un cambio, como esta maniobra se crea una sensación tranquilizante de conocimiento
efecto de lo que ha sido descubierto y convenido respecto a su ma­ respecto al problema y a su percepción, además de aquello que se
lestar. En efecto, esta maniobra es una especie de hiperparáfrasis que hace necesario para su solución. Este valioso autoengaño convierte
destaca el proceso entero del diálogo estratégico llevado a cabo, el hecho de poner en acción los cambios necesarios verdaderamente
construyendo a su alrededor el marco idóneo. Efectivamente, así más realizables, ya que no solo elimina la resistencia, sino que incre­
como un buen marco revaloriza el cuadro, este resumir para redefinir menta las expectativas positivas y el sentido de control de la persona.
consolida e incrementa todos los efectos inducidos anteriormente, Esta no sentirá tener que aventurarse en lo desconocido, sino que
haciéndolos confluir hacia el cambio. tendrá la idea de que parte a una aventura con precisas y tranquili­

54 55
zantes coordenadas que lo guiarán a la meta. Finalmente, la redun­ en nuestras tesis anteriores. Las conminaciones específicas, para
dancia de resumir, presentada de manera retórica, produce efectos poner en práctica por parte del paciente, son las mismas en las dis­
fuertemente sugestivos que potencian el efecto de la propia maniobra, tintas patologías y sus variantes.
ya que al proceso terapéutico en curso se le añade también un efec­ No se debe olvidar que sin aquella anterior investigación sobre
to hipnótico (Sevillat, 2004). las tácticas terapéuticas para las diferentes formas de trastorno psi­
A través de esta forma evolucionada de diálogo se puede traba­ cológico no habría sido posible estudiar la evolución técnica del
jar al mismo tiempo sobre cuatro niveles psicológicos fundamenta­ diálogo en la primera sesión, porque sin el estudio de las soluciones
les: percepción, emoción, comportamiento y cognición, mediante intentadas no habría sido posible seleccionar las preguntas estraté­
una sutil y elaborada forma de dirigir sin dirigir. gicas focalizadas sobre ellas. Del mismo modo, sin la puesta a punto
De hecho, «¡hay que meterse en la piel de aquellos que deben de estratagemas terapéuticas específicas para el desbloqueo de las
escucharnos y probar en uno mismo el efecto que hará el giro que distintas formas de persistencia de los problemas no habría sido
se dé al discurso, para ver si uno está hecho para el otro y si se pue­ posible construir las paráfrasis reestructurantes o seleccionar las
de estar seguro de que el oyente se verá como obligado a rendirse!» formas de lenguaje capaces de evocar las sensaciones de forma estra­
(Pascal, Pensamientos, 16). tégica. La única cosa que hace diferente la fase prescriptiva actual de
la elaborada y practicada en los años anteriores es lo que se ha reali­
zado antes, durante el diálogo, porque esto predispone al interlocu­
5. Prescribir como descubrimiento conjunto tor a aceptar las consignas que ha de poner en práctica. De este modo
se elimina el paso drástico de la fase de indagación sobre el problema
«Al final del viaje nos encontraremos en el punto de partida.» Con a la de conminación de las prescripciones. Toda la secuencia del
esta imagen poética Thomas Stern Elliot nos proporciona la idea de diálogo discurre con fluidez y llega de manera natural a las indica­
que el final de cualquier cosa abre el inicio de otra. Esto vale también ciones de lo que ha de hacerse. El armonioso evolucionar del diálo­
para el diálogo estratégico. go estratégico en las prescripciones a realizar convierte a estas últimas
Llegados al final de la sesión, tras haber seguido todas las fases no solo en aceptables, sino también en inevitables. El arte de la te­
descritas del diálogo estratégico, no nos queda sino convenir lo que rapia, en los hechos, no es hacer el cambio esperable, sino conver­
hay que realizar para hacer que los cambios de perspectiva, realizados tirlo en inevitable.
durante el coloquio, se conviertan en acciones operativas en la vida
real de la persona que ha pedido ayuda. La fase de las indicaciones
prescriptivas representa un punto fundamental, en cuanto que su­
pone el momento en el cual hay que transformar en tareas a realizar
todo lo que se ha descubierto, acordado y redefinido en el diálogo.
Esta es la fase del diálogo estratégico en la cual no existe una dife­
rencia sustancial con el estilo terapéutico del decenio anterior a su
puesta a punto. La clausura de la entrevista, con las prescripciones
que se dan para que se realicen entre una sesión y otra, parece sin
cambios respecto a los conocidos protocolos terapéuticos presentados

56 57
3. El diálogo estratégico en acción:
ejemplos de tecnología mágica2

«Una tecnología lo suficientemente evolucionada en sus efectos


no es diferente de una magia.» Con estas palabras uno de los máxi­
mos estudiosos del MIT (Massachussets Institute of Technology),
Clarke, nos dice que cuando la técnica llega a ser muy refinada, sus
efectos concretos pueden hacer pensar en un milagro.
Creemos que este es también el caso del «diálogo estratégico»
cuando se aplica a importantes y resistentes formas de patología
psicológica. Con el fin de aclarar aún más al lector la técnica rigu­
rosa que ha sido puesta a punto, presentamos a continuación algunos
ejemplos de aplicaciones reales.
Se ha escogido un variopinto abanico de casos -desde trastornos
fóbicos más o menos avanzados a las últimas especialidades de los
trastornos de la alimentación, a problemáticas más corrientes- afron­
tados por personas heterogéneas en cuanto a sexo, cultura y condi­
ción, así como en diversos contextos —de situaciones públicas y de­
mostrativas a otras más clínicas.
Los comentarios al margen sobre la comunicación servirán para
clarificar la estrategia evolucionada de cambio utilizada, puntuali­
zando cada maniobra específica y la secuencia procesal del problema
a la solución.
El lector podrá, de esta manera, dejarse caer en el interior del
riguroso y al mismo tiempo creativo arte del diálogo estratégico.

2. Este capítulo ha sido redactado con la colaboración de la doctora Simona


De Antoniis.

59
Caso I: dismorfofobia T. Ok. ¿Tú ya te has hecho alguna intervención
estética o es la primera vez que lo pides? focalizadas en
Atraídos por los métodos de la psicoterapia breve, los autores de un P. No, ya me he hecho una intervención esté­ las soluciones
conocido programa de televisión sobre medicina y salud propusieron tica: me he aumentado el pecho. intentadas
un experimento de «máxima audiencia»: la filmación de una sesión T. Ok, ¿y esto ha salido bien o te ha creado
de psicoterapia para demostrar al gran público cómo resolver en poco algún problema?
tiempo complicados problemas humanos. P. No, ha salido bien.
La paciente «designada» era una joven de veintitrés años que sufría T. Por lo tanto, en realidad —corrígeme si me rasis
un problema particularmente difundido en el ambiente del espec­ equivoco—tú has hecho una intervención para reestructurante:
táculo: la «dismorfofobia». En la práctica, tras haberse sometido a una corregir algo estético que no te gustaba, ha resumir
intervención para aumentar el volumen del pecho, la joven se dirige funcionado bien, y ahora deseas corregir otra redefiniendo
de nuevo a su cirujano plástico, esta vez para aumentar el volumen del cosa que según tú no está como quisieras...
labio superior. Con profesionalidad, el especialista rechaza la solicitud P. ¡Sí, justo!
y la envía a otro especialista, idóneo para el nuevo problema. T. Los labios.
La dismorfofobia es un fenómeno típicamente posmoderno P. Los labios.
(Nardone, 2003), en cuanto va ligado al creciente desarrollo del T. Sin embargo, tu cirujano te ha dicho «creo
sentido estético como fenómeno social y a la evolución de la cirugía que no hay necesidad, ve a hablar con...»
estética, basado en las posibilidades actuales de poder cambiar tam­ P. Sí.
bién lo aparentemente inmutable: el aspecto exterior. T. Uhm. Ok, ¿y a ti esto te fastidia, el hecho Indagación sobre
A continuación exponemos el «diálogo» entre la persona y el de que él te haya dicho «no hay necesidad» el modelo
terapeuta. o bien te tranquiliza? repetitivo de
P. No, digamos que... solamente me puede soluciones
Terapeuta (T): Buenos días, Cinzia. gustar. Porque, evidentemente, desde su intentadas
Paciente (P): Buenos días. punto de vista, el lado masculino, me ha
T. ¿Puedo tutearte? dicho que no hacía falta. Pero yo pienso en
P. Cómo no. mí y en lo que, de hecho, a mí me gusta.
T. Bien, ¿qué es lo que te ha traído hasta mí? Definición T. Ok, pero según lo que te gusta a ti, ¿sería Indagación con
P. En realidad, me ha traído hasta aquí mi ci­ necesario o no sería necesario? preguntas en
rujano, porque yo le he pedido que me haga P. Creo que sí. embudo para
una intervención en los labios para agrandar T. ¿Antes del aumento de volumen del pecho, localizar «cómo
el labio superior, pero él dice que, de hecho, estabas convencida de tener que arreglarte fu ncion a el
no hay necesidad. también los labios, o esto se te ha ocurrido problema»
T. Uhm... ¡Y así que te ha dicho que vinieras a después de la intervención?
hablar conmigo! P. Ehm... No, se me ha ocurrido después de la
P. Sí. intervención.

60 61
T. Por lo tanto, ¿tú has empezado a descubrir Resumir para T. Ah...
el defecto en los labios solamente después reaepm r P. Para mí son importantes una serie de cosas, una
de haber arreglado el defecto del pecho? de estas es estar bien conmigo misma, mirarme
P. Correcto, sí. Preguntas al espejo y estar contenta de cómo soy.
T. Ok... ¿Esto, qué te hace pensar? estratégicas:
T. Ok, pero si intervenir sobre un defecto y Preguntas
P. ¿A mí? A mí, nada... (Ríe) dirigir la
atención sobre el arreglarlo hace que descubras otro defecto estratégicas:
T. ¿Qué te hace pensar haber encontrado un y lo arreglas... y luego lo arreglas... incidir sobre las
defecto solamente después de haber arregla­
modelo
perceptivo P. Esto no lo he dicho. Puede ser que me pare soluciones
do uno anterior?
disfuncional, aquí, como puede ser que siga adelante, no intentadas que
P. Bien, en efecto sí... la gracia es esta. (Ríe)
haciéndolo se sabe. alimentan el
T. ¿Cómo es que antes no lo veías y ahora lo ves? em erger T. ¿Así que puede ser que te pares aquí? ¿Qué problem a
P. Bien... ¡Esta es una buena pregunta!
Guiar hacia el podría hacer que te parases aquí?
T. ¡E h.J
descubrimiento P. El hecho de no descubrir otros defectos. (Ríe)
P. ... que evidentemente aquel ya no lo miro,
porque ahora lo he resuelto, miro el otro. T Sin embargo, ahora el defecto en los labios
T. Ok. ¿Y piensas que después de haberte arre­ Evocar temor lo ves.
glado los labios podría haber cualquier otra P. Sí, bien, ¡efectivamente...!
cosa que corregir, o te contentarías? T. ¿Tienes presente el juego de las cajas chinas? Evocar
P. Eh, ¡no lo sé! Esta es la pregunta del millón... Abres una caja grande y encuentras una más sensaciones:
Realmente, no lo sé... pequeña; abres la más pequeña, encuentras asociar lo
T. Ok, imagina: arreglas el labio superior, se Escenario más otra aún más pequeña; abres esta más pe­ desagradable a
vuelve más bello. Funciona... ¿Podrías ver allá del queña y encuentras otra aún más pequeña... lo que se percibe
después otro defecto que corregir, según tú? problem a Si empezases a pensar que después de cada com o agradable
P. No. intervención correctiva que ha funcionado
T. ¿Por qué no? querrás otra, después de una intervención
P. ¡Porque no! volverás a querer otra, después de otra inter­
T. ¿Y crees que una cadena progresiva de inter­ vención tendrás ganas de otra más... senci­
venciones correctivas con el bisturí te mejo­
llamente porque corregir con el bisturí algo
rarían o te podrían hacer empeorar?
que funciona bien podría hacer que descu­
P. A nivel psicológico me hacen estar bien,
porque estoy en paz conmigo misma. Y lo brieras un nuevo defecto que arreglar, y un
importante para mí es esto: estar bien con­ nuevo defecto que arreglar... En otras pala­
migo misma, lo demás no me importa nada... bras, ¡podría ser el correctivo que se convier­
T. Por lo tanto, lo más importante para ti es Redefinir para te en lo que crea cosas nuevas que corregir...!
arreglar los defectos y luego estar bien con­ provocar lo que ¿Tienes presente a Michael Jackson?
tigo misma. es inaceptable P. Sí.
P. Cuidado, no. No. T. ¿Cuántas cosas se ha corregido él?

62 63
P. ¡Hasta lo inverosímil! (Ríe) entre terapeuta y paciente no está en absoluto «preparada», de manera
T. ¿Recuerdas? Empezó por la piel, luego la que lo que sucedió se refiere sin una mínima alteración de la escena.
nariz, luego la cara... El presentador continúa entrevistando a los protagonistas del
P. ¡No exageremos! ¡Hemos cogido un caso Redefinir para caso tras una breve introducción a modo de resumen de la situación
espectacular! cambiar, pasar que ha llevado al experimento televisivo...
T. ... ¿dónde llegó? Esto lo comento sencillamen­ de las sensaciones
te para decirte que una buena solución, si se evocadas a (Introducción del periodista)
repite, puede transformarse en un problema. proponer nuevas
P. Uhm. visiones Alargar la ju ven tu d es una legítima aspiración de todos. Aunque solo
T. Uhm... M i consejo es: empieza a pensar que La redefinición en apariencia, p o r qué no... pero podría también convertirse en una
corregir un presunto defecto puede serte de se convierte en obsesión. Esta es la historia de Cinzia.
ayuda, sin duda; sin embargo, también po­ una indicación Cinzia tiene veintitrés años, ya se ha sometido a una intervención de
dría transformarse en un problema que crea acordada en cirugía estética en el pecho, pero después de esta intervención ha descubierto
un nuevo problema, que crea un nuevo conjunto que tenía «otra cosa» que no le gusta... es decir, el labio superior. En este
problema... ¡como el juego de las cajas chi­ instante ha ido a su cirujano plástico, el mismo que la había operado ante­
nas! Y he utilizado la imagen de Michael riormente —el doctor Siniscalco— , que le dice: «Creo que hay que esperar.
Jackson precisamente porque es muy fuerte. Más bien, sería mejor que fueses a otro profesional, a unpsicoterapeuta,para
P. Sí, bien, en efecto... entender si todo esto es una aspiración legítima para sentirte mejor contigo
T. Te doy un consejo. Si me lo permites... misma, o si hay otra cosa detrás». Cinzia visita a Giorgio Nardone.
P. ¡Claro! Hemos mostrado, y lo estamos volviendo a ver, el docum ento de esta
T. En las próximas semanas diviértete yendo Prescripción psicoterapia breve, de esta prim era sesión de psicoterapia breve, en el
delante del espejo al menos cinco veces al día, directa de un curso de la cu al e l profesor Nardone intenta com prender si hay algo
cada tres horas durante cinco minutos, con ritual que sature detrás de este deseo de Cinzia de rehacerse también el labio superior. Le
un lápiz y un papel, y diviértete encontrando hasta la ruptura da también una pequeña tarea: «en los próximos días ve fren te a l espe­
todos tus defectos. Escribe y piensa en cómo d el modelo jo y escribe todas las cosas de ti misma que no te gusten ».
deberías corregirlos, escribiendo también esto.
Esta es una óptima manera de evitar el juego Periodista (Per): Cinzia... ¿Qué sensación te ha causado ver otra vez la
de las cajas chinas, ¿de acuerdo? conversación que tuviste hace unos días con el profesor Nardone?
P. Bien. P. Digamos que me ha hecho mucho efecto... digamos que me
ha hecho recordar un buen momento, porque esta conversación
para mí ha sido muy importante.
Segunda entrevista Per. ¿Un buen momento?
P. Sí, porque me ha bloqueado, ha bloqueado lo que yo pensaba.
Tras la primera entrevista, el terapeuta y Cinzia se ven una segunda vez, Per. Disculpa... ¿Te ha «bloqueado», o ha «desbloqueado» lo que
directamente en los estudios de televisión. La entrevista transmitida pensabas?

64 65
P. No, ha bloqueado lo que yo pensaba. T. Ninguna otra.
Per. Es decir, tu decisión. Per. Disculpe, profesor... ¿Qué significa esto, que había un proble­
P. Sí, mi decisión. Sí, de rehacerme el labio superior. ma inicial...?
Per. ¡Ah! ¿Y cómo es eso? T. Bien, digamos que seguramente Cinzia ha reaccionado de la
P. Lo ha bloqueado, sí. En diez minutos consiguió hacerme ver por mejor de las maneras. Ha sido muy sensible y colaboradora,
un instante más allá de la apariencia estética... de lo que yo podía por lo tanto, el hecho de haberla guiado a que sintiera las cosas
querer o no querer. Así que, por el momento, lo he dejado correr de modo diferente ha activado enseguida lo que tenía que
todo, porque lo estoy pensando muy bien. Me ha impactado. activar; tanto que no ha sentido la necesidad de hacer la tarea,
Per. Escucha... Bien, ¿qué es lo que, en particular, ha desmontado la prescripción, que era solamente un refuerzo de la sesión.
esta convicción que tenías? Normalmente, después de una sesión de este tipo, la mayoría
P. El hecho de que yo no veía el problema de mi labio superior de los pacientes no sigue la prescripción porque no lo necesita,
antes de que me sometiera a la intervención del pecho. Para ya que el cambio ya ha sucedido en la sesión. Si, en cambio,
mí esto antes no era en absoluto ningún problema, solo después el impacto en la sesión no ha sido lo bastante fuerte, entonces
de la operación noté este defecto. la tarea se realiza. Ahora, es muy importante pensar cómo ha
Per. A propósito, ¿has hecho las tareas? llegado Cinzia a la situación inicial de activación de la duda
P. No, no las he hecho porque no ha habido necesidad. No ha de necesitar otras intervenciones y, por lo tanto, la hemos
habido necesidad en absoluto. cogido en un momento en el que seguramente ha sido más
Per. ¿Has tomado de repente una decisión tras una sola sesión de fácil hacer palanca sobre el cambio. Cuando llegan personas
psicoterapia breve? que se han sometido a muchas intervenciones quirúrgicas, que
P. Sí, sí, ¡me ha impactado verdaderamente mucho! continúan teniendo la obsesión de la intervención sobre fenó­
Per. Profesor Nardone, ¡explíquelo mejor! menos estéticos inexistentes, o bien con problemas creados por
T. Bien, hacer un diálogo estratégico como el que han visto no las mismas intervenciones quirúrgicas en sucesión, entonces
es intentar comprender, sino intentar hacer sentir a la persona seguramente no basta una sesión. Sin embargo, es verdad que
que viene a nosotros lo que nos presenta, que es un problema, la intervención terapéutica puede conducirse siempre en un
desde una perspectiva diferente. Estimular una percepción número muy limitado de sesiones si se trabaja llevando a la
distinta del mismo fenómeno que le haga cambiar completa­ persona a través de las preguntas y de sus respuestas y de las
mente la reacción y la cognición. paráfrasis a sus respuestas no a comprender, sino a sentir de
Per. ¿Cambiar el punto de vista? modo diferente.
T. Sí, cambiar el punto de vista. Y esto a través de una serie de
preguntas, como habrán observado y oído, preguntas particu­ Para resumir esquemáticamente la técnica del diálogo estratégico
lares que guían a la persona a través de sus mismas respuestas aplicado a la dismorfofobia nos parece útil ofrecer un esquema se-
a cambiar su punto de vista. Y las paráfrasis que he hecho para cuencial de las maniobras efectuadas.
confirmarlo han reforzado sus nuevas sensaciones.
Per. ¡Todo esto en una sola sesión de psicoterapia breve! Es decir,
¿después no ha habido otras?

66 67
Caso II: depresión de ejecutivo
Gráfico resumen de la secuencia de este diálogo estratégico

PROBLEMA Al finalizar un seminario sobre comunicación y el problem solving


«Según mi cirujano plástico no necesito estratégico dirigido a ejecutivos, existe el espacio imprescindible de­
la intervención» dicado a la aplicación de las técnicas y de las lógicas ilustradas, con
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de un voluntario del público dispuesto a exponer su propio problema.
alternativas alternativas Con mucho valor, se adelanta una mujer de unos cuarenta años que
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de presenta una dificultad personal en la vida y en la elección profesio­
alternativas alternativas nal. El diálogo asume las características de la investigación-interven­
PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE ción; a través de las preguntas estratégicas se guía a la mujer a que
RESUM IR REDEFINIENDO especifique mejor, sobre todo a sí misma, los términos concretos del
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de problema para, a partir de ahí, trazar las conclusiones que antes eran
alternativas alternativas invisibles para ella, ya que estaba atrapada en su rígida percepción
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de del problema.
alternativas alternativas
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de Terapeuta: ¿Cuál es el objetivo que quieres conse­ D efinición del
alternativas alternativas guir presentándote como voluntaria? problem a
PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE Paciente: Eh... tener fuerza para tomar la decisión
GUIAR AL DESCUBRIMIENTO de cambiar de trabajo.
PREGUNTA: ESCENARIO MÁS ALLÁ T. Uhm, bien. Y... ¿cuál es el problema que te
DEL PROBLEMA
impide hacerlo: una debilidad personal tuya
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de o una condición del entorno?
alternativas PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE alternativas
P. Una debilidad personal.
PROVOCATIVA
T. Ok. ¿Y tu debilidad personal está en tomar
PREGUNTA ESTRATÉGICA
decisiones... o en el miedo a los efectos de
EVOCAR SENSACIONES A TRAVÉS la decisión?
IMAGEN METAFÓRICA
P. En el miedo a los efectos de la decisión.
EVOCAR SENSACIONES
T. Por tanto... corrígeme si me equivoco, tú Tres preguntas
REDEFINIR LAS SENSACIONES
en este momento te encuentras ante una generales y
EVOCADAS
encrucijada... tendrías que tomar la deci­ paráfrasis de
PRESCRIPCIONES CO M O
DESCUBRIMIENTO C O N JU N TO ,
sión de cambiar de trabajo, pero a causa de resumen
DE LO QUE HARÁ CAMBIAR tu debilidad personal no eres capaz de ha­
Ritual de la evaluación estética cerlo porque temes los efectos de esta deci­
sión.
SOLUCIÓN P. Sí.

68 69
T. Ok. Según tú, ¿los efectos de esta decisión T. Por lo tanto, si no me equivoco, de otro
te afectarían solamente a ti o también a otras modo corrígeme, tú en este momento temes
personas? tomar una decisión que te expondría a ti o
P. También a otras personas. a las personas que quieres a efectos más bien
T. Bien, ¿y los efectos de esta decisión serían' difíciles... y no hay ninguna certeza de que
inmediatos o a largo plazo? después... tú podrás remediar estos efectos
P. Esto no lo sé... quizá... quizá inmediatos. en un futuro, ya sea a corto o a largo plazo.
T. Ya... De acuerdo. P. Sí, no tengo la certeza a corto plazo, a largo
P. Pero... sin embargo... aquí... los efectos no plazo sí podré remediarlos.
sé si decir efectos positivos o negativos, T Por lo tanto, si no me equivoco, tú a largo Resumir para
pero... plazo sabes que seguramente remediarás los redefinir
T. ¡Ah! Esto es interesante. efectos de una decisión que acarrea efectos
P. Inmediatos los veo negativos, a largo plazo, negativos de inmediato.
quizá positivos. P. No estoy tan segura, pero tengo mucha Preguntas en
T. Por lo tanto, si no lo he entendido mal... si Reclefi¡n icion del confianza, mucha... «em budo»
no corrígeme, tú estás en un impasse... has T. No estás segura pero tienes mucha confian­
de tomar una decisión y esta decisión tendría través de za. ¿Tu confianza en los efectos positivos a
efectos importantes que de inmediato serían paráfrasis largo plazo... se basa en el hecho de que son
negativos, pero a largo plazo podrían ser proyectos reales... o en una expectativa tuya?
positivos... sin embargo, los efectos negativos P. En el hecho de que son proyectos reales y en
a corto plazo no solo te afectan a ti, sino el hecho de sentir m ucha potencialidad
también a otras personas. inexpresada.
P. Sí. T. Ok... ¿Y esta potencialidad inexpresada que
T. Y por miedo a estos efectos tú estás titubeando. sientes, es inexpresada porque tu actual rol
P. Sí... digamos que estoy paralizada. laboral te lo impide o porque tú no consigues
T. Bien... Y valorando los efectos de tu decisión, expresarla en tu actual rol laboral?
mhm... ¿estás dando más peso a los efectos P. Más de lo segundo...
negativos del momento o a los posibles T. ¿O sea?
efectos positivos a largo plazo? P. Porque yo no consigo expresarla.
P. A los efectos negativos del momento. «Crear de la T. Por lo tanto, corrígeme si me equivoco, tú Redefinir a
T. Los efectos negativos del momento... ¿serían nada» eres una persona que tiene un problema en través de
efectos irreparables o podrían superarse en decidir si deja un trabajo o no. Estás m uy paráfrasis
un tiempo relativamente breve? indecisa porque hay efectos negativos a
P. Esto no lo sé, sí, superados pero... quizá no corto plazo que influirían no solo en tu vida
en un tiempo relativamente breve. sino también en la de personas queridas;

70 71
3

estos efectos negativos podrían ser solo a presar tu potencialidad y que han funciona­
corto plazo, porque a largo plazo podrías tener do... pero después de un tiempo las has
realmente otras circunstancias... y tú estas dejado... y, obviamente, has vuelto a la si­
cosas las sientes, aunque no estás segura... pero tuación precedente.
sientes que donde estás, estás bloqueada en P. Sí. (Asiente)
expresar tu potencialidad, pero que el bloqueo T. Permíteme que utilice una imagen un poco Parafrasear con
no deriva de la situación en la que te encuen­ extraña: así que tú eres una persona que tiene el enunciado
tras sino de tu incapacidad de expresarte. un problema donde trabaja, una frustración directo: el
p. Sí. (Asiente) Orientar a en no poder expresar su propia potencialidad, «punto de vista
T. Corrígeme si me equivoco, ¿podemos pensar través del tanto que decides «me voy»... pero si me voy, d el interlocutor»
que si consigues superar tu bloqueo personal «escenario más corro riesgos más bien grandes... para mí y para
podrías cambiar la situación en la que estás allá del personas queridas... Por otra parte, cuando he Añadir para
trabajando sin abandonarla? problema» hecho cambios en mí he conseguido cambiar cam biar
R Algunas veces lo he intentado y he obtenido Desarrollar la situación de mi entorno... sin embargo, no
resultados apreciables, pero... ha durado supuestos hasta he conseguido mantener los cambios en mí.
poco. sacar P. (Asiente) Sí.
T. De acuerdo. Cuando lo has intentado, ¿ha conclusiones: T. Ok... Entonces, en este momento, ¿debemos Mostrar la
cambiado alguna cosa en ti o en los demás? «hacer subir al cambiar la organización o debemos cambiar encrucijada a
P. En todos los ámbitos, en mí y en los demás. enem igo al tus estrategias? quien apunta en
T. ¿Pero por dónde ha comenzado? desván y luego P. Mis estrategias, seguramente. una sola
P. Por mí. quitar la T. Y en este momento, ¿es indispensable mar­ dirección
T. Y has producido efectos en los demás, si no escalera» charse o es indispensable cambiar tu forma
me equivoco. de permanecer allí?
P. Ajá. (Asiente) P. (Pausa) En este momento yo siento que es
T. Ok... ¡Sin embargo, has dicho que ha dura­ indispensable marcharse.
do poco! ¿Pero tú después has perseverado T. Ok, y...
en las cosas que funcionaban, o después de P. Porque si se repite esto, intentar cambiar en
un tiempo las has dejado porque eran incó­ este contexto, evidentemente si yo abando­
modas? no, es porque hay resistencias por las que no
P. Las he dejado. Reestructuración vale la pena...
T. Ah... Permíteme que puntualice, de otra circular del T. ¿Pero resistencias por parte de los demás o
forma no lo entiendo... pero corrígeme si modelo fallido por tu parte?
me equivoco: si no lo he entendido mal, tú de soluciones P. Por mi parte, probablemente pienso que no
has puesto en acción estrategias exitosas intentadas vale la pena invertir demasiado en este tipo
donde trabajas... que te han permitido ex- de contexto.

72 73
T. Ah, ok... recuerdas... T. Ok. Este es un recurso importante que La enseñanza de
P. Así que me canso, lo dejo por este motivo. aprovechar... y que va al encuentro de la idea los «grandes»
T. Por lo tanto, si no lo he entendido mal, tú Redefinir a «soy yo quien debo cambiarme a mí misma
podrías cambiar la situación, incluso lo has través de para cambiar a los demás». ¿Recuerdas lo que
conseguido, pero el hecho de no lograr ' paráfrasis hemos dicho antes de Gandhi?: «Sé lo que
mantener la estrategia de éxito te hace pen­ tú quieres que el mundo sea». Si quiero
sar que no vale la pena. cambiar a los demás, debo comenzar por
P. Uhm... (Asiente). cambiarme a mí misma, pero manteniendo
T. Ok, ¿has estudiado latín en el colegio? la línea.
P. (Asiente) P. Solo que es demasiado cansado, es decir...
T. ¿Te hicieron traducir las fábulas de Fedro? T A veces la vida es cansada, pero, ¿es más
P. Alguna vez... no recuerdo... (Asiente). Evocar cansado quedarse y esforzarse en ser lo que
T. ¿Recuerdas la de la zorra y las uvas? sensaciones: tú quieres que el mundo sea, o... marcharse
P. Sí (Asiente). «¿vale la pena?»: y padecer todos los efectos de la fuga?
T. ¿Qué te recuerda? reestructuración P. No, en efecto, no... Aunque si luego... de
P. Cuando la zorra no llega a alcanzar las uvas a través de los hecho pienso que... pienso que la fuga es
dice que están agrias. clásicos también, de alguna forma, un acto de cora­
T. Ah... ¿Crees que tiene algo que ver con tu je, porque...
situación, ... o, por el contrario, está lejos? T. Uhm, esto... normalmente, permíteme, y
P. (Pausa). No, no lo veo así. corrígeme si me equivoco...
T. Ya, y ¿nunca has pensado que... existe una Evocar temor P. No, es verdad.
regla... particular en la vida? Se puede abando­ T. Ok, lo has dicho tú misma, ¿verdad?... Esta
nar un campo de batalla solo cuando se es capaz es la justificación que se dan los que... no
de perm anecer en él; si se abandona cuando no son dignos ni d e una vida ni d e una m uerte
se es capaz de permanecer en él, es una fuga. heroica. ¿He de añadir aún alguna cosa o ya
P. (Asiente) Uhm... has visto el camino que has de recorrer?
T. Y toda fuga nos deja heridas que no se curan. P. ¡Ay! ¡Sí!
P. (Pausa, asintiendo) Así que vale la pena in­ T. ¡Ay! ¡Sí! Perfecto.
sistir y encontrar esa carga...
T. Vale la pena... llegar a ser capaz de perma­ Prescribir como
necer, para después decidir si marcharse o «descubrimiento
no. Si uno se va cuando se es incapaz de conjunto»
estar, es una fuga.
P. De hecho, por eso no me iba, porque he
comprendido que estaba huyendo.

74 75
Gráfico resumen de la secuencia de este diálogo estratégico Caso III: vom iting

PROBLEMA A continuación se presenta un ejemplo de intervención con una


Encontrar más decisión para el cambio especialista de trastornos de la alimentación.
de trabajo
Ilusión de
Como sucede a menudo, las personas se dirigen al Centro di
Ilusión de PREGUNTA
alternativas alternativas Terapia Strategica de Arezzo como «último recurso» y después de
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de que el problema se haya agravado y complicado, debido también a
alternativas alterrjativas intervenciones terapéuticas inadecuadas.
RESUMIR PARA REDEFINIR Las trampas ligadas a una relación difícil con la comida son
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de numerosas y nuestra paciente había conseguido caer en gran parte
alternativas alternativas
de ellas; la última es la demoníaca trampa del vomiting, el síndrome de
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
alternativas alterrjativas comer para vomitar.
RESUM IR PARA REDEFINIR En este caso específico, la terapia fue dirigida «en tándem» por
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de Giorgio Nardone y Simona de Antoniis. Lo que sigue es un ejem­
alternativas alternativas plo óptimo que ilustra la forma en que el diálogo estratégico pue­
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de de funcionar no tan solo para una persona, sino también para la
alternativas alternativas
familia.
PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE
PREGUNTA
ESCENARIO MÁS ALLÁ DEL PROBLEMA Coterapeuta (C): ¿Cuál es el problema que les trae aquí?
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de P. He tomado este libro suyo como pretex- Definición del
alternativas alternativas to... problem a
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
C. ¿Sí?
alterrjativas alternativas
P. «Más allá de...»
PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de C. «Más allá de la anorexia y la bulimia».
alternativas alternativas P. Porque hace muchos años que... que
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de sufro anorexia. Es decir, antes había
alternativas alternativas adelgazado un poco, pesaba once kilos
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
menos que ahora...
alternativas alternativas
T. Uhm.
PARAFRASIS REESTRUCTURANTE
EVOCAR SENSACIONES P. Luego fui a psicoterapia. Una psicóloga
PRESCRIBIR CO M O DESCUBRIMIENTO que, he de decirlo, me ayudó bastante,
CON JUNTO DE LO QUE HARÁ CAMBIAR / pero a nivel «psicológico». Por todo lo
ILUSIÓN DE ALTERNATIVAS PARA que respecta a... las cosas prácticas, sobre
, NEUTRALIZAR LA RESISTENCIA esto, o sea... sobre mi duda sobre la co­
X mida... todo ha permanecido...
SOLUCIÓN
76 77
C. Ok. Así que habéis hablado. Y empiezas a tener la primera fase de Redefinir para
P. Sí. fantasía... reestructurar
C. ¿Este tipo de trabajo que has hecho con Sí.
la psicóloga consistía en hablar, expre­ ... después una especie de carga, pesada... Técnica de la
sarse, o también te dio tareas precisas? hasta que has de acabar sobre la comida, anticipación
P. No, hablar y expresarse. a comer, comer, comer... y luego... vo­
C. Entendido. mitar.
Madre Al principio, las tareas eran para nosotros, Sí. Indagación
como pesarla cada tres días o cosas así. Ok. Cuando lo haces, ¿este proceso lo focalizada en
Padre Nos daba las tareas a mí y a ella. haces una sola vez o lo repites? «cómo funciona»
T. ¿Y qué tareas les dio? ¿En un día? el problem a: la
M. No insistir en la cuestión de la comida. Sí. secuencia
Dejarla, cómo se dice... bastante «libre», ¿En un día? Repetidamente. temporal
en el sentido... siempre. «Repetidamente», Ok. Así que más Paso a paso
P. Yo empecé con la alimentación mecáni­ atracones y vómitos. redefinición
ca, una nutricionista y una alimentación Sí. guiada de los
mecánica... ¿Son consecutivos o con intervalos de descubrimientos
T. Más o menos todas empiezan así, ¡no Partir después tiempo? Indagación
eres original...! (Pausa). Bien, ¿luego la para llegar antes Consecutivos. O también... depende. focalizada en
cosa evolucionó, en el sentido que em­ ¿Tus encuentros con esta dimensión «cóm o fu n cion a»
pezaste a limitarte, o a comer y vomitar? suceden habitualmente fuera de las co­ el problem a: las
P. Eh... ¡Sí! Secuencia de midas, con rituales que tú te construyes, modalidades
T. «Eh... ¡Sí!»... Escucha... Roberta. preguntas en o en las comidas? Resumir para
P. Sí. «embudo» para Fuera de las comidas. redefinir
T. ¿Tú comes y vomitas normalmente todos localizar el Por lo tanto, comes regularmente...
los días o no siempre? modelo Sí.
P. No, no. Antes era más... era más... ocu­ disfuncional de Controladísima...
rría más a menudo, ahora mucho menos. percepción y Controladísima.
El problema es que si yo estoy ocupada, reacción Sin embargo, fuera de...
he de tener mi vida ocupada cada cinco ¡Es un desastre! Indagación
minutos, no pienso en ello y va bien. Si Es un desastre... ¿Las cosas para comer focalizada en
durante cinco minutos de mi vida estoy y vomitar las consigues tú sola o te las «cómo funciona»
sentada en una silla... consiguen ellos? el problem a: la
T. Como te relajes... ¡te viene el rapto! No. ¡No me las consiguen ellos! O sea, calidad de
P. Sí. lo que encuentro, cualquier cosa, no es la comida

78 79
que tenga un... no. No voy... no salgo,
compro... ¡no! Pero no es tanto la... No, pero... -aparte
M. ¡Ya no hago más postres, nada más...! de esto—no es tanto la cosa del... Es
P. ¡Sí, pero es igual! precisamente no encontrarme a mi aire...
T. Es igual... ¿Qué sueles comer? o sea, decir «quiero comer esto. ¡Lo
P. Cualquier cosa, es decir, no... hago!» No encontrarme precisamente a
T. ¡Lo que encuentras! mi aire con la comida, ¡para nada! Es
P. Lo que encuentro, no es que tenga pre­ decir, desde que empecé la alimentación
ferencias. Antes eran más los dulces, mecánica parece que todo lo que tengo
ahora no... que comer es lo que me dan... y nada
T. Vale, Roberta, ¿te la preparas, en el sen­ más... y nada diferente.
tido de que cocinas, o te comes lo que Y si vas más allá de esto, has de comer y
encuentras ya preparado? vomitar.
P. A veces sí, depende... A veces sí... Sí. Añadir para
T. ¡Depende de cómo te encuentras! ¡Tanto que has perdido el control! cam biar
P. Sí. O no lo hago. Es decir: o no lo hago
T. Te cocinas la pasta, te haces las cosas... precisamente...
P. Cosas m uy elaboradas no, ¡eh! Pero si pierdes el control, luego... vomitas.
T. Basta con llenarse. Tanto que lo que gusta Evocar Si pierdo el control, sí. Rara vez lo hago,
es: llenarte y vaciarte... llenarte y vaciarte... sensaciones ahora últimamente consigo alguna cosa
P. (Asientej. más...
T. ¿Sí? Bien. (A los padres). ¿Y ustedes, en Indagación sobre Ok, Roberta, pero tú has dicho antes Volver a los
este momento, dejan que todo vaya las soluciones que norm alm ente te construyes tus puntos tocados:
como va o intentan intervenir de alguna intentadas de la momentos; por lo tanto, no son preci­ «lineal contra
manera? samente pérdidas de control, sino cosas circular»
M. No, últimamente ella... O sea, trabaja... buscadas... si no me equivoco, ¿verdad?
en un centro de llamadas, ¿no? Y está Sí, es decir... ehm... ¡No lo sé! Es decir,
mucho tiempo fuera de casa. Así que... no... consigo entender si son así. Ni si­
creo que actualmente lo hace más fuera quiera yo sé por qué...
de casa. Ya. ¿Qué parte del libro es la que te ha
P. No, yo nunca lo hago fuera de casa. hecho tomar la decisión de venir aquí?
Padre Digamos que ahora lo dejamos correr Es por el tipo de terapia que... es decir,
porque no es frecuente... antes eran ¡se hace! El hecho de que, sobre todo,
más... Ahora, o quizá también ella... para resolver determinados problemas
intenta estar más pendiente... no se necesita buscar las causas que los
produjeron, pero más que otra cosa
80
81
mirar... es decir, lo que hay que hacer, T. ¿Solamente te das dos posibilidades de
resolverlo al momento, sin... personalidad?
T. ¿Te has visto reflejada en alguna de las P. ¡No!
imágenes descritas? T. ¿Te reduces a dos? ¿Solo a dos?
P. Había una chica... P. No. En el sentido de que hay una parte «Enturbiar las
T. Entendido. de mí que consigue focalizarlo todo de aguas para que
P. Sí, pero no... Precisamente... o sea, algo de forma lúcida; sin embargo, después, al floten los peces»
una... No es que me haya focalizado en mismo tiempo...
una persona sola, he tomado alguna nota... T. ¡Te sale!
T. Ok, bien. Si tuviésemos, en una escala del Desconfiar para P. Sí.
1 al 10, que valorar lo motivada que estás movilizar y T. Cuando sale esta dimensión, esta dimen­
para dejarlo, ¿qué puntuación te darías? m otivar sión es otra dimensión... el doctor Jeckyll
P. ¡Diez! y Mr. Hyde... ¡Y luego está lo demás!
T. ¿Estás segura? P. Además, pienso... por ejemplo, última­
P. Sí. mente con que hace... hace mucho que
T. ¡Mira que te pondré a prueba...! no vomito. Es decir, ahora vomito muy
P. ¡Son tantos años...! Es decir, fuerza de vo­ raramente, precisamente porque me
luntad, tengo. He de admitir que muchas esfuerzo en cada momento del día. Ade­
veces he... no es que haya tenido «miedo»; más, ellos lo saben. El sábado y el do­
sin embargo... no lo sé, es como si... ¡boh! mingo voy a la playa, de lunes a viernes
Es como si una parte de mí estuviese fre­ trabajo en Roma, vivo en provincias, así
nada, aunque después la fuerza de voluntad que...
es salir, pero siempre hay algo que... Uhm... T. ¡Sin embargo, ellos desconfían! Ellos han «Enturbiar las
«un diablo tentador», lo llamo yo... dicho: «Quizá lo hace fuera de casa»... aguas para que
T. Es un demonio... ¡que te trastoca! Infundir temor y P. No. Sin embargo, yo nunca lo hago floten los peces»
P. Ah. evocar fuera de casa.
T. La tentación... sensaciones con Padre Quizá cuando nos ausentamos... La
P. Sí. imágenes dejamos sola en casa...
T. Bien. Por esto te digo que dudo de tu 10... metafóricas P. Yo no lo hago nunca fuera de casa...
P. De hecho... No, yo hablo como fuerza... ¡Nunca!
es decir, como... Porque creo que tengo M. Cuando nos ausentamos, porque últi­
una doble personalidad cuando estoy así. mamente yo, cuando estoy presente no
Cuando logro estar lúcida, consigo ha­ me ha parecido haberla... Antes me daba
blar de mis problemas y decir cómo están cuenta... ¡Puede ser que se haya espabi­
las cosas... lado!

82 83
T. Y para hacerlo bien hay que hacerlo a Evocar T. Entonces quisiéramos medir cuánto lo Estratagema del
escondidas. Es más bonito... ¿Tengo sensaciones estás «de verdad» y lo haremos a nuestro truco revelado
razón? estilo, dándote indicaciones precisas que
P. También la psicoterapeuta me dijo que nos permitirán ver si eres una transgre-
si he de hacerlo, he de hacerlo a escon­ sora «arrepentida» o una transgresora
didas, que ellos no han de verlo. «complacida». Tenemos que saberlo.
T. ¡Ah!... Bien... ¡Es una manera de perfec­ (A los padres) Estas indicaciones se las
cionarse! Ok. ¿Toda la familia está aquí daremos solo a ella, pero para ustedes
o hay otros miembros? vale una indicación importante y es que,
P. Tengo un hermano. desde hoy hasta cuando nos volvamos a
T. ¿Mayor o pequeño? ver, cualquier cosa que ella haga o no
E Más pequeño. Tiene veinte años, yo Ironizar para haga, ustedes han de observarla sin in­
tengo veintiséis, él veinte. exorcizar tervenir...
T. Bien. ¿Él interviene de alguna forma o Padre Ya lo estamos haciendo.
se mantiene al margen? T. ... como ya están haciendo: «observar sin
(Pausa. Miradas interrogantes entre madre intervenir».
e hija) M. Sin poner caras tristes... caras alegres...
M. ¿Cómo dice? T. ... y también tendrán que «evitar hablar
P. ¡Dios mío! Es extraño, eh... ¡Mi herma­ del problema». Es todo asunto suyo.
no es extraño! M. Nunca, nunca hablamos de él. ¡Es ella
M. Ahora es militar... Está poco por eso. quien empieza algunas veces...!
T. Bien. P. Antes, al principio se había convertido
M. Sin embargo, antes se mantuvo bastante un poco en el centro de la... pero ahora,
a distancia. Nunca la compadeció... en cambio...
nunca la... Estuvo siempre distante. Padre Porque el problema era, sustancialmen­
P. Es una persona un poco cerrada... mi «Doble vínculo te, que ella había llegado a un peso pe­
hermano. Así que nunca sabes lo que terapéutico» ligroso y en aquel momento...
piensa, nunca sabes... Quizá sufra cien T. Cierto, cierto... (A la paciente) Pero esta
veces más que los otros, pero siempre era otra fase, ¿verdad? Esta era la fase de
parece ser... fiel al deber. abstención. Ahora en esta fase normal­
Padre Sin embargo... el sufrimiento... ¡Su si­ mente no existen riesgos.
tuación la sufría! Padre El gran problema era la fase de peligro
T. Tú has dicho que estás motivada para y estábamos precisamente «a cero»...
dejarlo, ¿verdad? P. No es algo... es decir, se pasa así, o de la
P. Sí. abstinencia... a...

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T. Ah. Escucha... San Agustín -lo dijo, Cita de los estarías para dejarlo. Tú has dicho diez»...
¿no?- escribía: «Es más fácil la abstinen­ «grandes» ¡ahora tendrás que demostrarlo!
cia que la moderación». O la abstinencia, Ok... (Asintiendo)
o la pérdida de control. Y yo te he dicho también que más bien
desconfío porque, al haber conocido
P. Es verdad.
T. Una vía en medio... a muchas, muchas, como tú... —como
P. ¡No existe la vía del medio! has dicho- sé bien que existe una dife­
T. (A los padres) Bien, si quieren ponerse rencia...
cómodos, después nos despedimos. Hay una diferencia, ¡es verdad!
M. Bien. ... entre la voluntad...
Padre Gracias. ... y lo que se consigue hacer.
(Los padres salen) ... y cierta reacción epidérmica, arreba­
T. Una cosa que no está escrita en el libro Evocar tadora que te viene, ¿eh?
-¿ok?- es que aquí hacemos interven­ sensaciones Sí, lo sé.
ciones breves, focales. Por lo tanto, no­ Por lo tanto, déjame resumir, si no he­
sotros te daremos solamente diez sesio­ mos entendido mal. Corrígeme. Tú
nes de plazo... Infundir temor empezaste hace muchos años con una
P. Después de las que... (Ríe) fase anoréxica abstinente, después...
T. Si no vemos ningún cambio, te dejamos. Uhm... Es decir... Yo, después, ahora que
En el sentido de que si no conseguimos han pasado muchos años, lo veo todo
ver ningún cambio en diez sesiones, con un poco de confusión...
quiere decir que nuestro método no ¡Cierto!
funciona y no queremos convertirnos en O sea... no tengo una visión precisa de
cómplices de tu problema si no somos lo que...
capaces de ayudarte a resolverlo. Bien. Déjame resumir... Resumir para
P. De acuerdo... Correcto. Ah, ok. definir
T. Tú has leído que la terapia continúa con Empezaste con la dieta mecánica, luego
indicaciones que se dan, las prescripcio­ empezaste a restringir, luego empezaste
nes. Estas pueden parecer banales, ilógi­ a vomitar. Has descubierto que puedes
cas, grotescas... hacer algo tecnológicamente más evolu­
P. No... ¡las he visto! cionado: comer y vomitar. La cosa gra­
T. ... han de seguirse al pie de la letra, ¿de dualmente se ha convertido en un placer,
acuerdo? Ahora, antes te he hecho una te ha enganchado, enganchado, engan­
pregunta, al pedirte una puntuación chado... Últimamente, por lo que parece,
entre cero y diez, sobre lo motivada que te esfuerzas, estás fuera y consigues hacer

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lo menos, pero cuando tienes un momen­ puedes más... en aquel momento, te
to libre... acabas dentro. ¿Tengo razón? esperas una hora y después vas a vomitar.
P. Sí. Imagen Por lo tanto, te pedimos que continúes
T. Por lo tanto, en este momento consigues reestructurante dándote tus atracones -como siempre has
evitar hacerlo unas pocas veces sencilla­ hecho, cómo y cuándo te plazca—come
mente porque te mantienes como Vitto- Evocar hasta sentirte llena... bien... bien... bien...
rio Alfieri atado a una silla; cuando haces sensaciones para Cuando sientas precisamente que llega el
cosas no puedes hacerlo, pero si dispu­ transformar la momento en que tienes ganas de ir a vo­
sieses de un poco de tiempo... lo harías. percepción de mitar... espera. Un intervalo de una hora.
P. Lo haría, sí. libertad de Después, vas a vomitar... ¿De acuerdo?
T. Y lo harías exactamente como al princi­ acción en ¿He de vomitar por fuerza? (Ríe). Porque
pio, ¿tengo razón? esclavitud estoy mal...
P. Ultimamente he notado que, respecto a Estamos diciendo «puedes no hacerlo».
antes, reduzco los atracones. En el sen­ Cierto.
tido de que menos cosas, menos veces... Sin embargo, sabemos que ahora consigues Imagen
T. ¡Ah! no hacerlo porque te esfuerzas, ¿ok? Como reestructurante
P. Además, mientras que antes tenía justa­ Ulises atado en la nave... se hizo atar para
mente «hambre»... ¡ahora ya no lo hago no ceder a la llamada de las sirenas.
por hambre! No sé por qué. Quizá por­ Porque yo, de todas formas, en el traba­
que se ha convertido en algo que... es jo estoy fuera todo el día, así que no...
una costumbre, ¡no lo sé! Y... ¡en mi casa! ¡ni tan siquiera pienso en ello!
T. Cierto. Se requiere un lugar preciso para Evocar Ok. Así que «puedes no hacerlo» si no te
hacerlo bien. ¿No? sensaciones apetece. Pero todas las veces que tengas
P. Sí... ¡No lo haría de otra manera! ganas de hacerlo, te decimos: hazlo como
T. Bien, ahora para ver si eres una compla­ «El secreto es que te venga, sin ninguna restricción. Sin em­
cida o una arrepentida te vamos a dar no existen bargo, cuando hayas comido... comido...
una tarea algo particular, que te sugiere secretos» comido... Cuando de hecho llegues a
la doctora... descubrir que quisieras correr a vomitar...
Cot. La tarea un poco particular es esta: te Prescripción: He de esperar una hora.
pedimos que comas cuando y cuanto técnica d el Mira el reloj y espera una hora. Ni un
quieras, que te llenes hasta que te sientas intervalo minuto después, ni un minuto antes. A
realmente saciada. Com e... come... la hora exacta corres a vomitar. ¿Te ha
come, hasta que te sientas llena. En aquel quedado claro?
momento... paras. Cuando te sientas ¡Cuando tenga necesidad de vomitar, si
realmente bien... bien... bien que ya no no quiero no debo hacerlo!

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Cierto. No es obligatorio. Te dejamos Ah... ¡Ok! Ok, ¿te ha dado medicamentos?
libre de organizarte la vida. Sin embargo, ... el Samir...
cada vez que comas para vomitar, come Ok...
lo que quieras, ¿ok? pero... vomita una Me ha dado el Samir que, he de ser
hora después, ni un minuto antes ni un sincera, me ha ido bien.
minuto después. Y, por favor, en esta Bien... Es un reconstituyente, así que lo
hora has de evitar comer cualquier otra creo... Bien, ¿recuerdas las prescripcio­
cosa. nes?
Es decir: debo esperar una hora y des­ Sí. He de comer —incluso me atraco otra
pués vomitar. vez- esperar una hora y después vomitar.
Exacto. Uhm. Y otra pequeña cosa... esta quizá
... si siento la necesidad. hará que te sientas un poquito más en
... sin comer ni beber, después. riesgo, ¿ok? Quisiera que tú incluyeras
¡Ah! No he de hacer nada durante esta cada día en tu rutina de alimentación una
hora... pequeñísima, agradable, transgresión.
¡Una hora después! Exacto: esperas y, (Pausa) Eh, pero la trasgresión para mí...
después de una hora, vas a vomitar. de hecho yo, esta cosa... yo... pero a mí
Pero, o sea... una cosa... Uno ha de sen­ la... es decir yo... a ver si me aclaro:
tir la sensación si está en casa, y bueno... «¿Qué es lo que me gusta... que un día
Sin embargo, últimamente me ha suce­ como... ?» Pero transgredir... lo que yo
dido —de hecho el médico me ha dado puedo comer... es decir, ¡no consigo es­
inyecciones para que me las ponga- no coger, existe una dificultad en la elección!
sé si quizá es una consecuencia del hecho Lo creo, porque te has acostumbrado Prescribir como
de que, a lo mejor, yo no me desahogo tanto que ahora todo es mecánico. Pero descubrimiento
de «esa» forma y debo encontrar otra sabes, nosotros construimos nuestras conjunto
manera de desahogarme... Tengo como... costumbres y luego las costumbres nos
ataques de pánico: que estoy mal, me construyen a nosotros. Se trata de darle
baja la presión, siento que me falta el la vuelta a esto.
aire, la cabeza me da vueltas... Te digo que escojas una cosa pequeña
Según tú, ¿son ataques de pánico o es Evitación del que pudiera gustarte y descubras si te
algo que tiene que ver con tu estado fí­ desvío d el fo co gusta o no. Sin embargo, una pequeña
sico? ¿O ambas cosas? de la terapia al día... ¿de acuerdo?
Es decir... el médico que me visitó me Ok.
dijo que es algo... es el cansancio, el es­ Por lo tanto, te hemos dado dos tareas,
trés, los nervios... son los nervios... ¿entendido?

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Gráfico resumen de la secuencia de este diálogo estratégico Después de un mes, en el Centro di Terapia Strategica de Arezzo, se
desarrolla la cuarta sesión con la paciente, de la cual presentamos la
PROBLEMA transcripción.
«Como y vomito» En este lapso de tiempo, la paciente ha sido seguida p or la cotera-
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de peuta, un mes en el que explica que se ha visto «libre» d el vómito,
alternativas alternativas consiguiendo también estar en casa sin caer nunca en la tentación de
REDEFINIR PARA REESTRUCTURAR com er y vomitar.
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
alternativas alternativas Terapeuta: Infórmame de la situación. Obviamen­
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
te tengo algo de información de ella, pero
alternativas alternativas quiero tenerla de ti.
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
Paciente: ¡Bien! O sea... por mí va bien, ¡porque
alternativas alternativas no he vuelto a vomitar!
RESUM IR PARA REDEFINIR T. ¿No has vuelto a vomitar?
P. No.
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
alternativas alternativas
T. ¡Guau!
P. He estado en casa... Es decir, tenía un ins­
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
alternativas
tante... era un poco... bien, de todos modos
alternativas
continuaba, en casa me agitaba... Sin em­
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
bargo, conseguía controlarme con tranqui­
alternativas alternativas
lidad. No tenía esta cosa. Decía: «No».
EVOCAR SENSACIONES
Conseguía controlarme...
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de T. ¡Guau!, ¿cómo se explica todo esto?
alternativas alternativas
P. ¡No lo sé! (Ríe) No sé qué me ha... Además
PREGUNTA he notado que consigo comer con más tran­
DOBLE VÍNCULO
quilidad.
PRESCRIPCIONES FAMILIARES T. ¿Sí?
RESUM IR PARA REDEFINIR P. Sí. Es decir, fui también a una boda, comí
PRESCRIBIR -se lo dije también a la doctora- o sea, no
CO M O DESCUBRIMIENTO CONJUNTO me siento muy... aunque después me miro
DE LO QUE HARÁ CAMBIAR al espejo, quizá siento que he engordado...
Intervalo de una hora entre com er y vomitar
pero se me pasa, es decir, intento que se me
y pase. Es mucho más fácil que antes.
una pequeña trasgresión alimentaria
l
SOLUCIÓN

92 93
T. Bien. ¿Cómo han reaccionado a este cambio P. He comido cosas que antes nunca hubiera
las personas de tu entorno? ¿Se han dado comido: un cruasán con crema... una pizza
cuenta, antes que nada, o no? recalentada con jamón y mozarella...
P. Sí, pero hacen como si no hubiera pasado T. ¡Oh!... ¿Sin tener la tentación de ir a vomitar?
nada... Es decir, no le dan importancia al P. Fui a una boda... Me comí un trozo y medio
asunto. También porque en casa, de todos de pastel... ¡No! ¡No!
modos, yo estoy siempre igual, no es que... T. ¿Pero en este caso te contuviste o... propia­
T. ¿Y esto, qué cambia en tu vida? mente no tenías ganas?
P. Estoy más segura. Ya no estoy... ¡He adqui­ P. No. Es decir... En aquel momento dije:
rido seguridad! «Ahora voy a la boda, seguramente a la hora
T. Por lo tanto, ¿podemos decir que ya no te de cenar tendré un montón de problemas...»
sientes aquella que pierde el control con Era la boda de mi mejor amiga. En cambio,
poco? me senté, empecé a comer y... ¡Fue bien! No
P. ¡Sí! Es decir, no, no. ¡Consigo controlarme hice caso. Pareció casi... ¡Natural!
mucho más! T. Uhm... Bien. Escucha... Así pues, en este mo­
T. Ok. Sin embargo, ¿tú no has vuelto a vomi­ mento esta especie de demonio-amante secreto...
tar y... has disminuido la comida, o te has P. Desaparecido.
concedido las cosas como dijimos? T. ... ¿lo hemos encerrado en la mazmorra de
P. Sí, me las he concedido y... sobre todo en el tu castillo?
desayuno -se lo he dicho a la doctora-, en P. Sí. Aunque luego tengo momentos... pero
la cena... En la comida, un poco menos consigo controlarlos. Si antes no conseguía
porque no... tengo poco tiempo para comer, controlados, ahora sí.
no puedo comer con tranquilidad. T. Por lo tanto, en este caso, si tuviésemos que
T. Por lo tanto, no puedes saborear cosas bue­ dar una valoración en una escala del cero al
nas. diez, cero cuando nos conocimos -hace poco
P. No, porque a las dos, dos y media, acabo en tiem po- y diez cuando puedas decir: «He
un lado y empiezo en el otro... resuelto mis problemas». ¿Qué puntuación
T. Das unos buenos saltos... te darías hoy?
P. Sí, no tengo... no tengo tiempo precisamen­ P. No he resuelto mis problemas al cien por cien,
te de... en cambio, para desayunar y para no. Sin embargo, por lo que he conseguido
cenar, que estoy en casa... hacer en un mes... un siete me lo daría...
T. Entonces te cuidas. T. ¿Siete? M uy bien. También yo estoy de
P. Sí, tengo más tiempo. acuerdo contigo, diría que...
T. Bien. ¿Has intentado comer solamente aque­ P. ¡Nunca me lo hubiera esperado!
llo que más te gusta? T. ¿De verdad?

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Caso IV: ataques de pánico
P. Uhm, uhm... nunca. No... precisamente...
para mí era... Además, he hecho un cambio El caso que vamos a presentar es un caso de terapia evolucionada
justo a nivel... he llegado a ser diferente. dirigido por Giorgio Nardone y Simona de Antoniis, en el Centro
T. «Eres diferente»... ¿Qué significa? di Terapia Strategica de Arezzo.
P. Pues que puedes hablar del sufrimiento, Hemos escogido precisamente este caso -entre los centenares y
cuando no lo vives. centenares de casos de pánico resueltos con éxito en nuestro institu­
T. ¿Porque te sientes distanciada? to—porque es un caso clínico al mismo tiempo ejemplar y original.
P. Sí. «Ejemplar» porque el protocolo específico de tratamiento del pánico
T. Ok. despliega su eficacia; «original» porque el recorrido terapéutico re­
P. Por lo tanto, hablas de ello... y luego consi­ quirió una adaptación específica, o la implicación de la pareja, en
gues verlo todo de forma distinta... eres lugar de solamente la de la persona.
más... Se presenta a la sesión, acompañado por su mujer, un hombre
T. Bien. de cerca de cuarenta años, padre de dos niñas. Desde hace trece años
P. ... te gusta lo que haces... mientras que antes Prescripción el hombre sufre ataques de pánico y de agorafobia; lleva una vida
quizá... Te miras al espejo... te gustas un fin a l completamente condicionada y limitada por su problema. Con el
poquito respecto a antes... intento de escuchar al propio cuerpo, el paciente, con la idea de
T. Ok. reducir las sensaciones amenazadoras, propicia la activación de la
P. Todo diferente. escalada de pánico. La indagación sobre las «soluciones intentadas»
T. Bien. Bien, Roberta... yo añado solamente nos dice que el paciente, desde hace trece años hasta la actualidad,
una cosa, luego será la doctora la que añadi­ afronta el problema gracias a la ayuda de su mujer y gracias a la
rá las otras cosas en vuestras citas sucesivas. planificación de una vida totalmente limitada y protegida. En este
Lo importante es que tú continúes cultivan­ caso, pues, ataques de pánico y agorafobia persisten sobre la base de
do el placer de comer «solamente lo que te una enraizada evitación y de una total solicitud de ayuda, soluciones
gusta más», de la manera que más te gusta. intentadas a través de las cuales, cada vez, este hombre se confirma
Este es el modo de concederte un placer y, a sí mismo su propia incapacidad. Una vez más, el problema se
por esto, poder renunciar al resto. Cuando complica precisamente en virtud de aquello que se hace para inten­
no te lo concedías, el resto era irrenuncia- tar resolverlo.
ble... ¿De acuerdo? Desde la primera sesión, nos centraremos, sobre todo, en la
P (Asiente) ruptura de la dependencia, con el fin de inducir a la persona a que
T. Ahora hemos de pasar de siete a diez, pero descubra sus propios recursos.
con calma, sin prisa. Lo más importante era La ruptura de las soluciones intentadas de la familia y la nueva
interrumpir este círculo vicioso. Ahora estos interacción de pareja llevarán al paciente a reconstruir sus capacida­
tres puntos, de siete a diez, hemos de hacer­ des personales, sociales y profesionales, hasta ahora bloqueadas por
los más lentamente. ¿Ok? Bien. el problema; la autonomía respecto a toda la organización familiar

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y, sobre todo, la exclusiva confianza en sí mismo para construir su P. Y tengo miedo de este vértigo y, cómo
propio equilibrio y su propia seguridad. diría...
Mujer ...¡que pueda suceder algo más!
Coterapeuta: ¿Cuál es el problema que lo trae T. Ok, ok. Pero el miedo es que suceda algo
aquí? y morirse de golpe, sentirse mal, o...
Paciente: ¡Soy yo el problema! Desde hace trece P. Sí, ¡precisamente que me pueda morir!
años sufro ataques de pánico, este es el T. ...o el miedo es a perder el control y
problema, que ha evolucionado en va­ volverse loco. ¿Cuál es el miedo en el
rias... en varios... tipos de ataques... Es momento en que tiene los ataques de
decir, durante un tiempo he tenido pánico?
miedo de... otras cosas, durante un P. No, más que volverme loco es miedo a
tiempo tenía miedo de algo distinto, que pueda tener algo, que pueda...
pero el resultado siempre es este: ataques T. Morir.
de pánico. Huir del sitio donde estás... P. Morir.
los clásicos ataques de pánico. T. Ok, muy bien. Bien, y... en estas fases
T. ¡Ah, ah! Bien, pero... ¿Puede empezar? D efinición del en las que entra en este túnel...
problem a P. Sí...
C. ¿Concretamente qué le ocurre? T. Antes de tener el ataque, ¿vale?, ¿son
P. Concretamente me ocurre que me viene Técnica de la habitualmente situaciones que se pueden
una fuerte agitación. anticipación prever o puede suceder en cualquier
T. Ah. parte, en situaciones imprevisibles?
P. Una fuerte agitación... P. Bah, últimamente me ocurre cuando he
C. ¿Taquicardia, sudoración...? de afrontar algo.
P. Sí... En efecto, últimamente, por ejem­ «El sabio se fin ge T. Pongamos un ejemplo.
plo, la cabeza la siento ligera... esto y... estúpido» P. Un ejemplo... un ejemplo... (Mira a su
T. ¿Qué quiere decir con «la cabeza ligera»? mujer).
P. Qué quiere decir... T. Por ejemplo en el trabajo.
T. ¿Cómo si volase la cabeza? P. En el trabajo. Tenemos una autoescuela.
P. Como si... Secuencia de Por la mañana hay que ir a hacer prác­
T. ¿Se separa del cuerpo y vuela? preguntas «en ticas, al registro...
P. ¡No! embudo» para T. Sí.
T. ¡Ah! focalizar el P. Últimamente no consigo hacer estas
P. Pero... como si volara, como si tuviese modelo de cosas porque siento una fuerte agitación.
vértigo. percepción y T. En este caso... en este caso, si no me
T. Ah, ok. reacción equivoco, ¿es el miedo a exponerse?

98 99
P. Sí. descubierto estas situaciones usted tiende
T. ¿A relacionarse o es el miedo a estar en a evitarlas...
una oficina cerrada? ¿Cuál es el miedo? Sí.
P. Miedo... ¡a que me pueda encontrar Aunque sabe que si las afronta, y ha Foco en la
mal! pasado, después... está verdaderamente solicitud de
T. Pero en este caso lo que le asusta es la Secuencia de bien. ayuda que
relación con las personas o tener que preguntas «en Sí. m antiene el
estar allí, esperando, sin poder irse... embudo» para ¿Es más la tendencia a evitar las situa­ problem a
¿Qué es? focalizar las ciones o es más la tendencia a hacerse
P. ¡Quizá ambas cosas! soluciones ayudar, qué sé yo, a hacerse acompañar...
T. Y, como tendencia, las cosas que le asus­ intentadas por ella? ¿Qué es?
tan, las situaciones que le asustan, ¿las disfuncionales Ehm... Quizá «hacerme acompañar por
evita o las afronta? ella».
M. ¡Las está evitando! Ok.
P. Ultimamente las estoy evitando, pero he Sin embargo...
de decir esto: cada vez que las he afron­ Sin embargo, aveces...
tado y superado... Sin embargo, como yo no siempre pue­
T. ¿Sí...? do acompañarlo, porque tenemos dos
P. ¡Estoy de maravilla! ¡Estoy realmente niñas...
bien! ¡Ah!
T. ¡Lo creo! Eh... Digamos que hemos superado... Es
(Risas) decir, evitado este problema, al menos
P. Me entran ganas de ir otra vez a aquel Paráfrasis por lo que respecta al trabajo. Estos
sitio, de volver a afrontarlo para... reestructurarte: servicios los hace mi hermano ahora.
T. Sin embargo, al mismo tiempo lo evi­ resumir para Ha contratado a su hermano para man­ Ironía sobre
ta... redefinir darlo a estos sitios y yo hago otras cosas. las soluciones
P. Sí, últimamente sí. No lo consigo. ¡Fantástico!... Se han organizado bien, intentadas de
T. Por lo tanto -si no lo he entendido m al- ¿eh? la fam ilia
usted es una persona que tiene estos (Risas)
ataques de pánico, connotados por el La persona tiende a crearse su... su mundo
terror a tener una especie de descarga para... Aunque no es verdad, es decir, para Usar la prim era
eléctrica que lo mate. protegerme, pero en efecto no es verdad. persona para
P. ¡Sí, en efecto... sí! Ah... declarar el
T. Y sucede en determinadas situaciones ¡Peor! ¡Porque ahora precisamente yo lo «punto de vista»
que usted descubre, y una vez que ha sé, lo entiendo! d el interlocutor

100 101
T. Ok, sin embargo, dice: «¿No soy capaz M. ¡Y allí, en efecto, empezó la historia!
y, por lo tanto, qué debo hacer?... Lo P. ¡Eh! ¡Allí empezó!
entiendo, pero no soy capaz, y por lo M. Lo ingresaron con la presión a doscien­
tanto, estoy aún peor». tos y el médico le hizo ver que con esta
P. Es decir, en efecto hay... «yo consigo» presión a doscientos le podía dar un
afrontarlas y también estuve un mes, un ictus. Todo empezó allí.
mes y medio, bien... pero luego recaigo P. «Vigile que dentro de poco le da un ic­
de nuevo, no consigo... tus»... y de ahí, la muerte... Estuve
T. ¡Ok! Indagación sobre realmente...
P. ... estar siempre bien. Este es el problema. las terapias M. Ahí se hundió... Digamos que desde que Resumir para
T. Bien. ¿Antes de venir aquí había ya in­ anteriores empezó esta historia, ahora, pienso que he redefinir
tentado otras terapias o no? visto alguna mejora. Porque antes cerraba
P. En trece años solamente he hecho una la oficina y venía a casa, ahora esto no lo
sesión. hace. Es decir, si está mal y está solo, con­
M. ¡Dos! sigue... ehm, salir adelante, en definitiva.
P. ¡Dos sesiones! Con el neurólogo. En Ironía sobre los P. Aunque no estoy bien, ¡eh! Ahora, entre
Salerno. Luego lo vi a usted en Costan- intentos fallidos paréntesis...
zo, leí su libro y me he convencido de de solución T. Ok. Por lo tanto, si hay un lugar seguro,
venir aquí. como la oficina, y le viene el miedo,
T. Ah, ok. Así que en trece años nunca ha consigue controlarlo.
hecho terapia. P. Sí.
P. ¡No! T. Sin embargo, si está, como se dice, en si­
T. Solamente se ha organizado. tuaciones que le asustan... no lo consigue.
P. ... sí. P. No. No lo consigo. Tampoco si he de
T. ¡Bravo! hacer cola en algún lugar... aunque ten­
(Risas) ga que tomar un café en el bar. Exacto.
T. ¡... se ha organizado muy bien...! No lo consigo.
M. Entonces... M. Bien, le pongo un ejemplo: hemos venido
T. ¡Por favor! aquí, nos hemos adelantado, hemos ido a
M. Digamos que... yo no sé, pero... solo una juguetería, teníamos que escoger uno. Penetrar en la
para... T. Ajá... percepción del
T. ¡Ah! M. ¡No lo hemos escogido, hemos tomado miedo a través
M. Bien, todo empezó, creo, cuando él... el primero que hemos visto! de preguntas que
éramos novios y se fue a Milán... P. Le he dado prisa. No podía más. Eh, eh. eliminan la
P. ¡A trabajar! M. ... nos hemos ido y hemos venido aquí. am bigüedad

102 103
En estos momentos, cuando dice «no La otra regla es que nos damos un tiem­
puedo más», ok, usted, ¿se concentra en po limitado: nos daremos solamente diez
escuchar su cuerpo, sus síntomas, o bien sesiones, ni una más, si no vemos resul­
se siente observado por los demás? tados. ¿Qué significa? Que si llegados a
No, no, me coge... en ese momento la décima sesión no hubiésemos visto
siento la cabeza que se va... ningún cambio, interrumpiremos; no
Por tanto, «por las nubes»... Metafórica­ Reestructuración queremos convertirnos en cómplices
mente usted es una especie de marione­ m ediante la de su problema si no somos capaces de
ta rota, con los ojos hacia adentro: mira imagen ayudarle a resolverlo, pero he de decir
siempre hacia adentro. metafórica que —como ha leído—en este tipo de
Sí. problemas no sucede casi nunca.
Y el que busca, encuentra. Sí.
¡Y el que busca, encuentra! Me invento Más bien, en la mayoría de los casos, el Concordar el
los males... la extrasístole... problema se resuelve mucho antes, pero objetivo a través
Bien. no sé si será su caso... Veremos... de la imagen
... estos síntomas que me crean miedo. ¡Esperemos! metafórica
Bien, bien. He de decir que todo lo que Bien, bien. Entonces veamos si conse­
nos ha contado nos da a entender que es guimos transformar la marioneta rota en
un caso de nuestra competencia. Más una marioneta que funcione, que mire
bien, como ha oído y como ha leído, es hacia fuera en lugar de mirar hacia den­
el tipo de problema que más afrontamos tro. ¿Ok? Tenemos dos tareas para usted.
desde hace muchos años; por lo tanto, Una se la sugiere la doctora y la otra yo.
creo que disponemos de los instrumen­ Sí.
tos para ayudarle muy rápidamente; sin Mientras tanto yo le doy el esquema que Prescripción del
embargo, no sabemos si será capaz de sirve para la explicación que le va a dar «diario de a
seguirnos en el tratamiento. Usted ha la doctora. bordo»
leído el libro, ha visto que el tratamien­ Sí.
to se basa en el hecho de que se prescri­ Bien. Lo que le vamos a pedir es que
ben cosas para que haga o piense que tome una verdadera fotografía de lo que le
pueden parecer la mayoría de las veces sucede en estos momentos críticos. En
banales o, aparentemente, ilógicas, pero el preciso momento en que usted siente
que han de hacerse al pie de la letra. «Doble vínculo que está teniendo esta reacción, que se
Sí. terapéutico»: está encontrando mal, en aquel momen­
¿De acuerdo? dudar para to, toma el papel y escribe cuáles son las
De acuerdo. movilizar sensaciones.

105
T. El esquema que ya tiene lo ha de trans­ usarlo. «...Discúlpeme, tengo que hacer
cribir en una libreta, ¿ok? unas anotaciones, que si no me olvido...»
P. Sí. La fecha, lugar, personas, situaciones, Sabe, yo siempre lo hago, digo: «Oh, he
pensamientos... síntomas y reacciones. de tomar unas notas, si no me lo olvido...».
T. ¡Bien! P. ¡...y anoto!
C. ¡Síntomas y reacciones! Todas estas cosas T. Y toma nota en el momento exacto. Prescripciones
las escribirá con precisión en el momen­ Bien. fam iliares:
to en que sienta que está teniendo una P. Sí.
crisis. Nosotros hemos de tener una fo­ T. Bien, la otra cosa importante que tiene «conjura del
tografía; no el momento siguiente, por­ que ver con los dos es que, desde hoy silencio» y
que sería solamente una reconstrucción. hasta cuando nos volvamos a ver, respec­ «observar sin
P. Cuando note que dentro de poco entra­ to a este problema, han de asumir la que intervenir»
ré en pánico. En aquel momento... nosotros llamamos «conjura d el silencio»,
T. Bien. o empezar a pensar que cuanto más se
P. ¡...me paro y escribo! habla de ello, más se alimenta el miedo.
T. Y escribe. Lo primero que debe hacer. El miedo es una de estas formas que
De tal forma que nosotros, dentro de construimos de la que hablar no solo no
dos semanas, tendremos de forma pre­ va bien, sino que la aumenta. En cambio,
cisa la imagen fotográfica de todos estos la mayoría de las personas piensa que
momentos. Esto nos ayudará a compren­ cuanto más habla y habla, más se des­
der «cómo funciona» y qué hemos de carga. Sin embargo, es como echar un
hacer para cambiarlo. Así que, cuanto fertilizante especial en una planta: la
más preciso sea, tanto más nos ayudará hace crecer de forma desmedida. Así que
a ayudarle. han de asumir la «conjura d el silencio»,
M. Disculpe, en el caso de que sucediese... ¿de acuerdo?
le pongo un ejemplo, en la oficina, y está P. O sea, no hablar de ello. Prescripción
a solas con un cliente... T. Evitar hablar. «cómo
T. Le dice: «Disculpe. Tengo que anotar P. Evitar hablar. empeorar»: si
una cosa del trabajo...» ¡Invente! ¡Qué M. O sea, si yo me doy cuenta... quieres
sabe el cliente lo que usted está hacien­ T. Tener m iedo de hablar. Si hablan de ello, enderezar algo,
do!... ¡Disculpe! lo alimentan. prim ero aprende
P. Cierto. M. Es decir, si yo me doy cuenta de que él... a retorcerlo aún
T. Usted prepara una buena libreta, nosotros eh, debo hacer como si nada. más
la llamamos «diario de a bordo». Llévelo T. Exacto, «observar sin intervenir». Bien,
siempre con usted, en el bolsillo, listo para precisamente así... ¿De acuerdo? Ade-

106 107
más, quiero que usted se haga una pre­ Gráfico resumen de fá secuencia de este dialogo estratégico
gunta todos los días. La pregunta es esta
—sé que es extraña—: si usted quisiera de PROBLEMA
forma voluntaria hacer empeorar sus «H ace 13 años que sufro ataques de pánico»
trastornos, en lugar de hacerlos mejorar, Ilusión de PREGUNTA GENERAL Ilusión de
¿cómo podría hacerlo? ¿qué debería alternativas
alternativas
hacer, qué debería dejar de hacer... qué PREGUNTA Ilusión de
Ilusión de
debería pensar, que debería dejar de alternativas
alternativas
pensar para empeorar voluntariamente Ilusión de
Ilusión de PREGUNTA
sus síntomas? alternativas
alternativas
P. Es decir... ¡Yo quiero estar mal! Ilusión de
Ilusión de PREGUNTA
T. Pero racionalmente, ¿cómo podría pro­ alternativas
alternativas
gramar un empeoramiento? ¿Qué debe­
PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE
ría hacer, qué debería dejar de hacer?
¿Qué debería pensar, qué debería dejar PREGUNTA Ilusión de
Ilusión de
alternativas
de pensar para empeorar voluntariamen­ alternativas
te? PREGUNTA
P. ¿Me lo está pidiendo? SOBRE LAS TERAPIAS ANTERIORES
T. Sí. Es la pregunta que ha de hacerse RESUM IR PARA REDEFINIR
todos los días y traerme las respuestas. Ilusión de
Ilusión de PREGUNTA
La lógica de la pregunta es: «Si queremos alternativas
alternativas
enderezar alguna cosa, primero apren­
IMAGEN METAFÓRICA
demos todas las formas de torcerla aún
más». PRESCRIPCIONES
P. Sí. CO M O DESCUBRIMIENTO CONJUNTO
T. Obviamente la pregunta es teórica y las DE LO QUE HARÁ CAMBIAR
respuestas serán teóricas, ya ha sido Diario de a bordo
bastante bueno en complicarse, ¿sí? y
Cómo empeorar
P. Sí.
T. Por lo tanto, solo respuestas teóricas, PRESCRIPCIONES FAMILIARES
CO M O COLABORACIÓN A LA TERAPIA
¿ok? Así pues: la pregunta «¿cómo em­
Observar sin intervenir
peorar?», «la conjura del silencio» y «el
diario de a bordo». ¿De acuerdo? y
Conjura del silencio
P. Sí.
T. Nos vemos dentro de dos semanas. SOLUCIÓN
109
108
II Sesión - con la mujer T. ¡Oh! Bien, bien, ¿me las ha traído? ¿Las cosas escritas?
P. Sí, sí, se las he traído.
Terapeuta: Bien, ¿cómo van las cosas? T. Por lo tanto, al escribir, aquellos momentos un poco críticos,
Paciente: Las cosas van... «un poquito bien». se deshacían.
T. ¿Qué significa? P. Sí. La ansiedad permanecía, ¿eh?
P. Significa que, en efecto... Después de estas cosas nuevas que T. No debemos creer demasiado en la Providencia, ¿no?...
estoy haciendo, el hecho de escribir en el papel apenas sé que me P. Sí, sin embargo... antes nunca me había sucedido.
va a dar el ataque de pánico... T. Ah, la Providencia nos ayuda, pero sabe, no podemos pedir
T. ¡Ah! demasiado, si no seríamos avaros...
P. Pues no me ha vuelto a dar un ataque de pánico. P. Disculpe la caligrafía.
T. ¿No ha vuelto a sufrir ningún ataque de pánico? T. Por favor, nada... (Mirando el «diario»). Bien, bien, bien, así
P. ¡Ni un ataque de pánico! que cada vez que escribía, las cosas se le pasaban.
T. ¿Ni siquiera una sola vez? P. Sí.
P. ¡No! T. Bien, por lo tanto, se habrá dado cuenta de que esta tarea no
T. No, ah, menos mal. era solo diagnóstica, sino que era ya algo terapéutico.
P. Por lo tanto... P. Cierto, cierto. Como un pequeño desahogo...
T. Por lo tanto, estamos contentos. T. Ya, como un «ajustar cuentas».
P. ¡Bien! P. ¿Cómo?
T. ¿Y qué tipo de vida hemos hecho? ¿Ha continuado evitando T. Como un ajustar cuentas con este miedo.
algunas situaciones? P. Ah, sí, sí, sí.
P. Eh, digamos que sí. T. El miedo mirado a la cara...
T. Oh, ¡pero nadie se lo había pedido! P. ...mirado a la cara.
P. Sin embargo, especialmente los primeros días desde que nos T ...ya no es miedo, se transforma en valor; el miedo evitado se
despedimos, estuve ligeramente más sereno... interiormente. transforma en pánico.
Esto ha sido lo que... P. ¡Sí!
T. Ah. T. Bien, bien. Yo lo he obligado a ajustar cuentas, a mirarlo a la
P. Después, el trabajo, el estrés... ha aumentado; disminuyó esta cara, a apuntarlo...
serenidad interior que de alguna manera tuve, pero conseguí P. Sí.
encontrarla... escribiendo. T. ¡Muy bien! Así que momentos reales de pánico no ha habido...
T. Ah. Por lo tanto, ha habido momentos críticos, pero no ataques P. No, apenas empezaban a venir... los he bloqueado. Práctica­
de pánico. mente...
P. Ningún ataque de pánico. T. Bien, bien. ¿Usted qué dice?
T. ¡Oh! ¡Veamos! M. Oh, yo a veces me he dado cuenta, y a veces no.
P. Y dos o tres veces, después de haber escrito, ¡estuve realmente T. ¡Incluso ni siquiera se ha dado cuenta!
bien! M. A veces no.
110 111
T. Uh, bien. ¿Y usted ha seguido estando siempre tan presente y
M. ¡Fue!
protectora con él?
P. Bien. Aunque dos o tres veces, de cualquier forma. Sin embar­
M. No, no, he evitado el tema como dijo usted.
go...
T. Ah. ¡Uhm! ¿Así que han evitado hablar de ello?
M. ¡Bien, pero fue!
P. Sí, al menos hasta ahora, sí.
T. ¿Y cuáles son las respuestas que me ha traído? Las respuestas a
T. ¿Ha sido difícil o ha sido fácil?
M. No. la pregunta que le habíamos propuesto. La segunda tarea...
P. La segunda tarea era la de no hablar y además de pensar al
P.No. Solamente cierto... ¿Pero qué hay de malo? Yo le dije, le
menos una vez al día...
pedí: «Pero... ¿cómo me ves?» En el sentido que... que... solo
por... T. En «cómo empeorar»...
P. ...eh, las cosas que habrían hecho que tuviera durante el día
M. Lo que pensaba.
el ataque de pánico. No he conseguido pensar todos los días,
P. O sea, para saber si había cambiado... ¡No lo sé!
en el sentido de que a veces me he olvidado de pensar en ello.
T. Ah, ¿qué le respondió?
Oh, lógicamente solo lo he olvidado algunas veces, pero la
M. Le dije que me había dado cuenta alguna vez; sin embargo,
vez que lo he pensado digamos que he afrontado eso de modo
notaba que él... o sea, que reaccionaba de forma diferente a lo
diferente.
habitual.
T. ¿Ah, sí? ¿Cuáles son las ideas que le han venido a la cabeza para
T. ¡Bien! Bien, estoy muy contento, bien. ¿Ha sucedido alguna
empeorar voluntariamente la situación? ¿Qué podría haber
vez que haya hecho algo que le habría entrado pánico y en
hecho para estar peor?
cambio no lo ha tenido?
P. Ir a determinados lugares...
P. No. O sea, en el sentido que...
T. Bien.
M. De todas formas, creo que fue al peluquero.
P. ...hacer ciertas cosas en la oficina. O bien... sobre todo... más
P. Sí, fui... ¡Lo afronté!
T. ¡Ok! que nada ir a determinados lugares.
T. Ok.
P. Lo he afrontado, y...
P. Es el hecho de que tengo que ir solo...
T. Por lo tanto, ha intentado evitar ciertas situaciones.
M. Sí. T. ¡Uhm!
P. Es ahí donde me bloqueo.
P. Sí, pero no siempre. Otras veces he evitado...
T. ¡Ah!
T. Cierto. Nadie le pidió que se pusiera a prueba, ¿no?
P. Por lo tanto... pero, digamos que en estos días he estado en
P. Pero, cuando he hecho las últimas cosas...
varios sitios, pensando en el trabajo, lo he conseguido...
T. ¡Cierto! Muy, muy bien...
T. ¡Ah! Entonces ha hecho cosas que antes habría evitado hacer.
M. Por ejemplo, él al barbero no iba desde...
P. Sí, las he hecho. Y también estaba contento de...
T. ¿Nunca?
T. ...de hacerlas.
M. No, o sea, no iba con ganas, o sea, trataba de evitarlo, en cam­ P. De hacerlas, porque han habido, han sucedido, no estaban en
bio...
el programa, y estuve contento de que sucedieran estas cosas
T. ¿Ah?...
que hacer precisamente porque tenía manera de afrontarlas...
112
113
T. Bien, bien, bien. Así que, en realidad no solo no ha tenido más Después de esta inmersión total en el diálogo estratégico, creemos
pánico, sino que cuando ha tenido ansiedad, el miedo se ha ido útil reclamar la atención del lector sobre algunos puntos clave.
al escribir, y también ha hecho cosas que antes hubiera evitado En primer lugar, sobre la reestructuración de las preguntas y de
hacer... ¡Algunas! las paráfrasis. Por cuanto puedan ser construidas a d hoc para clases
P. Algunas... específicas de problemas, requiere siempre una correcta adaptación
T. Bien, ¿ok? a la persona y a su contexto. Además, dentro de una misma patolo­
P. Sin embargo, no es que haya desaparecido toda la ansiedad, ¿no gía podemos encontrar diferentes variantes que requieren distintas
es cierto? orientaciones del diálogo. A este respecto, en nuestro centro, está en
T. Poco a poco... curso un trabajo de sistematización de todas las variantes de pregun­
M . Los primeros días es cuando se siente más cargado. tas, paráfrasis y maniobras evocadoras más idóneas para la diferen­
T. Sería demasiado, si no habría venido aquí a por un milagro, y ciación interna en las patologías, así como la formulación de diálogos
yo aún no estoy cerca del buen Dios, ¿no? estructurados para otras patologías que se encuentran en observación
P. Sí. empírica (B rief Strategic and Systemic European Journal, 2004).
T. Bien, bien, bien. Entonces, yo digo que en estos casos, como En segundo lugar, es importante poner de manifiesto que tam­
se suele decir, hemos desbloqueado un mecanismo obstruido, bién la dimensión no verbal, que no puede ser expresada plenamen­
y ahora tenemos que hacer que funcione... te en las transcripciones comentadas de los diálogos terapéuticos,
desarrolla un rol fundamental, porque amplía, enmarca la comuni­
La terapia continuó durante otras ocho sesiones, siguiendo al pie cación verbal. No es casualidad que desde el inicio de nuestro tra­
de la letra el protocolo de terapia para los ataques de pánico (Nar­ bajo de investigación, la intervención sobre pacientes, así como la
done, 1993; Nardone, 2000; Nardone 2003), hasta la completa formación de los alumnos, se desarrollan con la ayuda de grabacio­
solución del problema presentado. Es decir, la conquista de la com­ nes de vídeo como instrumento no solo de observación sino también
pleta autonomía personal por parte del paciente. de entrenamiento. Los alumnos, en efecto, gracias a las grabaciones de
En este caso, al diálogo estratégico desarrollado durante la pri­ vídeo de las sesiones en las que participan, pueden volverse a ver y
mera sesión le siguió la terapia específica para el trastorno concreto, confrontar su quehacer terapéutico con el del supervisor que está a
con la secuencia de técnicas y estratagemas terapéuticas construidas su lado. De este modo, el que está aprendiendo la técnica corrige
ad hoc para este tipo de persistencia patológica. Lo que es importan­ gradualmente sus propios errores de estrategia y de comunicación,
te subrayar es que en este, como en la mayoría de los casos, gracias primero al imitar a su «maestro» para encontrar despues el maestro
al diálogo inicial, los síntomas invalidantes desaparecieron tras la que hay en su interior.
primera entrevista. Por tanto, las sucesivas fases de la terapia se de­
sarrollaron de acuerdo con el «dramático», por lo «sorprendente»
para el paciente, cambio obtenido en la primera sesión. Parece claro
que este inicio, en apariencia mágico, hace más fácil el hecho de guiar
después a la persona a la recuperación de sus propios recursos per­
sonales.

114 115
4. El diálogo sobre el diálogo

«De la combinación de cosas discordantes nacen las más bellas


armonías.»
H e r á c l it o

Para finalizar nuestra exposición, hemos considerado útil y, esperamos


agradable para el lector, poner en escena un diálogo entre los dos
autores relativo al diálogo estratégico. No podíamos hacerlo más que
utilizando la técnica hasta aquí ilustrada.
La diferencia es que, en este diálogo, como dos combatientes
que se alternan en el rol del que ataca y del que defiende para entre­
nar lo mejor posible las técnicas, realizando una especie de danza,
los dos autores se alternan en el papel de quien hace preguntas, quien
da respuestas y quien propone paráfrasis para redefinir los contenidos
del diálogo.

Giorgio Nardone (G.N.) Querido Alessandro, creo que tú mejor


que yo, en virtud de tu amplia experiencia como estudioso
de la psicología y la psicoterapia, puedas guiarme a compren­
der si esta técnica es, en verdad, innovadora, o si yo lo creo
así porque estoy muy implicado.
Alessandro Salvini (A.S.) Ciertamente, sería demasiado apresurado
decir que aquello que parece de inmediato innovador en este
método que tú propones es el hecho de hacer, siempre y en
cualquier forma, activo al interlocutor respecto a todo lo que
se dice y se hace. El cambio implica siempre un individuo
activo y no «pasivo» o «reactivo». El salto entre las viejas y las

117
nuevas formas de psicoterapia consiste precisamente en esto: oponen resistencia a este salto paradigmático; sus resistencias
el paso de un esquema positivista -en el cual el otro es alguien cognitivas son funcionales en relación con su identidad, las
que es el producto de sus genes, de su educación, de la fami­ expectativas sociales, el rol que se les ha pedido que tengan.
lia, de las experiencias precoces, de los rasgos de personalidad- Se puede verter un nuevo saber en el mismo vaso, pero el
a un esquema pragmático en el cual la persona es, de cualquier nuevo saber no modificará el vaso, sino que adoptará su
forma, la constructora de su propia realidad a través de sus misma forma.
interacciones concretas y simbólicas consigo misma, los demás Una característica más que innovadora de esta técnica es
y el mundo. el hecho de que este tipo de diálogo se distingue de otros
Como ya hemos aclarado anteriormente, «pragmático» métodos de comunicación usados en psicoterapia, y consti­
no quiere decir «práctico». Es decir, en el sentido dado por tuye una real y auténtica interacción estratégica en la cual se
Dewey y James, significa un modo diferente de ver los pro­ induce a la persona a que asuma el punto de vista que le
blemas psicológicos. Lo que el paciente dice de sí, siente y sugiere el terapeuta, por lo que entiende, por ejemplo, sin
percibe, explica y realiza es siempre fruto de su proceso inter­ que se le diga directamente, el efecto disfuncional de sus
pretativo, de su forma de manipular su historia. Su verdad soluciones intentadas y tiene como efecto la tendencia natu­
narrativa explota y manipula de cualquier forma aquella ral a querer cambiarlas. Esta forma de diálogo entre terapeu­
historia, sometiéndola a un sentido y a un significado: en el ta y paciente es un modo de comunicación particular. Sinté­
caso de las patologías, esto sucede con las tentativas disfun­ ticamente podemos decir que es una co-construcción de la
cionales y redundantes por controlar o resolver el problema. realidad, en la cual la persona es implicada, de forma incons­
En este sentido, el diálogo estratégico, como evolución de la ciente, pero activa; se trata de inducir al otro a que se con­
psicoterapia breve estratégica, al centrarse en conocer los venza de que está viendo las cosas a través de una perspectiva
problemas mediante su solución, representa una decidida que, en realidad, le es sugerida por el terapeuta a través de las
evolución epistemológica. estratagemas dualísticas y el embudo de las preguntas y res­
Además, en línea con la tradición pragmática, según este puestas.
modelo se asume una posición en la que se ve al paciente Estas preguntas tienen la doble tarea de hacer entender
como una persona cuyas ideas y sentimientos no se limitan al paciente cómo afronta su realidad y, al mismo tiempo,
a reflejar su realidad psicobiográfica o sus hechos y condicio­ inducirlo a escoger, entre opciones antagonistas, un modo
namientos realmente padecidos, sino que los transforman, diferente de configurarla. Las paráfrasis siguientes hacen que
los elaboran, produciendo una experiencia y un consiguien­ ancle estas asunciones como verdaderas experiencias vividas
te modo de pensar y actuar. Por tanto, el terapeuta estratégi­ y todo ello conduce a un cambio efectivo de su modo de
co es, antes que nada, un psicólogo o un psiquiatra que ha percibir las cosas. En otros términos, si la persona es víctima
cambiado su modo de pensar, al pasar de un paradigma po­ de un autoengaño, puede curarse a través de otro autoengaño.
sitivista y empirista a otro pragmático, a una forma de inte­ La característica de este modo de conducir el diálogo tera­
racción libre de un estorbo físico, apriorístico, factual y de­ péutico, realmente innovadora, es que transforma los autoen­
terminista. A menudo, al contrario de cuanto se pueda creer, gaños patógenos del paciente en autoengaños terapéuticos de
son precisamente los psicólogos y los psiquiatras los que los cuales él mismo es el artífice.
119
G.N. Desde tu punto de vista de estudioso escéptico, el cambio El terapeuta, pues, no explica, hace al decir, utilizando todo
que se obtiene de modo tan rápido, gracias a esta forma de lo que el interlocutor le responde. Se trata de una interacción
diálogo terapéutico, ¿te parece algo radical y persistente o un estratégica; es decir, de un modo particular de gestionar una
cambio superficial que acarreará, al cabo de un tiempo, re­ relación dialógica, de los efectos persuasivos y reestructuran­
caídas en los viejos modelos patógenos del paciente? tes. El esquema dialógico construido por antinomia, o sea el
A.S. Mira, querido Giorgio, los problemas psicológicos humanos diálogo que guía al interlocutor por un recorrido de alterna­
son problemas particulares. El modo en que se generan y tivas en el que una excluye a la otra, utiliza y recalca una
pueden ser resueltos implica una manera de pensar diferente concepción lógica de la realidad dividida entre opuestos que
de la que utilizamos para solucionar problemas físicos, por es fundamental en la cultura occidental. El efecto es una
llamarlos así. Los individuos son personas activas que cons­ dulce manipulación, simplificadora pero no reductivista. Esta
truyen eventos que luego padecen. Su nivel de realidad, sirve para reducir la complejidad, para introducir al inter­
además de en la experiencia concreta, está inscrito en los locutor en un recorrido capaz de explotar al máximo una
enunciados discursivos, implícitos y explícitos, que producen posibilidad de persuasión que se basa en el principio de la
efectos reales a partir de estructuras de pensamiento organi­ coherencia; se explota un modo convencional y elemental de
zadas de forma dialógica. Estos confieren a la realidad produ­ representar la realidad, o sea, por opuestos. Nadie consigue
cida una tangibilidad que pertenece al sentido y al significado tolerar o violar el principio de no contradicción cuando está
que la persona misma les atribuye. La clave del cambio es, por inserto en una argumentación que lo propone como regla.
tanto, inducir a que la persona modifique su punto de vista No es la validez, la verdad del esquema lo que interesa, sino
respecto al problema que lo aflige: percepciones, valoraciones, el hecho de obtener efectos autopersuasivos; para evitar las
atribuciones causales, atribuciones de sentido, géneros de defensas es necesario valerse de un esquema de argumentación
discurso... Hacer cambiar de perspectiva activa un cambio en cuya lógica sea altamente tranquilizadora, porque ya forma
todos estos niveles, el cual es, por lo tanto, algo que además parte del modo de pensar del interlocutor. Para después al­
de producir efectos rápidos y concretos, tenderá a estabilizar­ canzar, gracias a todo ello, el descubrimiento de algo que
se. Si lo inventado, o mejor, lo reconstruido, lo canalizado, se rompe sus modelos precedentes de percepción de la realidad,
convierte en creíble y en sí mismo sentido como verdadero, llevándolos a la autodestrucción.
será el interlocutor sin darse cuenta el que halle una coheren­ G.N. Bien... Alessandro, parafraseando juntos. De tus respuestas,
cia entre todo lo dicho, afirmado y sentido, reorganizando así corrígeme si me equivoco, deduzco que consideras el diálogo
de manera estructural su percepción de la realidad. estratégico como una técnica innovadora, que es la evolución
G.N. ¿Definirías esta modalidad de conducir el diálogo como una natural de un modelo de psicoterapia breve estratégica, desa­
técnica manipuladora o como una estrategia que induce a rrollado originalmente en el Centro di Terapia Strategica en
una colaboración terapéutica? los últimos quince años, en una tradición que parte del prag­
A.S. El diálogo estratégico me parece un conjunto de estratagemas matismo, pasa por la interacción simbólica, hasta las formu­
terapéuticas, algo, pues, diferente a una consulta, a una con­ laciones de la Escuela de Palo Alto.
versación exhortativa, a una comunicación descriptiva y ex­ Además, si no me equivoco, piensas que los efectos de esta
plicativa. En este caso, como afirma Austin, «decir es hacer». estrategia terapéutica son cambios radicales, y no una especie

120 121
de maquillaje terapéutico en la percepción, en las represen­ G.N. Nada vale para todo o para siempre. Sí así fuera, no sería una
taciones y en los comportamientos de las personas. Estos obra humana. La técnica del diálogo estratégico, así como la
efectos terapéuticos tienden a persistir en el tiempo porque psicoterapia breve estratégica, es un modelo de problem solving
inciden en las modalidades a través de las que cada individuo que por definición puede aplicarse a todos los tipos de pro­
construye aquello que después padece. blemas, pero requiere una adaptación constante a lo irrepe­
Finalmente, te parece claro que este intercambio comu­ tible de los contextos, de las situaciones, de las personas.
nicativo no es un forzamiento directivo manipulador, sino Además, como técnica se ha demostrado sin duda más eficaz
una sutil inducción a autoengaños terapéuticos que activa en algunas clases de trastornos en las que la sintomatología
una espiral virtuosa de descubrimientos conjuntos entre te­ se expresa de forma invalidante para la persona, como, por
rapeuta y paciente. ejemplo, los trastornos fóbicos y obsesivo-compulsivos, los
A.S. Sí, así es, ¡veo que has entendido bien mis pensamientos...! trastornos de la conducta alimentaria, las presuntas psicosis,
¿Tú crees que cambiar el punto de vista implica solo el hecho las relaciones conflictivas y así sucesivamente. En cambio, no
de cambiar las cogniciones o requiere también cambiar los se muestra significativamente más eficaz, respecto a otras
actos? formas de diálogo terapéutico basado en las explicaciones más
G.N. Desde mi punto de vista, el cambio de las cogniciones, al que en las conminaciones, frente a malestares psicológicos que
contrario de lo que se piensa en las formas tradicionales de no presentan trastornos agudos. La paradoja que de ello se
psicoterapia —orientadas todas ellas a la introspección y, por deriva es que la forma más breve de terapia parece idónea
lo tanto, a un trabajo predominante sobre el incremento de precisamente para las patologías más difíciles y resistentes.
las estructuras cognitivas del paciente-, representa únicamen­ A.S. ¿Las soluciones intentadas disfuncionales se mantienen como
te el último efecto terapéutico y no el más importante. Cuan­ efecto sintomático de una patología de la personalidad, o bien
do se induce a una persona a cambiar sus puntos de vista desarrollan o han desarrollado una función importante para
respecto a la realidad que no consigue gestionar, el primer la persona?
efecto que se obtiene es de tipo perceptivo, es decir, se mo­ G.N. El constructo de solución intentada, elaborado por el grupo
difica el modo de sentir aquello. El segundo efecto es el hecho de investigadores del Mental Research Institute de Palo Alto,
de transferir en acciones las diferentes sensaciones producidas se refiere a los modos redundantes que pueden observarse en
por las diversas percepciones. las personas como respuesta a determinadas situaciones pro­
Solo después de haber realizado, a través de estas dos fases, blemáticas. Se trata de formas de interacción entre la persona
los cambios necesarios para la solución del problema, es ne­ y su realidad que se establecen gracias a la experiencia, como
cesario orientar al paciente hacia la adquisición de conciencia guiones rígidos que se repiten. En las investigaciones empí­
de todo aquello. El cambio del punto de vista prevé un des­ ricas para la puesta a punto de los protocolos de tratamiento
cubrimiento iluminador. Los descubrimientos, en el sentido específico de patologías particulares, llevados a cabo por
más real del término, no pueden realizarse a nivel cognitivo: nuestro centro durante más de quince años, hemos observa­
las cogniciones son el efecto, no la causa del descubrimiento. do que ciertos guiones de soluciones intentadas fallidas son
A.S. ¿El diálogo estratégico es un método aplicable solo a algunas los mismos para personas diferentes dentro de la misma pa­
clases de trastornos o a la totalidad de las patologías conocidas? tología; por tanto, no es la personalidad del individuo la que

122 123
determina soluciones intentadas patógenas, sino la organiza­ expresiones sintomáticas, fruto de redundantes guiones de
ción del problema que estructura respuestas similares en soluciones intentadas disfuncionales, estén determinadas por
personas diferentes. Es, pues, la interacción entre individuo la personalidad alterada de las personas con trastorno, sino
y realidad la que determina, en situaciones parecidas, las como efecto de la interacción disfuncional con situaciones
mismas reacciones en personas diferentes. Esto también nos que han puesto a las personas en la condición de activar
indica que ciertas modalidades redundantes de gestión inten­ percepciones y reacciones patógenas, cuya repetición en el
tadas de un problema tienden a establecerse como formas de tiempo ha llevado a la estructuración de la real y verdadera
equilibrio que se resiste al cambio y que estructura a su alre­ patología.
dedor toda una serie de otros equilibrios interdependientes G.N. Precisamente así. ¡Me complace constatar que has captado
que acabarán por hacerlo funcional e incluso útil. Por ejem­ plenamente mis ideas...!
plo, una persona con un trastorno fóbico que pide continua­ A.S. Si me lo concedes, querido Giorgio, permíteme acabar con
mente ayuda a su pareja o a su madre para afrontar situacio­ una reflexión que propongo al lector. Todo lo descrito en este
nes amenazadoras, tras cierto periodo de persistencia de este texto puede parecer cínico, sofista y embaucador entre otras
guión, llegará a estructurar un ligamen morboso con su ayu­ cosas, pero en este caso (en una realidad controlada deonto-
dante privilegiado, por el cual el problema se convierte en lógicamente y calificada a nivel profesional), el fin conjunto
una especie de ventaja. de terapeuta y paciente justifica los medios. En cirugía existe
Querido Giorgio... parafraseemos juntos tus respuestas... una praxis recurrente con el fin de restituir la salud al pacien­
Corrígeme si me equivoco. Por lo que dices, es importante te; llam ar «m anipulador», «embaucador» es ver las cosas
repetirlo con las palabras de Austin, que decir es también presumiendo una verdad metafísica. También un maestro de
hacer: lo pensado, realizado a través de las palabras, se con­ primaria manipula la atención del propio alumno, manipula
vierte en acción y, como tal, se constituye como experiencia su mente en función del aprendizaje. En ciertos casos se ne­
que, bien enfocada, es autocorrectiva. cesita sustraer las palabras a su uso corriente. También el
Tú opinas, si lo he entendido bien, que esta forma de término «cínico», reconducido a su significado original, ilus­
diálogo estratégico es aplicable a todas las disfunciones psi­ tra un modo de pensar y de actuar, cuyo rigor moral se en­
cológicas. Sin embargo, la habilidad del terapeuta tiene que comienda a la desconfianza hacia las reglas, las costumbres,
recortar el proceso no solo del problema en cuanto síntoma, las convenciones impuestas por la tradición (el nomosj. Los
sino en sintonía con las representaciones, las organizaciones cínicos son los exponentes de un pensamiento sobrio, anti­
mentales y de comportamiento con las que el otro gestiona convencional, dirigido a cultivar la ética como conquista
de forma recursiva sus problemas. Finalmente, tú crees, si no personal, resultado demostrado de un estilo de vida y de una
me equivoco, que las ventajas secundarias que se forman manera de pensar. Antístenes, Tales o Luciano de Samosata,
sobre la base de dinámicas patológicas son, pues, importantes son algunos de los muchos filósofos que sufrieron el juicio
para la organización, aunque sean disfuncionales, de la per­ moralizador por parte de otras escuelas filosóficas, sobre todo
sona. Por ejemplo, en el caso en que, para mantener estables de las confesionales, basadas en la autoridad religiosa o polí­
las relaciones, es necesaria la persistencia de los síntomas. De tica, es decir, sobre las definiciones apriorísticas y autoritarias
las investigaciones efectuadas no se ha demostrado que estas de cómo han de percibir y actuar las personas. Las disfuncio­

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nes psicológicas (las que con una similitud llamamos «psico- «Acusar a los demás de las propias desgracias es una prueba
patológicas») son hijas de un modo autoritario y dogmático de la ignorancia humana; acusarse a sí mismo significa em­
de pensar la realidad; el individuo tiende a congelarla hacién­ pezar a entender; no acusar ni a los demás ni a uno mismo
dola invasora, redundante, productora de soluciones inten­ es verdadera sabiduría».
tadas fallidas. Sin más, podemos entonces reconocer el valor A.S./ ¿Qué mejor manera de poner fin a nuestro diálogo sobre el
del diálogo estratégico, no solo de la antigua tradición sofís­ G.N. diálogo estratégico?
tica, sino también de la escuela cínica. Es irrelevante la acep­
ción negativa -instrumental e impropia- de los términos
«sofista» y «cínico». El diálogo estratégico que hemos descri­
to hasta aquí, en línea con esta tradición, guía a la persona
no solo a descubrir cómo resolver sus problemas, sino también
a inventarse su libertad fuera de las rígidas jaulas patógenas
y típicas normativas de visiones ideológicas, en el interior de
las cuales, entre los numerosos recursos de poder, las formas
tradicionales de psiquiatrización, como la historia antigua y
moderna nos enseña, son el ejemplo más recurrente.
G.N. Todo lo que dices de forma tan apasionada no solo me entu­
siasma, sino que hace que acudan a mi mente las palabras de
tres pensadores. Este me parece el mejor modo de aceptar
cuanto has afirmado.
El primero es Francis Bacon, quien frente a la trampa
del conocimiento rígido afirma: «La comprensión humana,
por su misma naturaleza, tiende a concebir la existencia de
más orden y regularidad de todo lo que en el mundo encuen­
tra».
El segundo es William James, quien advierte del riesgo
de vincularse a las tranquilizantes teorías descriptivas, invi­
tando a utilizarlas, no como punto de llegada, sino como
trampolín de lanzamiento: «Las teorías se convierten enton­
ces en instrumentos y no en respuestas a los enigmas con los
que terminar la investigación».
Finalmente, las palabras de un filósofo «estoico», Epic-
teto, quien nos invita a salir de la trampa de la búsqueda de
una causa o de un culpable, si queremos de verdad resolver
un problema o cambiar constructivamente una realidad:

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La "m agia" del d iá lo g o e stra té g ico resid e en su ro m p ed o ra
e se n c ia lid a d , o, p a ra fra se a n d o a los p rim ero s Siete Sabios
de la tra d ició n h e le n a /'n a d a en exceso, solo lo necesario".

La obra que el lector tiene en sus m anos representa la síntesis de


un recorrido de investigación, aplicación clínica y consultoría
em presarial, realizado a lo largo de más de quince años en el
Centro di Terapia Strategica de Arezzo, después de su fundación a
cargo de Giorgio Nardone y Paul W atzlawick.

El diálogo estratégico es una técnica evolucionada para dirigir un


coloquio «terapéutico» capaz de inducir cam bios radicales en el
interlocutor. Se trata de una refinada estrategia para obtener el
m áxim o con el m ínim o, donde se estructura la primera entrevista
com o una verdadera intervención más que com o una fase
preliminar, cuyos sorprendentes efectos han abierto nuevas y
prom etedoras perspectivas de investigación y de intervención.

El diálogo estratégico resultará de interés tanto para


profesionales de la psicología y de la com unicación com o para
lectores no especializados.

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