Está en la página 1de 6

YO Y LA TELEVISIÓN

-En el cerebro somos dos hemisferios: el derecho, o Diestro; y el izquierdo, o Siniestro (el
dominante), que soy yo. Lo que aquí procuraré es llegar a un acuerdo entre ambos respecto
a la cantidad de tiempo que empleamos viendo televisión.

Diestro dice que ver televisión es bueno; yo tengo elementos para decir lo contrario.
Veamos:

¿Ver la televisión es bueno o es malo? Te estoy hablando, hemisferio derecho; despierta de


ese letargo! No te creas tanto por decirme que eres mi complemento artístico; la verdad es
que, sin mí, simplemente no podrías existir…sí, sí es verdad; yo sin ti, tampoco; tienes
razón. Te escucho, ¿por qué dices que ver televisión nos hace bien?

-Es muy simple, Siniestro, me extraña que me hagas una pregunta tan sencilla, ¿cómo crees
que aprendimos a bailar el hula hula; de dónde crees que sacamos el famoso pasito de la
macarena y la célebre frase de aquel superhéroe vestido de rojo: “no contabas con mi
astucia? Así es… ¡de la tele! Que a veces se me pasa la mano y quiero ver un poquito más
de la cuenta, no es culpa mía, es del accumbens* y de esa sustancia tan risueña que es la
dopamina, que rápido se dispara cuando vemos el fut; pero, qué más da que me haga adicto
a la tele, no pasa nada; sólo te pido llegar a un acuerdo, ¿qué te parecen 3 horas al día? qué
dices? ¿quieres negociar?

-Ah que mi Diestro, vaya que eres parlanchín… y eso que el que habla soy yo. ¿Sabías que
se ha comprobado que, entre más tele se ve, más se puede subir de peso? ¿Qué entre más
tele quieres ver, hay más problemas para poner atención? más irritables nos ponemos y por
eso, luego nos andamos peleando. Yo queriendo leer un buen libro y tú queriendo ver esa
novela que ya sabemos en qué va a terminar…….

-Espera, espera, amiguito: ¿cómo sabes en qué va a acabar? ¿Qué tal si ahora el galán se
casa con la otra? Espérate, que está re-emocionante…..

-No me interrumpas, Diestro, y apaga ese aparato por un momento. Te estoy diciendo que
sí estoy dispuesto a negociar, pero, antes permíteme hablarte de uno que otro detallito para
que dejes de decir incoherencias.

-Adelante, estoy de acuerdo, pero explícame por qué nos hace mal, si yo me siento tan feliz
después de ver mis series, hasta ya ves que te he pedido que veamos maratones de capítulos
los fines de semana y…..

*Accumbens: grupo de neuronas relacionadas con el placer.


-Eso es todavía peor, Diestro; ese tipo de conductas de sentarnos todo un día a comer
palomitas, papas, refrescos, chocolates y uno que otro helado (El hemisferio derecho se
saborea todo ese menú haciéndosele agua la boca), es uno de los factores más importantes
para subir de peso, y que nuestro amigo el corazón se tenga que esforzar más y en
consecuencia hasta menos sangre puede llegar a nosotros.

-Suena rico, ¿verdad? Hasta a ti se te antojó, cascarrabias, ¡jaja! Me pareces alarmista,


necesito pruebas, a fin de cuentas tú eres quien toma las decisiones aunque yo ponga mi
cara de niño sin cumpleaños. Te escucho: ¡pruebas, pruebas!

-Con gusto, mi estimado hermano. 

El hemisferio derecho adopta una posición de escucha, muy atento, mientras el hemisferio
izquierdo se pone sus lentes de lectura y comienza a revisar algunos apuntes donde cita
sus subrayados.

-Fíjate que en los últimos años se ha publicado información referente a una serie de
evaluaciones previas y se encontró que, quienes veían televisión más de 2 horas al día,
tenían una mayor asociación de condiciones médicas como…como… déjame hallar los
datos; ¡ya los encontré!: 1) problemas metabólicos 2) molestias en los ojos 3) alteraciones
cardiovasculares 4) problemas en el sistema respiratorio 5) problemas músculo-
esqueléticos 6) problemas digestivos 7) problemas en vesícula y vías urinarias; incluso, 8)
hasta enfermedades oncológicas.

-¡No me quieras decir, Siniestro, que ver tele da cáncer! ¡Ve la barbaridad que estás
diciendo, no seas sensacionalista!

-No soy sensacionalista. Yo no estoy diciendo que la televisión provoca esas enfermedades,
estoy diciendo que se “asocia más” con esas condiciones tan terribles; es decir, que van
juntas, más que en personas que no tienen esos padecimientos.

-Ah ya voy entendiendo, pero se me ocurre que el ver televisión puede ser secundario a
esos trastornos; es decir, que sea una manifestación de esos malestares; por ejemplo, que el
dolor de espalda o algún otro malestar busque alivio viendo una comedia.

-Veo que estás prestando atención. Por supuesto que puede darse esa situación, pero de
igual manera, quiere decir que, de una forma u otra, yacen juntas, y eso se puede cambiar.

-Qué interesante, Siniestro; me apena ver cómo afecta todos esos aparatos y sistemas; pero,
qué hay de nosotros, no te escuché mencionar que “se asocie”, vaya palabrita que usas, con
nosotros…..

-Estoy a tus órdenes, Diestro; ¿Sabías que cuando alguien ve más de 5 horas de televisión a
la semana, puede presentar un mayor riesgo de deprimirse?; pero no creas que ponerse
triste un día y ya; hablo de depresión-depresión; cuando ya requieres que te valore un
especialista; porque, por más que la gente nos diga que le echemos ganas, ya no está en
nosotros, mi querido hemisferio derecho. Pero eso no es todo; incluso hay algunos reportes
que dicen que si se ve más de 10 horas el riesgo de deprimirse aumenta hasta un 52%! En
general, se ha reportado una asociación de hasta 2 veces más frecuencia de trastornos
mentales y…..

-Ejem, ejem… espera, eso ya me preocupó un poco. ¿Qué es lo que nos pasa?

-Ver más de 2 horas de televisión al día se asocia con sentirse menos saludable, perder el
sueño por preocupaciones, dejar de sentirse útil, así como inseguro de tomar decisiones,
incapaz de sobreponerse a dificultades y desgastado para hacer frente a situaciones
adversas. Incluso se puede perder la confianza en uno mismo, sentirse no merecedor, menos
feliz, tener problemas para concentrarse, sentirse constantemente bajo estrés, incapacidad
de disfrutar las actividades del día a día, así como tener menos optimismo por el futuro,
perder interés en la gente y en nuevas cosas; tener menos energía, estar menos relajado, y
sentirse menos amado. 

Después de escuchar esta información, el hemisferio derecho se quedó totalmente quieto,


estático, estupefacto y murmurando en voz baja, con los ojos abiertos como platos y
pensando qué es lo que iba a decir…

-Entonces, Siniestro, definitivamente ver más de 2 horas de televisión al día no es


saludable; empero, qué me dices: “no olvides que estamos negociando, eh”. Ver menos de
2 horas al día; no sé, quizás 1 hora y media o 1 hora.

-Esa es una buena idea Diestro, ciertamente muchos estudios se han hecho en más de 2
horas al día, y parece que es aditivo, es decir, cada hora más al día, supone un factor
asociado agregado, incluso se ha visto que en quien ve más de 4 horas al día posee
asociaciones más altas de ataques cardiovasculares, soplos y todavía más problemas
emocionales y de conducta. 

-¿¡Se puede decir entonces que acorta la vida!?

-Calma, calma… tiene lógica suponer eso; sin embargo, no olvides que los padecimientos
que te he comentado son multifactoriales; es decir, que son muchos los factores
involucrados; la televisión es uno más de tantos.

-Yo tan contento que estaba con la nueva serie que quiero ver, esa del ídolo de todos.

-Pues la vemos, pero dosificada.

-Tú ganas; entonces, ¿qué me sugieres, cuántas horas al día?

-Te recomiendo y nos recomiendo ser medidos; el uso crónico y prolongado de la televisión
produce cambios que se pueden traducir en una disminución del coeficiente intelectual
verbal, incluso puede haber modificaciones anatómicas a nivel frontal, esa parte que no
tienes tan desarrollada como yo, y que es donde se encuentran las capacidades intelectuales:
el análisis, la planeación y, en general, las funciones inteligentes que, cómo ya habías
escuchado, se llaman funciones ejecutivas.

-Y eso, ¿es por los rayos X?

-Excelente pregunta! (el hemisferio derecho hace mueca de satisfacción por su brillante
intervención); no, no es por eso. La cantidad de rayos X que se emiten es demasiado baja, y
si se ve la tele en pantallas planas o más modernas, prácticamente no se está expuesto.

-Entonces ¿por qué daña?

-Elemental mi querido Diestro, es por todo lo que significa ver tele; estar sentados, quietos,
come y come, además de programas con contenidos no siempre muy exigentes que
desfavorecen nuestra plasticidad cerebral, a la vez que nos hacen que de ondas beta, nos
pasemos a ondas alfa…
-Ejem, ejem, Siniestro, discúlpame… obvio sé a qué te refieres con eso de la plastilina y la
ondeada, pero me harías favor de explicármelo, sólo para saber que te expresas bien…

-Por supuesto, Diestro, desde la cuarta semana antes de que nazcamos, y hasta que
muramos, se dan tres procesos fundamentales, que son la neurogénesis, la sinaptogénesis y
la diferenciación-mielinización; estos eventos consisten en que, dependiendo de lo que se
nos exija a nosotros dos, iremos creciendo o adaptándonos. Si lo que vemos son programas,
qué en lugar de aportarnos información, cultura y conocimientos, nos dan chismes,
amarillismo y obscenidades, nos empezamos a moldear ¡como la plastilina! a esos
estímulos; y en lugar de crecer, nos detendremos, y quizás hasta nos hagamos más
pequeños.

En cuanto a las ondas, de una función muy activa, nos transformamos como si estuviéramos
entrando en una fase de sueño, pasivos y receptivos, sin respuesta, bajando escudos, sin
defensa incluso contra los comerciales “alienígenas”; y por eso, luego andamos comprando
productos como el papalote de control remoto, con mira periscópica, y que todavía no
acabamos de pagar.

-Estoy orgulloso de ti, mi complemento analítico. Te invito a ver una peli para festejar,
¿qué me dices?

-Y yo orgulloso de ti mi complemento artístico. Va que va, pero una que no pase de las 2
horas; ¡de lo contrario, tendremos que hacer pausa para estirarnos y desentumirnos, jajaja!

-¡Trato hecho!
Bibliografía.

Dempsey PC, et al. (2014). Associations of televisión viewing time with adults well being
and vitality. Prev Med;69:69-74. doi: 10.1016/j.ypmed.2014.09.007. Epub 2014 Sep 16.

Domingues-Montanari S. (2017). Clinical and psychological effects of excessive screen


time on children. J Paediatr Child Health;53(4):333-338. doi: 10.1111/jpc.13462. Epub
2017 Feb 6.

Dorey E, et al. (2010). Children and televisión watching: a qualitative study of New
Zealand parents perceptions and views. Child Care Health Dev;35(3):414-420. doi:
10.1111/j.1365-2214.2009.01031.x. Epub 2009 Nov 30.

Flayelle M, et al. (2017). Toward a qualitative understanding of binge-watching behaviors:


A focus group approach. J Behav Addict;6(4):457-471. doi: 10.1556/2006.6.2017.060.
Epub 2017 Oct 13.

Martínez-Gómez D, et al. (2015). Television viewing time and risk of eating disorders in
Spanish adolescents: AVENA and AFINOS studies. Pediatr Int;57(3):455-60. doi:
10.1111/ped.12662.

Mundy LH, et al. (2017). The Association Between Electronic Media and Emotional and
Behavioral Problems in Late Childhood. Acad Pediatr;17(6):620-624. doi:
10.1016/j.acap.2016.12.014. Epub 2016 Dec 30.

Oana M, et al. (2014). Aggression in children with behavioural/emotional difficulties:


seeing aggression on televisión and video games. BMC Psychiatry;14:287. doi:
10.1186/s12888-014-0287-7
Padilla-Moledo C, et al. (2015). Television viewing, psychological positive health, health
complaints and health risk bevaviors in Spanish children and adolescents. J Sports Med
Phys Fitness;55(6):675-83. Epub 2015 Apr-21.
Shjue I. (2015). Duration of daily TV/screen watching with cardiovascular, respiratory,
mental and psychiatric health: Scottish Health Survey 2012-2013. Int J Cardiol;186:241-6.
doi: 10.1016/j.ijcard.2015.03.259. Epub 2015 Mar 19.

Shjue I. (2016). Modeling indoor TV/screen viewing and adult physical and mental health:
Health Survey for England. Environ Sci Pollut Res Int;23: 11708-11715. doi:
10.1007/s11356-016-6354-5.

Stahl S. (2010). Psicofarmacología Esencial de Stahl. Madrid, España: Grupo Aula


Médica, S.L.

Takeuchi H, et al. (2015). The impact of televisión viewing on brain structures: cross-
sectional and longitudinal analyses. Cereb Cortex;25(5):1188-97. doi:
10.1093/cercor/bht315. Epub 2013 Nov 20.

Xuemei S, et al. (2015). Prospective study of the associations between televisión watching
and car riding behaviors and development of depressive symptoms. Mayo Clin
Proc;90(2):184-193. doi:10.1016/j.mayocp.2014.12.006.

También podría gustarte