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“Puf” significa en piamontés “deudas”. Don Bosco se sentía siempre en deuda con el Señor
y en ello encontraba un gran motivo para darse intensa e incansablemente a los jóvenes.
corazón está casi marchito, como el de un “viejo”: viven sin ideales, hacen las cosas con
desgana, se quejan de todo, andan con caras largas; para todo lo que signifique esfuerzo,
voluntad encuentran un “pero”, se justifican con cualquier excusa; viven “atrapados” en
sus celulares o en el ordenador; huyen como de la peste del estudio y del trabajo; tienen
miedo a comprometerse,… ¡Qué pena! Hoy te pregunto a ti: ¿eres un joven? Un
requisito fundamental para ser verdaderos cristianos es ser auténticamente joven.
Si quieres saber en qué consiste ser joven, deja de mirar a los jóvenes que te rodean.
Mira más bien a aquellas personas que tienen un corazón joven. Y luego trata de ser
auténticamente joven. Por ejemplo, ¿recuerdas a Juan Pablo II? Cuando estuvo en Madrid
llegó a decir: “¿Cuántos años tiene el Papa?... Soy un joven de 83 años”. Todos los
jóvenes sintonizaban con él. Similarmente sucedió con Benedicto XVI. Cuando estaba a
punto de terminar su gran misión de ser Papa, los jóvenes llegaron a decirle: “Eres un
joven de 85 años”. Quizás tengas otros ejemplos más cercanos a ti. Es posible que
encuentres en tus abuelos o en tus parientes mayores, corazones jóvenes. Siempre hay
gente que ha cuidado mucho la juventud de su corazón y tú tienes que ser uno de ellos.
¿Qué significa ser joven?
Ser joven significa estar siempre alegre, aunque a veces las cosas no resulten
siempre como tú quieres. Una mala nota, un partido de fútbol “desastroso”, una pequeña
enfermedad, un cúmulo de exámenes o de deberes, ni siquiera un fallo personal podrán
sacarte de tu alegría si verdaderamente eres joven.
Un corazón joven es optimista, sabe sacar partido de todo. Es difícil que se desanime.
Y si el desánimo llega a asomar por su cabeza, es como un viento pasajero que pasa
rápido y no deja rastro. En el mismo sentido, un corazón joven es fuerte, no huye de las
dificultades, sino que sabe afrontarlas con ánimo y con valor. Es perseverante y sabe
luchar, para conseguir las metas que se propone.
Ser joven significa estar lleno de entusiasmo, especialmente para abrazar con todas
las energías el cumplimiento fiel del deber, aunque a veces cueste y pueda parecer
aburrido. Le entusiasman las grandes excursiones; busca diversiones que exijan esfuerzo
y evita aquellas que fomentan la pereza y la comodidad; pone todas las ganas que están
de su parte para tomarse en serio el deporte, los juegos, las actividades con los demás. Si
se trata de servir, lo hace siempre con el máximo interés. Sencillamente, ¡es un joven!
También un auténtico joven está dispuesto a sudar la última gota de sudor. Después
de un tiempo de exámenes, de una excursión, de un trabajo arduo y difícil, un joven
siempre está dispuesto a dar “un poquito
más”. Aunque se sienta cansado o haya
hecho todo lo que está de su parte, siempre
está disponible para dar más. Pero ¡cuántos
jóvenes envejecidos anticipan las vacaciones
o el descanso porque se rinden antes de que
termine “el partido”!
Ser joven implica aprender a amar el
trabajo y el estudio como medios
fundamentales para desarrollar las propias
capacidades. Un joven da mucha
importancia, tanto a las asignaturas más
sencillas, como a las más difíciles. Incluso,
un verdadero joven, lejos de la rutina,
aprende a descubrir la alegría en su trabajo,
aunque sea costoso. Pero un “joven” que no quiere estudiar ni trabajar ya se puede
considerar como un candidato para la “jubilación”.
Un corazón joven está siempre lleno de buenas iniciativas. Por eso a un joven no
hace falta que le manden las cosas, sino que está siempre atento para descubrir las
necesidades propias y ajenas para resolverlas. Es difícil que se aburra en el tiempo libre y
en vacaciones, porque siempre tiene buenas ocurrencias para aprovechar el tiempo, para
servir a los demás y divertirse.
Un joven sabe pedir ayuda. Está convencido de que está aprendiendo a vivir y que
necesita de otros que vayan por delante para poder vivir limpiamente su juventud.
Necesita de otros para no dejar envejecer su corazón.
Ser joven significa ser capaz de apreciar la sinceridad, sentirse atraído por la
verdad y por el bien, buscar con todas las fuerzas la libertad. Ser joven significa estar
lleno de ideales y esperanzas. En resumen, ser joven significa tener la misma vitalidad
de Jesucristo, que siempre fue joven.
¿Eres joven?
Es una pregunta que tienes que hacerte con sinceridad, porque puedes correr el
riesgo de dejar envejecer rápidamente tu corazón. Te propongo algunas preguntas que te
ayudarán a revisarte:
-¿Tienes ideales grandes? Revisa cuáles son tus grandes aspiraciones.
-¿De qué situaciones y circunstancias depende tu sonrisa?
-¿Con qué actitud trabajas y estudias?
-Revisa tu corazón: ¿se está envejeciendo? ¿Tiene mucha vitalidad juvenil? ¿Qué
cosas están haciendo que tu corazón envejezca? ¿Cómo rejuvenecerlo?
Piensa y comenta con tus amigos cómo se puede evitar que el corazón se envejezca
fácil y rápidamente.
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