Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Capítulo 37
Diversas abluciones
A. D. Wenger dice lo siguiente del término “diversas abluciones” (lavatorios
ceremoniales):
Tipos de bautismo
1. El bautismo con agua
3. El bautismo en fuego
Cuando Jesús habló del “bautismo con que yo soy bautizado” parece que
hablaba de su sufrimiento y muerte (Marcos 10.38–39). Él dijo que sus
discípulos iban a ser bautizados con el mismo bautismo. ¿Por qué hacer
referencia al sufrimiento y el martirio como a un bautismo? Porque sellan o
confirman nuestra fe. Como dice 2 Timoteo 2.12: “Si sufrimos, también
reinaremos con él”.
“El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”
(Juan 3.5). (Lea también Ezequiel 36.25–27; Juan 6.63; Hebreos 10.22.)
El agua no salva a nadie. El bautismo con agua tiene valor sólo cuando es “la
aspiración de una buena conciencia hacia Dios” (1 Pedro 3.21). El que tiene
una buena conciencia desea el bautismo para cumplir toda justicia (Mateo
3.21) porque quiere identificarse con Cristo (Romanos 6.3) y con su cuerpo, la
iglesia (Hechos 2.41). Solamente la fe genuina produce tal aspiración.
El bautismo nos señala como uno ha muerto y resucitado con Cristo (Romanos
6.3–4). El mismo testifica que hemos sido revestidos de Cristo (Gálatas 3.27).
El que recibe el bautismo con agua recibe el sello que dice: “Éste pertenece a
Cristo”.
Solamente los que han sido bautizados con el Espíritu Santo son dignos de
recibir el bautismo con agua. El bautismo visible es una señal del bautismo
que se ha realizado por dentro. Como el bautismo del Espíritu Santo da
entrada al cuerpo de Cristo (1 Corintios 12.13) así el bautismo con agua es el
paso de entrada en la congregación de creyentes (Hechos 2.41–47.) La
enseñanza y la práctica de la iglesia en el tiempo de los apóstoles testifican
de la conexión entre el bautismo con agua y el del Espíritu Santo (Hechos 1.5;
10.44–48; 11.15–16).
Pedro les dijo a los pecadores que sintieron temor en el día de Pentecostés:
“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros (...) para perdón de los
pecados” (Hechos 2.38). Esto corresponde con la instrucción de Ananías a
Saulo: “Levántate y bautízate, y lava tus pecados” (Hechos 22.16). ¿Acaso
entendemos por esto que el agua lava los pecados? De ninguna manera. La
Biblia enseña que el bautismo no quita “las inmundicias de la carne” (1 Pedro
3.21), que “la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1.7) y
que fuimos rescatados de nuestra vana manera de vivir, no por cosas
“corruptibles”, sino “con la sangre preciosa de Cristo” (1 Pedro 1.18–19). El
agua del bautismo sólo representa la limpieza que efectúa la sangre de Jesús.
Algunos atribuyen erróneamente esa limpieza al agua misma. En el caso del
leproso (Marcos 1.40–44), a quien Cristo ya había limpiado, vemos que Cristo
lo mandó a que se presentara al sacerdote y ofreciera los sacrificios para su
purificación que según la ley debía ofrecer. El bautismo con agua, al igual
que la ofrenda mencionada, representa una purificación que ya fue hecha.
4. Es un acto de obediencia
Cuando Jesús vino al Río Jordán para que Juan lo bautizara, Juan se negó
diciendo: “Yo necesito ser bautizado por ti”. Pero Cristo le dijo: “Deja ahora,
porque así conviene que cumplamos toda justicia” (Mateo 3.13–15). Entonces
Juan lo bautizó. Aquello era un acto de obediencia y no de limpieza.
1. La fe
“¿Qué impide que yo sea bautizado?” preguntó el eunuco etíope. “Si crees de
todo corazón, bien puedes” respondió Felipe (Hechos 8.36–37). “¿Qué debo
hacer para ser salvo?” preguntó el carcelero. “Cree en el Señor Jesucristo,” se
le contestó (Hechos 16.30–31). Al manifestar tal fe, ellos fueron bautizados.
Cristo dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo”. Es necesario que la
persona entienda bien su necesidad de ser salva y que reciba la salvación por
fe antes de recibir el bautismo.
2. El arrepentimiento
El modo de bautizar
La Biblia en ninguna parte especifica la forma exacta de bautizar; si se debe
derramar o rociar el agua en la persona o si se debe sumergir a la persona en
el agua. Esto nos ayudará a no ser demasiado dogmáticos en nuestra manera
de pensar en el modo de bautizar. Cabe decir que si alguno se ha entregado a
Dios, y por la gracia de Dios le está sirviendo conforme al entendimiento que
tenga, Dios no le cerrará las puertas del cielo sólo porque hubo un error en la
manera en que fue bautizado. Cuando alguna persona que ya fue bautizada
sobre su confesión de fe quiere entrar en la iglesia es mejor averiguar si tiene
una buena conciencia hacia Dios que indagar el modo en que fue bautizada.
Sin embargo, no debemos descuidar lo que la Biblia enseña acerca del
bautismo.
El derramamiento
1. “Derramamiento” es un sinónimo bíblico para “bautismo”
Esto no es una prueba concluyente, pero resulta dudoso que en cada casa
hubieran tenido un lugar para sumergir en el agua a los que habrían de
bautizarse. El único caso después del día de Pentecostés donde está claro que
se administró un bautismo en el agua es cuando Felipe y el eunuco
“descendieron ambos al agua” (Hechos 8.38). Pero ni en este ejemplo se
relata el modo que usaron para bautizar.