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¿Es posible conocer la verdad?

No obstante, para que el actuar humano sea libre es necesario no solo conocer
sensiblemente las opciones, que en muchos casos no tienen una realidad material que
pueda ser conocida por los sentidos; en cambio, una decisión realmente libre nos
permite comprender la realidad, es decir, la intervención de la inteligencia es decisiva
al momento de comprender las opciones y tomar decisiones, o, dicho de otro modo, es
decisiva, al momento de conocer la realidad y convertirla en su mundo.
En ese sentido, resulta de especial importancia la capacidad del ser humano de
conocer las cosas como son, de conocer su mundo, de conocer la verdad, porque solo
conociéndola se es capaz de ser libre y perfeccionarse.
Para ello, buscaremos saber qué es conocer y qué es la verdad, dado que la primera
nos lleva a la segunda, y si bien la segunda podría tener una realidad independiente de
nuestra propia existencia, es mediante el conocimiento que somos capaces de
alcanzarla y de esta manera lograr poseerla.
Pero, en ese camino analizaremos los elementos que intervienen en el conocimiento,
las clases de conocimiento existentes, las posturas filosóficas sobre el conocimiento,
las posturas ante la verdad; y poder concluir si realmente la verdad es alcanzable o si
debemos, como dije anteriormente, aceptar la crueldad de jamás tener un mundo
propio, y que para no caer en la inacción de la muerte debamos reemplazar la verdad
solo para seguir viviendo, si es que se le puede llamar vida a existir en un mundo
reconociendo que no somos capaces de buscar la propia perfección.
La persona humana es el sujeto cognoscente, esto quiere decir que es quien establece
una relación con la realidad, en otras palabras, es la persona humana la que conoce, y
cuya intención es apropiarse mental o intelectualmente de un objeto que antes no
conocía. Y es por uno de los extremos de la relación del conocimiento humano, el
sujeto, que podemos afirmar que el conocimiento humano es subjetivo. Pero esta
subjetividad no afirma un escepticismo respecto a la posibilidad de conocer la verdad,
sino solo la naturaleza subjetiva del conocimiento.
Inmanente
Intencional
si el ser humano quiere profundizar en la verdad o en la realidad, deberá ampliar su
mundo, es decir, deberá dirigirse a poseer comprensivamente más de la realidad
En el conocimiento humano se posee inmaterialmente lo que hace que algo sea lo que
es y no otra cosa diferente, siendo que de esta manera el sujeto cognoscente se
apodera del objeto conocido, es decir, convierte parte de la realidad en su mundo, lo
incorpora a su acción, dado que mediante esta posesión nos permite orientar, decidir y
actuar en la búsqueda de nuestro desarrollo teleológico que nos llevará a la
perfección.
Ese “ser” de la verdad se pone de manifiesto cuando se comprende que lo que pasa
por el plano mental, es decir, del pensamiento, se corresponde con lo que sucede en el
plano ontológico, de la realidad, ya que si no hay una correspondencia no se podría
decir que estamos en la posesión de la verdad. Asimismo, debe aclararse que el plano
preferencial es el ontológico, debido a que el ser humano no puede variar al ente a
partir de lo que conciba mentalmente, dicho de otro modo, el ser humano descubre lo
que las cosas son, no las determina mentalmente, la verdad se encuentra a partir de la
realidad comprendida y apropiada del mundo, no se forma el mundo desnaturalizando
mentalmente la realidad
El problema de la verdad del conocimiento se puede ver desde tres niveles:
el primer nivel es el de la verdad lógica, la cual tiene que ver con los razonamientos
válidos que realiza el ser humano pudiendo acercarse comprensivamente a lo real para
apropiárselo y así ampliar el mundo poseído por la persona.
Un segundo nivel es el de la verdad epistemológica, que es la que hemos venido
hablando, la cual se descubre por la relación del intelecto del sujeto a la realidad. En la
verdad lógica tenemos razonamientos validos que nos llevan a una conclusión, en la
epistemológica tenemos la real vinculación del plano mental y del plano ontológico, los
cuales son dependientes entre sí, siendo que el plano ontológico tiene prioridad.
Esta verdad ontológica es la adecuación que tienen las cosas con el entendimiento.
Esto es que todo ser es verdadero ontológicamente, porque todo ser es lo que es, es
decir no depende de los otros seres, a excepción de Dios que los crea.
das las cosas son verdaderas en dos sentidos, en cuanto creadas como tal, pero en un
sentido humano en cuanto la capacidad de ser conocidas tal como son, y ese ser de las
cosas no es determinable por el ser humano, por lo que el alcance de la verdad, y por
medio de ella la perfección humana requiere un despojo de la soberbia subjetiva
intelectual que nos lleva a no respetar la naturaleza de lo real, y por lo tanto tener un
acercamiento humilde ante la verdad que debe ser descubierta y que se plantea como
un misterio en la realidad, un misterio que al ir siendo comprendido forma parte del
mundo ser humano que lo ha logrado conocer.
una falsedad lógica o error, el cual consiste en la no adecuación de nuestros juicios
con el comportamiento de lo real. Las causas del error pueden ser psicológicas, lógicas
y morales
Duda (negativa y positiva)
la opinión, que se distingue de la duda en que la mente no se ha quedado derivando
entre las opciones presentadas, sino que ha decidido afirmarse en una de ellas,
aunque sin las razones objetivas suficientes
fe o creencia
La certeza es el estado de la mente en que existe una seguridad de la posesión de la
verdad, siendo que este asentimiento se funda en la evidencia, quedándonos sin el
temor de estar errando en la captación del objeto conocido.
Oposiciones
Agnoticismo
escepticismo
Relativismo
Racionalismo
empirismo
Criticismo

Determinismo y libertad en Karl Popper

La distinción entre verdad y certeza es crucial, porque la confusión de ambos términos está de
algún modo tras la mayoría de tentaciones idealistas del pensamiento moderno. El
epistemólogo no puede renunciar a la certeza, porque es la piedra de toque de todo empeño
científico, pero el refutacionismo popperiano sostiene que sólo cabe tener certeza del error: la
verdad es siempre incierta, está siempre sometida a conjeturas; lo cual no la menoscaba en lo
más mínimo, puesto que no la afectan en sí misma, sino sólo al sujeto que trata
aristotélicamente de adecuar a ella su pensamiento. Dicho de otro modo: la verdad no es ni
cierta ni incierta, simplemente es. Lo que siempre es incierto es su posesión y lo que puede
llegar a ser cierto es la conciencia de estar lejos de ella. La verdad aparece entonces como
condición de posibilidad objetiva -y por tanto ontológica- de los procesos epistémicos que la
persiguen. En resumidas cuentas, sigue teniendo sentido buscar la verdad; lo que no lo tiene
es la esperanza de convertir su posesión en una certeza apodíctica.

"Teniendo en cuenta esta metáfora, podríamos decir que el determinismo "científico" es


consecuencia del intento de sustituir la vaga idea de conocimiento anticipado del futuro por la
idea más precisa de predictibilidad de acuerdo con los procedimientos científicos racionales de
predicción. Es decir, el determinismo afirma que el futuro puede deducirse racionalmente a
partir de las condiciones iniciales pasadas o presentes en unión de teorías universales
verdaderas." (UA, p. 55).

Muchos deterministas piensan que tan elementales constataciones constituyen indicios de que
todas las cosas están entrelazadas por vínculos que trascienden el tiempo y el espacio y que es
lícito, incluso natural, extrapolar y universalizar tales lazos hasta abrazar con ellos
absolutamente toda la realidad.

En este sentido, el sentido común favorece según Popper al indeterminismo (UA, p. 51), ya
que el determinismo no es la simple afirmación de relaciones causales tendidas a lo largo del
tiempo: añade a la idea de causalidad una exigencia de precisión ilimitada, que una vez
enunciada resulta harto problemático mantener.

Son ejemplos sobresalientes que sirvieron para confirmar en su fe a los adeptos del
determinismo.

"Una teoría física es determinista prima facie sí, y sólo si, nos permite deducir, a partir de una
descripción matemáticamente exacta del estado inicial de un sistema físico cerrado que se
describe en términos de la teoría, la descripción, con cualquiera que sea el grado finito de
precisión estipulado, del estado del sistema en cualquier instante dado del futuro."

a parte participan de las virtudes y por otra adolecen de las limitaciones del lenguaje. Además,
han sido concebidas para retener sólo una parte de la información disponible, para ofrecer una
representación simplificada de la realidad, para proporcionar resultados prácticos y por tanto
sólo aproximados. Por eso, si una teoría se presenta como determinista, podemos estar
seguros de que es falsa exactamente en la misma medida que lo pretenda. En el mejor de los
casos, ha de asumir los límites inherentes al uso de todos nuestros conceptos. En definitiva se
trata una obra humana, demasiado humana, y lo que ante todo refleja son nuestros propios
déficits:

Llegamos así al segundo argumento antideterminista de Popper, que tiene que ver con la
irreversibilidad del tiempo.

i hemos renunciado a las certezas apodícticas, como Popper tiene a gala haberlo hecho, puede
que baste con eso para admitir que la flecha del tiempo no tiene que ver con la información
del sujeto cognoscente, sino con la forma misma del objeto conocido. Y admitido eso,
tendríamos con la irreversibilidad del tiempo "en sí" un bello argumento para combatir el
determinismo.

La tercera impugnación popperiana tiene que ver con la recursividad de la conciencia.

La paradoja es simple: si puedo conocer lo que voy a hacer mañana, estoy en condiciones de
hacer lo contrario y desmentir mis propios pronósticos. La conciencia refleja interfiere
irreversiblemente cualquier proceso de conocimiento que se refiera a ella misma y al que
tenga acceso. El determinismo científico simplemente no tiene en cuenta esta limitación
esencial, ni tampoco puede tenerla, dado que no deja nada fuera de sí
Al fin y al cabo, el cerebro humano es un objeto físico en el que se producen procesos
bioquímicos cuya reducción a una explicación determinista no parece en principio requerir
umbrales de determinación infinitesimales.

De la misma manera, el determinista reconocería a Popper que un yo (es decir, su cerebro)


nunca podrá conocer la totalidad de los factores significativos que le determinan a él, pero sí
podría conocer con un margen de error despreciable los que afectan a otros yos (otros
cerebros), siempre que éstos no tengan acceso a dicha información.

Determinismo

El ser humano no es libre, es el resultado de una serie de causas. No es dueño de su


destino, sino que ya esta determinado por una serie de factores: genética, adaptación
al medio, etc
Ligada a otras áreas de aplicación: economía, física, química, etc.
Determinismo: social e individual
Social: económico, tecnológico, geografico, por carácter social, de clase, religioso
Individual: Biológico, conductista, psíquico, linguistico
No es producto de nuestra decisión, sino resultado de una serie de causas.

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