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¡Fomenta la autoestima en tus hijos!

Lo principal para fomentar la autoestima en tus hijos es aceptarles tal y como son; que se sientan
queridos por sí mismos, por lo que son, con todos sus defectos y sus virtudes.

¿Qué es la autoestima?

La autoestima, básica para el bienestar de la persona, se puede definir como la opinión que tiene
cada uno de su propio valor e importancia; de sus aspectos positivos y de sus áreas de mejora.

Globalmente, la autoestima es positiva cuando nos permite aceptarnos y querernos por lo que
somos. Nos indica cómo somos, nuestras habilidades y carencias a través de nuestros
comportamientos y experiencias. Así, tener un grado adecuado de autoestima favorecerá el
desarrollo del aprendizaje, de las relaciones sociales y de las actividades. Por tanto, aumentará en
cada individuo su sensación de ser capaz para realizar actividades, seguridad en su realización y
valor de su aportación.

La autoestima es una capacidad que puede ser aprendida. Desde pequeños, los niños van
formando su propio concepto de sí mismos y su identidad a través de la imagen que tienen de
ellos sus padres, profesores y, en general, los adultos que les rodean.

¿Por qué es tan importante?

Un niño con un adecuado nivel de autoestima se relacionará con facilidad y se comunicará con
mayor fluidez que un niño con poca autoestima; éste al contrario que el anterior, se sentirá
inferior como persona y carecerá de confianza en sí mismo, por lo que su aprendizaje será más
limitado.

Una buena autoestima desarrollada desde la infancia se relaciona muy directamente con la
capacidad para aceptar responsabilidades, libertad a la hora de elegir sin que sea tan susceptible a
condicionamientos externos, mayor capacidad de independencia y por lo tanto, de tomar
decisiones de forma responsable, consecuente y positiva; cualidades todas ellas que permitirán
desarrollar de adulto una vida más plena en todos los ámbitos.

Sin embargo, la ausencia de seguridad en sí mismo y de un adecuado nivel de autoestima produce


carencias, una mala canalización de sentimientos que deriva en cambios de humor, pesimismo,
angustia, sensibilidad extrema, etc. así como una pobre capacidad para tomar decisiones de forma
independiente, sentimientos de soledad y ausencia de relaciones sociales lo que genera
aislamiento social y tendencia a refugiarse en sustitutivos de otros tipos. Problemas como el
fracaso escolar, depresiones, desórdenes alimenticios e incluso abuso de drogas van
habitualmente ligados a personas con baja autoestima.

¿Cómo fomentar la autoestima?


Recuerda que la familia es el principal factor que influye en la autoestima. Tu hijo no tiene porqué
sentirse inferior ni frente a hermanos, primos, vecinos... y, aunque no existen fórmulas mágicas ni
infalibles, lo principal es incorporar en nuestra relación diaria con ellos tres factores
determinantes: la aceptación, la valoración adecuada que hagamos de ellos y sobre todo el amor;
constante, honesto y firme hacia ellos. Aunque es importante recordar que aceptar a tu hijo, no
significa dejarle hacer “lo que le dé la gana”, sino que debemos ser capaces de actuar según la
situación concreta y no según nuestro estado de ánimo de ese momento.

La comunicación también resulta imprescindible para este proceso, habla con tus hijos e
interésate por sus actividades y problemas, aunque a ti te resulten nimios, para ellos son los más
importantes, estate atento a su comportamiento y posibles cambios de humor, habla con sus
profesores y, en definitiva, implícate en la vida de tu hijo, dedica tiempo para conocerle a lo largo
de las distintas etapas de su crecimiento.

10 consejos de Todo Papás

1. Acepta, valora y quiere a tu hijo por lo que es y no por lo que hace.

2. Fomenta las responsabilidades del niño asignándole tareas y, siempre dentro de sus
posibilidades, edad y madurez, exige su cumplimiento, favoreciendo la toma de decisiones y la
resolución de problemas por él mismo. No lo hagas tú todo por el niño, deja que se equivoque
para que aprenda de sus errores y que los acepte como parte de la vida.

3. Valora, premia y verbaliza las cosas bien hechas en el momento preciso; también los pequeños
logros. Hay que tener en cuenta que cada pequeño objetivo conseguido por tu hijo es un gran
paso en el desarrollo de su valía personal.

4. Valora, igualmente, sus esfuerzos por hacer las cosas bien, sea cual sea el resultado obtenido.

5. Haz críticas constructivas sobre la conducta puntual, no a la persona en general. Es decir, es


mejor un “no quiero que tires los juguetes al suelo de esta manera” que un “eres un desastre” o
un “no me has escuchado lo que te he dicho” a un “nunca me prestas atención”.

6. Demuéstrale siempre afecto verbal y físico, apoyándole de manera cálida y consistente: que las
muestras de cariño sean frecuentes en casa, incluso cuando las acciones o resultados no son los
esperados. Es mejor corregir lo mal hecho con amor. Y por supuesto, nunca le insultes ni le
maltrates ni física y verbalmente.

7. Proporciona a tu hijo seguridad para que confíe en sí mismo y en todas sus posibilidades.

8. Respeta sus diferencias respecto al resto: físicas y de personalidad pero también sexuales,
políticas, culturales, religiosas… evitando las comparaciones con otros niños.

9. Motiva y estimula a tu hijo para que haga cosas nuevas y diferentes.


10. Establece normas y límites de comportamiento, informando previamente de cuáles son y
explicándole los motivos.

Refuerza su autoestima
La autoestima es básica para el bienestar de una persona. Cuando es positiva, nos permite
aceptarnos y querernos tal como somos. Tener un grado adecuado de autoestima favorecerá el
desarrollo del aprendizaje, de las relaciones sociales y de las actividades. Y lo mejor es que es una
capacidad que puede aprenderse, y que por lo tanto debemos enseñar a nuestros hijos desde que
nacen.

- No le regañes continuamente por sus fallos y errores. Piensa que es muy pequeño y está
aprendiendo, es normal que se equivoque. Hazle ver lo que ha hecho mal y ayúdale a corregirlo.

- Nunca le insultes ni le menosprecies. Si no paras de decirle que “parece tonto”, acabará por creer
que realmente lo es.

- No lo compares con sus hermanos mayores o primos, ni le digas “Juan a tu edad ya sabía nadar”.
Cada niño tiene un ritmo diferente y unas habilidades distintas.

- Alábale por sus logros y elogia todos sus pequeños avances.

- Fomenta las responsabilidades de tu hijo asignándole tareas -siempre dentro de sus


posibilidades, edad y madurez- y exige su cumplimiento, favoreciendo la toma de decisiones y la
resolución de problemas por él mismo. No lo hagas todo tú por él, deja que se equivoque para que
aprenda de sus errores y que los acepte como parte de la vida.

- Demuéstrale siempre afecto verbal y físico, las muestras de cariño deben estar siempre
presentes.

- Motívale y estimúlale a intentar cosas nuevas.

10 consejos para fomentar su autoestima

Tener un grado adecuado de autoestima favorece el desarrollo del aprendizaje, de las relaciones
sociales y de las actividades. Y lo mejor es que es una capacidad que puede aprenderse, y que por
lo tanto debemos enseñar a nuestros hijos desde que nacen
La autoestima, básica para el bienestar de la persona, se puede definir como la opinión que tiene
cada uno de su propio valor e importancia; de sus aspectos positivos y de sus áreas de mejora. Nos
indica cómo somos, nuestras habilidades y carencias a través de nuestros comportamientos y
experiencias. Así, tener un grado alto de autoestima favorecerá el desarrollo del aprendizaje, de
las relaciones sociales y de las actividades. Por tanto, aumentará en cada individuo su sensación de
ser capaz para realizar gestiones, seguridad en su realización y valor de su aportación.

Lo principal para fomentar la autoestima en tus hijos es aceptarles y valorarles tal y como son; que
se sientan queridos por sí mismos, por lo que son, con todos sus defectos y sus virtudes. ¿Cómo?

1- No le regañes por cada fallo que cometa. Todavía es muy pequeño y está aprendiendo, es
normal que se equivoque. Explícale lo que ha hecho mal y ayúdale a corregirlo. Nadie es perfecto.

2- Nunca le insultes ni le menosprecies. Si no paras de decirle que “parece tonto”, acabará por
creer que realmente lo es. Trátale con respeto y usa también con él fórmulas de cortesía como
“por favor” y “gracias”.

3- No lo compares con sus hermanos, primos o amigos, ni le digas frases como: “Juan a tu edad ya
sabía nadar”. Cada niño tiene un ritmo diferente y unas habilidades distintas.

4- Alábale por sus logros y elogia todos sus pequeños avances. A los niños les encanta los elogios,
que deben ser específicos y sinceros para que tengan un efecto positivo. Lo que importa es que los
padres se centren en las cosas positivas, no en las negativas. Las críticas y los rechazos por parte
de los padres suelen tener como consecuencia que los hijos tengan poca autoestima.

5- Demuéstrale siempre afecto verbal y físico, las muestras de cariño deben estar siempre
presentes. Es mejor corregir lo mal hecho con amor.

6- Fomenta las responsabilidades de tu hijo asignándole tareas -siempre dentro de sus


posibilidades, edad y madurez- y exige su cumplimiento, favoreciendo la toma de decisiones y la
resolución de problemas por él mismo. No lo hagas todo tú por él, deja que se equivoque para que
aprenda de sus errores y que los acepte como parte de la vida. Las responsabilidades hacen saber
a los niños que sus padres creen y confían en ellos para cumplir con sus tareas.

7- Motívale y estimúlale a intentar cosas nuevas. Participando en actividades que son interesantes
y divertidas, y en las cuales ellos puedan sobresalir, se mejora su autoestima.

8- Escúchale y respóndele adecuadamente. Poniendo atención a lo que dice, se demuestra que


sus preguntas y opiniones son importantes y que se le valora.

9- Evita corregirle delante de otras personas y pídele que obre de igual forma con los demás.

10- Proporciónale seguridad para que confíe en sí mismo y en todas sus posibilidades.

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