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Sé leer Un diálogo

La derrota del rey


Para comprender
la lectura Un día, el rey de un lejano país mandó a poner este aviso: «Al niño
❱ Lee los títulos y dale que sea capaz de decirme una buena mentira, le daré mucho oro».
un vistazo rápido a
las imágenes de los Muchos niños se presentaron para contar toda clase de mentiras.
siguientes textos. Pero ninguna le agradó al rey.
Casi al anochecer se presentó un muchacho.
—Y tú, ¿a qué viniste? —le preguntó el rey.
—Mi padre me mandó a que le cobrara una deuda.
—Yo no tengo ninguna deuda con tu padre. Tú estás mintiendo —
contestó el monarca.
—Si realmente he mentido, entonces entrégueme el premio
que ha ofrecido —reclamó el muchacho.
El rey contestó rápidamente:
—Creo que todavía no has dicho ninguna mentira.
—Si yo no he mentido, entonces págueme la deuda.
Finalmente, al rey no le quedó más remedio que entregarle
el oro que había prometido.
Anónimo

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Lectura
El cocinero y el rey

Lugar: en la cocina y el comedor de un palacio. Durante


la lectura
Personajes: el rey y el cocinero. ¿Qué respuesta crees
Situación: un hábil cocinero debe explicar al rey por qué ha servido un que dará el cocinero al
ave que tiene una sola pierna. rey?

Narrador: En cierta ocasión, un cocinero sirvió al rey un ave a la


que le faltaba una pata.
Rey: ¡Por dios, a esta ave le falta una pata! ¡Cocinero! (en voz alta).
Narrador: El cocinero se acerca al rey de inmediato.
Rey: ¿Cómo te atreves a servirme un ave con una sola pata?
Cocinero: (murmura para sí mismo) Me va a salir caro haberme
comido una pierna del pollo.
Narrador: Pero el cocinero es hábil y rápidamente encuentra la
respuesta adecuada.
Cocinero: Majestad, el ave que hoy he preparado es un flamenco.
Por eso tiene una sola pata.
Narrador: Al día siguiente… el rey llama al cocinero para mostrarle
que aunque los flamencos se paran en una sola pata, tienen dos. Glosario
Rey: Cocinero, muéstrame la extraña ave de una sola pata que me pillo. Hábil para engañar
cocinaste ayer. a los demás.
Cocinero: Son aquellos, los flamencos. Observe majestad. Tienen
una sola pata.
Narrador: El rey disparó al aire ¡PAM! y… los flamencos corrieron
en sus dos patas al ser espantados por el ruido.
Rey: ¿Lo ves, pillo? Tienen dos patas.
Cocinero: Sí, majestad. Pero al de ayer no lo
espantaste.
Giovanni Bocaccio

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