Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Fase Individual
Presentado por
Grupo 80004_13
Tutor
CEAD Sahagún
16.06.2020
Ensayo sobre los elementos más importantes de la lectura, la OVI y el video propuesto en
esta guía.
La alteridad (la existencia del otro) siempre complica la existencia del yo, 1 por eso la forma más
se establece en el ser humano. Dentro de los ambientes en los que se desarrolla la alteridad se
encuentra la enseñanza formal, donde hay una interacción entre dos individuos: educador y
entre lo que se es y se percibe. Desde esta perspectiva, es necesario reflexionar sobre la noción de
alteridad que tiene el educador – entendiendo a este como sujeto formador y consciente del otro
de manera más puntual - como también, sus prácticas educativas. El lugar de análisis en el que se
desarrolla estas deliberaciones es el aula de clases, puesto que es el sitio donde la interacción
tiene cabida, y dado el papel que posee la escuela en relación con el reconocimiento, la formación
y el pensamiento crítico. Se hace un reconocimiento del otro como ser que aporta a la experiencia
propia.
Identificar las necesidades del “otro” a partir de sus experiencias, permite la construcción de
saberes, donde la escuela puede dinamizar el proceso educativo, para así transformar la
colectivo. Lo anterior permite fomentar un proceso donde el individuo – en este caso particular
“el educando” - se interrogue, se cuestione, sea capaz de analizar y observar lo que lo rodea y
crear sus propios conceptos. De esta manera, se inicia un proceso de carácter investigativo desde
la alteridad, de reconocimiento del otro, lo cual implica tener como objetivo una construcción de
migratorias que no caben en la clásica definición del lugar. Se suele entender el lugar como un
recurso discursivo y político que permite a cualquier ser humano formar parte del mundo social
(ciudad, país, región geográfica, etcétera); recurso que va desde el manejo del idioma hasta el
compartir ciertos rasgos culturales e incluso una historia común. En este sentido, el lugar es el
billete para ingresar a y permanecer en un determinado mundo social. Por eso, todo lugar es un
lugar común que permite, por ejemplo, reclamar, defender y ejercer derechos de manera legítima
dentro de un mundo social. Afirmar que “yo soy de este lugar” equivale a decir que tengo
llamamos en este artículo la “clásica definición de lugar”. Sin embargo, en nuestro mundo
globalizado, un número cada vez mayor de seres humanos no disponen de dicho recurso, ya que
se ven atrapados en una especie de limbo geográfico (en fronteras, en tránsito, en campamentos
como sin-Estado. Dada la imposibilidad de dar cuenta de todos estos casos, el artículo se enfoca,
de manera genérica, en presentar la necesidad y algunos esbozos de una nueva hermenéutica2 que
Solemos asociar el término comunidad a la idea de algo en común, y sin embargo la definición no
deja de resultarnos incompleta. O tal vez la pregunta sea otra: ¿eso en común es previo o
posterior? ¿Provenimos con algo en común o adscribimos a algo en común? Si fuera algo
posterior, deberíamos admitir la existencia previa de una unidad cerrada llamada el individuo, o
sea, aquello que no se puede dividir y que en sus capacidades se encuentra el hecho de ser sujeto
de una serie de propiedades que puede poseer. Muchos individuos encuentran ciertas propiedades
que los ponen en común con otros: una nacionalidad, una creencia, una tradición. O como dice
Roberto Espósito, “tienen en común lo que les es propio, son propietarios de lo que les es
común”, generando sin embargo de este modo una clara paradoja, ya que suponemos que “lo
propio. Esta perspectiva sobre la comunidad la disuelve en ser entonces una mera articulación
entre individuos que ponen lo propio en una serie de intercambios. Lo común es siempre
secundario porque lo prioritario es aquello que subyace a toda propiedad: el yo. El individualismo