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El realismo en la literatura

El realismo literario es una corriente que se desarrolla en Europa en la segunda mitad del siglo XIX y se
abre paso durante el declive del romanticismo.
Esta tendencia viene a alejarse de la fantasía y de la imaginación imperantes durante la primera mitad del
siglo XIX con el fin de explicar la realidad social y analizarla. Asimismo, supone en cambio en el lenguaje y el
estilo del periodo anterior.
La novela se impone en este periodo como la manifestación literaria más destacada y adecuada para
observar, reflejar y explicar la realidad social. El Realismo surgió en la Francia de la primera mitad del siglo
XIX tras la revolución burguesa de 1848. Sus autores pioneros fueron Honoré Balzac y Henri "Stendhal", y
se desarrolló plenamente con Gustave Flaubert. Pero ya hacia la mitad de siglo publican grandes obras
maestras de esta estética también escritores ingleses como William M. Thackeray y Charles Dickens y el
alemán Gustav Freytag, el inicio realista fue algo posterior y coincidió con acontecimientos históricos
capitales. Surgió hacia 1870, después de que se reprodujese la tardía revolución burguesa de 1830 en La
Gloriosa de 1868, y tuvo su apogeo en la década de 1880 con autores como Pérez Galdós, Leopoldo Alas y
Emilia Pardo Bazán. Finalmente decayó en la década de 1900.

Los escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su interés en la sociedad, observando y


describiendo objetivamente los problemas sociales, y para ello se valieron de un nuevo tipo de novela, la
novela burguesa. En cuanto a la expresión, prefirieron un estilo más sencillo, sobrio y preciso, en el que
adquirió relevancia la reproducción del habla coloquial, especialmente en los diálogos, es decir, adoptando
los niveles de lenguaje adecuados a los personajes, que representaban todos los estratos sociales.
El realismo literario se encuentra inscrito en un movimiento más amplio que afecta también a las artes
plásticas, a la fotografía (que surge con el siglo XIX), y a la filosofía (positivismo, darwinismo, marxismo,
método experimental). La estética realista, fascinada por los avances de la ciencia, trata de hacer de la
literatura un documento que pueda servir de testimonio de la sociedad de su momento. Por ello describe
todo lo cotidiano y prefiere los personajes comunes y corrientes, basados en individuos reales de los que
toma nota a través de cuadernos de observación, a los personajes extravagantes o insólitos típicos del
Romanticismo. Esta estética propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la objetividad y el
materialismo.
Respecto a los procedimientos literarios del realismo, son característicos el uso de la descripción detallada
y minuciosa, con enumeraciones y sustantivos concretos; el del párrafo largo y complejo provisto de
abundante subordinación, la reproducción casi magnetofónica del habla popular, sin idealizarla, y un estilo
poco caracterizado, un lenguaje «invisible» que caracterice personajes, hechos y situaciones
objetivamente sin llamar la atención sobre el escritor.

Las características del realismo son los siguientes:


 Predominio de la razón sobre los sentimientos
 Objetividad y crudeza: los autores presentaban a los hombres y a las cosas como son, oposición a los
excesos románticos puesto rechazaron la fantasía, la imaginación, el egocentrismo y la nostalgia
 Introducción de escenarios y medios locales.
 Descripción detallada de lugares y personas, por muy banales y secundarios que puedan parecer para el
desarrollo del argumento. Los autores se documentaban minuciosamente para poder escribir sus obras.
Referencia a sucesos contemporáneos (acontecimientos de su época).
 Fin didáctico, los literatos presentaban problemas sociales con el fin moral y educativo de buscarles
solución o corregirlos.
 Predilección por las obras en prosa, especialmente novelas,
 Preferencia por las narraciones en tercera persona gramatical.
 La difusión de las obras literarias era similar a la de los románticos: a través de los periódicos.
 En cuanto al lenguaje por un lado, se reproducían exactamente dialectos y expresiones vulgares; por otro,
se usaban vocablos técnicos y científicos.

Representantes por países

Francia fue el país que vio nacer al movimiento realista. Allí surgieron algunas de las novelas más
importantes de la literatura universal. Stendhal, Balzac y Flaubert fueron los autores más representativos
del realismo francés.
En Inglaterra el realismo surge durante el reinado de la reina Victoria, asimismo coincide con el periodo de
la Revolución Industrial. Sin embargo, no irrumpió con tanta fuerza como en otros países como Francia. La
novela se convierte en el género literario por excelencia para los autores realistas. Dickens y Oscar Wilde
fueron algunos de los autores más influyentes del realismo inglés.
Durante la segunda mitad del siglo XIX en Rusia también se despierta entre algunos autores la necesidad
de reflejar la sociedad y sus desgracias a través de la literatura. Entre los representantes más influyentes
del realismo literario ruso se encuentran Fiódor Mijailovich Dostoievsky y Leon Tolstoí .
En España el realismo no se impone plenamente hasta la revolución de 1868, de ahí a que se de a conocer
a los autores realistas como “Generación del 68”. Entre los escritores más representativos tenemos Benito
Pérez Galdos, Leopoldo Alas, etc.

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