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Monogamia VS No Monogamia. Nilda Chiaraviglio.

Ha sucedido lo que no puede suceder, una “infidelidad”… nuevamente la creencia del amor
exclusivo y su terror la infidelidad… la traición al acuerdo establecido entre los amantes
(generalmente implícito porque así lo prescribe la cultura) de que sólo se amarían ellos dos y
para toda la vida… no sólo se amarían, sino que además el deseo erótico vendría atado al
concepto de amor y sexualidad exclusiva…

Pero resulta que el matrimonio es un contrato social… y el deseo es un efecto inconsciente que
mora en nuestra historia de vida… pertenece a lo incontrolable del ser humano, nos sucede.
Las personas se comprometen y envejecen, el deseo erótico ni se compromete ni envejece,
porque es una idea, una red neuronal que se estructuró en nuestra juventud, allí permanece y
en determinadas circunstancias será activada.

Así es como se comienza a buscar a los culpables de la traición, el traicionado queda


devastado, con un dolor que le atraviesa la vida entera. Lo primero que siente es una mezcla
de desilusión, desencanto, frustración, impotencia, incredulidad… todo lo que creía que era la
vida queda destrozado, la persona que tiene a su lado es un ser desconocido para ella… de un
momento para el otro (cuando se enteró que había una tercera persona con su cónyuge) se ha
quedado sin a nadie a quien querer… soledad profunda e inexplicable, un desasosiego infinito
imposible de llenar con explicaciones o palabras… Lo que sigue es peor, es muy probable que
comiencen las comparaciones, ¿Qué tiene el otro que yo no tenga?… suele haber un ataque
frontal a la propia autoestima, autoconcepto y autoimagen… Pero ahí no terminan los dolores,
todavía puede ser más desbastador, porque se deja de confiar en la propia percepción de la
realidad, ¿Cómo no me di cuenta?… el proceso de recuperación es lento y muchas veces
tortuoso… el que traicionó es el CULPABLE y debe ser castigado…

La lista de culpables continúa, seguramente el que fue traicionado tiene la CULPA de conductas
indecibles, quién sabe todo lo que hizo o no hizo, o hizo de más o hizo de menos, para que la
traicionen, lo cual es aún más cruel, el aislamiento y las presiones sociales se multiplican cual
gran tortura sobre ese ser ya tan lastimado… y la lista no acaba, está la tercera persona, que es
ese monstruo que se metió a destruir una relación y a veces a una familia, que careció de toda
consciencia y responsabilidad humana y social, también es CULPABLE y será castigada, rechaza,
juzgada… ella y su familia, amigos y conocidos, y también desde las familias de los cónyuges.
La CULPA del dolor la tiene 1 y 2 y 3 y muchas más personas. ¿Qué pasa? ¿Cómo es eso
posible? ¿Por qué las miradas no apuntan a los orígenes de tanto dolor? ¿Cómo es que casi
todos los seres humanos de occidente sufren de lo mismo? ¿A qué se debe tantos cadáveres
emocionales? El Pensamiento Monogámico y el Sistema Monogámico en sí mismo, nunca
queda acusado de CULPABLE. Nadie piensa en cuestionar ese sistema de creencias que causa
tanto dolor, impotencia, ira, violencias inhumanas de todo tipo, guerras y devastación de la
naturaleza entre otras cosas.

Si podemos aceptar que nuestra vida refleja lo que tenemos en la mente, entonces la solución
del origen del problema pasa por reflexionar qué nos duele o nos enoja cuando eso sucede,
cómo pensamos, cómo interpretamos eso que está pasando ahí afuera, y de dónde sacamos
esas creencias, a quién se las compramos, cómo le funcionaban a los que las inventaron, qué
querían lograr con el invento de esas ideas…

Si parece tan simple, ¿por qué es tan difícil cuestionar la monogamia? Porque este
pensamiento se asume como el sistema natural de la vida y el amor mismo. Parece que
monogamia (como exclusividad sexual) y amor fueran sinónimos. Y si se cuestiona la
monogamia se puede interpretar que se está cuestionando al amor. Esto es imposible porque
todos sentimos amor, es real, esa alegría de compartirnos con alguien nadie la podría negar,
porque nos sucede, de mil maneras distinta son esos sentimientos los que construyen la vida
afectiva de todas las personas.

Lo que se puede reflexionar es acerca del concepto de amor que utilizamos para expresar lo
que sentimos. Una cosa es lo que sentimos y otra muy distinta es toda la escenografía, el
guion, las luces, el sonido, las expectativas, con las que atrapamos y enjaulamos esas
maravillosas emociones que sentimos. La monogamia y el amor nunca fueron ni serán
sinónimos. El amor es un verbo, una conducta que construye vínculos y redes afectivas, la
monogamia es un estilo, un modelo de pensamiento y de vida que podemos elegir, o no, para
vivir nuestra vida.

Pero es muy difícil ponerse a reflexionar cuando las emociones que nos embargan son tan
fuertes, poderosas, claras, abarcadoras, donde sólo deseamos fundirnos con el otro, hacernos
uno, donde el erotismo es tan fuerte que parece que no se va a acabar nunca… perfecto, hay
que entregarse a vivir esa experiencia con plenitud y entusiasmo… sólo que eso se llama
enamoramiento y nada tiene que ver con el amor… distinguir todas las diferencias entre el
enamoramiento y el amor es central para desmistificar al amor romántico y al pensamiento
mágico…

Los enamoramientos nos muestran nuestra fuerza interna, nuestra energía en marcha, la
pasión mezclada con optimismo, voluntad, decisión, impulso vital, y todo eso sazonado con
alegría, felicidad, fantasías lúdicas, erotismo y éxtasis… por supuesto que hay que vivirlo,
conocer qué somos capaces de vivir todo ese potencial humano es algo que perdurará toda
nuestra vida como parte de nuestra autoestima, autoimagen y autoconcepto e irá definiendo
nuestra Calidad de Vida, es decir, qué es lo que decidimos que queremos y elegimos senti-
pensar y vivir en nuestra existencia como seres humanos.

Tenemos que pretender que el sentido de vida del ser humano es la evolución de él mismo,
todas las especies con vida o evolucionan o desaparecen, entonces nuestra existencia es un
equilibrio dinámico, es decir, estamos en permanentes transformaciones de nosotros mismos.
Por lo tanto, esos descubrimientos de nosotros mismos que nos suceden cuando nos
enamoramos, también constituyen el origen de los límites que pondremos en todas nuestras
relaciones afectivas, nuestros valores, intereses y deseos, que son los tres grandes
motivadores del comportamiento humano.

El enamoramiento se acaba, es como un embarazo, tiene término. Es un proceso químico,


compuesto por neurotrasmisores y hormonas, que corre por nuestro torrente sanguíneo
durante un tiempo, mientras necesitamos conocernos a nosotros mismos en toda esa
expansión del ser, luego los receptores neuronales de la oxitocina se cierran y esas emociones
se desvanecen… nada tiene que ver con el amor.

El amor es un verbo, y como tal es una capacidad que se desarrolla al infinito si la practicamos
diariamente. Es halagador regalar ramos de flores o llevar el desayuno a la cama, pero sólo son
conductas del amor, son actos de amor, el amor es mucho más, es sentirse feliz porque el otro
es feliz, aún sin nosotros. Es decidir cada día poner plumas en las alas del empoderamiento del
otro, aun cuando decida volar sin nosotros.

La decisión de vivir dentro del pensamiento y sistema monogámico es una opción personal
válida, como cualquier otra. Sólo hay que pagar el precio que se requiere. Como con cualquier
otro modelo de vida. Si dejamos de cuestionar al amor cuando las herramientas del
Pensamiento Monogámico atacan a la relación de pareja, si entendemos que los celos, la
violencia y el control pertenecen a ese sistema de creencias y no al amor, entonces se pueden
hacer maravillas humanas dentro de ese sistema de creencias, por ejemplo:
Las relaciones de parejas amorosas-eróticas se pueden transformar en relaciones de
parentesco, especialmente cuando hay hijos, pues la familia queda unida en redes afectivas
hasta la muerte de los padres, y aún después de eso en la memoria de los hijos, aunque la
relación de pareja haya concluido;

La relación de pareja amoroso-erótica puede incluir a las relaciones de amigos y familiares


en el esquema de los míos, los tuyos y los nuestros. También pueden desarrollarse los planes y
proyectos individuales de ambos y también los proyectos en común.

Pueden organizar la economía y las finanzas de manera equitativa tomando decisiones


nutritivas. Así podría ser mi dinero, el tuyo y el nuestro. De la misma manera para las
decisiones de inversiones patrimoniales.

Se pueden hacer acuerdos acerca de cómo manejar la sexualidad entre los cónyuges cuando
aparezca el deseo por otra persona (porque naturalmente nos puede pasar y nos pasa) o
cuando la “pasión” comience a disminuir.

Cuando es necesario intercambiar roles de conducta o de medir las distancias de los


espacios individuales, o de qué manera vamos a comunicarnos y escucharnos sin violencia, etc.
Todo ello se puede tratar y se resuelve con bienestar, armonía y serenidad.

Si sabemos cuál es el precio y lo pagamos, se puede mantener el acuerdo de exclusividad


sexual entre los cónyuges o los amantes, sin necesidad de usar todo el Sistema de Creencias de
la Monogamia. Por eso hablamos del Sistema Monogámico como algo muy distinto al amor. El
amor se puede vivir desde lo “parejo” entre los amantes, aún con el acuerdo de exclusividad
sexual.

La sexualidad es mucho más que una parte de la vida, es la vida misma, así como respirar,
dormir, o nutrirnos. Desde la séptima semana de embarazo hasta que nos morimos, somos
sexuados, entonces el erotismo va pasando por diferentes etapas a través de los años, como
todas las otras funciones. Hay que aprender a manejar amorosamente los acuerdos a los que
se hayan llegado las partes, cómo se van a vivir todas las fantasías sexuales de cada uno (en la
monogamia, será con una sola persona), o la atracción por la “novedad”.

Los acuerdos flexibles son indispensables porque la sexualidad es una parte natural del ser
humano, nutritiva, vital y constructora de él mismo. Se puede hacer un acuerdo de
exclusividad sexual sin tener que vivirla como la propiedad privada de los cuerpos físicos y del
placer erótico natural del ser.

¿Cómo se realiza esta tarea que se nos puede antojar imposible? Se puede comenzar
cambiando el lenguaje (que cambiará la manera de percibir y sentir la realidad). Por ejemplo:
• Tengo una pareja por estoy en una relación de pareja

• Eres mía (o mío) por elijo estar contigo

• La conquisté por me gustó seducirla

• Te lo doy todo por te comparto lo que hay

• Me las pagarás por prefiero reciprocidad

• Me robaste la vida por me encanta estar contigo

• Tú me…gritas por tu…gritas (eliminando todos los ME…)

Si cambiamos el concepto de amor, dejamos de considerarlo finito, natural y abstracto, como


un bien que se reparte como un queso, y comenzamos a vivirlo como una capacidad, energía,
habilidad que se desarrolla, crece, suma y nutre al ser humano elevando todas sus
potencialidades, entonces la vida se verá enriquecida por una gran red afectiva,
independientemente del acuerdo sexual al que hayan llegado. A esto le podemos llamar la NO-
MONOGAMIA.

El ser humano es un individuo-social, son indispensables las redes afectivas para nuestra salud
mental, corporal, sexual, laboral, etc. Son esas redes afectivas multidireccionales y cuidadas,
porque los vínculos que se descuidan se pierden, las que construyen una vida digna, sin
desgarramientos amorosos, donde se transforman permanentemente las relaciones de un
formato a otro, de manera armónica al camino de evolución de cada uno, según lo vayan
requiriendo.

Como dice Brigitte Vasallo desde Linux: “redes sin propiedad, sin forma final y preestablecida,
sino en constante transformación gracias a las aportaciones de la comunidad que lo
compone”. Redes horizontales, sin jerarquías, ni exclusiones, ni competencias, ni
confrontaciones, ni violencias de todo tipo, que son las principales herramientas del
Pensamiento Monogámico. Redes afectivas que construyan un mundo mejor, con menos
cadáveres emocionales y físicos.

BIBLIOGRAFÍA

Baigorria, Osvaldo. Compilador: 17 autores. (2006). El amor libre. Eros y anarquía. Argentina.
Terramar Ediciones.

Chiaraviglio, Nilda. (2014). Pareja en Construcción. México. Ediciones B.


Recompilación: 2 autores. (2011). Textos contra la monogamia. Madrid. Principios en llamasx y
otros.

Taormino, Tristan. (2008). Opening Up. Una guía para crear y mantener relaciones abiertas.
España. Editorial Melusina.

Vasallo, Brigitte. (2014). Amores: redes afectivas y revoluciones. Barcelona. Pensaré


cartoneras.

Vasallo, Brigitte. (2018). Pensamiento monógamo, terror poliamoroso. Madrid. Laovejaroja.

Veaux, Franklin & Rickert, Eve. (2018). Más allá de la pareja. Una guía práctica para el poliamor
ético. Madrid. Editorial con tinta me tienes

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