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La historia acerca de la conducta de los consumidores se ubica años atrás, como ejemplo
nos basaremos en la empresa General Mills quien decidió introducir un nuevo producto en
el mercado hace diez años. Pero antes de que pudiera comercializarse en todas partes, la
compañía tuvo que resolver una pregunta: ¿qué precio debía cobrar? Independientemente
de lo bueno que fuera el nuevo lanzamiento, el precio que fijara la compañía influiría
considerablemente en su rentabilidad. No bastaba con saber que los consumidores pagarían
más por un nuevo producto. La cuestión era cuánto más estaban dispuestos a pagar los
consumidores. General Mills tuvo, entonces, que analizar minuciosamente las preferencias
de los consumidores para averiguar la demanda para el nuevo lanzamiento de la compañía.
Así que para comprender estos problemas y dar respuesta a dichos cuestionamientos, es
necesario comprender la teoría de la conducta de los consumidores y la explicación de
cómo asignan estos la renta a la compra de diferentes bienes y servicios.
De igual forma es importante subrayar que este modelo ha tenido mucho éxito en la
explicación de una gran parte de lo que observamos realmente sobre la elección de los
consumidores y las características de su demanda.
1. Las preferencias de los consumidores
Las preferencias del consumidor están determinadas por aquellos bienes o servicios que
otorgan una utilidad a este. En otras palabras, estos productos satisfacen las diferentes
necesidades que los consumidores tienen y que pueden conseguir teniendo en cuenta dadas
sus respectivas restricciones presupuestarias.
Pero, ¿Cómo seleccionan los consumidores sus cestas de mercado? ¿Cómo deciden la
cantidad de alimentos que eligen, frente a la ropa?
Existen tres supuestos básicos sobre las preferencias de un consumidor por una cesta de
mercado frente a otra:
1. Completitud: Los consumidores pueden compararlas. En nuestro ejemplo se
muestran: A, B, C, D, E, F; por lo que el consumidor puede ordenarlas por
preferencia, compararlas y finalmente elegir la que más satisfaga sus necesidades.
2. Transitividad: Quiere decir que si el consumidor prefiere la cesta C a la F y la F a
la E, quiere decir que también preferirá la C sobre la cesta E. Por ejemplo, si
prefiere una Coca-Cola a una cerveza y una cerveza a un vaso de agua, también
preferirá la Coca-Cola frente al vaso de agua.
3. Cuanto más, mejor: Suponiendo que los bienes los desea el consumidor, elegirá
aquella combinación que le proporcione más cantidad. Si siguiéramos este supuesto
de preferencias, el consumidor elegiría la cesta D, puesto que es la que más
unidades le proporciona (35unidades, 5uds. más que la C y la B)
Se define como la herramienta que proporciona las distintas combinaciones de bienes que
reportan el mismo nivel de satisfacción al consumidor y que son preferidas a otras
combinaciones.
La relación marginal de sustitución (RMS) puede definirse como el número de unidades del
bien X al que tenemos que renunciar para obtener una unidad del bien Y, manteniendo
siempre el mismo nivel de utilidad. Por tanto, implica la compensación de bienes para
cambiar la asignación de conjuntos de bienes, pero manteniendo el mismo grado de
satisfacción.
Gráficamente, la RMS es la pendiente de la Curva de Indiferencia en cada punto, por lo que
va a ir variando según el tramo de la curva en la que la calculemos. Por ello la RMS
siempre es negativa y decreciente:
Es negativa porque tienes que prescindir de un bien para obtener mayor cantidad de otro
bien, esto se produce porque la curva de indiferencia es decreciente y es
decreciente porque el consumidor cuanto más tenga del bien “Y” más dispuesto estará a
cederlo por obtener unidades de “X” y cuanto menos tenga del bien menos cederá.
Mientras que los bienes complementarios perfectos son bienes que satisfacen
conjuntamente un mismo tipo de necesidad, varían en el mismo sentido, aumenta la
demanda de uno aumento la demanda del otro. Incluso estos bienes llegan a constituirse en
un solo bien como es el caso del café y la leche. Esta característica entre los bienes tiene su
principal característica en la demanda de los mismos, debido a que este carácter de
complementariedad en el momento de su consumo hace que dos o más bienes tengan la
misma tendencia en cuanto a su demanda. Por ejemplo, si aumenta la demanda de café,
aumentará la demanda de leche y de azúcar debido a que estos tres bienes son
complementarios entre sí.