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SUMMA Psicológica UST Copyrigbt2003 by SUMMA Psicológica U~T

2003, Vol.l, N" 1, 25-38 ISSN 0718-0446

La Psicología a Contraluz: Debate Epistemológico y


Estatus Disciplinar

Psychology in the Light: An Epistemological and


Disciplinary Status Debate

Mario Villalobos Kinnayr


Universidad Santo Tomás de Chile

(Recepción: Abril 2003- Aceptación: Julio 2003)

A través de nociones epistemológicas clásicas como falsación, paradigma y ciencia normal, se exanúna el
estatus científico de la disciplina psicológica tanto en sus niveles de lógica investigativa como de desarrollo
institucional. Asimismo, bajo la nodón de determinismo estructural maturaniana, se analiza la posibilidad
de entender lo mental como objeto de estudio científico.
El examen muestra las dificultades de enmarcar a la psicología dentro del campo de las ciencias, sea por la
lógica no falsacionista de su investigación, por el carácter prcparadigmático de su institucionalidad, o por
la imposibilidad de constituir su objeto de estudio como una unidad con determinación estructural.
Palabras clave: Demarcación científica, paradigma, determinismo estructural.

Through classicepistemological notions, such as falsification, paradigm, and traditional sciencc, the scicnti fic
status of the psychological discipline is exanúned as much in its levels of investigative logic as in those of
institutional development. At the same time, under Maturana's notion of structural determinism, the possibility
of understanding the mental as an object or scientific study is analyzcd.
The test shown the difficulties of placing Psychology within a field of sciences; be it for the non-falsifying
logic of its investigation, the pre-paradigmatic character of its institutionalism, or for the impossibility of
constructing its objcctive of study as a unit with structural deterrnination.
Key words: Scicntific demarcation, paradigm, structural deterrninism.

Introducción criterio de demarcación un modo exclusivo y


particular de validación, a saber, la validación
Las implicancias que el debate epistemoló- científica. Si la demarcación provisoria dada
gico pasado y actual pueda tener para el presen- para las ciencias incomoda por su apariencia
te y futuro de la disciplina psicológica, es una tautológica, consideraré aquello como un buen
cuestión que pocas veces se oye discutir al inte- comienzo para el siguiente debate, pues vere-
rior de la disciplina misma, y que queda más mos prontamente que la univocidad para demar-
bien como tema de reflexión para filósofos y car lo científico, y por extensión lo científica-
epislemólogos, salvando las excepciones de fi- mente psicológico, dista mucho de ser un anhe-
guras como Watzlawick, Von Graserfeld, Piaget, lo siquiera medianamente alcanzable.
y otros. No obstante dicha despreocupación, y Si tomamos a la psicología en conjunto y la
más allá o más acá de cualquier discusión epis- sometemos a sólo algunos de los distintos análi-
temológica, sabemos que tradicionalmente la sis epistemológicos que se han llevado a cabo
psicología se ha enmarcado a sí misma dentro en esta extensa tradición de debate, podemos
de las así llamadas disciplinas científicas; por obtener como resultado una suerte de informe o
de pronto, entendiendo por éstas el conjunto de perfil disciplinar parcial y tentativo, que pese a
tradiciones de conocimiento que tienen como su carácter preliminar, nos puede aportar una
visión diferente y complementaria a -aunque no
Psicólogo, Licenciado en Psicología, Pontificia U. Ca- necesariamente armónica o congruente con- la
tólica de Chile. que nosotros hacedores de la psicología sole-
Correspondencia: Mario Villalobos K. Escuela de Psi- mos tener.
cología, Universidad Santo Tomás de Chile. Avda. Ejér- Para ello me centraré en tres aproximacio-
cito Libertador 146, Santiago-Chile. (56-2) 632 4888,
E-mail: mariovilobos@hotmail.com nes epistemológicas que tienen orígenes, discur-

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sos, y áreas de reflexión distintos y variados. propósito no será revisar en detalle las concep-
Esto para guardarnos de no extender el examen tualizaciones del autor, sino más bien atrapar en
hacia dimensiones que excedan el alcance pre- el aire de las disquisiciones lanzadas al debate
liminar del presente·trabajo, así como también epistemológico, aquellas categorías que nos sean
para poder al menos triangular el análisis y no útiles para alumbrar la anatomía y esqueleto de
quedarnos --como se diría en el sentido popular la psicología actual.
médico- con una sola opinión. En tercer y último lugar acometeré un análi-
Pero el ejercicio que se pretende no es tan sis de la disciplina psicológica, tomando como
sólo el de pasar revista a, a la manera como se base la epistemología biológica en su vertiente
mapea un área o zona del saber, sino más bien más radical, a saber, aquella elaborada por la
el de incomodar o perturbar a la disciplina psi- escuela chilena de Maturana y Vare! a. Esta elec-
cológica para que ésta se muestre no como un ción se debe a que si bien en Piaget tenemos
paciente que se deja examinar, sino como un también un trabajo epistemológico estructural
organismo vivo capaz de reacción y defensa, un evolutivo, su constructivismo es más bien mo-
ente que en el despliegue de sus fuerzas defen- derado (blando), toda vez que las nociones de
sivas y de ataque, se nos muestre más vivo, au- esquemas cognitivos pese a su carácter diacró-
téntico y genuino. Es por esto que la estrategia nico siguen señalando un aparato mental inter-
inicial será deliberadamente impugnar la disci- no, razón por la cual el modelo no logra des-
plina a través del hostigamiento que las distin- prenderse del todo del marco dualista cartesia-
tas categorías epistemológicas puedan surtir so- no. Y puesto que la táctica anunciada es la pro-
bre su epidermis, para luego ver, si tenemos suer- vocación, requerimos acá de material suficien-
te, la respectiva anafilaxis como respuesta de- temente corrosivo como para generar una reac-
fensiva. Asumiré por tanto en este ejercicio el ción visible, requerimiento para el cual una no-
rol provocativo, el del consabido tábano, y es- ción constructivista débil como la de Piaget no
peraremos por parte de quienes estimen oportu- califica.
no acusar en sus mejillas el trazo del guante al- Dicho todo esto, invitamos entonces a la psi-
zado, el rol de la legítima defensa y contraata- cología a pasar por las respectivas examinacio-
que, si lo hubiere. nes.
En primera instancia tomaremos las nocio-
nes popperianas de demarcación científica para Sala No 1: Popper y el falsacionismo
examinar la disciplina psicológica en tanto acti-
vidad investigativa y productora de conocimien- Si nos ceñimos a la propuesta popperiana de
to. La lógica de la investigación científica pro- demarcación científica, tendríamos que recono-
puesta por Popper será tomada como criterio de cer en la psicología un cumplimiento sólo par-
prueba para examinar si acaso el conocimiento cial del criterio de cientificidad. Parcial no por
producido por la disciplina psicológica cuenta una cuestión de grado, sino por la presencia si-
o no como conocimiento científico. Puesto que multánea dentro de un mismo cajón, de 'buenas
el ejercicio está volcado a la examinación de la y malas manzanas' . Como es sabido la empresa
disciplina y no a la revisión de los debates epis- popperiana consiste en el esclarecimiento de una
temológicos per se, el autor en cuestión será re- efectiva demarcación científica, cuyo propósito
cogido sólo en aquellos aspectos que resulten central es " ... encontrar un criterio que nos per-
útiles para nuestra empresa, en desmedro de otras mita distinguir entre las ciencias empíricas, por
aportaciones tanto o más interesantes pero me- un lado, y los sistemas 'metafísicos', por otro"
nos pertinentes a la hora de revisar el estatuto (Popper, 1962, p. 34). 1 Ahora bien, por la pala-
científico de la psicología. bra 'empírico' no se está entendiendo el que los
En segundo lugar pondremos la disciplina enunciados de una teoría estén fundados o se
psicológica a contraluz de algunas de las cate- originen a partir de la observación del mundo,
gorías epistemológicas elaboradas por Thomas
~uhn, donde el análisis del estatus científico se 1 Debemos recordar que Popper pretende demarcar cien-
desplaza visiblemente hacia una revisión cia y no ciencia, pero no homologar no ciencia con
sinsentidos (o absurdos). Este último camino, basado en
sociohistórica de las comunidades científicas, un criterio positivista de significatividad lingüística, fue
más allá del análisis de la lógica ·i nterna de la el exigido, en su momento, por los filósofos del Círculo
producción de conocimiento. También aquí, el de Viena.

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LA PSICOLOGÍA A CONTRALUZ

como se podría encontrar en cualquier enfoque !ando claramente sus condiciones de observa-
empirista de la ciencia, sino más bien que éstos ción y registro protocolar. Pero veremos ya que
sean susceptibles de someter a pruebas de con- la mera operacionalización no es garante de cien-
trastación. Es decir, lo empírico está invocado tificidad.
no como fuente sino como destino, hecho que Lo que nos ocupa acá es la revisión del esta-
como veremos tendrá consecuencias para los tus de la disciplina psicológica, aquella que tie-
intentos de cientificidad en psicología. ne como campo de escrutinio el mundo de lo
Como el mismo Popper se encargara de de- mental, de lo psíquico. Un mundo que Popper,
nunciar, habrían en psicología cuerpos teóricos dentro de su terminología de los mundos, ve
completos, de amplia difusión y aplicación téc- como intermediario entre el mundo físico (Mun-
nica, que no caerían dentro del rango de cien- do 1) y el de los productos objetivados de la
cia. En especial, Popper (1967) denunció en psi- mente humana (Mundo 3). El Mundo 2 del pen-
cología el psicoanálisis como una práctica no samiento subjetivo, aquél que " .. .la mayoría de
científica, y en sociología el marx1smo. Ambos los psicólogos (excepto los conductistas) tratan
serían sistemas interpretativos a toda prueba, es de describir, sin mucho éxito, mediante lo que
decir, sistemas de hipótesis explil:ativas que, no es más que un montón de metáforas tomadas
aunque coherentes entre sí, no son susceptibles del lenguaje de la física, la biología y la vida
de someter a contrastación empírica. Tanto el social" (Popper, 1967, p. 262), como tal no es
psicoanálisis como el marxismo se comporta- de interés para el ejercicio epistemológico, pues
rían como cuerpos teóricos capaces de absorber del examen psicológico de cómo opera un cien-
cualquier contraevidencia que les saliera al paso, tífico podemos obtener material tan sólo para el
reacomodando sus categorías conceptuales cons- anecdotario, pero en ningún caso para el escla-
tantemente sin que éstas puedan nunca ser de- recimiento de la lógica científica. Claro está que
rribadas ni puestas en riesgo. Actitud dogmáti- para Popper la psicología en su conjunto no pasa
ca que Popper calificó como "sesgo convencio- de ser un discurso metafísico o a lo más pseudo-
nalista" (1967, p. 62). Justamente por ser capa- científico. Pero hay señalada en esta cita una
ces de explicarlo todo, dichas teorías no consti- excepción para el conductismo. ¿Significa esto
tuirían sistemas científicos de explicación. que sólo dicho enfoque queda rescatado como
Lo que está en juego para dar carta de cien- verdaderamente científico? Veamos.
tificidad a una teoría no es que sus hipótesis sur- Dentro de la literatura psicológica, son pro-
jan o no de la observación acuciosa de los da- totípicos los casos del psicoanálisis y de los en-
tos, pues de la mera observación de los hechos foques humanistas como ejemplos de no cienti-
no es lógicamente lícito la inducción de leyes ficidad, así como a su vez y a la contra, el con-
científicas. La verificación de los enunciados no ductismo radical lo es de cientificidad. Esta tra-
es el criterio propuesto para las ciencias, pues dicional distinción y caracterización de los gran-
"las teorías no son nunca verificables empírica- des enfoques psicológicos (que puede encontrar-
mente" (Popper, 1962, p. 39). El criterio de se- se en cualquiera de los manuales introductorios
lección para una teoría cualquiera ha de ser ne- de psicología), señala que justamente uno de los
gativo en el sentido de que no se debe buscar aportes más significativos del conductismo es
cómo verificarla sino cómo refutarla. Los enun- haber introducido el método científico al que-
ciados metafísicos deben ser descartados del hacer de la disciplina. Sin embargo, esto no es
ámbito científico no por carecer de sentido o concordante con el análisis epistemológico re-
estar desprovistos de significado -como era la visado hasta el momento. El conductismo se da
tesis de Carnap- sino por no ser susceptibles de a la tarea de vaciar los enunciados mentalistas
someter a contrastación empírica. (carentes de significado según el conductismo
Aunque Popper invierte la tesis verificacio- lógico) para traducirlos en estrictos términos
nista del Círculo de Viena y plantea la asimetría comportamentales, y así de este modo, tener un
entre verificación y falsación, en última instan- punto de partida libre de errores. Dicho proce-
cia sigue siendo el choque con la empiria lo que dimiento es conocido como operacionalización,
determina la validez o no de las teorías en cues- y pone su fe en que la observación directa de los
tión. El aparataje metodológico para llevar las hechos no puede ser falsa. A esto es lo que
hipótesis a falsación requerirá de todos modos Popper llama objetivismo, a la pretensión inge-
operacionalizar los términos de la teoría, seña- nua de que es posible un punto de partida ver-

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dadero y definitivo, a partir de " .. .la descripción no científicas, más cercanas al mito. Naturaleza
pura de la conducta" (Popper, 1974, p. 104). espuria que probablemente sorprende poco a la
Tanto el subjetivismo (como pretensión de un comunidad psicológica, ya habituada desde
punto de partida cierto á la Descartes), como el temprano a moverse en su condición de híbrido
objetivismo, serían errores tributarios de una epistemológico.
epistemología de sentido común, cuya principal Mientras tanto nosotros sabemos que para
debilidad consistiría en pretender un punto de efectos de profesionalidad, dicha distinción de
partida verdadero y cierto para el conocimien- cientificidad poco o casi nada importa a la hora
to, siendo que " ... no hay manera de encontrar del hacer técnico, pues hasta se mira con cierta
un punto de partida con esas características" complacencia esta pluralidad de rangos episte-
(Popper, 1974, p. 103). mológicos, como una fortaleza que le permite
Para Popper la metáfora de la mente como al profesional echar mano de una gama extensa
tabula rasa, y que él llama teorfa del cubo y variada de herramientas para intervenir en el
(1974) es un empirismo ingenuo que ve en la mundo práctico de la vida (como el maletín del
experiencia la aparición desnuda de los datos, ferretero), donde los servicios del psicólogo son
como si éstos fuesen entrando sin más en el cubo por suerte aún requeridos.
de la mente a través de los órganos de los senti- Ahora bien, si es que al interior de la disci-
dos. Aquí la mente es un cubo (cubeta) porque plina la distinción ciencia -no ciencia parece ser
recibe pasivamente los estímulos del medio en un asunto de relevancia menor, no lo es para la
forma directa y ateórica. Para Popper, una ob- imagen externa de ella. Pues el mundo social
servación cualquiera presupone siempre un mar- moderno exige en lo posible cientificidad como
co teórico que la hace comprensible, y no es el fundamento del quehacer técnico, y no una mera
caso que la observación preceda a la teoría sino tradición artesanal. La imagen social de la psi-
más bien lo contrario. cología ha pretendido siempre acercarse a los
Así entendida la corriente conductista, ella cánones estéticos de la cientificidad, arriesgan-
constituye una excepción dentro de las teorías do en ocasiones profundas cirugías cuando el
psicológicas no por su pretendida cientificidad maquillaje epistemológico se ha resquebrajado.
sino únicamente porque sus enunciados no es- Pues cabría la posibilidad de que la disciplina
tán expresados en términos mentalistas. Pero se asumiera sin conflictos en su naturaleza
dichos enunciados operacionales proceden de híbrida, también para el resto de los saberes y
la tesis verificacionista que invoca a la cmpiria para el mundo social, y no tan sólo en el reducto
de manera errada, en el sentido de invocarla no privado de tras bambalinas. Sin embargo, este
para la falsación sino para la verificación. De temor a mostrar el rostro genuino proviene tam-
ahí que el conductismo tampoco satisfaga, a bién del discurso popperiano. En Popper, pese
pesar de escapar del subjetivismo, los criterios a que el conocimiento científico deja de ser
de cientificidad. inductivo y con derecho a leyes, y pese a que la
Bajo esta perspectiva podemos rescatar sí en falsación hace de este conocimiento un saber
psicología una no despreciable cantidad de in- precario y transitorio, la ciencia sigue siendo aún
formes de investigación empírica, donde las hi- la práctica investigativa que por excelencia nos
pótesis son planteadas en formas tales que re- acerca a la verdad del mundo. Aunque este acer-
sultan susceptibles de refutación. Pero es mu- camiento sea gradual y no dado de una vez y
cho más difícil desmarcar una teorfa psicológi- para siempre, la ciencia es de entre todas las
ca que se ofrezca toda ella para ser contrastada prácticas sociales que intentan develar y desci-
categóricamente. Para que una teoría científica frar el mundo, la que más nos acerca a la ver-
sea tal debe exponerse y arriesgar hasta donde dad. De ahí que en seguida de la demarcación
pueda su propio pellejo, y esto debe hacerlo a lógica de ciencia y no ciencia, venga la valora-
través de la prohibición 'de los fenómenos, pues ción implícita de situar lo no científico como un
mientras más prohibe resultados más se expone quehacer de rango menor, aunque no despojado
a ser falsada. de sentido.
En este primer examen podríamos decir que La psicología por tanto, tenderá comprensi-
la disciplina psicológica tendría al interior de blemente a ocultar sus rasgos (zonas o regiones
ella misma ciertas zonas o regiones de conoci- de su saber) de no cientificidad frente a la luz
miento científico, moteadas con otras regiones pública, como imagen externa, al tiempo que este

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ocultamiento no pasará de ser una preocupación ciencia normal consiste en( ... ) la ampliación del
meramente 'estética' en acuerdo a la deseabili- conocimiento de aquellos hechos que el para-
dad social, toda vez que al interior de la disci- digma muestra como particularmente revelado-
plina la disparidad de los estatus científicos en res, aumentando la extensión del acoplamiento
los distintos enfoques psicológicos será motivo entre esos hechos y las predicciones del para-
no de proscripciones ni extradiciones, sino de digma y por medio de la articulación ulterior
esfuerzos conciliatorios, integrativos y eclécti- del paradigma mismo" (Kuhn, 1967, p. 52). Esta
cos. fase de normalidad constituye la representación
más usual que tenemos del progreso científico,
Sala No 2: Kuhn y la noción pues aquí éste se muestra como acumulación de
de paradigma conocimientos: " .. .la ciencia normal es la que
produce los ladrillos que la investigación cien-
La revisión hecha a propósito de la demar- tífica está continuamente añadiendo al edificio
cación popperiana nos es útil ahora para poner del conocimiento científico" (Kuhn, 1989, p.
a la psicología en un examen de madurez disci- 56).
plinar. Mientras en Popper encontramos Jos ele- Ahora bien, la ecuación conceptual aquí ope-
mentos para revisar si acaso se cumple o no en ra de manera tal que la vigencia de un paradig-
psicología lo que podríamos llamar la lógica de ma en una ciencia determinada será condición
la investigación científica, en las nociones de de normalidad para ella y señal de madu¡ez dis-
Kuhn podemos hallar los elementos para revi- ciplinar al mismo tiempo. Si bien puede haber
sar si acaso la disciplina psicológica puede ser investigación científica sin paradigmas, la " ... ad-
predicada o no como una ciencia suficientemente quisición de un paradigma y del tipo más esoté-
madura. El Mundo 3 popperiano, donde son in- rico de investigación que dicho paradigma per-
quilinos los productos intelectuales objetivados, mite es un signo de madurez en el desarrollo de
alude a la dimensión institucional del conoci- cualquier campo científico dado" (Kuhn, 1967,
miento y los saberes, y es en esta dimensión ins- p. 35). Así se habla de ciencia madura toda vez
titucional donde Kuhn sitúa su análisis de la cien- que en ella se reconoce claramente la presencia
cia. Ella es vista como una particular tradición de un paradigma mayoritariamente compartido
investigativa que se despliega como institucio- por la comunidad científica, y de ciencia no
nalidad. Así, las nociones clásicas de Kuhn, más madura cuando en ella aún no podemos recono-
que corresponder a un análisis lógico formal, cer tal condición.
pueden ser entendidas básicamente como cate- Kuhn distingue en el desarrollo de las cien-
gorías de análisis sociohistórico. En ellas, las cias una fase preparadigmática o de inmadurez
ciencias son caracterizadas de acuerdo a los es- (una suerte de estadio primitivo), y una fase
tadios o fases de desarrollo en el que se encuen- paradigmática o de madurez, dentro de la cual
tran, atendiendo por una parte a la presencia o se suceden fases excepcionales de revolución y
ausencia de un paradigma imperante y compar- crisis de paradigmas. En el primer caso tene-
tido al interior de la disciplina, y por otra aten- mos una pluralidad de teorías y metodologías
diendo a los cambios estructurales implicados asociadas, volcadas sobre una no menos varia-
en los relevos de paradigma, una vez que éstos da gama de problemas de investigación. Esto
se han constituido como tales. porque al no existir justamente un marco para-
La noción de paradigma, que luego fuera digmático, toda pregunta y problema planteado
relanzada como matriz disciplinar por el mismo es tan interesante y relevante como cualquier otro
autor (Kuhn, 1982), en su formulación original (Kuhn, 1967). En el segundo caso, la presencia
alude a una o más realizaciones científicas que hegemónica de un paradigma orientador del pen-
son tomadas por una comunidad de científicos sar y del actuar científicos, permite la delimita-
en particular, como base y fundamento para su ción de los problemas de investigación en cuan-
práctica investigativa (Kuhn, 1967). Cuando un to a su pertinencia y relevancia para con aquella
paradigma se constituye como tal y entra en ac- teoría que precisamente se ha erigido en para-
ción, la ciencia que se rige por él se aboca a la digma. No todos los problemas son ya igualmen-
investigación normal, entendida como el ejerci- te relevantes ni viables, no todos son pertinen-
cio de articulaciól). de aquellos fenómenos y teo- tes para esclarecer y recabar información; hay
rías que son propuestos por el paradigma. "La 'un marco paradigmático que funge como crite-

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rio y norma de investigación, y frente al cual canzará la madurez disciplinar cuando se tenga
debe mantenerse la observancia más o menos una tal definición de ciencia, sino " ... cuando los
estricta de la comunidad científica. grupos que actualmente ponen en duda su pro-
Ahora bien, cómo es que una determinada pio status lleguen a un consenso sobre sus reali-
teoría llega a erigirse en paradigma va a depen- zaciones pasadas y presentes" (Kuhn , 1967, p.
der no tanto de una superioridad absoluta sobre 248), es decir cuando la comunidad de dentistas
sus competidoras sino de una superioridad rela- sociales logre poner en acción un paradigma.
tiva y contingente. Esta superioridad se refiere Hasta que esto último no ocurra dichas discipli-
a que dicha teoría se muestra más exitosa en la nas estarán condenadas a merodear en las afue-
resolución de aquellos problemas que para la ras de la ciencia.
comunidad de científicos en cuestión se han A la luz de esta segunda revisión epistemo-
vuelto agudos. "El éxito de un paradigma (... ) lógica y atendiendo a la naturaleza actual de la
es al principio, en gran parte, una promesa de teorización en psicología pareciera ser que en
éxito discernible en ejemplos seleccionados y tanto disciplina la psicología adolece de un es-
todavía incompletos" (Kuhn, 1967, p. 52). Con tado¿ crónico? de inmadurez científica. En efec-
esto se nos está señalando que las teorías se im- to, asistimos en psicología desde los inicios de
ponen en ciencia no porque sean más verdade- su pretensión científica2, a la presencia múltiple
ras, sino porque toman una ventaja instrumental y polivalente de un sinnúmero de corrientes teó-
sobre sus competidoras. De esta forma, una cien- ricas, enfoques y tradiciones investigativas, que
cia es ciencia propiamente tal cuando en ella lejos de ir reduciéndose a un número cada vez
podemos distinguir un paradigma en acción. menor de discursos, han ido en proliferación
Mientras esto no se observe, hablaremos más creciente y divergente, pasando a constituir en
bien de un estado precientífico. la actualidad una constelación varia e inconmen-
Debemos contemplar el hecho de que en surable de cuerpos teóricos y datos empíricos
Kuhn la distinción ciencia -no ciencia está fuera inarticulados y desmembrados entre sí (por más
de un problema de demarcación lógica, y atañe que el gremio de compiladores y fabricantes de
a una categorización descriptiva en términos de manuales se aventure cada vez más a reservar
cómo se comporta una determinada comunidad uno que otro capítulo de integración de los con-
de científicos. Así por ejemplo, lo que hace de tenidos).
las ciencias naturales (a diferencia de las socia- No es difícil constatar dicho estado de cosas
les) un cuerpo científico maduro no es una u otra cuando vemos que incluso para un mismo fenó-
definición de su estatus científico, sino el hecho meno o concepto psicológico existen múltiples
de que dicha comunidad acepta en consenso cier- aproximaciones descriptivas, interpretativas y
tas realizaciones pasadas como base y funda- explicativas. Así por ejemplo hablar de apren-
mento de su quehacer. El estado de inmadurez dizaje, personalidad, motivación, memoria, no
para las ciencias sociales queda de manifiesto se puede hacer sin más y a secas como si toda la
en el hecho de que en ellas se está debatiendo comunidad psicológica entendiese en forma uni-
aún si son o no realmente una ciencia. Este es voca lo que dichos conceptos están refiriendo.
un comportamiento típicamente preparadigmá- En ellos debe quedar siempre explicitado su ape-
tico, y semeja los períodos tempranos o primiti- llido o lugar de procedencia; motivación según
vos de aquellos campos que actualmente son el modelo humanista, según el psicodinárnico,
reconocidos sin vacilaciones como científicos según el conductista, según el cognitivo, y así
(Kuhn, 1967). El mismo Kuhn (1967, p. 247) con la mayoría del glosario psicológico tradi-
nos señala a manera de ejemplo; " ... hay hom- cional. Por esta razón la enseñanza de la psico-
bres que pretenden que la psicología es una cien- logía no consiste en señalar qué es lo que se en-
cia, debido a que posee tales y cuales caracte- tiende por tal o cual fenómeno, sino en pasar
rísticas. Otros (...) arguyen que esas caracterís- revista a todo lo que se ha dicho (opinado) con
ticas( ...) no son suficientes para convertir a ese respecto a él. En ese sentido y para bienaventu-
campo en una ciencia". En estos debates se gas- ranza de unos y desgracia de otros, la psicolo-
tan grandes cantidades de energía sin llegar a
delimitar una definición unívoca. La lección que 2 Por lo que hemos revisado hasta el momento, la instau-
ración del mítico laboratorio de Wundt allá en 1879,
para las ciencias sociales debiera extraerse a
marcaría más bien el inicio de la pretensión férrea de
partir de las ciencias naturales, es que no se al- cientificidad, que e l de la cientificidad misma.

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gía sigue estando más hermanada con la prácti- sicos' del campo( ... ). Como resultado de ello,
ca filosófica, donde el Ser se dice de muchas el estudiante de cualquiera de esas disciplinas
formas. Y no es el caso que estén separados por está constantemente al tanto de la inmensa va-
una parte la historia de la psicología, con el sa- riedad de problemas que los miembros de su
ber que ella ostenta como tal. Antes bien el sa- futuro grupo han tratado de resolver(... ), tiene
ber que ella ostenta se ofrece como un saber his- siempre ante él numerosas soluciones, incon-
tórico (en tanto que panorámico) de los distin- mensurables y en competencia, para los men-
tos enfoques y modelos teóricos que hoy vemos cionados problemas, soluciones que en última
flotando en el horizonte de c ualquier concepto instancia tendrá que evaluar por sí mismo"
psicológico. Y flotan todos (unos más visibles (Kuhn, 1967, p. 254). Nada más cercano al es-
que otros) justamente porque no ha surgido ni tado actual de la enseñanza en psicología, que
evolucionado ni uno capaz de imponerse cate- deja a los alumnos enfrentados a una pluralidad
góricamente sobre el resto (hundiéndolos) como de discursos y versiones sobre un mismo tópico
para erigirse en paradigma propiamente tal. a veces diametralmente opuestos entre sí, múl-
Este hecho contrasta típicamente con lo que tiples miradas para un mismo objeto, y múlti-
ocurre en ciencias naturales, donde la educación ples soluciones para un mismo problema. Y nada
de los nuevos miembros que se van sumando a más cierto también el hecho de que finalmente
las disciplinas prescinde en gran medida de au- se les deja a ellos la difícil tarea de decidir qué
tores o enfoques, y de la exposición histórica de hacer con toda esa maraña de modelos. La natu-
los contenidos. "Después de todo, ¿por qué de- raleza preparadigmática de la enseñanza en psi-
biera el estudiante de física leer, por ejemplo, cología se viste con una estrategia comunica-
l as obras de Newton, Faraday, Einstein o cional extraída de las proclamas democráticas
Schrodinger, cuando todo lo que necesita saber más progresistas; respeto por la diversidad. Se
sobre esos trabajos se encuentra recapitulado en les inculca a los alumnos de algún modo, gene-
forma mucho más breve, más precisa y más sis- ralmente implícito a través del modelamiento
temática en una serie de libros de texto que se que hacen los docentes, el acostumbrarse a la
encuentran al día?" (Kuhn, 1967, p. 255). Los divergencia y respetarla. Norma de conducta
libros de texto o manuales se encargan en este valorable si se quiere, pero que oculta la inca-
caso de exponer el marco paradigmático sobre pacidad de la disciplina para zanjar sus diferen-
el cual la ciencia en cuestión se apoya. Esta es cias. El alumno aprende a tolerar las diferencias
la forma en que las ciencias naturales ahorran y termina entendiendo que nadie puede impo-
tiempo y energía, dejando estos recursos no para nerle a nadie su propio discurso, razón por la
revisar constantemente sus bases, sino para de- cual su opción de creerle a uno o más modelos o
dicarse a la investigación normal y acumular así enfoques va a depender válidamente ya de sus
conocimiento. gustos personales, ya de una afinidad con el
Kuhn (1967) señala que al comparar la na- docente que encarn!l tal corriente teórica, o sim-
turaleza de la iniciación educativa en las distin- plemente del encantamiento que produzca una
tas disciplinas humanas, las ciencias sociales (in- fortuita moda intelectual.
cluida la psicología) quedan a medio camino Si esta caracterización de la enseñanza psi-
entre las artes y las ciencias naturales. En efec- cológica suena más cercana a una descripción
to, si tomamos a los profesionales del arte vere- de comportamiento político, es que justamente
mos que éstos adquieren su instrucción funda- de eso se trata nos dice Kuhn. En estado prepa-
mentalmente a partir de la observación y apre- radigmático todo es igualmente valedero e im-
ciación de las obras de otros artistas. Para ellos portante, por lo tanto ninguna corriente psicoló-
los libros de texto sólo tienen un papel secunda- gica podrá arrogarse el derecho a señalar quie-
rio, pues difícilmente con el estudio acucioso nes juegan en el juego y quienes no. Todos tie-
de manuales de instrucción podrían llegar a cons- nen igual derecho a participar y a presentar su
tituirse en artistas propiamente tales. En el caso particular punto de vista, nadie se impone sobre
de la historia, sociología, psicología y filosofía, el otro, todos tienen el mismo rango. Esta de-
los libros de texto tienen una importancia algo mocracia perfecta podría parecer un bello pai-
mayor. "Pero incluso en esos campos, los cur- saje para un país soñado, pero para una práctica
sos elementales( ... ) emplean lecturas paralelas científica dista de ser un ideal de conducta.
en fuentes originales, algunas de ellas de Jos 'clá- En este punto tal vez más de algún lector ya

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VllLALOBOS

quiere sonreír triunfalmente pensando que sólo to, obviándose por completo la remisión a fuen-
bastaría ir un paso más allá de la reflexión kuh- tes originales. Los alumnos se forman en los
ninana y situarse a un costado de Feyerabend primeros años mediante la adquisición del co-
para rescatar indemne y de manera ejemplar esta nocimiento acumulado en los paradigmas bási-
anarquía epistemológica que caracteriza al que- cos de la disciplina, conocimientos que están
hacer de la disciplina psicológica. Para desdi- establecidos como tales en términos institucio-
bujar este supuesto entusiasmo baste decir por nales y objetivos, es decir, conocimientos que
el momento que el todo vale feyerabendiano son del dominio público de la comunidad cien-
nada tiene que ver con la actitud gremial de pro- tífica y que se· han desprendido ya de la palabra
tegerse mutuamente las espaldas, palmotearse original del autor que los vio nacer.
cortésmente y soslayar sonriendo las profundas Desde Kuhn por cierto ya no nos preocupará
diferencias y puntos de discordia. En todo caso si encarnarnos o no el cuento feliz popperiano de
y para no salirnos de itinerario, otro ensayo en la falsación, o si operamos o no según la lógica
sí mismo corresponderá a la revisión de la psi- de las ciencias, nos preocupará el hecho de estar
cología como acción política e ideológica, y su o no en pié de una institucionalización sólida y
más o menos cuestionable rol ético en la cons- ordenada, tal que podamos calificar como una
trucción del sujeto contemporáneo. disciplina madura o científica propiamente tal.
Otro custodio podrá rumiar sacando cuentas Pues bien y según parece ser el caso, acá tampo-
y concluir que la pluralidad de discursos incon- co nos es dable un certificado de aprobación.
mensurables entre sí en psicología corresponde
nada más y nada menos que al hecho de que pre- Sala No 3: Maturana y el determinismo
cisamente de eso se tratan las revoluciones cien- estructural
tíficas señaladas por Kuhn. Como se sabe, " .. .la
característica esencial de las revoluciones cientí- Una de las voces controvertidas para la psi-
ficas es su alteración del conocimiento de la na- cología ha sido aquella que hoy por hoy ya po-
turaleza intrínseco al lenguaje mismo, y por tan- dríamos llamar la escuela chilena de epistemo-
to anterior a todo lo que puede ser completamen- logía. Sabido es que las resonancias de los pos-
te descriptible... " (Kuhn, 1989, p. 92), lo que deja tulados de Maturana y Varel a sobrepasan desde
naturalmente a los paradigmas vencedores por una sus inicios el cerco de la medialuna criolla, y
parte y a los vencidos por otra, como debe ser en que su discurso ha sido adoptado por construc-
toda revolución, en una incompatibilidad de tra- tivistas y sistémicos como uno de sus principa-
ducción mutua. Es decir, lo normal en toda cien- les desarrollos teóricos, pese a que como es el
cia madura sería que los paradigmas que son de- común de los casos, los autores no se reconocen
rrocados se muestren ilegibles a partir de aque- con comodidad dentro de dichas rotulaciones.
llos que los han destituido. Pero esta vez el inten- Controvertida al menos es la relación que guar-
to custodio muere casi al momento de nacer, pues da esta epistemología con el corpus psicológi-
para hablar justificadamente de revolución debe co, pues hay Jos que reciben con entusiasmo el
preexistir lógicamente un poder susceptible de ser discurso maturaniano, mientras hay los que lo
transformado estructuralmente. En el desgobier- rechazan. Por mi parte puedo presuponer que
no acéfalo de lo preparadigmático la inconmen- muchas de estas preferencias y reticencias pro-
surabilidad de los discursos tiene que ver con la vienen en buena parte de una inacabada com-
vociferación simultánea de los muchos dialectos prensión de las irnplicancias que para la psico-
tribales, pero en tanto aquí no hay un poder es- logía guarda este enfoque epistemológico, así
tructurado, no hay un gobierno, en ningún caso como de un apresurado examen acerca de las
puede homologarse esta intraductibilidad a la in- posibilidades técnicas que en él se ofrecen.3
compatibilidad lingüística resultante de una re-
volución científica. 3 Me inclino a suponer que todo aquél que haya vislumbrado
Hemos visto que la modalidad educativa de alguna derivación técnica para su psicoterapia, para su prác-
las ciencias sociales acusaría su condición tica educativa, o para cualquier otra área de acción a partir
de esta epistemología, verá con buenos ojos a Maturana y
precientífica al contrastar visiblemente con la Varela. Mientras que por desgracia nos toca saber que el
enseñanza de las ciencias naturales, en la que brillo de dichos ojos no proviene de un iluminismo genui-
Jos libros de texto constituyen el pilar fundamen- no, sino de la visión absorta de quien sólo ve "nuevas áreas
tal y casi exclusivo del traspaso de conocimien- de trabajo", o un nuevo discurso para que la psicología se
"posicione mejor en el mercado" de las profesiones.

32 SUMMA Psicológica UST, 2003, Vol. 1, No 1,25-38.


LA PSICOLOGÍA A CONTRALUZ
l
A partir de la noción básica de determinismo que ver con lo puesto por él (su propia estructu-
estructural y siguiendo en estricto sus implican- ra y la legalidad de los cambios que puede asu-
cias tanto para Jos seres vivos como para el fe- mir, así como la selección de los encuentros con
nómeno del conocer, la epistemología biológi- el entorno que van a ser tomados como pertur-
ca da cuenta simultáneamente de la constitución baciones) y no con las características del entor-
del observador y de la forma particular en que no como tal.
el ejercicio científico plantea su observar. Es Reemplazando las categorías de sistema/en-
decir, hay aquí no tan sólo una propuesta para tomo por la matriz más clásica de sujeto/objeto,
entender lo biológico, lo social, el lenguaje y lo Jo dicho por Maturana y Varela puede dejar sin
mental, sino también una propuesta demarcatoria novedad a los conocedores de la empres a
que señala la lógica particular de la explicación kantiana. Como señala Echeverría (1992) la
científica. novedad de estos autores radica más en la pro-
Probablemente uno de los aspectos menos cedencia de estas reflexiones que en la reflexión
rescatados por la audiencia sea justamente la rnisma.4
demarcación entre ciencia y no ciencia deriva- Si ningún conocimiento puede arrogarse el
da de las nociones maturanianas. En ellas, (Ma- estatus de objetividad, entonces no caben los
turana & Varela, 1984) la explicación científica distingos entre disciplinas más o menos objeti-
queda caracterizada como un tipo especial de vas. La psicología respira aliviada y celebra el
reformulación lingüística, a saber, aquella que hecho de que ni las ciencias más duras pueden
satisface las siguientes condiciones: ostentar ya la corona de laureles de la objetivi-
a. Descripción del fenómeno a explicar de una dad. Nunca nadie la tuvo, somos todos iguales.
manera aceptable para la comunidad de ob- Pero hemos revisado hasta el momento sólo
servadores (científicos); una de las implicancias del determinismo estruc-
b. proposición de un sistema conceptual capaz tural. La segunda implicancia de esta noción es
de generar el fenómeno a explicar, de una que sólo se puede hacer ciencia con sistemas
manera aceptable para la comunidad de ob- determinados estructuralmente. De hecho, el
servadores; criterio de validación científica presupone el
c. deducción a partir de b. de fenómenos adi- determinismo estructural, pues " ... sostener que
cionales no considerados explícitamente en el criterio de validación de una explicación cien-
dicha proposición, así como la descripción tífica está centrado en la proposición de un me-
de sus condiciones de observación ; canismo que genera el fenómeno a ser explica-
d. observación de estos fenómenos deducidos do como una consecuencia de su operación, es
de b. sostener que la ciencia puede solamente tratar
Lo que no está señalado en esta receta es con sistemas determinados estructuralmente"
justamente la noción de determinismo estructu- (Maturana, 1992, p. 34). Esto quiere decir que
ral, que es precisamente la que otorga la base para formular proposiciones generativas debo
para rechazar el supuesto de objetividad en cien- tener entre las manos un sistema donde puedan
cia, así como para especificar también qué tipo distinguirse una organización y estructura parti-
de unidades son las que pueden ser abordadas cular, es decir, un conjunto de componentes en
por ella. La noción de determinismo estructural cierta relación. Allí donde no pueden distinguir-
implica en primer término, que todo lo que le se componentes no puedo postular mecanismos
ocurre y puede ocurrirle a un sistema está deter- generativos, pues simplemente no hay elemen-
minado en su esl.n.\ctura, en tanto los encuentros tos que poner en relación. Sólo cuando hemos
que éste tiene o tenga con el entorno sólo ope- definido un sistema como una unidad compues-
ran como perturbaciones que gatillan (pero no ta podemos preguntar por el origen de sus pro-
especifican) los cambios estructurales acaecidos piedades, no así en las unidades simples, donde
en él. Ya con aceptar simplemente este princi- las propiedades pasan a ser características cons-
pio damos al traste con el supuesto de objetivi-
dad reclamado para todo conocimiento y en es- 4
Lo que no quiere decir que la novedad radica en que hay
pecial para el conocimiento científico. Si el en- ahora un conocimiento científico de base, pues no es
acertado pensar que los fil ósofos reflexionan de espal-
tomo del sistema nunca entra al sistema porque das a la ciencia. La erudición y fonnación en ciencias
éste no representa ni configura una imagen de del mismo Kant bastaría para desmiúficar semejante in-
aquél, luego el conocer de dicho sistema tiene genuidad.

SUMMA Psicológica UST, 2003, Vol. 1, No 1,25-38. 33


VILLALOBOS

titutivas de la unidad. Bajo esta distinción por una ciencia y sus explicaciones son explicacio-
ejemplo, el alma entendida como una entidad nes científicas. Por desgracia, lo mental siem-
con carácter ontológico trascendente queda fuera pre ha requerido para ser tal la noción misma
del ámbito científico. Pues "no hay explicación de representación, o sea, la violación flagrante
científica para los fenómenos concebidos de del determinismo estructural, pues aquello que
partida como propiedades constitutivas de uni- lo diferencia de lo extenso, de la cosa, del or-
dades simples. Las condiciones constitutivas no den material, es precisamente su carácter in-
requieren de explicación." (Maturana, 1993, p. tencional, el ser siempre un acerca de. Y si lo
216). mental es esencialmente representación, enton-
Este mismo argumento es el que conduce al ces Jo que ocurre en él no queda determinado
rechazo del discurso mentalista o psíquico como en su estructura sino en y por aquello que es
conjunto proposicional válido desde el punto de representado.
vista científico para dar cuenta del comporta- Todas las conceptualizaciones y modelos
miento humano y animal. El sistema nervioso psicológicos, desde el cógito cartesiano hasta la
como parte de un organismo opera con determi- topografía y composición estructural psicoana-
nación estructural, esto quiere decir que el cere- Iítica, pasando por el cognitivismo y los mode-
bro (considerado típicamente como sala de con- los humanistas, han debido asumir que lo men-
trol de los procesos mentales) no representa el tal (sea metaforizado como aparato, o como soft-
mundo. El operar del cerebro no es representa- ware) consiste en un estar abierto al mundo, un
cional, lo que significa que ni es referencial ni captar los datos, un percibir el entorno, en bue-
es intencional en el sentido de Bren tan o (Priest, nas cuentas, un inco rporar y procesar infomw-
1994). Lo mental no ocurre en el cerebro sino ción. Todo el discurso mental tiene que por fuer-
en el espacio relacional de los organismos. "Los za asumir alguna modalidad representacional,
entes psíquicos, mentales o espirituales como el sea que la mente que representa opere como una
yo, el inconsciente, el alma, el espíritu, la con- tabula rasa, como un aparato con apetitos e ins-
ciencia, son entes relacionales( ... ) que tratamos tintos, como conteniendo leyes de percepción,
como si fuesen de la misma clase que los entes como un procesador de datos, como un cúmulo
materiales manipulables, pero no lo son" (Ma- de constructos cognitivos, etc. Y en tanto lo
turana, 1991, p. 196). Si el rasgo cardinal de lo mental para ser tal requiere siempre que un mun-
mental es su intencionalidad (su orden represen- do, un algo, un dato, entre en él para ser repre-
tacional), entonces habrá que buscar su domi- sentado con más o menos distorsiones, opera
nio allí donde reina la referencialidad, o sea, en entonces siempre como un sistema abierto sin
el lenguaje. determinación estructural.
Al hacer una descripción de la conducta Ahora bien, dentro de la psicología sólo po-
como surgiendo de los cómputos que el sistema demos rescatar un intento serio de superar el
nervioso realiza con representaciones del me- mentalismo, y éste es el de la corriente conduc-
dio, estamos pasando por alto su determinación tista. En efecto, la noción de representación no
estructural y por lo tanto, estamos haciendo una aparece por ninguna parte cuando la descripción
descripción literaria pero en ningún caso cientí- se hace en términos estrictamente conductuales,
fica del comportamiento, por más que dichas pues ahí lo mental está cancelado en tanto fic-
nociones de representación se vistan de sofisti- ción explicativa. De ahí también la declarada
cada terminología computacional de procesa- simpatía de Maturana por el trabajo de Skinner,
miento de información. Se replicará entonces y de ahí la demarcación propuesta para la psi-
que la psicología no trabaja con fenómenos ce- cología por el propio Maturana, la cual puede
rebrales sino con fenómenos mentales. Pero he sorprender por su evidente (pero sólo aparente)
aquí justamente que debemos recordar el crite- cercanía a la tradición conductista. Para Matu-
rio de demarcación de la ciencia y preguntarnos rana la psicología es una rama de la biología en
si acaso es la mente un sistema con determina- tanto los fenómenos que estudia se dan en el vi-
ción estructural. vir de los seres vivos. Sin embargo se reconoce
Si es la mente una unidad compuesta, y en para ella un dominio propio; el estudio de la
tanto sistema ella opera con determinación es- conducta. Es decir - tomando el caso con la mis-
tructural, entonces la psicología así planteada ma ironía con la que algunos ven en el socialis-
(como estudio de lo mental) es efectivamente mo simplemente el camino más largo para lle-

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LA PSICOLOGÍA A CONTRALUZ

gar al capitalismo- podríamos entender al cons- sea por el expediente verificacionista o falsa-
tructivismo como el camino más largo y com- cionista. La ciencia " ... como un dominio de ex-
plicado para llegar al conductismo. Veamos si plicaciones y afirmaciones, surge en la praxis
esto es así. de los científicos a través de la aplicación del
Cuando Maturana ( 1993, p. 215) afirma que criterio de validación de explicaciones, ( ... ) y
la psicología posee su propio dominio y que éste no a través de la aplicación de un criterio de
es "el estudio de la conducta como la dinámica falsación como fue sugerido por Popper" (Ma-
de las relaciones e interacciones de los anima- turana, 1992, p. 32). Por lo tanto estudiar la con-
les entre sí y con su medio, en el cual cada ani- ducta y no los procesos mentales, no convierte a
mal opera como una totalidad", nos puede inco- la psicología en un conocimiento objetivo (pues
modar primero que nada el que dicha definición ningún conocimiento puede ostentar dicho ran-
disuelva a la psicología en una suerte de etologfa, go) sino únicamente en una disciplina científi-
pero más allá de este punto debemos atender al ca.
hecho de que el objeto de estudio propuesto para Debe quedar claro que en esta perspectiva
la misma es propiamente el comportamiento, la el mecanicismo propio de las explicaciones cien-
conducta, y no los procesos mentales. tíficas no es visto como reduccionismo, aún
Hasta aquí, podríamos parear sin más esta cuando lo mental en tanto relación, quede ex-
definición con la sostenida por el conductismo. plicado a partir de lo biológico. Cuando se se-
No obstante la falacia de emparejar ambos en- ñala que el enfoque es mecanicista y que " ...no
foques vendrá dada otra vez por la noción de se aducirán fuerzas ni principios que no se en-
determinismo estructural. Esta noción implica cuentren en el universo físico" (Maturana &
que los sistemas no reciben estímulos sino que Varela, 1972, p. 12), se está señalando simple-
sufren perturbaciones, conceptos que reciben su mente que lo que interesa al estudiar un sistema
significado a partir de epistemologías inconmen- no son los componentes ni sus propiedades,
surables entre sí. Cuando se habla de estímulos " ... sino los procesos y relaciones entre proce-
se asume un mundo dado, una realidad que in- sos, realizados por medio de los componentes"
fluye sobre el organismo modificando la proba- (Maturana & Varela, 1972, p. 12). El mecani-
bilidad de las respuestas futuras. El acento está cismo " ... no niega la posibilidad de una expli-
puesto en la experiencia, pero entendida como cación científica de un fenómeno síquico ( ... )
el patrón de estímulos del medio que imprimen Por el contrario, abre la posibilidad de explicar-
su fuerza en el organismo y que van moldeando los como un fenómeno biológico" (Maturana,
el patrón conductual del mismo. La epistemolo- 1992, p. 36).
gía es empírica y tributa necesariamente a una Bajo esta perspectiva, y dado que la mayor
ontología realista. parte de las teorías, enfoques y modelos en psi-
Mientras que al hablar de perturbación se cología hacen uso, aunque de manera varia, del
está poniendo el acento en la estructura del or- discurso mentalista, no cabría más que desmon-
ganismo como selectora de los encuentros con tar nuestras bibliotecas y comenzar a reescribir
el medio, y por lo tanto la primacía de un mun- bajo un nuevo marco epistemológico, la psico-
do dado que selecciona a través de sus estímu- logía como ciencia de la conducta. Frente a esta
los la conservación o extinción de ciertas con- posibilidad la comunidad psicológica se replie-
ductas, es rechazada. "Sk.inner no hace ni puede ga y denuncia entonces al construetivismo radi-
hacer esta distinción porque ella sólo surge de cal; " .. .incorporar el constructivismo radical
considerar al organismo como un sistema deter- maturaniano significa importar un Caballo de
minado estructuralmente, y él no hace eso" (Ma- Troya con un núcleo duro biologicista-conduc-
turana, 1993, p. 226). tista que no puede aceptar los estados intencio-
Tenemos entonces que para la psicología se nales de conciencia como reales" (Cornejo,
propone a partir de la epistemología biológica 2001, p. 95).
(constructivista radical o de los sistemas cerra- Mientras que Maturana ve en el mecanicis-
dos), un dominio de estudio que coincide bási- mo propio de las proposiciones generativas la
camente con el estudio de la conducta, sólo que posibilidad de explicación científica para los fe-
teniendo siempre en cuenta que la empiria, como nómenos psíquicos, la psicología ve en él la ame-
paso necesario dentro del proceder científico, naza viva de la reducción biologicista-conduc-
no nos conecta nunca con una realidad objetiva tista.

SUMMA Psicológica UST, 2003, Vol. 1, No 1,25-38. 35


VILLALOBOS

Conclusión y consideraciones finales tado de deuda. La lógica del falsacionismo po-


dríamos asumir, se cumple parcialmente en de-
Si la comunidad psicológica suele incluirse terminadas zonas de la investigación en psico-
a ella misma dentro de las ciencias, ya sociales, logía, pero no es el caso de la mayor parte de
naturales, o como mixtura de ambas, y al mismo nuestro acervo teórico. La mayor parte de los
tiempo suele estar ausente en ella la reflexión llamados enfoques psicológicos caen, tomando
epistemológica y el entendimiento lúcido de todo como criterio esta demarcación, con toda su
lo que puede llegar a llamarse científico, el re- humanidad dentro del discurso metafísico. Dis-
sultado natural de esta curiosa combinación no
puede ser si no la de no saber nunca dónde se
está parado. Tal condición no debiera ser moti-
curso que para Popper ciertamente no está des-
pojado de sentido, pero que debe asumirse sin
más en las huestes del mito y la leyenda. Así, y
,
vo de celebración clliro está, pero tampoco de siendo más inteligentes, más nos valdría traba-
inmovilidad o ciega defensa. En nada se benefi- jar en reivindicar lo mítico como un conocer
cia el quehacer psicológico con la ignorancia de legítimo y no hacer pasar por científico un cuer-
la discusión epistemológica, pese a que tal dis- po teórico que no lo es. No obstante sabemos
cusión tampoco está obligada, ni mucho menos, también que la sociedad nos encarga ciencia y
a darnos buenas noticias. Antes bien, una reac- técnica como base de profesionalidad, y que si
ción de intromisión al debate, amparada en el de sobrevivir como disciplina se trata, habre-
legítimo derecho a voz, valdría como un com- mos de ir más bien en esta dirección.
portamiento disciplinar mucho más saludable Con Maturana obtenemos un diagnóstico si-
que la actitud pasiva del compás de espera. milar al que obtuvimos bajo la demarcación
El presente ejercicio de examen epistemo- popperiana, pero más devastador aún, pues ni
lógico acotado a las nociones de Popper, Kuhn siquiera el proyecto falsacionista supone aquí
y Maturana, y por tanto ya advertido en su dis- un buen encaminamiento. La operacionalización
creta calidad de expedicionario, nos ha mostra- del glosario psíquico nos deja en posición de
do a una psicología que se resiste, positiva o conectar empíricamente las hipótesis psicológi-
negativamente, a entrar con todas sus letras en cas, pero dicha conexión no nos conecta con la
el mundo de las ciencias. Como se anticipó, la certeza ni la verdad. No es la empiria lo que se
elección de los autores y sus respectivas con- reclama para las ciencias sino un particular ob-
ceptualizaciones obedece tan sólo a una suerte jeto de estudio y un particular criterio de vali-
de muestreo intencionado, y no a la pretensión dación ; las unidades compuestas como sistemas
de ver en ellos algo así como un tribunal episte- determinados estructuralmente, y las reformu-
mológico de última instancia. Sabemos de so- laciones conceptuales como proposiciones
bra que la noción misma de ciencia y la consi- generativas de los fenómenos a explicar, respec-
guiente ponderación del estatus de las ciencias tivamente. Lo segundo es imposible si no se tie-
sociales, e incluso el entendimiento de qué es ne lo primero, pero lo primero no es suficiente
precisamente hacer epistemología, varía gran- para adjudicar cientificidad, pues el sentido co-
demente según las distintas orientaciones y los mún prácticamente en toda latitud suele tratar la
distintos autores que se han planteado frente al mayoría de los fenómenos como expresión de
tema. Por la misma razón y para pronunciamos sistemas determinados estructuralmente (aunque
acerca de la psicología en particular, se han es- no esté al tanto de que lo está haciendo). Para
cogido estos tres autores que no siendo reduci- Maturana no hay en rigor entonces psicología
bles entre sí, y tampoco comportando la mues- escrita en formato científico, salvo aquella que
tra representativa del debate epistemológico to- se ha volcado estrictamente sobre la conducta.
tal, sí que nos conducen por vías independien- Pero esta última tampoco califica como ciencia
tes a descartar la cientificidad (al menos cabal) pues por su afán la conoceréis. El énfasis en el
de la disciplina psicológica. control, predicción y manipulación de la con-
La psicología no será una ciencia hasta que ducta sitúa al conductismo más en el ámbito de
el conjunto de teorías que la integran no se ofrez- la tecnología que en el de la ciencia. Pues "tec-
can verdaderamente a procedimientos de nología y ciencia requieren de emociones dis-
falsación. Bajo la concepción poppcriana bien tintas: pasión explicativa en el hacer ciencia, y
podríamos colegir esta sentencia, que dejaría a pasión productiva o pasión de control en el ha-
la disciplina psicológica actual en evidente es- cer tecnología" (Maturana, 1993, p. 228).

36 SUMMA Psicológica UST, 2003, Vol. 1, W 1,25-38.


LA PSICOLOGÍA A CONTRALUZ

Parece ser sin embargo que si hay algo de lo si tal experticia está fundada o no en un saber
cual se precia la psicología -si hay algo a lo que rigurosamente científico. De ahí probablemen-
puesta a elegir no renunciaría- es al hecho de te la poca inclinación de la disciplina a hacerse
ser una disciplina capaz de ofrecer tecnología cargo del debate epistemológico, y digo hacer-
de la conducta y de la psique, más que al hecho se cargo para diferenciar esta actitud de otra muy
de ofrecer un conocimiento científico de las distinta que es la de enterarse del debate. Po-
mismas. Pasión productiva versus pasión reflexi- dríamos admitir que la comunidad psicológica
va. La autopredicación de cientificidad en psi- está enterada de Jos avatares en epistemología,
cología vendría jalonada y a la siga, de una más que no camina de espalda a ellos, pero podría-
importante y solícita oferta de saberes técnicos. mos asumir también y con razón que este ente-
Sabemos que en su vertiente investigativa, rarse viene dado casi exclusivamente por lapo-
digamos cuando profesa cientificidad, la psico- sibilidad de derivación y utilización técnica que
logía se ofrece como la pregunta sistemática en ellos se ve brillar. Dicho en otros términos, el
acerca del comportamiento humano y sus deter- debate epistemológico suele llegar a la psicolo-
minantes, utilizando como método interrogati- gía ya mediado por la mera utilización técnica.
vo estudios experimentales, cuasi experimenta- Y podríamos presumir también que dicha
les y no experimentales, metodologías cuantita- mediación técnica condiciona en buena parte la
tivas y cualitativas, aproximaciones correlacio- naturaleza de la enseñanza y formación de los
nales y clínicas, análisis de datos, etc. En su ver- psicólogos. Cuando a propósito de la caracteri-
tiente técnica la psicología se ofrece como pro- zación que hace Kuhn de cómo se refleja el es-
fesión, como experticia técnica en el diagnósti- tatus de cientificidad en la enseñanza de las dis-
co, prevención, y tratamiento de trastornos y ciplinas, vemos que la psicología efectivamente
desajustes psíquico conductuales, experticia téc- cae en ese terreno intermedio entre el arte y la
nica en el manejo y desarrollo de los recursos ciencia, no debiéramos complacemos fácilmente
humanos dentro de las organizaciones, experti- con la retórica de que somos ambas cosas. Na-
cia técnica en la evaluación y diseño de progra- die ha dicho que estar a medio camino entre dos
mas educacionales, y experticia técnica en el géneros sea equivalente a la síntesis virtuosa que
diagnóstico de factores de riesgo social e im- tiene lo mejor de cada cual. En todo caso, si al-
plementación y diseño de intervenciones comu- guien quisiera ver en la psicología la feliz co-
nitarias. munión entre arte y ciencia, se decepcionaría por
Cuál será el rango que se le otorgue a su cien- una parte con una literatura extremadamente
tificidad y desarrollo técnico dependerá del pun- concreta y poco imaginativa, y chocaría por otra
to de referencia que se tome para evaluarla; vis- con un desorden de saberes preparadigmáticos
to desde las ciencias duras la psicología no pa- propios de lo precicntífico.5
saría de ser un intento frustrado de cientifici- La condición de híbrido debiera ser pasto
dad, y desde las disciplinas ingenieriles las téc- de problematización y espíritu crítico, y no de
nicas psicológicas calificarían como juego de condescendencia. Y sin embargo, veremos que
niños (lo cual no implica que sean inofensivas la mayor parte de las veces la iniciación de los
sino todo lo contrario). Pero visto desde el lego psicólogos consistirá básicamente en un paseo
o eventual usuario común, la psicología tomaría por los distintos y supernumerarios enfoques y
cada vez más un semblante de cientificidad y modelos, para pasar prontamente, previa elec-
desarrollo técnico, que le otorgarían el rango de ción a gusto personal, a la adquisición de las
profesión más que de ciencia. herramientas técnicas en uso actual, sin que se
En efecto, para el común de la gente tal vez hayan acusado las inconsistencias ni hayan sido
no quede claro si al hablar de psicología se está advertidos suficientemente los vacíos epistemo-
hablando de una ciencia estricta, pero sí queda lógicos. Bajo esta lógica claro está, ni se justifi-
claro que si la persona que se tiene en frente es ca ni puede ser visible la neccsariedad de pen-
un psicólogo, entonces se está frente a un profe- sar nuestra epistemología. Después de todo ¿para
sional, y no a un aficionado. En ese sentido, para qué perder el tiempo en humaredas de cerebro
la población común y corriente, esto es, para el
consumidor promedio, la psicología ofrece una s Mucho más boquiabierto si entiende por síntesis artísti-
cierta garantía de experticia técnica suficiente co científica la reflexión propia de la filosofía; allí no
encontrará más que deslavadas versiones y pseudofilo-
como para pagar por sus servicios, más allá de soffas de bolsillo.

SUMMA Psicológica UST, 2003, Vol. 1, W 1,25-38. 37


VILLALOBOS

Kuhn, T. (1989) ¿Qué son las revoluciones científicas? Y


si el saber técnico funciona y -como diríamos
otros ensayos. Barcelona: Paidós.
en jerga televisiva- la gente lo pide? Maturana, H. (1991 ) El sentido de lo humano. Santiago:
Frente a este panorama la tarea que nos toca, Dolmen.
al menos así se intuye, es la de hacer de lo psi- Maturana, H. (1992) La objetividad: Un argumento para
cológico no sólo un ámbito del saber, sino tam- obligar. Santiago: Dolmen.
Maturana, H. (1993). Desde la biología a la psicología. Viña
bién y sobre todo un ámbito del conocer, del del Mar: Editorial Synthesis.
preguntar y del comprender. Maturana, H., & Vareta, F. (1970) De máquinas y seres vi-
vos. Autopoiesis: La organización de lo vivo. Santiago:
Editorial Universitaria.
Referencias Maturana, H., & Vare! a, F. (1984). El árbol del conocimien-
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Cátedra.

38 SUMMA Psicológica UST, 2003, Vol. 1, W 1, 25-38.

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