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• INTRODUCCIÓN

• Existe un aforismo popular que dice: "El artista verdero puede realizar su labor con pocas
herramientas y sus manos pueden conseguir buenos resultados aun con herramientas
malas". Aunque esto es aplicable a diversas disciplinas, no es posible en operatoria dental.
Una pre-paración cavitaria refleja los recursos con los que se tra-bajó y su apariencia
demuestra la falta o no de instrumen-tos adecuados. Un operador hábil no sólo aprecia los
buenos instrumentos, sino que además reconoce la nece-sidad imperativa que tiene de
contar con ellos para traba-jar en forma eficaz. La preparación de cavidades o el ta-llado
de dientes tropiezan con el gran inconveniente vin-culado con la enorme dureza de los
tejidos calcificados, el esmalte. la dentina y el cemento dentarios. Por este motivo, en
operatoria dental se necesitan instrumentos de forma y tamaño diversos, especialmente
diseñados. y equipos o aparatos que sirvan para que aquellos cumplan con su función
específica.'

• Los instrumentos empleados en operatoria dental I fig. 10-1) se clasifican en tres grupos:
I ) activo. 2) comple-mentario y 3) para restauraciones (cuadro 10- I ).

• INSTRUMENTAL ACTIVO

• El instrumental utilizado para el corte dentario se de-nomina instrumental activo y se


divide en dos grupos: a) cortante de mano, que puede ser accionado manualmen-te, y b)
rotatorio. que puede ser accionado mediante equi-pos que lo hacen girar a cierta
velocidad (cuadro 10-2).

• INSTRUMENTAL CORTANTE 1W MANO

• Con esta denominación se clasifica una extensa varie-dad de instrumentos utilizados


desde hace muchos años para abrir, extender, alisar, biselar y terminar preparacio-nes
talladas en los dientes y para una serie de maniobras complementarias, como bruñir,
limar, recortar y terminar

• los materiales de restauración.= Si bien actualmente se admite que casi todas las
preparaciones cavitarias pueden llevarse a cabo con instrumental rotatorio, es convenien-
te que la remoción de caries, la terminación final de los delicados detalles cavitarios y el
trabajo de agudizar án-gulos (véase mis adelante) y marcar biseles se realicen

mediante el empleo del instrumental cortante de mano. En la actualidad. este instrumental se usa
para apertura de preparaciones. rectificación y terminación de paredes. agudización de ángulos.
remoción de tejidos deficientes. biselado de prismas del esmalte y recorte y pulido de ob-
turaciones (cuadro 10-3).

Descripción Los instrumentos cortantes de mano' constan de tres partes: 1) un tallo largo y
derecho que sc utiliza como mango del instrumento. 2) la parte activa u hoja. que es la parte del
instrumento en donde está el borde cortante o fi-lo, y 3) un conector con forma de huso,
habitualmente de-nominado cuello, que une el mango y la hoja (fig. 10-2) (cuadro 10-4). El mango
es recto y facetado, de forma hexagonal. oc-togonal. cilíndrica o anatómica (véase fig. 10-3), y pre-
senta estrías perpendiculares o longitudinales para un mejor agarre, aunque también existen
mangos lisos o re-cubiertos con algún material orgánico antideslizante (si-licona).

Los instrumentos antiguos tenían grandes mangos que permitían asirlos con fuerza y así evitar que
rolaran sobre su eje longitudinal (fig. 10-4). Los instrumentos moder-nos de mango pequeño no
rotan porque tienen un diseño equilibrado (véase más adelante). El cuello• puede ser recto.
monoangulado. multiangu-lado (biangulado, triangulado. cuadrangulado) o en for-ma de bayoneta
(fig. 10-5). La parte activa varía en longitud, ancho de hoja, for-ma y dirección del bisel. Los datos
en milímetros o déci-mas de milímetro de la hoja permiten clasificar el instru-mento. El extremo
libre de la hoja debe estar situado, en relación con el eje longitudinal del instrumento o con su
prolongación, a una distancia de 3 mm o menos para que se mantenga el equilibrio. Todo
instrumento en el cual el ángulo y la longitud de la hoja lleven el borde cortante de la parte activa
a más de 3 mm de la línea que atraviesa el eje del mango debe llevar un segundo o tercer ángulo.
Según Black. al con-traangular un instrumento, el borde cortante debe llevar-se a 2 mm o lo más
cerca posible del eje axial de dicho instrumento, de manera tal que si el instrumento se apo-ya
sobre una superficie plana. con el filo mirando hacia abajo. dicho filo esté casi tocando la
superficie (véase fig. 10-6).

Instrumental tradicional

Dentro de este grupo se encuentran instrumentos muy populares. diseñados por los maestros de
la operatoria dental hace muchas décadas. Algunos de estos instru-mentos conservan su diseño
original casi cien años des-pués de su creación. Los más habituales son los de lilack, los de Gillett,
los de Darby Pcrry y los de Wedels-taedt. Otros, como los de Bronner o los de Woodbury, han
caído en desuso y es muy difícil conseguirlos en el comercio.

Instrumentos de Black

G. V. BlacIO2." diseñó y fabricó una serie completa de instrumental cortante de mano constituida
por 102 instru-memos. Uno de sus principales objetivos fue limitar las medidas, las longitudes y los
ángulos de las hojas de los

instrumentos a un número suficiente y estandarizado. El nombre aplicado a cada instrumento


tiene un significado especial y puede ser descriptivo de su uso, su manera de actuar y la forma de
la parte activa o del cuello (nombres de orden, suborden, clase y subclase, respectivamente). Los
instrumentos de Black se dividen en cuatro gru-pos: instrumentos ordinarios (hachuelas y
azadones), ins-trumentos especiales (hachuelas para esmalte. cucharitas, recortadores de margen
gingival, cinceles rectos y cince-les biangulados). instrumentos de lado (hachitas, discoi-des y
cleoides) e instrumentos de hoja larga (hachuelas largas, azadones largos) (fig. 10-8 A y B) (cuadro
10-7). El sistema ideado por Black para la identificación de sus instrumentos consiste en una serie
de números que se estampan o graban en el mango (fórmula de Black), por ejemplo, hachuela 14-
6-6. El primer número indica el ancho de la hoja cortante, en décimas de milímetro. El segundo
informa la longitud de la hoja en milímetros. El terrero indica la angulación de la hoja con respecto
al eje principal del instrumento y está expresado en grados centesimales (fig. 10-9). Los re-con
adores gingivales poseen un Cuarto número, ubicado entre paréntesis y en segundo lugar, que
expresa el ángu-lo que formaría la prolongación del borde activo de la ho-ja al interceptar el
mango del instrumento (fig. 10-10). Según lo antedicho, la hachuela 14-6-6 tiene las siguien-tes
características: el ancho de la hoja es de 14 décimas de mm y el largo de 6 mm: la hoja está
angulada 6° con respecto al mango (cuadro 10-8). Para medir los instrumentos dentales, se utiliza
el sis-tema métrico. Existe una plantilla o escala graduada que contiene tres elementos: 1) un
círculo centesimal (circun-ferencia dividida en 100 panes). 2) una escala de O a 100 milímetros y 3)
otra escala graduada de O a 50 que se abre en forma de escotadura, para medir con precisión las
dé-cimas de milímetro del ancho de una hoja (fig. 10-11 A). El círculo centesimal representa 360°
sexagesimales. Se-gún la escala centesimal, un ángulo de 25° centesimales equivale a un ángulo
recto. Para convertir grados centesi-males en sexagesimales se multiplican los grados cente-
simales por 360 y el resultado se divide por 100 (cuadro 10-9). Después de muchas investigaciones
y pruebas so-bre la división del círculo, Black finalmente prefirió el sistema centesimal al
astronómico o al compás marino (de 32 puntos). Al nombrar un instrumento, debe decirse en
primer lu-gar el nombre de clase y luego la fórmula de la parte ac-tiva. Según Black, el individuo
que utiliza medidas precisas adquiere una apreciación mucho más delicada de los ta-maños y las
formas: además. recomienda el uso del cali-bre Boley (Boley gauge) (fig. 10-11 8), ampliamente
uti-lizado por joyeros y científicos, porque permite medir

Uso del instrumental cortante de mano

El uso del instrumental de mano requiere correcta di-gnación. buen punto de apoyo y toma
adecuada del ins-trumento para evitar que. al ejercer tueria sobre él. tire o se deslice lesionando
los tejidos blandos vecinos.

llano dominante

La mano derecha es la dominante para el operador diestro o derecho. mientras que la izquierda lo
es para el /urdo. La mano dominante es la que sostiene y activa el instrumento.

Presión digital La toma rígida del instrumental con presión excesiva a nivel de los pulpejos
disminuye la sensación táctil y la efectividad del corte.

Toma de lapicera modificada Es de tres dedos. Los pulpejos del pulgar, el índice y el mayor
contactan con el instrumento mientras que el anular sine de apoyo (véase fig. 10-35). El índice se
apoe

ya sobre la unión del mango con el cuello del instrumen-to para guiar los movimientos. El dedo
mayor desempeña un papel fundamental, ya que el instrumento no apoya so-bre el borde radial
de la falange dista' como en la toma de lapicera (fig. 10-36). En la toma de lapicera modifica-da, el
pulpejo del dedo mayor se coloca sobre el cuello acercándose a la hoja del instrumento.

Torna palmar El mango del instrumento es sostenido por todos los dedos menos el pulgar. el cual
sirve como fulcrum (fig. 10-37).
Apoyo Como regla general. debe procurarse un buen apovo digital en los dientes de la misma
arcada y en los vecinos a la pieza dentaria sobre la que se va a trabajar. El apoyo digital en dientes
de la arcada antagonista tiene menos %alor s puede inducir ino% imientus inesperados del ins-
trumento. El apoyo digital en la piel de la cara es bastan-te incierto y ofrece peligros, ya que el
instrumento puede deslizarse en cualquier momento.

Comportamiento

Estos instrumentos actúan sobre el diente y producen una serie de fenómenos que se desarrollan
de manera si-multánea o sucesiva, a saber: corte, desgaste. abrasión. li-mado. serruchado,
escamado. virutado. acción de cuña. etc. (cuadro 10-20). Cada una de estas maniobras tiende a
fracturar un trozo de diente mediante la aplicación de un trabajo mecánico. gran parte del cual se
transforma en calor. El corte óptimo, que se realiza con menor consumo de energía. consiste en la
fractura por acción de cuña. pe-ro es el más difícil de obtener. El desgaste por abrasión o pulido
resulta más simple. pero es menos productivo en relación con el consumo energético. El fresado
constitu-ye un término medio entre las dos situaciones descritas

Clasificación

El instrumental rotatorio puede clasificarse en tres grandes categorías: a) fresas, b) piedras y


puntas abrasi-vas y c) discos y gomas abrasivas. Dentro de las fresas, se incluyen todos los
instrumen-tos de acción similar a la de una cuchilla que se aplican sobre el diente con cierta
energía para producir un cor-te o fractura. Dentro de las piedras. se incluyen todos los
instrumentos que actúan sobre el diente con acción abrasiva y que tienden a producir un desgaste
sobre su superficie. Los discos==- 26 constituyen una variante de las piedras. Esta clasificación
responde simplemente a motivos di-dácticos, ya que la microscopia electrónica ha demostra-do
que en dimensiones muy reducidas (micrómetros) tanto las fresas como las piedras actúan como
una cuña sobre el diente.

Fresas

La tecnología dental adoptó para el fresado dentario los mismos procedimientos que se utilizan en
la industria para el trabajo de los metales, la madera. la cerámica y otros materiales. Esto dio como
resultado la fabricación de una serie de instrumentos rotatorios cortantes de diferente tamaño
que nunca fueron diseñados específicamente para incidir en los tejidos dentarios calcificados:272'i
El principal problema surge de la diferente composi-ción de los dos tejidos fundamentales,
esmalte y dentina. Tal como se verá en el capítulo 18, el esmalte tiene ape-nas 3 o 4% de sustancia
orgánica. mientras que la denti-na posee aproximadamente 30%. Este simple hecho sir-ve para
demostrar que un mismo instrumento no puede ser útil para fresar esmalte y dentina al mismo
tiempo porque. si está específicamente diseñado para esmalte. resultará poco eficaz en la dentina,
y viceversa. Del mis-
mo modo. la energía necesaria para cortar uno y otro te-jido será diferente en ambos casos. Como
esto constitu-ye un problema que aún no ha sido solucionado, será pre-ciso respetar la descripción
clásica del instrumental rota-torio tal como se la conoce desde principios del siglo xx. La American
Dental Association ha formulado la Especi-ficación ANSI-ADA N° 23, año 1978, para el diseño y
clasificación de las fresas dentales?' Las fresas sirven para diversas aplicaciones, entre las cuales se
encuentran: tallado de preparaciones cavitarias, remoción de caries, remoción de restauraciones,
termina-ción de paredes cavitarias, terminación de restauracio-nes, alisado de preparaciones
protésicas, corte de puentes y coronas, cirugía de los maxilares e implantología, etc. (cuadro 10-
211.

Descripción Una fresa consta de un tallo, una parte activa o cortan-te y. por lo general. un
estrechamiento entre el tallo y la parte activa que se denomina cuello (fig. 10-41). El tallo es de
acero inoxidable, mientras que la parte activa pue-de ser de diferentes materiales. El material
utilizado en la unión de ambas partes es una soldadura dura. La longitud total de las fresas
responde a dos patrones clásicos: a) fresas largas para pieza de mano recta y b) fresas cortas para
ángulos. La longitud puede modificar-se a voluntad, cortando simplemente una fresa más larga
hasta obtener el tamaño requerido. Según el tipo de aga-rre. se adecuará la forma del tallo al uso
destinado (véa-se más adelante). Para trabajos especiales. apertura y en-sanche de conductos
radiculares o trabajos protésicos, pueden existir fresas extralargas o de medidas no habi-tuales, o
fresas muy cortas, para dientes temporarios.

La parte activa o cortante consta de un número varia-ble de hojas o cuchillas (fig. 10-42)
dispuestas de mane-ni tal que cortan cuando giran en la dirección de las agu-jas del reloj. Muy
pocas fresas pueden cortar cuando gi-ran en dirección inversa a la de las agujas del reloj, salvo que
hubieran sido especialmente diseñadas para eso. Al-gunas fresas pueden cortar en ambos
sentidos. El tamaño del tallo es respetado por los fabricantes pa-ra que las fresas de distinto
origen puedan ser usadas en todos los instrumentos. Los tallos son cilíndricos. En otra época se
fabricaban fresas con tallos cónicos que reque-rían contraángulos especiales, pero han caído en
desuso.

Clasificación Según la forma de su parte activa, las fresas se clasi-fican en: I) redondas o esféricas,
2) de rueda, 3) de co-no invertido. 4) cilíndricas, 5) troncocónicas. 6) para pre-paraciones para
amalgama. 7) piriformes, 8) para hom-

22 mm hro y 9) castor de corte cruzado (fig. 10-45). En el cua-dro 10-23, se detalla la numeración
estadounidense de las fresas.

1. Fresa redonda o esférica. La fre\a redonda o esférica posee cuchillas en toda su periferia (fig.
10-45 A). Dentro de un formato más o menos similar, presenta numerosas variables debidas a la
imaginación de los fabricantes, a sugerencias de los clínicos o a pruebas de laboratorio realizadas
un poco al azar, ya que aún no se han formulado especificaciones de vigencia in-ternacional con
respecto a las fresas para uso dental. Se suministran en muchos tamaños. Hasta hace algu-
El uso principal de la fresa redonda consiste en la remoción de tejidos de-ficientes semiduros o
blandos (dentina cañada), para lo cual debe emplearse el tamaño más grande que la cavidad
permita y la velocidad convencional. También se las utiliza para eliminar obturaciones temporarias
y cementos y para limpiar las paredes cavitarias. Cuan-do se quiere exponer un cuerno pulpar o
abrir un con-ducto radicular, se utiliza una fresa redonda más pe-queña, en el sitio adecuado. Las
fresas redondas pueden usarse para producir su-perficies cóncavas, para terminar restauraciones
plás-ticas, para bruñir bordes metálicos o para hacer pe-queños conductos con fines de anclaje. En
otros capí-tulos, se explicará con más detalle el uso de este y otros tipos de fresas.

2. Fusa meda (fig. 10-45 B). Se la emplea para efectuar retenciones y socavados en cavidades que
serán obtu-radas con materiales plásticos. No es muy utilizada en la actualidad. 3. Fina de cono
invertido (fig. 10-45 B). Se la usa para socavar el esmalte, avanzando por debajo del límite
amelodentinario cuando se extiende una cavidad a ve-locidad con v encional, y también para
retenciones o socavados, con objeto de retener un material de obtu-ración. Su faz plana permite
regularizar un piso o una pared, ya sea en la dentina o en un material de obtura-ción auxiliar,
como el cemento. Existen fresas de co-no invertido de parte activa larga y, en este caso, lle-van la
letra L.
4. Fresca cilíndrica. Puede tener el extremo de su parte ac-tiva con dos formas: plana o
redondeada (fig. 10-416). a. Cilíndrica con extremo plano. Se presenta de dos maneras: lisa o
dentada (fig. 10-45 C). Esta fresa se usa para la conformación y para extender los límites de la
preparación. Se la emplea principalmente en restauraciones con amalgama. oro o materiales
plásticos. En la numeración estadounidense, por ejemplo, una fresa cilíndrica lisa con extremo pla-
no tiene el número 57; si es dentada. lleva el núme-ro 557, y si posee la parte activa más larga. su
nú-mero es 57L o 557L. según sea lisa o dentada, res-pectivamente. b. Cilíndrica cm: extremo
redondeado o cónico. Tam-bién puede ser lisa o dentada (fig. 10-45 C). Cuan-do se utiliza
velocidad convencional, esta fresa es útil para la apertura inicial, a través de una falla del esmalte
o de un punto con esmalte debilitado por caries.

5. Fresa troncocónica. Esta fresa puede ser lisa y denta-da y. a su vez, tener el extremo de su parte
activa con dos formas: plana o redondeada (fig. 10-45 D). Se tra-ta de una fresa muy útil para la
conformación cavila-ria. especialmente a velocidad superaba En su forma extralarga, es útil para
la preparación de cajas pmximales o. en ca-ras libres, para restauraciones con materiales plásticos
o para incrustaciones. 6. Fresas para preparaciones para amalgama (fig. 10-45 E). La forma más
común es una levemente piriforme. alargada. de extremo redondeado, casi plano. Sus nú-meros
en la numeración estadounidense son 244. 245 y 246. Dentro de este grupo. también existen las
fre-sas 256 y 257. cilíndricas muy pequeñas. y 271. cilín-drica y en el tercio dista! levemente
(mnemónica (fig. 10-47). 7. Piriforme. Esta fresa se utiliza en velocidad superaba para
conformación y retención en cavidades que van a ser obturadas con materiales plásticos. con
paredes convergentes hacia la superficie oclusal.

Piedras montadas

Las piedras montadas constan de un eje metálico recu-bierto por abrasivo y moldeado en
diferentes formas se-gún el trabajo al que estén destinadas. El eje metálico puede ser largo (para
pieza de mano recta), corto y con ranuras en el tallo (para contraángulo) y, por último, de tallo fino
para agarre por fricción, destinado al corte en alta velocidad. El abrasivo que recubre el eje
metálico puede ser: a) diamante, b) carborundo o similares.

Piedras de diamante

Se las obtiene de la selección de polvo de diamante, natural o sintético. Las partículas naturales
provienen de

Las piedras de diamante siempre deben ser usadas con refrigeración acuosa, para eliminar los
detritos o virutas que se depositan en los espacios ubicados entre los granos abrasivos. Si no se
eliminan estos detritos, la piedra se embota y su eficacia se reduce, con producción de calor por
fricción.
de diamante que poseen

Selección del instrumental rotatorio

Los factores que deben tenerse en cuenta en la selección de dispositivos y aparatos rotatorios
incluyen la vibración y sus efectos, el torque, el calor friccional y la refrigeración.

Vibración v sus efectos El contacto de un instrumento rotatorio sobre el diente origina una onda
vibratoria que se repite a cada nuevo contacto de la fresa o piedra. Estas ondas o vibraciones se
transmiten al diente, al hueso alveolar y a la caja craneana y llegan al órgano del oído, donde se
magnifican y producen un efecto muy desagradable para el paciente. Como todas las ondas
vibratorias de la naturaleza, poseen amplitud, longitud y frecuencia.

Los estudios realizados por Walsh y Simmons. Henry y Peyton. Ingraham y Tanner. Eichner y otros
han permi-tido establecer que las ondas vibratorias son muy moles-tas para el paciente cuando la
fresa gira a la velocidad convencional de hasta 10.000 rpm. Luego se vuelven más tolerables
porque disminuye la amplitud y aumenta la frecuencia de las vibraciones. Al llegar a una velocidad
de entre 60.0(X) y 80.0(X) rpm, el paciente deja de percibir las vibraciones mecánicas transmitidas
por la fresa y el corte del tejido dentario puede llevarse a cabo entonces con gran comcxlidad. En
realidad, las vibraciones no desaparecen, sino que se san tornando cada vez más pequeñas y
frecuentes hasta que llega un momento en el que el estímulo producido por la

Torque momento de torsión


Es la capacidad que tiene un elemento rotatorio (fresa o piedra) impulsado por un aparato
(turbina o micromo-tor y contraángulo) de continuar girando a pesar de la re-sistencia (presión
que se ejerce sobre los tejidos denta-rios calcificados). Equivale a la fuerza efectiva que transmite
el aparato al elemento rotatorio. Así, si el sistema permite que se apli-que mayor presión de corte
sobre la pieza dentaria sin que se frene la rotación, el torque del aparato será mayor.

Calor friccional

Al accionar sobre los tejidos dentarios calcificados, el instrumento rotatorio (piedra o fresa) disipa
energía en forma de calor. Esto puede afectar el complejo dentina-pulpar y el periodonto.
Lógicamente, al aumentar la velocidad, aumenta la temperatura que se transmite. Por supuesto,
es preciso te-ner en cuenta otros factores que afectan el calor friccional y que no pertenecen al
dispositivo rotatorio: presión de corte. agudeza del filo, forma y tamaño del instrumento y dureza
de los tejidos dentarios. Presión de corte. Es la que transmite el operador para

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