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15 cuentos latinoamericanos cortos (bonitos y muy

inspiradores)
Historias y emociones intensas, en pocas palabras, con el sello de la
literatura latinoamericana.

La literatura latinoamericana ha dado al mundo grandes obras. Tiene un


estilo característico de la región, fácilmente reconocible en el resto del
mundo. Aunque no es el único género, los cuentos cortos
latinoamericanos tienen un lugar destacado en la apreciación literaria.
Gracias al llamado “boom latinoamericano” que surgió entre 1960 y 1970,
autores como Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Gabriel García
Márquez, Jorge Luis Borges y Carlos Fuentes, entre otros, son
reconocidos en todo el mundo.

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autores)"

La magia de la literatura latinoamericana, en 12


cuentos cortos
El cuento corto es un género literario que, entre otras cosas, se
caracteriza por su mínima extensión. A pesar de ser muy breves, cuentan
con todo lo necesario para contar una historia: planteamiento, desarrollo,
clímax y desenlace.
Sin dejar de lado el sabor latinoamericano, los grandes autores de la
literatura de América Latina expresan en estos cuentos cortos historias
sobre la vida cotidiana, las idas y venidas del amor y el desamor, las
injusticias sociales y, en general, el día a día de la vida en esa parte del
mundo.

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todos los tiempos"

1. “Instrucciones para llorar” (Julio Cortázar)


Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar,
entendiendo por esto un llanto, que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a
la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario
consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico
acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se
acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.
Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta
imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense
en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes
en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el
rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán
con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto.
Duración media del llanto, tres minutos.
 Julio Cortázar es uno de los más importantes representantes del
Boom latinoamericano. Argentino de nacimiento y nacionalizado francés
como protesta contra el régimen militar. Este microcuento es una
ingeniosa y muy detallada descripción de lo que ocurre cuando lloramos.

2. “Literatura” (Julio Torri)


El novelista, en mangas de camisa, metió en la máquina de escribir una hoja de
papel, la numeró y se dispuso a relatar un abordaje de piratas. No conocía el
mar y sin embargo iba a pintar los mares del sur, turbulentos y misteriosos; no
había tratado en su vida màs que a empleados sin prestigio romántico y a
vecinos pacíficos y oscuros, pero tenía que decir ahora cómo son los piratas;
oía gorjear a los jilgueros de su mujer, y poblada en esos instantes de albatros
y grandes aves marinas los cielos sombríos y empavorecedores.
*La lucha que sostenía con editores rapaces y con un público indiferente
se le antojó el abordaje; la miseria que amenazaba su hogar, el mar bravío.
Y al describir las olas en que se mecían cadáveres y mástiles rojos, el
mísero escritor pensó en su vida sin triunfo, gobernada por fuerzas sordas
y fatales, y a pesar de todo fascinante, mágica, sobrenatural. *

 Este cuento corto fue escrito por Julio Torri, escritor mexicano que
junto a otros notables personajes de su época, trabajaron por la difusión y
divulgación literaria y científica. En este bello cuento narra la agridulce
realidad del escritor.

3. “La cola” (Guillermo Samperio)


Esa noche de estreno, fuera del cine, a partir de la taquilla la gente ha ido
formando una fila desordenada que desciende las escalinatas y se alarga sobre
la acera, junto a la pared, pasa frente al puesto de dulces y el de revistas, y
periódicos, extensa culebra de mil cabezas, víbora ondulante de colores
diversos vestida de suéteres y chamarras, nauyaca inquieta que se contorsiona
a lo largo de la calle y da vuelta en la esquina, boa enorme que mueve su
cuerpo ansioso azotando la banqueta, invadiendo la calle, enrollada a los
automóviles, interrumpiendo el tráfico, trepando por el muro, sobre las
cornisas, adelgazándose en el aire, su cola de cascabel introduciéndose por
una ventana del segundo piso, a espaldas de una mujer linda, que toma un
café melancólico ante una mesa redonda, mujer que escucha solitaria el rumor
del gentío en la calle y percibe un fino cascabeleo que rompe de pronto su aire
de pesadumbre, lo abrillanta y le ayuda a cobrar una débil luz de alegría,
recuerda entonces aquellos días de felicidad y de amor, de sensualidad
nocturna y manos sobre su cuerpo firme y bien formado, abre paulatinamente
las piernas, se acaricia el pubis que ya está húmedo, se quita lentamente las
pantimedias, la pantaleta, y permite que la punta de la cola, enredada en una
pata de la silla y erecta bajo la mesa, la posea.

 Este cuento corto con toques eróticos pertenece a Guillermo


Samperio, un notable escritor mexicano que contribuyó con su amplia
obra a la literatura mexicana y latinoamericana. Destacan además de sus
cuentos cortos, su prosa poética y sus ensayos.

4. “El murciélago” (Eduardo Galeano)


Cuando era el tiempo muy niño todavía, no había en el mundo bicho más feo
que el murciélago. El murciélago subió al cielo en busca de Dios. Le dijo: Estoy
harto de ser horroroso. Dame plumas de colores. No. Le dijo: Dame plumas,
por favor, que me muero de frío. A Dios no le había sobrado ninguna
pluma. Cada ave te dará una- decidió. Así obtuvo el murciélago la pluma
blanca de la paloma y la verde del papagayo. La tornasolada pluma del colibrí
y la rosada del flamenco, la roja del penacho del cardenal y la pluma azul de la
espalda del Martín pescador, la pluma de arcilla del ala de águila y la pluma del
sol que arde en el pecho del tucán. El murciélago, frondoso de colores y
suavidades, paseaba entre la tierra y las nubes. Por donde iba, quedaba alegre
el aire y las aves mudas de admiración. Dicen los pueblos zapotecas que el
arco iris nació del eco de su vuelo. La vanidad le hinchó el pecho. Miraba con
desdén y comentaba ofendiendo. Se reunieron las aves. Juntas volaron hacia
Dios. El murciélago se burla de nosotras - se quejaron -. Y además sentimos
frío por las plumas que nos faltan. Al día siguiente, cuando el murciélago agitó
las alas en pleno vuelo, quedó súbitamente desnudo. Una lluvia de plumas
cayó sobre la tierra. Él anda buscándolas todavía. Ciego y feo, enemigo de la
luz, vive escondido en las cuevas. Sale a perseguir las plumas perdidas cuando
ha caído la noche; y vuela muy veloz, sin detenerse nunca, porque le da
vergüenza que lo vean.

 Eduardo Galeano, el autor de este cuento dirigido a los niños, es uno


de los escritores e intelectuales más influyentes de las últimas décadas, no
solo en su país, Uruguay, sino en toda Latinoamérica.
5. Amor 77 (Julio Cortázar)
Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se
perfuman, se visten y, así progresivamente, van volviendo a ser lo que no son.

 Otro cuento de Julio Cortázar. Sin duda uno de los más cortos del
autor, y al mismo tiempo de los más populares de entre los cuentos
latinoamericanos cortos. Este cuento nos expresa el cómo, para salir al
mundo, nos ponemos un personaje que pocas veces somos en realidad.

6. “El adivino” (Jorge Luis Borges)


En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adivino. El brujo examinador le
pregunta si será reprobado o si pasará. El candidato responde que será
reprobado…

 Jorge Luis Borges es uno de los escritores latinoamericanos más


importantes. Es de origen argentino y su obra abarca prácticamente todos
los géneros literarios. Entre los muchos cuentos cortos que ha escrito, “El
adivino” es uno de los más populares.

7. “Una de dos” (Juan José Arreola)


Yo también he luchado con el ángel. Desdichadamente para mí, el ángel era un
personaje fuerte, maduro y repulsivo, con bata de boxeador. Poco antes
habíamos estado vomitando, cada uno por su lado, en el cuerto de baño.
Porque el banquete, más bien la juerga, fue de lo peor. En casa me esperaba la
familia: un pasado remoto. Inmediatamente después de su proposición, el
hombre comenzó a estrangularme de modo decisivo. La lucha, más bien la
defensa, se desarrolló para mí como un rápido y múltiple análisis reflexivo.
Calculé en un instante todas las posibilidades de pérdida y salvación,
apostando a vida o sueño, dividiéndome entre ceder y morir, aplazando el
resultado de aquella operación metafísica y muscular. Me desaté por fin de la
pesadilla como el ilusionista que deshace sus ligaduras de momia y sale del
cofre blindado. Pero llevo todavía en el cuello las huellas mortales que me
dejaron las manos de mi rival. Y en la conciencia, la certidumbre de que sólo
disfruto una tregua, el remordimiento de haber ganado un episodio banal en la
batalla irremisiblemente perdida.

 Juan José Arreola es un escritor mexicano, de los más influyentes en


su país. En este cuento, narra en pocas palabras una lucha entre la
conciencia y la inconsciencia que parece que todos tenemos. Un cuento
corto que cuenta con todos los elementos necesarios para emocionar.

8. “Episodio del enemigo” (Jorge Luis Borges)


Tantos años huyendo y esperando y ahora el enemigo estaba en mi casa.
Desde la ventana lo vi subir penosamente por el áspero camino del cerro. Se
ayudaba con un bastón, con un torpe bastón que en sus viejas manos no podía
ser un arma sino un báculo. Me costó percibir lo que esperaba: el débil golpe
contra la puerta.
Miré, no sin nostalgia, mis manuscritos, el borrador a medio concluir y el
tratado de Artemidoro sobre los sueños, libro un tanto anómalo ahí, ya que no
sé griego. Otro día perdido, pensé. Tuve que forcejear con la llave. Temí que el
hombre se desplomara, pero dio unos pasos inciertos, soltó el bastón, que no
volví a ver, y cayó en mi cama, rendido. Mi ansiedad lo había imaginado
muchas veces, pero solo entonces noté que se parecía, de un modo casi
fraternal, al último retrato de Lincoln. Serían las cuatro de la tarde.
Me incliné sobre él para que me oyera.
-Uno cree que los años pasan para uno - le dije-, pero pasan también para los
demás. Aquí nos encontramos al fin y lo que antes ocurrió no tiene sentido.
Mientras yo hablaba, se había desabrochado el sobretodo. La mano derecha
estaba en el bolsillo del saco. Algo me señalaba y yo sentí que era un revólver.
Me dijo entonces con voz firme: -Para entrar en su casa, he recurrido a la
compasión. Le tengo ahora a mi merced y no soy misericordioso.
Ensayé unas palabras. No soy un hombre fuerte y solo las palabras podían
salvarme. Atiné a decir:
-En verdad que hace tiempo maltraté a un niño, pero usted ya no es aquel niño
ni yo aquel insensato. Además, la venganza no es menos vanidosa y ridícula
que el perdón.
-Precisamente porque ya no soy aquel niño-me replicó-tengo que matarlo. No
se trata de una venganza, sino de un acto de justicia. Sus argumentos, Borges,
son meras estratagemas de su terror para que no lo mate. Usted ya no puede
hacer nada.
-Puedo hacer una cosa - le contesté. -¿Cuál?-me preguntó. -Despertarme.
Y así lo hice.

 Jorge Luis Borges se caracterizó por un humor fino, sarcasmo y una


asombrosa narrativa. Este cuento del “Episodio del enemigo” es una clara
muestra de ello.
9. “La honda de David” (Augusto Monterroso)
Había una vez un niño llamado David N., cuya puntería y habilidad en el
manejo de la resortera despertaba tanta envidia y admiración en sus amigos
de la vecindad y de la escuela, que veían en él-y así lo comentaban entre ellos
cuando sus padres no podían escucharlos-un nuevo David.
Pasó el tiempo.
Cansado del tedioso tiro al blanco que practicaba disparando sus guijarros
contra latas vacías o pedazos de botella, David descubrió que era mucho más
divertido ejercer contra los pájaros la habilidad con que Dios lo había dotado,
de modo que de ahí en adelante la emprendió con todos los que se ponían a su
alcance, en especial contra PArdillos, Alondras, Ruiseñores y Jilgueros, cuyos
cuerpecitos sangrantes caían suavemente sobre la hierba, con el corazón
agitado aún por el susto y la violencia de la pedrada.
David corría jubiloso hacia ellos y los enterraba cristianamente.
Cuando los padres de David se enteraron de esta costumbre de su buen hijo se
alarmaron mucho, le dijeron que qué era aquello y afearon su conducta en
términos tan ásperos y convincentes que, con lágrimas en los ojos, él reconoció
su culpa, se arrepintió sincero y durante mucho tiempo se aplicó a disparar
exclusivamente sobre los otros niños.
Dedicado años después a la milicia, en la SEgunda Guerra Mundial David fue
ascendido a general y condecorado con las cruces más altas por matar él solo
a treinta y seis hombres, y más tarde degradado y fusilado por dejar escapar
con vida una Paloma mensajera del enemigo.

 Augusto Monterroso fue un escritor nacido en Honduras,


nacionalizado posteriormente como guatemalteco, pero que radicó
muchos años de su vida en México. Se le considera el máximo
representante del micro cuento latinoamericano.

10. “La sirena del bosque” (Ciro Alegría)


El árbol llamado lupuna, uno de los más originalmente hermosos de la selva
amazónica, “tiene madre”. Los indios selváticos dicen así del árbol al que creen
poseído por un espíritu o habitado por un ser viviente. Disfrutan de tal
privilegio los árboles bellos o raro. La lupuna es uno de los más altos del
bosque amazónico, tiene un ramaje gallardo y su tallo, de color gris plomizo,
está guarnecido en la parte inferior por una especie de aletas triangulares. La
lupuna despierta interés a primera vista y en conjunto, al contemplarlo,
produce una sensación de extraña belleza. Como “tiene madre” los indios no
cortan la lupuna. Las hachas y machetes de la tala abatirán porciones de
bosque para levantar aldeas, o limpiar campos de siembra de yuca y plátanos,
o abrir caminos. La lupuna quedará señoreando. Y de todos modos, así no hay
roza, sobresaldrá en el bosque por su altura y particular conformación. Se hace
ver.
Para los indios cocamas, la “madre” de la lupuna, el ser que habita dicho árbol,
es una mujer blanca, rubia y singularmente hermosa. En las noches de luna,
ella sube por el corazón del árbol hasta lo alto de la copa, sale a dejarse
iluminar por la luz esplendente y canta. Sobre el océano vegetal que forman las
copas de los árboles, la hermosa derrama su voz clara y alta, singularmente
melodiosa, llenando la solemne amplitud de la selva. Los hombres y los
animales que la escuchan, quedan como hechizados. El mismo bosque puede
aquietar sus ramas para oírla.
Los viejos cocamas previenen a los mozos contra el embrujo de tal voz. Quien
la escuche, no debe ir hacia la mujer que la entona, porque no regresará nunca.
Unos dicen que muere esperando alcanzar a la hermosa y otros que ella los
convierte en árbol. Cualquiera que fuese su destino, ningún joven cocama que
siguió a la voz fascinante, soñando con ganar a la bella, regresó jamás.
Es aquella mujer, que sale de la lupuna, la sirena del bosque. Lo mejor que
puede hacerse es escuchar con recogimiento, en alguna noche de luna, su
hermoso canto próximo y distante.

 Ciro Alegría, de origen peruano, fue uno de los escritores más


importantes de su país. Algunos de sus cuentos se consideran como
grandes obras que el boom latinoamericano dió al mundo. Su narrativa
siempre se encuentra llena de folclor y cotidianeidad.

11. “Arriad el foque” Ana María Shua


¡Arriad el foque!, ordena el capitán. ¡Arriad el foque!, repite el segundo. ¡Orzad
a estribor!, grita el capitán. ¡Orzad a estribor!, repite el segundo. ¡Cuidado con
el bauprés!, grita el capitán. ¡El bauprés!, repite el segundo. ¡Abatid el palo de
mesana!, repite el segundo. Entretanto, la tormenta arrecia y los marineros
corremos de un lado a otro de la cubierta, desconcertados. Si no encontramos
pronto un diccionario nos vamos a pique sin remedio.

 Ana María Shua es de origen Argentino y actualmente, a sus 68


años de edad, es una de las pocas escritoras mujeres que cuenta entre sus
obras con varios micro cuentos. “Arriad el foque” es un cuento lleno de
humor.

12. “El espíritu nuevo” Leopoldo Lugones


En un barrio mal afamado de Jafa, cierto discípulo anónimo de Jesús disputaba
con las cortesanas. -La Magdalena se ha enamorado del rabí-dijo una. -Su
amor es divino - replicó el hombre. -Divino?...¿Me negarás que adora sus
cabellos blondos, sus ojos profundos, su sangre real, su saber misterioso, su
dominio sobre las gentes; su belleza, en fin? -No cabe duda; pero lo ama sin
esperanza, y por esto es divino su amor.

 Leopoldo Lugones fue, junto a Rubén Darío, uno de los grandes


exponentes del modernismo hispanoamericano. De origen argentino,
Leopoldo Lugones no cuenta con muchos cuentos cortos entre su obra.

13. “Aguafuerte” (Ruben Darío)


De una casa cercana salía un ruido metálico y acompasado. En un recinto
estrecho, entre paredes llenas de hollín, negras, muy negras, trabajaban unos
hombres en la forja. Uno movía el fuelle que resoplaba, haciendo crepitar el
carbón, lanzando torbellinos de chispas y llamas como lenguas pálidas, áureas,
azulejas, resplandecientes. Al brillo del fuego en que se enrojecían largas
barras de hierro, se miraban los rostros de los obreros con un reflejo trémulo.
Tres yunques ensamblados en toscas armazones resistían el batir de los
machos que aplastaban el metal candente, haciendo saltar una lluvia
enrojecida.
Los forjadores vestían camisas de lana de cuellos abiertos y largos delantales
de cuero. Acanzábaseles a ver el pescuezo gordo y el principio del pecho
velludo, y salían de las mangas holgadas los brazos gigantescos, donde, como
en los de Anteo, parecían los músculos redondas piedras de las que deslavan y
pulen los torrentes. En aquella negrura de caverna, al resplandor de las
llamaradas, tenían tallas de cíclopes. A un lado, una ventanilla dejaba pasar
apenas un haz de rayos de sol. A la entrada de la forja, como en un marco
oscuro, una muchacha blanca comía uvas. Y sobre aquel fondo de hollín y de
carbón, sus hombros delicados y tersos que estaban desnudos hacían resaltar
su bello color de lis, con un casi imperceptible tono dorado.

 Cuento de Rubén Darío. Este escritor nicaragüense es considerado


el máximo exponente del modernismo latinoamericano. Fue influencia
fundamental para las siguientes generaciones de escritores, y su obra se
destaca sobre todo por su poesía.

14. “Soledad” (Álvaro Mutis)


En mitad de la selva, en la más oscura noche de los grandes árboles, rodeado
del húmedo silencio esparcido por las vastas hojas del banano silvestre,
conoció el Gaviero el miedo de sus miserias más secretas, el pavor de un gran
vacío que le acechaba tras sus años llenos de historias y de paisajes. Toda la
noche permaneció el Gaviero en dolorosa vigilia, esperando, temiendo el
derrumbe de su ser, su naufragio en las girantes aguas de la demencia. De
estas amargas horas de insomnio le quedó el Gaviero una secreta herida de la
que manaba en ocasiones la tenue linfa de un miedo secreto e innombrable.
La algarabía de las cacatúas que cruzaban en bandadas la rosada extensión
del alba, lo devolvió al mundo de sus semejantes y tornó a poner en sus manos
las usuales herramientas del hombre. Ni el amor, ni la desdicha, ni la
esperanza, ni la ira volvieron a ser los mismos para él después de su aterradora
vigilia en la mojada y nocturna soledad de la selva.
 Álvaro Mutis es de origen colombiano. Este novelista y poeta es uno
de los escritores más importantes en todo latinoamérica de los últimos
tiempos. Hasta su muerte en 2013, vivió en México donde vivió más de 50
años.

15. “El dinosaurio” (Augusto Monterroso)


Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

 Este microrelato de Augusto Monterroso es quizá el más famoso de


su género. Por muchos años fue el cuento más corto de la literatura
latinoamericana. Y aunque actualmente ya no lo es, sigue siendo el más
popular.

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