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Problemas Del Poder Judicial
Problemas Del Poder Judicial
A ello, es importante añadir algunas consideraciones externas que dificultan la labor del
Sistema de Justica peruano, tales como la inestabilidad política, la interferencia política,
la presión negativa de los medios de comunicación social, los insuficientes recursos
económico-fiscales, la desconfianza de la población en los servicios de justicia, el
incremento de la criminalidad y aparición de nuevas modalidades delictivas, entre otros
aspectos que dificultan el cumplimiento del gran deber del Estado de brindar un servicio
de administración de justicia eficiente y confiable.
1
CERIAJUS. Plan Nacional de Reforma Integral de la Administración de Justicia. Lima, 23 de Abril de 2004. p. 23.
Si bien es cierto dicho Plan Nacional involucra a diversas instituciones vinculadas a lo
que tímidamente se denomina el Sistema de Justicia, bien podría ser un punto inicial
para abordar la compleja problemática del Poder Judicial como institución encargada de
la administración de justicia en nuestro país, según el mandato contemplado en nuestra
Carta Fundamental y en función del propósito que inspiró la Política de Estado
plasmada en el Acuerdo Nacional denominada “Plena vigencia de la Constitución y los
Derechos Humanos y Acceso a la Justicia e Independencia Judicial”.
Así, se podrían mencionar como debilidades del Poder Judicial peruano, entre otras; (La
mala imagen ante la ciudadanía, la insuficiencia de recursos económicos, las frecuentes
prácticas de corrupción, la ausencia de políticas adecuadas de recursos humanos, una
cultura organizacional débil, elevados niveles de provisionalidad y suplencia, ausencia
de una política de infraestructura, falta de predictibilidad y baja calidad de los fallos y
resoluciones, incapacidad para administrar la carga procesal y la ausencia de
coordinación entre entidades vinculadas a la labor judicial)2.
Estos aspectos se tornan graves por tanto su corrección es de primer orden, para dotar a
la sociedad de un instrumento de protección contra los abusos y la arbitrariedad de los
2
CERIAJUS. Plan Nacional de Reforma Integral de la Administración de Justicia. Lima, 23 de Abril de 2004. p. 82.
otros poderes. Y es que, cuando el poder político neutraliza al Poder Judicial, lo que
realmente se hace es crear las condiciones para someterlo a condiciones que no solo
violentan el principio de la separación de las funciones supremas del estado, sino que,
además, se incumple todos los principios y valores de Estado Social y democrático de
Derecho.
El doctor Montoya3, sostiene que de persistir tales injerencias, corremos el riesgo de que
en nuestra sociedad se instituya la corrupción en pandemia, entonces, lo que
corresponde para evitar ello es pertinente plantear un sistema de justicia con
mecanismos de control externo, claros y eficientes de prevención y sanción de la
corrupción, de donde es fácil colegir que el Poder Judicial, en el moderno Estado Social
y Democrático de Derecho, es una exigencia que dicho poder del Estado sea
institucionalmente independiente, en tal propósito es necesario ir dejando de lado
complejos ya superados en la moderna concepción de la cuestión judicial, como aquél
relacionado al tema de la legitimidad del Poder Judicial en un Estado democrático:
tradicionalmente se tiene la idea de que el Poder Judicial es un Poder menor en virtud de
un déficit de legitimación democrática al no tener sus componentes una vinculación
directa con el principio de mayorías. Se menciona que el Poder Judicial no es nombrado
por el pueblo ni responde ante los representantes del pueblo.
3
Montoya, Yván. El Poder Judicial y Estado Democrático de Derecho en el Perú. Editorial Instituto de Defensa Legal
(Primer Concurso de Ensayo “Pensando y Haciendo Perú”). Lima, septiembre 1997. p. 11. 70.
4
Montoya, ivan Ob.Cit.
de derecho; es decir, que en toda actuación de sus funciones tienes que respetar y
garantizar los principios de libertad e igualdad, especialmente, los derechos
fundamentales, siempre en un marco axiológico.
5
Gonzáles, Joaquín. Corrupción y Justicia Democrática. Madrid, Clamores, 2000. 72.
las democracias en proceso de consolidación, constituye al sostenimiento de una sistema
paralelo de corrupción, que deteriora los patrones de confianza, convivencia y
gobernabilidad necesarios para su existencia. Rose Ackerman señala, en igual sentido,
que “La corrupción tiende a ser tanto injusta como ineficiente y puede socavar las
opciones democráticas. La investigación empírica sugiere la existencia de una
correlación negativa entre desarrollo y los altos niveles de corrupción, cuando se tiene
en consideración otros factores. Los casos estudiados a nivel mundial, indican que los
pagos ilegales pueden desincentivar la inversión privada e incrementar sustancialmente
los costos y disminuir la calidad de las obras públicas”6.
En este esquema, El poder Judicial tendría que estar altamente inmune en la cuestión de
ética, cuando es una institución llamado para el control de los actos de corrupción, más
aún si es una de las instituciones pilares de primer orden que debe garantizar el sistema
democrático; sin embargo la corrupción ha hecho colapsar el orden ético del Poder
Judicial, adquiriendo dimensiones sistémicas, convirtiéndose en un problema central y
primordial del Poder Judicial peruano. Dejando evidente su debilidad, ineficiencia y
falta ética para cumplir con cabalidad su rol de control y promoción de una adecuada
administración de justicia.
Es lógico pensar que frente a este flagelo, ha habido intentos de resguardar y procurar
recobrar la ética perdida del juez peruano, a ello abundando la actuación de los jueces
probos, podemos atrevernos y sostener que el panorama actual no trae buen augurio por
no se han registrado avances porque los resultados de control, si bien registran algunos
avances en la parte organizativa y descentralización, cuando desde el Poder Judicial se
han modificado el Reglamento de Organización de funciones de la Oficina de control de
la Magistratura. Con esta norma y sus modificatorias han establecido la
descentralización del sistema de control, llamándolas ODICMAS, hoy ODECMAS,
ubicados en cada uno de los Distritos Judiciales, entre otros esfuerzos.
6
ROSE-ACKERMAN, Lima, Proética, 2001, p. 20. Citada por SILES, Abaham. Corrupción en el Poder Judicial Peruano:
marco conceptual. Lineamientos de una propuesta de participación ciudadana para el control y erradicación.
Documento de trabajo, Comisión Andina de Juristas, 2002.P.7.
3. EL PODER JUDICIAL Y SUS PROBLEMAS ECONÓMICOS (ESCASEZ DE
RECURSOS ECONÓMICOS).
La autonomía del Poder Judicial en la función de administrar justicia no puede ser tal si
no tiene a su vez una necesaria e indispensable autonomía económica. Ello en la medida
de que solo se puede ser eficaz y eficiente en el ejercicio de la función que la
Constitución encomienda al Poder Judicial, si éste cuenta con los recursos suficientes
para el cumplimiento de esa función.
Lo anterior significa que la aprobación y ejecución del presupuesto del Poder Judicial
no puede estar sometida a criterios distintos a los que determinan su propia necesidad
presupuestal, en función a los recursos públicos asignados dentro de la estructura
presupuestaria del Estado y a los recursos propios que pueda obtener el Poder Judicial
vía aranceles y otras tasas judiciales, y demás ingresos que se puedan crear a su favor.
Un Poder Judicial que no cuente con autonomía económica y que vea sometida la
aprobación de los recursos que requiere para el desempeño de sus funciones
jurisdiccionales, a la decisión que respectivamente adopte el poder político, entendiendo
como tales a los Poderes Legislativo y Ejecutivo, no sólo no será eficiente y eficaz sino
tampoco realmente autónomo en el ejercicio de su función jurisdiccional, en la medida
de que –en ese supuesto- se trataría de un Poder Judicial sometido y sojuzgado que haría
inviable la existencia de un Estado Democrático y Social de Derecho como el que
pregona la Constitución.
Por ello, considerando que la potestad de administrar justicia ejercida por el Poder
Judicial en representación del pueblo, constituye una necesidad social básica que debe
además ser descentralizada, resulta necesario incorporar en nuestro ordenamiento
constitucional y legal normas que hagan realmente efectiva la autonomía económica de
ese Poder del Estado, a fin de asegurar que éste cuente con los recursos financieros que
requiera para el ejercicio de su función jurisdiccional, como ha sugerido la Comisión
Especial para la Reforma de la Administración de Justicia –CERIAJUS- recogiendo lo
establecido al respecto en la legislación comparada y ha recomendado el Tribunal
Constitucional en la STC N° 0004-2004-CC/TC.
Esta modificación normativa debe comprender a nuestro juicio, tanto las etapas de
elaboración, aprobación y ejecución del presupuesto del Poder Judicial, estableciendo
un rango porcentual del presupuesto general de la República94 que será asignado al
Poder Judicial con cargo a fondos del Tesoro Público y al margen de los recursos
propios que obtenga por concepto de aranceles judiciales, cedulas judiciales, multas y
otros.