10 Estrategias para Desarrollar Tu

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10 estrategias para desarrollar tu

inteligencia emocional

En los años 90 comienza el boom por desarrollar la inteligencia


emocional. Se suponía que la gente que la poseía era capaz de
identificar estados emocionales, conectar con la gente y
descifrar el lenguaje corporal de aquellos que les rodeaban.
Pero ¿realmente se puede mejorar la inteligencia emocional?
Se han publicado muchos artículos y las conclusiones que se pueden
extraer son:

1. Puedes cambiar, hasta cierto punto. Para poder hacer cambios


profundos deberás dedicarle tiempo y esfuerzo.

2. La ayuda profesional da buenos resultados. Gracias a la


plasticidad neuronal es posible aprender empatía y gestión
emocional.

3. Se requiere que alguien te dé feedback. Es importante que


alguien te proporcione una visión imparcial de ti mismo.

4. Elegir bien las técnicas que se utilizan para desarrollar la


inteligencia emocional. Son adecuadas, las basadas en la terapia
cognitivo-conductual: aprender a cambiar tus pensamientos y las
conductas que los acompañan.

Veamos que estrategias funcionan para desarrollar tu inteligencia


emocional:
 Lo primero es detectar la emoción que hay detrás de tus actos.
Cuando algo te hace sentirte de una determinada forma, párate y
reflexiona sobre la emoción que hay detrás, encuentra su
origen.

Al principio quizás no sepas por qué actúas o te sientes como lo haces.


Pero a medida que vayas centrándote en tus sentimientos empezarás a
encontrar las respuestas. Regula cada día tus emociones.

 Amplia tu vocabulario emocional. Hablamos de alegría,


tristeza o miedo. Estas son emociones básicas a partir de las
cuáles se crean las demás.
No digas “Estoy triste” si las palabras que mejor describirían tu estado
emocional serían decepcionado o compungido. Sé concreto.

 No juzgues la forma en que te sientes. Las emociones tienen


una función: darte información sobre lo que está
ocurriendo.
Considera tus emociones no como algo bueno o malo, sino como la
fuente de información que te ayudará a ser más consciente de ti
mismo.

 Potenciar las emociones positivas. Una persona motivada y


optimista tendrá un desarrollo superior al de alguien con
sentimientos de desánimo y apatía
Podemos pensar en los detalles que nos hacen más felices, o en
nuestras emociones positivas y pensar qué actividades, situaciones
o personas están asociadas a esas emociones, de esta forma, podremos
contagiarnos de esas sensaciones.
 Conocerse a uno mismo. Se consigue poco a poco,
marcándonos propósitos y haciéndonos preguntas.
Cuando llegue la noche, analiza cómo te has sentido a lo largo de tu
jornada. ¿Has actuado como tú deseabas? Plantéate preguntas, indaga
en ti mismo, clarifica.

 Desarrolla tu empatía para desarrollar tu inteligencia


emocional. Intenta «ponerte en los zapatos» del otro.
Buscando el porqué de las reacciones conseguirás entender a
las personas. Cuando cojas el hábito de hacerlo, comprenderás
entonces que casi todo el mundo tiene motivos para hacer lo que
hace.

 Controla lo que piensas para controlar cómo te comportas


Muchas personas se excusan diciendo que en los momentos
emocionales pierden el control. Pero sólo tienen razón en parte.
Los sentimientos son el resultado de la emoción y de lo que
piensas sobre esa emoción. No puedes evitar la emoción, pero sí
modificar tus pensamientos al respecto.

 Descubre el mensaje oculto de tu lenguaje corporal. Sí te cuesta


identificar tus emociones, fijarte en tu lenguaje corporal te dará muchas pistas
de lo que está ocurriendo en tu interior.

 El siguiente paso sería aprender a expresar las emociones mediante la


asertividad.

La fórmula es “Me siento X (emoción) cuando haces Y (conducta) en la situación Z”

 Aprende automotivarte cada día. Levántate cada día pensando en algo que
te ilusione y que deseas conseguir. Ponte objetivos, metas a corto y largo
plazo.
Ahora, ya tienes las claves. Ponerlas o no en práctica depende de ti.

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