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COLECCIÓN

Liliana Weinberg
LITERATURA y ENSAYO EN AM.ÉRICA LATINA

Y EL CARIBE

Situación del ensayo

"1

CENTRO COORDINADOR Y DIFUSOR UNNERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


DE ESTUDIOS LATINOAMERICANOS México, 2006
188 Liltana Weinberg El ensayo en una nuez 189

marbete de ensayisticos' .34 Casas plantea así en pocas pala- Tras revisar algunos de los posibles y más representativos
bras muchas cuestiones medulares: referirse al "archígénero modos de aproximamos al ensayo, haré una propuesta de
ensayístico" implica tomar una posición en los amplios de- caracterización del mismo que nos permita empezar a avan-
bates en torno al que otros críticos consideran género, forma zar en ese vasto mundo.
discursiva, tipo de texto, etc. Hay quienes lo consideran
"literatura en potencia", género paradójico y aun antigénero."
PARA UNA PROPUESTA DE CARACTERIZACIÓN DEL ENSAYO
Pero el trabajo de Casas nos presenta además una toma de
posición crítica a favor del concepto de Genette, y con ello
La propia definición del ensayo implica, como ya se dijo,
se propone, en lugar de reducir la iscusión a cuestiones
formales, tomar en consideración elementos empíricos e his- una t 1. a de posición respecto de la teoría literaria. Con el
término 'ensayo' se designa una clase de texto Cya la vez la
tóricos, ligados a la perspectiva pragmática.
De este modo, con excepción de la línea abierta por las forma discursiva y la modalidad reflexiva que le dan origen)
primeras y geniales indagaciones de Lukács, Benjamín y en prosa no ficcional y de carácter predominantemente
Adorno --que se enlazan a su vez con las reflexiones de lnterpretativo.f El término se refiere entonces, según la pers-
matriz romántica y hegeliana en torno del problema de la pectiva crítica escogida, a una manifestación en prosa, un
prosa-, buena parte de la crítica del ensayo se ha dedicado género, una familia textual, una forma enunciativa, una prác-
a marcar pares de opuestos ideales entre los que se debati- tica discursiva, una retórica, una poética, una posible volun-
ría el género. En todos los casos se ofrecen lecturas muy tad de estilo, pero también una operación intelectual, un
productivas. Pero, ¿qué es el ensayo? ¿Escritura pura o pro- modo de predicar sobre el mundo, una táctica escritural, una
puesta argumentativa? ¿Mostración o demostración? Juego o dinámica del pensar, una forma de argumentación, un modo
intención? ¿Literatura en acto o literatura en potencia, para de intervención simbólica en el debate de ideas.
tomar la definición de Claire de Obaldia? Por mi parte pro- Por otra parte, las expectativas de lectura hacen del ensa-
pongo una lectura que concilie estas posturas a través del yo una forma en prosa no ficcional, que se configura a partir
énfasis que debe necesariamente ponerse sobre la idea de de una perspectiva personal sobre el mundo y que se dedi-
interpretación, y al momento de la intellectio y la inuentio,
previo al desenvolvimiento de la argumentación misma. 36 Tomo los términos 'texto' y 'discurso' en la acepción que les atribuye la
semiosis social: "Un texto es una cadena de mensajes adscrita a una unidad semió-
ti~. Los texto~ frecuentemente contienen mensajes de más de un productor, en
.:14 rturo Casas, "Breve propedéutica para a análise do ensaio", en Rosario mas de un código. Estos mensajes incluyen típicamente tanto contenidos rnimétícos
Álvarez y Dolores Vilavedra (eds.), Cinguidos por unba arela común. Homenaxe como series de metasignos que proyectan juntos una versión de la realidad y una
j Profesor Xesús Alonso Montero, Santiago de Compostela, Universidade de San- versión de las condiciones semióticas del texto. En el plano semiótico, un impor-
tiago de Compostela, 1999, 1. II, pp. 315-327 (edición original, en lengua galle- tante sitio de análisis es el del discurso. Un discurso se refiere al proceso de
ga) y dado a conocer también por internet, "Breve propedéutica para el análisis semiosis más que al producto (p. ej. texto). Sólo se lo descubre a través de los
del ensayo", en http://ensayo.rom.uga.edu/criticalensayolcasas.htm, consultado el textos y es inseparable de ellos. En cuanto que un discurso es el significado
20 de noviembre de 2004. La cita corresponde a esta última modalidad. .I mayor de cualquier texto, el análisis semiótico del texto debe diferir del análisis
35 Claire de Obaldia, Tbe Bssayistic Spirit, Literature, Modern Criticism, and tbe del discurso." Véase Hodge and Kress, Social semíottcs, pp. 263-264. La traduc-
Essay, ed. cit. ción es mía.
El ensayoen una nuez 191
190 Liliana Weinberg .,..L- ( .•.. ,t 6 ("1
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acuerdo a sus propias búsquedas: prosa no ficcional; prosa


ea a abordar con libertad interpretativa, crítica y creativamente .
de ideas; poética del pensar; punto de vista personal; dis-
a la vez, los más diversos temas a la luz de una preocupa-
curso de origen situacional que supera a la vez dicho origen
ción de base sobre significados y valores. De este modo, a
al inscribirlo en un horizonte más amplio de sentido; trata-
partir de su recorte mismo y de su forma de abordaje subje-
miento de casi cualquier tema o asunto desde la perspectiva
tivo e intersubjetivo, los temas se interpretan y se participan
del autor; carácter dialógico, escéptico, portador de libertad
al lector en cuanto problemas.
expositiva; opinión fundamentada sobre algún asunto; ca-
El ensayo es una forma en prosa en la cual se despliega,
rácter no acabado ni concluyente; tono polémico; desplie-
a partir de una perspectiva autorial fundada en la propia'
gue de un juicio, en una apertura contemplada por el modo
experiencia y las propias indagaciones, un juicio sobre algu-
mismo de "discurrir"; apertura; provisionalidad; carácter
na cuestión del mundo. Una caracterización del ensayo debe
interpretativo.
atender a lo que implica su vínculo con la prosa del mundo
Los distintos autores han logrado hacer explícitos muchos
(Glaudes) y con la prosa de ideas (Angenot), a su carácter
de los rasgos del ensayo que están implícitos a la hora de la
predominantemente no ficcional (Glaudes), a su vínculo con
lectura: tratamiento de todos los temas a partir de un yo
la forma básica del juicio (Lukács), a su remisión a lo situacional
meditativo y central; fusión de lo privado y personal con lo
(Glaudes) a la vez que su posibilidad de inscripción activa
intelectual y conceptual; situacionalidad; énfasis en la expe-
en distintas esferas (De Obaldia), a su conformación como
r~encia; actitud comentativa del yo en el mundo; dialogismo,
discurso reflexivo (Paquette), como forma escritural de gran
libertad y flexibilidad para organizar los contenidos
libertad compositiva (Bensmaia), o bien como un tipo de
semánticos.
textos que corresponde a una superestructura fundamental-
En suma: en su mínima expresión, el ensayo puede ser
mente argumentativa (Arenas Cruz) dedicado a la interpreta-
pensado como toma de posición y desarrollo discursivo de
ción de objetos culturales y valores-signo, a esa doble pers-
una interpretación, que permite el despliegue de un juicio
pectiva que envía al mundo a la vez que a su mirador (Routh,
sobre alguna cuestión del mundo, que traduce una visión
Terrasse), ya su quehacer básico, que consiste en hacer una
personal y fundamentada en la propia experiencia y las
interpretación de toda interpretación y su capacidad de tra- ,
propias indagaciones sobre alguna cuestión: una "retórica
tar todo tema como problema (Weinberg). El ensayo apela a,4 .
del yo" que es a la vez un reexamen del mundo a partir de
conceptos y símbolos preformados culturalmente (Adorno) "
los valores, y de allí su consideración de todo tema como
que almacenan significados sociales y no son, por tanto,
problema y la conversión de todo problema en tema.
neutrales, y los reinterpreta desde su propio mirador, para
Al enfatizar el vínculo entre ensayo y prosa se están di-
ofrecer una ejemplificacion (Goodrnan), tretomar leyes de
ciendo a la vez varias cosas. En primer lugar, la peculiaridad
formación (WilIiams) o ttpificacion (Lukács, WilIiams).d~ una:'
forma de entender el mundo propia de una co~u~idad es- .",.J .••..• ".; , de una forma del decir que muchos oponen al modo poético
e incluso contrastan con el dramático. El ensayo se liga ade-
pecífica, al instituido instituyente, a la ley det;ás de la ley
más a aquello que otros autores denominan "prosa de ideas",
subyacente a una sociedad (Castoriadis). .
a la poética del pensar, a los géneros argumentativos a los
Proponemos al lector un primer listado de rasgos mínimos
modos interpretativos y se dedica a ofrecer la visión perso-
del ensayo, que él mismo podrá completar y discutir de '~;:s:~:~fI·.
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nal de un autor, con amplia libertad escritural, sobre deter- que en su recorte mismo se convierten en problemas. En su
minado asunto o estado del mundo. carácter de interpretación de interpretaciones y representa-
Por otra parte, su carácter es interpretativo, y reúne las ción de representaciones, el ensayo reaviva siempre el tema
dos formas básicas del decir: explicación y narración, aun- de la representatividad de quien se hace cargo del discurso
que la estructura argumentativa priva sobre la narrativa. Mu- y de la legitimidad del mismo. Vinculado con otras manifes-
chos autores -entre ellos Angenot y, en nuestro medio, taciones históricas de la prosa de ideas y de la creación
Evodio Escalante- han mostrado que la modalidad de razo- literaria, el ensayo ha sido clave para la configuración de un
namiento que sigue el ensayo es de tipo entímernático." campo intelectual y artístico, para la consolidación de un
Angenot propone además estudiar el ensayo como parte de espectro de discusiones recurrentes en distintas etapas de la
un gran universo de textos en prosa y lo coloca en un cua- vida intelectual y literaria, así como para el trazado de una
dro tipológico de enorme interés articulado con otras formas relación simbólica y artísticamente mediada entre el hombre
polémicas y de tesis. de letras y diversos sectores de la vida socíal y formaciones
En suma, los textos ensayísticos se configuran a partir de culturales específicas.
un punto de vista personal que da cuenta de la inscripción El inexcusable vínculo que ofrece el ensayo entre el ám-
de la situación enunciativa específica del autor que toma la bito de lo literario y de lo extra literario -ése que Reyes
palabra en un campo simbólico de intervención cultural y denominó su carácter de "centauro de los géneros"- hace
en un horizonte más amplio de sentido. La existencia de una del mismo un caso extremamente complejo en la familia de
perspectiva ostensiblemente personalizada sobre el mundo, las letras dada su vinculación con la crítica de la cultura. En
los significados y los valores, permite al ensayista abordar efecto, mientras que para el caso de otras formas literarias
interpretativa, crítica y creativamente una serie de temas -lírica o ficción, por ejemplo- se postuló por muchos
años la posibilidad de un abordaje estrictamente formal, y
mientras que para el caso de otras formas en prosa no
37 Véase Marc Angenot, La parole pampbtétarie, ed. cit. y Evodio Escalante, ficcional -panfleto o monografía científica, por ejemplo-
"La metáfora como aproximación a la verdad. Ensayo acerca del ensayo", en se planteó la posibilidad de un acercamiento meramente
Adrián S. Gimate We!sh, cornp., Escritos. Semiótica de la cultura, México, Joaquín
contenidista, no sucede lo mismo para el caso del ensayo.
Mortiz, 1998, pp. 289-309. Marc Angenot revisa pormenorizadamente estas mo-
dalidades del pensamiento entimemático, esto es, aquel que si bien no sigue los Una de las más inteligentes propuestas de vinculación entre
cánones estrictos de razonamiento y demostración por inducción y deducción-<le el "adentro" y el "afuera" del ensayo es, como ya se dijo, la
modo tal que, por ejemplo, en ellos la conclusión rebasa las prernísas=-, sigue de Marc Angenot.
ciertas formas de! pensar tales como la inducción amplificante, el apoyo en ejem-
El ensayista, como he dicho inspirada en Collingwood,
plos, apólogos, digresiones narrativas (que pueden ser a su vez revalidantes o
invalidantes), el recurso a la analogía (tratar un sistema relacional que sea perci- clava un compás en el vacío, anticipa una posible ruta
bido como isomorfo de otro situado en otro campo), cuya eficacia se da muchas interpretativa que luego desplegará. En efecto, para enten-
veces en función de determinaciones o e! razonamiento por ficción (que no se der e énsaya es necesario moverse hacia la frontera que
apoya en pruebas reales sino en hechos potenciales), y tiene en todos los casos
corresponde al recorte ínterpretativo mismo, al momento en
un gran apoyo en la capacidad del lector para jugar con universos paralelos,
familiarización, distanciamiento, argumento por testimonio ficticio o imaginario, que el ensayista escoge un punto de arranque y anticipa
etcétera. tanto el tema a tratar como el tratamiento que le dará. Pero
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el ensayista no parte nunca de la nada ni está nunca solo: su con esas instituciones de poder y de saber, o cuando menos
toma de posición sólo puede entenderse a la luz del discur- para tomar distancia crítica respecto de ellas. Y precisamen-
so social y la visión de mundo de su época, y es ya un te una de las convenciones fundamentales de la institución
diálogo implícito con ellos. En muchos casos, el propio títu- en la que se inscribe el ensayo es la convención autorial.
lo del ensayo anuncia esta operación, en la medida que Hay en el ensayo un delicado equilibrio, siempre a punto
contiene ya el juicio al que se ha llegado y se ha pretendido de romperse, entre presentación y representación: se trata
llegar: "Nuestra América es un ensayo", "Las ideas fuera de de descubrir si el ensayo conduce a algo exterior postulado
lugar", "América Latina, la modernización incompleta". "Poesía como 'previo a él, o bien si presenta, descubre, crea, imagi-
de soledad y poesía de comunión", etc. De e t .'0 0, si ~- na, recrea. Otro tanto podríamos decir de la relación entre
como bien ha mostrado Ricardo Piglia para el caso del cuen- mostrar y demostrar, entre señalar, apuntar, y argumentar a
to en éste la clave radica en el final, en el caso del ensayo partir de lo señalado. Si en el ensayo predomina un orden
el' propio título y las primeras líneas son fundamentales. El que directa o indirectamente refiere a un tipo de discurso
título anticipa el juicio a cuya formulación se llega así como argumentativo y demostrativo, no por ello olvidaremos que
el proceso mismo de juzgar que se llevará a cabo. hay también irrupciones mostrativas, cercanas al orden poé-
Sólo desde una concepción del ensayo como interpreta- tico, que a su vez podrán reafirmar la argumentación.
ción es posible también entender esta aparente paradoja Según Weinrich, existirían dos grandes modalidades de
que plantean varios autores: el ensayo se propone describir "toma" de la realidad: la narrativa y la explicativa; la primera
la realidad tal como es, pero a la vez hacer ostensible el nos conforta al colocar en sucesión los acontecimientos; la
propio punto de vista sobre ella. En efecto, en un complejo segunda nos pone siempre en tensión en cuanto reaviva los
juego de transparencia y opacidad, el ensayo remite al "con- conflictos de nuestra relación con el mundo." Si bien nues-
texto" a la vez que al "texto", un afuera y adentro que sólo tra más natural inclinación es la de adscribir el ensayo a la
se puede salvar desde esta perspectiva por la cual sujeto y segunda modalidad, no puede omitirse la fuerte presencia
objeto no se encuentran desvinculados. Para decirlo de un de la "toma" narrativa en el ensayo contemporáneo -y en
modo paradójico, el "contenido" está también fuera y el el ensayo en general. Se trataría de una modalidad narrativa
"contexto" está también dentro del texto, ligado a su confi- histórica o biográfica. Según otros lingüistas, es posible esta-
guración. Considero que esto sólo es entendible si tomamos' blecer dos grandes modalidades, la del nombrar o señalar y
en cuenta que el ensayo se inscribe siempre en un mundo la del predicar. De allí la frecuente vacilación cuando se
hecho valor, hecho sentido, en un mundo lingüísticamente caracteriza al ensayo como poesía de ideas, tensión entre
iluminado, para decido en los términos de Cornelius imagen y concepto, puesto que en él "mostración" y "de-
Castoriadis. El ensayo es una posible forma de resolución de mostración" forman un nudo firme.
la compleja relación entre mundo (o mundos) y lenguaje (o En el ensayo se manifiesta además una palabra suficiente
lenguajes), para decirlo con Arturo Andrés Roig. (mat bastant), capaz de reunir varios temas y poner en rela-
El ensayista escribe dentro de una institución, la institu-
ción literaria, que está a su vez inscrita en el orden institucional 38 Harald Weinrich, Tempus (964), citado en Paul Ricoeur, Tiempo y narra-
de la sociedad, aunque lo haga muchas veces para romper ción, México, Siglo XXI, 1995, t. 1, pp. 482ss.
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cion varias series heterogéneas, y esto se traduce en una yo, el acto de entender el mundo o un estado del mundo, el
relación predominantemente mostratioa, apoyada además en juego entre la referencia y la representación, resulta tam-
la coordinación, en la apertura de sentidos, en lugar de una bién clave para la configuración del texto. Y en este acto de
relación por subordinación, causal, demostrativa o cerrada. representación se nos aparecen en tiempo presente, de
Los escritores se enfrentan, tarde o temprano, a la tentación manera activa, tanto la voz del enunciador como el acto de
del nombrar puro, del decir transparente, que permita supe- enunciar, tanto la referencia al mundo como la representa-
rar las mediaciones del narrar o del explicar. ción del mundo, tanto la intelección propia del autor del
A este respecto, y a pesar de que el modo predominante texto como la de aquel a quien va destinado, que es no sólo
del ensayo sea el explicativo, no podemos dejar de conside- lector pasivo, sino un interlocutor activo, un destinatario de
rar que se pueden establecer ricos puntos de contacto entre la interpretación que dialoga en la mayor intimidad de com-
el mundo del ensayo y el mundo del relato -así como entre prensión con el autor.
los modos de la prosa y la poesía-, tomando en cuenta Coincido ampliamente con la caracterización del ensayo
además que en su propio origen, como lo veremos, el ensa- como "discurso situado": la búsqueda de la verdad está siem-
yo es deudor no sólo del diálogo y la glosa sino también de pre puesta en relación con una existencia particular y una
formas discursivas abigarradas y permeables (historias trági- experiencia vivida en el tiempo." El ensayo no se agota en
cas y jocosas, cuentos y discursos, diálogos, a mitad de ca- su situación de origen, aunque sí es en él fundamental el
mino entre la forma narrativa y la expositiva). momento de la enunciación, pero a la vez se despliega a
Es fundamental, además, reconocer el carácter mediador partir de ella como forma enunciativa ligada a una experien-
del ensayo en por lo menos dos sentidos: Por una parte, cia peculiar y en muchos aspectos incluso sensorial, para así
como lo mostraron Glaudes y Angenot, su capacidad de alcanzar , a través de una serie de articulaciones, una pro-
mediar entre discursos, en muchos casos actuando como puesta interpretativa de más amplios alcances."
embrague entre los géneros de la prosa y como vinculador Otro tema interesante para rastrear en el ensayo, y parti-
de temas o "vectores" de sentido que atraviesan el discurso cularmente en el ensayo latinoamericano, es su modo de
de una sociedad. interpretación, llevada a cabo desde el mundo de los valo-
Por otra parte, cabe recordar ese acto de mediación fun- res y desde el propio lenguaje, vuelto a la vez herramienta
damental dado por el despliegue de una interpretación lle- y arma del conocimiento, opacidad y transparencia. Como
vada a cabo por un narrador-intérprete: es a partir del acto dice Adorno, el ensayista no parte de la premisa de que el
mismo de ensayar que se desencadena el ensayo. Luz Auro- orden del conocimiento refleja el orden de las cosas, sino
ra Pimentel se refiere a la significación narrativa como una que pone en duda esta organización institucional del conoci-
experiencia significante. Otro tanto podemos decir respecto miento y toda pretensión de referirse a una realidad prime-
de poesía y ensayo, y su realización como una forma parti-
cular de comprensión y explicación del mundo, que tiene
con aquélla afinidades y diferencias.
39 el Pierre Glaudes, coord., "Introducción" a L'essai. Métamorpboses d'un
gen re, p. VI.
Por fin, el ensayo permite la mediación entre los planos 40 Denis Bertrand, "Poética de la palabra en Miguel de Montaigne", en Presu-

semiótica y extrasemiótico. En efecto, en el caso del ensa- puestos sensibles de la enunciación, Puebla (México), BUAP, 2002, pp. 53-76.
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ra. El ensayo dramatiza también la relación entre estructura experiencia-sentido (que tomo de la oposición situación-
y actualización, muy particularmente, claro, a través de la sentido marcada por Ricoeur, pero en el que enfatizo el
necesidad de instrumentar el lenguaje, hecho ala vez objeto carácter vital y político previo a la propia situación); subjeti-
y herramienta de indagación, y en cuanto lenguaje crítico, vidad-sujetividad, esto es, inscripción del yo situacional e
"historia, lengua y libertad", para emplear palabras de Barthes, individual en el nosotros y en un "se" o materia pensante Y
quien enfatiza que esto incluye no sólo la relación entre la He insistido también en la necesidad de respetar la tensión
obra, el mundo y su época sino también la reacción o res- dialéctica entre esos varios pares de opuestos sin cuya com-
puesta del lector que trae a la obra su propia historia, su prensión es imposible estudiar el ensayo: experiencia-senti-
lengua y su libertad." do; subjetividad-sujetividad, monólogo-diálogo, oralidad-es-
Fundamental es también para leer el ensayo establecer critura, etc. Quiero añadir que esos pares se pueden con-
una relación entre tradición y creación: una tradición hecha templar para el estudio del ensayo mismo pero también
de lecturas pero también capaz de retomar una más o me- para el abordaje del paso de la filiación a la afiliación del
nos explícita simbólica social. propio ensayista, y también en cuanto a todo acto de habla
Además, el modo demostrativo y el mostrativo dan lugar a entendido como acto social de sentido en su inscripción
dos formas de relación del autor del texto con el lector: se institucional. Nociones como umbral, frontera, margen, mes-
trata de convencer y seducir, de reafirmar la complejidad tizaje, sincretismo, hibridación, antítesis, paradoja, asaltan
estructural que el discurso ensayístico traduce y de propo- permanentemente a los estudiosos del ensayo a la hora de
ner su superación a través de la postulación de una comuni- procurar caracterizado.
dad de sentido.
Por fin, recupero aquí otra intuición genial de Adorno: el
ensayo no sólo representa con voluntad estéticaunáforrna
del mundo exterior, sino también el proceso intelectual que
lleva a cabo su autor: se trata de la objetioizacion de una
experiencia intelectual.
En mi libro El ensayo, entre elparaíso y el infierno propu-
se una nueva serie de oposiciones dialécticas, diversas de
las que suelen plantear autores como Obaldia, y que sólo es
posible solucionar, no en una atmósfera atemporal y neutral,
sino precisamente a partir de la dinámica propia del devenir
temporal, de los actos de habla entendidos como actos so-
ciales y de la puesta en un mundo de valores: tales el par

42 Tal es, como lo mostró Said, el proceso de paso entre filiación y afiliación
41 Douwe W. Fokkema y Elrud Ibsch, "El estrucruralísmo en Francia: crítica, que establece el intelectual. Y tal es, además, como se ha demostrado reciente-
narratología y análisis de textos", en Teorías de literatura del siglo XX (1978), mente, el "pienso, luego existo" de Descartes, que no se refiere a ese je o sujeto
Madrid, Cátedra, 1984, p. 77. particular que piensa sino al ilde la materia pensante de la que el yo forma parte.

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