Está en la página 1de 5

Articulo

La deshumanización del ser ante un hecho de maldad

Andrés Leonardo Salas Maestre

ID. 704947

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

RESLUCIÓN DE CONFLICTOS NRC. 2971

Bogotá, 2020
La deshumanización del ser ante un hecho de maldad

Sin lugar a duda el ser a través de la historia ha estado en un sinfín de hechos que

marcan de alguna manera u otra su pensamiento, su actuar y su soñar, dentro de estas

situaciones desafortunadamente se encuentran: la desigualdad social, el racismo, la

diferencia de opiniones, sociedades y cultura, la politización de la vida misma, la religión y

la guerra eterna por la obtención del poder, esto ha marcado un antes y un después en la

vida de niños, adolescentes, madres, abuelos, entre otros, personas que sin querer fueron

tocadas profundamente por esos hechos y en los que ello dejo una huella imborrable y una

postura ante lo que puede significar el bien o el mal y porque no una deshumanización del

ser ante determinada situación.

En el capítulo 1 del efecto lucifer “la psicología del mal: transformación del carácter

por la situación”, se trata claramente aquello que puede tener inferencia en el pensamiento

del ser humano, teniendo en cuenta que su tema principal es la concepción de la maldad,

aclarando que se está siempre en una línea delgada de la vida en la que se puede aprender a

ser bueno o malo y esto no debido a la genética, la personalidad o el legado familiar de

cada quien, sino, por el contrario debido a que existen fuerzas sistemáticas que fomentan y

alimentan la maldad.

Teniendo en cuenta lo anterior se puede decir que por ejemplo en un país como

Colombia en el que muchos viven día a día en medio de un conflicto que no cesa, las

personas aprenden a ser malas o a ver los hechos de maldad de una manera diferente,

personas que han visto como matan o maltratan a su familia y a las que se les ha enseñado

eso mismo o se les ha inculcado esa ideología, es simplemente imposible que no hayan
cruzado la línea delgada y por el contrario sin querer y sin buscarlo aprendieron que lo que

para otros está mal para ellos está bien y eso es lo que se llama “maldad”.

Bien dicen “nadie sabe con la sed que otro vive” y realmente así es, es muy fácil

juzgar a los demás sin saber las situaciones reales por las que ha pasado esa persona y es

que esa es otra característica esencial del ser de hoy, juzgar a diestra y siniestra, aparentar

una posición bien vista por lo demás y creer ser héroe por ciertos actos que a su posición

personal le parecen buenos y valerosos, ese es el pan diario de un país como este, ver a

unos y a otros tomando partidos o posiciones, desacreditando los hechos y actos de los

demás, poniendo como principio de la verdad y del bien sus obras y creencias.

Es así como retomando entonces a (Dr. Zimbardo, 2010) “la conducta perversa no

hay que buscarla en las características de personalidad, sino en las particulares condiciones

situacionales y sistemáticas que estructura el entorno en que ellas se encuentran”, es esto lo

que generalmente no se hace, se podría decir que casi siempre se juzga a las personas por

como lucen y peor por su forma de ser o lo que se percibe de cada quien, seguramente si se

ve a alguien en la calle que se acerca a pedirte una dirección y esta vestido como la

sociedad considera bien o correcto sin problema se le dará una respuesta, sin embargo si esa

misma persona luce de otra manera o su vestir no es el que la sociedad considera adecuado

con seguridad se puede afirmar que simplemente se le ignorara y se huira del lugar en que

este se encuentre.

Realmente esto no es lo que debería suceder, antes de juzgar a una persona se

deberían conocer todos aquellos aspectos que lo rodean y las situaciones por las que ha

pasado a lo largo de su vida para así entender su comportamiento, su forma de ser y actuar;

quizá si se conoce todo aquello se podría comprender porque alguna persona comete actos
que la sociedad o uno mismo considera malos, si todos vieran la vida desde los zapatos de

los otros y se colocaran en su lugar con seguridad no se trataría de malos o deshumanizados

a los demás por actos o hechos que cometen o en los que se ven involucrados, no habrían ni

se generarían tantos conflictos como los que se ven en la actualidad, no se estaría en la

ambigüedad del bien y el mal, porque al final de cuentas esto no dependería ya del como se

ve y es aceptado en una cultura o sociedad, sino por el contrario dependería de comprender

y saber ver las situaciones y hechos por las que pueden pasar todas las personas.
Referencias

García-Martínez, A. N., Castrillo, P., & Echart, P. (2019). La simpatía moral y el" efecto

Lucifer". Mal y redención en Breaking Bad.

Zimbardo, P. (2008). La psicología del mal: transformación del carácter por la situación. El

efecto Lucifer, 23-48.

Zimbardo, P. (2008). El efecto Lucifer: el porqué de la maldad (Vol. 124). Grupo Planeta

(GBS).

Ramírez, R. D., Menéndez, M. G., & Guedán, M. (2005). Colombia,¿ la guerra de nunca

acabar?. Trama editorial.

También podría gustarte