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Entrevista con Silvio Rodríguez

sobre la figura de José Martí


publicado el 28 de enero de 1999
en el periódico Juventud Rebelde (Cuba).

Hay quienes evocan a Martí como el genio que continuamos


necesitando muchos años después de su natalicio, muchos años
después de su muerte; otros ven en la aplicación dialéctica de su
ideario nuestra tabla de salvación, y están los que lo añoran por
contagio.

En medio de esta diversidad de razones, alguien le es


particularmente fiel; alguien que, aunque Martí le es «familiar, no
está habituado a hablar de él»; alguien a quien no le gustan las
grabadoras ni las fotos, pero no las rehúye; alguien que deja a los
periodistas asomarse a su ventana, aun cuando no los libra del
«complejo» de sentirse fisgoneadores. Alguien que dice:

Yo soy de donde hay un río


de la punta de una loma
de familia con aroma
a tierra, tabaco y frío.
Soy de un paraje sombrío
donde mi infancia vertí
y cuando después partí
a la Ciudad y a La Rampa
me fui sabiendo que en Tampa
mi abuelo habló con Martí.

-La anécdota de mi abuelo está muy ligada a mi niñez. Yo recuerdo


que desde muy niño él me contó que había estado en Tampa, que
había emigrado por razones económicas y que allí, en una bodega,
conoció a Martí. Se le acercó un hombre y al darse cuenta de que él
tenía acento cubano le preguntó: ¿tú eres cubano? Sí, yo soy cubano.

¿Tú estudias o trabajas?... Le dijo que no, que él estaba de aprendiz


de torcedor en una tabaquería de Tampa. ¿En cuál? Mi abuelo le dijo
donde era. «Yo tal día voy a pasar por allí». Y ese era Martí, quien
luego fue a la tabaquería y habló; entre el público estaba mi abuelo.

Esa anécdota se cuenta en mi familia materna desde que yo tengo


uso de razón. No sé hasta qué punto es mi primera referencia sobre
Martí; seguramente no, pero sí está muy ligada a mis nociones
iniciales sobre él.

En realidad mi encuentro con Martí se produce años después; fue en


el año 53 ó 54. Yo estaba en primer o segundo grados, y teníamos
como libro de lectura «La edad de oro» con un prólogo de Emilio Roig
Leuchsenring que se llamaba Martí y los niños o Martí niño. Ese fue
precisamente el primer material de lectura.

-Para usted, ¿qué es lo más esencial de la personalidad de Martí?

-Por encima de todo, la bondad, la ética martiana. Eso está dado a


través de todos sus textos: su poesía, su periodismo, su misma vida.
Ese darle a la vida un sentido y que ese sentido sea para el bienestar
de los hombres. Ese desprendimiento tan grande que había en Martí;
ese querer que todos fuéramos felices; ese volcarse e indagar en los
sentimientos de los seres humanos, y lo bueno que tenían que dar de
sí.

-¿Cómo usted se imagina a Martí?

-Ese tratar de completar la imagen de Martí es algo que nos sucede a


todos...
Es como cuando uno lee un libro y trata de identificar un personaje.
Yo conocí a María Granados, ella visitaba la casa de mis padres.
Cuando yo tenía como 9 ó 10 años le pregunté cómo era la voz de
Martí y ella me dijo que no era ni aguda ni grave, era una voz
intermedia y hablaba con una modulación muy bonita. Luego leí, en
un ensayo de Mañach, que tenía un leve acento mexicano.

De manera general, parece que marcaba un poquito la pronunciación,


cosa que no es rara en una persona de tanta cultura. Probablemente
hablara un poco como escribía y eso tú lo notas en personas como
Lezama, que hablaba y parecía que estaba leyendo; o el mismo Alejo
Carpentier.

Yo me imagino que Martí era un gran conversador, una persona que


hilaba perfectamente todas sus ideas, que tenía una gran coherencia
en todo lo que decía, comenzaba un tema, lo desarrollaba y lo
terminaba. Tiene que haber sido, al mismo tiempo, una persona de
muchas ideas atropelladas, todo lo venía a la mente y no le alcanzaba
el espacio de la garganta, el sonido, el instante para decirlo todo.
Hay una anécdota que me contó precisamente Lezama. Su abuelo
quien participó en la guerra del 95 llegó un día a una pensión donde
vivían dos señoras, -creo que también fue en Tampa-, llegó muy
tarde en la noche y le dijeron que sólo tenían disponible una cama en
un cuarto y ya estaba ocupado por otro señor, cubano.

El abuelo de Lezama no tuvo inconveniente en compartir el cuarto, se


lavó, comió y se metió en la cama. Por la madrugada sintió que se
abría la puerta, sacó la cabeza de entre las sábanas y miró a aquel
pequeñito que entró, prendió dos velas, se puso junto a una
escribanía, se quitó la ropa, agarró una pluma, -dice que tenía en las
manos un montón de hojas en blanco- y se puso a escribir, pero
escribía con tanta prisa que no tenía tiempo para ordenar las hojas,
sino que las iba tirando al suelo. Al amanecer andaba en cuatro patas
por todo el cuarto buscando las hojas que habían caído debajo de la
cama, ordenando todo aquello que había escrito. Se lavó, se vistió y
se marchó otra vez. Ese era José Martí.

Yo lo imagino una persona así, sin tiempo para nada ni para dormir,
pura idea nueva. Debe haber sido más bien nervioso, muy vivaz, muy
rápido de mente y de palabra, y seguramente muy inquieto. Era
como una idea vibrando.

-¿Está hoy Martí con nosotros?

-Martí es un universo tan grande, tan vasto, habló de tantas cosas,


su mente estuvo en tantas partes, que yo creo que en este momento
nos es particularmente necesario. Martí es el punto de apoyo donde
se fundamenta nuestra coherencia como nación. Cohesionó el pasado
retomando las de sus padres -habló de la gente de la guerra del 68-,
poniéndolas en función de un presente que era incierto en esos
momentos, pero él veía que tenía que partir de esa semilla. Y le dió,
además, coherencia al futuro.

Pienso que la tesis de la historia de Cuba como un devenir, no como


un destino, pero sí como un esfuerzo, como una voluntad de
supervivencia, no fuera igual sin Martí en estos momentos. Tenemos
una realidad geográfica que -a menos que saquemos remos y nos
llevemos la isla para otro lugar-, nos condena a vivir al ás facilidad. Si
no se es coherente uno se pierde a sí mismo; es como si cada huella
nos condujera a un lugar diferente y así es muy difícil dar con uno; y
si es difícil dar con uno, es muy difícil dar después con lo demás y con
los demás.

He tratado de ser coherente, y esa visión la he aprendido de Martí y


de otros hombres también.

-Desde un punto de vista martiano, ¿es usted un hombre realizado?


-Creo que he sido un hombre de mucha suerte, una suerte
extraordinaria, y me siento un hombre realizado, aunque no sé a
quién agradecerlo.

-¿Debemos asumir entonces que cree en la suerte?

-Como no.

-¿Tuvo entonces Martí mala suerte cuando lo mataron en Dos Ríos?

-Creo que sí. Los que indudablemente tuvieron buena suerte fueron
los españoles, y más mala suerte que Martí tuvimos luego todos
nosotros. Porque, como dice esa canción que nos quieren quitar:
Martí no debió de morir, ¡ay, de morir...! Otro gallo hubiera cantado.
Con Martí vivo, esa guerra no hubiera terminado como terminó.

-Cintio Vitier nos convoca cotidianamente a una «campaña de


espiritualidad y de conciencia», Pablo y Amaury hablan del rescate de
la ternura y el cultivo del pensamiento. ¿Comparte usted estas
preocupaciones?

-Las comparto y no a propósito del aniversario, ni de esta etapa. La


humanidad -y dentro de la humanidad un enorme porcentaje también
de los cubanos-, tiende a alejarse cada vez más de un sentido ético
hermoso y de una profunda espiritualidad...

Estamos en una época de mucho descreimiento, de una


materialización burda, acelerada y no creo que unas palabras puedan
transformar eso, porque ha sido un proceso degenerativo en que
venimos cayendo los humanos desde hace bastante tiempo y no creo
que sea por deficiencia de la Revolución Cubana, ni por la caída del
campo socialista -sí, porque ahora todo se lo quieren achacar al
derrumbe.

A estas alturas no sé si ese proceso será detenible o no, no


soy profeta. Yo espero que siempre existan gente y
ocasiones, que siempre existan personas que sepan
aprovechar las coyunturas para con una palanca de buenas
ideas y de buenas intenciones, dar un vuelco a las cosas.
Entrevista a Silvio
publicada en el periódico mexicano La Jornada
Domingo 5 de enero de 1997.

ENTREVISTA NO AUTORIZADA CON SILVIO RODRÍGUEZ

Hace algún tiempo, Silvio Rodríguez, el reconocido trovador cubano,


nos concedió una entrevista de más de dieciséis horas, con la cual
pretendíamos elaborar un libro sobre la vida del músico. Las
conversaciones fueron francas y profundas, diversas y polémicas. Sin
embargo, Silvio se negó a la publicación del libro si no se aceptaba su
participación personal en la corrección de sus respuestas. Razones
editoriales y de mercado no han hecho posible la aparición del libro,
pero hoy ofrecemos algunos fragmentos inéditos.

TODOS LOS SILVIOS

Habíamos decidido encontrarnos con uno de los trovadores más


aplaudidos de los veinticinco años, pero sin su público, sin cámaras
de televisión ni fotográficas. Simplemente con unas tazas de café
cubano, nuestro deseo de preguntarle y su amabilidad para
responder, rodeados de instrumentos musicales y una consola de
audio, en un pequeño estudio de grabaciones, en La Habana,
asediados por los apagones.

Nos atraía la admiración por su extensa obra, su presumible carácter


crítico en cada composición, su difícil pasado de los años sesenta y
setenta, su fama en toda América, su modo de vida actual, donde
conviven el trovador y el Diputado al Parlamento cubano. Lo que
nunca logramos descubrir es si había otros Silvios inmersos en su
personalidad ni cuál de ellos finalmente fue el que respondió.

-Tu forma de vida, de un tiempo a esta parte, ha cambiado, en


cuanto a carencias materiales se refiere. ¿Es posible que hayas caído
en la tentación de acomodarte mentalmente?
-Supongo que he tenido todas las tentaciones, las de Cristo y las de
Silvio Rodríguez. Pero si uno no tuviera tentaciones sería fácil, no
existiría el mérito. El mérito es el triunfo del espíritu sobre las
tentaciones. Pero el hombre tiene memoria, y habrá que ser un
desmemoriado, pero no todos los hombres lo son. Si yo estuviera
interesado en convertirme en un beneficiario absoluto de mis
conquistas, no viviría en Cuba, y he tenido la posibilidad de ganar
mucho dinero, pero tengo otras cosas en las que pienso, por las que
siento, con las que estoy comprometido. Yo no puedo echar mi vida
por la borda haciendo todo lo que me da la gana, porque carecía de
significado todo lo que hasta ahora he vivido, y para mi eso es
inconcebible. En los años sesenta, una época tan chocante y tan
jodida, varias veces me sorprendí dándole vueltas a la idea de irme
de Cuba, entre otras cosas, porque me botaron. A mi me botaron del
país.

-¿Te dijeron que te fueras?

-Me dijeron que no podía trabajar en nada que tuviera que ver con la
revolución. Y cuando protesté («Pero si aquí la revolución lo es
todo»), con la mejor de las sonrisas me dijeron que lo interpretara
como quisiera. Con esas palabras, a mi me botaron de Cuba. Pero ni
siquiera en ese momento tan nefasto, la tentación fue irme para
cantar y hacerme rico, sino por apartarme de aquellos los hombres
tan imbéciles, despreciables y absurdos. No me cabe la menor duda
de que, aun dentro de Cuba, yo podría vivir muchísimo mejor que
como vivo. Y si no lo hago es por vergüenza.

-En esos años difíciles, ¿llegaste a hacer canciones para molestar?

- Si ... «Debo partirme en dos», por ejemplo fue una canción hecha
para joder, o «Resumen de noticias», una canción muy desgarradora.
Yo estaba suspendido por la radio y la televisión, con toda la
mitología de un niño malo detrás. Era algo que me dolía muchísimo,
que me laceraba realmente.

El OJO DEL TIGRE

-¿Cómo se sentía Silvio Rodríguez en ésta época que estaba


censurado de la radio y la televisión?

-Fue una época en que a cada paso surgía un conflicto y una


contradicción. Eran tiempos duros que empezaron a llevarme a una
guerra sin cuartel, que me salpicó con alguna que otra paranoia y
terminó haciéndome tocar la puerta de un psiquiatra, porque
realmente no entendía lo que me estaba pasando. La de los sesenta
fue una década muy convulsiva. Cuando uno se es joven, tiene que
mostrar lo que vale. El ojo del tigre. Uno tiene urgencia de compartir
con el mundo las energías de la juventud, y entonces lucha, dice,
busca, discute y, por supuesto encuentra resistencia. Y cuando esa
resistencia se enturbia con enredos y ataques, el ojo del tigre,
inexorablemente, se multiplica.

-¿Hay actualmente en Cuba algo que anda mal y a lo que les has
cantado?

-Es obvio que hay muchas cosas que andan mal en Cuba, y si
estamos en esa crisis no es solamente por el bloqueo o por el
derrumbe del campo socialista, sino por cosas que hemos hecho mal.
A lo mejor a algo de eso no le he cantado, quizá porque se me ha
escapado, o porque sencillamente no he tenido deseos de cantarle.

-El tema «Flores nocturnas» habla sobre las llamadas «jineteras».


¿Cómo vez esa realidad de tu patria?

-Yo escribí esa canción en 1990 o 1991, y veo esa realidad como
resultado de nuestra crisis económica, donde siempre resurgen esas
lacras y esos vicios sociales. Y no digo lacra como una puñalada.
Sencillamente es el precio que nos hace pagar el constante deterioro
de la economía de nuestros países. Males que nosotros criticábamos y
nos afanábamos tanto en mostrar que habían sido desterrados de
Cuba, nos han vuelto a tocar. Cicatrices que creíamos cerradas se
han vuelto a abrir.

LO ÚNICO QUE YO SE ES TOCAR LA GUITARRA

El autor de «Unicornio» y «Rabo de nube» es un empedernido lector


de ciencia ficción, colecciona puñales y ha dedicado algunas horas de
su vida en observar las estrellas a través de un telescopio que
después obsequió a un niño amigo suyo. Ha compartido escenarios
con los mejores exponentes de la llamada «música de contenido»,
como lo son Juan Manuel Serrat, Ana Belén y Eduardo Aute, entre
otros, y con los intérpretes como Juan Luis Guerra. El mismo José
Feliciano grabó un tema de Silvio, para sorpresa de muchos. Pero
todas las figuras con quienes ha compartido, siempre se remite al
orgullo que le representa haber conocido al poeta Lezama Lima,
precisamente a mediados de 1970, un año convulso, donde Cuba se
balanceaba entre lo épico y lo imprescindible, entre los grandes
sueños y algunas decepciones.

-Conocí personalmente a Lezama cuando dos amigos me llevaron a


su casa y me presentaron como trovador. Y el me preguntó: ¿Así que
usted es el juglar que canta por la radio? ¿Y ha estudiado teoría
musical, conoce tales y más cuales conciertos? Y sin darme tiempo a
responder, empezó a hablarme de ciertas conjeturas que se habían
hecho alrededor del origen de la música y sus posibles puntos de
nacimiento de Babilonia, Egipto, Grecia y Roma. Luego se lamentó de
que no hubiera pistas parecidas, más o menos confiables, de la
música primitiva de la India, China, Japón, Polinesia. Ofreció detalles
del Concilio de Trento, donde se fijaron las normas para la música
litúrgica católica. Disertó sobre la tonalidad y escalística, modulación,
y contrapunto, métrica y rítmica, y por último recordó los nombres de
algunos trovadores provenzales que fueron, a su vez, aristócratas y
guerreros. En alguna pausa, tuvo que ver mi cara de estupefacción y
entonces yo aproveché para decirle, «No, maestro, yo no entiendo
nada de lo que usted me está diciendo. Lo único que yo se es tocar la
guitarra y hacer canciones». Y el me respondió como queriendo
sujetarme por una manga, al borde del abismo adonde yo estaba
cayendo: ¿Y le parece poco?

-¿Crees que tus canciones y los aportes que has entregado a la


música te permitirán ser un habitante de la posteridad?
-Si supieras.. Yo dudo de ésos aportes a la música, y considero que
he sido una especie de espejismo que crearon determinadas
circunstancias, porque el día que se analicen
profundamente algunos aspectos de mi trabajo, se va a llegar a la
conclusión de que en realidad no es tan valioso. Eso lo he pensado
muchas veces. Expreso cierta inseguridad en lo que hago.
-De la música cubana que se hace en en exilio de Miami... ¿hay
alguna que prefieres, que te gusta escuchar?

-Siempre he admirado a Celia Cruz. Me parece una cantante


tremenda. Me gusta Gloria Estefan, tiene una voz muy linda y es una
mujer hermosa. Willy Chirino es un buen sonero, autor de excelentes
canciones, aún cuando en algunos casos yo no coincida con sus
contenidos. Y Carlos Gómez, que vive allá, siempre he pensado que
es un gran trovador, un fino guitarrista y un hombre de espíritu
exquisito.

HAGO COMO QUE REZO

-En Cuba se emigra, ilegalmente, a través del mar, y han proliferado


los «balseros». Se dice que la mayoría muere en la travesía. ¿Como
ves esta realidad desde el punto de vista humano, al margen de las
implicaciones políticas?

-Desde cualquier punto de vista, por que yo no entiendo la política sin


humanismo, lo veo como un problema lamentable. Debe ser
insoportable, para el que decide no vivir en un lugar, tener que seguir
viviendo en él, contra su voluntad. Si yo pensara de esa manera, si
tuviera tanta urgencia, tanta necesidad, a lo mejor se me ocurriría
hacer eso. Debe ser muy desagradable vivir en un sitio con el que
uno no tiene nada que ver. Yo elegí, pero hay quienes eligen de otra
forma. Quisiera que se haga todo lo necesario para que eso no
ocurra, en aras de la vida de toda esa gente.

-La imagen conocida de Silvio es considerada por muchos como


compleja y causa constante de polémicas en Cuba. ¿Disfrutas esa
imagen, la alientas de alguna medida?

-En realidad yo no cultivo ninguna imagen, pero no cultivar ninguna


imagen es tener la imagen de una imagen no cultivada, aunque
desde el momento en que uno sube a un escenario ya tiene una
imagen. Los arranques de antivedetismo de los primeros años me
libraron de actitudes vacuas, pero me pusieron a merced de otro tipo
de esquema... el tipo difícil, agresivo, polémico. Y eso forma parte de
la ingenuidad de los comienzos.

-¿Existe el Silvio grosero y de mal carácter que algunas veces ha sido


cuestionado?

-Supongo que alguna vez habré dicho alguna grosería, y mal carácter
supongo que también he tenido, pero no creo que esa sea una
conducta que predomine. Con una o dos veces que haya sucedido, la
gente se ha encargado de sacarle fotocopias de todos los tamaños y
colores.

-¿Como suelen ser los periodistas contigo?

-Son periodistas, el periodismo como quehacer de sondeo y


exploración se han desdibujado bastante. Ser periodista hoy es tener
una noticia y hacer un poco de show con ella. Provocar. En un
principio, algunas preguntas que me hacían, me alteraban, pero
después me di cuenta de que aquello era como un ritual. Ahora llego
toco el agua bendita, me persigno y me siento en el banco. Entonces
hago como que rezo.

BUENOS AMIGOS

A pesar de vivir ambos en Cuba, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez no


comparten el escenario hace varios años. Tampoco es posible verlos
juntos en ningún evento público ni uno habla del otro durante sus
giras o entrevistas. Los motivos se desconocen, pero la suspicacia
popular supone una separación física de quienes fueron vistos como
los buenos amigos, inseparables, los máximos exponentes de la
Nueva Trova que cantaba y rompía la censura de los gobiernos
militares de América Latina en aquellos años.

-¿Volverá alguna vez la imagen de Silvio y Pablo cantando juntos en


un mismo escenario?
-No lo puedo decir. Pregúntenselo a Pablo.

-¿Y si Pablo nos responde: ¿pregúntenselo a Silvio?

-Le pueden decir que por mí sí. Lo mismo que he dicho siempre. He
sido invariable en ese sentido.

-¿Es cierto que Pablo y tú no son buenos amigos?

-Es incierto. Pablo y yo somos muy buenos amigos. Lo que sí es


cierto es que hace mucho rato que no nos vemos.

MI FANTASMA

Inmerso en una problemática diaria de dificultades económicas y


políticas, una parte del público cubano que durante años ha seguido a
Silvio Rodríguez, lo acusa actualmente de no ser crítico con la
realidad presente del país. Los cuestionamientos contra el trovador
van desde calificarlo de estar acomodado y sentirse comprometido
con el gobierno, hasta señalarlo como un traidor de sus propios
pensamientos, expresados en los sesenta y setenta a través de las
canciones que escribió.

De cualquier forma, convive con una nueva generación de jóvenes


trovadores pocos conocidos fuera de Cuba, que componen e
interpretan temas duros y nostálgicos sobre el presente inmediato,
en un intento por dejar el presente inmediato, en un intento por
dejar alguna crónica sobre los acontecimientos que más les
preocupan, asuntos ausentes todavía en la prensa nacional.

Estos jóvenes, en la mayoría de los casos, casi treinta años después


de los tiempos duros y difíciles que recuerda Silvio, tampoco
aparecen en la televisión y sus contestatarias canciones no pasan por
la radio. Como en los sesenta, el público que los sigue graba sus
casetes en vivo, en cualquier improvisado recital, y luego los pasan
de mano en mano.

Admirado por muchos, criticado por otros, Silvio Rodríguez escucha a


los nuevos cantautores, y algunos han recibido los beneficios de su
ayuda.

En algún momento de nuestra larga entrevista, Silvio nos preguntó


algo que no tuvimos en cuenta, pero que encierra, al parecer, su
compromiso con el pensamiento. Después de un breve silencio, y
refiriéndose a nuestro extenso interrogatorio dijo:

-¿Ustedes se han preguntado por qué hago esto? Si hay algo en la


vida que me ha enseñado, es que los hombres no deben huir de las
cosas que los sobrecogen, y que la única forma de librarse de
ellas es enfrentándolas... Yo hago esto para enfrentarme a mi
fantasma.

Extractos de una entrevista conducida por Rina


Bermayor,
La Habana, Cuba, Marzo 1980.

Extractos de una entrevista conducida por Ri

-En el principio, no había una Nueva Trova.

-Yo empecé a componer canciones a las que después se caracterizó


con el nombre de Nueva Trova o Nueva Canción. Cuando me
preguntaban en esa época qué era, yo prefería siempre llamarme
trovador. «¿Qué tú eres?» «Yo, un trovador». No sé si por intuición.
En aquel momento, yo no tenía una idea clara del desarrollo histórico
de la trova ni del significado de todo aquello que empezábamos a
hacer. Estaba en el ejército, tenía otro trabajo - diseñador de
historietas - y pensaba regresar a mi profesión cuando terminara el
servicio militar.

Así empecé, como un joven al que le gustaba la música, cogió una


guitarra y empezó a tocar. Como todos los jóvenes de mi tiempo,
sentía un poco de rechazo por la música tradicional cubana que se oía
en la radio. No así, sin embargo, por las canciones tradicionales de la
trova que había escuchado de mi madre.

En esa época se solía pensar que los trovadores eran unos viejitos
que se reunían a cantar con voces desafinadas y roncas. No había
una divulgación ni un rescate de nuestra historia musical.

El caso es que yo empecé en una unidad militar, con algunos amigos


que sabían algunos acordes, tratando de hacer mis primeras
canciones. Mi primer auditorio fueron compañeros de armas del
ejército, mis amigos. Había un muchacho que cantaba y juntos
empezamos a cantar en actividades que se hacían dentro de la
unidad.

Desde que cogí la guitarra, lo hice con la idea de decir mis propias
cosas. Siempre tuve la certidumbre de que tenía mis propias cosas
que decir. Ahora, después de un trabajo profesional de años, de
haber aprendido un poco de música, de poder analizar con más
elementos y rigor algunas cosas, me doy cuenta que mis canciones
siempre tuvieron una intención diferente a lo que se oía en aquel
momento. Aunque fueran canciones de amor, siempre planteaba las
cosas de una manera diferente. En aquella época, empecé a leer a los
clásicos del romanticismo: Lord Byron, Bécquer, Hoffman, todos ellos.
Después me entusiasmó mucho la obra de Poe. Y aún hoy soy un
seguidor de algunas de sus enseñanzas.

Del año 64 o 65 que empiezo a componer ya rítmicamente, al año 67


que me desmovilizo, hice una buena cantidad de canciones. En los
primeros años fui muy prolífico. Generalmente, estas eran canciones
de amor, no crónicas sociales. Sin embargo, en esa época escribí mis
primeras canciones de contenido social. La primera fue una canción
contra la discriminación racial en Estados Unidos que se llama «¿Por
qué?», y la segunda fue una canción contra la guerra de Vietnam,
«La Leyenda del Águila». Después escribí otras contra la guerra de
Vietnam.

Casi al desmovilizarme conocí por casualidad a Mario Romeu quien


dirigía la orquesta del ICR (Instituto Cubano de Radiodifusión). Se
entusiasmó con mis canciones, arregló tres de ellas y me llevó al
programa más famoso de la televisión, «Música y Estrellas». Yo
estaba aterrado ante las cámaras, como hoy en día. Para mi, cantar y
subirme a un avión es lo mismo, un terror inexplicable.

A Bob Dylan lo vengo a oír en el 69 aproximadamente eran los inicios


del bloqueo contra Cuba impuesto por Estados Unidos y era el
momento más crudo. Muchos países que no se atrevían a negociar
con nosotros entonces, hoy en día han visto que la Revolución está
consolidada y tienen relaciones diplomáticas o comercio con Cuba.
Pero en aquel momento, sólo la Unión Soviética, los países socialistas
y algunos amigos, como los mexicanos, no rompieron con nosotros.
El caso es que a Dylan lo oigo por primera vez a fines del 68 o 69.
Entonces pasaba por su etapa más oscura y yo no entendía casi
nada.

A mí me influyeron Los Beatles de manera más duradera. Los Beatles


rompieron con la diferencia que había entre la música culta con
música popular. Yo siempre he sido un oyente apasionado de la
llamada música culta: Beethoven, Tchaikovsky, Mozart, Brahms,
Stravinsky... Empecé a ver cómo ellos rompían con toda una serie de
cánones formales que hasta ese momento había tenido la canción. Y
me identificaba porque yo también era dado a experimentar. Por
ejemplo, he hecho canciones que son una obra de teatro, y canciones
que eran todas habladas con un estribillo por el medio.
Cuando empecé a cantar, alguien en la televisión me dijo: «Si no
cantaras esas cosas tan raras, te hacías una estrella de la noche a la
mañana». Hay mucha gente que se empeña en llamarme «el poeta
que canta». Yo no creo que sea poeta, soy autor de canciones. He
tratado de escribir libros de poesía, pero me han salido mal. He
experimentado para ver cuánto era lo que podía dar un hombre con
una guitarra. La canción es un híbrido que produce un producto
mulato: música y poesía. O sea, la canción es un producto mestizo de
la cultura, como lo es el cine, porque es una mezcla de
manifestaciones artísticas.

Hubo un momento en que la Nueva Trova cobró conciencia de lo que


significaba para los jóvenes. En ese momento, los más unidos, Pablo
Milanés, Noel Nicola y yo, empezamos a hablar sobre el papel de la
canción en una sociedad como la nuestra. ¿Qué papel debía jugar la
música? La canción había sido relegada por el comercialismo a un
seudoarte de consumo. Pero la canción tenía elementos artísticos o
podía tenerlos para ser vista y manejada como un gran arte, como la
pintura, la poesía o la sinfonía. Ese era el espíritu de nuestro trabajo,
comprometidos como estábamos con el proceso revolucionario.
Sentíamos que no podíamos eludir esas luces que se habían prendido
en nuestros cerebros.

Había gente, incluso dirigentes, que no creían en nosotros porque la


crítica nunca se había escuchado a través de la canción. Nosotros
empezamos a criticar sin pedirle permiso a nadie y hubo gente que
malinterpretó nuestras intenciones y trataron de silenciarnos. Pero
también hubo gente que interpretó bien nuestras canciones y que
trataron a toda costa que se nos oyera.

Rechazábamos los viejos hábitos de los artistas: su manera de vestir


y de presentarse. Rechazábamos a ese ser medio mitológico que
aparece y desaparece como por encanto de las pantallas de la
televisión entre luces y colorido. Queríamos explicar que éramos
seres humanos, perfectamente terrícolas; que podíamos hacer
canciones socialmente comprometidas y que teníamos que hacerlas
porque compartíamos los mismos problemas, las mismas luchas y las
mismas ideas. Ese era nuestro objetivo. Era no solamente una nueva
manera de hacer, sino una nueva manera de ser.

Creo que el arte tiene el deber de entretener además de educar. El


arte que no entretiene, fracasa. Uno debe sentirse a gusto ante un
artista. También uno puede sentirse sobrecogido ante una obra de
arte. Esa es también una manera de entretenerse y de aprender. En
ese sentido, soy un seguidor de Brecht.

Los cabarets pueden ser importantes. No estoy en contra de ellos.


Uno puede divertirse con amigos en un cabaret. Pero los cabarets
necesitan un contenido constructivo y calidad artística. Siempre va a
existir la música para bailar y la música para ser escuchada. Si la
música bailable llega a ser tan buena en sus textos que merita la
pena, además de bailarla, oírla, yo creo que sería lo ideal. Eso quiere
decir, ni más ni menos, que si nosotros los trovadores somos capaces
de hacer música bailable, sería lo ideal.

Creo que lo bailable actual cubano tiene encías de la Nueva Trova.


Cuando nosotros empezamos, la música tradicional cubana, la de
nuestros padres y abuelos, no le gustaba a la gente. La Nueva Trova
contribuyó a renovar nuestra tradición.

La Nueva Trova influyó en jóvenes creadores de música bailable que


han reconocido que la Nueva Trova ha introducido nuevas opciones y
una nueva perspectiva. Juan Formell, de los Van van, lo ha
reconocido. El trabajo que ha hecho Formell en esta orquesta ayudó a
que los jóvenes gustaran también de la música de la Aragón y de
otras orquestas no tan modernas como la suya.

Sabíamos que el termino Nueva Trova iba a quedar estrecho en algún


momento. La Nueva Trova ya no es tan nueva, ni los trovadores de la
Nueva Trova somos tan nuevos. Sabíamos que el tiempo nos iba a
derrumbar eso. Pero hubo que buscarle un nombre a aquello que
empezaba a organizarse. Cada vez que se clasifica y se encasilla, se
cava una tumba. Sea lo que sea, la Nueva Trova fue un trampolín
para que salieran nuevas verdades a la luz y que se desarrollara la
canción trovadoresca cubana.

No me importa si se deja de llamar Nueva Trova. Yo dejé de ser


nuevo hace rato, pero voy a ser trovador hasta que me muera.
Seguiré haciendo trova, esa trova que ha existido siempre como
tradición de nuestro pueblo. Eso es lo importante.

Entrevista a Silvio Rodríguez

Por : Jaime Saruski Publicada en Revolución y Cultura,


octubre de 2000.
POR SUPUESTO que aquellos tiempos de fines de los sesenta y
principios de los setenta tenían los elementos propios de
cualquier década, anterior o posterior. Hubo momentos fabulosos
que nadie quisiera olvidar, hubo otros que no se quisieran recordar. Y
mucho menos para creadores, como Silvio Rodríguez, por ejemplo.
Por el mundo andaban gravitando Los Beatles y el rock mientras
aquí, inmersos en la epopeya, a los esfuerzos cotidianos de la gente
hubo que añadir, en cuanto al arte y la cultura, los enfrentamientos a
quienes pretendían imponer sus criterios desde posiciones
intransigentes, intolerantes. En medio de esa atmósfera convulsa,
con su profusión de contradicciones, se fundaría aquel fenómeno de
excepción que fue el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, del
cual fue Silvio uno de los pilares. De esa experiencia, desde la
perspectiva que da la decantación en el tiempo, nos habla él ahora
con penetrante lucidez.

-¿Qué hacías cuando se funda el Grupo de Experimentación Sonora


del ICAIC?

- Era empleado del ICRT, entonces ICR. Ya había tenido problemas


allí. Habían terminado con Mientras tanto, el programa que yo estaba
haciendo. Me habían botado del organismo.

-¿Por qué razón?

- Las razones que me argumentaron - puedo deducir e inferir un


sinnúmero de cosas- en la reunión, donde se me separa del ICR - que
después no se me separó como te voy a explicar más adelante-
fueron:

1) Que yo había dado unas opiniones acerca de Los Beatles en la


televisión

2) Que yo andaba con un exrecluso de la UMAP

3) Que yo me reunía en Coppelia con unos jóvenes intelectuales de la


Universidad medio sospechosos

4) Que habían salido en un programa Mientras tanto dos personas


dándose un beso en la boca y eso no se hacía en la televisión cubana.
Se trataba de un trozo de película que ilustraba una canción de amor.
En ese momento no salían besos en la televisión.

El problema es que hay que hacer memoria de todo ello porque las
cosas que sucedían en aquella época, o que no sucedían en la
televisión, hoy día pueden parecer completamente risibles y
absurdas.
Pero era la realidad cotidiana, como por ejemplo, que las mujeres no
podían salir en minifalda en la televisión. Estaba prohibido. Los
hombres no podían salir con melena. A no ser los barbudos. Era la
época en que ni siquiera se podía hacer un tiro de cámara donde se
vieran las luminarias del estudio porque estaba en contra de lo
establecido para el buen que hacer de la televisión.

Y así te sigo enumerando cosas. Era la época en que prácticamente


se seguían con microscopio los compases de las canciones para ver si
algunas tenían células del rock, que a su vez eran interpretadas como
células de penetración y células pro-imperialistas. O sea, había
compases musicales imperialistas en esa época. Hay que analizar
todo eso en aquel contexto.

Y cuando me llaman - siempre he pensado que en realidad lo hicieron


para darme un par de cocotazos, para regañarme- , no me quedo
callado, rebato todo lo que me están planteando, defiendo la amistad
con mis amigos, defiendo a Los Beatles, defiendo el beso, defiendo
todas esas cosas en una reunión que empieza a subir de tono y yo a
no retractarme de nada. Parece que al compañero que está reunido
conmigo no le queda más remedio. Pienso que fue un exabrupto
botarme de allí. Recuerdo que yo estaba en el estudio dos, grabando
la música para el programa; bajo y le digo a las personas que
estaban allí: “Señores, esta grabación ya no tiene objeto,mientras
tanto acaba de ser suspendido. A mí me acaban de botar del
organismo, así que me voy.”

Pero me niego a cobrar el sueldo y estoy cinco o seis meses sin


cobrarlo y me lo tenían allí todos los meses. Yo quería que me dieran
la baja y no me la daban.

En ese ínterin, a fines de 1968, llega Alfredo Guevara de Brasil. Había


ido a un festival de cine y estuvo en contacto con lo que era la nueva
canción brasilera.

-El tropicalismo.

- El tropicalismo, claro. Pero no sólo el tropicalismo, que es de Bahía


y son los bahianos: Veloso, Gil, todos ellos. En Río y en otras
regiones de Brasil también se estaba desarrollando un movimiento de
la canción con Chico Buarque, Gerardo Vandré, Sergio Ricardo, que
era nordestino. En realidad había un fenómeno de Nueva Canción en
todo Brasil que cobra mucha fuerza. Y el tropicalismo porque estaba
apoyado por excelentes músicos aunque también por poetas,
ensayistas, periodistas que le daban una gran divulgación a ese
movimiento.
Alfredo nos invita a Leo Brouwer y a mí a la conferencia que da en el
noveno piso del ICAIC para informar acerca de su viaje a Brasil que
había tenido lugar en plena dictadura, después del derrocamiento de
João Goulart.

Aunque leo y yo éramos empleados del ICRT, estábamos en las


mismas condiciones. Allí no nos daban trabajo y nos habían prohibido
aparecer en la televisión y la difusión por la radio. No nos soltaban
para otro organismo, pero no nos daban trabajo.

Después de la conferencia, Alfredo quiso hablar personalmente con


nosotros dos y nos dice que qué nos parecía crear un grupo dedicado
a la experimentación sonora, a investigar nuestras raíces, es decir,
también la de los países que tienen los mismos componentes étnicos,
como Brasil, por ejemplo, y otros. En general, hacer un estudio de la
música en función de la banda sonora del nuevo cine.

Imagino que leo, que ya tenía cierta experiencia en el mundo del


cine, habrá tomado aquella propuesta con más normalidad, pero para
mí aquello fue una revelación porque significaba sumergirme en el
mundo del cine.

Además, no podía cantar en ninguna parte, salvo en algunos lugares


que me abrían las puertas, como Teresita Fernández, que me dejaba
cantar en El coctel o Raquel Revuelta que me dejaba dar recitales en
el teatro Hubert de Blanck y, por supuesto, Casa de las Américas, que
empezaba ya también, una vez al mes, a hacer aquellos programas
donde nosotros nos reuníamos. Pero eran contados los lugares donde
podía expresarme.

Así empieza todo. Leo y yo fuimos los primeros que nos trasladamos.
Y mi carné del ICAIC está fechado: primero de abril de 1969. Ya
habíamos hablado de los posibles integrantes del grupo: Pablo
(Milanés), Noel (Nicola), etc. Pero todavía quedaba hablarlo con
Alfredo. Todo eso ocurre en los primeros meses de 1969.

En esa espera se habían escogido algunos músicos que estaban


estudiando en la Escuela Nacional de Arte, como Emiliano Salvador y
Leoginaldo Pimentel. Al parecer ellos tenían líos en la ENA. Incluso no
tenían donde vivir. Leoginaldo era de Camagüey y Emiliano de Puerto
Padre. Medio que los estaban sacando de la ENA. Se decía que
porque eran regaoso algo así. Y entonces fueron para el ICAIC.

También ingresaron Sergito Vitier, Leonardo Acosta, Eduardo Ramos,


Pablo Milanés, Noel Nicola, Pablo Menéndez. Cuando entra Sara
(González) en el setenta ya el grupo tenía cierto camino recorrido.
- En 1967 se crea la Orquesta Cubana de Música Moderna. Más de un
año después arman ustedes el Grupo de Experimentación Sonora del
ICAIC. ¿No ves un vínculo entre ambos hechos?

- No, en lo absoluto. La Orquesta Cubana de Música Moderna era un


jazz-band con la tímbrica de ese tipo de formación. No abarcaba
todas las posibilidades con que se podía tratar la música, tema que
en ese momento era motivo de muchas discusiones. En primer lugar,
había un celo terrible con todo lo que oliera a rock. Y fue posible
hacer el jazz band porque ya era una música de viejo estilo, menos
vigente.

-El formato era viejísimo.

- Exactamente. Entonces, como la gente no corría peligro de escuchar


esa música y de que se le pegaran los microbios imperialistas, se
permitió que se hiciera. Pero ya, dentro de la misma orquesta, hay
una serie de gérmenes, de gente más joven que empieza a pujar por
hacer su propia música, su propia versión del jazz, no una versión tan
antigua. Y ocurre el caso de dos destacados músicos cubanos a los
que castigan - a uno de ellos porque quería separarse de la orquesta
y crear su propio grupo- y los mandan a que se pasen un tiempo
dándole de comer a los leones en el Zoológico.

-Increíble.

- En esa época esas cosas pasaban. Se hacían esas cosas. Nada, eran
los castigos que te mandaban. Era una cosa completamente loca.

-¿Cómo reaccionaron ustedes en el grupo ante esos hechos?

- El grupo nuestro tenía otro conflicto porque a no todos sus


integrantes les gustaba el rock. Los había que les gustaba el jazz, a
otros el rock, o los pegados a la cancionística como nosotros. Pero
todos sí teníamos interés en experimentar con libertad en cualquier
género que se nos ocurriera, sin limitaciones.

Al ver que estábamos en un ambiente donde no se nos coartaba ni se


nos impedía la experimentación, empezamos a montar canciones con
distintas formas, desde un rock a lo inglés como “Cuba va”, hasta la
“Canción de la Nueva Escuela”, que es un son tradicional, o un
guaguancó como “Los caminos”, etc. Empezamos a hacer de todo.

En septiembre de 1969, cuando se empieza a armar el grupo con


todos sus integrantes, yo llevaba meses tratando de irme en un barco
de pesca. Y justamente en ese mes me confirman el viaje. Entonces
estaba entre quedarme desde el inicio con el grupo o hacer mi viaje y
al regreso incorporarme. Y eso fue lo que hice.
-O sea, te fuiste en septiembre y regresaste...

- El 28 de enero.

-¿Ya leo tenía claro qué quería hacer con el grupo, que no se limitara
a hacer música para cine?

- La creación del grupo en parte fue un pretexto para sacarnos a


algunos de la vorágine. Nos era imposible hacer solamente música
para cine porque cada uno de nosotros venía ya con su propia
tendencia. Y al tener la posibilidad de tocar en conjunto, la
creatividad no estaba esperando a que vinieran y nos dijeran: haz la
música para esta película. Todo lo contrario. Por eso hicimos
muchísima más música espontáneamente que la que hicimos para
películas.

Aquello fue un taller de experimentación desde varios puntos de


vista. En primer lugar porque recibimos clases. Estaba Juan Elósegui
dando solfeo; Federico Smith daba armonía, contrapunto,
composición. Las de leo eran unas clases muy amplias y muy
abarcadoras: Desarrollo de las formas. Contenían muchas materias y
muchos conocimientos también. Toda esa erudición de leo, que
siempre la tuvo.

Por ejemplo, explicaba un fenómeno de desarrollo musical dibujando


una hoja en la pizarra, el tallo de la hoja, luego las ramificaciones.
Empezaba por el dibujo de una hoja y por último dibujaba las
formaciones del ejército de Napoleón que él recordaba en una batalla.
Y decía: esto es arte también, la forma en que se dispuso la artillería.
Aquí hay un desarrollo de la forma porque después la infantería
avanzaba de esta manera. Esto es desarrollo de la forma. Eran clases
de tal nivel que nosotros extrajimos mucha sustancia.

Por lo menos yo, te lo confieso que sí, eran las que más entendía. Leo
nos enseñó, por ejemplo, a componer en colectivo. A estructurar una
obra, a repartir las partes bajo un mismo concepto y que en
determinado momento fuera una forma expresiva la que
predominara, que sucediera a otra, que hubiera un puente, que
hubiera una tercera, una cuarta, una quinta, etc. leo tenía una forma
de enseñar que era muy acelerada. Él siempre dijo que toda la
música se podía condensar muchísimo.

leo me contaba de los conflictos que tuvo entonces con la dirigencia


del Consejo de Cultura, que les habían prohibido tocar no ya en la
televisión o la radio sino en cualquier parte. Que por ello ustedes
tenían que buscar la manera de dar algunos conciertos y que algunos
se dieron en el Chaplin.
- Incluso una vez fuimos invitados a hacer un programa de televisión
y cuando vieron nuestra estampa se persignaron y exclamaron:¡Vade
retro!Aunque quiero aclararte que nuestra relación con el ICAIC no
era contemplativa. Ni nosotros con el ICAIC ni el ICAIC con nosotros.
No era un lecho de rosas aquello. También hubo discusiones allí.
Nosotros, realmente, éramos muy incendiarios en ese momento.
Cuando digo nosotros me refiero a los trovadores. Recuerdo que
cuando llegó aquí el grupo Quilapayún, que fue como un fenómeno,
que llegó con Isabel Parra, se presentaron en todas partes, en la
televisión, en la radio. Los periódicos de la Juventud sacaban
reportajes sobre ellos,El Caimán Barbudo les hizo un largo reportaje
donde se decían cosas que estaban dirigidas a nosotros. Quilapayún
en ese momento no se acercó porque creyó lo que les dijeron: que
éramos un grupo de indisciplinados, de desviados políticamente
porque lo que nos gustaba era el rock. También les dijeron que
éramos drogadictos. Eso ellos lo repitieron en terceros países. Y de
ahí salió que dijeran irónicamente de que era curioso que algunos en
Cuba hicieran canciones con textos revolucionarios y con música
imperialista; que en vez de ser una cultura roja era una cultura rosa.
Cuando leímos aquello inmediatamente empezamos a redactar una
respuesta contundente, como derecho de réplica, para que se
publicara en el propio Caimán. Esto llegó a la dirección del ICAIC. Y
parecía que a causa del conflicto se iba a desbaratar el grupo. No nos
amenazaron con hacerlo pero nos prohibieron responder aquellas
declaraciones. Y establecieron que las leyes del juego las ponían
ellos. Me deprimí tanto que llegué a pensar que la fraternidad podía
ser un préstamo, que no era tan así tampoco...

Yo me imagino que el combate ideológico, en la superestructura, que


estaba llevando a cabo el ICAIC, era lo suficientemente delicado
como para que un elemento sin control, como podíamos ser nosotros,
de pronto desbaratara aquel precario equilibrio que estaba
establecido. Con el tiempo me doy cuenta de que eso es así pero en
aquel momento estaba ciego de furia.

-Llama muchísimo la atención esa fuerza que les tenía enfilados


grandes cañones a ustedes que todavía no eran ni remotamente lo
que fueron después.

- No, si cuando fuimos lo que fuimos después, eso se acabó... He ahí


la cosa.

-Ahora, ¿quién lidereaba esa corriente tan dogmática y tan


intolerante?

- Yo creo que era mucha gente, en realidad. Uno podría hacer


memoria y acordarse de quién dirigía tal organismo o el otro
organismo, pero a mí me parece que era una corriente que iba más
allá de los dirigentes de los organismos. Era un fenómeno que se
daba producto de la euforia revolucionaria, por una parte. Lo más
fácil de hacer siempre con lo que no te gusta, sin haber profundizado
en por qué te gusta o no y si tienes razón o no, es eliminarlo, quitarlo
de tu vista.

-También el oportunismo, como aquella actriz de la televisión, medio


española-argentina, que salía a la calle con una tijeras a cortarle la
melena a la gente y a cortarle los bajos estrechos de los pantalones.

- Yo lo recuerdo. Además, se lo hizo a un amigo mío que estaba de


pase y era vanguardia de toda la Isla de la Juventud, militante
comunista. Él le tiró el carné de la Juventud y le dijo: mire, este pase
yo me lo he ganado en la Isla de la Juventud y me gané la militancia
de la Juventud y estos pelos que tengo me los he ganado ordeñando
vacas allí durante años. Y ni usted ni nadie me los va a cortar. Eso
pasó y conozco la persona y está ubicada perfectamente.

Yo pienso que todo parte de una interpretación demasiado rígida de


lo que es la sociedad o de lo que es el socialismo, de lo que es la
sociedad socialista. Se trata de un purismo que en el trasfondo es
muy hipócrita, porque es: haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.
Es también, sencillamente, abuso del que puede determinar que las
cosas sean de una forma y lo hace porque sí.

Era inmadurez, falta de perspectiva. Es muy probable que haya


habido su elemento de oportunismo en alguna gente. No lo dudo. Te
empecé hablando de la euforia revolucionaria porque todas esas
medidas son a las que las multitudes sin cabeza responden a veces
con prontitud.

¿Tú has leído Masa y poder de Elías Canetti? Lo que es capaz de


hacer una masa cuando se embulla de pronto, de las atrocidades que
es capaz de hacer. Yo pienso que es parte también de una especie de
euforia que cuando las masas no están bien encaminadas, no están
bien esclarecidas en una dirección, pueden llegar a cometer.

¿A ti no te ha pasado un camión lleno de hombres por el lado? ¿Tú no


has visto como se van metiendo con todo el mundo? Seguro que cada
uno de esos hombres, solo, si va a pie por la calle, no hace eso. Es un
efecto de estar en grupo. Y pienso que algunos excesos que se le
atribuyen a la masa tienen su origen también en esa psicología de las
multitudes.

Había alguien que de pronto venía y te enardecía con algunas


palabras: porque esto es lo revolucionario, porque esto es lo que hay
que hacer, porque a estos hay que pisotearlos. Y bueno, acababan,
no sé, pelando a un muchacho, rajándole los pantalones, como
acababan haciéndole un mitin de repudio a los marielistas, a quienes
fueran, tirándoles tomates o pedradas a las casas. Ese tipo de cosas.

Es una manipulación que puede estar dada - yo nunca pienso que por
la mala fe- por equivocación, por un error de concepción, por darle
cabidas a sentimientos que no son los mejores, ni los más humanos,
ni los más solidarios, que no son los más altruistas, ni son los más
dignos de un ser humano. No son los que hubieran apoyado Martí ni
el Che.

En esos momentos, a veces pequeños grupos, pequeñas masas,


respondían a ese tipo de provocación, aparentemente con buena
intención. En aquella época, uno de los lugares de donde más gente
salía a pelar y todo eso era de la beca de 25 y G, que era de
Medicina. Y otro de los lugares donde hubo procesos espantosos fue
en la CUJAE. Yo me negué a ir a cantar en la CUJAE, nunca canté en
la CUJAE en esa época. Y se lo dije a los dirigentes que me vinieron a
ver: no, no, no, cuando ustedes quiten esos métodos que tienen ahí,
con los que no estoy de acuerdo, yo voy y canto, pero no voy a
cantarle a gente que son capaces de hacer esas cosas, de emplazar a
una persona porque se mueve así o porque pone un dedo de una
manera, degradarlo ahí, delante de todo el mundo y expulsarlo sin
haber atendido si tiene talento, si no lo tiene, si tiene condiciones
humanas, si no las tiene, si va a ser útil a este país, si no lo será.

Pienso que es un fenómeno que fue como la cola de aquella euforia


revolucionaria de la década del sesenta, alimentada en gran medida
por la enorme necesidad de defensa que tenía la Revolución en ese
momento y por la realidad incuestionable de los ataques y del acoso
directo que tenía en aquel momento. Todo eso se mezcló.

-En el año sesenta y ocho empieza uno de los primeros líos, cuando
Padilla gana el Premio de poesía de la UNEAC.

- Pienso que eso se pudo haber evitado. Hubo gente que alimentó eso
y los mismos que lo alimentaron después se fueron.

exactamente

- es increíble que los que llevaban la batuta después se fueron. Y


Padilla, sí, es verdad, escribió una serie de poemas bastante duros,
pero poemas. No eran panfletos, era poesía lo que estaba escribiendo
y excelente poesía, además. Bueno, sí, bastante duros. Pienso que
con Padilla quizás lo que se hubiera tenido que hacer era acercarse a
él, darle mejores ejemplos, no ponerlo en la disyuntiva de la
rivalidad, de la competitividad aquella que había entre tres o cuatro
en aquel momento y de quítate tú para ponerme yo. Todo eso fue
muy mal manejado.
-Volviendo al Grupo de Experimentación Sonora, ¿para ti o para los
que lo integraban, aquella experiencia tenía un carácter de
permanencia o de provisionalidad, como cuando se juntan los
músicos para una descarga?

- Yo pensaba que sí, que quizás en el futuro iría a otro sitio, pero no
suponía el futuro de esa forma. O sea, yo estaba muy concentrado en
aprovechar lo que tenía en ese momento porque fue mi primera gran
oportunidad de hacer música con muy buenos músicos, aprender
mucho de todo el mundo.

Fue la segunda, en realidad, porque anteriormente Martín Rojas y el


Grupo Sonorama 6, en el que también estaba Eduardo Ramos,
hicimos algunas cosas que quizás fueron el preludio de lo que fue el
Grupo de Experimentación Sonora desde el punto de vista
experimental, aunque para ello no había espacio en ese momento.
Martín tenía su grupo y trataba de hacer música que acogieran bien
en los cabarés, en los night clubs, porque eran los lugares donde lo
empleaban.

Los conocí a él y a Eduardo en Varadero en un impasse en que estuvo


sin trabajo. Los invito a que me acompañen en algunos temas para
salir en Mientras tanto. Ellos acceden y nos ponemos a grabar y a
divertirnos y de pronto empezamos a hacer cosas que para ese
tiempo resultan interesantes.

Luego, en el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, tuve el


status de plantilla, con una seguridad, incluso laboral. A nosotros nos
estaban pagando realmente para que estudiáramos y para que
creáramos. ¿A qué más puede aspirar un artista?

-Y siendo joven.

- exactamente En esa época hice cientos de canciones.

-¿Se produjo acaso un cambio entre tus canciones anteriores a tu


pertenencia al Grupo y las que vinieron después?

- en mí ese proceso se fue dando por su propio peso. Lo que me


incorpora el Grupo fundamentalmente es un sentido más orquestal. El
concepto de cámara, el concepto sinfónico. O sea, la posibilidad de
ampliar lo que yo hacía. Y, por supuesto, de ampliar enriqueciendo,
no de pegar una cosa encima de la otra.

El fenómeno de la extensión, de estructuras más largas y anchas,


más complicadas, son aspectos que están debajo de las canciones,
que están en su morfología. Esto es enriquecedor, pero hay otra zona
que me parece fundamental y es la experiencia con cada uno de los
músicos que estaban allí.

Por ejemplo, oír tocar el piano a Emiliano Salvador con la armonía


que uno le daba, aunque a él se le podían ocurrir mil melodías que no
eran las que se te ocurrían a ti. Eso te amplía el horizonte. O si no,
darle un papel de bajo a Eduardo Ramos con un cifrado y de pronto
ver que él a veces no hace lo que tú le pones sino una cosa mucho
mejor, eso también te enriquece.

Estar al lado de compositores como Pablo (Milanés), como Noel


(Nicola), que enfocan un tema no como lo enfocas tú sino desde otro
ángulo, y que te hace meditar, tú dices: coño, qué interesante, qué
bien, eso también te enriquece. Tuvimos experiencias colectivas de
composición, como por ejemplo el caso de “Cuba va”, en que sólo nos
dimos una tonalidad: “vamos a hacer esta canción en la mayor y
vamos a hacer una estrofa cada uno”.

-Una especie de cadáver exquisito.

- Un cadáver exquisito. Entonces nos fuimos a nuestras casas y


cuando regresamos al día siguiente cada uno tocó su parte y, por
lógica, todos supimos qué orden tenía que tener cada parte.
Empezamos con la de Pablo, seguimos con la de Noel y terminamos
con la mía que tenía un aspecto un poco más conclusivo. Y nada, las
pegamos y parece una canción hecha por una sola persona. Fíjate tú
qué compenetración teníamos en ese momento. Estábamos muy
juntos, muy compenetrados, escuchando la misma música, tocando
juntos todos los días las canciones del otro.

en aquel momento, sobre todo Noel, Pablo y tú.

- Inicialmente nosotros tres. También Eduardo, pero él siempre hizo


menos canciones que nosotros y nunca le ha gustado cantar. Luego
se incorporó Sara. Además del Grupo de Experimentación Sonora, en
otros lugares había trovadores. En Santiago estaba Augusto Blanca,
en Cienfuegos, Lázaro García, etc. en la misma Habana había
muchísimos trovadores que no pertenecieron al Grupo. Estaban
Martín Rojas, Vicente Feliú, Carlos Gómez y otros.

-¿Cómo ves ahora tu experiencia musical y personal en el Grupo de


Experimentación Sonora?

- Como experiencia musical podría decir que fue mi primera escuela.


Después he tenido otras de las que me he enriquecido. Y antes
también, pero ninguna tan abarcadora, ninguna me dejó tantas
huellas. Creo que fue mi primera escuela musical importante. Y desde
el punto de vista humano, enorme. O sea, yo venía de una
experiencia humana colectiva que era el ejército. Y ahí se aprende
mucho, de la convivencia. Reaprenderme el asunto de la
convivencia, de los caracteres, de las diferencias, de las
similitudes, de lo que se puede hacer en colectivo y de lo que no,
de lo que otros admiten y no admiten, de lo que tú mismo admites
y no admites. Yo creo que todo eso como experiencia humana
también es muy enriquecedor.

Publicada por primera vez en Revista Catalogo No.5. editada por


EGREM de Cuba.
SILVIO RODRÍGUEZ: UN ARQUERO CON EXPRESIÓN
LEGENDARIA

por María de los Ángeles Rodríguez

Nos conocimos hace muchos años. Mi presentación fue romperle la


cabeza con un martillo. Tenia 6 años, yo 2. El sigue creyendo que fue
premeditado, pero aseguro que fue la inocente manera de
demostrarle que me había impresionado.

Nunca dejamos de vernos, recuerdo especialmente la era de los


perros, los pájaros y los tiraflechas. Silvio andaba correteando con el
primo Hector y tras ellos Terry, su perro. Solía perderse en San
Antonio de los Baños, su pueblo natal; Argelia, su mama, lo buscaba
con el corazón en vilo y la mano preparada para la zurra del
encuentro; siempre andaba en el río, olvidaba que el tiempo pasaba,
soñando, con los ojos alejados de la tierra. Ya por entonces se
acercaba la pasión que lo ha seguido hasta hoy, la ciencia ficción, que
cuando aquello no tenia un nombre para el, solo era el cielo y el
hurgar en los astros cada noche, en espera del platillo volador que
descendería justo a sus pies.

Con cerca de 10 años, para Silvio el mundo se componía de figuras


en movimiento, libros y cartones de El Príncipe Valiente, Batman y
Robin y demás personajes que hasta entonces creíamos
superjusticieros. Después que decidió no lanzarse mas a volar desde
el escaparate hasta la cama, por temor a los gritos amenazantes de
su mama, se dedico a tirar «traquitos», esos pequeños pedazos de
papel que se arrojan con una liga. Mis nalgas los sufrieron muchas
veces, pero sus brazos nunca quedaron inmaculados.

En la familia de Silvio la música es una tradición. Su madre formaba


un dúo con una hermana; no pudieron seguir su vocación, el padre
de ellas pensaba que no era una ocupación para muchachas decentes
y tuvieron que limitarse a cantar escondidas entre amigos del pueblo.
El tío Ramiro fue compositor y dirigió la orquesta «Jazz Band Mambi»,
hasta su muerte. Anabel, la hermana menor, es una conocida
cantante. El padre escribe poemas y obras de teatro como
entretenimiento.

Siendo parte de ese árbol genealógico, no es de extrañar que fuera


fundador de la Nueva Trova Cubana, y uno de los exponentes mas
auténticos de la nueva canción en el mundo.

Vino a la vida rodeado de melodías hasta que las creo el mismo. En


numerosas ocasiones le hemos escuchado, «El colibrí»: la aprendió
de su madre. La familia la había guardado celosamente, por tradición
oral, hasta llegar a el.

Silvio fue un alumno despierto, a pesar de que se perdía en su


fantasía mientras los maestros explicaban números y letras. Las
libretas siempre decoradas con seres imaginarios del aire, devorando
víctimas o defendiendo doncellas en apuros. Su maestra de piano lo
destaco, era su pupilo favorito. Silvio le hizo un arreglo a «La
Malagueña» de Lecuona delante de 17 profesores que lo examinaban.
Por suerte fueron comprensivos o adivinaron el talento que se
avecinaba y le otorgaron excelente con felicitaciones.

Paso un poco de tiempo y se convirtió en un joven algo melenudo,


intranquilo, con ojos apasionados, ardoroso y con temperamento
exuberante. Creo que su primera afición fue la pintura y la caricatura.
Por entonces lo llamaban Pucho, porque dibujaba historietas con un
perrito de ese nombre.

Sin abandonar la pintura del todo, paso a la guitarra. La poesía


comenzó a rodar por sus manos con una velocidad vertiginosa. Una,
dos, tres y hasta cuatro canciones por día; cada una mejor que la
anterior. Al principio cándidas, siempre encendidas y tiernas, con un
mensaje capaz de revolver al mas exigente auditorio.

Las letras se fueron tornando maduras, agresivas también, «contra


toda cabeza acomodada».

Era difícil seguirlo, ¿como saber cual era su ultima canción? A


mediados de la década del 70 deje de contar y pasaban de 1000; la
mayoría desconocidas para el gran publico y no por ello menos
buenas.

Soy un poco aficionada a los signos, sin llegar a ser fanática. Silvio es
un Sagitario perfecto, un arquero con expresión legendaria, siempre a
la búsqueda y combate de lo injusto.

Detrás de sus ademanes comunes, nunca rebuscados, esta la


convicción de sus ojos, sellada por la palabra. No es hablador, diría
que tiene «la palabra precisa, la sonrisa perfecta».

Su forma sencilla de vestir ha sido para algunos motivo de


menosprecio. No conciben a un artista sin lentejuelas. Olvidan que
«el que brilla con luz propia» no necesita fulgor en los vestidos.

Silvio, que siempre fue especial para los que lo conocimos de cerca,
se hizo especial para mucha gente, en muchos países; se convirtió en
un ídolo de todos los que piensan y de los que creen que la vida debe
ser mejor, que solo el hombre puede hacerla mejor...

Así llego «La era esta pariendo un corazón», mucho después


«Unicornio» y «Oh Melancolía». Entre una y otra, todo un mundo de
variedad musical y poética, con una calidad interpretativa en ascenso.
Todo el que oye sus canciones en la voz de otro artista siente
nostalgia por los tonos altos del cantautor, su decir con poca voz y
mucha alma.

Silvio le dedico la canción «Llegué por San Antonio de Los Baños» a


su pueblo, y también el primer largometraje en que actuo; un musical
cubano-español titulado «Yo soy de donde hay un río», dirigido por
Eduardo Toral a fines del 1987. El film trata de un viaje a los orígenes
del artista, el que aparece con frecuencia remando a contracorriente
y cantando. Este río, el Ariguanabo, es un misterio: se pierde debajo
de un ceibo.

A todos nos subyuga conocer como son en casa esos seres


privilegiados que ponen de pie a varios miles de personas en
cualquier teatro del mundo. Pues Silvio en casa es papa, hijo,
hermano. Le gusta la comida sencilla y el jugo de naranjas en
ayunas, antes de un buen café criollo «románico o barroco» que suele
preparar el mismo.

Sus hijos son Violeta, Silvio Lian y Jose Ernesto, su copia fiel.

Cuando Silvio regresa a casa tiene que acallar a los perros Snoopy y
Momo, que no se duermen hasta que el amigo les lleva leche; se
vuelven todo lenguas y meneo de colas. Luego viene el sueño
reparador, ese en que, nunca he dudado, se remonta hasta las
galaxias vecinas.

Entrevista a Silvio Rodríguez en el programa


«Esto no tiene nombre» de Radio Progreso (Real Audio),
Cuba.

I. ... cuando yo era un enano ...

No hay diferencia entre ser niño y ser rebelde; diría que es casi una
redundancia. Sobre todo porque nos educan bastante mal. Nos meten
muchas ideas: niño, no hagas esto, no hagas lo otro, esto es malo,
esto es bueno; y el niño se rebela cuando ve una contradicción entre
lo que le han contado de cómo deben ser las cosas y como ve cómo
es la gente. Ahí nace la rebeldía, y por eso te digo que no es nada
contradictorio esto. Cuando uno es niño es cuando se enfrenta a las
contradicciones por primera vez. Y ese germen de las contradicciones
comienza a convertirse -por elementos de carácter o genéticos- en
cosas que te aplastan o que te impelen.

Afortunadamente -aunque yo también tuve mis dosis de represión-


estas me llevaron a rebelarme. Yo no fui un niño maldito,
extremadamente rebelde, contestatario. Sí fui un niño con muchas
inquietudes. No fui un niño especialmente rebelde. Me empecé a
rebelar ante las contradicciones que iba descubriendo. Me hice un
poco aficionado a los juegos de la imaginación.

Quizás porque mi imaginación no me mentía. Quizás por todas esas


contradicciones, por problemas familiares, yo fui más bien un niño
introspectivo. Jugaba mucho conmigo mismo, con mi imaginación. Y
con los niños que tenían afinidad conmigo en este sentido. Eran mis
mejores amigos. Así fui escogiendo mis amistades. Ayer estuve en la
casa de mi más viejo amigo. Este hombre fue por primera vez a la
escuela el día que yo fui. Yo recuerdo ese día. Bajando la loma de la
mano de mi madre y él de la mano de la suya. Y recuerdo cuando
llegamos a la escuela. Lo recuerdo porque se me fue preparando para
ese día y para mí fue un día muy importante. Entre otras cosas
porque hice mi primera amistad, que es Giraldo Alayón, un biólogo
especialista en arácnidos (ahora está escribiendo un libro sobre todos
los tipos de arañas que hay en Cuba, imagínate tú!). Eso fue en la
Escuela pública #5, en 1951. Giraldo, a pesar de que se dedicó a la
Biología, es una gente con una enorme imaginación. Yo recuerdo los
juegos que teníamos de niños. Actuábamos, descendíamos al fondo
del mar, subíamos a las montañas más altas, nos encontrábamos con
las bellezas y los horrores más grandes, íbamos a otros planetas, al
cosmos. Más bien, bajábamos de vez en cuando a la Tierra.
[...] El pequeño príncipe lo leí por primera vez en la adolescencia,
tendría unos 16 años.

II. ... pero cantar es difícil ...

Yo no creo que sea tan cortante con el público cubano o con cualquier
otro público. Yo creo que ha habido momentos (algunos
desafortunados) en que ha habido conflictos con el público cubano y
con otros públicos también. No son los momentos que yo recuerdo
con más felicidad. Son los malos momentos.

No hay ninguna valoración especial para con el público extranjero.


Para nada. El público que yo prefiero es el público que escucha,
que sabe escuchar, con cierto sentido de disciplina en el
teatro. Quizá porque no me es fácil presentarme ante el público
aunque lleve tantos años haciéndolo. Eso se puede llamar timidez o
limitación yo no creo que sea tan tímido. Pero tengo mis limitaciones
en cuanto a la facultad escénica.

III. .... para si mortifico ...

Yo no nací con vocación de mortificador. En esa canción [Hay quien


precisa] me refiero al derecho que uno tiene, cuando sienten las
cosas profundamente, a cuestionar la vida y las cosas que no
marchan bien. Porque todos somos mortificados por la vida. Y eso
nos da derecho a tratar de cambiarla.

IV. ... la canción, compañera ...

No he tomado la canción solo como goce estético (gozo mucho la


parte estética) sino que también es una forma de expresar mis
inquietudes, mis interrogantes, mis inconformidades, mis soluciones
o mis preguntas sin soluciones o mis proposiciones.

V. Sonorama 6
Sonorama 6 fue un grupo que fundó Martín Rojas, el actual
guitarrista de Omara Portuondo. Fue un grupo que, en el momento
en que yo me incorporo a la vida profesional -en el año 67-, estaba
«interrupto». No sé qué tipo de problema tenía. En realidad, eran
jóvenes que hacían una música un poco distinta a lo que se esperaba,
a la expectativa oficial en cuanto a la cultura en aquel momento. No
era un grupo nada desdeñable. Estaba formado por Martín Rojas, que
era su director, arreglista y guitarrista; Eduardo Ramos, que también
tocaba la guitarra y el bajo; Carlitos del Puerto, tocando el bajo;
Enrique Plá en la batería; Changuito en la percusión cubana; Carlos
Averoff en el saxo. Era «casi nada» ese grupo. Era «grandes ligas».
No quiero dejar de mencionar a Aurelio, que era trombonista. Nunca
más lo he vuelto a ver pero me han dicho que anda por ahí, por una
orquesta. El tocaba el piano porque no había quien lo tocara. Ese era
el grupo.

VI. ... la familia, la propiedad privada y el amor ...

En realidad, he compuesto muchas canciones donde mi hija ha estado


rondándome. Muchas. Entre ellas «Mujeres» que le da título a un
disco. También, muy señaladamente, ha estado en canciones como
«Pioneros». En muchas otras aunque no se vea, aunque no se note,
está Violeta. Violeta es mi hija. Ella es mi primer hijo. Tengo cuatro
hijos en total (creo). Tres varones y Violeta. Son Silvio Lian, José
Ernesto y Omar. No soy casado. Estuve casado una vez, a los 21
años. Duré cinco meses de matrimonio. No quiero decir que no haya
tenido relaciones hermosísimas. Que las tenga. Eso es normal, por
supuesto.

VII. ... un gran bulto de canciones ...

No sé cuántas canciones he hecho. Puedo haber hecho cinco mil.


Cuando empecé a cantar profesionalmente hace 21 años, dejé de
contarlas. Calculo que deben ser varios cientos de canciones. Se han
grabado bastantes, algunas que no se deberían haber grabado. Creo
que todas las canciones que he compuesto no merecen grabarse.
Ojalá todas lo merecieran. Quizás hubiera luchado con más fuerza por
grabarlas todas. Aun así hubiera sido un problema, porque casi no le
hubiera dejado espacio para grabar a otra gente. Yo no soy el único
que hace canciones en este país. Y hay un solo estudio [EGREM]. Yo
grabo un disco aproximadamente cada dos años porque el flujo y
reflujo de mi trabajo no me permite dedicarme constantemente a la
grabación. Me encantaría poderme dedicar a componer y a grabar
nada más.

Ese es el estado especial e inmejorable para mí. Ojalá yo tuviese un


estudio a mi disposición cada vez que se me ocurriera una idea. Pero
no lo tengo. Es imposible. La grabaciones que he hecho e otro país
han sido coordinaciones empresariales entre la EGREM y otras
empresas. Las matrices de esas grabaciones son mías, grábese donde
se graben. Uno graba en otro lugar por intereses y negocios que
tienen las compañías, pero esas matrices vienen todas para acá. Por
ejemplo, hace un año grabamos Oh! melancolía. Bueno, yo traje
hasta las multipistas, no solo las mezclas terminadas. Yo me
encargué personalmente de recoger cinta por cinta y de no dejar ni
una sola copia en cassette. Porque esto es una forma de defender los
intereses económicos de Cuba. Aunque Al final de este viaje fue
grabado en España en 1979, esa matriz es patrimonio de Cuba, y si
no hay discos es porque la cantidad que se hizo se agotó y no se ha
reeditado.

VIII. ... la canción de este barco ...

Este viaje tuvo muchas razones. Se remonta a mis sueños de la


niñez. Comenzó a gestarse en las primeras películas de piratas, en
mis primeras lecturas (Moby Dick, Jack London, Joseph Conrad y
todos esos escritores que han escrito sobre el mar). Ahí empezó a
gestarse todo eso. Y también porque soy un isleño y porque una de
las fundamentales ocupaciones de los isleños es ver el mar y
disfrutarlo. Y hacerse preguntas sobre lo que hay más allá del
horizonte.

Aquella época  era un poco turbulenta, había muchos problemas, los


problemas casi me venían a tocar a la puerta. Un día hablando con un
compañero que dirigía el Dpto. de cultura de la Juventud -que ahora
está en el Partido-: Alberto Rodríguez Arufe (nos fajábamos mucho,
pero éramos muy amigos) comenzó la parte concreta de este viaje.
Había un barco que se iba a su segunda campaña, y era el Playa
Girón. Yo inmediatamente dije: Sí, me voy en ese barco. Yo estuve
embullando a algunos amigos a ver si se querían ir conmigo, pues
siempre pensé que a lo mejor me sentía un poco solo (de socios
afines, del ambiente, de cosas que quizás no pudiera hablar con
otros, o de afinidades, de llevarse un amigo a un viaje como ese).
Bueno, nadie se quiso ir conmigo. Pero no desistí. Me fui solo.
Aprendí en ese viaje que no estaba solo para nada. Hice enormes
amigos. Prácticamente me hice amigo de todo el barco. Hasta de sus
hierros. Aquel barco que aparentemente iba a Terranova,
Groenlandia, resultó que a última hora le dicen que tomara rumbo
este y que fuera para los pesqueros que estaban entre Dakar y Cabo
Verde.  A mí me decepcionó un poco porque me dije: pero no voy a
ver los icebergs ni las ballenas azules, ni las orcas.
Pero vi otra gran cantidad de cosas en ese viaje. Vi ballenas, vi orcas.
No las vi en el norte, sino en el sur. Hicimos tres campañas. Estuve
cuatro meses y medio aproximadamente. Viví experiencias
tremendas. Pisé por primera vez tierra que no era de mi país. Estuve
en Las Palmas de Gran Canaria, en la isla de Lanzarote -otra de las
siete islas canarias. Y estuve en la zona de Namibia donde pude ver
en un momento dramático y terrible lo que era el apartheid. Nosotros
teníamos [en el barco] a un soviético infartado y llamamos a Welbis
Bay, y entonces nos mandaron un médico. Pude ver cómo a un
trabajador del barco que se nos acercaba (al que se le tiró un cabo
para que se acoderaran los dos barcos) se le cayó y un blanco le pegó
una bofetada. Imagínate, la negrada nuestra quería linchar a aquel
hombre que era nada más y nada menos que el médico que venía a
buscar a nuestro compañero infartado. Costó trabajo calmar a la
tripulación para que dejara subir a aquel hombre.

Y así, me encontré cosas realmente maravillosas. Tuve la oportunidad


de ver una larga cola de cachalotes que nos detuvo a mitad del
Atlántico casi medio día. ¿Te imaginas un barco detenido porque hay
una travesía de cachalotes que no lo deja caminar? Si miras a un
punto del horizonte, ahí se pierden los cachalotes que están llegando;
y si miras al otro punto, ahí se pierden los cachalotes que se están
yendo. Y los leones marinos en Sudáfrica que son muy curiosos. A
veces íbamos de noche, de un barco a otro. Hacían una fiestecita en
un barco (había 4 o 5 pescando en la zona), pedíamos permiso al
capitán y tomábamos un bote (con un frío tremendo, neblina). Había
que ir con una linterna haciendo señales para llegar al barco y no
perdernos. En esa zona el mar es un poco bravío y de pronto en
medio de la oscuridad y la neblina uno veía una cabeza al lado de
uno  y pensaba que era la cabeza de un compañero y cuando se
acercaba era un león marino que estaba mirando para adentro del
bote, esperando que uno le arrojara algo.

Realmente son esas cosas que uno espera ver. Vi una ballena blanca
el día que cruzamos la línea del Ecuador. Una ballena blanca nos
siguió desde lejos. La vimos todos, a veces a través de prismáticos.
Yo me imaginé que era Moby Dick, aunque no le vi los arpones y
muchísimo menos al capitán Ajab aferrado a ella. Fueron tantas
cosas! Ese viaje fue extraordinario. Trabajé (un poco, no demasiado,
no me quiero hacer el héroe del trabajo ni mucho menos) en las salas
de proceso, o sea, procesando el pescado. Ayudé a sacar a cubierta
unos cuantos chinchorros (bastantes, por cierto). Ese trabajo sí me
apasionaba porque era muy activo, muy peligroso y motivador para
mis 22 años. Hice 70 y tantas canciones en esos cuatro meses.
Escribí un libro, llevé un diario y recibí ciento y tantos telegramas. El
telegrafista del barco se volvía loco. Además, eran telegramas
rarísimos; todos mis amigos escribían telegramas  muy raros. Eran
telegramas en clave, parecían cosas de espías, no parecían cosas de
gente normal. Yo los tengo por casa. Algún día voy a publicar
algunos. El libro es de poemas. No me acuerdo cómo se llama. Por
ahí está. Es publicable, todo es publicable aunque no todo tiene
interés.

IX. ... con su cuerno de añil ...

Esa canción no tiene ningún misterio, en realidad. Ese es un tema


musical que me salió. O sea, toda la música de la canción Unicornio
me salió en determinado momento y era una música que a mí me
sugería mucho; yo me identificaba mucho con ella. Y no encontraba
las palabras. Estuve bastantes años sin encontrar las palabras. Traté
de escribirle distintos textos, pero era como si no..., como si no. Casi
dolorosamente, cuando ya me había quitado de la mente o cuando ya
no estaba angustiado por encontrarle las palabras a esa música (yo
me decía: va a suceder como otras tantas músicas que tengo, que
son músicas sin palabras), un día llegué a mi casa y, sin
proponérmelo, siguiendo la línea melódica que tenía en la cabeza,
escribí de arriba abajo el texto de Unicornio, como está hoy.

X. ... ¿quién se comió mi africana? ...

Hay una onda entre los silviófilos de cómo yo hago una canción así,
pero nunca sustentada con un criterio específico de confección. En
este caso, impugnan el texto. El texto es llano, no tiene ningún tipo
de pretensión, es absolutamente narrativo, casi de crónica. Pienso
que la intención se anuncia en el mismo título: «El extraño caso de
las damas de África». Es una broma y yo creo que no hay que perder
el sentido del humor. Es una canción infantil, para los niños. No
habría que olvidar cuando uno fue niño y tuvo ilusión de comerse un
dulce que tenía guardado, y cuando lo fue a buscar no lo encontró.
No habría que olvidar ese instante de la niñez. Esa frustración: ¿quién
me comió esto?! Además, la canción no es inventada. Es una de mis
pocas canciones que no es inventada. Porque gran cantidad de las
cosas que narro en mis canciones son invenciones (recreaciones).
Pero en este caso hay poca recreación.

XI. ... le debo una canción ...

Testamento la hice unos días antes de marchar a Angola, en el año


76. Por si no regresaba. Rápidamente, a pincelazos, dije ahí las
canciones que me parecía que yo debía en aquel momento, como si
no fuera a tener tiempo después para hacerlas y quería dejar dicho
que las debía, que las tenía que hacer. Es para mí una canción de una
tremenda significación. Por otra parte, cuando la retomo al paso del
tiempo, aquellas cosas que yo pensaba que iba a dejar sin hacer, me
doy cuenta de que muchas de ellas son muy difíciles de hacer. En
este sentido, es una canción que yo valoro mucho. Me anticipé a los
acontecimientos. Hablando en plata, yo no la canto porque, como
regresé, no me considero con el derecho a cantarla. Esto lo digo con
una sinceridad desgarrada.

XIII. ... yo hablo sencillo, como todo el mundo ...

La pura verdad es que yo nunca he compuesto para la gente. Ni


cuando he hecho las cosas más raras ni cuando he hecho las cosas
más obvias. También pienso que hay un resultado de un trabajo a
través de los años. Yo me acuerdo que cuando empezábamos a
cantar existía todo ese mito, lo de las canciones que tenían un
lenguaje un poco complicado. Nosotros, en aquella época (digo
nosotros no por modestia, sino porque realmente era una tesis sobre
todos nosotros, los de la Nueva Trova, en aquel momento)
pensábamos que era un problema de divulgación. Entre otras cosas
porque la misma trova tradicional demostraba que no era un
problema de hacer un lenguaje más o menos poético -y en algunos
momentos hasta bastante barroco y complicado. Para citar un solo
ejemplo te voy a hablar de Convergencia.

Aurora de rosa en amanecer,


nota melosa que gimió el violín,
novelesco insomnio do vivió el amor
así eres tú mujer: principio y fin de la ilusión...

Es una canción con una redacción realmente muy complicada. Mucho


más complicada que la canción más complicada que cualquiera de
nosotros escribió. Sin embargo, han sido canciones populares en
otros momentos (luego Pablo la retomó y la regresó a la
popularidad). Siempre pensamos que era un problema de
divulgación, más que de otra cosa. Esos prejuicios que había con la
Nueva Trova eran porque nosotros nos ubicamos en que nuestros
conflictos eran de ideas. También en ese sentido, nuestros enemigos
tenían conciencia de que era un problema de ideas. Y se creó un mito
de ciertas supuestas intenciones elitistas o algo de eso. Sencillamente
éramos jóvenes que estábamos estrenando nuestras posibilidades y
estábamos en la exuberancia del estreno, de la juventud. En mi caso,
muy especialmente, yo me las quería gastar todas en cada canción.
Cada una la quería hacer más compleja y más poética, y más
tremenda, más trascendental. Así uno vive la juventud y así hace las
canciones cuando es joven. Después uno como que se lo toma más
tranquilo y empieza a mirar las cosas con otros ojos y empieza a ver
las posibilidades de experimentación con determinado tipo de
lenguaje. Explora zonas del lenguaje, de la canción. Por ejemplo, en
una sola canción, hacía una obra de teatro como en Los cazabrujas
de Dores. Son exploraciones que uno va haciendo. El año pasado, en
«Oh! melancolía», hice algo exploratorio también: crear una
atmósfera a partir de cierta forma barroca, de mover la redacción, las
imágenes como están utilizadas. O cuando quiero explorar en zonas
de lo que tradicionalmente ha sido la música bailable. Lo he hecho en
«Cántalo, pero báilalo». Lo he hecho en «Canción urgente para
Nicaragua»; en «Imaginada». Aunque esta conserva todavía un
vínculo con cierto barroquismo del lenguaje.

Entrevista realizada por Eduardo Valtierra Torres en la


Habana

Eduardo: A los amigos de la lista no les dije que yo venía a verte. Me


dio mucha vergüenza, no sabía qué hacer, cuándo avisarles, en fin.
Entonces les pregunté: «Si tuvieran enfrente a Silvio y le hicieran una
pregunta, ¿cuál sería?» Alguien preguntó lo siguiente: «¿Qué pedirías
que dijera tu epitafio?».

Silvio: ¡Uy! Eso sí está... (¿cabrón?) En realidad, nunca he pensado


en que pudiera tener un epitafio. Por cierto, hay uno muy simpático...
(se ríe) En los festivales de la trova algunos compañeros
acostumbraban a hacer epitafios, a lanzarse epitafios entre sí. Hay
algunos muy simpáticos. Yo no recuerdo el que me hicieron a mí,
pero era muy común que nos los hicieran. Pero, bueno, realmente no
pienso en epitafios. Me parece que es algo, no sé, que no tiene
sentido. Hay un epitafio muy lindo que fue el de Yeats, el poeta, no
recuerdo muy bien, pero decía algo así: «Aquí yace alguien que
escribió su nombre en el agua». Me parece que reúne bastante lo que
uno en definitiva pudiera decir al cabo de la vida. Lo demás es
vanidad...

E: Silvio, esta es una pregunta que te hace Jorge Gómez, otro


integrante de la lista Ojala-l: «En muchas formas tu obra ha influido
en la vida de quienes te siguen, hay quienes han descubierto el amor
gracias a la letra de algunas de tus canciones, hay quienes han
descubierto su vocación de cantores o quienes se han descubierto a sí
mismos, aunque no siempre descubrirse a sí mismos sea halagador.
Supongo que esto conlleva para ti muchos sentimientos y quisiera
saber cuál es exactamente el que te embarga: el orgullo, la felicidad,
la culpa?»

S: Ninguno de ellos, porque yo también he aprendido el amor


por canciones escritas por otros, o sea, quiero decir que he
compartido el amor con canciones escritas por otros. De hecho,
las primeras veces que sentí el amor siempre había alguna canción
rondando. Yo no sé por qué eso pasa, siempre el amor y las
canciones vienen juntos. (Por otro lado,) ¿cómo tú crees que yo
descubrí mi vocación si no es porque había escuchado canciones? Yo
inventé mis canciones, pero las canciones de amor no las inventé yo.
Es más, a mí lo que se me ocurrió fue que quería escuchar canciones
que otros no habían hecho y las hice yo. Pero el hecho de que
existían esas otras canciones fue lo que me inspiró a mí a hacer las
mías, o sea, que en ese sentido, yo he pasado exactamente por lo
mismo que pasó cualquier persona. O sea, soy tan víctima como
victimario (ríe). O sea, me dieron y dí (ríe).

Ya te digo, que a mí las canciones de otros y lo que significa para mí


el hecho de que exista la canción como género, como vía de
expresión, para mí es extraordinario porque yo gozo también con
muchísimas canciones. De hecho, podría decirte que a mí solamente
me estremecen profundamente mis canciones cuando las estoy
haciendo. Puede haber algún día, algún momento en que las sienta
especialmente al cantarlas, pero a mí las canciones que me suelen
estremecer son las ajenas, y muchísimas veces, yo te diría que en el
99,99% cuando he necesitado de una canción para enamorarme le he
echado mano a las canciones de mis amigos (risas de ambos). Y a
veces hasta las de mis enemigos! (más risas). Porque a esa hora uno
no anda con miramientos (más risas)...

E.- Dice Ricardo Seir: «Tu canción 'Compañera' es una canción a tus
canciones; declaraste que tu relación con tus canciones no es de
simple paternidad y que ellas te han alumbrado a correr un destino
semejante al de ellas por este mundo. Si todas tus canciones en
respuesta decidieran escribirte una canción a ti o hacer alguna
declaración acerca de ti, qué esperarías que dijeran?»

S.- ¡Madre mía, eso sí sería tremendo! Es una pregunta muy


ingeniosa, pero, bueno... Espero que no fueran a decir que en
realidad eran mucho más lindas, ¿no? y que yo no las supe tratar
como era debido. Espero que eso sea lo último que digan, pero,
¿quién sabe? A lo mejor hasta eso dicen, ¿no? Es muy probable que
originalmente fueran mucho mejores y que lo que yo supe ver o
encontrar fuera eso, ¡quién lo quita! Habría que esperar a ver lo que
ellas dicen...

E.- La siguiente pregunta se debe a que en la lista se generó un gran


debate a propósito de tu «Fábula de los tres hermanos». Con cuál de
ellos te identificas?

S.- Con el último, un poco. Pero esa es una canción muy juguetona, o
sea, que trata de hacer una especie de parodia de muchas leyendas
antiguas, innumerables, en que siempre son tres hermanos: uno es el
más bueno, otro es el más malo y el otro es el del medio. Tiene
mucho de un cuento que Martí incluye en «La edad de oro» que se
llama «Meñique». Es probable que tenga mucho de ese cuento.
También me impresionó mucho cuando lo leí...

E.- Se pueden apreciar actitudes similares entre el publico del


Internet y el de la estación de radio (me refiero al programa «Esto no
tiene título», en el que participé hasta septiembre del 96). A pesar de
que el público de la radio es más local, y el del Internet es mas
universal, el tipo de gente que esta ahí es muy joven. ¿Pasa algo
similar aquí en Cuba?, ¿cómo es tu público aquí?.

S.-Bueno... eehhhh... No sólo en Cuba; asombrosamente mi público


receptor siempre ha sido de jóvenes. Cuando empecé -lógicamente-
yo también era un joven, y en la medida en que me han ido pasando
los años, es como si ese público se hubiera detenido: yo transcurro y
el público no. él público sigue siendo preferentemente un público de
entre adolescentes y jóvenes de veintitantos años. Pero eso me pasa
en Cuba, eso me pasa en Argentina, en Chile, en España, en
Colombia, en todas partes, y para mí es un milagro ¿no?

A mí me lo han preguntado: «¿Por qué?». Yo mismo no tengo una


respuesta certera, verdadera, ¿no? Yo puedo hacer conjeturas como
cualquiera, y deduzco que, en primer lugar, a que yo he procurado no
abandonar la niñez, pero parece también que la niñez de alguna
forma ha procurado no abandonarme a mí... y cuando te digo la
niñez, te digo la juventud, te digo la adolescencia, te digo esa etapa
de la vida en que uno mira asombrado al mundo y se hace preguntas.
(...) Yo creo que se debe a eso... se debe a esa condición, que me
parece que es más una condición que una actitud; yo pienso que es
una característica: Hay personas que somos así, hay personas que en
eso no cambiamos nunca y yo soy una de ellas, y me tocó hacer
canciones y me comunico a partir de esa característica que tengo, y
por eso lo que hago le interesa a la gente -como yo- que casi siempre
es gente joven.
E.- ¿Y qué hay de esos jóvenes de tus inicios?, ¿dejan de oirte?,
¿cambian sus gustos?

S.- ¡No, no, no! Los de los inicios empiezan a oirme con nostalgia,
pero los jóvenes no me oyen con nostalgia, me oyen bien...

E.- ...con frescura...

S.- !Claro!, me oyen participando.

E.- ... y porque también este gusto lo heredan a sus hijos, ¿no?

S.- ¡Eso sí!, eso sí me pasa muchísimo, o sea, que los hijos de mis
compañeros de juventud, pues son ahora los que van a los
conciertos, eso me lo encuentro cotidianamente, en todas partes...

E.- Me regreso un poquito. Hace rato hablaste de los carpinteros que


pueden llegar a ser maestros. ¿Tú nunca quisiste ser como tu papá,
ser artesano de la madera, haber...?

S.- Eso me hubiera encantado. Eso me hubiera encantado, pero... yo


no... yo creo que tengo limitaciones en ese aspecto. Quizás es algo
que no... es una zona que no investigué mucho, que no... en la que
no probé mucho ¿no?, pero... es que se me dió de otra manera, sin
embargo creo que sí en algunos sentidos tomé mucho ejemplo de mi
padre, porque por ejemplo, el hábito de la lectura quien me lo inculcó
fue él, el gusto por la poesía quien me lo inculca es mi padre; a la
primera persona que yo ví leer poesía y que me leyó poemas en mi
vida fue mi padre que me leyó a Darío, a... por cierto a un poeta
mexicano que a él le encantaba que fué amigo de Martí, Juan de Dios
Peza. Mi padre me hacía reir de niño enormemente con las poesías de
Juan de Dios Peza que son realmente extraordinarias todas las... los
poemas que el escribe sobre su propia familia; «Este era un Rey» por
ejemplo... eh... «ven mi Juan y toma asiento en la mejor de tus
sillas, sientate aquí en mis rodillas y presta atención a un cuento:
este era un rey...», un poema larguísimo... Esto... Uno de los poemas
que más me ha estremecido en mi vida, y sobre todo, al cabo de lo
que ha resultado mi experiencia como cantor es un poema
justamente de Juan de Dios Peza que se llama «Reir llorando» que es
la historia de Garrik, un célebre actor inglés... y no te lo voy a contar,
te voy a dejar la sorpresa de leerlo...

E.- Si...

S.- ... y también la sorpresa para los oyentes de este programa que
lo quieran escuchar y van a descubrir por qué, cuando lean ese texto
que a mí me parece extraordinario. Un gran hallazgo y... y bueno,
también me leyó a Darío, me leyó a Martí por supuesto, me leyó a
Guillén cuando Guillén todavía en Cuba era un poeta, bueno, era
conocido en círculos intelectuales, pero era un poeta prácticamente
proscrito porque era comunista, y... y ya te digo, esas cosas si las
adquirí de mi padre, pero la habilidad esa con las manos no. Yo
pienso que mi padre también llegó a eso por un problema de
necesidad, porque la inteligencia que yo le veía a mi padre, por las
aptitudes, yo creo que mi padre hubiera podido llegar a ser en
realidad... otra cosa... eh... otra cosa, quizás más un intelectual que
otra cosa.

E.- Has compuesto algunas canciones donde mencionas a Violeta,


pero de tus otros hijos los... ¿los has también incorporado a ello?,
¿les has dedicado alguna canción, algún pasaje donde hagas alusión
a ellos?

S.- No directamente, no directamente. Creo que sí hay canciones


donde está la presencia del padre, o sea, donde está la conciencia del
padre... eh... quizás alguna inédita -que por cierto iba a incluír en
esta trilogía y que no me cupo... o sea, no me cupo, es una canción
que se llama... !caramba! ahora no me acuerdo... ahorita... ahorita
me recuerdo... y que habla justamente de los jóvenes, que habla de
la juventud... eh... es una canción que voy a incluír no sé si en mi
próximo disco, porque no tengo muy claro cuál va a ser mi próximo
disco en este momento; tengo muchos proyectos a la vez y no se por
cuál... en este momento no se por cuál me voy a decidir... pero... lo
que si tengo claro que voy a hacer es editar todos los descartes que
tengo de la trilogía «Silvio-Rodríguez-Domínguez», o sea, todas las
canciones que me sobraron, y no es que me hayan sobrado y no es
que las considere menos, sino que por un problema de acople de
cada disco buscando, digamos, un equilibrio, una dramaturgia dentro
de cada disco, había canciones que me servían más para dar
determinadas intenciones de... de... clímax y anticlímax dentro de lo
que es el transcurso de un... de un trabajo discográfico; entonces; así
es lo que uno arma, o por lo menos que yo armo los discos ¿no?,
tratando de hacer un discurso donde hay un clímax...

E.- ...una coherencia...

S.- ... donde hay un anticlímax, donde hay una dramaturgia que es...
eh... poética, pero que también es musical, y la música influye
muchísimo en esa dramaturgia, sobre todo cuando uno escucha un
disco de principio a fin, y tratando de ser fiel a ese principio que es
un principio... eh... quizás un poco del espectáculo, pero en este... en
este sentí... en este caso en el espectáculo auditivo... eh... es que he
armado los discos como los he armado. Entonces de ahí lógicamente
tuve que sacar muchas canciones; tengo material como para un
doble.
E.- ¿De lo que dejaste afuera?

S.- Si, o más, o más.... hay unas.... si, posiblemente para un triple:
hay unas 30 canciones fuera, grabadas ya terminadas.
... Piensa que... que tal canción va a ir a un disco, y la presentas
como tal y luego resulta que... que aquél trabajo de dramaturgia del
que hablábamos y todo eso, pues no te lo permite; te dicen que no
cabe ahora aquí, y a veces son canciones que uno saca con dolor. Me
ha sucedido, o sea, en este mismo disco de «Domínguez» por poco...
por poco se transfoma en un doble, estuvo a punto de ser un doble.

E.- De que no te decidías...

S.- Exactamente. Hubo momentos en que tenía 17 canciones que yo


dije «No saco ni una». De hecho... ¡ah!... vamos a... esto es
interesante porque hay un mexicano que tuvo que ver con la... con la
producción del «Dominguez» que es Juancho, es... eh... José...
¡madre mia!.... ahora no me acuerdo como se llama...

E.- ¿Juan José?

S.- !Juan José!...¿Conoces a Juan José?

E.- ... No... pero por el Juancho... (aqui la voz de Eduardo se oye
apenada).

S.- Ajá. Es Juan José, pero no me acuerdo de su apellido; que es un


joven mexicano... eh... muy capacitado por cierto en cuestiones de...
masterización; él estuvo trabajando unos... tiempo en Los Angeles en
un equipo que se llama Protool 3, que nosotros lo tenemos también
en el estudio y que sirve para masterizar, y... y la primera versión del
«Dominguez» la masterizó él. Y él masterizó una versión de 17
temas. Pero después por razones de... bueno, ahí hablando con las
casas de discos y todo eso lo... económicamente lo dificil que se hace
lanzar un disco doble... eh... bueno, me convencieron y yo dije
«Bueno, si; entonces si va a traer problemas económicos mejor
entonces lo... lo recortamos un poco». Pero bueno, esas canciones
que se sacaron son canciones que van a ir al disco ese de descarte
que te... que te mencioné, que por cierto a lo mejor le pongo así
mismo: «Descartes», con un busto de René Descartes fuera y unas
tijeras... (Se escuchan risas por su broma).

Silvio y sus Guitarras

E.- ¿Qué es para tí la guitarra, un escudo o un arma?

S.- Es una lucha, es un amor... mmh... porque en realidad mis armas


y mis escudos estan dentro de mi. Mi guitarra es... es un amor
porque es como... un puente, como un... como... es como... es como
quien te presta un servicio, completamente desinteresado, pero que
mientras mas solícito y... y atento tu seas con ella, pues mejor
servicio te presta ¿te das cuenta? Entonces... por eso te digo que es
un amor porque... si alguien merece amor es la guitarra, porque es
muy generosa.

E.- Pero también es muy exigente.

S.- Absolutamente, absolutamente. Como todos los amores.

E.- ¿Quién es mas exigente: la mujer o la guitarra?

S.- Yo diría que fifty-fifty (Se rien ambos). Aparte de que no creo que
haya mucha diferencia...

E.- ... ¿Te has divorciado de alguna guitarra?...

S.- ... te suena... te suenan según las quieras...

E.- ... Ah... ¿Te has separado de alguna guitarra? ¿has tenido
problemas, broncas, conflictos...?

S.- ¿Con la guitarra?...

E.- ¿Enamoramientos a primera vista con guitarras?

S.- Si, los hay. O sea, hay guitarras virtuosas ¿no?, hay guitarras que
suenan muy bien, pero hay esas guitarras que son -suelen ser esas
primeras guitarras que uno tuvo- que son guitarras pobrecitas, que
son guitarras humildes; o sea... eh... guitarras sin zapatos y que uno
realmente... en realidad esas son las guitarras más entrañables para
uno ¿no?, como mi primera guitarra.

E.- ¿La conservas?

S.- No yo, se la regalé a Pablo Milanés.

E.- ... mh, lindo detalle...

S.- .... el día que cumplió cuarenta años.

E.- Fué un... homenaje.

S.- Bueno.... eh... le dí parte de mi vida...

E.- Yo quería traerte la mía, pero con tanto equipaje que traía no...
no la vaya a romper o le voy a entregar pedazos, mejor no.
(Rie Silvio por el detalle)

S.- Eso fué lo que yo le entregué a Pablo: !pedazos! en realidad la


guitarra ya estaba... completamente... eh... hecha trizas. Pero bueno,
yo la había pintado, es una guitarra que está pintada, o sea, pintada
al óleo toda las... la... la tapa, yo la pinté al óleo con una mano y con
algunos... si, unas cosas que yo le hice al óleo ahí y se la regalé.

Silvio y sus enfermedades

E: ¿Te has quedado sin voz en algún momento por enfermedad... ?

S: Sí, sí, sí... sí... el... bueno, las amígdalas y todo ese tipo de
problemas, ¿quién no ha padecido de una faringitis, de una laringitis?
y además el que... el que canta suele padecer de esas afecciones, el
que fuma también, como yo más todavía, pero bueno, fue un tipo de
padecimientos que tuve también desde niño; desde niño siempre
tuve muchos problemas de la garganta, y...

E: ¿Alguna fractura de dedos?

S: Sí, cómo no, mira... (me enseña una mano -!no recuerdo cuál!,
creo que la izquierda-, con los dedos abiertos, entre los que sobresale
el meñique, todo chuequito, pubichito!)...

E: ...ya, ya, siendo... !uyyyy!

S: Mira este dedo meñique (nos reímos, yo al imaginarme su dolor, y


él por la forma tan torcidamente simpática que le quedó), lo tengo
todo jorobadito...

E: Sí...

S: Eso fue en Angola también...

E: Ups...

S: ...me fracturé el quinto metacarpiano...

Silvio y el llanto

E: Sobre las causas por las que has llorado.

S: Esto.... hace muchos años que no lloro. Hace dos años que lloré,
hace un año también y fue cuando perdí a dos perros. Hace dos años
perdí a mi perra «Momo» y la lloré y hace un año perdí a mi perro
«Snoopy» y le lloré. Lloré a mi padre... PARECE SER QUE EL AMOR
NO DISTINGUE ENTRE SERES HUMANOS Y ANIMALES... O sea que,
¡nada!, realmente hay pérdidas así, inmensas, ¿no? y que, por más
que uno las comprenda... eh... realmente -no sé- la exclamación que
te sale es el llanto. No creo que sea malo llorar tampoco, pero no soy
muy llorador, sinceramente...

Entrevista a Silvio
cuando estuvo de gira por Euskadi en 1985.
Revista Punto y Hora de Euskal Herria.

Silvio Rodríguez: «Mi primer contacto con la música es como todo


nuestro pueblo, un pueblo eminentemente musical, muy bailador,
muy ritmático Estábamos oyendo rumbas o tocar tambores
prácticamente desde que nacemos. La música en Cuba es una
practica habitual».

La frialdad, casi inexcusable, de un inicio de entrevista se quiebra en


su expresión amable, generosa. La referencia a esos años del
comienzo, a esa existencia inédita, descubren a un Silvio entre la
clara satisfacción oculta y lo inevitable de la pregunta.

Silvio: «A los siete años me pusieron una profesora de piano. Lo


abandone por mi gusto, porque me interesaba mas jugar en la calle
que estudiar música. A los 16 años, cuando entre en el servicio
militar, me compre una guitarra y me la lleve para matar el
aburrimiento. Entonces compuse mis primeras canciones. Las
interpretaba en actividades culturales que se hacían en las unidades
militares. Así un buen día estando yo aun en el ejercito, di con un
director de orquesta de la televisión cubana que escucho mis
canciones y me puso ante las cámaras. Y así hasta que llegue a tener
un programa fijo de televisión. Hacia también algunos programas de
radio. De ahí pase a tomar parte de lo que fue el embrión de un
grupo de músicos que se especializo en la confección de bandas
sonoras de cine, un conjunto que se llamo Grupo de Experimentación
sonora, donde también estaba Pablo. Y así hasta que me quede solo
de nuevo, con la guitarra y grabe el primer disco que acá se llamo
"Te doy una canción"».

En un mundo dominado por la producción musical efímera, la


fugacidad de las corrientes basadas en la imagen, respaldadas por la
fuerza del marketing y la banalidad, incluso, de sus expresiones es
difícil explicarse como la poética desbordante de un cantautor puede
penetrar imperturbable, sin temor al riesgo, como un marronazo en
plena frente. Una exhalación abre la pausa marcada por Silvio, la
quietud momentánea de un rostro que parece inmortalizado por la
fotografía. La búsqueda que su mano simula ejercer a través de ese
bigote estampado en una cara mezcla de juventud estancada y
solidez de pensamiento.

Silvio: «Las multinacionales trabajan para la creación de una


mentalidad raquítica, poco imaginativa. La imaginación de la gente y
la mentalidad de los pueblos, esta por encima de eso. Siempre he
pensado que quien subestima a los pueblos se engaña a si mismo
primero y, luego le pasa la vida por encima.»

El dibujo de su mano rompiendo la atmósfera espanta, con la


naturalidad de la certeza, el patrimonio de la duda.

Silvio: «Mientras existan contradicciones, mientras el hombre piense


y sienta, mientras existan reivindicaciones sociales, morales, políticas
o de cualquier tipo que realizar, el hombre siempre va a estar atento
y siempre va a ser refractario a un arte que manifieste sus
necesidades, esas necesidades que tiene». El arte de convertir una
tripulación en hombres azules o hacer que un disparo de nieve acabe
con una pesadilla, o conferir a un interruptor eléctrico la capacidad
mágica de encender el sol, que cualquier día, puede ser tu rostro,
guardado y doblado por la sensibilidad voluptuosa del trovador
cubano, obliga a preguntarse que hace que el artista torne una
realidad amarga, ajena a la belleza, en una obra de arte.

Silvio: Eso lo ha estado haciendo la humanidad desde que el mundo


es mundo, es mundo, ahí no se ha inventado nada. ¿Como
Shakespeare escribió «Macbeth» o Lope de Vega «Fuenteovejuna»?
son testimonios de opresión y de esperanza, de ansias de libertad de
los pueblos. Siempre han existido artistas, lo que hace falta es que
estos vibren con su tiempo y con su pueblo.

Esa sublimación de elementos triviales podría parecer un obstáculo


para la comunicación entre ambos
Silvio: «Sin embargo, la gente esta preparada para ello, por eso tiene
éxito».

Momentáneamente Pablo Milanes y Silvio han abandonado lo que


ellos mismos denominaron «concubinato artístico». Mera
circunstancialidad. Fue precisamente, Pablo quien grito su amor a esa
isla del Caribe y declaró su impotencia ante la tierra firme,
continental. Silvio se achica frente al orgullo de mostrar lo que de
Cuba esconde:

«Yo no puedo mostrar Cuba. Puedo mostrar la parte mía que


es Cuba. Soy una sensibilidad nacida, abonada y desarrollada
en Cuba, soy un poquito de esa Cuba. Yo no ejemplifico Cuba
en casi ningún aspecto, ni siquiera musicalmente, porque mi
música es ecléctica. Pero el hecho de que yo no tipifique al
cubano medio, no quiere decir que yo no me sienta como el
mas profundo de los cubanos».

La naturalidad con que expresa sus convicciones mas arraigadas, la


capacidad torrencial de comunicar sus ideas, no entrañan un ápice de
brusquedad. Silvio es inevitablemente agradable.

Silvio: «Ni el cubano, ni el gallego, ni el vasco son un troquel. Los


hombres no están hechos con troquel. Hay cosas mas o menos
características que te dibujan, que te perfilan, pero luego las culturas
son frondosas, y al mismo tiempo, abiertas. Hoy en día en que la
información es tan rápida, en que la confrontación de experiencias y
realidades es tan intensa y en que el intercambio de influencias está
tan generalizado, ciertamente no existe nada químicamente puro».

La fluidez verbal de la expresión de este trovador del siglo XX, es


capaz de impregnar el ambiente frío de un vestuario de polideportivo,
de la mítica calidez caribeña. A ello parece contribuir, incluso, el ardor
que el ron negro produce, intermitentemente, en la garganta de
Silvio:

Silvio: «Yo me imagino que al hombre lo que le hace ser libre


es el ejercicio de la libertad, no el pedirla».

El pragmatismo de las revoluciones contrasta frecuentemente con


una nueva forma de arte mas humano. Es la doble cara de un
sarpullido liberador.

Silvio: «Las revoluciones siempre tienen una dosis de pragmatismo


porque no existen universidades revolucionarias. Cuando uno hace
una revolución la hace por primera vez».
Es difícil conjugar la teoría y la practica revolucionaria.

Silvio: «La vida te demuestra que la teoría revolucionaria tiene que


modificarse, si no en su esencia, si a la hora de adoptar formas
deferentes al enfrentarse a realidades diferentes. Si no seria una cosa
dogmática intentar injertar la experiencia de un sitio en otro. La
revolución si es verdadera es una experiencia única». Gestos,
palabras y miradas definen la seguridad de su argumentación. Una
seguridad avalada por la experiencia de un pueblo, eje de
controversias internacionales, que ha sabido enfrentarse por si mismo
al desafío del progreso. Es la experiencia de un proceso de
autoafirmación:

Silvio: «Lo que hace distinto el arte de los lugares que están en
revolución al arte de las sociedades, digamos mas enajenadas por el
propio desarrollo, es justamente eso, que las sociedades
industrializadas se encuentran a veces, en callejones sin salida. Y las
sociedades menos desarrolladas, por eso mismo, tienen mas espacio
de creatividad por delante. Estas son, precisamente las que siempre
han sido explotadas, las que tienen más necesidad de una
autoreafirmación de sus valores nacionales».

El hilo argumental de la conversación continua a través de una


panorámica general de los distintos focos que guardan un
paralelismo, al menos en esencia, dentro de ese proceso de
autoafirmación: Centroamérica, Sudamérica, Euskadi...

Silvio: «Si, el problema de Euskadi si se conoce. No solo


históricamente, sino también con el devenir de la actualidad. Cuba
esta situada en Centroamérica y lógicamente, cualquier problema
centroamericano nos atañe muy directamente. Pero esto no quiere
decir que nosotros, los cubanos, no veamos las distintas realidades
del mundo con sentimiento de solidaridad. Cualquier pueblo que se
levante por la justicia social se gana la admiración de nuestro
pueblo».

Silvio no se resiste a ilustrar el dialogo con una anécdota acerca de


Jose Marti -ese animal de galaxia-, y rememora uno de los versos
sencillos del poeta revolucionario cubano en su época de estudiantes
en Zaragoza, el siglo pasado:

«Admiro a quien de un revés, echa por tierra un tirano, lo


admiro si es un cubano, lo admiro si es aragonés».

Palabra cálida, la carcajada de la vieja Habana hasta el sonrojo, ron


negro, el aliento de una mañana de abril, la premura de una prueba
de sonido, unos ojos cómplices con un guiño casi imperceptible que
convence de que es posible conquistar la vida a golpe de poesía.
Silvio habitante de una sociedad nueva. Testigo de una sociedad en
camino:

«Una sociedad nueva, una sociedad distinta, si, pero también


una sociedad en camino. Estar mas adelante es también estar
mas atrás de lo que se pudiera estar, si que lo importante es
estar en camino».

Entrevista del libro


«Silvio: Que levante la mano la guitarra»
de Victor Casaus y R. Nogueras

CEU: Cual es la cualidad que mas aprecias?

SR: El dominio de la voluntad.

CEU: Cual es tu idea de la felicidad?

SR: El infinito.

CEU: Cual es tu idea de la amistad?

SR: La joya mejor, pero no la única.

CEU: Cual es el defecto que mas fácil perdonas?


SR: La muerte.

CEU: Cual es el defecto que mas desprecias?

SR: La mentira.

CEU: Cual es tu ocupación preferida?

SR: Trabajar.

CEU: Cual es tu poeta preferido?

SR: Marti-Vallejo-Quevedo.

CEU: Quien es tu cantante preferido?

SR: Pablo Milanes, Steve Wonder, Milton do Nascimento.

CEU: Quien es tu compositor preferido?

SR: Violeta Parra, Beethoven, Chico Buarque, Lennon-McCartney.

CEU: Cual es tu nombre preferido?

SR: Che.

CEU: Cual es tu héroe preferido?

SR: Los mutantes y los magos.

CEU: Cual es tu color favorito?

SR: El azul.

CEU: Tu divisa?

SR: «Todo o nada».

CEU: Tu recuerdo más alegre?

SR: El 1º de enero de 1959.

CEU: Tu recuerdo más triste?

SR: El 8 de octubre de 1968.

CEU: Tu experiencia más insólita?


SR: Cuando nació mi hija Violeta.

CEU: Tu experiencia más cotidiana?

SR: La inconformidad.

CEU: Bueno Silvio... una ultima pregunta: supón que no fueras lo que
eres: Que oficio te gustaría haber tenido?

SR: Ya que seguimos sonando te diré que me hubiera gustado estar


en el Bayamo insurgente de 1868; me hubiera gustado pertenecer a
la caballería del Mayor; desembarcar con Marti y Gómez por Playitas;
me hubiera gustado estar en la manifestación donde mataron a Trejo
y coger el barco en que Pablo de la Torriente marcho a España a
luchar por la República; hubiera ido contento al Moncada; hubiera
navegado en el Granma; hubiera hecho la guerra en la Sierra, o en el
llano, junto a Fidel; hubiera querido estar en la Quebrada del Yuro,
en aquel octubre del 68. Ahora sencillamente me gustaría tripular una
nave cósmica. Y como pasatiempo, dibujar, hacer fotografías, y
quizás canciones.

Reportajes, diario La Tercera.


22 de Septiembre de 1996.
Por Margarita Serrano.

-¿Cómo hace las canciones?

S: A veces no sé cómo las hago: nada más me surgen como si me las


estuvieran soplando. A veces es más lento. Estoy tomando nota
mentalmente de un asunto, y al cabo de un tiempo se materializa una
canción. O me pongo a escribir sobre esos pareceres, instantes y
surge un tema en la guitarra.

-¿Primero se aparece la música y luego las letras?


S: Sí, casi siempre es la guitarra la que canta. A veces escribo la
música, pero generalmente tengo una grabadora a mano.

-¿Le ha ocurrido que ha creado algo precioso y se le va antes de


grabarlo?

S: Muchas veces. Las he dejado escapar. Porque han sido tan lindas
que me ha parecido un pecado tenerlas. No se pueden poseer.

-De las que ha hecho, ¿cuál es su canción favorita?

S: es la que me creo que voy a hacer.

Amor Y Revolución

Tiene los dedos largos y unas manos más desarrolladas que el resto
del cuerpo. Fuma moderadamente cigarrillos Malboro. Resiste muy
mal los treinta y tanto grados de calor húmedo de este mes de
Septiembre en La Habana. Por eso no puede dejar de poner,
exageradamente, el aire.

S: ¿Sabe lo que significa ser guajiro? Los hombres del campo. Eso es
lo que soy. Nació en noviembre de 1946, en el pueblo de San
Antonio, cerca de La Habana. Era el mayor. Su padre -obrero
agrícola,ateo y pobre- le leía poemas de Rubén Darío y de José Martí.
«Tenía muy poca instrucción, pero escribía muy bien». Su madre era
«despalilladora, como todas las mujeres de mi familia materna, que
consiste en ponerse sobre la pierna la hoja del tabaco y sacarle el
palito para dejarla tersa y hacer la capa con que se cubre el tabaco.
En aquella época, el trabajo de torcedores en la industria del tabaco
era de hombres. Ahora, ya hay mujeres torcedoras...»

-¿Y a usted eso le parece bien o insinúa alguna crítica al respecto?

S: A mí me parece muy bien... Están muy acostumbradas a retorcerlo


tanto a uno, que me de lo mismo que retuerzan el tabaco... Suelta la
primera carcajada y se le dulcifica increíblemente la expresión.
Entonces se larga a contar las historias de los poemas que le leía su
padre y los aprendizajes pequeños, pero llenos de detalles sensuales,
que lo hicieron reflexionar y crecer. Su visión sobre las cosas es
aterradoramente sensible. Recuerda hasta el olor a plátano maduro
frito mojado en huevo que le daba su madre en la cuna. «Nunca tuve
bicicleta». Iba a escuelas públicas que no fueran católicas. Hasta que,
en 1959, cuando triunfa la revolución, la familia se instala en La
Habana.

-¿Se respiraba una euforia revolucionaria en su casa?


S: No, mi padre era simpatizante de los comunistas. Pero como era
casa de gente pobre, los pobres hablan de la falta de oportunidades,
de la injusticia y cosas así. Y luego durante todo el período de la
lucha insurreccional, todo el pueblo se juntaba y nos reuníamos en el
fondo de la casa para escuchar bajito la radio rebelde que se
transmitía de la Sierra Maestra. Ahí escuchamos la voz del Che, de
Camilo, de Fidel, por primera vez.

-¿Qué pensaba entonces que sería su futuro? ¿Qué quería hacer?

S: Yo salí de la niñez justo en el momento en que ocurre en Cuba el


cambio revolucionario. Mi adolescencia transcurre en medio de llos
primeros sucesos: la campaña de alfabetización a la que me sumé, de
las primeras agresiones que hubo contra Cuba, de las zafras cañeras
en las que participaba todo el pueblo, en la creación de las milicias
donde todos hicimos instrucción militar para defender el país... Por mi
juventud, por mi extracción, social, y por mis nociones de la
educación de mi familia, era muy natural que me apasionara por la
revolución.

-¿Fue militante del Partido Comunista?

S: Nunca. Ni entonces, ni ahora. Soy demasiado personal en mis


ideas como para defender cosas en las que no creo. Y no creo en todo
lo que el partido defiende.

-¿Pero de alguna manera usted es un símbolo de este régimen. ¿Se


siente parte del oficialismo establecido?

S: Si ser oficialista es creer en la revolución y defenderla, parece que


no me va a quedar más remedio que serlo. Pero eso no significa que
yo acepte convivir con la intolerancia, con la burocracia, con la
rigidez... Yo no tengo un cartel que diga lo que soy, pero como a
todos nos lo ponen, me habrán puesto el de oficial.

-A estas alturas de la evolución política mundial, ¿le parece que hay


que cambiar cosas en esta revolución?

S: Por supuesto que hay que cambiar muchas cosas. Nosotros hemos
sido grandes cuestionadores de lo que se hace en Cuba. Y la
oficialidad lo sabe. Ellos saben hasta qué punto yo soy de crítico.

-Usted es diputado de la Asamblea Nacional, cuando se encuentra


con Fidel, ¿hay algun trato particular hacia usted?

S: No, ninguno. Me saluda como uno más de muchos. Pero yo me


siento orgulloso de Fidel y la revolución.
-¿Le gusta como está Cuba hoy?

S: No. No me gusta. Y tampoco me gusta como está el mundo.

Celos de Pablo

No usa reloj. Escribió los primeros poemas cuando era niño. «Lo
primero que escribí fue una carta de amor a una vecinita. Pero la
agarró la abuela y fue leída en voz alta en mi casa esa noche. Creo
que la única que no llegó a leerla fue la vecinita...». En su casa se oía
música porque «había radio y había madre que cantaba». Pero él ya
tenía 14 años cuando le prestaron por primera vez una guitarra. Y ahí
empezó. Poco a poco, en su idioma caribeño y suave, va
reconociendo que toda su participación en la cosa militar o política
tenía que ver sobre todo con su sentido de responsabilidad. Pero que
su impulso natural era solamente hacer canciones de amor. Todo se
le juntó: el amor y la revolución, la inspiración de las mujeres, y el
deber juvenil patriótico... Así lo cuentan también sus canciones.

-¿Es cierto que le dan miedo las luces y las cámaras?

S: Terror. Todavía me dan terror. A mí no me gusta cantar, me gusta


hacer canciones. Me he visto obligado a cantarlas, pero yo no tengo
voz.

-¿Por qué las canta usted?

S: Yo quería hacer canciones para que otros las cantara. Pero como
me piden que las cante yo, al cantarlas se inauguró una relación que
yo no esperaba: la relación con un público que reacciona y se crea un
diálogo al que yo respondo. Ahí se disloca esta relación con la gente
que marca un estilo. Eso lo describo en una canción vieja que se
llama «Debo partirme en dos». «Yo también canté en tonos menores,
yo también padecí de esos dolores, yo también parecía cantar como
un santo, pero me fuí enredando en más asuntos y aparecieron cosas
de este mundo...»

-Se le compara mucho con Pablo Milanés -¿Quién es él para usted?

S: Un gran amigo. Y el músico que yo habría querido ser . Es


extraordinario y tiene una voz super dotada.

-¿Le ha tenido celos alguna vez?

S: Todo el tiempo... ¿Cómo no voy a tener celos de algo tan bueno?


Ambos somos de la misma generación, nos ha unido la amistad y la
admiración. Hemos cantado juntos, hemos trabajado muchos años
juntos haciendo música para la televisión y el cine.
-En febrero de 1990 usted realizó un concierto masivo en el Estadio
Nacional de Santiago de Chile. ¿Qué le pasó con el público chileno?

S: Es el concierto más masivo y de más participación que he tenido


fuera de Cuba. La gente sintió la sensación de libertad. Se produjo
una magia muy especial que unía todas las ideas. Me consta que a
ese concierto fueron personas de la más extrema derecha a la más
extrema izquierda. Todos cantaron las mismas canciones y por un
instante, todos nos sentimos, todos nos sentimos partes de una sola
cosa. Hubo una especie de comunión.

A veces

-Pasó por el matrimonio. A los 21 años se casó y duró cinco meses de


matrimonio. Se divorció. -¿Por qué?

S: En realidad, lo que no sé es porque me casé. Cuando firmamos el


papelito, empezamos a sentirnos más atados. Lo que hacíamos por
placer, comenzó a hacerse por deber. Y así no sirven las relaciones.

Nunca más se volvió a casar. Sin embargo, tuvo cinco hijos de sus
convivencias posteriores. «Parece que mis amores nunca me han
puesto en la disyuntiva de firmar un papel... Parece que han sido
suficientemente amores, como para que esas rigideces intervengan».

-¿Los hijos son de distintas mujeres?

S: A veces.

El tema no prospera. Sus respuestas son cortantes y poco


descriptivas. Pero después confiesa que uno de sus grandes amores
fue una mujer chilena. Ahora vive solo, en una casa de dos pisos,
cerca de su estudio. Las paredes están cubiertas de óleos y dibujos
modernos llenos de significado para él. Todos tienen una historia,
todos guardan secretos. Hay fotos y libros dedicados en todas las
mesas. Y hay equipos de música con grandes parlantes ahí y en su
escritorio del segundo piso. «Está mala la impresora. ¿Le importa leer
desde la pantalla del computador un texto que tengo escrito? No sé
qué quiero hacer con él, pero puede ser el comienzo de una
novela...» Su prosa es impecable. Como la letra de sus canciones,
sintetiza poéticamente sentimientos recónditos, de esos que todo el
mundo ha sentido, pero nadie sabe cómo expresarlos. él dice que ya
no quiere cantar en aquellos grandes escenarios. «Ya me bajé de esa
escalera y no quiero volver a subirme». Es cierto que la literatura
puede ser un camino de su futuro próximo.

-¿Qué le gustaría hacer de ahora en adelante?


S: Quiero terminar lo empezado ¿Le parece poco?

-¿Cómo qué?

S: La vida. ¡Horror!

-¿Qué le ha significado tener contacto con el éxito?

S: No he tenido contacto con el éxito.

-Sí lo tiene. ¿O le parece poco los miles de discos que se venden en


el mundo y la imagen creciente que inspira en tantos?

S: Todo eso es la vanidad del éxito. Para mí el éxito es otra cosa. Es


mucho más fugaz. Es unir a las personas en torno a un mismo
sentimiento. Eso es un éxito para mí. Y eso dura un instante.

Entrevista realizada por Antonio Gómez a Silvio


para el colectivo ZECA en Madrid:

-El primer verso de la primera canción del disco , «entrar en el club


de los cincuenta», creo que ya da una clave de por donde van a ir las
cosas, que después se confirma. Me parece que, de alguna forma,
una buena parte del disco es una recapitulación sobre las cosas que
han sucedido en tu vida.
-Tiene bastante de eso en general, y tiene también la alusión a
algunas cosas que me han acompañado a lo largo de toda mi vida.
La poesía, sobre todo. Hay mucha alusión a la poesía y un par de
temas que se cuelan un poco sorpresivamente, que son las cosas
que hice para Tartufo, una obra de teatro. Pero si, puede tener esa
lectura de recapitulación.

-¿Y cual es el resultado?

-Creo que he logrado un disco bastante unitario en algunos sentidos,


que, por lo menos dramatúrgicamente funciona. Le di muchas vueltas
al acople del disco para que me funcionara una canción tras otra y
para que, mas o menos, saliera un discurso con cierta coherencia.
Con algunas sorpresillas por ahí, pero me propuse un poco llevar
cierto pulso dramática, que no es simplemente textual, sino también
musical, con clímax y anticlímax.

-Hay una canción que podría pasar desapercibida, pero que creo que
indica una cierta clave para el oyente, que es la de Anton Pirulero,
que en el disco se titula «Tema de los locos».

-¿Tu conocías esa canción?

-Naturalmente, es una canción de mi infancia que se cantaba en los


juegos de niños, solo que en España se decía «cada cual aprenda su
juego» y no «entienda» como se dice en el disco.

-En Cuba era «entienda».

-A mi me parece como una especie de clave que lanzas al oyente.


¿La incluiste con esa idea?.

-En cierta medida si.

-Algo así como que cada cual se atenga a las consecuencias de lo que
es...

-Exactamente. Este es uno de los temas que entran en el disco y que


pueden parecer un poco locos. Esta escrito para Tartufo, que es una
adaptación al texto de Moliere, una obra de teatro que trata de unos
locos que toman el local donde se va a poner esa obra y desplazan a
los verdaderos actores y ellos hacen su propio montaje. Dentro del
disco es una canción dentro de la canción o un mensaje dentro del
mensaje general. Es un texto que a mi me viene de la infancia y me
parece que es inmortal, porque tiene una carga de misterio, una
polisemia, una gran cantidad de interpretaciones que resulta muy
sugestivo, eso de «Anton Pirulero, cada uno entienda (o aprenda) su
juego y el que no lo entienda pagara una prenda». es decir que hay
algo que aprender y si no entiendes eso pierdes una prenda. Es un
texto de una claridad y, al mismo tiempo, de un hermetismo
impresionantes.

-Es decir, es coherente no solo con este disco, sino con el conjunto
de tu obra, que es hermética y clara a un tiempo, con ese juego
continuo de metáforas, que clarifican pero al mismo tiempo ocultan el
sentido inmediato de las canciones. ¿Prefieres la sugerencia a la
proclama?.

-Sabes que eso me ha pasado siempre. Yo escribo así no porque me


lo proponga, sino porque me sale. Es que no se escribir de otra
manera. Pienso que esa forma de escribir, aunque pueda tener la
desventaja de la dificultad de comunicación inmediata con las
entendederas humanas, tiene la ventaja de hacer participar al que
escucha y de ponerle la cabeza en activo, de dispararle la
imaginación y, por supuesto, la participación. Es como darle a la
gente la posibilidad de que recree lo creado y que juegue y participe
con uno de la creación. La creación entre comillas, porque ya se sabe
que nadie crea nada nuevo.

-En ese sentido de reflexión sobre el paso del tiempo, que pienso es
una reflexión personal y política a un tiempo, ¿crees que ha merecido
la pena el viaje?.

-Fíjate lo que dice en una canción: «Yo no creo que haya sido en
vano, pero pudo ser mucho mejor».

-También dices en una canción que hay que vivir con los sinsabores.

-Es en la canción que dedico a Amaury Perez. Es que los niños han de
aprender a crecer con sinsabores.

-¿Los niños y las sociedades?

-Es que, en definitiva, todos somos niños. ¿Quien sabe si hasta las
sociedades también son niños?.

-¿No tienes en ocasiones un cierto miedo a no ser entendido?

-Tú sabes que a estas alturas... Quizás ese temor me lo provoco en


un principio el hecho de que cierta gente me dijera que no se
entendía lo que decía, pero si en aquel momento no se me partieron
las piernas, imagínate tu que a estas alturas se me partan. De todas
formas siempre hay gente que entiende, o que entiende lo suficiente
para entender. Tampoco creo que haya que entender verso a verso,
linea a linea lo que uno escribe. Además, yo creo que es imposible,
porque ¿cómo te vas a meter en la cabeza de un autor y como vas a
seguir todos los vericuetos de sus intenciones?. Como ejemplo te
pongo la misma experiencia que tengo yo a veces con la poesía de
poetas a los que quiero y he leído tanto como el mismísimo Cesar
Vallejo.

-Fue es otro escritor oscuro.

-Aja. Entonces yo no podría garantizar que cada verso de Vallejo lo


haya descifrado al leerlo con toda la intencionalidad que el lo cargo,
pero lo que si te puedo decir es que cada verso de Vallejo a mi me
llega como si fuera una revelación, y eso es lo que me interesa, ese
tipo de comunicación que es a veces extraliteraria, extraverbal, y que
es sencillamente esa pasión que también crea el verso, esa imagen,
ese impacto que puede crear el verso en cada persona.

-En el disco ha creído ver en algunas canciones una reflexión sobre tu


carrera musical, sobre el oficio de cantor. En versos como cuando
dices «me pregunto que negocio en este / que hasta el deseo es un
consumo». ¿en que medida el consumo del arte puede trivializar el
trabajo de un artista?.

-Bueno. El artista tiene que usar intermediarios, y quizás en ese


sentido haga que se pueda desvirtuar en algo la intención artística,
pero yo creo que cuando un artista establece un código de
comunicación, que es aceptado y entendido creo que puede saltar por
encima de todas las cosas intermediarias entre el comunicador y el
comunicando.

-El otro día, después de acabar de escuchar el disco, estaba leyendo


una biografía de Woody Allen y el se refería a este tema explicando
que a veces, como cuando hizo «Annie Hall», le venia la tentación de
seguir haciendo siempre la misma película, o películas similares a las
que le habían dado tanto éxito, pero que precisamente era entonces
cuando hacia cosas como «Septiembre» u «Otra mujer», obras que
sabia que no iban a ser recibidas igual, pero que le gustaba hacer
como una terapia contra el éxito. ¿Crees que hay que tenerle ese
miedo al éxito?, ¿que puede llevar al adocenamiento, a la repetición,
a la castración creativa?

-Yo me acostumbre a luchar contra eso de una manera mucho mas


brutal, si se le puede llamar de alguna forma. Empece luchando
contra mi mismo, tratando de no hacer dos canciones iguales, y ya
eso significa mucho. En primer lugar un cierto desgarramiento,
porque uno quiere seguir con la misma temática, y como ejercicio es
formidable, porque siempre te tiene como punto del infinito. Lo único
es que la música es un lenguaje ilimitado y limitado a la vez, sobre
todo cuando uno ha transitado en el mundo de la música, que ella te
va estrechando el camino. A veces no es fácil no parecerse a uno
mismo. Te digo esto como prevención de aquellos otros factores que
te invitan y te tientan a repetirte para gustar, a repetir una formula
que ha tenido éxito, pero yo no he dejado ni que me guste siquiera a
mi mismo lo ultimo que hice y siempre lo he tratado de superar en
cada canción nueva.

-¿Es necesaria una cierta insatisfacción como forma de ir adelante?

-Si. Es como un cierto troskismo interno, la revolución permanente


del intelecto y, a veces, hasta del sentimiento.

-En otra canción dices algo así como «me gustaría crear un partido
de sueños / talleres donde reparar alas de colibríes», ¿sigue siendo
un elemento necesario la utopia?

-Para mi la utopia no es que sea necesaria, es una condición, una


forma de vivir. Esta canción, quiero que sepas, que esta basada en
un pensamiento de Jose Marti, que decía que las verdades esenciales
caben en el ala de un colibrí. Y bueno, es una indicación de que
participen todos los que han sido sacados del juego de la vida. No es
mas que eso, una canción lo mas abierta posible para que quepan en
ella todos los olvidados.

-¿Hay en ella una cierta insatisfacción por lo que pudo haber sido y
no fue, por la distancia entre la realidad y el deseo?

-Quizás es hasta un reflejo del mismo transcurso de la vida. Cuando


uno esta en la adolescencia, a uno le parece que todo lo que piensa,
todo lo que ansia, lo va a poder realizar, pero cuando uno llega a
cierta edad se da cuenta que no es mas que un trocito en esa larga
hilera de caminantes que es la humanidad y que lo que a uno le
corresponde no es mas que completar un pedazo de ese camino, que
efectivamente pudo realizar muchas cosas pero que tiene que dejar
muchas otras para que las completen los que vienen. Uno no puede
abarcar toda la existencia.

-¿Y si se llega al final del camino o, a lo mejor, no es necesario llegar,


o incluso no es conveniente llegar?

-Es probable que hasta sea una estupidez llegar, en cualquier caso lo
que no resulta una estupidez es pretenderlo. Pretender ser mejor.

-Es decir, que son verdad esos versos de Machado de «caminante no


hay camino, se hace camino al andar».

-Efectivamente, el maestro lo dijo de la manera mas contundente.


-Otro tema que percibo en el disco es un cierto sentimiento de acoso.
Dices: «vuelve a arrancarme el ratero el sabor de mi bolero», y te
refieres también a los que quieren matarte.

-Eso es muy metafórico. Ponle el apellido que quieras, pero se refiere


a las adversidades en general.

-¿De la vida personal, de la social y política?

-De todas las vidas. De las 15.000 vidas del caminante, que diría Luis
Rogelio Noguera.

-Pero tu te pones muy resistente frente a esas adversidades...

-Es una broma. Tu sabes que los cubanos tenemos una cosa... Es un
poco asumir un característica de nuestra idiosincrasia, que es la
jactancia. Es como jactarse de que me quieren hacer muchas cosas,
que no todas resultan positivas.

-Dices: «me quieren enterrar los homenajes», ¿se puede matar o


morir de amor?

-Hay amores que matan.

-¿Te has enfrentado con muchos de ellos?. Me da la impresión de que


lo dices en el sentido de que hay admiraciones y amores que no te
dejan ser lo que eres, que no te dejan cambiar, que tienen una
imagen estereotipada de ti y no quieren que la cambies.

-Digo eso de los homenajes en el sentido de que cuando uno tiene


una trayectoria hay un sentimiento que se provoca en cierta gente de
gratitud, de querértelo agradecer constantemente, y eso es un poco
como estratificarte, como detenerte, como cristalizarte. Ya tu eres
esto, ¡quédate ahí!. y todo lo que tiende a cristalizarte te petrifica,
sencillamente no te deja moverte, y mientras uno esta vivo tiene que
estar en movimiento.

Entrevista sacada de la revista de la editorial


Txalaparta
(Euskal Herria).
 

Este año estuvo entre nosotros una de esas referencias que la


velocidad modernizante no ha logrado desplazar: Silvio Rodríguez.
No es la primera vez que llega a Euskal Herria y, probablemente,
tampoco sea la última. Esta vez lo hacia dentro de una campaña
muy especial, auspiciada por Askapena dentro de la denuncia al
bloqueo norteamericano sobre Cuba y volvió, como ya es habitual, a
encandilar nuestros maltratados corazones. Decir que Silvio ha sido
tal o cual cosa no es justo. Ahí esta con sus nuevos proyectos, con
sus nuevas canciones y con una vitalidad y firmeza en sus
convicciones que, dados los tiempos que corren es de destacar. Por
eso, es mas cercano a la realidad apuntar a Silvio en presente activo.

Txalaparta había publicado un trabajo en su colección Rave titulado


Silvio. Memoria trovada de una revolución. El libro del bilbotarra
Joseba Sanz ya va por la tercera edición, lo que es todo un síntoma
de la admiración que despierta el cantante cubano por nuestras
tierras. Tratándose, ademas de la palabra escrita frente al música y
letra envolvente del estilo de Silvio, no deja de ser una sorpresa que
el libro mantenga esa complementaridad.

Estuvimos con Silvio. No podía ser de otra manera, aunque la


devoción nos pudo y no dejamos de hablar sino de libros. «Me gusta
mucho leer, todos los días lo hago, aunque a veces no tengo
tiempo», nos dijo de entrada cuando, tras comentar su último disco,
le llevamos a nuestro terreno.

«Me acabo de leer la biografía de Marlon Brando», añadió. Cierto es


que el lector norteamericano ha salido a la palestra recientemente
tras la muerte trágica de su hija. Pero éste no era el motivo y
preguntamos por esas lecturas que marcan épocas y pautas en cada
uno. Y Silvio tiene un excelente memoria para recordar estas
lecturas. El primero que nos cita es «Edad de Oro» de su compatriota
José Martí. Luego nos lanza una lista de la que rescatamos «El Señor
de los Anillos», del británico Tolkien y «Cien años de soledad» del
colombiano Gabriel García Márquez.

Nos vamos a Cuba, a la Cuba que parió la revolución de 1959. Y aquí


el tema es obligado. En la actualidad y en el aspecto cultural, decir
Cuba en América es decir música y lectura. Ningún otro país puede
condensar de forma tan nítida estas dos palabras. «El trabajo cultural
que se ha hecho en Cuba - dice Silvio - es enorme y es producto de la
revolución Cubana. Empezó por alfabetizar a todo un pueblo, un
pueblo que no sabía leer ni escribir. Eso supone ya un salto
cualitativo. Inmediatamente después se inauguró la Editorial del
Pueblo por Alejo Carpentier. Y empezamos ha hacer ediciones
masivas desde la literatura latinoamericana hasta los clásicos
universales. En esa época se empezó a masificar la lectura en nuestro
país. Se convirtió en un hábito de muchos».

Silvio toma aliento y continua apasionado: «Luego llegaron las


escuelas de arte en todas las disciplinas, creándose remesas de
artistas de muy buena calidad, tomando en cuenta que nuestro
pueblo tiene un potencial artístico muy fuerte. Todo eso fue
estimulado y el resultado fue fantástico. Años más tarde se inauguró
el Instituto Superior de Arte, que era algo así como la universidad de
las artes, abriéndose sucursales en todas las provincias... ha sido
colosal el trabajo cultural que ha hecho la revolución cubana».

Vuelve sobre el libro Silvio para traer una idea que se le había
escapado y que ahora recupera: «He observado que durante muchos
años la gente iba a Cuba por libros. Mientras los turistas van a otros
países y compran chucherías, yo recuerdo que los de Cuba, los
turistas se llevaban maletas cargadas de libros. Hoy por hoy eso está
más difícil, por la situación económica. Ahora no hay papel, pero
bueno, como es algo que ya lo probamos y se nos quedó ese gusto,
creo que retomaremos ese vicio».

Cambiamos de tema y nos enfrascamos en el futuro, haciendo casi


ciencia ficción. En Europa, las grandes compañías editoriales se
lanzan al mercado del libro electrónico, los índices de lectura bajan
cada año y la imagen parece que va desplazado la palabra. Silvio
tiene su propia opinión al respecto: «Yo creo que el libro - dice - de
una u otra forma siempre va a existir. Manejo también ordenadores y
tengo programas interactivos y CD-Rom, pero hasta ahora no he
encontrado en los ordenadores nada que sustituya el goce de tener
un libro entre las manos».

«Hay también un problema - añade - 'objetal', de objetos. A mi el


libro me produce un placer: el olor de la tinta, sus páginas. No sabría
decir como va ser el libro pero supongo que siempre van a existir los
libros».

Conversar con Silvio Rodríguez es como oír su música. Uno podría


estar horas delante el escenario, esperando que se quiebre porque
como dice Mario Benedetti, «su voz no es particularmente seductora
sino frágil». Sin embargo, la magia está en lo que dice, en lo que
cuenta y canta. Este es su secreto que no es tal porque quienes le
seguimos desde hace años sabemos que es tan compartido como la
universalidad de su mensaje.
Entrevista a Silvio Publicada en «El Listín»
Diario de República Dominicana.

En el análisis que hemos hecho de tus canciones tratamos de, como


ejercicio, identificar los ejes fundamentales de lo que he definido
como una «Ética Silvióloga» observando que algo notable son esas
referencias a la vida que perdiste...
No lo sé, no lo sé. No lo sé porque realmente mientras estaba en el
ojo del ciclón, como quien dice, no me daba cuenta.

¿Ahora te das?
Claro, ahora si...

Y ¿Es ese el elemento reflexivo de los cincuenta?


En distintas medidas, supongo, pero yo siempre he sido reflexivo.

Si, lo sé...
Inclusive, cuando era muy joven era bastante reflexivo. A veces uno
con los años tiende a memorizar lo que uno era, porque uno se ve en
el presente, en la actualidad, siempre en el último escalón que ha
alcanzado, en el último peldaño, en el último destello de lucidez,
desde el cual analiza, mira, reflexiona, pero a veces
Uno se equivoca a los cincuenta también, en cosas que no se
equivocaba a los veinte. Es posible, es muy posible.

Creo que los cincuenta son tu última oportunidad para equivocarte, lo


cual es maravilloso (risas)...
¡Qué va! Uno puede equivocarse a cualquier edad. No existe una
edad para equivocarse, cuando uno viene a ver, pero no puede ver,
digo yo, es una metáfora...

LA MUJER Y EL AMOR

Quiero preguntarte sobre la mujer y después sobre el amor, porque


ahí tenemos otra discusión pendiente. Conversando con Silviólogos,
algunos son artistas plásticos, otros terapeutas, otros músicos o
fotógrafos, hay siempre un debate, que es lo que más me gusta de tu
obra, (porque nunca hay un consenso absoluto), todo el mundo tiene
su interpretación de tu obra, lo cual es maravilloso.
En el caso de la mujer, por ejem., un amigo afirmaba que para tí la
mujer es un paradigma. Y otro decía, ¡Qué va a ser!, para Silvio son
muy reales... Son Emilia y Rosanna, y no sé, por eso quiero que me
lo digas tu...
¿Y de dónde sacó tu amigo que Rosanna es real? Bueno, puede ser
real ¿no?, pero no tiene que ser una persona. Emilia si es una
persona, una amiga de mi adolescencia, y he hablado mucho de ella
en otras ocasiones. Le escribí muchas canciones, pero por ahí hay
otros personajes femeninos que son situaciones, a veces. La mujer es
un misterio, quizás parte de la esencia de la mística vital, de nuestra
mística, la de los hombres, quiero decir.

¿Un misterio o una búsqueda?


Una búsqueda de la mística, tu sabes que la mística es necesaria. Yo
vivo convencido de eso. Y hay mejores místicas que otras, así como
hay místicas totalmente indeseables. En los últimos años mucha
gente corre el riesgo de que los dólares sean su mística, el mundo
utilitario. Hay otras formas de mística que son mejores que eso, que
yo pienso que nos hacen mejores, más humanos. Pienso que parte de
esa mística esencial, por lo menos para mí, la mujer lo ha sido.

¿La mujer como algo intangible?


A veces, pero a veces es algo muy tangible, hasta te puede amoratar
un ojo si se presenta el caso. A veces los fantasmas se materializan,
tienen nombre y apellidos, muchas veces andan por ahí, dándote
vueltas.

¿No corres el riesgo de andar persiguiendo un ideal? ¿O un misterio?


Se corre el riesgo de que cuando se presenta no es lo que
buscabas...
Se corre el riesgo de ser humano y de vivir en un planeta y no saber
qué rayos es lo que se ha hecho, imagínate tu. En estos tiempos
estamos embarcados todos.

¿No temes que en realidad ninguna mujer sea realmente como dices,
o sueñas, y que por lo tanto no te detienes y sigues buscándola?
Eso puede sucederle a alguien en algún período de su vida...

O sea, a ti no te ha sucedido...
A mi me ha sucedido... y me ha des-sucedido...

Yo por ejemplo, veo mujeres muy distintas en tu creación, o ¿son


todas parte de la misma mujer?
Pienso que si, que son un poquito de todo, pero bueno, nunca me he
detenido a pensarlo...

Aparte de las conocidas, como la terrible mujer de Chile, o la del óleo


de una mujer con sombrero...
Si tu supieras que la de Chile no fue tan terrible...

¿No? He pensado mucho en eso, en qué querrías decir tu cuando


defines a una mujer como terrible...
Todo lo que deja una huella puede ser calificado de terrible... Si
hubiese dicho maravillosa ¿Te hubieras detenido en la palabra?, para
hacerle justicia a ella, que no era tan terrible en el sentido de lo
terrífico, de lo tremendo, aunque tremenda si era, quizás debí haber
puesto tremendo, pero creo que no me gustaba, no me sonaba...

Además no sonaba bien...


Todavía no suena bien, quizás algún día...

LA CORDURA

Tu te vives defendiendo de la cordura en tus canciones...«Y que el


cielo me libre de cordura», y ahora ¿estás cuerdo?
Bueno, ahora concedo entrevistas...(risas)

¿Eso es parte de tu cordura?


Imagínate tu, eso es parte de la amistad...

Explícame eso de «Tengo un corazón mutilado de cordura»; «Hablo


de un corazón que se defiende de su vieja y usada maquinaria»;
«hablo de un parto en una funeraria»...
Esa canción me la criticaron mucho, porque habla de un parto en una
funeraria, creían que era un ripio, y me dijeron: Pero Silvio, ¿por qué
metes ese ripio ahí? Coño, ¿qué ripio? Un parto en un lugar donde
está la muerte quizás era demasiado obvio ¿no?, pero me vino tan
bien con todo lo que estaba escribiendo...

A mi esa canción siempre me gustó, pero desde que la cantó Soledad


Bravo, que la interpreta mucho mejor que yo, desistí de ella, de
cantarla. Ella hace una interpretación fabulosa.
A mi esa canción me llamó mucho la atención porque me decía: No
puede ser que tenga cincuenta años renegando de mi cordura y
ahora Silvio diga lo contrario...
Tu sabes lo que pasa, que a veces es difícil, como dice el dicho ese,
mencionar la soga en casa del ahorcado. Yo recuerdo cuando estaba
alfabetizando en las montañas del Escambray. Yo tenía catorce años
y entonces había bandidos por allí y había una lucha, una guerra en
el centro de la isla, una guerra que duró como cinco o seis años,
después del triunfo de la Revolución. A los alfabetizadores que
estábamos por ahí nos sacaron porque mataron un alfabetizador. Y
yo recuerdo que a veces tenía que caminar por los trillos de noche y
que lo que hacía era silbar, y era como una forma de conjurar los
temores, y además no creo que silbara nada con sentido, sino que
empezaba a silbar y me sentía acompañado.
Silbaba cualquier cosa, y es posible que la palabra cordura yo la haya
utilizado cuando más amenazado estaba por su falta. No sabría
decirte si te estoy diciendo la verdad, pero como me conozco
probablemente te la esté diciendo.
¿Y ahora no estás amenazado?
¿De cordura? No, estoy haciendo ahora las cosas más locas que he
hecho en mi vida...

¿Cómo cuales?

LA FOTOGRAFÍA

Hay algunas que prefiero no comentarlas ...(risas), pero hay algunas


comentables... Dedicarme a lo fotografía por ejemplo. No porque la
fotografía sea algo menospreciable, sino porque digo yo (estamos
hablando de la cordura ¿no?, de un patrón...) eso me interesa ahora
casi más que cantar... Y que en realidad es algo que siempre he
hecho, pero que no me ha ocupado tanto tiempo como en los últimos
dos o tres años. Yo te podría decir que en estos años soy más
fotógrafo que otra cosa, como aprendiz ¿no?, pero le dedico mucho
más tiempo. Me encanta. Es que la fotografía, hacer fotos, es como
hacer canciones, porque cuando uno hace canciones uno lo que hace
es detener un instante del pensamiento, de la vida, de las
sensaciones, de las reflexiones, y lo que haces con el ahora es lo que
la gente te pregunta que fuiste en el momento en que hiciste esa
canción. Y tu podrás volver a pasar por ahí, a lo mejor, pero lo mejor
es que no pases nunca más.
Y no es que uno ande como un colibrí, de saltimbanqui de una flor en
otra, es que a todos cotidianamente nos pasa lo mismo, pero si
tenemos una Cámara y estuviésemos retratando cada instante nadie
se extrañaría. Sin embargo haces canciones y la gente empieza a
decir que eres esto o lo otro, estás allá o acullá. Y es falso eso.

Lo que pasa Silvio es que la palabra tiene un elemento reflexivo,


aunque también la fotografía, pero no sé, se diferencian...
Lo que pasa es que los que vivimos, o hemos vivido de la palabra,
poco menos que nos hemos adueñado del mundo, y entonces, no sé,
hay otras formas de detener el mundo, bailar, pintar...

¿Estaremos arribando al tiempo de los fotógrafos? (risas)...


No, al tiempo de la imagen en todas sus dimensiones...

EL UNICORNIO AZUL

Ese espíritu de rebelión tuya está presente en tus canciones, como en


esa de
«Fábula de los Tres Hermanos», que está en «Rabo de Nube»... ¿Qué
pasó con el cuarto de los hermanos?
Yo tengo un amigo, mi amigo Eduardo Aute, que es un tipo muy
escéptico, no es nada ético, todo lo contrario, su historia es siempre
la historia del antihéroe, pero que es algo así, en esencia, como un
caballero de una ternura extraordinaria, que me dice que esa canción
es la canción más criminalmente escéptica que había escuchado en su
vida y que ni él se atrevería a escribir algo semejante, y yo le dije...
puede ser, pero bueno...

Si, porque la vas construyendo y diciéndonos esto no es, y esto no


es, y esto no es...
Ni la tercera vía tampoco. El problema es que con las canciones no se
puede escribir continuaciones, como en las películas. ¿Sabes lo que
me pasó una vez?
Yo escribí la continuación de «Unicornio», nadie lo sabe, lo acabo de
confesar. Y la escribí como al año, aproximadamente a los dos años
de haber escrito «Unicornio» y no la canté, por aquella cosa de no
hacer un serial de canciones. Me parecía que no. No creo que la
canción sea una mala canción, solo que probablemente no es tan
sugestiva como la primera.

¿Y por qué a «Unicornio», que se basta en si misma, querías hacerle


una continuación y no a la de los hermanos, donde faltaría un cuarto?
Tu pudiste resolver eso, pero no pudiste resolver lo de los tres
hermanos... Ni yo tampoco, yo también me planteo ¿Y ahora qué
digo? Hay una canción que quizás tiene que ver con lo que podría ser
una canción con conclusión que es «Sueño con serpientes»...

Precisamente te iba a preguntar sobre esa canción, porque también


me muevo en el mundo esotérico. ..En esa canción inclusive hablas
de un tiempo de conejos y también te refieres al mundo espiritual en
«Abracadabra»...
En Abracadabra estoy hablando del mal uso, del uso agresivo,
ingrato, de ciertos saberes, eso fue lo bonito que pasó con esa
canción, que me provoca un amigo que un día vino a mi casa y luego
me lleva a unos amigos de él que «veían» y me podían decir
determinadas cosas. Pero lo que vieron fue tan terrible, y lo que me
recomendaron era tan ajeno a mi, tenía tan poco que ver conmigo,
con mi manera de ver, con mis costumbres, que hice una canción...

Raro que te recomendaran cosas porque una de las reglas del mundo
espiritual es que la mejor manera de combatir el mal es ignorándolo,
que es exactamente lo que hiciste...

EL AZAR

Hay reglas que son, especialmente en el mundo afro-cubano.

¿Lo conoces?
Bueno, no soy un especialista, pero es imposible nacer y vivir en
Cuba y no tener una referencia...
¿De quien eres hijo? El que abre los caminos...
De Ogún...

Inclusive mencionas en «Sueño con Serpientes» a un «Tiempo de


conejos» y ahí me pregunté si conocías algo sobre el Horóscopo
Chino...
Mira, a mi eso me ha pasado tanto, de hablar de cosas que luego
tienen que ver con otras cosas que para todo el mundo son tan
obvias, y...

¿Para todo el mundo?


Para alguna gente. Todas mis canciones están llenas de referencias
personales que la gente luego asocia. Me pasó cuando escribí la
canción de «El Mayor», lo de la palma escrita...«va cabalgando, sobre
una palma escrita». Yo no sabía que Agramonte había escrito en una
palma un mensaje a Amalia...¡Dios mío! Y después me encontré con
alguien que me dijo: ¡Oye! ¡Qué linda referencia a Agramonte! Y me
quedé callado ¿no? Haciéndome el que lo sabía, pero eso me pasa
constantemente con las canciones, que digo cosas y las digo por otra
razón y resulta que de pronto, en la cotidianidad, tienen un
fundamento común, algo que es rarísimo, rarísimo.

No tan raro si te piensas casi como un vehículo de lo oculto...


Por eso le doy, por eso valoro tanto el azar, tanto como a la música.
El azar es hasta una potestad, como mecanografiar mal una palabra y
que te salga otra mejor que la que tenías. Eso.

ENTREVISTA VIRTUAL CON SILVIO RODRÍGUEZ


130 PREGUNTAS AL ÉTER
 
He defendido a este gobierno porque creo que encarna lo mejor de
nuestras esencias como país y como historia. No soy más abiertamente
crítico porque tengo más que claras las manipulaciones que
inmediatamente aparecerían. No me gusta la idea de trascender como un
vicioso buscador de manchas. Y aunque tenga milímetros de desacuerdo,
prefiero correr la suerte de la Revolución que apostó por los desposeídos e
hizo una obra social por la que está pagando el precio del martirio.

Trop@ Cósmica
 

 ( para José Ernesto, tropero)

A raíz de un invierno inusualmente frío, a finales de este enero, el


trovador cubano Silvio Rodríguez trató de complacer la avidez de sus
eternos escaramujos troper@s respondiendo 130 preguntas vía e-
mail, en un marco cerrado para ser recopiladas en 15 días. Tarea
“imposible”. Aún continúan llegando preguntas a mi buzón casi
siempre abarrotado. 

Finalmente, aquí está el resultado de un período de nueve entregas


de preguntas y respuestas. Se ha respetado el orden en que las
mismas fueron llegando, por tanto, carecen de secuencia lógica
periodística, teniendo, sin embargo, cual canciones, la urgencia del
rocío.

La Jiribilla pone ahora, a disposición de todos sus lectores, esta


suerte de intercambio entre el Aprendiz y su Trop@ Cósmica: 

1.    Eduardo Rodas (Uruguay)

Te escribo desde la ciudad de Rivera, Uruguay y no quiero


preguntarle nada a Silvio pero sí me gustaría algo: Que tú le
contaras una historia y le digas que tengo una letra que hice
hace algún tiempo..., te cuento (y tú se lo cuentas a él). Hace
relativamente poco tiempo, una amiga uruguaya muy joven
que estudiaba Medicina en La Habana, se murió en la Isla...,
era una militante de la UJC (compañera de militancia de la
Unión de  Juventudes Comunistas de Uruguay) y con el dolor
de ese momento le escribí  algo..., te cuento para hacer breve
este mensaje: Cuando se trajo su  cuerpo a nuestro país en su
velatorio, estaba de fondo la música y la voz de Silvio porque
era —sin duda— lo que ella había querido...

Que Silvio no piense que soy un poeta reconocido. Soy


simplemente un militante político y sindical, un periodista
desocupado que escribe versos de carnaval para conjuntos
locales, solo eso...

Para ti y para él un gran abrazo desde este Sur de nuestra


América, la pobre,

Eduardo.

Si Eduardo prefirió no revelar sus versos es una decisión que por


supuesto hay que respetar, aunque estoy seguro de que deben ser
conmovedores como esta historia.

2.    Cintia, Trovadora de Alma (Argentina)

La pregunta para Silvio, bueno no es una pregunta, solo un


agradecimiento: Por hacernos sentir libres en nuestra tierra,
por hacernos entender de una y mil maneras "que un mundo
mejor es posible".
Pues, qué bueno que tú también sientes que un mundo mejor es
posible, porque mientras más personas creamos en eso, seguro lo
estaremos acercando.

3.    Bea (Nicaragua)

Con motivo del  aniversario 25 de la Cruzada Nacional de


Alfabetización, que será el día 23 de agosto de 2005, hemos
conformado, desde ya, un comité de celebración. No es una
iniciativa de Partido, sino de personas autoconvocadas,
presidida por el Padre Fernando Cardenal Martínez, quien era
el Coordinador Nacional de la CNA, y ahora está a cargo del
organismo Fe y Alegría, que se dedica a trabajar con niños. El
resto de los integrantes del movimiento somos gente que en el
momento de la Cruzada estábamos en órganos de dirección de
la misma o alfabetizando directamente. También estamos por
organizar un "grupo de notables", donde incluiremos a
educadores, investigadores, cantautores y demás personas
que también estuvieron relacionadas con la jornada histórica.
Siempre en busca de sumar elementos positivos para la
realización de la conmemoración.

¿Aceptarías venir a celebrar con nosotros el  aniversario 25 de


la Cruzada Nacional de Alfabetización?

Te cuento que desde que celebramos el  aniversario 20 estoy


con la inquietud, y ya he logrado prender a todo el equipo
organizador. Incluso, Fernando estaba viendo cómo llegar a
alguien que te lo planteara. Ya que hay esta oportunidad
directa de hacerlo... ¿Cuál sería tu respuesta? y de ser sí...
¿Cuáles son los pasos a seguir y cuáles las condiciones?

Antes que todo, muchas gracias por pensar en mí para esa


celebración. De asistir, personalmente también estaría celebrando el 
aniversario 25 de la primera visita que hice a Nicaragua, que
justamente fue cuando partían los alfabetizadores. Pero como falta
todavía más de año y medio, me parece que estamos un poco
anticipados. Creo que lo mejor sería que nos volviesen a contactar
dentro de un tiempo.

4.    Guityen (Honduras)

Silvio, ¿qué es para ti ser libre?

Parece complicado ser libre. Debe ser por eso que uno se conforma
con retacitos de libertad como la hora del recreo, o como cuando nos
encerramos en el baño, o como cuando nos vamos una tarde con una
chica al cine, o como cuando conducimos por primera vez un
automóvil. Pero te advierto que contestando preguntas jamás me
siento libre.

5.    Erick Zamora (Guatemala)

Aunque quise hacerle mi pregunta en vivo a Silvio,


lastimosamente no pude, estaba en la ciudad de La Habana, y
vi que no tenía nada que perder y mucho que ganar, decidimos
ir a la casa de Silvio y preguntar:

¿Cuándo vas a Guatemala? En Guatemala se te quiere y se te


espera.

Pero, lastimosamente Silvio no estaba en casa, pero bueno,


ojalá sea posible hacerle esta preguntal, ya que me imagino
que a él no hay pregunta que no se le haya hecho.

Pienso que ir a Guatemala no debe ser difícil. Cuando ocurra, ojalá


pueda estar a la altura de lo que algunos amigos esperan de mí.

6.    Homero Muñoz (Uruguay)

¿Si tuvieras que elegir a alguien para revivir, para que volviera
a la vida hoy: Jesús de Nazareth o Ernesto Guevara?

A cualquiera de ellos lo iban a acusar de terroristas, así que me


decidiría por los dos.

7.    Eduardo Valtierra (México)

Es una pregunta múltiple al niño Silvio (de unos ocho años):


¿qué te gustaría ser de grande?, ¿qué opinas del Silvio adulto
(del Silvio en que te convertiste)?, ¿qué le quitarías, qué le
agregarías y qué le cambiarías? ¿Te imaginaste algún día que
harías todo lo que has hecho o, incluso, te has quedado corto y
te faltan muchas más aventuras por realizar? Gracias por tus
respuestas, mi pequeño Silvio. Dales de mi parte un beso a tu
mamá y a tu papá.

De grande me gustaría ser astrónomo, o puede que mejor


astronauta. El Silvio ese que veo me parece muy viejo. Yo le
agregaría pelos y le quitaría estómago. Le cambiaría lo que fuera que
lo apartó del baile (yo bailo muy bien a mis ocho años). Por ahora no
me interesa imaginar lo que haré, porque casi todo lo que hago me
interesa muchísimo.

8.    Julio Gutiérrez


Tengo la suerte de tener 43 canciones inéditas, seguramente
grabadas en algún estudio, en actividades, recitales o debajo
del puente Almendares, pero se  escuchan BIEN y para mí son
un tesoro. Tomando en cuenta la belleza de los  textos y la
maestría con la guitarra que se aprecian en lo inédito, mi
pregunta es:

¿Qué has pensado hacer con tu obra inédita?

¿En los estudios Ojalá, con técnicas modernas de


remasterización, etcétera (y sin volver a grabar tú, por
supuesto) existe alguna posibilidad de organizar, agrupar,
recuperar y finalmente dar a conocer la inmensa obra inédita
(o por lo menos parte de ella) de Silvio Rodríguez Domínguez?

Es cierto que pudiera probar a limpiar esas cintas con algunos


programas que existen y están más o menos a mano. Pero siempre
he pensado que lo mejor sería entregar ese material a especialistas.
Cuando estuve en los estudios de Emi (Abbey Road), averigüé
posibilidades y puede que en algún momento me decida. Por ahora
estoy haciendo versiones de viejos temas, sobre todo de algunos que
no quedaron muy bien interpretados cuando los grabé, hace algunas
décadas. En la época en que estaba en el ICAIC componía casi a
diario y cuando tenía un turno grababa un montón de temas, sin
dedicar mucho tiempo a perfeccionarlos, sino más bien a dejarlos
registrados para que no se me olvidaran. Por eso hay muchas
grabaciones con equivocaciones y desatinos. Yo las dejaba así porque
pensaba que después iba a tener tiempo para grabar como era
debido. Al parecer ese tiempo ha llegado, ahora que existe Ojalá.

9.    Juan Guillermo Barreto (Perú)

Mi pregunta sería:

Si debiera hacer una canción al Perú... ¿en que se inspiraría?

Creo que tendría que estar el cholo Vallejo presidiéndola, desde lo


alto de Machu-Pichu.

10.  Daniel López Villatoro (El Salvador - Nueva York)

La pregunta obvia iría así:


¿Cuándo va a venir Silvio a Nueva York?

Pero como eso suena estúpido, entonces me gustaría


preguntarle al Aprendiz:

¿Cómo ve el futuro de Cuba cuando Fidel ya no esté


físicamente con nosotros?

Veo muy difícil que pueda ir a Nueva York, hace unos seis meses pedí
una visa para viajar a los EE.UU. y no me la dieron.

Respecto al futuro de Cuba cuando Fidel no esté, recuerdo que


cuando era pequeño le preguntaba a mi mamá si yo también me iba
a morir y ella me decía que era inconcebible adelantarse a los padres,
y que por ley natural a ella le tocaría primero. Entonces yo pensaba
que prefería lo inconcebible, antes que enfrentarme a la realidad de
que mi madre me faltara. Fidel pudiera inspirar algo parecido porque
él es una persona paternal y porque de hecho es una suerte de
patriarca. Pero creo que vamos a tener que sobreponernos
inmediatamente a esa pérdida irreparable, porque si nos entregamos
a los lamentos podría pasar que barrieran con su obra y con la de
todos los cubanos –incluyendo a Martí– que dieron todo por nuestro
libre albedrío.

11.  José Alberto Romagoza López (El Salvador)

Maestro, querido y admirado Silvio Rodríguez, ¿algún día


piensa dar un concierto o aunque sea algún tipo de
intervención musical en El Salvador?

José, con tu país me sucede lo que con algunos otros de América


Latina que no he visitado. Guatemala y Honduras completan el caso.
Aunque ya no esté cantando mucho, te garantizo que no me gustaría
terminar mi cita con la vida sin cumplir con ustedes.

12.  Pablo (Chile)

Hola, mi pregunta a Silvio es la siguiente:

¿Cuál fue la fuente de inspiración para crear la canción


“Unicornio”? y ¿Cuándo vendrá a Chile a realizar un concierto
abierto?

La fuente de inspiración de la canción “Unicornio” fue un unicornio


azul que tuve y que se me perdió. Sé que puede sonar raro, pero así
fue. No sé a qué le llamas un concierto abierto. En septiembre pasado
estuve en Chile y no hice conciertos pero canté en tres o cuatro
lugares diferentes.
13.  José Hernández (Venezuela)

¿Eres capaz o estás en capacidad de tiempo y de ganas de


asesorarme en algunos escritos?

Pocas preguntas serán tan egoístas como esta que hice, te


explico, he escrito algunas cosas, algo se lo mandé a Luis
Eduardo, llevo tiempo que no sé de él, pero como podrás ver
en el enlace de abajo me agrada mucho tu manera para la
música. Quiero ponerle música a una o dos cosas que he
escrito. Me gustaría saber qué perciben las personas de lo que
escribo, pero aunque pueda decirse que mi manera no debe
ser retocada por otra persona sería como no decirle a un
pintor que nos retrate, si él es quien sabe pintar entonces que
pinte y nos enseñe. Por otra parte una vez mi papá le dijo a
Antonio Lauro:

—Maestro, yo quiero hacer vals.

Lauro le respondió:

—Ok, enséñame los que ya has hecho.

Se aprende haciendo, lo mío está en el enlace de abajo, queda


la suerte echada, gracias por darme esta pequeña
oportunidad.

http://www.predicado.com/pagina.php?usuario=chemy

José, tan pronto pueda voy a leer tus cosas y ya te diré qué me
parecen.

Otra cosa, soy venezolano y en diferencia de muchos, te noté,


Silvio, muy desanimado en el concierto, puedo saber la
respuesta a:

¿Por qué tan desapegado?

No estoy en ningún bando, no me gustan las guerras que son


entre hermanos caprichosos.

Esa noche lamentablemente estaba enfermo, José. Y no había podido


dormir ni un instante de la noche anterior.

14.  María Díaz

¿Cuál es tu fuente de inspiración poética?


Cualquier cosa que llame mi atención. Incluso personas curiosas
como tú, María.

15.  José Carlos (Málaga, España)

Me gustaría saber si la poesía de tus canciones ha sido más


fruto de los desamores que de las grandes historias de amor,
ya que las emociones que me producen tus canciones siempre
hacen resurgir en mi alma el recuerdo de los amores que
nunca lo fueron...

Podría decirse que hay de todo en mis canciones, historias propias e


historias ajenas también.

16.  Iván “Reparador” (México – Inglaterra)

Supongamos por un momento, solo por un momento, que no


tenemos ningún compromiso con el mundo. Supongamos que
no hay hambre ni miseria en Latinoamérica ni en el Tercer
Mundo. Supongamos que no hay guerras, ni razones para
crearlas. Supongamos que tenemos gobiernos, nacionales y
mundiales, en los que podemos confiar. Supongamos que
entre los mortales impera el respeto al derecho ajeno. En fin,
supongamos que vivimos en un mundo en el que no tenemos
que preocuparnos por mejorar al mundo.

¿Bajo este supuesto, alejado de la realidad por supuesto, cual


es la percepción de Silvio con respecto de la vida y de la
muerte?

Hay algunas canciones que bosquejan un poco una respuesta a la


pregunta, pero me interesa conocerla de primera fuente. Abajo anexo
mis interpretaciones de dichas canciones (se puede omitir la lectura
del anexo si se están respondiendo cientos de preguntas y no se
dispone de tiempo).

No me llegó tu anexo, pero posiblemente el día en que todo sea ideal


miraremos cara a cara a uno de los retos más formidables que
tenemos, Iván, que es el de la muerte.

17.  Lucille Gaudier (Puerto Rico)

Muchos compatriotas boricuas me llaman "Silvita" porque


gran parte de mi repertorio es la música de Silvio.

¿Cual (es) sería (n) el (los) tema (s) que más le agradaría
escuchar interpretado (s) por una fémina?
Cuando lo escucho le hago segunda y tercera voz a sus
canciones. Gracias.

En ese sentido no tengo preferencias, así que estás autorizada a


cantar todo lo que te guste y durante el tiempo que lo desees.

18.  Carlos Javier Molina (Barquisimeto, Estado Lara,


Venezuela)

Es difícil escoger solo una pregunta. Debe ser porque saber no


es un derecho, seguro que un izquierdo. Entre tanta polémica
y retórica, entre el capitalismo y el socialismo, aunque este
último se ha visto debilitado desde la caída del comunismo
ruso, y la constante invasión ideológica barata del estilo de
vida americano, yo he tratado de averiguar más sobre
marxismo, sobre el comunismo, el socialismo, sobre Ho Chi
Minh, Lenin, Allende, etcétera, pero es difícil conseguir
información.

Fíjate, solo puedo hacerte una pregunta y mi pregunta para ti


es sobre la libertad, la libertad de pensar, de creer, la libertad
de escoger, la libertad de irse o regresar, la libertad del simple
decirlo: "Soy libre".

El cubano que no puede tener eso, ¿realmente es libre?

      Llegué a salir del vientre


y me encerraron en una cuna
pude caminar y logré salir a la calle
logré aprender algo y pude salir de la ciudad
logré obtener algo y llegué a salir del país
logré aprender más y pude salir de mi mente
y aprendí que incluso el que más sabe y el que más puede
está atrapado con nosotros en el mundo
y si por más saber y por más poder
llega al espacio, hasta el punto donde llegué
será su cárcel, hay un infinito para sentirse atrapado
la cárcel de ¿hasta dónde podemos llegar?,
estaremos atrapados en lo que podemos,
estamos atrapados en lo que sabemos...
 
Carlos Javier Molina

Carlos Javier, el poema que has escrito dice verdades


estremecedoras. Es cierto que hasta ahora ninguna sociedad ha
estado a la altura de todas las aspiraciones humanas. Yo creo que la
historia es como un largo y necesario aprendizaje que estamos
recorriendo. En ese camino ha habido muchas frustraciones y
posiblemente aún queden amarguras por vivir. Pero yo tengo fe en
que los que vengan aprenderán de nuestros errores y sin renunciar a
las más profundas reivindicaciones lo intentarán una y otra vez,
consiguiendo una sociedad siempre un poco más cercana a la soñada.
Cuba es un paso (creo yo) considerable de esa escalera al cielo.

Por otra parte, creo detectar una especie de inquietud filosófica en tu


cuestionamiento sobre la libertad, muy semejante a la que trasmite
Michael Ende en su cuento “Las Catacumbas de Misraim”. Esta
historia la puedes encontrar en un libro llamado La Prisión de la
Libertad (Alfaguara Literaturas, 1993). Es uno de los planteos más
honestos que he leído sobre el tema, por lo que prepárate para un
altísimo nivel de desgarramiento.

19.  Inés Ruiz Pacheco (Venezuela)

50 años después del éxito de la Revolución cubana y


manteniéndose Fidel Castro como máximo líder, ¿cómo
aprecia la evolución político-cultural de su país?

Partimos de un país con analfabetos y con un sistema social


discriminador de los pobres. Eso ocurría a la par que aparecían las
primeras agresiones externas y tomábamos conciencia de que la
Revolución, como Prometeo, había liberado la luz del saber para
entregársela a los hombres. Los dioses imperiales estrenaban sus iras
y con ello inauguraban la dirección que inevitablemente tendría que
tomar nuestra conciencia, la de una cultura realista y de autodefensa.
Desde entonces nuestra vida tiene dos polos: por un lado las
incógnitas que nos plantea el desarrollo y por otro la adecuación de
toda nuestra forma de vivir a la realidad del bloqueo y al estado de
excepción y provisionalidad que implica. Toda esa gravedad,
sazonada con la sandunga cubana, somos nosotros. La nueva escala
del ajiaco al que hizo alusión Fernando Ortiz.

20.  Jorge Eduardo González (Chile)

Si los habitantes de Casiopea se acordaran hoy de ti, y


vinieran por fin a buscarte. ¿Podrías llevarnos contigo? digo a
Valeria y a mí.

Eso mismo le pregunté a la persona que me contó la historia, así que


ahora somos tres.

21.  Rosa "La Polilla" Báez (Cuba)

¿Me dedicarías una canción?


Si ya Virulo hizo “El Comején”, no veo por qué no pueda hacer yo “La
Polilla”.

22.  Noé Adame (México)

De camarada a camarada…

¿Cómo ves el panorama de que EE.UU. está convocando a una


invasión a Cuba y qué mensaje les darías a los pueblos del
mundo?

Yo creo posible que Bush y sus acólitos, al ver que pierden las
elecciones, quieran usar una agresión a Cuba para subir en las
encuestas. No es la primera vez que un presidente de ese país
comete una agresión para que lo vean como un héroe de Hollywood.
En tal caso considero probable que ese ataque tenga otras
respuestas, además de la nuestra. No creo que alguien de Cuba va a
ir hasta allá a eso, me refiero a los cientos de miles de cubanos que
viven en EE.UU. y van a ver a su país martirizado, y también me
refiero a los millones de amigos que tiene Cuba en todas partes. Si
hubiera una agresión militar a mi país, le pediría a cada una de las
personas que nos conoce su ayuda en todo lo que pueda, en el lugar
que pueda y en el segundo que pueda. Siempre partiendo, por
supuesto, de lo que sé que nosotros mismos nos vamos a ayudar.

23   Marcos Vargas (Chile)

¿Cuándo podremos tener un concierto con toda su música en


Chile? ¿Tiene alguna fecha programada?

Marcos, yo hace ya cuatro años que no actúo profesionalmente. He


asistido a actos de solidaridad, pero por ahora prefiero mantenerme
así. Si alguna vez regreso a la escena estoy seguro de que también lo
haré en Chile.

24.  Roberto (Santiago de Chile)

¿Quién es Verónica del Mar? Felicitaciones por tan excelente


última producción.

Verónica del Mar es una leyenda urbana acerca de una misteriosa


mujer de los bares nocturnos. Y gracias.

25.  Esneider Marín (Colombia)

Soy músico, además gran amante de la nueva trova y de tu


trabajo. En verdad tengo muchas preguntas para hacerte pero
como solo es una ahí va: de todo este proyecto de la nueva
trova y de la Revolución, además porque de lo que he leído, en
algún momento tú dijiste que te habían votado de Cuba,
aunque aclaraste eso me gustaría saber:

¿Qué significan actualmente Cuba y el gobierno cubano para


tu trabajo como artista? Además eres un artista que para
muchos te presentas como referente de una revolución que
aún da esperanzas a una América sufrida.

Silvio Rodríguez, creo que todavía tienes mucho que decir y


que cantar; porque el mundo como está no merece perder a
creadores e intérpretes de la realidad como tú, y por otro lado
gracias por Cita con ángeles, está tremendo.

Visita: http://www.adosmanos.cjb.net

Estimado Esneider: cuando dije que una vez me botaron de Cuba,


contaba algo que de verdad me sucedió. Este fue un funcionario que
en el año 1968, acalorado en una discusión, me dijo que a partir de
aquel momento yo no podría trabajar “en nada de la Revolución”
[sic]. Pero afortunadamente yo tenía claro que la Revolución no era
propiedad privada de nadie y seguí trabajando donde me
correspondía, como he seguido haciendo hasta el sol de hoy.

Con los años he llegado a ser visto (según dices) “como referente de
una Revolución que aún da esperanzas a una América sufrida”. Vaya
paradoja, podría pensar alguno. Y, sin embargo, eso se explica
porque ni en 1968 (ni nunca) he mantenido una relación incondicional
con las instituciones o las medidas oficiales, ni siquiera ahora que soy
diputado a la Asamblea Nacional. He defendido a este gobierno
porque creo que encarna lo mejor de nuestras esencias como país y
como historia. No soy más abiertamente crítico porque tengo más
que claras las manipulaciones que inmediatamente aparecerían.
Aunque creo que la autocrítica comprometida es imprescindible para
avanzar, no me gusta la idea de trascender como un vicioso buscador
de manchas. Y aunque tenga milímetros de desacuerdo, más bien
prefiero correr la suerte de la Revolución que apostó por los
desposeídos e hizo una obra social por la que está pagando el precio
del martirio. Es lo más parecido a la leyenda cristiana que conozco.

26.  María Verónica Diana (Rosario, Argentina)

Una sencilla pregunta a Silvio en relación con aquella canción


en la que afirma “el sabio delito que es recordar...” si esto es
así, quisiera saber, según Silvio:

¿De qué materia está hecho el olvido?"


Espero la respuesta, y una vez más, muchas gracias y salúdalo
de parte mía, ya que no puedo hacerlo personalmente y decíle
que lo extrañamos por estos pagos en que nació el Che.

Obviamente, de la estúpida legalidad.

27.  Yolanda Cativo (El Salvador)

Los salvadoreños hemos esperado una visita de Silvio desde


hace años. Quisiéramos saber la posibilidad de que esta se
realice en un plazo no muy largo.

No tengo idea, ojalá pueda ser y pronto.

28.  Jorge Calderón González

Has debido escuchar muchas definiciones sobre ti y halagos de


todas partes. Solamente puedo decirte que nunca terminas de
llenar mi asombro por tu capacidad de creación, la descripción
de la belleza y la extrema sensibilidad, de manera singular,
absoluta.

Mi pregunta es la siguiente: Hace algún tiempo leí una


entrevista a ti, en donde decías que tenías grabadas con
Afrocuba muchas canciones que no se incluyeron en los dos
discos con ellos (“Causas y Azares” y “Oh melancolía”)...

¿Piensas editar otro disco con esas canciones? A cuántas


gentes nos agradaría. Sería un gran regalo de tu parte.

En la última etapa grabamos algunas canciones de discos anteriores,


las que incluíamos en los conciertos como nuevas versiones
(“Pequeña Serenata”, “Río”, “Sueño con serpientes” y otras).
También quedaron grabados algunos otros temas que siguen sin
estar editados. Pero antes de mostrar todo esto tengo que hacer un
tiempo para las mezclas.

29.  Martha L. Castillo (Argentina)

¿Cuándo vas a venir a dar un recital popular a Argentina?

Tan pronto llegue la hora, querida Martha.

30.  Jorge Ruiz (España)

Soy de España, y de las pocas veces que ha estado dando


conciertos en el país, no he tenido oportunidad de asistir. Me
gustaría saber si va a ser posible verle por España en breve,
dando algún concierto, y a ser posible en Andalucía.

Por ahora no, Jorge, pero cuando lo haga te garantizo que pasaré por
Andalucía, a ver si se me pega el duende.

31.  Pekos Saucedo (Bolivia)

Mi pregunta a Silvio es simple: si le gustaría venir al Festival


de Música Barroca y Renacentista que se realiza cada dos años
por acá por mi tierra. Es a nivel mundial y él solo vendría en
calidad de invitado especial, por favor trasládale la invitación.
Esto es para abril, y mi otra pregunta es: ¿Por qué en el disco
Cita con ángeles  y en la misma canción no incluyó la estrofa
que dedica al Che?

Para este abril ya tengo compromisos, aunque de todas formas


gracias por la invitación. La estrofa del Che no quedó porque cuando
la hice ya la canción estaba grabada. El montaje era algo complejo y
me hubiera llevado mucho tiempo poder repetirlo todo, con tantos
músicos que participan. Aún así la versión que habla del Che está en
el disco que hicimos para los damnificados de Santa Fe, en Argentina.

32.  Juan Carlos Zenil (México)

Me gustaría preguntarle: ¿qué relación tienen la mujer y el


sombrero con él y sus canciones? Es algo que en verdad me
gustaría saber.

Era una mujer que llevaba un sombrerito blanco con una pluma
violeta y cuando la conocí se me coló en una canción y cerró la puerta
con llave. Así que me encogí de hombros y la canté.

33.  Carmen

Hola Silvio, espero que si lees esto me respondas:

¿Por qué ni cuando estuve en La Habana en 1981 pude


contactarme contigo?

¿Qué te ha inspirado tanto pero tanto para desbordar tanto


amor, pasión, solidaridad, justicia y sobre todo paz, en tus
canciones?

Porque eso es lo que inspiran. Y lo que ha hecho EE.UU. al país de


ustedes y a otros como el nuestro es para llenarse de coraje y mejor
me lo reservo.
La verdad, Carmen, yo no me propuse ser así, solo que lo fui siendo
sin darme cuenta, mitad respondiendo a mis instintos y convicciones,
y mitad sabiendo que me escuchaba gente y estaba feo aquello de
mostrar lo peor y no lo mejor de uno mismo.

34.  Ezequiel (Ituzaingo, Argentina)

Si él podría amar tanto a una mujer, hasta el punto en que ella


signifique su propia vida, y hasta estar convencido de que la
amará mientras viva, así pasen los siglos y ella siga
rechazándolo.

Ezequiel, yo sé que puedo amar, y mucho como cualquiera, pero


como no se me ha dado el caso tal y como lo pintas preferiría no
asegurarte nada, no vaya a ser que me equivoque.

35.  Yamandu Salcedo (Nogoya Entre Ríos, Argentina)

Soy de Nogoya Entre Ríos, Argentina, me gustaría saber


cuando venís a la Argentina, lo más cerca que tengo para
llegar a verte y sé que si venís podés llegar a Rosario, Santa
Fe.

Yamandú, la verdad es que no sé cuándo vuelva a pasar por allá,


aunque me gustaría complacerte.

36.  Carlos (España)

Soy un joven que ama a Silvio por todo lo que me ha ofrecido,


todavía a veces me creo que tus historias son las mías, que me
las invento yo. Porque tu magia se versa en inventar un
mundo para nosotros. Si pudiera ser posible me encantaría
que me dieras una breve opinión acerca de este poema. El
motivo es que me gusta escribir, pero necesito una crítica real
de mis cualidades. Muchas gracias de todo corazón. Suerte en
tus andanzas, aprendiz de brujo.

Cómo dejar que tire alguien los dados

CQT 04-01-2004

Estoy vivo solo cuando tú lo estás


cómo dejar que tires tú los dados
si sé que pueden caer del otro lado,
déjame rescatarte en nuestra siesta.
 
Cambias tu acento de vida despacio,
ya no vuela tu cariño hasta mi nido
y el mío de tanto pesar se ha caído,
ya no decido yo en mi propio espacio.
 
Me fui sin recuerdo ni despedida,
luego el aire fresco del norte
y ya llegaste a Londres en bienvenida,
con las manos desnudas como resorte.
 
Viniste con principio de intenciones,
una historia de amor de película
y retomarnos los besos, más municiones,
lejos de escenas de batallas ridículas.
 
Rodeando el minutero por excelencia
nos miró Londres por su ojo,
la puerta nos llevó al país de Alicia,
y una ardilla vigilando de reojo.
 
Cupido titubeó una flecha de mármol
pero la iluminación le cegó primero,
Soho, vestido de navidad pero sin árbol,
nos regaló una hora de collares de cuero.
 
El glamour en Leicester no fue Nicole,
sino tus senos agrandándote la ropa,
el viento como la vida iba en popa,
y con ella, el domingo salió nuestro sol.
 
La magia se llamaba Covent Garden
y me resucitó en el milagro sin flores,
fábrica de momentos para soñadores
que dejaron atrás males que nos arden.
 
Vencido por la guitarra y su canción,
se hizo ruido con mi voz de alambre
ni la vela ni el desnudo se encendió,
y quedé vencido, muerto de hambre.
 
Volví a mirar dos meses de acordes
para pensar que mi mejor punteo
no estaba entre mis manos torpes,
fue mi amor etéreo soñando que te veo.
 
Del silencio nace el puente y su torre
para darle espacio al corazón con un río,
ofrecer las vistas del E-48 sin el vino,
y desviar la nostalgia del que corre.
 
Advertimos tantos mundos en el mismo
Whitechapel con su burka y su mezquita,
el huevo financiero al lado, nuestro guía
y "have a look "en Brick Lane, un abismo.
 
Saludamos las calles con buses rojos
y me reencontré contigo, mi cometa,
besándonos en Portobello a tu antojo,
y perdiéndome en la foto por tu camiseta.
 
Qué sería de un domingo sin Camden,
vino el olor a comida y tú fuiste mi brisa
los buenos olores todavía me invaden
y los mushrooms están llorando de risa.
 
La calle más transitada por los souvenirs
nos cambió láminas, posavasos y tazas
por la duda de los regalos y su certeza,
el camino ya estaba andado hasta su fin.
 
De regreso, nos despedimos de la isla
donde Robin lanzaba manzanas verdes,
y ya en Barna te pierdes y me pierdes
con Love Story que nos atrapa y nos aísla.
 
Estoy vivo ahora que tú también lo estás,
cómo no dejar que tires tú los dados
si vuelo sincero, kamikaze enamorado,
ya no recuerdo ni un verso de aquí atrás.

Querido Carlos, si te interesa mejorar tu composición formalmente,


podrías, por ejemplo, definir el tipo de rima que vas a usar
(consonante o asonante) y cada cuántos versos rimarás. Con esto
obtendrías una estructura más coherente. Te advierto que si dejamos
que las palabras se cuelen dondequiera pueden aparecer cacofonías
(nido-caído-decido). Y tampoco estaría mal definir el material poético
del puramente anecdótico, porque una cosa es un poema y otra
puede ser una historia contada en versos. Trabaja con esas cosillas a
ver qué tal resulta… Y gracias por la confianza.

37.  Alicia y Héctor (Alihec) (Argentina)

¿Quién es la Alicia que nombra en el tema “A caballo” del CD


Descartes?

La mismísima del país de las maravillas.


38.  Paula Saraco (Buenos Aires, Argentina)

¿Tiene pensado venir a tocar a este país?, y de ser así, ¿hay


alguna fecha estimativa? Muchas gracias.

Querida Paula, por ahora no tengo nada programado.

39.  Yuri Morales (Cienfuegos, Cuba)

Soy aficionado a la guitarra y a todo lo relacionado con la


nueva trova, entre mis aspiraciones o dentro de las metas que
quisiera alcanzar está la de poder expresar lo que siento a
través de la música, ya sean ideas, sentimientos o cualquier
otra expresión del ser humano. En mi opinión Silvio logra esto
a través de sus canciones, expresa realmente lo que quiere o
lo que quisiera, el porqué y el cómo de las cosas. Mi pregunta
es:

¿Qué me aconsejaría Silvio Rodríguez para poder alcanzar


esta ambiciosa meta?

Yuri, lo único que puedo aconsejarte es que hagas una y otra vez eso
que sientes que deseas hacer.

40.  Isa Rodríguez (Venezuela)

¿Crees que existe vida en otros planetas?

Muchas gracias, Silvio, por estar siempre pendiente de las


personas que te amamos. Un abrazo por siempre.

Isa, estoy rotundamente seguro de que en muchos lugares del


Universo existe no solo vida, sino vida inteligente además.

41.  Dalila López (México)

¿Cómo ve un poeta la combinación entre el respeto a la


diversidad cultural y la conservación de la unidad en una
nación, como México por ejemplo?

Mi amor fraterno.

Querida Dalila, supongo que para que haya unidad es necesario que
primero exista la diversidad. ¿Cómo podríamos unirnos si no
diferimos? Lo mismo si se trata de un equipo deportivo que de un
país. Tengo entendido que México está formado por diferentes
pueblos, aunque casi todos son de la misma raíz náhuatl. Porque la
verdad es que los desteñidos vienen a ser los menos, ¿no? En cierto
momento de la historia ellos fueron la cultura vencedora y por un
tiempo impusieron sus reglas, pero la formación de la nación
mexicana fue regada con la múltiple sangre de todos sus hijos y eso
es lo que empareja, al menos teóricamente, los derechos de sus
ciudadanos. Entonces se podría agregar que todas las etnias que
conforman a una nación tienen que quererse, que es la mejor manera
de respetarse. Eso implica, por supuesto, igualdad de posibilidades, o
sea, los mismos derechos a la salud, a la educación y al trabajo, para
que todos lleven el nombre de su nación con el mismo gusto. (Y
gracias por el piropo de “poeta”).

42.  Adriana Guerra

¿Qué significa la canción “Desnuda y con sombrilla”?

¿Qué significa? Pues ni más ni menos que lo que cuenta: una mujer
desnuda y con sombrilla, más un tipo asándose de calor a su lado.

43.  Sara Santa Cruz (Ecuador)

¿Qué emociones te produjo la declaración realizada en Bogotá


por Pablo Milanés sobre la libertad de opinión en Cuba?

¿Emoción? En todo caso me produjo reflexión, junto al respeto que


siento por todo el que expone con honestidad sus opiniones.

44.  Christian L. Madia (Argentina)

En el caso de que sea verdad la preparación de un nuevo


álbum con canciones muy antiguas:

¿Cuáles son las canciones que anda preparando para este


nuevo trabajo?

Por ejemplo: ¿están incluidas canciones como “Variaciones


sobre un viejo tema”, “Emilia” y/o “Navegando nubes”?

Ninguna de esas tres, porque las tengo reservadas para otra ocasión.
Entre las que sí están podría mencionarte “El Barquero”, “Judith y
Terezín”, que son canciones que quiero mucho.

45.  José Conde (Cuba—Alemania)

Siempre he tenido la curiosidad de saber cómo llegaste a la


teología de “Jerusalén año cero”. Inicialmente pensé que
habías leído algo de la teología de la liberación, pero resulta
que tu canción es de 1969 y el libro de Gustavo Gutiérrez que
da inicio a esta corriente es de 1973. Me gustaría, si logras
volver tantos años atrás, que contaras un poco al respecto.

Posiblemente para que se escribiera el libro primero tuvieron que


ocurrir algunas cosas. “Jerusalén año cero” me salió por reflexiones
propias de aquella época, que era de insurrección armada, en la que
muchos cristianos estaban enrolados, a veces incluso sacerdotes
como Camilo Torres. Yo tenía amigos católicos practicantes, como los
poetas Cintio Vitier y Fina García-Marruz, a quienes veía a menudo y
con los que conversaba de estos y otros temas. Recuerdo que la
primera vez que canté esta canción en público fue en una reunión en
casa de Felicia Cortiñas y Luis Rogelio Nogueras. Aquella noche creo
que estaba Roque Dalton y también un cura revolucionario, un gran
poeta que acababa de conocer y comenzaba a admirar, Ernesto
Cardenal.

46.  Julio César Martínez (México)

¿Cuándo va a crear una canción Silvio reivindicando la lucha


social en México?

No me parece que me corresponda hacer una canción que pueda


provocar ese tipo de fricciones, mucho menos tratándose de México.
Pero sin ofender a nadie bien que pudiera intentar un corridito a
Emiliano Zapata, por ejemplo. Déjame ver si le doy taller a eso.

47.  Fernando Rosas (Colombia)

¿El hecho de cada vez tocar menos ante grandes públicos se


debe a que entre mayor es el número de gente menos son los
oídos dispuestos a escuchar con atención el mensaje que se
brinda, y más las gargantas que gritan exigiendo que la misma
canción suene una y otra vez, aún habiendo tanto por decir
sobre el mundo y para el mundo?

No exactamente. Aunque es cierto que después de cantar tantos


años, de ensayar tantas veces, de viajar tanto, de despertar en
tantos sitios a veces sin saber ni dónde, de escuchar miles de pitidos
en las bocinas y multitud de gargantas reclamándote, uno bien
pudiera tomarse un respiro. Pero no es eso exactamente, o no
totalmente. Es que cantar se me volvió un trabajo, una profesión, y
me gustaba más cuando lo hacía porque en ello me iba la vida. En los
últimos años he sentido más deseos de estar con mi familia y de
dedicar mis energías a todo lo que sea capaz de crear, más que de
reproducir.

48.  Andrés A. Valdivieso


Ministro de la poesía en canto
que expresas dicha y dolor
de mente privilegiada
que nos has dado encanto
y a mi soledad color,
todo lo que escribes
es lo que de la vida recibes
y así en esta tranza misteriosa
mi alma te  pregunta presurosa
¿Cómo fue la primera puñalada?

Seguirás viviendo por mucho, el pueblo necesita de tu cultura


y Dios existe porque eres propósito del cielo, mi querido
hermano.

Déjame darte las gracias por todo lo que haces, por ser mi
amigo y permitir que yo sea tu lejano confidente y espectador,
enamorado de tus poemas. Puedo sentir que no estoy solo en
este valle de oscuridad.

La luz permanezca siempre contigo.

Muchas gracias por esas palabras llenas de piedad. El primer golpe


fue la primera mentira, pero no se puede obviar la inocencia del
primer culpable.

49.  Redpablopicasso Carter Guerra

¿En qué te inspiraste para crear la canción “Unicornio” y a


quién va dedicada?

Me inspiré en una especie de caballito que tuve, no sé cómo le salió


aquel tirabuzón en la frentita. El caso es que se alimentaba de flores.
Un día lo dejo masticando naturaleza y cuando más tarde voy a verlo,
ya no está. Ahí mismísimo fue la dedicatoria.

50.  Diana Cassandro

Mi pasión es escuchar tu música y leer, sobre todo novelas; así


que, qué mejor que saber:

¿Cuál es la novela que me recomendarías leer?

Trata de encontrar La Biblia Envenenada, de Bárbara Kingsolver.

51.  Ricardo Seir (Venezuela—EE. UU.)


¿Es posible admirarte y disfrutar intensamente de tu obra sin
compartir tu pensamiento político ni las causas políticas que
defiendes?

Yo creo que sí, y creo que también lo contrario. Lo digo porque he


conocido personas que han coincidido con mi manera de pensar y no
con mis canciones.

52.  Hipólito Becerra Holgado

¿Por qué Silvio no impulsa un movimiento político


exclusivamente con gente joven?

No me interesa ser político, no quiero convencer a nadie, no tengo


integridad suficiente para ajustarme a un programa. Me gusta andar
a mi aire, y mi aire es más bien despacio, a veces demoro en
entender y no puedo halar a los demás hacia un punto en el que
tengo dudas. De hecho doy opiniones políticas solamente cuando me
las preguntan. ¿No te habías dado cuenta?

53.  Ignaura Tejeda (República Dominicana)

Realmente no sé qué le preguntaría, pero le enseñaría la


radiografía de mi corazón, con un unicornio azul bien pegadito
del lado derecho y muchos, muchísimos besos dominicanos.

Muchos besos para ti, Ignaura, y para ese animalito que anda
contigo. Cuídalo bien para que no te pase como a mí y luego tengas
que estar buscando explicaciones para lo que no hay.

54.  Daniel Paniesi

Silvio, entre tantas canciones que has creado:

¿Tienes una canción favorita o de la cual te sientas más que


orgulloso de haber compuesto?

Antes me gustaba responder a esa pregunta diciendo que la próxima


que haría era la que más me iba a gustar. Ahora te voy a decir que la
que haré mañana.
55.  Gregorio Pérez

¿Dónde puedo conseguir la grabación de “Girón preludio”? Y

¿Por qué se ha alejado del espectáculo?

Puede que esa canción esté en un disco que se hizo hace muchos
años, para un 4 de abril (ese día se celebra la fundación de la Unión
de Jóvenes Comunistas y la Organización de Pioneros José Martí).
Puede que algún día la reedite. Tu segunda pregunta creo que la
respondí un poco más arriba, en la pregunta 7 (número cabalístico) .
1

56.  Manuel Orellana (Chile, 41 años, hasta ahora sano)

Tienes 57 años, con más de 35 años de carrera. La consulta


es, suponiendo que vivirás 100 años (en buen estado físico):

¿Hasta cuándo piensas seguir inventando canciones para la


alegría de nuestros corazones, cerebros, almas, etcétera?

Felicidades y por favor no te mueras antes que yo.

La verdad es que no sé hasta dónde dure, sobre todo en buen estado.


Trataré no solo de no morirme antes que tú, sino de no morirme
nunca. Y si no lo consigo, procuraré estar sano el mayor tiempo
posible. Y haz lo mismo tú, para que entre otras muchas cosas sigas
dándome ánimos.

57.  Ayelen (Argentina)

¿Cuándo vendrás a la Argentina? Hace mucho que te


esperamos.

Hace seis años que no paso por la Argentina, para ser más exactos.
Yo también me acuerdo del afecto que he recibido allá y siento el
peso de la deuda. Espero poder ir pronto.

58.  Juan Carlos Salazar (México)

¿Cómo considera usted la traición?

¿Qué hace o haría usted para afrontarla?

Supongo que eso depende de a lo que estemos llamando traición. Si


pudieras ser un poco más específico podría contestarte mejor.

59.  Ana (Argentina)


En tantos años de trayectoria:

¿Cuál es la rutina (técnicamente hablando) que sigues para


componer canciones?

Por ejemplo, algunos dicen que apuntan ideas sueltas y luego


las recogen, las unen, otros dicen que primero componen la
letra, luego la música o viceversa.

¿Cuál es tu metodología de trabajo, Silvio?

No tengo rutina. Como algunas ideas se me ocurren en situaciones


donde no me es posible continuarlas, tomo notas tanto literarias (en
papel) como musicales (generalmente con una grabadora, aunque a
veces también en un rudimentario pentagrama). A veces trabajo
sobre ideas que se me ocurrieron hace años, cuando doy con un
casete grabado o con algo anotado en una libreta o en un libro. Muy
al principio hacía las canciones de un tirón, trabajaba
ininterrumpidamente desde que se me ocurría una idea hasta que la
dejaba terminada. Eso pude hacerlo sobre todo cuando viajaba en el
motopesquero Playa Girón, en el que fui dueño absoluto de mi
tiempo. Pero ni antes ni después de aquello pude gozar de tanta
libertad.

60.  Erick Sandoval (México)

¿Cree que la trova contemporánea en México es de verdad


trova, o solo es canción bohemia en la que la protesta se ha
perdido?

Supongo que te refieres a las canciones intimistas con respecto a las


que plantean temas más sociales o ideológicos. Para mí siempre es la
misma trova, cante lo que cante. Todos los temas caben en las
canciones y un mismo autor puede saltar de asunto en asunto como
una abeja chupa néctares. Pero la verdad es que no conozco lo
suficiente la trova actual mexicana como para notar eso que afirmas.

61.  Gustavo Fernández (Ecuador)

Quisiera saber:

¿Algún día podrías llegar a visitar una de las ciudades más


lindas del Ecuador, Cuenca?

Sería lo máximo poder llegar a escucharte en vivo.


He escuchado sobre la belleza de Cuenca y sobre su Universidad. Y
no eres el primer cuencano (¿se dice así?) que tiene la gentileza de
invitarme. Tan pronto se pueda seguro que lo haremos.

62.  Javi—Irene (España)

¿Cuándo te veremos cantando por España?

Lamentablemente por ahora no tengo fechas. Gracias por la


invitación, especialmente valiosa en estos días por venir de España.
Espero ese reencuentro más temprano que tarde.

63.  Brujinuski (España)

Llevo desde los seis años escuchándote y tocando en la


guitarra tus canciones. Podría decirse que 90 % de tus
canciones editadas en España las sé tocar como tú las tocas.
Créeme que no fue un camino fácil, pues no tenía más
recursos que tus cintas y cómo no, una guitarra.

Soy una persona humilde que cree en los sueños, y el mío es,
desde que te oí por primera vez, el tocar contigo aunque solo
fuese una canción, pero me resultas bastante inaccesible
desde donde yo vivo. Todavía camino en busca de ese sueño,
como dices en tu canción, pero por mucho que yo haga desde
aquí (que no es poco lo que estoy intentando), no me puedo
acostar en mi cama sin pensar en que un día te pueda conocer.
Me dirás que siga luchando por ese sueño, y que algún día
llegará, pero se demora.

Iría a donde hiciera falta para poder estar cerca de ti, tanto
físicamente como musicalmente y poder hermanar nuestras
guitarras en un solo canto entre los dos. No sé qué más hacer
para que este sueño se vuelva de carne y hueso.

¿Qué más debo hacer para poder conocerte?

He crecido contigo, e incluso te conozco mejor a ti que a mí


mismo. Te  asombrarías de cómo siento tus letras, cómo
escudriño en cada verso lo que quieres llegar a decir. Hasta
me han ofrecido conciertos en mi ciudad, conciertos solo sobre
tu vida y obra.

Sé que está mal intentar copiar a otras personas, pero me


siento vivo tocando tus canciones tal y como tú las tocas.

Sé que será una de tantas cartas o preguntas que te habrán


llegado, pero…
¿Cómo explicarte con palabras que lo eres todo para mí?

Un gran abrazo desde cada acorde.

No te puedo garantizar cuándo podremos conocernos, ni siquiera si


eso sucederá, aunque ojalá pudiera complacerte. Supongo que debe
ser tremendo trabajo ese de aprenderse las canciones tal cual uno las
oye. Yo nunca he podido hacerlo, así que en eso te juro que eres
mejor que yo. Toma nota.

64.  Rafaello (Italia)

Compañero Silvio, espero no abusar de tu amable


disponibilidad si a la pregunta le agrego también una
esperanza y una promesa que también es otra esperanza.

La pregunta es:

¿A quién te refieres en la canción “Ese hombre”?

A veces he pensado que te referías a Fidel, pero no estoy tan


seguro.

La esperanza es que un día publiques tus versos. Y no me


refiero a Que levante la mano la guitarra, sino a algo un poco
más personal, algo que incluya no solo la letra de tus
canciones, que ya de por sí son poemas, sino también algo
más tuyo, que seguramente has de haber estado escribiendo a
lo largo de estos años.

La promesa es la que no pude cumplir la vez que viniste a


Florencia. En caso de que vuelvas una próxima vez, me
gustaría acompañarte a visitar mi ciudad.

Querido Rafaello: qué extraña manera de saludarnos a través de esta


vía. También es increíble que te hayas encontrado con Roberto
Fabelo, quien por supuesto me entregó tu nota. Eres una especie de
duende florentino que sabe estar en el lugar y la hora precisos.

Ese hombre soy yo mismo. Yo había pasado todo 1976 visitando y


pendiente de Angola, donde había guerra y corríamos peligros, y al
siguiente año estaba por primera vez en España, un país que nos
aplaudía y deliraba con nosotros. Me empecé a preguntar si no me
estaría volviendo vanidoso y me hice la canción como recordatorio.
Se la canté a los amigos y algunos pensaron lo mismo que tú, por eso
la guardé durante años, hasta que volvió a aparecer y decidí incluirla
en Expedición.
No he publicado otros textos porque no me parece que valga la pena.
Si regresamos a Firenze (ojalá) te buscaremos para andarla contigo.

65.  Ariel Ceri (Uruguay)

Con tu música conocí personas, una de ellas me terminó


robando las noches, y como un tumor, me fue tomando cada
parte de mí, hasta transformarme.

¿Me regalarías alguna prosa, algún pedacito de un poema para


recitarle a esta persona?

SOBRE LA ARENA trazo con mis dedos una doble


línea interminable como señal de la infinita duración
de este sueño.

José Ángel Valente.

66.  Susana Estruch (Argentina)

¿Cómo es que no te gusta dar recitales, cuando en ellos se


produce esa maravillosa comunión, identificación y respeto
por tu obra, de parte de cada uno de los oyentes—cantantes
que participamos?

Aclaración: yo he estado en todos tus recitales argentinos y he


pensado cada vez que para un trovador no puede haber
momento de mayor felicidad que esa comunicación individual,
íntima, preciosa que se establece.

Si alguna vez dije que no me gusta dar recitales me refería a lo que


rodea a los mismos, más que al hecho de sentarme en una sala a
compartir canciones. Hacer una presentación requiere de una
dedicación extensa e intensa fuera del horario de la misma. Horas de
ensayo individual y de ajustes escénicos, desplazamientos,
entrevistas, o sea, un conglomerado de eventos que conforman lo
que se ha dado en llamar la vida artística.  Esto sin contar el desgaste
que significa saltar de un país a otro, con su correspondiente
secuencia de ciudades y hoteles. No niego que todo esto pueda
resultar interesante, pero cuando llevamos años sometidos a esa vida
también puede pasar que lo que al principio nos parecía
deslumbrante ahora nos resulte aburrido y hasta lleguemos a
cansarnos. Sin embargo, recuerdo que también he dicho que para un
autor de canciones el momento más rotundo de su existencia,
siempre después del inefable instante de la creación, es tener la
suerte de que una multitud cante con él sus invenciones. Y conste
que eso lo mantengo.
67.  Blanca Ortiz

Silvio, ¿crees tener una misión en esta vida y que está por
supuesto relacionada con tu capacidad de expresar
poéticamente tus emociones y pensamientos?

Creo tener la vocación de comunicar, y me hubiera servido de ella de


cualquier otra forma si la guitarra no hubiera dado tan buena
compañía.

68.  Rosa Tabe (República Dominicana)

Basándome en la teoría, para muchos comprobada, de que la


vida tiene distintas perspectivas, no es lo mismo mirar el
mundo a los veinte años, que mirar el mundo a los cincuenta
años.

¿Cómo dirías tú, que han cambiado tus perspectivas desde que
se inicio en ti la idea de cantar, después que se hizo realidad
esa idea, y ahora en tu realidad actual como cantante famoso?

Bueno, eso de cantante no lo comparto, aunque admito haber


intentado reproducir mis canciones a través de mi poco confiable
aparato vocal. Quiero decir que siempre me he considerado más bien
un autor que se atreve a romper el silencio, solo eso. Respecto al
entonces y al ahora, predomina aquel no imaginarme cantando y este
ver que me equivocaba, que la intención a veces puede ser más
fuerte que las posibilidades.

69.  Iliana Sánchez (México)

¿Qué desearía hacer Silvio Rodríguez y no ha hecho hasta este


momento por no atreverse? (y no quiere dejar de hacer en
este plano de vida).

Me gustaría darle algunas vueltas a la tierra en una estación orbital, o


formar parte de la primera expedición a Marte. Cosas que no he
hecho no porque no me atreva, sino porque la realidad no se atreve.
Me gustaría dar un paseo por Asia y quizá vivir algún tiempo en un
país de por allá. China, por ejemplo, India o Japón.

70.  Evita

¿Cómo se inspira Silvio?

¿Cómo se puede hacer para ser tan dulce y tan severo según
la canción?
¿Tan optimista o tan negativo?

¿Cómo es el parto de cada canción?

Evita, yo no me inspiro: las musas son tan buenas que a veces se


ensilvian.

71.  Ana María (Perú)

Hola Silvio: Cita con ángeles es un disco que me reafirma la


responsabilidad de trabajar por la humanidad y mi país, el
Perú, que lucha por salir adelante tras haber perdido más de
setenta mil personas por la violencia política.

Cuando empezó el movimiento de la Nueva trova y la Canción


protesta, tú –sin habértelo propuesto me imagino– fuiste uno
de los artistas que hizo música recogiendo, entre otras cosas,
las opciones de vida de la generación de mis padres. Miles de
jóvenes que no vivimos esa época hemos crecido con tus
canciones por herencia casi genética y hoy tenemos el regalo
de ver nuestro presente en tu voz y tus acordes.

¿Crees que es justo que deseemos –y te pidamos– que aceptes


el reto de contener e impulsar, a través de tus canciones
(como signos de esperanza), la solidaridad y los nuevos
compromisos que hoy el mundo demanda para las nuevas
generaciones?

Hasta cierto punto entiendo que mi trabajo llegue a ti, aunque sea yo
de la generación de tus padres: a mí también me gustan canciones
de los tiempos de mis papás y mis abuelos.  Si alguno de mis temas
todavía resulta útil, para mí es un gusto poder ofrecer un servicio
intemporal. Pero no puedo ni debo asumir lo que no me corresponde
y mucho menos oficializarlo. Deseen y pidan lo que quieran, pero sin
burocracia. Además reivindico mi derecho a tener gorrión y hacer
canciones tristes. Sin que nadie se me ofenda, por favor. Y un besito.

72.  Carlos Busto (México)

¿Cuándo te podremos escuchar aquí en México?

No sé si sabes que hace poco más de un año hice algunos temas en


la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. Claro que
siempre me gusta regresar a ese país querido, pero por ahora no hay
nada concretado.
73.  Natalia Mllocco (Argentina)

Ante todo me disculpo por formular una pregunta tan vacía


pero es la que me apremia en este momento, quisiera saber:

¿Cuándo volverá a tocar Silvio aquí en la Argentina?

Han pasado varios años del último recital, y la verdad se lo


extraña demasiado.

Un beso y muchísimas gracias por esta oportunidad, y unas


gracias aún mayores, si me permiten, a Silvio que con su
poesía perfuma mis días y le da un respiro a mi alma.

No te preocupes por repetir la pregunta, Natalia. Recuerdo que


cuando estaba más ensimismado jugando, siempre sonaba la voz de
mi madre diciendo:

—Silvito, métete al baño.

Y yo replicaba sin entender:

—Mamá, pero es que ayer ya me bañé…

74.  Gustavo Félix (Pabo—México)

Yo siempre había pensado: si tuviera la oportunidad, ¿qué le


preguntaría a Silvio?, así que la propuesta no me tomó
desprevenido. Mi pregunta era fácil:

¿Qué puedo hacer para devolverte todo lo que tú me has dado


a través de tus canciones?

Era tan fácil mi pregunta que me atreví a contestarla yo


mismo. Por eso se transformó y ahora me atrevo a decirte:

Silvio ¿Quisieras ser mi amigo?

Gustavo, por supuesto que me siento tu amigo. Y más: soy tu


deudor, porque gracias a ti, y a otros como tú, mi existencia cobró un
sentido mucho mejor del que pensaba.

75.  Víctor Manuel Sánchez (España)

Solo una pregunta a Silvio:

¿Cuándo diablos vas a venir a España?


Un tropero desconsolado.

Víctor Manuel, me estimula mucho saber que en España todavía hay


personas que quieren verme y escucharme. Eso me compromete y
seguro va a influir en que suceda. Un abrazo.

76.  Moy Gutiérrez

Quiero preguntar:

¿En la canción “En el claro de la luna” qué quiere decir la frase


de “sueña mi abeja en su edad”?

Gracias por esta oportunidad.

      Sueña talismán querido


sueña mi abeja y su edad
sueña y si lo he merecido
      sueña mi felicidad.

Creo que usaba la abeja como símbolo de laboriosidad, y puede que


me refiriera al trabajador joven que yo era entonces, esperando un
bienestar al fin del deber cumplido.

77.  Claudia Sanchez (Colombia)

¿No te gustaría venir este año a la bella Cartagena de Indias,


en Colombia, a deleitarnos con un concierto?

Me gustaría mucho visitar muchas veces la bellísima Cartagena. Qué


lugar más lindo, qué gente más cálida. Y qué buenas plumas, porque
todavía escribo con una que compré allí.

78.  Vicente Correa (República Dominicana)

Cortésmente le escribo, esperando se encuentre bien de salud,


y a la vez deseando haya disfrutado nuestro libro Crónicas del
doctor Correa.

Nuestra pregunta tiene que ver con los fantasmas que por
siempre le han acosado, de acuerdo a su reflexión al pie de la
canción “Abracadabra”, en el CD Silvio. Me inquieta saber si ya
esos seres abominables comprendieron que Silvio es Silvio, y
nada más. De ser así, a mí también se me quitarían los
retortijones que frecuentemente asoman a mi existencia,
cuando medito sobre esa carga que, por suerte, siempre has
sabido poner en el puesto que le corresponde.
Dr. Correa, hace ya como dos años que leí su libro de memorias y le
aseguro que lo pasé muy bien en compañía de sus variopintas
experiencias. Quiero agradecerle que me lo haya enviado y dedicado.
Respecto a los personajes de “Abracadabra”, hasta ahora me llevo
bien con ellos, creo que porque nos respetamos mutuamente. Le
agradezco mucho su preocupación de galeno, en este caso del éter. Y
cuídese Ud. de la moto, si es que todavía recorre las distancias en
semejante artefacto.

79.  Nelson Nagc

Yo simplemente quisiera saber:

¿Cuál fue la primera canción que escribió Silvio?

“El Rock de los Fantasmas”, en 1962.

80.  Sergio Blanco

En tu canción “Tiempo de ser fantasma” del álbum Expedición


haces un gran llamado de atención, no sé si me equivoco, y
ruego me disculpes si lo hago, pero siento que trasmites una
alerta acerca de algo que inevitablemente va a suceder.

De ser esta inquietud real, ¿cuál fue tu inspiración para


escribir esta canción?

“Tiempo de Ser Fantasma” habla sobre lo que me parece que viene


sucediendo, que es la falta de concreción humana y la necesidad de
esperar por mejores tiempos para que la misma se haga tangible.

81.  Francis Damas (Venezuela)

Yo le preguntaría:

¿Quieres venir a Venezuela en unos meses, cuando Chávez ya


no sea más que un mal recuerdo?

Si fuera positiva su respuesta le preguntaría:

¿Me haría el enorme honor de permitir que fuese su


anfitriona?

Yo lo llevaría a conocer el país en construcción después del


desastre. También le haría unas arepas y le daría un poco de
tenteacá.
Francis, siempre me gustó Venezuela, siempre me identifiqué con tu
país y con la historia de Bolívar, uno de los padres de Nuestra
América, un hombre venerado por Martí.

Hace dos décadas iba mucho, prácticamente todos los años. Recuerdo
que se daban polémicas alrededor de nuestras visitas. Una vez la
prensa dijo que los cubanos íbamos a llevarnos los dólares de los
venezolanos. Por entonces nosotros no sabíamos ni lo que se cobraba
por un concierto, detalle que solía pactar nuestro Ministerio de
Cultura directamente con los empresarios (por cierto, después supe
que era por muy poco dinero). Lo cómico era que Frank Sinatra
acababa de ir a cantar por una suma fabulosa y resultaba que los
malos de la película éramos nosotros.

También hicieron otras campañas y poco a poco fueron dejando de


invitarme. Yo tampoco insistí en volver y llegó a darme dolor pensar
en Venezuela. Hace poco el presidente Chávez, rompiendo el hielo,
me invitó. Yo me dije:

— ¡Caramba, esos carajos se acuerdan de uno!

Como bien sabes, fui, e hice lo que pude, porque por un lado estoy
fuera de práctica y por otro no me sentía muy bien la noche del
concierto. Ahora tú me quieres invitar a una Venezuela sin el
venezolano que se acordó de mí. Y yo creo que sería un
malagradecido si no te puntualizo todo esto, aunque no dudo que
esas arepas que me brindas deben estar riquísimas, además del
tenteacá. Vamos a ver si nos las podemos comer superando el
desastre del rencor, y sin faltarle al pana que después de mucho
silencio me invitó a Venezuela.

82.  Marchela

¿Será prosaico preguntarle a Silvio si quiere venir a vivir a mi


mesita de luz y todas las noches me duerme con su trova y
todas las mañanas me despierta con su extraordinaria
creatividad?

Marchelita, ¿me quieres emplear de tocadiscos?... Mejor no, que te


aburres.

83.  Mauricio (El Salvador)

La pregunta es bastante abierta:

¿Cómo es Silvio Rodríguez en el estudio?


Me refiero a cómo es tu experiencia al grabar un disco, si
llegas al estudio solo a descargar partes que ya has trabajado
en tu casa, o si en el estudio cambian los planes, modificas y
creas en el momento, si tienes la presión del tiempo.

¿Qué tanto te involucras en el equipo a usar por ejemplo


micrófonos, amplificadores, guitarras, efectos, etcétera?

Bueno, en general la pregunta es la misma:

¿Cómo es Silvio Rodríguez en el estudio? Saludos y gracias por


este espacio de comunicación que has abierto.

Mauricio, un estudio debiera ser un espacio de creación. Digo


“debiera” porque ya sabes que las horas cuestan y no todos los
músicos se pueden dar el lujo de disponer de un estudio durante todo
el tiempo que lo desean.

Yo tengo un muy pequeño estudio propio llamado Ojalá, donde he


grabado mis producciones a partir de Domínguez, excepto
Expedición, que tuve que grabarlo en otra parte por las dimensiones
de la orquesta. Mi obsesión por crear estudios de grabaciones
posiblemente parte de los agónicos límites de horario. Siempre
estaba peleándome con los ejecutivos de EGREM (estudios históricos
de Cuba) por esta causa. Eso empezó a pasarme desde mis primeros
discos.

Antes había grabado en los estudios del cine cubano, pero siempre
con prisa, apenas terminando las cosas, siempre sabiendo que podían
haber quedado mejor.

Tomando en cuenta que actualmente soy el productor de mi trabajo,


tiendo a grabar sin prisas. Trato de usar todo lo que tengo a mano:
periféricos, teclados, lo que sea, pero me encantan los sonidos
naturales. Suelo cambiar todo, las letras, los instrumentos, las voces
y hasta las estructuras de las canciones. El disco Unicornio lo grabé
entero casi dos veces. En Cita con Ángeles hubo un número del que
hice seis versiones y al final lo saqué. Grabar es un proceso creador
bellísimo, a veces angustioso y siempre decisivo.

84.  Valentín Miguel (España)

La primera canción que yo escuché de un cantautor cubano


llamado Silvio Rodríguez fue allá por el año 1978. Estaba yo
entonces estudiando en un internado en la Universidad
Laboral de Gijón. Durante ese año ya me sentía orgulloso de
poder canturrear a la guitarra algunas de las más hermosas
melodías que recuerdo.

Con el paso de los años fui recopilando todos sus discos,


afición que comparto con mi mujer. Habiendo también
compartido un par de conciertos. Hoy de sobremesa,
conversábamos sobre aquellas canciones de los orígenes,
guitarra y voz que:

¿Por qué no graba con medios actualizados y en una calidad


digna de su música aquellos viejos temas del estilo de “¿A
dónde van?”, “Con diez años de menos”, “Te amaré”,
etcétera?

Y esta es la pregunta.

Valentín y Señora: creo que alguna vez haré esas versiones con la
mejor técnica que proponen, pero ahora mismo tengo un poco de
prisa por darle oportunidad a algunas que todavía no han sido
escuchadas. No olvidaré vuestra sugerencia. Gracias.

85.  Julio Mittelman (Argentina)

¿Qué es lo que te motiva actualmente para sentarte a crear


canciones, seguís pensando que se canta para hacer feliz a la
gente?

Julio, yo hago las canciones para mí. A veces después son


escuchadas y además aplaudidas, cosa que me hace feliz. Me gusta
que mis canciones lleven felicidad a la gente, pero no me dedico a
eso. Considero normal que algunas canciones sean menos cómodas
de escuchar. Vivir es más importante que cantar y a veces tampoco
es cómodo, ¿no es cierto?

86.  Vanesa (Argentina)

¿Si hoy te dijeran “pide un deseo” qué preferirías?

El mismo rabo de nube, que no ha bajado todavía.

87.  Reinaldo Pineda (Costa Rica)

Como ávido lector me gustaría saber, ¿cuáles son los tres


libros en general (de cualquier género) que consideras
indispensables?
Y también: ¿Cuáles otros tres, pero del subgénero de la
Ciencia Ficción, del cual soy (como tú según he leído)
ferviente seguidor?

Es muy difícil reducir esas lecturas a seis títulos, así que solo te voy a
mencionar seis entre muchos otros que me vienen a la mente: Cien
Años de Soledad, Las Mil y Una Noches y La Biblia. De ciencia ficción
la trilogía de Trantor (considerándola un solo libro), Crónicas
Marcianas y El Juego de Ender.

88.  Susana Odasso (Argentina)

Tengo 44 años y hace ya más de 20 que conocí tu obra y desde


entonces me he vuelto adicta a Silvio Rodríguez, es algo que
no puedo ni quiero remediar. Tu último CD Cita con ángeles ha
provocado en mí algo muy especial: Siento como que todas las
canciones incluidas en el CD tienen un toque angelical, algo
así como una invitación a tomar conciencia de que si los seres
humanos seguimos el camino por el que vamos, terminaremos
destruyéndonos irremediablemente; una invitación a ser
mejores personas, cada uno desde su lugar, en su hogar, en su
barrio, en su lugar de trabajo, en su ciudad. Y así se crea una
onda expansiva que puede mejorar este mundo. Y es algo que
podemos lograr, si realmente queremos hacerlo. Y mi
pregunta es:

¿Es ese el mensaje que quisiste transmitirnos, o estoy


delirando?

Agradezco desde ya tu buena disposición para escucharnos y


aprovecho esta oportunidad para decirte que acá en Argentina
se te extraña horrores.

Estimada Susana: creo que eso es lo que he querido decir con todos
mis discos reunidos. Y si hubiera tenido que trabajar todos estos años
para que alguien se diera cuenta, me parecería que buena parte de
mi misión estaría cumplida. Yo también los extraño a ustedes y ojalá
pronto pueda repararlo.

89.  Víctor Manuel Palacios (Venezuela)

Al comparar los acontecimientos históricos con el mundo


actual, da la impresión de que la humanidad en sí misma
(aparte de los avances industriales, tecnológicos, medicinales
y biotecnológicos) pareciera no haber cambiado mucho.
Somos en esencia lo mismo.

Por supuesto que somos lo mismo, así es; pero me refiero a la


cualidad de respeto, de comprensión, a la magia de saber
compartir, al aceptar nuevas tendencias, a la necesidad de lo
colectivo por encima de lo individual, a la preponderancia de
lo mercantil sobre lo social,... formas humanas que parecen
haber sido hechas con un molde a prueba de millones de años,
y por tanto resultan difícilmente susceptibles de lograr
mejorarse.

Quienes tienen más poder acumulado realizan invasiones al


mejor estilo de otros tiempos (estilo en cuanto a los objetivos
a lograr, no a los medios utilizados que, como ya sabemos,
son parte de los avances tecnológicos).

Asimismo, en otro orden de ideas pero bajo el mismo


concepto, la gente se empeña en pedir una misma canción (o
un mismo estilo de actuación... tanto en lo cultural, como en lo
político, como en lo económico) cada vez, cada día, año tras
año, tal cual como si el tiempo se hubiese detenido en algún
momento de la historia.... y uno siente la sensación de no
haber avanzado... de estar en el mismo lugar de partida.

Mi pregunta es la siguiente:

¿Cómo ves actualmente, Silvio, el avance hacia un


establecimiento de mayor carga de humanidad sensible y de
actitud inteligente en nuestra forma de comportarnos y, por
supuesto, cómo era esa misma visión tuya hace tiempo,
digamos hace 30 ó 20 años?

Por favor, si eres tan amable y si es posible, contesta esta


pregunta desde varias perspectivas: tu entorno inmediato
(digamos, el mundo artístico, por ejemplo), Cuba,
Latinoamérica y el mundo en general.

Creo que las respuestas que solicitas en cierta medida son las que
todos necesitamos. Y coincido contigo en que hay mucho por superar,
incluso de esa parte de lo instintivo animal que sobrevive a través de
los siglos y nos hace cometer una y otra vez los mismos errores,
como si no aprendiéramos de nuestra propia historia.

¿Pero la historia es realmente nuestra propia historia? Probablemente


esta parte de la respuesta esté en aquella máxima popular de que
nadie escarmienta en cabeza ajena. Según eso cada generación
estaría condenada a darle vueltas a la misma noria per secula
seculorum. La única forma de cambiar ese destino maldito es que
alguna vez el mundo alcance a ser más justo y con ello también más
pleno y sensato.

En mi modesta opinión, mientras haya desigualdades tan


escalofriantes tanto entre personas como entre países será imposible
una verdadera paz. Yo creo que el mundo seguirá luchando porque
haya más justicia hasta que la consiga.

Los que más tienen posiblemente consideran lo mismo, pero desde la


perspectiva de sus privilegios. Ellos creen que lo justo es que las
cosas sigan como la historia las ha dispuesto. Por eso se dedican a
consolidar su poder cada vez más, aún cuando saben que costará
más sangre y dolor. Así se sienten cada vez más inaccesibles y al
mismo tiempo cada vez más amenazados.

La única manera de solucionar el dilema es que ambas partes cedan


en algo. A los que nada tienen no les costará ceder lo que no tienen.
Así que de alguna forma habrá que convencer a los que atesoran
riquezas, entre quienes también, no lo dudo, hay personas piadosas.

90.  Tania Reyes (México)

En varias de tus canciones haces referencia a cuestiones


divinas o celestiales.

hay que quemar el cielo si es preciso por vivir

y que el cielo me libre de cordura

allá Dios que será divino, yo me muero como viví

en busca de un sueño Dios vino a la tierra

Cuando me muera, si es que me muero,


no iré con Dios ni con Satán.
Me iré conmigo a buscar más cosas a otro lugar,
pues tanto el cielo como el infierno me sientan mal.

Búsquenme la buena mano,


necesito el curador.
Después de haber sido hermano
es muy triste ser señor.

Y otras más...

En cada canción percibo una connotación diferente de lo que


solemos llamar Dios; a veces me da la impresión de que Silvio
concibe a Dios como un ente  solitario y triste, decepcionado
de los seres humanos imposibles de salvar, como dices en
“Cita con ángeles”, otras me parece que no te importa lo que
Dios piense o sienta, e incluso estás seguro que no existe,
como en “Cuando me muera”; en otras lo tomas como destino,
como en “La era está pariendo un corazón” o “América, te
hablo de Ernesto”, y otras.

¿Cuál es entonces la concepción que tiene Silvio de Dios?

Te agradezco infinitamente los minutos, horas y días en los


que me has alegrado, hecho llorar, encontrar nuevamente una
razón para vivir, y aunque siempre pides que no te miremos
bien, que te miremos tal cual eres, un ser humano así común
solamente, creo que como tú lo dijiste en una entrevista hace
como dos años en Guadalajara, es difícil ser Silvio Rodríguez.

Un beso enorme, una mirada de frente y a los ojos (que es lo


que más deseo hacer cuando esté cerca de ti), y un abrazo
fortísimo.

Creo, Tania, que Dios nunca ha sido objeto en mis canciones sino
más bien sujeto, una especie de recurso con que decir o subrayar. El
concepto de Dios difiere y sobrevive. Dios es parte de mi cultura
humana.

91.  Cristian A. Murcia (Colombia)

¿Qué tan difícil es escoger el repertorio de un concierto?

¿Lo tienes predeterminado para todos los países?

¿En qué te basas para elegirlo?

¿Influyen en algún momento las exigencias del público?

Influyen las exigencias, influyen las últimas canciones que he


compuesto, influyen algunas canciones que domino y son como
comodines que caben en cualquier parte.

92.  Diego A. Rodríguez

Hola me llamo Diego Alejandro Rodríguez, tengo 10 años y


desde los 9 años te escucho, mi canción preferida es
“Escaramujo”. Sabemos que tienes cerca de 330 canciones
editadas. ¿En algún momento de tu carrera se te han olvidado
las letras en algún concierto?
Mucho gusto, Alejandro. Seguramente eres uno de los troperos más
jóvenes. Qué bueno poder hablar contigo.

Pues sí, se me han olvidado las letras algunas veces. Eso fue lo que
me llevó a salir a escena con un libro que me pongo delante para ir
leyendo. El colmo ha sido cuando me he puesto a mirar hacia otro
lado y me he vuelto a equivocar. Error imperdonable, Alejandro, pero
a veces así somos de entretenidos.

93.  Rubén Pérez Manzano (Puerto Real, Cádiz, España)

¿Tienes pensado cantar en España? Ojalá.

Solo quiero decirte que sin tu música y tu palabra mi vida no


sería la misma. Desde que te conocí creo en los unicornios, ya
que tu mensaje es un milagro en sí mismo. Espero que seas
muy feliz junto a tu familia. Un abrazo de corazón,

Rubén Pérez Manzano

Soy el que se casó con Virginia Cantero el 30 de agosto de


2003. Puerto Real (Cádiz). Espero que te acuerdes de mí.

Claro, creo que Virginia me escribió para que te felicitara, ¿no es así?
Me alegro que al fin estén juntos, siendo lo que anhelaban. Y les
deseo todos los años de buena salud y amor.

94.  Pablo Shmerkin (Argentina)

Silvio, a lo largo de tu carrera has compuesto una cantidad


enorme de canciones, que pienso yo serán un poco como
hijas.  Mi pregunta apunta a tu relación con tus canciones y su
evolución:

¿Las quieres a todas por igual o tienes preferidas?

¿Cómo evoluciona la forma en que las ves a medida que pasa


el tiempo?

¿Tienen tus canciones crisis de adolescencia?

¿Se van independizando, al igual que un hijo, al punto que


llegas a verlas como algo independiente y externo?

Has descrito la cosa como si te hubiera pasado, Pablo. Así mismo es.
Hasta tal punto, que a veces me preguntan lo que quise decir en una
canción y yo no recuerdo lo que me la motivó. Lo que en mi caso se
traduce a tener que leer mi propio texto e indagar mitad en las
palabras, mitad en lo que recuerdo que sucedía por entonces.
Supongo que eso vendrá a ser como un padre con arterosclerosis
preguntándole a sus propios hijos ¿quién tú eres? Otras veces veo la
fuerza que cobran las canciones y recuerdo las circunstancias en que
fueron hechas y me parece que no es la misma canción, que eso que
la gente canta es una invención de otro y no mía. “Ojalá” la compuse
solo, en medio del Atlántico, en un camarote de metro y medio de
ancho por dos de largo. Y me la han devuelto decenas de miles de
personas en plazas inmensas, como la burla de un duende
maravilloso.

95.  Kike Kleeberg

Supongamos que apareció un genio mágico, de esos que solo


existen en los cuentos, entonces le dice:

—Escoja usted tres deseos personales, suyos, que tengan que


ver estrictamente con usted.

¿Qué escogería?

No vale pedir ser el genio ese, ¿eh?

No me interesa ser el genio, pero le pediría que sacara un poco de mí


los deseos a pedir, porque no me considero de los más necesitados.

96.  Diana Furlani (Argentina)

Silvio:

Tomando en cuenta los últimos sucesos en la poesía quisiera


preguntar:
¿Qué tipo de adjetivos se deben usar para hacer el poema
de un barco sin que se haga sentimental?
Tomando en cuenta esas politonales y audaces canciones
quisiera preguntar:
¿Qué tipo de armonía se debe usar para hacer la canción
de este barco con hombres de poca niñez?
Tomando en cuenta lo implacable que debe  ser la verdad
quisiera preguntar:
¿Qué debiera decir, qué fronteras debo respetar?
Si alguien roba comida y después da la vida, ¿qué hacer?
¿Hasta dónde debemos practicar las verdades?

Que escriban, pues, su historia los hombres del Playa Girón.

97.  Mario Rivas (Uruguay)


Sabés que yo tengo un amigo en Buenos Aires que estudia
música (dirección coral y concertista de piano), y de
adolescente cuando lo iba a visitar me preguntaba por qué
casi todo su material musical (excluyendo la música sinfónica
y de cámara) se remitía a The Beatles, Charly García y Silvio.
Era una mezcla difícilmente homogénea. Yo sabía de la
influencia notable de Los Beatles en Charly, pero hasta ese
entonces (cuando se editó “Quien Fuera”) no tenía noticia de
que Silvio hubiese sido afín a la música de Los Beatles, en
parte por mis prejuicios acerca de la penetración de música
anglosajona a la isla, y por otro lado, porque hay cierta
distancia entre los estilos de ambos, sobre todo en los
primeros discos de Silvio.

Yo resumiría mi pregunta, un poco snob, a la siguiente frase:

¿Si te digo The Beatles en qué canción pensás? ¿Por qué?

Sobre la presencia de Los Beatles en mi música, le contaba a un


amigo que había que diferenciar influencia de mimetismo, porque el
mimetismo es irracional, hipnótico, y la influencia es analítica, una
forma de digerir información. El ejemplo está cuando vi que en
“When I’m Sixty Four” Los Beatles cantaban al estilo de sus abuelos.
Yo me dije: voy a hacer lo mismo, pero no en el ritmo Dixie que
usaban sus abuelos británicos, sino en son montuno, que es lo que
usaban mis abuelos cubanos. Entonces esto me pareció una forma
constructiva de servirme de una reflexión cultural de Los Beatles.

Si me dices Beatles, pienso en varias canciones. Pienso, por ejemplo,


en la primera que me gustó de ellos: “We Can Work It Out”. Y pienso
en “Penny Lane”, en “Here’s Come The Sun”, en “A Day In A Life”, en
Eleonor Rigby” y también en otras, porque me parecen maravillosas.

98.  Ivette Malpica (Puerto Rico)

Quisiera que me contara en breves líneas, cuál fue su


experiencia y su opinión sobre Puerto Rico luego de su visita,
en marzo del 97, para el concierto A doce cuerdas con Roy
Brown (en el que estuve llorando inconteniblemente durante
toda la primera canción, por lo increíble que fue que se
materializara ese concierto). Estuvo tan sobrio, serio y parco
que me sentí casi regañada.

Yo nunca he sabido resolver bien mi relación con el público, Ivette.


En otros lugares, y también en mi propio país, me han dicho cosas
parecidas, y yo solo he sentido susto por salir a escena. Esa es una
de las razones por las que siempre he considerado que no sirvo para
los espectáculos. Los presentes se sienten inhibidos por mi seriedad,
que no es más que el sobrecogimiento que me produce estar ante
una multitud pendiente de mí. Por lo demás me hubiera gustado
estar más días en Puerto Rico, pero los límites del visado me
obligaban a partir al día siguiente. A pesar de todo disfruté el
concierto y mucho el amor de ustedes.

99.  Duende Max

Yo cuando tuve ocasión de preguntarle algo, me quedé en


blanco y eso que tenía mucho que decir, pero solo le di la
mano, con una expresión en mi cara que debería de ser bien
boba, jajaja.

Menos mal que mi amigo sí fue capaz de sacudirse la emoción


y le preguntó sobre las letras HK, que no sabíamos qué
significaban y bueno, Silvio tan normal, accesible, franco y
sencillo, nos dijo con ese acento tan güay que tienen los
cubanos:

—Pues te lo voy a explicar— y nos explicó que era un distintivo


de los extranjeros o algo así.

Entonces, si hubiera podido sacudirme la emoción, le hubiera


preguntado por la canción del vagabundo del espacio que
todavía ando sin comprenderla.

Ese es un tema de muy al principio y creo que se debe a mi


necesidad de sacar la canción de los mismos escenarios de siempre.
Yo me planteaba escenografías diferentes y a veces encontraba
lugares quizá un poco exóticos. Sin embargo, un hombre que recorre
el universo en un asteroide tiene algo de realista también, si
pensamos en la soledad sideral, o en la helada incomprensión que a
veces nos circunda.

100. Ainhoa Méndez (España)

Silvio:

¿Eres realmente consciente de lo que significa para cada uno


de los troperos esta docena mundial?

¿El cariño que se mueve?

¿El cielo que compartimos?

¿Realmente eres consciente?

Es culpa tuya, deberías saberlo.


Ainhoa, hay cosas que compartimos con cierta palidez, porque solo
tenemos palabras para comunicarlas. Y fíjate que tenemos un idioma
rico y hermoso. Pero la verdad es que si yo te respondo que sí lo sé,
jamás vas a saber hasta dónde. Una pena.

101. Martín Martínez (México)

El viernes pasado, comentaba en mi grupo de terapia acerca


de mi próxima operación y de mis temores acerca del cáncer...
Casualmente, otro compañero sacó a relucir el mismo tema y
entonces surgió la pregunta que deseo transmitir a Silvio, si
es que no la han hecho ya:

Silvio, si en este momento te dijeran que solamente te quedan


dos meses de vida (ya no hay remedio posible), ¿qué cosas
harías en ese tiempo?

Gracias.

Espero que no sea tu caso. Si fuera el mío, creo que trataría de poner
en orden mis cosas, para dejar las menores molestias posibles, me
rodearía de mis seres más amados y trataría de respirar lo
maravilloso que me deparó la vida.

102. Ma. Laura (Argentina)

Hace años que con unas amigas comenzamos a escuchar a


Silvio, e inevitablemente nos volvimos adictas a él. Nos
gustaría preguntarle:

¿Hacia dónde se encaminan sus pies en la canción “Casiopea”?

Nos parece tan mágica como abstracta, y como siempre, nos


gustaría entender más de lo necesario, inconformistas de la
razón, lamentablemente.

Muchas gracias por esta posibilidad.

Hasta la victoria siempre.

Cierta madrugada iba rumbo a mi casa, rodando por el Malecón


habanero, cuando me quedé dormido. Desperté justo a tiempo para
evitar el accidente y decidí arrimarme a la acera y dar unos pasos
para despejarme. El muro estaba vacío, no había luna pero sí muchas
estrellas. Por entonces todavía fumaba y encendí un cigarrillo
mirando hacia el mar. De pronto, en la oscuridad, había una persona
a mi lado. No le vi el rostro. Sin la más mínima presentación me
contó su historia de millones de años. Cuando la colilla me quemó los
dedos, la arrojé al mar. Cuando volví a mirar, la sombra había
desaparecido. “Casiopea” reproduce su historia.

103. Cristian Xicara (Guatemala)

Partiendo de la situación actual de una Latinoamérica sumida


en la pobreza y en la falta de compromiso de los líderes
políticos, yo te pregunto, Silvio, tomando en cuenta tu vida
como alguien comprometido con el pueblo:

¿Qué clase de revolución es necesaria en nuestros tiempos?

¿Hasta qué punto la poesía de una Revolución cubana nos


permitiría hallar ese camino hacia una vida mejor para
nosotros y para nuestros hijos?

Yo, con mis 21 años, siento la impotencia de no saber hacer


algo, al ver cómo los malos gobiernos maltratan al pueblo... Y
realmente me gustaría empezar por algo... Algo simple, pero
empezar.

Gracias.

P.D.: Te invito al Festival de la Verdad, el 27 de marzo en San


Salvador, se conmemora el aniversario de la muerte de
Monseñor Romero.

La clase de revolución que necesita tu país es la más humana, la más


inteligente y con menos dolor posible. Pero tus respuestas tendrás
que hallarlas en la historia y en las características de tu propia tierra.
No creo que la experiencia cubana se vuelva a repetir y mucho menos
que se pueda calcar. Así que lo primero que te recomiendo es que
tengas eso bien claro. De Cuba puedes tomar el compromiso con los
desposeídos, la vocación de soberanía, la firmeza. Creo que debieras
estudiar lo más posible, prepararte para estar a la altura del reto
intelectual que significa la responsabilidad de mejorar a tu país.
Comienza la revolución por ti mismo, siendo cada vez mejor persona.
Esa me parece que sería una buena forma de empezar, además de
conservar la memoria, para que no olvides el amor tan necesario que
te mueve.

Gracias por la invitación, pero en esas fechas no me es posible. Si te


acuerdas ponle una flor en mi nombre a Monseñor Romero.

104. Carmen Mérida (Perú)

Quisiera que el Maestro hiciera una canción para los niños


especiales (quienes padecen el Síndrome de Down), ya que
tengo un hijito de nueve años que lo tiene (se llama Axl), y
desde que nació lo acunaba con la canción “El reparador de
sueños”, que él conoce y le gusta mucho, luego nació su
hermanita (sanita gracias a Dios), y a ella le cantaba “Paula”
(aunque se llama Diana). Quizás en Axl el Maestro pueda
dedicarle algunas hermosas palabras hecha canción para ellos.

No sé si valga la pena que el Maestro conozca esa inquietud, lo


dejo a tu criterio.

De todas maneras ya me siento feliz por haberle hecho esta


petición y te agradezco por la oportunidad.

Carmen, yo tuve un maestro de solfeo que se llamaba Juan Elósegui,


un hombre muy bueno y muy buen músico, que cuando uno le decía
Maestro respondía como si estuviera ofendido:

— ¡Más maestro será usted!

Entonces todos nos reíamos mucho. Así te hubiera respondido yo, si


nos hubiéramos encontrado y me hubieras llamado Maestro. Mejor
que no haya sido, no fuera que pensaras que yo estaba de verdad
ofendido, porque a veces hago chistes y nadie los entiende, y es que
no se me da eso de ser gracioso: el mundo no suele captar mis
bromas o yo soy muy mal bromista… Pero bueno, lo que quería
decirte es que me parece muy buena idea la que me das, y tengo que
ponerme a pensar bien cómo tendría que ser esa canción que
trasmita por ejemplo la inmensidad del amor, para el que no existen
límites, mucho menos si se trata del amor materno. Quiero que sepas
que me ha gustado mucho tu sugerencia, que me va a ser útil y que
te la agradezco.

Un beso para Axl, otro para Diana y uno más para ti.

105. Jorge (España)

¿Cada amor que has tenido en tu vida, tiene su rinconcito en


tu corazón?
¿Sabes que de los infartos quedan cicatrices en el corazón? Si así
pasara con los amores, habría corazones irreconocibles. Debe ser por
eso que, en mi caso, cada amor busca su rinconcito en la canción.

106. Nohra Areiza (Colombia)

Tal vez no suene muy coherente esta pregunta, pero sé que


muchos de nosotros anhelamos infinitamente que se volviera
realidad:

¿Qué tan probable es que Silvio dé un concierto en Colombia?

Tanto como imposible no lo es, pero por ahora no existen planes de


conciertos. Discúlpame, por favor.

107. Pablo Díaz (España)

Bueno, antes de nada mi más sincero agradecimiento a Silvio,


por tanto amor que ha puesto en sus canciones y en nosotros,
y por su cercanía en el tiempo, por despertarnos tantas cosas
en este último disco Cita con ángeles, que ya se va escribiendo
en nuestra piel, como todas sus canciones. Pero sobre todo
por despertarnos la conciencia y hacernos a todos un poco
repasarnos dónde estamos.

Me gustaría preguntarle muchas cosas, pero no me salen las


preguntas. Aunque hoy mismo acabo de recordar una que
tenía en mente desde hace tiempo, y es con el tema de las
canciones inéditas:

De tanta canción que hay grabada por ahí, ¿tiene conciencia


de la cantidad de canciones que ha hecho? ¿Y alguna vez
piensa en grabar un disco con una recopilación de un grupo de
ellas? Como la selección que nos hizo hacer amorosamente
nuestra querida Ivette.

Bueno, gracias por esta oportunidad, y por tenernos un


rinconcito en su corazón, amigo Silvio.

Ahora mismo estoy haciendo precisamente eso, o sea, un disco con


una selección de canciones viejísimas. De vez en cuando me detengo
en alguno de aquellos temas y es como si lo viera por primera vez, es
asombroso. Hace un par de días me pasó con “El Matador”, que fue
una canción que yo canté mucho, con la que me identificaba
visceralmente. Me parecía que me batía el aire, como una bandera.
Cuando concluya la entrevista tengo que dedicar un rato a darle
vueltas, para ver la tonalidad en que me queda mejor ahora.
108. Patricio Quezada (Chile)

En la actualidad me encuentro a cargo de la cátedra de


Administración y Evaluación de Proyectos, que es un ramo
obligado de la malla para ser Ingeniero en Ejecución, en la
Universidad de los Lagos.

En la primera prueba solemne necesitaba medir la


concentración de los alumnos, como también si poseían una
mirada global (Holística), así es que decidí incluir a pie de
firma de la prueba los siguientes versos del Aprendiz:

Pues las causas me andan cercando cotidianas, invisibles y el


azar se me viene enredando poderoso, invencible...

En la introducción de la prueba ofrecí puntaje adicional por el


solo hecho de comentar los versos, el resultado de esta acción
paso a compartir con ustedes.

Y de paso la pregunta a Silvio:

¿Qué opinas de los comentarios?

¿Alguien le apunta?

Saludos desde Chile

Pato Quezada

...Hay locuras tan sanas tan vivas que no vale la pena curar...

Comentario: Se incluyen las faltas de ortografía por estar


2

manuscritas bajo presión de una prueba universitaria de alto


porcentaje (35 %) y la premura del tiempo al que están
sometidos los alumnos. También está el nombre del alumno
que realiza el comentario, solo me respondieron 28 % de los
alumnos.

Ingeniería en Administración de Empresas

“Hace alusión a que el día a día nos consume y que se tiende a


caer en la falta de planificación. Es necesario entonces hacer
un alto y ordenarse para lograr mayores resultados.” (Raúl
Lagos Albornoz)

“Lo que vivimos cotidianamente no lo vemos, miramos pero no


vemos muchas de las cosas que queremos lograr. Básicamente
tenemos que buscarlas, pero es más cómodo el azar, o
creamos que el azar es nuestra verdadera arma de lucha, pero
también debemos buscarlo para poder conseguirlo.” (Juan
Lavin Jaimén)

“Me da la impresión que me quiere decir que debo arriesgarme


en mi negocio, como en la vida quien no arriesga no cruza el
río, dependerá de nuestras habilidades personales el definir
una buena estrategia.

“Un proyecto, entre más completo, tiene mayor posibilidad de


fracaso, entre más simple menor será la posibilidad de
fracasar.” (Juan Pablo Parada Ruiz)

“Creo que se refiere a la cotidianidad de las cosas, que se


presentan a cada momento, contra las cosas no predecibles. El
azar que es totalmente incierto, fuerte e invencible, nada lo
puede hacer cambiar.” (Jaime Andrés Uribe Kalleg)

“Las actividades que uno hace son cotidianas, pero nunca se


sabe lo que va a pasar; sin embargo, dan la seguridad de
crecer como persona, desarrollándose más fuerte y seguro.
Uno aprende con las cosas simples y cotidianas que nos da la
vida, solo hay que detenerse un momento para analizarlas.”
(Patricia Yánez Avendaño)

“Lo primero es o son los problemas del día a día, que aparecen
cuando menos lo pensamos o simplemente no los vemos; pero
las cosas o hechos fortuitos importantes que nos depara la
vida, el destino, son algo a lo cual no va a ser fácil oponernos
o vencer.” (Esteban Quinteros Flores)

“Debemos darle paso a la imaginación y al azar, pues de una u


otra manera nos tocará aprender a vivir día a día con las
causas, obviamente tratando de mejorarlas y aceptarlas.”
(Patricia Trucco Adasme)

“Espero que el azar no le enrede la corrección de mi enredada


prueba, usted, invisiblemente, ya sé que me entiende.
Gracias.” (Azucena González Alarcón)

“Todas las causas tienen un origen, si estas causas se tornan


invisibles pues obviamente culparemos al azar ya sea del éxito
o del fracaso.  Es como decir que existen tres tipos de líderes:
1) El que no sabe cómo pasan las cosas, 2) El que sí sabe
cómo pasan las cosas, y 3) El que hace que las cosas pasen.”
(Juan Gutiérrez Araya)
“Las acciones que realizo a diario suelen ser muy repetitivas;
casi no me doy cuenta, por tanto, de cómo en esta lotería de la
vida se viene armando una nebulosa que cubre mis acciones,
en forma poderosa y que casi no puedo combatir ni resistir.”
(Enrique Lira González)

Ingeniería en Administración Pública

“Creo que se refiere a la carencia de planificación, ya que


debemos el futuro al azar y nos dejamos dominar por las
causas de aquello que hacemos mal, en vez de corregir”.
(Alejandra Guerra Orva)

“Si la vida es causa y encierro diaria y lastimera La muerte es


el azar poderoso total, invencible, inmortal.” (Claudio Barrera
Rodríguez)

“Las causas son efectos de tomar una decisión que se verá con
el futuro, estas pueden ser buenas o malas, dependiendo de la
evolución de esta decisión pero existe el factor del riesgo, el
cual es a veces implacable.  Pero se puede revertir tomando
una buena decisión.” (Lorena Díaz Díaz)

“Las causas son lo más difícil de encontrar en un problema. El


azar es lo más fácil. Sin embargo, dentro de las causas del
problema se encuentra el mayor porcentaje de soluciones al
mismo.” (Héctor Aguilera Maturana)

“Comentario al profesor: Realmente lo felicito por incorporar


en esta evaluación estas citas. Es poco usual que lo hagan,
sobre todo considerando que es un ramo de números.

“En cuanto al texto mismo, no estoy muy de acuerdo con que


las causas son invisibles porque al análisis es posible
identificarlas.  El azar si es invencible, ya que lo maneja la
incertidumbre.

“Destacable la actitud filosófica de usted, de ver en lo


cotidiano los móviles de la vida misma.  En cambio, los más,
dentro de los que me incluyo, muchas veces nos contentamos
más con vivirla. Atentamente,”    (Berta Escobar Carrasco)

“A la incertidumbre hay que ponerle el ojo al infrarrojo...”


(Oscar Carpenter Villagra)

“Es cierto, cuando nos ocurre un hecho al azar, debemos


tomar decisiones o actuar muy fríamente, para que las causas
sean como si el hecho al azar no hubiera ocurrido.” (Alfredo
Orellana López)

Patricio, al parecer tienes alumnos muy inteligentes e imaginativos.


Me parece una linda experiencia, más tratándose de una cátedra de
números, y te agradezco que me hayas hecho parte. De alguna forma
todas las respuestas son una forma de acercamiento a la misma
incógnita. Y he aquí que pudiera pasar como con “el enigma” del
unicornio, que cada cual identifica el suyo, por lo que siempre se
genera una propia respuesta auténtica. Puede que la solución de
Lorena se identifique especialmente con el contexto de la canción,
quitando “pero se puede revertir con una buena toma de decisión”. Y
es que la canción trata de reflejar, desde un planteo místico-
humorístico, lo inexorable de eso que se ha dado en llamar destino.

109. Jorge Bedregal (Perú)

¿Qué piensas de este grupo de locos maravillosos (la mayoría)


que se junta cada día a los pies de este servicio de correos o
en las salas del Yahoo! a tenerte presente?

Esta experiencia de la tropa, ya lo dije, me parece muy hermosa, un


buen ejemplo de lo que debiera suceder en otros ámbitos. Lo que
más me gusta es el ejercicio de libertad y tolerancia que significa.
Para mí en eso estriba su mayor valor, además, por supuesto, del
intercambio de información y el taller de discusión que se genera. Las
contradicciones son naturales y necesarias. He visto que hay períodos
oscuros y momentos de culminación, como si la lista respirara. Me
agrada cuando alguien de la tropa abre su corazón y suelta sus
inconformidades y preocupaciones. Me parecen instantes gloriosos de
esta experiencia, porque es cuando las personas no temen exponerse
a sí mismas, en busca de comunión y mejoramiento colectivo. Hay
que tener las antenas puestas para responder a esos llamados.

110. Chelo (España)

¿Por qué siempre me dices a través de tus cantos todo lo que


necesito?

Txelo (tu nombre se escribe así ¿verdad?): debe ser porque un


pajarillo me lo cuenta.

111. Lucas Blanco (Argentina)

¿Por qué nunca tocaste con Serrat?


Coincidimos sobre escena en 1980, en Madrid, en un festejo que le
hicimos a Aute, cuando grabamos un disco que se llama Entre
Amigos. Ahí también estaban Tedy Bautista y Pablo Milanés.

112. Carolina P. (Argentina)

Silvio, con tremenda necesidad de escucharte:

Cuando el dolor y la desesperanza lo nublan todo, ¿por qué


vale la pena seguir viviendo?

Yo tampoco lo sé, Carolina. Pero he continuado, supongo que porque


las nubes suelen emigrar, o porque he sido capaz de dar manotazos
al viento.

113. Maricarmen Hernández (México)

Maestro Silvio,

¿Cuál es su propósito en la vida? (yo entiendo el propósito


como aquello para lo que venimos a este mundo)

Contestar entrevistas, Maricarmen. Últimamente, no sé por qué,


tengo la impresión de que he nacido solo para eso.

114. Guillermo Cupparo

Silvio,

¿Cómo un ser humano puede mantener lo que yo llamo un


equilibrio emocional tal durante todos estos largos años de
producción poética, con la fluidez de un manantial, emitiendo
a quien te escucha la perfección de tu mensaje, que en mi
caso personal ha calado hondo y ha contribuido a formar parte
de mi conducta humana?, por lo cual te estaré eternamente
agradecido.

Querido Guillermo: Agradecido estoy yo a ti, a muchos otros y a la


suerte, por haber prestado atención a lo que se me ha ocurrido
(des)entonar.

115. Ariel Francisco Soto (Quemú-Quemú, La Pampa,


Patagonia, Argentina)

¿Cómo entro a la dimensión desconocida?


¿Cuáles son las siete puertas?

Tebas, la de las siete puertas, cada una atacada por un rey. A la


dimensión desconocida solo puedes llegar a través de ti mismo. Dicen
que existen siete tránsitos, pero se puede en menos (o en más,
claro).

116. Norton Villafaña (Chile)

Si bien es cierto has dicho que tu carrera no ha sido un fin


como tal, sino una necesidad catalizada por tus musas, que
por tu talento han precipitado en miles de canciones
hermosas, era de esperarse entonces que tuvieras a miles de
nosotros esperando por verte aunque sea por última vez en tu
vida (o en la de nosotros) haciendo un gira por nuestros
países (ya sabes que solo con tu guitarra eres capaz de
paralizarnos).

Dices que tu voz está gastada,

¿Por qué seguir esperando a que se gaste más?

¿No crees que pecas de egoísta al privarnos de tu presencia y


solo hacer apariciones mínimas y en escenarios compartidos?

Te has convertido en un hermitaño encerrado en tu isla.

P. d. Sueño con verte con tu guitarra cantando tus hermosos


temas inéditos.

Gracias, Norton, hasta por el regaño. Y espero que no sueñes con


serpientes.

117. Nadya González (Colombia)

Supongo que en muchas ocasiones has sentido la necesidad de


alejarte por un instante de los seres  que amas  y de la
guitarra, por la simple necesidad de  leer.

¿Qué motivos, hechos, razones o circunstancias te llevan a


tomar un libro en tus manos y devorarlo?

Sobre todo la curiosidad. Un libro es una caja de conocimientos, un


continente de experiencias que una persona curiosa como yo necesita
explorar y no se quiere perder. Aunque te aclaro que casi siempre lo
hago entre los seres que amo y además cerca de la guitarra.

118. Ennio Núñez (Honduras)


Siempre me pregunté qué te podría decir cuando te tuviera
enfrente, y ahora que se presenta la oportunidad, chocan
tantas ideas en mi mente...

En primer lugar darte las gracias por la compañía que me has


hecho en todos los momentos de mi vida, en los difíciles, en
los tristes, en los alegres...

Te escribo desde Honduras, en el centro exacto de


Centroamérica, donde muchos (creo que te sorprendería la
cantidad) seguimos tu obra, y muchos también, la amamos y
la llevamos dentro de nosotros.

Muchos hondureños estamos del lado de Cuba.

Aparte de todo eso que puede ser un tema muy extenso:

¿Cómo ves el futuro de nuestros países en todos los sentidos?

¿Y cómo ves tu obra en ese futuro?

Con nuestros países va a pasar lo que seamos capaces de hacer. Si


no vendrán otros a hacernos lo que les convenga a ellos. Lo mejor
sería, creo yo, cumplir el sueño de Bolívar y de Martí de hacer una
América unida y solidaria. Si eso sucede alguna vez, estaremos
comenzando la mejor parte de nuestra historia. Y supongo que mi
trabajo, como el de muchos a través de los siglos, vendrá a ser como
gota de argamasa en esa construcción formidable.

119. Belinda (España)

Me estás ayudando mucho con mis clases de guitarra, para mí


eres toda una inspiración, y en ocasiones tu música una razón
para vivir. Para mí es muy importante el momento en que
abrazo la guitarra para tocar, pues muchas cosas vienen a mí
y algunas de las peores se van. Ella es ahora mi mejor apoyo y
una amiga... Y aquí viene mi pregunta, me gustaría saber:

¿Qué sientes tú cuando coges la guitarra?

¿Qué sientes cuando empiezas a cantar?

La verdad es que yo canto poco. Más bien susurro, o tarareo para mis
adentros. Pero abrazarme a la guitarra me produce más o menos lo
que a ti, y esa es una sensación que me acompaña desde hace
mucho, desde que empecé a tener intimidad con ella bajo los remotos
bosques de un campamento militar.
120. Ariel Till (Argentina)

Silvio, esta es una pregunta que yo, como fotógrafo (no


profesional, aclaro) me hice y me hago varias veces. Tiene
diferentes respuestas, en función de mi madurez como artista.

¿Para qué hago una obra?

Creo haber leído alguna vez que al principio de tu carrera


hacías canciones porque no encontrabas las que querías
escuchar.

¿Y ahora?

¿Para qué haces canciones?

¿Qué destino te imaginas para ellas al momento de crearlas?

Es cierto que empecé haciendo las canciones que yo quería escuchar


y no existían. Después, además de continuar con aquella razón,
incorporé canciones que me salían de una especie de diálogo con mis
auditorios iniciales. Poco a poco se me fueron ampliando las
necesidades especulativas y fui tomando conciencia de que mis
motivaciones primarias habían elaborado una suerte de estética que,
por cierto, no carecía de ética. Después decidí seguir la misma ruta,
supongo que por vocación armónica. Ahora hago canciones tan
pronto puedo estar un rato solo con una guitarra, o sea, cuando
tengo tiempo.

121. Eugenio Romero (Perú)

Con referencia a “Tu fantasma”, quisiera saber las


circunstancias que motivaron a escribir tremenda canción, la
nostalgia de los brazos, labios, perfume especial, aromas
sutiles, memorias. Es una canción muy evocativa y difícil de
tocar.

¿Por qué difícil de tocar? Puede que lo difícil sea interiorizarla, hallarle
el tiempo propio. Quizá el problema esté en que solo existe una
versión. ¿Por qué no prueban a hacerla como bolero-ranchera, onda
Javier Solís?

122. Leila Saba (Perú)

Si tuvieras que definir lo que sientes cuando compones un


nuevo tema...
¿Lo describirías como una tormenta o como un oreo
vespertino?

Y sin ánimos de abusar de tu generosidad, me harías muy feliz


si puedes darme una crítica seria sobre el siguiente poema.

¡Eternamente agradecida!

Estigma

Me confieso culpable
De mendigar en tu templo
De correr entre tumbas
Descalza y sin aliento
 
A la merced de tu ignorancia
Cautivada por tus huellas
Tus pasos me condenan
A esperanzas pasajeras
 
Mensajero de la noche
 
                      Trovador sin ambiciones
 
Alimentas mi demencia
Con misterios y cristales
Peregrino de paisajes
Sin sirenas
                      ni titanes
 
Me confieso vagabunda
en estas tierras despobladas
 
De esta vida ya gastada
 
De la muerte
 
                      y su fragancia

Pues es misterioso. Parece del romanticismo, por el ingrediente


necrofílico. Parece más oreo que tormenta, aunque sea tormentoso.
Pudiera ser una letra de canción. La quinta línea (A la merced de tu
ignorancia) yo la dejaría A merced de tu ignorancia.

123. Rosalila (Honduras)

¿Podrías explicarme un poco el fondo de la canción “Vida y


otras cuestiones”, porfis?
Tu admiradora número uno de Honduras.

El fondo son las otras cuestiones, bajo un primer plano de la vida


propia.

124. Marcelo (Chile)

De tu perspectiva como compositor, y de aquella de lector o


admirador de otras obras…

¿Qué es más importante para ti: descubrir lo que el artista


quiso decir realmente con su obra o darle tu propia
interpretación?

Es inevitable tratar de entender lo que otro quiso decir, pero con el


material artístico no siempre parece imprescindible. A veces sucede
que no se trató de decir nada. Me refiero a tantas canciones que se
confiesan sacadas de recortes de prensa o surgidas de la escritura
espontánea, como hacían los surrealistas. Ese tipo de comentario se
lo he escuchado a autores de canciones, sobre todo europeos
(Lennon, Sting, Sabina). Aunque a veces no sé si lo que intentan es
diluir su responsabilidad porque les asusta que la gente espere y dé
crédito a sus mensajes. Pero lo cierto es que en el arte suele haber
polisemia. Todavía se discute alrededor de la misteriosa Mona Lisa o
sobre los designios de Boticelli. Por mi parte me agrada que la gente,
a partir de lo dado, participe y reelabore según su propia subjetividad
o circunstancia. Ese juego entre un autor y sus receptores me parece
una forma de culminación artística.

125. Ariel F. Soto (Argentina)

Necesito tener algunas respuestas al terrible interrogante que


me ha llevado el escuchar sus canciones y como médico
general rural, donde comparto nacimientos y muertes,
angustias, miserias, etcétera. Me impresiona que él podría
darme algunas pistas de…

¿Por qué me tocó ser lo que soy y estar donde estoy?

La medicina y el magisterio son profesiones fundacionales y, sin


embargo, suelen estar muy mal pagadas. Ambas requieren de una
gran capacidad de sacrificio y todos tenemos razones para vivir
agradecidos de ese alto sentido de la solidaridad. Mucho más las
personas de pocos recursos que viven en lugares apartados, de difícil
acceso, como zonas del campo. En esas condiciones los doctores
llegan a transformarse en deidades, cuando no en verdaderos dioses.
Así que ese ser lo que soy y estar donde estoy lo escucho como la
voz de un ser piadoso y necesario, al que muchas personas necesitan
y aman. Es la interrogante de quien vive en estado de gracia.

126. Paco A. Chaval (Argentina)

En tus días de joven trovador, de incansable revolucionario, de


utópico soñador…

¿Imaginabas con llegar a convocar tantas almas y esperanzas


por toda América, con solo una guitarra, cargada con verdades
y humanidades?

¿Con mantener en vilo y al acecho, con solo una palabra, a


tantos intolerantes asesinos de niños?

¿En formar el fiel ejército soñado por el Che, sin levantar un


arma?

Y lo más irónico;

¿Qué fuera logrado por una herramienta de comunicación,


creada por los enemigos de la humanidad?

Si tu modestia lo impide evaluar, me permito asegurarte, que


lo has logrado. Pienso que toda tu Tropa, diseminada por las
buenas y humanas almas del mundo, sabe de qué hablo.

Personalmente (aunque mis amigos y familiares, sigan


asustados por mi locura), en cada oportunidad que suena una
de tus melodías, sigo afirmando a rajatabla, que eres nuestro
Mesías (las odiosas comparaciones, que las realicen
solamente  los buenos Troperos).

Un desmesurado abrazo y ¡hasta siempre, che Maestro!

Querido Paco: ¡Más Maestro será usted!

127. Martín Figueroa (México)

Silvio, si alguien tratara de grabar alguna de aquellas viejas


canciones tuyas, de aquellas de tus primeros años (y que
hemos conocido como Las inéditas) —que nos pudieran
parecer tan valiosas y utilitarias— como las que nos estás
dejando grabadas...

¿No tendrías oposición al respecto?

¿O podrías de alguna forma apoyar ese intento?


Hay personas que a lo largo de estos años han grabado temas míos,
inéditos o no, y nunca me he opuesto a eso. No comprendo a qué te
refieres con lo de “apoyar el intento”.

128. Eowyn Clavboyer

¿Cual es el libro que más te ha gustado, tu reliquia literaria?

Ojalá me des un porqué tan potente como la razón por la cual


cantas.

Mi reliquia literaria no puede ser sino La Edad de Oro, de José Martí


porque, además de sus muchos valores, fue el primer libro que leí en
mi vida.

129. Pepe Sulaimán (México)

La guitarra es algo tan íntimo y tan personal, que una de


marca Tres Pinos te puede sonar mejor que una Ramírez. Más
allá de esto, muchos las nombramos de acuerdo a
circunstancias o personas. ¿Cómo se llaman tus guitarras?

Don Pepe: A las guitarras generalmente las llamo por el nombre de


sus autores. Las únicas a las que he puesto nombre fue a una que
tuve hace muchos años, que llamaba La Estrella por el dibujo que
tenía en la boca, y a una Takamine a la que le digo Ágata, o La Rubia,
obviamente por su color.

130. Humberto Useche (Venezuela-Ecuador-USA)

Silvio: En el año 98, mi salud se deterioró de tal manera que


casi pierdo la lucha por la vida. En todos esos días de dolor, de
angustia y de desesperanza, tuve junto a mi cama de hospital
tus canciones, las que escuchaba mientras el dolor me
consumía, ellas se convirtieron en mis hermanas y en mis
mejores cómplices ante la adversidad.

Mi amigo de Oregon, USA, Sherman Floyd, un tropero


increíble, sabedor de mis circunstancias, me hizo llegar
algunos casetes inéditos de tus conciertos, el doctor que me
atendió durante muchos meses, era un seguidor de tu obra y
me regaló un video (tu Concierto en Chile 92) que yo quería a
toda costa ver cuando saliera de esta pesadilla. Y el ángel que
nunca me abandonó se llama Ivette Carnota. Ella, pese a la
distancia y a la dificultad de las comunicaciones, me hizo
llegar su solidaridad, sus palabras de apoyo y su energía,
junto a todo este amor. Ella me sorprendió enviándome un
autógrafo del mismísimo Silvio Rodríguez, el cual puse en mi
maleta al salir del hospital y en los largos meses de
recuperación que tuve que enfrentar me acompañó y me dio
más fuerzas que nunca.

¿Sabías, Silvio, que tienes una Legión de Ángeles a tu


alrededor, que regalan el amor que vos quieres dar pero que
por exceso de trabajo no alcanzas; que sin embargo ellos,
como hormiguitas, reparten tu corazón?

¿Sabías que vos puedes participar en milagros, ya que yo te


considero responsable de mi alegría y mi recuperación?

¿Qué les dirías vos a Ivette, Sherman y mi doctor por todo lo


que hicieron a favor mío en tu nombre?

Gracias Silvio, por existir.

Me alegro mucho de tu restablecimiento, Humberto, y gracias por


contarme esas cosas, ya que así amplío la nómina de las Legiones
Celestes con Sherman y con tu doctor (hace rato que Ivette es jefa
de destacamento).

131. Casualmente se han terminado las preguntas, así que no


me queda más que agradecerte, en nombre de la Tropa, esta
especie de maravilloso sortilegio que nos has regalado,
gracias por tu tiempo y tu paciencia, por ser y por estar
(siempre).

Ivette

Menos mal, querida Ivette, que casualmente se han terminado las


preguntas. Nunca he visto mentira más grande dicha con más
naturalidad. En todo caso es tranquilizador que este final quede
dentro de los dominios del albur, siempre más divertido que la prisión
causal, aunque sabemos que preguntas son siempre las que sobran.

No hay nada que agradecerme. Y si hubiera que hablar de regalo, no


veo otro que el que me ha hecho la Tropa existiendo. Quizá también
el que me haya hecho a mí mismo poniéndome en contacto con la
list@, la que nunca se me olvida que está formada por troper@s. Esto
quiere decir seres vivientes e independientes que transitan sus
propias existencias dondequiera y como sean, que tienen sus
hogares, ocupaciones y circunstancias, a quienes solo una fuerte
voluntad de encuentro reúne. Qué privilegio ser parte del origen,
porque la trop@ ha tomado vida propia y se ha ido caracterizando
como una especie de parlamento multiuso. Quizá por eso veo que
algunos se borran de la list@. Supongo que será como quien se va de
Cuba (o de cualquier otro lugar entrañable), un abandono físico, pero
todo lo bueno y lo malo los sigue acompañando como una sombra de
la que no hay forma de zafarse. Y es que cuando uno funda algo, esa
paternidad es como la marca de Caín de la que hablaba Hesse. Y si a
veces en el éter se hace difícil la convivencia es porque en el resto de
los lugares tampoco es fácil. Qué bueno que algún día pudiéramos
superar esa dificultad y fuéramos capaces de llevarnos mejor. Aunque
también me asalta la duda de cómo nos llamaríamos si la mutación
que decimos que queremos llegara a suceder. ¿Humanos? ¿Más que
humanos? Pues, ¿qué somos ahora?... Bueno, por ahora me quedo
con mis propias preguntas.

Larga vida a la Hermandad del Éter. Hasta pronto y gracias a tod@s.

Aprendiz.

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