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Caso Bauffremont

El Caso Bauffremont es un caso paradigmático en derecho internacional privado


por fraude a la ley en materia de nacionalidad.

Antecedentes

Se trataba de una princesa de origen belga quien se fue a vivir a Francia, donde
conoce al príncipe Bauffremont, con quien contrae matrimonio. En 1874 la
"princesa Bauffremont" obtiene en el país galo la separación personal a causa de
hábitos perversos de éste. mentira

Debido a que la ley francesa no admitía el divorcio, la condesa de Charaman


Chimay se traslada a Alemania (que sí aceptaba el divorcio), se naturaliza
alemana e invocando su nacionalidad alemana obtiene del tribunal alemán la
conversión de su separación de hecho a divorcio, y contrae nuevo matrimonio con
el príncipe rumano Bibescu, obteniendo la nacionalidad rumana.

Fondo del caso

Pasado el tiempo el príncipe Bibiescu es destinado a Francia, por lo que ella


regresa a ese país como la "princesa Bibescu". El duque de Bauffremont solicita
ante los tribunales franceses que declaren la bigamia de la ex "princesa
Bauffremont" atacando, la nacionalidad alemana de la princesa, la sentencia de
divorcio obtenida en Alemania y la validez del segundo matrimonio, argumentando
que el cambio de nacionalidad tuvo por motivo únicamente acogerse a la ley
alemana (que la beneficiaba) y defraudar a la ley francesa (que la perjudicaba).

Decisión

La Corte de Casación de Francia en sentencia del 18 de marzo de 1878 resolvió


no declarar nula la naturalización alemana, por considerarlo una cuestión
reservada a la soberanía de los Estados nacionales, mas da lugar a las
pretensiones de Bauffremont, respecto del divorcio vincular y del segundo
matrimonio, señalando que ambos no eran válidos en Francia.
 
 
ANALISIS: CASO DE LA PRINCESA DE BAUFFREMONT
“  
¿Quién era la Princesa de Beauffremont? 
” 
 
Análisis de la sentencia de la Corte de Casación francesa del 18 de Marzo de
1878
- ¿Cómo se desarrolla y de que trata el caso? - ¿Cuál institución del Derecho
Internacional Privado reguló? - Características
La princesa Beauffremont era una princesa de origen belga que se fue a vivir a
Francia. Una vez está viviendo allá, conoce al oficial Beauffremont, quién también
era príncipe y con quien contrae matrimonio tiempo después. La princesa también
es conocida como la condesa de Charamay Chimay. La princesa de Beauffremont
y esposa del oficial Beauffremont, el 1ero de agosto del año 1874obtiene de
tribunal francés la separación de cuerpos de su esposo a causa de los hábitos
perversos de éste.La ley francesa de la época que resultaba aplicable al caso no admitía el
divorcio, y dicha prohibición no convenía a la princesa. Es por eso que,
aprovechando que esta separación de cuerpos le permite vivir en un domicilio
separado, ella se traslada al Ducado de Sajonia-Altenburgo(duché de Saxe-
Altenbourg) donde obtiene nacionalidad el 03 de Mayo 1875.Ahora sujeta a la ley
del Estado Alemán, la princesa recupera la libertad para contraer nuevasnupcias
en vista de que dicha ley considera divorciados a todos los católicos que estén
separados de cuerpo. Y es así que el 24 de octubre de 1875 contrae matrimonio
con el príncipe rumano Bibescu, obteniendo la nacionalidad rumana, y al mismo
tiempo cambiando su apellido a Bibescu. Pasado el tiempo la nueva princesa
Bibescu regresa a Francia en ocasión del traslado al que es obligado su marido.
Dados los hechos el Príncipe de Beauffremont, que mantiene su nacionalidad
francesa y que por tanto según la legislación francesa continúa casado con la
Princesa, entabla un proceso judicial para esclarecer su situación y solicita ante
los tribunales franceses que declaren la bigamia de la ex princesa Beauffremont.
Éste desarrolla la demanda apoyándose en la nacionalidad alemana de la
princesa, la sentencia de divorcio obtenida en Alemania y la validez del segundo
matrimonio; argumentando que el cambio de nacionalidad tuvo por motivo
únicamente acogerse a la ley alemana que resultaba beneficiosa para sus
intereses, y burlar a la ley francesa que le resultaba perjudicial. El tribunal de
Primera Instancia dicta sentencia el 10 de Marzo de 1876, favorable al príncipe.
Apoyado en la legislación francesa de la época el primer argumento de la decisión
declara que la princesa de Beauffremont, sin la autorización del marido, no puede
legalmente adquirir una nacionalidad extranjera y que por lo tanto ella continua
siendo francesa en el momento de su segundo matrimonio. El segundo argumento
afirma que en el hipotético caso de que el marido haya dado su consentimiento
para dicho cambio de nacionalidad; el cambio de estado civil
deseado por la mujer no habría resultado del “ejercicio legítimo de una facultad
conferida por la
ley, que sería un abuso, y que pertenece a la justicia rechazar los actos contrarios
a las buenas
costumbres y a la ley”.

El fraude a la ley en el derecho internacional privado.

Concepto:
Es el acto realizado con intención maliciosa por el cual se evita la aplicación de la
ley competente, para obtener un fín ilícito, alterando los puntos de conexión y
conseguir así la aplicación de otra ley que le asegura la obtención de un resultado
más favorable a su pretensión admite la existencia de actos que respetan el texto
legal pero eluden su aplicación y controvierten su finalidad. La intencion de quien
realiza el acto es dolosa pues viola la ley persiguiendo un propósito ilicito.

En el derecho internacional privado esto es disvalioso porque se usa una ley con
distinto fin alterándose los puntos de conexion para eludir la aplicacion de la ley
competente por otra más favorable al resultado que se desea obtener. Así las
partes mudan su domicilio, cambian de nacionalidad, trasladan de lugan un bien,
etc.
Se manifiesta como una anomalia, como una desviacion que atenta al fin de la
norma, la que se desnaturaliza porque se convierte en un instrumento para
alcanzar un resultado no querido y ni tal vez previsto por el legislador.
Niboyet la define como el remedio necesario para evitar que la ley pierda su
carácter imperativo.
Goldschmitd como la característica negativa del tipo legal de la norma indirecta, es
decir aquella cuya inexistencia se requiere para que la norma actúe.

Doctrina:
Existen en doctrina distintas posturas:
Una corriente que lo rechaza: Foster, Lorenzen, Miaja de Muela, Alfonsín.
Una corriente que lo acepta: Fernández Rosas, Pillet, Niboyet, Vico.

Jurisprudencia:
Caso Bauffremont: cambio fraudulento de nacionalidad: Se trata de una princesa
belga casada con un oficial francés. En 1874 obtiene en Francia la separación
personal del duque de Bauffremont a causa de hábitos perversos de aquél. pues
la ley de dicho país no admitía el divorcio. La condesa de Charaman Chimay se
traslada a Alemania, país que sí acepta el divorcio, convierte la sentencia de
separación personal, se naturaliza ciudadana alemana y contrae nuevas nupcias
con el príncipe rumano Bibesco, regresando a Francia como la princesa Bibesco.
El primer esposo ataca la sentencia de divorcio alemana y el segundo matrimonio
argumentando fraude a la ley francesa. La Corte de Casación francesa declaró
nulo el matrimonio y fraudulento el cambio de nacionalidad porque se debió a un
fín egoísta (sustraerse a la ley francesa) y no para ejercer los derechos y deberes
que de ella nacen.
Caso Fritz Mandel: cambio fraudulento de domicilio: Un austríaco con domicilio y
bienes inmuebles en Argentina y nacionalidad argentina, al que se le diagnostica
un mieloma múltiple, regresa a Austria, retoma su nacionalidad de origen y testa a
favor de su quinta esposa y algunos descendientes en forma contraria a la que
establece la ley argentina. La sentencia de primera instancia sostiene que debe
aplicarse la ley argentina por existir bienes inmuebles en el país conforme surge
de lo dispuesto por el art. 10 del C.Civil. La sentencia de segunda instancia llega a
la misma conclusión, es decir que la sucesión debe tramitar por ante el juez
argentino y se debe aplicar el derecho argentino, pero en base a que hubo fraude
a la ley, es decir que los puntos de conexión nacionalidad y domicilio fueron
cambiados con el fin de eludir la aplicación de las normas imperativas argentinas.

Caso Munzer: un Tribunal de Nueva York declara la separación de cuerpos de los


esposos y fija una cuota alimentaria a favor de la mujer. El esposo cumple con los
pagos hasta que un día deja de hacerlo. La mujer lo demanda en Nueva York y
obtiene una sentencia que condena al marido a pagar u$s 77.000.- por las cuotas
alimentarias atrasadas. El marido había mudado su domicilio a Francia y la esposa
solicita en aquél país la ejecución de la sentencia. Sin embargo el derecho francés
dispone que no pueden ser reclamadas aquellas cuotas hubieren prescripto (5
años) por lo que el marido interpuso recurso contra aquellas cuotas que el derecho
francés consideraba prescriptas. El tribunal de 1º instancia lo concedió pero la
Corte de Apelación lo revocó por considerar que a pesar de ser la prescripción
norma de orden público no se aplica a los derechos legítimamente adquiridos en el
extranjero.

Elementos constitutivos:
Alteracion Del Punto De Conexion: El cambio debe ir acompañado de la malicia,
es decir, del propósito de eludir la aplicación de la ley competente. Este "elemento
psicológico" es difícil de probar pero los hechos en las maniobras de los
particulares develan el acto real. Al decir de Goldschmidt hay una "contracción
temporal" (las partes obran muy aceleradamente) y una "expansión espacial" (las
partes aparecen en un país extranjero donde no pueden justificar su actuación),
que permiten a quien juzga ver la realidad.
El Derecho Evadido Debe Ser Coactivo: no puede sancionarse lo que está
permitido y por ende las normas supletorias o en las que interviniene la autonomía
de la voluntad. El objeto es asegurar el carácter imperativo de las leyes y evitar
que las relaciones internacionales se conviertan en facultativas.

Debe Utilizarse Solo Cuando No Hay Otro Medio Para Neutralizar Los Resultados
Queridos Por Las Partes: cuando interviene el orden público internacional es
innecesario recurrir al fraude porque la propia norma desecha la aplicación del
derecho extraño. Y cuando el punto de conexión ha sido simulado bastará con
destruir la apariencia.

Efectos:
Se relacionan con su sanción, que consiste en tener por no efectuada la maniobra
y aplicar el derecho que se intentó evadir negando todas las consecuencias
derivadas de la acción fraudulenta.
Respecto de la victima del fraude: el punto de conexión no se realizó y se niegan
las consecuencias derivadas del fraude.
Respecto del pais cuya ley se invoca: defender el foro de una ley contraria al
espíritu de su legislación y conservar la imperatividad de la lex fori.
Respecto de terceros paises: si asimilan el fraude al orden público deben procurar
restablecer el imperio de la ley violada. Si le reconocen autonomía deben
sancionarlo y aplicar la ley eludida.

Clases de fraude:
retrospectivo: cuando se comete para eludir las consecuencias de un acto que se
realizó en el pasado con total sinceridad. Ejemplo: es el que cometen los
cónyuges casados en Argentina que luego han obtenido el divorcio vía México y
contrajeron nuevo matrimonio en otro país, pues su domicilio esta en Argentina.
simultáneo: cuando se falsean los hechos ya al llevarlos a cabo, a fin de esquivar
consecuencias inmediatas del acto perpetrado con sinceridad. Ejemplo: quienes
constituyen una sociedad en el extranjero dándose los indicios del fraude
tipificados en el art. 124 de la ley 19550 porque sustituyen los hechos sinceros por
los fraudulentos en el mismo moemtno en que quieren realizarlos.
a la expectativa: cuando se manipulean los hechos, no porque el acto sincero por
el momento produciría consecuencias inmediatas que desea descartar, sino
porque teme que en el porvenir puedan darse tales secuelas que por ello,
previsoria y eventualmente resuelve apartar. Ejemplo: los solteros que viven en
Argentina y se casan vía México para que cuando quieran divorciarse puedan
disponer del matrimonio mejicano y no del argentino que es indisoluble (si no
hubiera en Argentina ley de divorcio)

Normativa:
En el derecho internacional privado argentino NO existe disposición que recepte la
noción del fraude a la ley y sancione su práctica.
Sin embargo encontramos algunas normas:
ART. 159 C.C. Las condiciones de validez intrínseca y extrínsecas del matrimonio
se rigen por el derecho del lugar de su celebración, aunque los contrayentes
hubiesen dejado su domicilio para sustraerse de las normas que en él rigen.
Resalta el principio de libertad individual donde dos principios luchan por su
supremacía: la prohibición del fraude a la ley y el favor matrimonii.
ART. 124 de la ley 19.550: La sociedad constituída en el extranjero que tenga su
sede en la República o su principal objeto esté destinado a cumplirse en la misma
será considerada como sociedad local a los efectos del cumplimiento de las
formalidades de constitución o de su reforma y contralor de funcionamiento.
En la CIDIP II realizada en Montevideo en 1979 (ley 22.921) se dispuso que no se
aplicará como derecho extranjero el derecho de un Estado parte cuando
artificiosamente se hayan evadido los principios fundamentales de la ley de otro
Estado parte. Quedará a juicio de las autoridades competentes del Estado
receptor el determinar la intención fraudulenta de las partes interesadas.

Cuando Uruguay ratificó la Convención hizo algunas reservas:


1. la admisibilidad del fraude a la ley es una nueva excepción a la aplicación
del derecho extranjero.
2. la excepción sólo funciona cuando afecte la aplicación de una ley propia.
3. introduce un elemento de subjetividad difícilmente discernible.
4. en muchos casos se iría contra la autonomía de la voluntad.

En los Tratados de Montevideo, tanto el de 1889 como el de 1940 NO contienen


disposiciones al respecto de esta institución, aunque no se justifica que no estén
en el de 1940 puesto que existían abundantes antecedentes doctrinarios y
jurisprudenciales.

5. El orden publico como limite a la aplicación del derecho extranjero.

Orden Público.
Cuando nuestro derecho internacional privado nos remite a un ordenamiento
jurídico extranjero, nosotros aplicamos derecho extranjero a menos que el mismo
sea contrario a nuestro orden público.
En el orden interno de nuestro ordenamiento jurídico, aceptamos la autonomía de
la voluntad siempre y cuando no se trate de materias que hacen al orden público
(derecho coactivo).
En el primer caso, hablamos de orden público internacional, en el segundo de
orden público interno.
Diferencia entre Orden Público Internacional y Orden Público Interno.
En materia de derecho internacional privado la regla es la aplicación del derecho
extranjero declarado aplicable por nuestro derecho internacional privado, dejarlo
de lado por contravenir el orden público internacional es la excepción.
En la doctrina pueden encontrarse muchas definiciones de lo que es orden público
internacional. Para nosotros es el conjunto de disposiciones legales o
consuetudinarias inalienables de nuestro ordenamiento jurídico que hacen a la
existencia misma de nuestra comunidad.

La ley extranjera contraria debe ser dejada de lado.


El concepto es diametralmente opuesto en el orden interno: el orden público
interno comprende todas las disposiciones coactivas que no pueden ser dejadas
de lado por voluntad de las partes.-
No es lo mismo que una norma deba ceder ante la voluntad de las partes que ante
la aplicación de un derecho extranjero.
El orden público internacional es la manifestación de la voluntad del Estado
cuando la ley extranjera contraría un interés superior.
Hace a la naturaleza de las cosas que la ley extranjera difiera de la nacional.
Nuestra ley establece la edad de 21 años para la mayoría de edad. Una ley
extranjera como la alemana que establece la mayoría de edad a los 18 años se
opone a nuestro orden público interno pero nadie puede realmente creer que debe
ser dejada de lado por ser contraria al orden público internacional, es decir a los
intereses superiores de nuestro país.
Va de suyo que las leyes extranjeras no son copia de las nuestras y que han de
legislar de manera diferente. Toda diferencia, aún cuando trate materias que no
están libradas a la autonomía de la voluntad en el orden interno, no puede motivar
la aplicación del orden público internacional como freno.

Diferencia con la moral y las buenas costumbres.


El concepto de orden público internacional puede pero no tiene que coincidir con
el de moral y buenas costumbres.
Así la demanda por alimentos de la cónyuge o hijos de un segundo matrimonio
polígamo válido según la ley de la nacionalidad y domicilio de las partes, sería
admitida por nosotros aún cuando ese matrimonio contraría nuestra moral y
buenas costumbres. Coincidirían en cambio orden público internacional y moral y
buenas costumbres si la demanda promoviera el reconocimiento en el país de ese
segundo matrimonio.

Diferencia con garantías constitucionales.


El orden público internacional puede pero no tiene que coincidir con las garantías
constitucionales.
Una ley extranjera que admitiera la esclavitud atenta tanto contra nuestro derecho
constitucional como contra nuestro orden público internacional, no así la ley
extranjera que admite los títulos de nobleza contra lo que dispone el art. 16 de la
CN para nosotros. La duquesa de Alba puede invocar su calidad de tal conforme
al derecho español ante un tribunal argentino. Igualmente una ley extranjera
puede legislar en forma diferente para nacionales y extranjeros contra lo que
dispone el art. 20 de la CN.
Orden público y garantías constitucionales coinciden cuando la norma extranjera
debe ser aplicada a los habitantes de la Nación, ya sea nacionales o extranjeros,
violando sus garantías constitucionales. No así cuando la norma contraria a la
Constitución debe aplicarse a personas en el exterior, es decir cuando los efectos
de la relación traspasan nuestras fronteras. Las normas constitucionales sólo
tienen validez en el interior del país, salvo que se trate de casos excepcionales
como la abolición de la esclavitud, que consideramos intolerables aún en el
exterior.

Los argentinos optamos por una forma de vida pero no podemos imponerla a las
demás naciones.
Orden público Internacional Positivo y negativo.
Se habla de la doble función del orden público internacional debido a que:

a. algunas normas propias deben aplicarse automáticamente y tienen


preeminencia por sobre cualquier disposición extranjera.
b. disposiciones extranjeras son dejadas de lado por ser contrarias a nuestro
orden público internacional.

En ambos casos se trata de distintas caras de la misma moneda. Sin embargo, en


el orden internacional, a diferencia del orden público interno, debemos indagar
primero el contenido de la ley extranjera para luego decidir que es contraria a
nuestro orden público y no podemos partir de disposiciones coactivas que a priori
exigen aplicación. Nuestro legislador puede normar coactivamente en el orden
interno pero el juez debe, en el plano internacional, estudiar la solución extranjera
para comprobar si es compatible con nuestro ordenamiento.
Unicamente en forma muy general pueden formularse normas de orden público
internacional, evitando toda casuística. Por ejemplo que los padres no pueden
desheredar a sus hijos (no se puede disponer, sin embargo cuál sería la legítima).

Orden público extranjero.


En principio el orden público internacional extranjero no nos incumbe.
Una excepción la da el reenvío: si el derecho extranjero declarado aplicable por
nuestro derecho internacional privado remite a un tercer derecho que contiene
normas contrarias a su orden público, esto nos obliga.
Otra excepción se da cuanto se le confiere un carácter común al orden público
extranjero: el tribunal federal alemán desestimó un contrato de compra que
violando un embargo de los EEUU beneficiaba con materias primas importantes a
países comunistas, pues consideró que la norma violada hacía al orden público
del mundo libre. Las medidas de los EEUU para la protección del mundo libre son
también del interés de sus aliados.

Consecuencias de la aplicación del orden público internacional.


Cuando en virtud del freno impuesto por nuestro orden público, dejamos de aplicar
una norma de la ley extranjera, puede suceder que no deje un vacío (ej. la ley que
permite la poligamia es reemplazada por la nuestra que la prohíbe). Muchas
veces, sin embargo, un vacío debe ser llenado por otra disposición.
Esta disposición supletoria puede emanar de nuestro propio derecho o del
derecho extranjero que debió resolver el caso en primer lugar: el haber frenado
una de sus normas no impide aplicar supletoriamente otra que no contraríe
nuestro orden público.
Según el caso se puede hacer lo primero o lo segundo: si la disposición extranjera
lleva en sí el reconocimeinto de un principio extranjero para nosotros es
intolerable, recurrimos a nuestro derecho, si la disposición extranjera está inmersa
en el ordenamiento extranjero entre otras normas que para nosotros serían
tolerables, podemos recurrir a una de éstas.
Si consideramos que la disposición extranjera que se refiere a la
imprescriptibilidad de una obligación contractual es contraria a nuestro orden
público, pues todas las acciones contractuales son prescriptibles, podemos buscar
en el ordenamiento extranjero otro plazo de prescripción legislado por éste. Si no
existe ninguno, recurrimos a nuestro derecho.
Kegel sugiere apartarse de estas dos soluciones y crear normas propias que
reemplacen las que dejamos de aplicar.
En el caso precedente, si consideramos que todas las acciones contractuales son
prescriptibles, no aplicamos arbitrariamente otra disposición extranjera sobre la
prescripción ni aplicamos la prescripción propia. Buscamos interpretar, en cambio
cuál término de la prescripción lo más largo posible puede ser tolerado por
nosotros, por ejemplo un plazo de prescripción de 50 años. De esta manera se
contraría el derecho extranjero en un mínimo.

6. Matrimonio: Casos.
1.- Una pareja de españoles se casa en España, se instala en Argentina donde
tienen dos hijos. A los cinco años se separan. Ella vuelve a España y él se queda
en Argentina. ¿Tiene jurisdicción el juez argentino para entender en el divorcio
promovido por el marido?
El juez argentino tiene jurisdicción porque según lo dispone el art.164 del C.C. rige
la ley del último domicilio conyugal y según el art. 227 del C.C. las acciones de
separación personal, divorcio vincular y nulidad, así como las que versen sobre los
efectos del matrimonio deberán intentarse ante el juez del último domicilio
conyugal efectivo o ante el del domicilio del cónyuge demandado. La norma de
este artículo recepta la postura de la CSJN en el caso Vlasof al establecer que el
domicilio conyugal a los efectos de la jurisdicción internacional argentina se
encuentra en el último lugar de la efectiva convivencia de los cónyuges. Esta
calificación fue un remedicio eficaz para evitar que el marido mediante un cambio
de domicilio pudiera elegir la jurisdicción más beneficiosa para sus intereses
atento lo dispuesto por el art. 90 inc. 9 del C.C. y por la ley 2393 ahora derogados.
2.- Un matrimonio celebrado en Argentina instala su domicilio en Montevideo. A
los 10 años se separan. 1 año después regresan a la Argentina. ¿Pueden iniciar
en nuestro país divorcio por presentación conjunta?
No porque los Tratados de Montevideo de 1889 y 1940 dicen en los arts. 62 y 59
que el juicio sobre nulidad del matrimonio, disolución y en general todos las
cuestiones que afecten a las relaciones personales de los esposos se iniciarán
ante los jueces del domicilio conyugal, entendiéndose por tal el que tiene
constituído el matrimonio y en defecto de éste se reputa por tal el del marido.
3.- Dos argentinos que habían contraído matrimonio en Buenos Aires se van a
vivir a México. El marido la abandona después de varios años. Ella regresa a la
Argentina con sus hijos y quiere iniciar el divorcio contra el marido que sigue
viviendo en México. ¿Puede iniciar demanda en la Argentina? ¿Pueden reclamar
alimentos para ella y sus hijos en Argentina.?
El divorcio debe iniciarse por ante el Juez del domicilio conyugal según lo
dispuesto por el art. 227 del C.C. En materia de
alimentos puede ser iniciado por ante el Juez argentino atento a lo dispuesto por el
art. 228 del C.C. inciso 2 que establece opciones: ante el juez del domicilio
conyugal, del domicilio del demandado, de la residencia habitual del acreedor
alimentario, del lugar del cumplimiento de la obligación, de la celebración del
convenio si lo hubiere y coincidiere con la residencia del demandado. Se advierte
la apertura por parte de la ley 23.515 del espectro jurisdiccional extendiéndolo
considerablemente en atención a la naturaleza y la finalidad de la prestación
alimentaria.
4.- Un argentino se casa en París con una francesa y allí se instala. Luego de
unos años el marido viaja a Argentina por negocios y nunca más regresa. A los 6
meses la esposa viaja a buscarlo y él la rechaza. Ella se queda en Buenos Aires
trabajando como profesora de francés. Más tarde quieren iniciar el divorcio de
común acuerdo. ¿Tiene jurisdicción el juez argentino?.
No tiene jurisdicción el juez argentino en atención a lo dispuesto por el art. 227 del
C.C. que dice que las acciones de separación personal, divorcio vincular y nulidad
así como las que versen sobre los efectos del matrimonio deberán instarse ante el
juez del último domicilio conyugal efectivo o ante el del domicilio del cónyuge
demandado.
5.- Carlos Collazo, argentino y Dominik Bartin, francesa, celebran matrimonio en
Argentina donde se instalan a vivir. Dos años después se trasladan a Uruguay y
allí obtienen el divorcio en 1943 por adulterio de la esposa. ¿Tenía el juez
uruguayo jurisdicción internacional para decretar el divorcio? Qué fuente normativa
resulta aplicable al caso? ¿Considera usted que el juez uruguayo podía
válidamente decretar el divorcio del matrimonio argentino? ¿había reconocido la
Argentina en 1960 la setencia de divorcio?
El juez uruguayo tenía jurisdicción en atención a que se aplican las normas de los
Tratados de Montevideo de 1889 y 1940 que
establece en los art. 62 y 59 respectivamente que sostienen que tiene jurisdicción
el juez del domicilio conyugal entendiéndose por tal el que tiene constituído el
matrimonio (el último domicilio conyugal) o en donde viven de consuno. Lo que no
podía hacer es decretar el divorcio vincular atento a que la sentencia que dicta es
anterior a la sanción de la ley 23515 y no podía ser reconocida en nuestro país
porque se afectaba el orden público internacional, por lo que sólo sería válida
como sentencia de separación personal.
6.- Una alemana y un británico se casaron en Buenos Aires en 1967. Luego se
trasladaron a Londres. Allí se divorciaron con sentencia de tribunal inglés en 1977.
En 1988 solicitaron el reconocimiento de la sentencia de divorcio en Buenos Aires,
a fin de ser inscripta en el registro civil. ¿qué trámite debe darse al reconocimiento
de sentencia extranjera de divorcio solicitada por ambos cónyuges? ¿Porqué no
solicita el reconocimiento de la sentencia directamente ante el Registro Civil?
¿Qué documento se exige para ese reconocimiento? ¿cómo se demuestra la
autenticidad de esos documentos?.
El primer requisito que debe cumplir una sentencia de divorcio es el relativo a la
jurisdicción internacional que conforme a lo dispuesto por el art. 227 del C.C. las
acciones de divorcio deben intentarse por ante el juez del último domicilio
conyugal o ante el del domicilio del cónyuge demandado. Con respecto al trámite
el art. 161 dispone que el matrimonio celebrado en la República cuya separación
personal haya sido decretada legalmente en el extranjero podrá ser disuelto en el
país en las condiciones establecidas en el art. 216 y siempre que el domicilio de
los cónyuges esté en la República. Que sea decretada legalmente significa que
cumpla con los requisitos formales (legalización, autenticación y traducción)
procesales (emanada de juez competente y sea sentencia definitiva) y
sustanciales (no ser contraria a nuestro orden público internacional). La sentencia
de divorcio dictada en el extranjero debe inscribirse en el registro civil previo
trámite del exequátur siendo su fundamento la defensa del orden público. No
puede ser realizada en forma directa ante el Registro Civil porque requiere de
orden de juez competente (dec.8204 ratificado por la ley 16478).

7. Sucesiones

BAYAUD ENRIQUE S/SUCESION.


Causa nº 28.895
Marzo 25 de 1981.
Dictamen del Procurador General.
Marta Bayaud adoptó el 22 de mayo de 1962 ante el Tribunal de Pau, Francia y
bajo la forma de la adopción simple a Susana Largade, falleciendo aquélla el 13
de enero de 1971, y su hermano Enrique el 19 de agosto de 1975, ambos en la
referida localidad y país.
El 19 de mayo de 1977 Susana Lagarde Bayaud, por apoderado, se presenta ante
la justicia provincial para promover el juicio sucesorio de su tío adoptivo Enrique
Bayaud, solicitando en su carácter de sobrina por adopción del causante se dicte
declaratoria de herederos a su favor sovbre la tercera parte indivisa de los bienes
inmuebles que denuncia situados en la Provincia de Buenos Aires.
A fs. 48 el juez de primera instancia, considerando que el art. 10 del c.civil
constituye una excepción al principio sentado por el art. 3283 del mismo
ordenamiento, aplica el art. 20 de la ley 19.134 y desconoce vocación hereditaria a
la sobrina adoptiva del causante. Tal pronunciamiento es confirmado por la
Cámara 1º de Apelación de La Plata a través de su sala 1º a fs. 59.-
Dicha decisión confirmatoria es impugnada por el apoderado de Susana Largade
Bayaud mediante el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley obrante a fs.
64 en el que alega la violación de los arts. 32, 20 y 25 de la ley 19.134, 10 y 3283
y concordantes del c.civil, de la ley francesa de adopción 66-500, como así de los
arts. 364 y 368 y concordantes del c.civil francés. Señala el apelante que la
sentencia niega vocación hereditaria a su mandante en su carácter de hija
adoptiva de una hermana del causante en relación a los bienes inmuebles relictos
en la sucesión de éste. Arguye que la interpretación restrictiva de la alzada da al
art. 32 de la ley 19.134 es errónea ya que la norma establece un claro supuesto de
remisión o reenvío expreso de una ley argentina a una ley extranjera, por lo que
ésta queda incorporada a nuestro derecho formando parte de la ley suprema de la
Nación (art. 31 de la Const.Nac.) Debió pues aplicarse el art. 368 del cód.civil
francés (según ley 66-500 del 11-7-66) que otorga al adoptado los mismos
derechos sucesorios que a un hijo legítimo respecto a la familia del adoptante.
Según el recurrente la admisión de un reenvío expreso con tal alcance hace
perder relevancia a los argumentos que el decisorio eslabona con pie en los arts.
20 y 25 de nuestra ley de adopción, máxime que en virtud de la citada ley francesa
sus disposiciones resultan aplicables a las adopciones simples realizadas antes de
su vigencia. Por último, el impugnante entiende que tratándose de un caso de
reenvío no es menester probar la ley extranjera ya que el supuesto queda
subsumido en la excepción contemplada por la última parte del art. 13 del cód.civil
temperamento que en definitiva ha sido admitido por los jueces de las instancias
inferiores al decidir la especie sin proveer la prueba ofrecida por su parte.
Considero que asiste razón al recurrente. El caso es novedosa ya que se trata de
interpretar el alcance del art. 32 de la ley 19.134, disposición que incorpora por
primera vez a nuestro ordenamiento jurídico normas de derecho internacional
privado interno referentes a la ley aplicable a las adopciones referentes a la ley
aplicable a las adopciones conferidas en el extranjero. Con su incorporación
quedó atrás la controversia suscitada antes de la sanción de la ley 13.252 y que
motivara soluciones jurisprudenciales diversas.
El fundamento principal de la sentencia impugada reside en que el reenvío que
establece el art. 32 de la ley 19.134 no tiene el alcance que pretende la
presentante ya que el mismo sólo comprende el conjunto de los derechos y
deberes de adoptantes y adoptados entre sí, limitación que excluye la vocación
hereditaria, ya que ésta no concreta derechos y deberes entre causantes y
herederos y no establece entre ellos posibilidad de reciprocidad alguna o de
vínculo jurídico. La ley claramente se refiere a otros derechos que sí en cambio
relacionan vincularmente a adoptante y adoptado, como son por ejemplo los
relativos al derecho y al ejercicio de la patria potestad, a los alimentos, etc.
Entiendo que tal interpretación es errónea fundamentalmente porque prescinde de
los propios términos de la ley (art. 16 C.Civil) el citado art. 32 establece: "la
situación jurídica, los derechos y deberes del adoptante y adoptado entre sí, se
regirán por la ley del domicilio del adoptado al tiempo de la adopción cuando ésta
se hubiere conferido en el extranjero". De la simple lectura del precepto se
desprende que comienza por hacer referencia a la situación jurídica de adoptante
y adoptado, y es sabido que la expresión indica un modo permanente de estar
alguien con respecto a otro que habilita a aquél o titular para el ejercicio indefinido
de poderes o prerrogativas mientras tal situación subsista. Vale decir que el
legislador de 1971 ha encabezado la norma con la indicación de un concepto tan
genérico como el de situación el que alude a poderes o prerrogativas de ambas
partes derivadas del vínculo que crea la adopción para luego particularizar con un
sector de dichas consecuencias, que son los derechos y deberes de adoptantes y
adoptados entre sí, lo que lleva a aceptar que si hubiera querido excluir algún tipo
de efectos de la adopción, lo hubiera consignado expresamente. En Tal sentido no
es dudoso que los derechos hereditarios del adoptado consitutuyen uno de los
efectos fundamentales del vínculo que crea la adopción, como lo prueba la
circunstancia de que el legislador se ha cuidado de regularlos expresa y
detenidamente. Por consiguiente he de concluir en este aspecto que de
conformidad al reenvío que establece el art. 32 de la ley 19.134 los derechos
hereditarios del adoptante y adoptado quedan regidos en las adopciones
realizadas en el extranjero por la ley del domicilio del adoptado.
LLegado a este punto debo señalar que no advierto inconveniente en la aplicación
oficiosa de la ley extranjera desde que el estado actual de la doctrina admite que
formando parte dicha legislación de la cultura jurídica del juez éste puede aplicarla
o interpretarla con prescindencia de la actividad de las partes... Sólo debo añadir
con referencia a los límites de aplicación de la ley extranjera que no encuentro en
la indicada legislación francesa principios que contraríen el orden público interno
ya que el propio Vélez señaló en la nota del art. 3283 que las sucesiones ab-
intestato reposan sobre la voluntad presunta del difunto, y cada código o ley
positiva escoge la presunción general que le parece más apropiada a las
relaciones de familia, y es natural que dicha presunción varíe según las
legislaciones pero no que el difunto haya tenido una voluntad distinta para las
diversas clases de bienes. En suma entiendo que existiendo una norma expresa
de reenvío como la contenida en el art. 32 de la ley 19134 corresponde
interpretarla en toda la extensión que emana de sus términos y en concordancia
con el espíritu de nuestra legislación expresado en el texto y nota del art. 3283.
Tratándose de una adopción realizada en el extranjero aquella norma impone que
toda la situación jurídica resultante de dicho vínculo quede sometida a la ley del
domicilio del adoptado al tiempo del acto, comprendida la vocación hereditaria que
dicha legislación le atribuye sobre todos los bienes que componen el acervo
sucesorio y sin que quepa hacer distinción respecto a los inmuebles con apoyo en
lo dispuesto por el art. 10 del Código civil. Opino, en consecuencia, que
corresponde casar la sentencia impugnada declarando con arreglo al reenvío
establecido por el art. 32 de la ley 19134 y por aplicación del art. 368 del código
civil francés que Susana Largade Bayaud sobrina adoptiva del causante Enrique
Bayaud lo hereda en la tercera parte indivisa de los bienes inmuebles
individualizados en el consid. 3 de la setencia de autos.
Es fundado el recurso de inaplicabilidad de ley?
El doctor Larrán dijo: (Gnecco y Sicard con los mismos fundamentos votan por la
negativa)
1.- Susana Largade fue adoptada el 22 de mayo de 1962 ante el Tribunal de la
ciudad de Pau, Francia por Marta Bayaud, bajo la forma de adopción simple,
habiendo fallecido la adoptante en dicha ciudad el 13 de enero de 1971. El
hermano de esta última Enrique Bayaud murió el 19 de agosto de 1975, también
en idéntico lugar. La primera nombrada inició por apoderado ante la justicia de
esta provincia, el juicio sucesorio de su tío adoptivo, solicitando que se dictara a su
favor declaratoria de herederos en su calidad de sobrina por adopción del
causante, sobre la tercera parte indivisa de los bienes que individualiza, ubicados
en Buenos Aires.
Primera Instancia: sobre la base de lo dispuesto por el art. 10 del c.civil que
constituye una excepción al principio que fluye de su miliar 3283, se le desconoció
vocación hereditaria a Susana Largade Bayaud.
Cámara de Apelación: el a quo mantuvo ese decisorio, argumentando que el
régimen de reenvío que establece el art. 32 de la ley 19134 está referido
exclusivamente al conjunto de los derechos y deberes del adoptante y adoptado
entre sí, y entonces de conformidad a lo dispuesto por el art. 20 de la ley afirmó
que la adopción simple de la que goza la interesada, no crea vinculo de
parentesco entre el adoptado y la familia de sangre del adoptante, salvo a los
efectos expresamente determinados en la ley, quedando para aquélla
irremisiblemente excluída la línea colateral.
Corte Suprema: el problema interpretativo radica en que la recurrente goza de
adopción simple y esta calificación en nuestro derecho, no crea vínculo de
parentesco entre el adoptado y la familia de sangre del adoptante sino a efectos
expresamente determinados y por tanto su vocación sucesorio con relación a los
bienes relictos en las sucesiones de los parientes del adoptante está limitada a lo
que prevé el art. 25 de la ley. El equívoco reside en asignar a la denominación
simple de la ley francesa el mismo alcance que a la categoría simple de la ley
argentina. Si en esta última la vocación sucesoria tiene los alcances restringuidos
su derecho se extiende a la línea colateral. Lo que importa no es la denominación
sino los efectos de la adopción y en las instancias anteriores se ha infrigido los
arts. 20,25 y 32 de la ley 19.134. Por lo tanto se hace lugar al recurso interpuesto,
se revoca la sentencia impugnada y se declara a Susana Largade única heredera
del causante.

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