Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El texto se centra en Sandra una mujer del siglo XXI que lleva una vida
aparentemente feliz y sin preocupaciones, hasta que un día decide dejar de
consumir las “pastillas de la felicidad” por una semana, dichas pastillas crean un
efecto de felicidad y alegría de tal manera que logra erradicar el miedo , la
angustia y en algunas ocasiones la agresividad; la señora Sara Ramírez quien se
encuentra en una reunión con sus vecinos y amigos cercanos, comienza a tener
una clara sensación del mundo real , al dejar de consumir las pastillas lo que
ocasiona que tenga sentimientos de angustia por la decisión de su hijo Jonás, al
querer amputarse las manos , en el relato describe sentimientos de desesperación
y horror desde la perspectiva de Sara , al darse cuenta de que la utopía en la que
solía vivir , es realmente una distopía impuesta por el mismo gobierno con el fin
de que las personas sean una especie de robots en vida.
Es por ello que mi impresión ante el relato fue favorable al recordar el libro
de Lowry y de esta manera pude deducir el parecido entre ambas; es como si
Cubría resumiera las 180 páginas de El dador de recuerdos en tan solo 6 páginas
y por ello me he tomado el tiempo para explicarlo de la siguiente manera; en
primer lugar ambas se desarrollan en distopía asociadas hacia las emociones y el
individualismo del hombre impuestas por un gobierno para crear “igualdad” entre
seres humanos, en segunda instancia el desarrollo de los protagonistas en
ambas historias Sara de Cubría y Jonás de Lowry ambos dejan de consumir la
droga, en el caso de Sara son las pastillas y en el caso de Jonás es una
inyección , ambas son diarias, ambos personajes deciden dejar a un lado “la
felicidad” para experimentar las sensaciones de la vida real, otro punto interesante
es que la vida dentro de aquellas sociedades es conformista y muy manipulable,
siendo manipulados por los jefes de zona y los jueces , así como la asignación
de trabajos sin importar la calidad moral que estos tengan como la amputación de
ambos brazos de Cubría y las parteras Lowry y finalmente que dos de sus
personajes se llamen Jonás en el caso del relato “Jonás“ es el nombre del hijo de
Sara, mientras que en El dador de recuerdos es el personaje principal quien es
elegido para ser el nuevo receptor de memorias.
Al final por mucho que no nos guste el dolor de cualquier tipo, sin dolor no
hay amor, ni felicidad y viceversa. Estas historias nos muestran como siempre las
personas prefieren sentir amor y alegría, aunque eso conlleve a sufrir, antes que
no sentir nada, o al menos en mi opinión. Tener emociones nos hace quienes
somos. Debe ser horrible vivir toda una vida siguiendo unas normas, sin
emociones, como robots.