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Por un servicio de orientación profesional puesto también al servicio de

los desfavorecidos
Jacobo Cano de Escoriaza, Orientador y Terapeuta Familiar. Departamento de Ciencias de la
Educación de la Universidad de Zaragoza (13/10/2004)
En una sociedad en continuos y vertiginosos cambios de diferentes tipos: sociales, económicos, religiosos
y culturales, la orientación profesional debe ejercer un rol significativo, sobre todo, aportando criterios y
pautas referentes de actuación ante la gran cantidad de información que circula por las distintas redes de
comunicación.

Dicha cantidad de información, lejos de obtener de ella resultados positivos en forma exponencial, lo que
está suponiendo es la necesidad de formar a los jóvenes y futuros ciudadanos para cribar y seleccionar los
contenidos y las fuentes de información.

Hoy más que nunca la orientación profesional debe estar al servicio de los desfavorecidos, de aquellos
colectivos que todavía son analfabetos tecnológicos y que tienen dificultades de integrarse socialmente.

Es por ello que una Asesoría de orientación de estudios de unAyuntamiento debe estar abierta a colaborar
y estrechar relaciones y vínculos con diversas instituciones de la ciudad. Se precisa el contacto directo
con los Centros Sociolaborales, con las iniciativas que los diversos sindicatos y colectivos de empresarios
ponen en marcha para desarrollar actuaciones encaminadas a orientar a aquellos jóvenes que tienen una
formación escasa y que en el futuro, presumiblemente, tendrán menos oportunidades de encontrar un
puesto digno de trabajo, en el que desarrollar sus potencialidades.

Sería interesante potenciar en una ciudad como Zaragoza una Unidad Técnica de Orientación, tal y como
se ha recogido desde la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía. Dicha Unidad, además de ser
canalizador de iniciativas para orientar a los jóvenes, tendría que desarrollar estrategias de integración de
los inmigrantes y de aquellos jóvenes cuyas familias carecen de los suficientes recursos culturales y
económicos.

Resulta positivo desarrollar experiencias en las que se dignifique la figura del tutor, especialmente
dedicado a aquellos alumnos que llegan al Sistema Educativo Aragonés en este caso y que presentan
serios desfases curriculares y una clara falta de integración en el medio escolar.

La prevención debería ser el eje vertebrador de la política educativa que guiara la orientación. Sin
embargo, encontramos cómo en demasiadas ocasiones, el enfoque remedial o cuasi terapéutico es el que
impera en las intervenciones diseñadas a tal efecto.

Por último, queremos señalar cómo las nuevas tecnologías, la formación a distancia, las diversas
herramientas tecnológicas puestas al servicio de la educación, de los jóvenes y de las familias pueden ser
un punto de referencia a potenciar desde las diversas Administraciones Educativas.

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