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el proceso de creación de una empresa se inicia con un elemento muy sencillo, muy

básico, a veces muy intuitivo, como es la idea; ésta es una noción elemental sobre una
concepción de algo que se quiere o se planea hacer

las ideas son muy genéricas y numerosas; por ello, hay necesidad de avanzar sobre ellas
mediante procesos de evaluación y desarrollo, hasta convertirlas en ideas de empresa.
Como su nombre lo indica, implican una aplicación mucho más específica de la idea al
entorno propio de la empresa (mercados, clientes, productos, tecnología, contactos,
etcétera). En esta etapa se empieza a delinear la posible empresa y el empresario
empieza a asociar sus valores, orientaciones y competencias. Igual que en todas las
etapas, este diseño de la idea de empresa implica una profunda revisión de variables, un
análisis de condiciones de entorno, una confrontación de los valores personales,
orientaciones y competencias del empresario y, por lo tanto, de nuevo, los procesos de
evaluación y decisión siguen aplicándose con intensidad.

La tercera gran etapa es la formación de la oportunidad empresarial, que es la integración


total de los componentes de la empresa con la situación del entorno y del empresario,
para lograr una orientación más específica y más concreta de la empresa.

La cuarta gran etapa es la elaboración detallada e integral del plan de empresa, el cual
permite estudiar no sólo los componentes de la empresa, del entorno y del empresario
sino que también permite totalizar los elementos propios del devenir de la futura empresa
para formular metas, diseñar estrategias para lograrlas, identificar riesgos y efectos
potenciales de los mismos, y brindar posibles soluciones a las diversas contingencias que
se puedan ir presentando.

La quinta gran etapa es el arranque, con todo lo que implica en términos de volver
realidad lo que se ha hecho en las etapas anteriores. En ella se ponen a prueba las
estrategias de consecución y asignación de recursos de todo índole, y es en ella donde es
necesario vencer las trabas administrativas para la aparición real de la empresa que
surgen del entorno. Aquí es donde el empresario, al fin, ve por primera vez su realidad
empresarial.

La sexta gran etapa es la de crecimiento y desarrollo. Como su nombre lo indica, tiene la


finalidad de que la empresa sea exitosa; lo cual incluye el logro de las metas que el plan
de carrera empresarial y el plan de empresa habían previsto, dentro de las limitaciones y
oportunidades que el entorno formulaba. La aplicación de las estrategias, el uso de las
acciones contingentes, el logro de las metas y los ajustes a las variables serán el ámbito
permanente de la acción empresarial y, como siempre, el componente de evaluación y
decisión se mantendrá en todo el proceso.

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