Para definir que es el hombre nos podemos basar de distintas disciplinas del saber social y

humano entre las que se encuentran la teología, filosofía y la antropología. Sin embargo, saber
realmente ¿Qué es el hombre? ¿Quién es? ¿Cuál es el sentido de su existencia? Es una situación
compleja de definir, en lo que concierne el comportamiento y la esencia de lo humano. El
problema específico para definir el hombre se encuentra en el sentido y la razón del humanismo
pues esto siendo un tema tan amplio se puede entender de diversos sentidos, ya sea según la
época o disciplina que se encarga de estudiarlo.

El hombre está ontológicamente traspasado por la dinamicidad, manifestada en su desarrollo

biológico y psicológico, pero también socio-cultural. En este contexto aporta ideas la afirmación de
Fullat y Mèlich, según la cual el hombre se experimenta a la vez como dato y como quehacer,
como determinación y como atrevimiento, como realidad y como posibilidad. El soporte
antropológico que aporta la filosofía hace posible la comprensión amplia, por su carácter
ontológico, de la concepción de hombre, situado en la realidad cambiante y a la vez maleable,
perfeccionable desde su propia condición.

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