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Correo Científico Médico de Holguín 2005;9(3)

Trabajo original

Facultad de Ciencias Médicas”Mariana Grajales Coello”.

Pérdida prematura de dientes temporales y maloclusión en escolares.


Policlínica “Pedro Díaz Coello”, 2003.
Lost temporal teeth and malocclusion in childrem at Pedro Diaz Coello policlinic, 2003.

Narlinda Segura Martínez1, Mildred Gutiérrez Segura2, Miguel Orlando Ochoa Rodríguez3, José Eduardo Díaz
Norell4.
1 Especialista de primer grado en ortodoncia. Profesor Instructor. Departamento de estomatología. Policlínica Pedro Díaz Coello.
2 Especialista de primer grado en prótesis estomatológica. Profesor Instructor. Departamento de prótesis. Clínica estomatológica Artemio Mastrapa.
3 Especialista de primer grado en fisiología normal y patológica. Profesor asistente. Facultad de Ciencias Médicas “Mariana Grajales Coello”.
4 Especialista de segundo grado en ortodoncia. Profesor instructor. Clínica Estomatológica Docente Manuel Angulo Farrán.

RESUMEN

Se realizó un estudio transversal en 480 niños, de uno u otro sexo, de 5 a 10 años de edad, desde enero hasta
mayo del 2003 en la policlínica “Pedro Díaz Coello”, de Holguín. Se crearon tres grupos de edades de 180
niños, teniendo en cuenta el desarrollo de la dentición. Se les realizó examen clínico previo consentimiento
informado, con los objetivos de determinar la frecuencia de niños con pérdidas prematuras de dientes
temporales, distribuir las pérdidas por tipo dentario e identificar la presencia de maloclusión en los escolares
afectados. Se obtuvo que el 18,54% de los niños presentaron pérdidas prematuras, el primer molar temporal fue
el diente más afectado y casi la mitad de los niños con pérdidas presentaban algún efecto consecutivo asociado a
esta causa dentaria de maloclusión, lo que nos permite hacer énfasis en la importancia de las acciones
preventivas y tratamientos conservadores en estas etapas de la vida.

Palabras clave: oclusión dental, maloclusión, dientes temporales.

ABSTRACT

A crossed section study in 480 childrem, male and female,from 5 to 10 years old, at Pedro Díaz Coello policlinic
in Holguin, from January to May 2003, was made. They were divided in three groups of 180 childrem according
the development of their dentition. We made clinical examination to determine the frecuency of lost temporal
teeth, to distribute those according the kind of tooth and to identify some malocclusion in affected childrem. The
18,54 % of examinated childrem had premature lost, the more affected tooth was the first temporal molar and
almost half of childrem who had lost teeth showed some malocclusion. The preventive actions and conservative
treatment are very important in that life stage.

Key words: dental occlusion, malocclusion, deciduous tooth.

INTRODUCCIÓN

La salud del sistema estomatognático o también denominado unidad cráneo-cérvico-mandibular, depende de la


interrelación funcional armónica de las estructuras que lo componen. Entre ellos, la oclusión dentaria parece ser
el componente que experimenta las mayores modificaciones durante el transcurso de la vida(1).
Los dientes temporales desempeñan un papel muy importante en el mantenimiento de la longitud del arco, la
pérdida precoz constituye una causa local de anomalía adquirida de la oclusión (2), consecutivo a ésta puede
ocurrir una disminución del espacio reservado para el sucesor permanente debido a la migración de los dientes
adyacentes y el consiguiente acortamiento de la longitud de la arcada(3).
Los efectos perjudiciales varían y dependen de una serie de circunstancias, como el grado de desarrollo del
sucesor permanente, el tipo de diente temporal que se pierde, las características previas existentes en la arcada y
el momento en el cual el paciente acude al estomatólogo (3).
Las causas más frecuentes que dan lugar a la pérdidas prematuras son los traumatismos, la reabsorción
prematura de las raíces de los temporales y las extracciones por procesos odontodestructivos(4).
La maloclusión no es una entidad, es la resultante de alteraciones en el sistema estomatognático, o sea
irregularidades en los dientes, los huesos, las partes blandas y las articulaciones temporomandibulares (2). Los
factores etiológicos actúan sobre éstos elementos biológicos y sus funciones, alterando así el desarrollo de la
matriz funcional (5).
Algunos estudios reportan cifras de maloclusiones en niños de hasta un 70%. En la actualidad se trata de elevar
cualitativamente los servicios estomatológicos; se intensifican las actividades en el campo de la prevención, se
eleva el nivel de cultura sanitaria y se responde objetivamente a las necesidades de tratamiento de la población
(6).
La importancia de la permanencia de los dientes temporales en las arcadas dentarias, y la frecuencia de su
pérdida precoz nos motivó a realizar esta investigación con los objetivos de determinar la frecuencia de
escolares de 5 a 10 años afectados por pérdidas prematuras de dientes deciduos, distribuir las pérdidas por tipo
dentario e identificar la presencia de maloclusión dental en los niños afectados y así contribuir a ampliar los
conocimientos en este campo.

MÉTODO

Se realizó un estudio transversal desde enero del 2001 hasta mayo del 2003 en niños de uno u otro sexo, con
edades comprendidas entre 5 a 10 años pertenecientes al área de salud de la policlínica “Pedro Díaz Coello” de
la ciudad de Holguín.
Se examinaron 480 niños, del plan incremental, que presentaban coincidencia de la edad de brote dentario con la
edad cronológica y se excluyeron a todos aquellos que tenían adelanto o retardo de más de un año en el
desarrollo de la dentición. Se contó con el consentimiento informado de los padres previa información de las
características de la investigación y su carácter inocuo (7).
Se formaron tres grupos de edad de 180 niños cada uno; de 5 a 6 años, de 7 a 8 años y de 9 a 10 años, los que
coinciden con la dentición temporal, la dentición mixta temprana y la dentición mixta tardía, respectivamente.
Se emplearon como métodos de examen clínico, la observación y la medición. Mediante la observación
detectamos la ausencia de algún diente temporal que le faltara un año o más para su exfoliación.
La frecuencia de niños afectados por pérdidas prematuras se calculó por el por ciento de estos en relación con el
total de los examinados.
La conservación o no del espacio la determinamos al medir con un pie de rey el tamaño de la brecha creada; si la
pérdida era unilateral medimos el espacio existente en el lugar en que se realizó la exodoncia y lo comparamos
con el que conserva el diente natural del lado opuesto.
Si la falta de los molares temporales era bilateral utilizamos la tabla de Ballart para determinar la reducción o no
del espacio disponible(8).
En presencia de caries interproximal con alteración de la relación de contacto o destrucción coronaria valoramos
también si existía reducción de la longitud del arco.
Las maloclusiones que tuvimos en cuenta fueron las alteraciones existentes en el momento del examen que
pudieran estar asociadas a las pérdidas prematuras, tales como, desviación de la línea media, lingualización de
incisivos inferiores, retención dentaria y versiones o gresiones que habían producido disminución de la longitud
del arco.
Los datos recogidos se plasmaron en un formulario elaborado al efecto y los procesamos de forma manual. Los
resultados obtenidos se muestran en tablas.

RESULTADOS
Del total de examinados se detectaron 89 niños con pérdidas prematuras de dientes temporales (18,54 %); al
distribuirlos por grupos de edad encontramos 12 afectados (7,5 %) en el grupo de 5 a 6 años; 35 en el de 7 a 8
años (21,87 %) y 42 en el grupo de 9 a 10 años (26,25 %)(Cuadro 1).
Los dientes temporales perdidos prematuramente con más frecuencia fueron los primeros molares con un
número de 61 para un 46,21%, los segundos molares con 49 lo que representa el 37,12 %, seguido de los caninos
con 17 (12,88 %) y solo 5 incisivos, todos centrales (3,79 %), para un total de 132 dientes perdidos (Cuadro 2 ).
La maloclusión dental se encontró en el 42,90 % y en el 42,85 % de los niños con pérdidas prematuras en los
grupos de edad de 9 a 10 años y 7 a 8 años, respectivamente. Un 30% de los niños afectados en el grupo de 5 a
6 años también presentaron alteraciones en la oclusión (Cuadro 3)

Cuadro 1. Escolares afectados por pérdida prematura de dientes temporales. Policlínica “Pedro Díaz Coello”.
Holguín 2003.

Grupos de edad Examinados Afectados %


5-6 160 12 7,5
7-8 160 35 21,87
9-10 160 42 26,25
Total 480 89 18,54

Cuadro 2. Dientes temporales perdidos prematuramente en los escolares estudiados. Policlínica “Pedro Díaz
Coello”. Holguín 2003.

Dientes No %
Incisivo central 5 3,79
Incisivo lateral - -
Canino 17 12,88
Primer molar 61 46,21
Segundo molar 49 37,12
Total 132 100

Cuadro 3. Presencia de maloclusión en niños con pérdidas prematuras. Policlínico “Pedro Díaz Coello”. Holguín
2003.

Grupos de Casos con pérdidas Casos con maloclusión %


edad
5-6 10 3 30
7-8 35 15 42,85
9-10 42 18 42,90
Total 87 37 38,58

DISCUSIÓN

Al analizar la frecuencia de la pérdida prematura de los dientes temporales en los niños examinados vemos que
casi un quinto de estos se encuentran afectados y se aprecia un incremento a medida que aumenta la edad. Entre
los dos últimos grupos no existen grandes diferencias, lo que puede deberse quizás al crecimiento favorable que
se produce en estas etapas o por los efectos de un cambio temprano que no deje apreciar las pérdidas.
Valores más altos fueron reportados por Sosa, quien obtuvo en una población aleatoria de 50 niños, de 7 a 13
años de edad un 56% de pérdidas prematuras (9). Nuestro resultado nos da valores inferiores a los obtenidos por
este autor, lo que puede estar relacionado con la cobertura curativa y las acciones preventivas que se realizan en
nuestro país, en el cual se le brinda atención priorizada a los escolares.
Al observar las pérdidas por tipo dentario vemos que el diente afectado con más frecuencia fue el primer molar
temporal tal vez por su forma anatómica y su mayor permanencia en las arcadas (10). El segundo molar
temporal mostró también una alta pérdida, la cual ocasiona las peores consecuencias en la reducción de la
longitud del arco por el mayor espacio que reserva y por encontrarse en los extremos de las arcadas dentarias.
Se perdieron 17 caninos, para un 12,88%, lo cual puede estar relacionado con el brote de los incisivos laterales
que causan reabsorción de estos dientes en casos con apiñamiento o a indicaciones de extracción en estos casos
como medida preventiva (10).
Se observó un 3,97 % de incisivos perdidos, todos centrales. Estos son los dientes que se afectan con menos
frecuencia por su anatomía, la menor acumulación de alimentos, su bajo índice de caries y además, en muchos
niños examinados ya ocurrió el cambio y según algunos autores cuando el espacio no está comprometido no
aparece reducción del mismo (11).
Al analizar las pérdidas prematuras y las maloclusiones presentes apreciamos que casi la mitad de los niños entre
8 y 10 años presentaban algún tipo de maloclusión, lo que nos permite suponer una posible relación entre estos
dos factores.
Las consecuencias de las pérdidas varían, existen factores que influyen en la migración mesial y distal de los
dientes, en bocas con apiñamiento dentario hay una mayor migración, mientras que en casos con buena longitud
de arcada puede haber poco movimiento de los dientes o ninguno (3).
La pérdida de los incisivos afecta síquica y estéticamente al niño, pero tiene un efecto limitado o ninguno sobre
el desarrollo de la dentición permanente, excepto en algunos casos de trauma que puede alterarse el desarrollo
del sucesor (3).
Cuando los caninos superiores se pierden de forma precoz se puede producir un espaciamiento incisivo; si esto
sucede en la mandíbula la situación es más seria y puede ocurrir linguoversión de los incisivos si hay actividad
anormal del músculo mentoniano con la consiguiente reducción de la longitud del arco; cuando la ausencia es
unilateral da lugar a la desviación de la línea media hacia ese mismo lado (3).
Al perderse los primeros molares temporales antes de erupcionar los primeros molares permanentes la fuerza
eruptiva de estos últimos hará que los segundos molares temporales se muevan hacia mesial con la consiguiente
reducción del arco y apiñamiento de los sucesores (3).
Los efectos de la pérdida del segundo molar temporal son mayores por encontrarse en los extremos de los arcos
y ser la guía para el brote de los primeros molares permanentes, además por su mayor diámetro mesiodistal (3).
Si el segundo molar temporal superior se pierde antes de la erupción del primer molar permanente, este último
erupcionará ocupando el espacio del segundo molar temporal, ya que en posición preeruptiva sus raíces están
más mesializadas que la corona y se produce un desplazamiento en masa del diente; en la mandíbula el primer
molar en situación similar sufre una marcada inclinación hacia mesial, pero no puede desplazarse ni ocupar
totalmente el espacio del segundo molar temporal, debido a que sus raíces se encuentran más distales que su
corona. La ausencia de sustancia coronaria de este diente por caries puede ser más seria que en cualquier otro
diente, ya que juega un papel muy importante en el establecimiento de las relaciones oclusales y en el
mantenimiento de la longitud del arco (3).
La edad en que se pierde el diente temporal influye en las alteraciones que se producen, si el sucesor permanente
tiene dos tercios de su raíz formada se acelera la erupción y las consecuencias son relativamente mínimas, pero
cuando se produce antes que éste haya alcanzado el estadio cinco de Nolla cabe esperar un retraso en su
erupción y los trastornos que se derivan de esto.
La pérdida prematura de los dientes temporales, en general, produce posiciones inadecuadas de los permanentes,
retraso del crecimiento maxilar y posición relativa anómala de los maxilares superior e inferior, si no se inician
a tiempo medidas de ortodoncia (12). Las acciones preventivas y la realización de tratamientos conservadores
para evitar ésta situación, fundamentalmente antes de la erupción de los primeros molares permanentes, son de
gran importancia.
Al valorar los resultados obtenidos podemos concluir que la pérdida prematura de los dientes temporales se
presentó en casi una quinta parte de los niños examinados, el primer molar temporal fue el diente que más se
perdió en la muestra estudiada y las maloclusiones asociadas a pérdidas prematuras de dientes temporales se
detectaron en casi la mitad de los niños afectados.

BIBLIOGRAFÍA

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Estructura y morfología del cuerpo humano. España: Marban,2002: 551.

Correspondencia: Dra. Narlinda Segura Martínez. Peralejo 161, esquina Pepe Torres, Holguín. Correo
electrónico: narse@cristal.hlg.sld.cu

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