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AYACUCHO-PERÚ
2024
LEY NÚMERO 29277
I. INTRODUCCIÓN
La Ley de la Carrera Judicial en Perú establece los principios rectores que rigen la
carrera judicial en el país, con el objetivo de garantizar la independencia, imparcialidad,
permanencia e inamovilidad de los jueces, así como el mérito como base para el ingreso
y promoción en la carrera judicial, la ética y probidad como componentes esenciales, la
capacitación permanente, la especialización y el debido proceso.
Además, la ley establece componentes esenciales para los jueces en la carrera judicial,
como la habilitación y capacitación permanente, el cuadro de méritos y antigüedad, la
publicación de sentencias, el deber de remitir sentencias en tiempo oportuno, la carga
procesal y la evaluación de la productividad.
En ese sentido, la carrera judicial responde a las características del sistema jurídico
y político, así como al horizonte cultural en el que se configura el papel del juez. Su
identidad resulta, por ello, de un proceso complejo de acuerdos, tensiones y
compromisos con determinados valores. Los rasgos del caso peruano expresan
abiertamente esa condición: algunas piezas del modelo burocrático, en sus rasgos más
básicos, desdibujadas por la tenue presencia de una cultura de cuerpo institucional y
marcadas por la impronta del poder político. Esta es la realidad que está en el fondo del
problema. El carácter de las reglas inconexas, desorganizadas y confusas que han
servido para ordenar la vida profesional de la magistratura, incluso en la legislación de
las últimas décadas, es una manifestación de este estado de cosas. Y la despreocupación
que ello denota no es casual. Parece inevitable pensar más bien que se trata de un tema
estrechamente vinculado al sentido que la independencia judicial adquirió por
influencias ajenas a los valores constitucionales que ella representa. La necesidad de un
ordenamiento que regule la vida profesional de los jueces es crucial si permite transmitir
los principios y valores constitucionales a las prácticas de los tribunales y juzgados. Ese
debería ser el perfil de la independencia judicial que se busca construir con la carrera
judicial en una democracia constitucional. El esfuerzo que supone impulsar este gran
objetivo debe enfrentar las resistencias que el proceso cultural lleva consigo. Este dato
es particularmente relevante en el caso peruano, pues la intensidad de los hechos que
definieron la institucionalidad judicial de la década de los noventa, puede haber
generado visiones o reacciones que forman la dinámica de la función judicial al
presente. En las siguientes líneas se pretende examinar la relación entre la política y el
derecho a propósito de las reglas sobre la carrera judicial. Este análisis se prolonga
luego en el debate constitucional sobre los tópicos más representativos de la
profesionalidad de los jueces que en los años recientes ha tenido cierta intensidad. En
particular, este último filón es sumamente interesante pues permite reconocer el
desarrollo de los valores de la Constitución y, a través de él, la posición que ocupa la
función judicial en el ordenamiento. Para establecer de una manera ordenada, y
sistematizada, el estado peruano publicó el dieciocho de octubre del 2008, la Ley N°
29277, la cual determina la carrera judicial en el Perú, en ésta se desarrollan temas
como los principios de la carrera judicial, proceso de selección, entre otros. (DERECHO
JUDICIAL, 2021)
Los jueces ejercen sus funciones jurisdiccionales con independencia e imparcialidad, sujetos
únicamente a la Constitución y a la ley.
Con este artículo se entiende que los jueces ejercerán sus funciones teniendo como
únicos referentes a la Constitución y la ley. Asimismo, el juez tendrá una función de
independencia, es decir, permitirá que desempeñe su papel libre de interferencias, tanto
de los otros poderes del Estado y órganos públicos, así como de los poderes económicos
y de presión. A través de este principio de independencia se busca impedir cualquier
tipo de influencia o presión indebida, interna o externa, sobre el magistrado. De igual
manera, con el principio de imparcialidad se pretende garantizar al ciudadano al
momento en que el juez decida dar algún fallo.
La carrera judicial garantiza la permanencia de los jueces en la función que ejercen; así como
el derecho a no ser trasladados sin su consentimiento.
Con este artículo se garantiza la estabilidad de los jueces en las funciones que ejercen.
Asimismo, se garantiza que no sean trasladados sin su consentimiento y a mantener su
especialidad.
Pero, se debe tener en cuenta que solo podrán ingresar y mantenerse en la carrera
judicial los magistrados que respeten los más altos valores éticos en su función judicial.
El juez debe actuar con una idoneidad ética, pues éste va a juzgar conductas sociales y
para hacerlo con autoridad debe acreditar ante la sociedad una trayectoria de vida
intachable, integra, con probidad, con compromiso a los principios, derechos y valores
constitucionales. Asimismo, debe ser imparcial frente a los intereses de las partes en
conflicto, respetando las diferencias, teniendo un trato igualitario y, además, debe tener
vocación de servicio; para llegar con cierta prudencia a acuerdos y valentía, y de esta
manera tomar las decisiones adecuadas al caso. Si bien es cierto, el juez es humano que
puede cometer errores, pero se busca que éste vivencie valores éticos en un alto grado,
exigibles en una persona que pretenda ser justo.
Con la carrera judicial se busca que la función del juez se cumpla con capacidad
profesional para interpretar y razonar jurídicamente a partir de casos concretos. Pero
con ello no se debe llegar al extremo de considerar que los jueces deban ser
necesariamente los académicos o juristas de renombre. El piso mínimo necesario es que
sea un profesional del Derecho competente y actualizado y que tenga capacidad para
tomar decisiones en ambientes de conflicto.
La carrera judicial garantiza y preserva la especialización de los jueces, salvo las excepciones
de ley.
La carrera judicial asegura que las decisiones que afecten la permanencia de los jueces en sus
cargos se adopten previo procedimiento en el que se observen las garantías del debido proceso,
y, en el caso que se trate de la imposición de una sanción, los principios constitucionales de
tipicidad y legalidad.
Los magistrados pueden ser objeto de procedimientos disciplinarios solo en los casos
previamente previstos en la constitución o la ley y de conformidad con el procedimiento
establecido. Pues para ello las normas deben estar formuladas de forma suficientemente
precisa para permitirles regular su conducta y prever las consecuencias que acarrearía la
realización de una acción determinada. Asimismo, en caso de que se les sancione se
debe tratar con el principio constitucional de tipicidad y legalidad.
Los magistrados son un conjunto de personas que tienen una formación judicial
profesional con función juzgadora con carácter permanente. Además, tiene derecho a
ocupar distintos puestos dependiendo a su antigüedad o a las circunstancias que lo
ameriten. Pues para ello es necesario la carrera judicial que regule el ingreso,
permanencia, ascenso y terminación de cargo del juez, ya que con ello se pretende
regular la vida profesional de los juzgadores y asegurar su independencia e idoneidad.
De igual manera, se busca que la justicia se imparta de manera adecuada y con
imparcialidad.
El perfil del juez está constituido por el conjunto de capacidades y cualidades personales que
permiten asegurar que, en el ejercicio de sus funciones, los jueces responderán de manera
idónea a las demandas de justicia. En tal sentido, las principales características de un juez son:
Es requisito para el ascenso la aprobación de los estudios especiales que requiera dicha
Academia.
El juez debe tener un perfil que contenga atributos necesarios para desempeñar
satisfactoriamente las funciones judiciales. Con este perfil se pretende que los
magistrados reúnan características ideales para que cumplan con efectividad las
funciones que la sociedad le encarga y, además, permite constatar que actúe dentro de
los requisitos de idoneidad.
El perfil de juez puede observarse desde las demandas sociales, y en las que la
ciudadanía manifiesta su percepción del juez real: un juez con un alto grado de
corrupción, poco independiente, que da trato desigual, que no es justo, lleva los
procesos con lentitud y está mal preparado. Estas percepciones transformadas en
positivo expresarían la necesidad de tener un elenco judicial íntegro, independiente, al
servicio de los ciudadanos por igual, justo y competente.
Pero, también se puede ver el perfil del juez desde la opinión de los expertos, que en
gran parte coinciden con la opinión ciudadana, aunque con una elaboración más
sistematizada.
3. Jueces Superiores; y
4. Jueces Supremos.
El acceso al primer y cuarto nivel de la carrera judicial, Jueces de Paz Letrados y Jueces
Supremos, es abierto.
En ningún caso, los jueces de carrera pueden ser impedidos de postular en igualdad de
condiciones en el proceso de selección para las plazas del porcentaje abierto.
Con este artículo se organiza a los magistrados, pues como es de observar los jueces de
paz letrado se encuentran en el primer nivel y tienen atribuciones diferentes a los demás,
ellos administran justicia de acuerdo a lo establecido en la Constitución y en
la Ley Orgánica del Poder Judicial, pero teniendo en cuenta el contexto donde se
desarrolla el conflicto.
Los jueces superiores son los que tienen autoridad para juzgar las causas en apelación y
conocer de las quejas contra los inferiores.
Por último, los jueces supremos son aquellos a quienes se les ha asignado constitucional
y legalmente la administración, el gobierno y la dirección del Poder Judicial. En
consecuencia, no solo ejercen importantes labores jurisdiccionales, sino que son
directivos públicos del más alto nivel.
3. tener título de abogado expedido o revalidado conforme a ley, así como encontrarse hábil en
el ejercicio profesional;
4. no haber sido condenado ni haber sido pasible de una sentencia con reserva de fallo
condenatorio por la comisión de un delito doloso. La rehabilitación, luego de cumplida una
sentencia condenatoria, no habilita para el acceso a la carrera judicial;
7. no haber sido destituido por medida disciplinaria del Poder Judicial o del Ministerio
Público ni despedido de cualquier otra dependencia de la Administración Pública, empresas
estatales o de la actividad privada por falta grave; y
CAPÍTULO II
REQUISITOS ESPECIALES
2. haber ejercido el cargo de Juez Superior Titular o Fiscal del mismo nivel cuando menos diez
(10) años o, alternativamente, haber ejercido la abogacía o desempeñado la docencia
universitaria en materia jurídica por quince (15) años;
3. haber superado la evaluación prevista para tal caso por el Consejo Nacional de la
Magistratura; y
El artículo instaura rigurosos criterios para ser Juez Supremo. Además de los requisitos
generales, destaca la necesidad de madurez profesional (edad mínima de 45 años) y al
menos 10 años de experiencia como Juez Superior o Fiscal del mismo nivel, o 15 años
de abogacía o docencia en derecho. La evaluación del Consejo Nacional de la
Magistratura es esencial, y la participación en un programa de inducción garantiza que
los futuros jueces estén preparados para asumir sus responsabilidades. Estos requisitos
buscan no solo experiencia, sino también objetividad y preparación específica para el
rol de Juez Supremo.
2. haber ejercido el cargo de Juez Especializado o Mixto Titular o Fiscal del mismo nivel
durante cinco (5) años o haber ejercido la abogacía o desempeñado la docencia universitaria
en materia jurídica por un período no menor de diez (10) años. Para el caso del ejercicio de la
abogacía y la docencia universitaria, los períodos en una y otra condición son acumulables
para alcanzar el mayor, en tanto no se hayan prestado en forma simultánea;
4. ser propuesto por la Comisión de Evaluación del Desempeño y haber aprobado los cursos
especiales de ascenso que requiera la Academia de la Magistratura, para el porcentaje de
acceso cerrado; y
5. participar del programa de inducción para los que ingresen por este nivel.
Instaura condiciones específicas para ser Juez Superior. Menciona que los aspirantes
deben tener más de 35 años y haber ocupado el cargo de Juez Especializado o Mixto
Titular o Fiscal del mismo nivel durante al menos 5 años, o haber ejercido la abogacía o
enseñado derecho en la universidad por un mínimo de 10 años. Además, deben superar
una evaluación del Consejo Nacional de la Magistratura, ser propuestos por la Comisión
de Evaluación del Desempeño, aprobar cursos de ascenso y participar en un programa
de inducción. Estos criterios buscan garantizar la experiencia y habilidades necesarias
para desempeñarse adecuadamente como Juez Superior.
Artículo 8.- Requisitos especiales para Juez Especializado o Mixto
Para ser Juez Especializado o Mixto se exige, además de los requisitos generales:
2. haber sido Juez de Paz Letrado o Fiscal Adjunto Provincial o Secretario o Relator de Sala al
menos por cuatro (4) años, o haber ejercido la abogacía o desempeñado la docencia
universitaria en materia jurídica por un período no menor de cinco (5) años. Para el caso del
ejercicio de la abogacía y la docencia universitaria, los períodos en una y otra condición son
acumulables para alcanzar el mayor, en tanto no se hayan prestado en forma simultánea;
4. ser propuesto por la Comisión de Evaluación del Desempeño y haber aprobado los cursos
especiales de ascenso que requiera la Academia de la Magistratura, para el porcentaje de
acceso cerrado; y
5. participar del programa de habilitación para los postulantes que ingresen a la carrera por
este nivel.
El artículo tiene como objetivo asegurar que los aspirantes reúnan los requisitos
necesarios para ocupar el cargo de Juez Especializado o Mixto. Para ello, se enfoca en
verificar que cuenten con la edad apropiada, una experiencia judicial o jurídica sólida,
hayan superado evaluaciones específicas, completado cursos especializados y
participado en un programa de habilitación.
Para ser Juez de Paz Letrado se exige, además de los requisitos generales:
Este Artículo determina, cuales son los requisitos específicos para ser Juez de Paz
Letrado. Declara que es necesario tener al menos 25 años y contar con experiencia legal
o académica significativa, ya sea como abogado o profesor de derecho durante al menos
tres años, o desempeñándose como Secretario o Relator de Sala por más de dos años, o
como Secretario de Juzgado por más de cuatro años. También se debe aprobar una
evaluación del Consejo Nacional de la Magistratura y participar en un programa de
habilitación. En resumen, ser Juez de Paz Letrado no solo requiere experiencia, sino
también evaluación y formación adicional para garantizar la preparación adecuada.
Los requisitos para el acceso al cargo de Juez de Paz se regulan por la ley de la
materia.
El proceso de selección, a cargo del Consejo Nacional de la Magistratura, tiene por finalidad
elegir a los postulantes que cumplan con las características establecidas en el artículo 2.
Dicha convocatoria se realiza mediante publicación por tres (3) veces consecutivas en el
Diario Oficial El Peruano, y en uno de mayor circulación del distrito judicial donde se realiza
el concurso.
Los postulantes que hayan superado el proceso de selección son nombrados Jueces Titulares en
estricto orden de méritos, conforme al artículo 33 de la presente Ley.
4. entrevista personal.
Establece las cuatro etapas del proceso de selección para funciones jurisdiccionales.
Primero, se realiza una evaluación escrita de habilidades y conocimientos. Luego, se
examinan los antecedentes y el desarrollo profesional a través de un currículum vítae.
La tercera etapa implica una evaluación psicológica y/o psicométrica para medir
aspectos específicos. Finalmente, se lleva a cabo una entrevista personal para obtener
información adicional sobre habilidades interpersonales y comunicativas. Estas etapas
buscan garantizar una evaluación integral de los candidatos, abordando aspectos
técnicos, profesionales, psicológicos y personales. El objetivo es seleccionar a
individuos idóneos para desempeñar funciones jurisdiccionales.
Los resultados del examen escrito y de la calificación curricular tienen carácter eliminatorio,
quien no apruebe cada una de ellas no continúa en el proceso. Para aprobarlas se debe
obtener la nota aprobatoria de dos tercios sobre el máximo obtenible, conforme al reglamento
respectivo. Los postulantes que aprueben las dos (2) primeras etapas del concurso pasan a la
evaluación psicológica y/o psicométrica y continúan en el proceso hasta el resultado final del
concurso de selección y nombramiento.
Solo la evaluación escrita y la evaluación psicológica y/o psicométrica son privadas. Sin
embargo, los resultados de todas las pruebas realizadas, salvo la de esta última, son públicos.
El artículo menciona que existe una distinción entre las evaluaciones escritas y
psicológicas/psicométricas, que son privadas, y otras formas de evaluación cuyos
resultados son públicos. Además, subraya la naturaleza pública de las entrevistas
personales, posiblemente con el objetivo de asegurar un proceso de evaluación
transparente en ese aspecto específico.
El examen escrito tiene por finalidad evaluar habilidades, destrezas y conocimientos para el
ejercicio de la función jurisdiccional. Son componentes esenciales de estos el razonamiento
jurídico, la capacidad creativa y de interpretación, la cultura jurídica, la capacidad de
redacción y las demás que establezca el reglamento para el proceso de selección.
En cada caso, se busca que la evaluación del examen pondere los requerimientos para cada
nivel o especialidad.
Describe la finalidad del examen escrito en el contexto del proceso de selección para
funciones jurisdiccionales. Se destaca que el propósito principal del examen es evaluar
las habilidades, destrezas y conocimientos necesarios para desempeñar eficientemente la
función jurisdiccional. Los componentes esenciales del examen incluyen el
razonamiento jurídico, la capacidad creativa y de interpretación, la cultura jurídica, la
habilidad de redacción, y otros que puedan ser especificados por el reglamento del
proceso de selección. Cada nivel o especialidad tiene requisitos específicos, y se busca
que la evaluación del examen sea ponderada de acuerdo con estos requisitos
particulares, asegurando así una evaluación justa y adecuada de los candidatos en
función de sus habilidades y conocimientos específicos requeridos para la función
jurisdiccional.
La evaluación del mismo considera los rubros de experiencia en función de la condición del
postulante o candidato, es decir, como juez o fiscal, o bien como abogado o docente
universitario en materia jurídica.
La calificación consta en el acta correspondiente para cada postulante. Solo es firmada por los
consejeros participantes y puesta en conocimiento del Pleno para su aprobación.
La calificación de la formación académica debe tener como parámetros los grados académicos
(maestría y/o doctorado), así como los estudios curriculares de postgrado, acreditados con
certificado oficial de notas. También se valoran los títulos o grados académicos obtenidos en
otras disciplinas profesionales.
La evaluación del rubro de capacitación considera los certámenes en los que el candidato
hubiera participado durante los últimos siete (7) años anteriores a la convocatoria del
concurso respectivo. Tratándose de eventos de carácter jurídico, se deben acreditar la
presentación de ponencias en seminarios, talleres, foros, mesas redondas, ciclos de
conferencias, etc. Se adjunta, si correspondiese, el certificado de estudios de la Academia de la
Magistratura.
Describe los procedimientos para evaluar el currículum vitae de los postulantes a cargos
vinculados con la magistratura. Establece que la evaluación asigna puntajes a méritos
documentados, considerando la experiencia del candidato como juez, fiscal, abogado o
docente universitario. Los aspectos evaluados incluyen formación académica,
capacitación, experiencia profesional, publicaciones y dominio de idiomas. La
calificación se registra en un acta firmada por los consejeros y sometida al Pleno para
aprobación. Se destaca la importancia de observar otras disposiciones establecidas por
los reglamentos de selección, proporcionando así un marco estructurado para la
selección de los candidatos más idóneos para roles en la magistratura.
Esta etapa tiene por finalidad evaluar las aptitudes y condiciones psicológicas requeridas para
el ejercicio de la función jurisdiccional, así como identificar los casos que impidan a un
candidato ser juez.
3. conocer sus criterios sobre los principios jurídicos, valores éticos, morales y sociales;
4. conocer sus opiniones sustentadas sobre la función del Poder Judicial o del Ministerio
Público y la reforma del sistema de justicia;
El artículo detalla el proceso del examen escrito para los candidatos a Jueces Supremos,
destacando su distinción con respecto a los exámenes de otros niveles judiciales. Los
aspirantes deben preparar, durante el examen mismo, un trabajo sobre un aspecto
específico relacionado con la temática judicial y su reforma, proporcionada en ese
momento, y expresar su opinión sobre casos judiciales, ya sean reales o hipotéticos,
presentados para su consideración. Esta disposición sugiere la necesidad de que los
candidatos a Jueces Supremos demuestren su capacidad para analizar y abordar
cuestiones complejas y de alta relevancia en el ámbito judicial, así como su habilidad
para tomar decisiones fundamentadas en la jurisprudencia y las reformas legales.
1. Habilitación para los candidatos que hayan sido seleccionados como resultado de haber
superado las pruebas previstas para cubrir las plazas de Jueces de Paz Letrado y Jueces
Especializados o Mixtos que ingresen a la carrera por estos niveles;
2. inducción para el ejercicio del cargo de Jueces Superiores y Jueces Supremos, cuando los
elegidos no provengan de la carrera judicial;
El contenido temático del programa de habilitación debe tener en cuenta las necesidades
específicas de la función jurisdiccional y el perfil del juez. Las áreas temáticas mínimas son:
1. Destrezas para la argumentación jurídica;
El contenido mínimo del programa de habilitación para futuros jueces, está diseñado
para satisfacer las necesidades específicas de la función judicial y el perfil del juez. Este
contenido incluye el desarrollo de destrezas en argumentación jurídica, formación en
ética judicial, conocimientos generales y especializados del derecho, gestión del
despacho judicial, así como la habilidad para proponer soluciones a problemas legales y
funcionales. Estos elementos garantizan una preparación integral que permite a los
futuros jueces enfrentar los desafíos del ejercicio judicial de manera competente y ética.
El programa de habilitación tiene como objetivo preparar a los futuros jueces para
ejercer en cualquier especialidad jurídica. Solo las materias no jurídicas o judiciales son
opcionales, lo que indica que el programa se centra en proporcionar una formación
completa en derecho para garantizar la preparación integral de los futuros jueces en
todas las áreas judiciales.
El objetivo del programa de inducción es vincular a los seleccionados con el despacho judicial.
Para efectuar el nombramiento en cada cargo se requiere la mayoría prevista por el artículo
154 de la Constitución. En el caso de que la persona a quien correspondiese nombrar según el
orden de méritos no obtuviese la mayoría establecida por la disposición constitucional, el
Consejo puede elegir entre las dos (2) siguientes en el orden de méritos, con obligación de
fundamentar claramente las razones por las que no se eligió a la primera. Si ninguno de los
tres (3) candidatos mejor situados en el orden de méritos alcanzase mayoría para ser
nombrado, el concurso de esa plaza será declarado desierto.
CAPÍTULO I: DEBERES
Este artículo establece los deberes fundamentales de los jueces, destacando la necesidad
de impartir justicia con independencia, prontitud e imparcialidad, respetando el debido
proceso. Además, se enfatiza la importancia de mantener un alto nivel profesional
mediante la constante capacitación y evaluación del desempeño. Se establecen
directrices específicas, como el estricto cumplimiento de horarios, la observancia de
plazos legales y la diligencia en el manejo de casos. También se exige la denuncia de
conductas ilegales, la dedicación exclusiva a la función jurisdiccional, con ciertas
limitaciones para actividades académicas, y la presentación regular de declaraciones
juradas de bienes. La residencia en el distrito judicial, la observancia de conducta
intachable y el cumplimiento de otras obligaciones legales complementan estos deberes,
conformando un marco integral para la conducta y desempeño ético de los jueces.
Para el caso de los Jueces Supernumerarios, los derechos enumerados serán reconocidos
cuando correspondan a las características propias de dicha función.
El artículo establece una serie de derechos fundamentales para los jueces, buscando
garantizar su independencia y el ejercicio adecuado de la función jurisdiccional. Entre
estos derechos se destacan la independencia en sus funciones, la permanencia en el
servicio hasta los 70 años, la posibilidad de ser trasladados por razones de salud o
seguridad, la integración a una carrera judicial diferenciada, la evaluación del
desempeño, la protección de su integridad física y la de sus familiares, la capacitación
continua, el derecho a permisos y licencias, una retribución digna y un régimen de
seguridad social que los proteja durante el servicio activo y la jubilación. También se
reconoce su libertad de asociación, el trato acorde a su investidura, limitaciones en su
detención, y la cobertura de seguro de vida en situaciones de riesgo. Estos derechos se
complementan con la referencia a otros que puedan ser establecidos por la Constitución
y la ley, proporcionando un marco integral para el ejercicio de la judicatura, incluso en
el caso de jueces supernumerarios, en el que estos derechos deben aplicarse según las
características particulares de dicha función.
Los resultados de las evaluaciones son publicados y constituyen el elemento central para los
ascensos y promociones.
Este artículo establece que los jueces que forman parte de la carrera judicial tienen el
derecho a ser evaluados periódicamente en relación con su desempeño. Esta evaluación
debe llevarse a cabo a través de un sistema que sea técnico, objetivo, imparcial y
equitativo. Los resultados de estas evaluaciones son públicos y desempeñan un papel
central en el proceso de ascensos y promociones dentro de la carrera judicial. En
esencia, este enfoque busca asegurar que el avance y reconocimiento profesional de los
jueces esté vinculado directamente a su rendimiento evaluado de manera justa y
objetiva, fomentando así la calidad y la eficiencia en el ejercicio de la función
jurisdiccional.
La especialidad de los jueces se mantiene durante el ejercicio del cargo, a menos que
necesidades específicas en la administración de justicia requieran un cambio de
especialización. El ingreso a una función especializada no impide que un juez postule a
una distinta especialidad, y en caso de vacantes, puede recuperar su especialización
original. Además, en situaciones donde se creen nuevas especialidades, los jueces tienen
la posibilidad de solicitar un cambio en su especialidad. Este enfoque flexible busca
adaptarse a las dinámicas del servicio judicial y a las necesidades cambiantes del
sistema.
Los jueces tienen prohibido realizar una serie de acciones que podrían comprometer su
imparcialidad y ética profesional. Entre estas prohibiciones, se destaca que no pueden
defender o asesorar a su cónyuge, conviviente, padres e hijos, salvo en causa propia.
Además, se les prohíbe aceptar donaciones, obsequios o cualquier tipo de beneficio por
parte de litigantes o sus abogados, así como cargos remunerados en instituciones
públicas o privadas, con excepción de la docencia universitaria. También se les impide
ejercer el comercio, variar su domicilio sin autorización, participar en política, influir en
resultados judiciales, y realizar labores relacionadas con su función fuera del recinto
judicial, entre otras restricciones. Estas prohibiciones buscan garantizar la
independencia, imparcialidad y ética en el ejercicio de la función judicial.
1. Entre jueces de la Corte Suprema, entre éstos y los jueces superiores y jueces de los distritos
judiciales de la República; así como, con los secretarios y relatores de Sala de la Corte
Suprema y de las Cortes Superiores de la República y con los secretarios de juzgados de los
distritos judiciales de la República;
2. en el mismo distrito judicial entre jueces superiores y entre éstos y los jueces, secretarios y
relatores de sala y secretarios de juzgado; entre jueces y entre éstos y los secretarios y
relatores de sala y secretarios de juzgado; y, los secretarios y relatores de sala y secretarios de
juzgado entre sí; y,
3. entre el personal administrativo y entre éstos y el personal jurisdiccional, perteneciente al
mismo distrito judicial.
La norma establece restricciones de incompatibilidad por razón de parentesco hasta el
cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad, por matrimonio y unión de hecho
en diversas relaciones dentro del Poder Judicial. Entre las prohibiciones se incluyen la
incompatibilidad entre jueces de la Corte Suprema y los jueces superiores, así como con
secretarios y relatores de sala de la Corte Suprema y de las Cortes Superiores. También
se prohíbe el parentesco dentro del mismo distrito judicial, tanto entre jueces superiores,
jueces, secretarios, relatores de sala y personal administrativo y jurisdiccional. Estas
restricciones tienen como objetivo evitar conflictos de interés y garantizar la
imparcialidad en el desempeño de funciones judiciales.
La repetición del texto indica que los miembros del Poder Judicial son sujetos a
responsabilidad civil, penal y administrativa de acuerdo con la legislación pertinente en
cada área respectiva. Es un recordatorio de la amplia gama de responsabilidades legales
a las que están sometidos los miembros del Poder Judicial en distintos contextos:
responsabilidad civil por daños, responsabilidad penal por infracciones penales y
responsabilidad administrativa en el ámbito de la administración pública.
SUBCAPÍTULO I: FALTAS
El texto establece que existen tres categorías de faltas disciplinarias que los jueces
pueden cometer: leves, graves y muy graves. La clasificación se basa en la gravedad de
la conducta infractora.
1. Incurrir en tardanza injustificada al despacho judicial hasta por dos (2) veces.
2. Proveer escritos o resoluciones fuera de los plazos legales injustificadamente.
3. Emitir los informes administrativos solicitados fuera de los plazos fijados injustificadamente.
4. No ejercitar control permanente sobre los auxiliares y subalternos o no imponerles las
sanciones pertinentes cuando el caso lo justifique.
5. Abusar de las facultades que la ley otorga respecto a sus subalternos o sobre las personas
que intervienen en cualquier forma en un proceso.
6. Incurrir injustificadamente en retraso, omisión o descuido en la tramitación de procesos.
7. Faltar el respeto debido al público, compañeros y subalternos, funcionarios judiciales,
representantes de órganos auxiliares de la justicia, miembros del Ministerio Público, de la
defensa de oficio y abogados, en el desempeño del cargo.
8. Desacatar las disposiciones administrativas internas del órgano de gobierno judicial,
siempre que no implique una falta de mayor gravedad.
9. No llevar los cursos impartidos por la Academia de la Magistratura dentro del programa de
capacitación regular.
10. Incurrir en negligencia en el cumplimiento de los deberes propios de su cargo, establecidos
en esta ley, cuando no constituyan falta grave o muy grave.
11. Ausentarse injustificadamente de sus labores por un (1) día.
El artículo enumera diversas faltas leves cometidas por los jueces, como la tardanza
injustificada al despacho judicial hasta por dos ocasiones, proveer escritos o
resoluciones fuera de plazos legales, emitir informes administrativos fuera de plazos
fijados injustificadamente, no ejercitar control permanente sobre auxiliares y
subalternos, abusar de facultades respecto a subalternos o personas en procesos, incurrir
en retraso, omisión o descuido en la tramitación de procesos, faltar al respeto a diversas
personas en el desempeño del cargo, desacatar disposiciones administrativas internas
del órgano de gobierno judicial, no llevar cursos impartidos por la Academia de la
Magistratura, incurrir en negligencia en el cumplimiento de deberes que no constituyan
falta grave o muy grave, y ausentarse injustificadamente de sus labores por un día. Estas
faltas son consideradas leves y están sujetas a las correspondientes sanciones
disciplinarias.
1. Abandonar total o parcialmente las tareas propias del desempeño del cargo judicial.
2. Causar grave perjuicio al desarrollo de las incidencias y diligencias del proceso, frustrando
o retrasando injustificadamente la realización de los actos procesales.
3. Ejercer injustificadamente labores relacionadas con su función fuera del despacho judicial.
4. Admitir o formular recomendaciones en procesos judiciales.
5. No guardar la discreción debida en aquellos asuntos que, por su naturaleza o en virtud de
leyes o reglamentos, requieran reserva.
6. Comentar a través de cualquier medio de comunicación aspectos procesales o de fondo de
un proceso en curso.
7. Incurrir en conducta y trato manifiestamente discriminatorios en el ejercicio del cargo.
8. Desacatar las disposiciones contenidas en reglamentos, acuerdos y resoluciones que dicte la
Corte Suprema de Justicia en materia jurisdiccional.
9. Ocultar a las partes documentos o información de naturaleza pública.
10. Asistir a sus labores en estado de embriaguez o bajo el efecto de estupefacientes o
sustancias psicotrópicas.
11. Delegar a los auxiliares jurisdiccionales la realización de diligencias que, por ley o por la
naturaleza de las circunstancias, requieren de su presencia.
12. No llevar injustificadamente los cursos que la Academia de la Magistratura imparte y que
le hayan sido asignados como resultado de la evaluación parcial del desempeño del juez.
13. La tercera falta leve que se cometa durante los dos (2) años posteriores a la comisión de la
primera. 14. Incumplir el deber de dedicarse exclusivamente a la labor jurisdiccional o dedicar
más de las horas previstas a otras funciones permitidas por disposición constitucional, legal o
autorizadas por el órgano de gobierno competente.
15. Abusar de la condición de juez para obtener un trato favorable o injustificado.
16. Utilizar en resoluciones judiciales expresiones improcedentes o manifiestamente ofensivas
desde el punto de vista del razonamiento jurídico.
17. Acumular indebida o inmotivadamente causas judiciales.
18. Adoptar medidas disímiles, sin la debida motivación, respecto de partes procesales que se
encuentran en la misma situación o condición jurídica.
“19. Inobservar los deberes establecidos en el numeral 6 del artículo 34.” (*)
El artículo enumera diversas faltas graves cometidas por los jueces, entre las cuales se
incluye el abandono de tareas judiciales, causar perjuicio al desarrollo de procesos,
ejercer labores relacionadas con su función fuera del despacho judicial sin justificación,
admitir o formular recomendaciones en procesos judiciales, no guardar la discreción
debida en asuntos que requieren reserva, comentar aspectos procesales en medios de
comunicación, incurrir en conducta discriminatoria, desacatar disposiciones de la Corte
Suprema, ocultar información pública a las partes, asistir al trabajo bajo el efecto de
sustancias, delegar indebidamente funciones a auxiliares, incumplir cursos de
capacitación, abusar de la posición de juez, utilizar expresiones ofensivas en
resoluciones judiciales, acumular causas indebidamente, y adoptar medidas disímiles sin
motivación adecuada respecto a partes en situaciones similares. Estas faltas son
consideradas graves y están sujetas a sanciones disciplinarias correspondientes.
Este artículo detalla diversas faltas muy graves cometidas por los jueces, entre las cuales
se encuentran desempeñar simultáneamente funciones remuneradas incompatibles con
la función jurisdiccional, ejercer defensa o asesoría legal de manera indebida, actuar en
procesos a sabiendas de impedimentos legales, interferir en funciones de otros órganos
del Estado, ocultar prohibiciones que afecten el ejercicio de la función, no justificar
signos exteriores de riqueza, interferir en el criterio de jueces inferiores, cometer actos
de acoso sexual, establecer relaciones extraprocesales que afecten la imparcialidad,
afiliarse a partidos políticos o grupos de presión, y no motivar resoluciones judiciales o
incumplir plazos establecidos. Estas faltas son consideradas muy graves y están sujetas
a sanciones disciplinarias de suspensión, destitución u otras previstas en la normativa.
Este artículo establece que las sanciones son el resultado de la comprobación de faltas
cometidas por los jueces. Estas sanciones deben estar legalmente previstas y ser
impuestas mediante un procedimiento disciplinario previo. Además, se especifica que
las sanciones deben ser registradas en el registro personal del juez.
1. Amonestación;
2. multa;
3. suspensión; y,
4. destitución.
El artículo enumera las sanciones y medidas disciplinarias aplicables a los jueces, que
son: amonestación, multa, suspensión y destitución.
La suspensión tendrá una duración mínima de quince (15) días y una duración máxima de seis
(6) meses.
En todos los casos se debe correr traslado de la queja o investigación y oírse al juez quejado o
investigado, otorgar un tiempo razonable para que estructure su defensa, permitir se revise las
actuaciones, ofrezca las pruebas pertinentes de descargo e intervenga en la actuación de los
actos de investigación que se realicen, cuya realización debe notificársele oportunamente.
Es nula toda resolución que vulnere esos derechos mínimos, así como los demás derechos que
integran la garantía del debido proceso.
Este texto establece que las quejas e investigaciones disciplinarias contra jueces son
tramitadas y resueltas por el órgano disciplinario correspondiente, en conformidad con
la Constitución y la ley. Las investigaciones pueden iniciarse de oficio por el órgano de
control, a instancia del afectado, por decisión de un órgano de gobierno del Poder
Judicial, o por requerimiento razonado del Ministerio Público. En todos los casos, se
garantiza el derecho del juez quejado o investigado a ser escuchado, presentar pruebas y
participar en la actuación de los actos de investigación. Se destaca la nulidad de
cualquier resolución que vulnere estos derechos mínimos, así como otros derechos que
conforman la garantía del debido proceso.
La medida de suspensión preventiva del cargo caduca a los seis (6) meses de consentida o
ejecutoriada la decisión. Mediante resolución especialmente motivada puede prorrogarse por
una sola vez y por un plazo no mayor al previsto anteriormente, cuando concurran
circunstancias que importen una especial dificultad o prolongación de la causa. Culminado el
procedimiento disciplinario a nivel del órgano de control del Poder Judicial, la medida se
prorroga automáticamente en tanto el Consejo Nacional de la Magistratura resuelva
definitivamente el procedimiento.
Este artículo establece que un juez sometido a investigación disciplinaria puede ser
suspendido de su cargo si existen elementos convincentes de su responsabilidad por una
falta muy grave, y si es necesario para garantizar el desarrollo normal del caso, la
eficacia de la resolución, evitar obstaculizaciones, o prevenir la continuación de hechos
similares. La suspensión puede decidirse al abrir la investigación y no está sujeta a
ciertas restricciones. Esta medida caduca en seis meses, pero puede prorrogarse por
razones justificadas durante el procedimiento. La impugnación de la resolución no
suspende sus efectos, y durante la suspensión, el juez recibe el 80% de su retribución
mensual. Además, se menciona la posibilidad de levantar el secreto bancario y de
comunicaciones del investigado conforme a la ley.
La disposición establece que el plazo para presentar una queja contra jueces es de seis
meses desde el hecho, y que la facultad del órgano de control para investigar de oficio
faltas disciplinarias prescribe a los dos años desde el inicio de la investigación. Después
de cumplir una sanción de apercibimiento, multa o suspensión, el juez queda
rehabilitado automáticamente al año de la imposición. Sin embargo, tanto los plazos de
prescripción como la rehabilitación no excluyen que estos hechos sean considerados
como antecedentes disciplinarios en la evaluación del desempeño del juez.
Indica que las sanciones en el ámbito judicial son impuestas ya sea por el Consejo
Nacional de la Magistratura o por los órganos de control del Poder Judicial, siguiendo
las disposiciones establecidas en la Constitución y la legislación correspondiente. Esto
implica que tanto el Consejo Nacional de la Magistratura como los órganos de control
dentro del Poder Judicial tienen la autoridad y la responsabilidad de aplicar sanciones en
casos de conductas indebidas o faltas disciplinarias por parte de los magistrados. La
mención a la Constitución y a la ley subraya la importancia de que estas sanciones estén
en conformidad con las normas fundamentales y las leyes vigentes.
65.1 Jueces titulares son aquellos a los que se nombra de manera permanente para el
ejercicio de la función jurisdiccional en el nivel que corresponde.
65.2 Jueces provisionales son aquellos jueces titulares que ocupan en caso de
vacancia, licencia o impedimento el nivel superior inmediato vacante.
65.3 Jueces supernumerarios son aquellos son aquellos que no habiendo obtenido la
plaza de juez titular aceptan incorporarse al registro de jueces supernumerarios en su
nivel, siempre y cuando se encuentren en el cuadro de aptos elaborados por el consejo
Nacional de la magistratura, a efectos de cubrir plazas vacantes conforme al art. 239°
de la ley orgánica del poder judicial.
65.4 candidatos en reserva son aquellos que no habiendo obtenido un cargo como juez
titular o supernumerario opten por esperar la existencia de una plaza vacante, siempre
y cuando se encuentren en el cuadro de aptos elaborado por el Consejo Nacional de la
Magistratura. Esta condición podrá mantenerse solo por un (1) año, en tanto se cumpla
con los requisitos para ser juez, determinados por la presente ley, en estricto orden de
mérito.
El juez llamado a cubrir provisionalmente una plaza superior será aquel que ocupe el
puesto más alto en el cuadro de méritos de su nivel, como consecuencia del proceso de
evaluación del desempeño parcial.
TÍTULO IV: JUECES TITULARES, JUECES PROVISIONALES, JUECES
SUPERNUMERARIOS Y CANDIDATOS EN RESERVA
65.1 Jueces titulares son aquellos a los que se nombra de manera permanente para el
ejercicio de la función jurisdiccional en el nivel que corresponde.
65.2 Jueces provisionales son aquellos jueces titulares que ocupan en caso de
vacancia, licencia o impedimento el nivel superior inmediato vacante.
65.3 Jueces supernumerarios son aquellos que no habiendo obtenido la plaza de juez
titular aceptan incorporarse al registro de jueces supernumerarios en su nivel, siempre
y cuando se encuentren en el cuadro de aptos elaborados por el consejo Nacional de la
magistratura, a efectos de cubrir plazas vacantes conforme al art. 239° de la ley
orgánica del poder judicial.
65.4 candidatos en reserva son aquellos que no habiendo obtenido un cargo como juez
titular o supernumerario opten por esperar la existencia de una plaza vacante, siempre
y cuando se encuentren en el cuadro de aptos elaborado por el Consejo Nacional de la
Magistratura. Esta condición podrá mantenerse solo por un (1) año, en tanto se cumpla
con los requisitos para ser juez, determinados por la presente ley, en estricto orden de
mérito.
Este artículo nos da una definición precisa sobre los Jueces titulares, Jueces
provisionales, Jueces supernumerarios y candidatos en reserva y mencionando
diferencias tales como: Los jueces titulares son aquellos a los que se nombra de manera
permanente; Jueces provisionales son aquellos que ocupan el cargo en caso de vacancia,
licencia o impedimento; los Jueces supernumerarios son aquellos que no habiendo
obtenido la plaza de juez titular aceptan incorporarse al registro de jueces
supernumerarios en su nivel, siempre y cuando se encuentren en el cuadro de aptos
elaborados por el consejo Nacional de la magistratura, a efectos de cubrir plazas
vacantes; los candidatos en reserva son aquellos que opten por esperar la existencia de
una plaza vacante, esta condición podrá mantenerse solo por un año, en tanto se cumpla
con los requisitos para ser juez, determinados por la presente ley, en estricto orden de
mérito.
Artículo. 66°-. Prioridad en la provisionalidad
El juez llamado a cubrir provisionalmente una plaza superior será aquel que ocupe el
puesto más alto en el cuadro de méritos de su nivel, como consecuencia del proceso de
evaluación del desempeño parcial.
Este artículo nos menciona que el juez que sea solicitado para cubrir un
cargo superior con carácter temporal, es decir, ocupar el cargo de manera provisional
será el juez que ocupe el mayor rango en la lista de méritos de acuerdo a su puntaje
obtenido durante el proceso de evaluación de desempeño.
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
1. Las decisiones o resoluciones finales emitidas por el juez, que equivaldrá al treinta
por ciento (30%) de la calificación final;
Tiene como finalidad conocer el rendimiento y méritos de los jueces para separar o
mantener al juez en el cargo, para tal evaluación se establece aspectos específicos y
fundamentales.
CAPITULO II
SUBCAPÍTULO I
Los aspectos evaluados en las resoluciones judiciales, que deben tener igual puntaje,
son:
1. La comprensión del problema jurídico y la claridad de su exposición;
2. la coherencia lógica y solidez de la argumentación utilizada para sustentar la tesis
que se acepta y refutar la que se rechaza;
3. la congruencia procesal; y
4. el manejo de jurisprudencia pertinente al caso, en la medida de las posibilidades de
acceso a la misma.
Sobre las resoluciones evaluadas solo es dentro del periodo evaluado y seleccionado
mediante un método aleatorio que no puede comprender menos de 16 resoluciones.
SUBCAPÍTULO II
Se evalúa las decisiones que tomaron los jueces en la dirección de los procesos.
Los aspectos evaluados en las decisiones judiciales, que deben tener igual
puntaje, son:
1. La conducción de audiencias;
Los aspectos evaluados en las decisiones de los jueces son la conducción de los
procesos, las resoluciones, declaraciones, conclusiones, el cumplimiento de los plazos y
las diferentes medidas para guiar el proceso.
En total, el número de los procesos evaluados no debe ser menor de doce (12), de los
cuales la mitad pertenecen al primer año evaluado y la otra mitad, al segundo.
SUBCAPÍTULO III
7. el número de los procesos enviados a otros funcionarios para que ellos continúen el
trámite;
Se establece 13 puntos que se debe informar para evaluar por el órgano evaluado, se
evalúa por el empeño de cada cargo. Si se presenta información errónea se asigna la
calificación de 0 y si este error no es cometido por juez evaluado se realizará una nueva
evaluación.
1. La carga procesal efectiva es aquella que el juzgador tiene realmente como casos a
resolver. Para efectos de determinarla se tiene en cuenta que:
a) La carga efectiva no considera las causas que, de acuerdo a ley, no exigían, dentro
del período a ser evaluado, el desarrollo de la función jurisdiccional por parte del juez;
y que,
a) Primer nivel: juzgados que tengan una carga efectiva menor que la carga estándar;
b) segundo nivel: juzgados que tengan una carga efectiva igual a la carga
estándar o mayor que ella hasta un cuarenta por ciento (40%); y
c) tercer nivel: juzgados que tengan una carga efectiva superior al cuarenta por ciento
(40%) respecto de la carga estándar.
4. De acuerdo a la división anterior, los jueces evaluados de cada uno de estos niveles
son calificados de acuerdo al criterio de expedientes dejados de tramitar. A mayor
cantidad de expedientes no tramitados, el puntaje a otorgar es menor. La escala de
puntajes a otorgar es indicada por el órgano competente de la evaluación. A cada
tipo de carga se le debe asignar un índice, donde el número cien (100) indicauna
carga normalizada. A partir de estos índices se efectúa la evaluación, contrastando el
índice de carga procesal con la producción del juez evaluado. Para determinar la
productividad se tiene en cuenta el grado de complejidad y la cantidad de los
mismos.
El órgano evaluador es el que define el carácter de complejo de los casos. Los jueces
evaluados deben reportar los casos complejos al ente competente a fin de que
sean considerados en la evaluación, sin perjuicio de los casos que el mismo ente esté
considerando como tales.
SUBCAPÍTULO IV
Esta evaluación se efectúa sobre la oportuna utilización que haga el juez de los
recursos humanos y materiales de los que dispone su despacho para mejorar la
calidad del servicio ofrecido a los litigantes, ordenar las causas y mejorar la
eficiencia y eficacia en el desarrollo del trabajo. La información pertinente está
contenida en un informe que el juez presenta anualmente.
Los aspectos evaluados en la organización del trabajo, que deben tener igual puntaje,
son:
SUBCAPÍTULO V
1. Libros;
2. capítulos de libro;
4. ponencias; y
SUBCAPÍTULO VI
En esta se evalúa las actividades académicas realizadas por los jueces en el periodo a ser
evaluado, es decir capacitación o especialidades desarrolladas satisfactoriamente.
El criterio es en base a las notas de los diferentes desarrollos académicos realizo por el
juez en su periodo de evaluación.
CAPITULO III
SUBCAPÍTULO I
EVALUACIÓN INTEGRAL
La evaluación se realiza cada 7 años de los jueces de todos los niveles, efectuado por el
Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). Este órgano avalúa a través de la
idoneidad profesional la permanencia de los jueces a través del voto legal de la mayoría
de sus miembros y una resolución.
Los Jueces Supremos son evaluados por el Consejo Nacional de la Magistratura sobre
la base de la calidad de sus resoluciones y desarrollo profesional. Cuando de la
evaluación se desprende que se encuentran bajo algún supuesto de separación, el
Consejo Nacional de la Magistratura procede a realizarla, a menos que los dos tercios
de sus integrantes decidan mantenerlo en la carrera judicial, mediante
resolución debidamente motivada.
Estos son evaluados por el (CNM) por sus resoluciones y desarrollo profesional.
De ser necesario, puede contar con órganos de apoyo que permitan el correcto
y oportuno desarrollo de la función de evaluación integral. Estos pueden ser órganos
de alguna entidad perteneciente al sistema de justicia o una entidad académica de
prestigio. Asimismo, de personal especializado a efectos de compulsar el expediente y
demás documentos producto de la evaluación parcial.
El (CNM) recibe el expediente del juez de la Comisión de evaluación del Desempeño;
además, puede ser apoyado por órganos de alguna entidad que forma parte del sistema
de justicia o entidades académicas de prestigio para mayor especialización
SUBCAPÍTULO II
EVALUACIÓN PARCIAL
Para tal efecto, la Comisión de Evaluación del Desempeño elabora un expediente con
el registro de los aspectos evaluados previstos en la ley, así como de
las medidas disciplinarias impuestas durante dicho período. Con estos elementos,
elabora el Cuadro de Méritos a fin de determinar las medidas establecidas en el
artículo siguiente. (*)
Esta evaluación se realiza cada 6 años y 3 meses por parte de la comisión de evaluación
del desempeño. Los elementos que se considera son el desempeño, medidas
disciplinarias otras previstas en la ley, con estos elementos se establece un cuadro de
mérito.
La Comisión de Evaluación del Desempeño se compone de seis (6) miembros. Tres (3)
del Consejo Nacional de la Magistratura y tres (3) del Poder Judicial. Le corresponde:
Los informes de los órganos auxiliares sobre la calificación de cada uno de los factores
deben ir acompañados de los datos relevantes para la evaluación de cada factor, los
mismos que son recogidos en formularios especialmente diseñados y distribuidos para
estos fines. (*)
(*) De conformidad con el Artículo Único de la Ley Nº 29354, publicada el 07 mayo
2009, el presente artículo, entró en vigor a los cuarenta y cinco (45) días de la
vigencia de la citada Ley.
Esta comisión puede ser apoyada por órganos de alguna entidad que forma parte del
sistema de justicia o entidades académicas de prestigio para mayor especialización
Para evaluar las resoluciones y los procesos de los jueces la comisión pueden ayudarse
con universidades públicas o privadas, estas elaboran sus informes respectivos.
Desde la fecha en que la Comisión de Evaluación del Desempeño recibe los informes
sobre la organización del trabajo, se encuentra habilitada para realizar las
visitas en los despachos judiciales que considere necesario, sin previo aviso al juez
encargado.
Para corroborar los informes judiciales la comisión puede visitar, sin previo aviso o
permiso, las instalaciones o despachos judiciales.
Una vez recibidos los informes y realizadas las visitas, la Comisión de Evaluación del
Desempeño procede a la evaluación de cada juez, conformando un expediente
por cada uno deellos.
Efectuada la evaluación parcial, el Juez evaluado es notificado oportunamente
de su resultado, el que consta en su expediente personal y registros
correspondientes, a los que puede acceder, de requerirlo. (*)
Unas ves realizadas todas las etapas se efectúa las evaluaciones finales y finalizado el
proceso se le notifica su resultado al juez evaluado.
Los resultados dela evaluación parcial del desempeño sirven para definir:
SUBCAPÍTULO III
CAPITULO IV
Para la formulación del cuadro de méritos por la evaluación parcial del desempeño
se toman en consideración los factores siguientes:
La evaluación de desempeño tiene un peso igual al ochenta y cinco por ciento (85%) y
las sanciones y medidas disciplinarias igual al quince por ciento (15%).
Para ello se toma en cuenta los resultados y las sanciones (85%) y medidas
disciplinarias (15%).
Artículo 99.- Objetivos del cuadro méritos
CAPITULO V
2. promociones; y
Según el orden se establece vacantes en los niveles superiores, esto es remito por la
comisión hacia la JNM.
3. traslados;
CAPITULO VI
Artículo 104.- impedimento y recusación del órgano competente y/o los órganos
auxiliares
CAPITULO VII
Este artículo nos menciona las 10 causales por el cual cesa el cargo de juez , estas
causales: Muerte; Cesantía o jubilación ;Renuncia, desde que es aceptada; Destitución
dictada en el correspondiente procedimiento; Separación; Incompatibilidad
sobreviniente; Causa física o mental permanente, debidamente comprobada, que impida
el ejercicio de la función jurisdiccional; Haber sido condenado u objeto de sentencia con
reserva de fallo condenatorio por delito doloso; Por alcanzar la edad límite de setenta
años; y Los demás casos previstos en la constitución y en la Ley Orgánica del Poder
Judicial.
3.8 DISPOSICIONES
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Vicente Rodolfo Walde Jáuregui
contra la resolución de folio 222, de 17 de febrero de 2022, expedida por la Tercera Sala
Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró infundada la
demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES
Como grupo estamos de acuerdo con la decisión expedida por el tribunal constitucional,
debido a que el demandante Vicente Rodolfo Walde Jáuregui al momento de ocupar el
cargo de vocal superior estuvo en vigencia la Ley 27367, actualmente se encuentra
vigente la Ley 29277, Ley de la Carrera Judicial, en cuyo artículo 107, inciso 9, se
establece que el cargo de juez termina por alcanzar la edad límite de setenta años. Antes
de la vigencia de dicha ley, regía la Ley 27367, cuya Segunda Disposición Final
regulaba el cese sólo de los vocales supremos y fiscales supremos, y preveía que estos
cesan definitivamente al cumplir 70 años de edad, siempre que hayan ingresado al Poder
Judicial con posterioridad a la entrada en vigencia de la referida ley. Y antes de la
vigencia de la Ley 27367 se encontraba en vigor la ley 26623, que prescribía que los
vocales supremos y fiscales supremos cesan definitivamente al cumplir 75 años de edad;
aunado a ello, el demandante pretende que se le aplique lo dispuesto en la Octava
Disposición Transitoria, Complementaria y Final de la Ley 26623, que disponía que los
vocales supremos y fiscales supremos cesan definitivamente al cumplir 75 años de edad,
y, por consiguiente, se inaplique, a su caso particular, la Segunda Disposición Final la
Ley 27367 y el artículo 107, inciso 9, de la Ley 29277, que disponen que el cese del
juez supremo ocurre a los 70 años de edad.
El presente capítulo tiene por finalidad explicar la relación que existe entre la
denominada carrera judicial con la configuración y vigencia de la constitución política
de nuestro Estado Constitucional, por esta razón, la ley de la carrera judicial no puede
contravenir las normas prescritas en la constitución, más aún, en un estado
constitucional los jueces mediante la carta magna encuentran garantía, autonomía e
independencia en su actuación ya que una carrera judicial constituida a partir de estos
principios es un instrumento que puede servir para que los jueces actúen como límite del
poder político, dichos principios se encuentran en capítulo VIII de la Constitución
Política del Perú en los artículos 138 hasta 149, siendo estos artículos:
Artículo 138. La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el
Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos con arreglo a la Constitución y a
las leyes. En todo proceso, de existir incompatibilidad entre una norma constitucional y
una norma legal, los jueces prefieren la primera. Igualmente, prefieren la norma legal
sobre toda otra norma de rango inferior.
En este artículo nos menciona que la administración de justicia proviene del pueblo y es
ejercido por el poder judicial a través de sus instituciones jerárquicas de
conformidad con la constitución y las leyes, además, en una incompatibilidad de leyes,
los jueces darán preferencia a las normas constitucionales sobre otra
norma de nivel inferior.
Este artículo nos detalla sobre los principios y derechos de la función jurisdiccional
entre los más importantes está: La unidad y exclusividad de la función jurisdiccional, La
independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional, La observancia del debido
proceso y la tutela jurisdiccional, La publicidad en los procesos, salvo disposición
contraria de la ley, La pluralidad de la instancia, El principio de no dejar de administrar
justicia por vacío o deficiencia de la ley, El principio de inaplicabilidad por analogía de
la ley penal y de las normas que restrinjan derechos, etc.
Artículo 140. La pena de muerte sólo puede aplicarse por el delito de traición a la
Patria en caso de guerra, y el de terrorismo, conforme a las leyes y a los tratados de
los que el Perú es parte obligada.
En este artículo nos menciona que según las leyes y tratados de los que Perú es parte,
la pena de muerte sólo puede utilizarse para crímenes de guerra y delitos terroristas.
Este artículo nos menciona que Si el caso es presentado con arreglo a la Ley por el
Tribunal de Distrito o el propio Tribunal Supremo, el Tribunal Supremo puede
anular la sentencia o como último recurso. También examina las decisiones de
apelación de los tribunales militares, observando las limitaciones previstas en el artículo
173.
Artículo 142. No son revisables en sede judicial las resoluciones del Jurado Nacional
de Elecciones en materia electoral, ni las del Consejo Nacional de la Magistratura en
materia de evaluación y ratificación de jueces.
Este artículo nos menciona que Las decisiones del jurado electoral estatal en casos
electorales y las decisiones del Consejo Estatal de Jueces sobre las evaluaciones y
aprobaciones de los jueces no pueden ser juzgadas ante los tribunales.
Artículo 143. El Poder Judicial está integrado por órganos jurisdiccionales que
administran justicia en nombre de la Nación, y por órganos que ejercen su gobierno y
administración. Los órganos jurisdiccionales son: la Corte Suprema de Justicia y las
demás cortes y juzgados que determine su ley orgánica.
Este órgano nos menciona que El poder judicial está formado por órganos
jurisdiccionales que ejerce el poder judicial en nombre del Estado, y los órganos que
ejercen poderes gubernamentales y administrativos. La autoridad competente es:
La Corte Suprema y demás juzgados y tribunales que establezca su constitución.
Este artículo nos menciona que El Presidente del Tribunal Supremo es también el
Presidente del Poder Judicial y que el pleno del Tribunal Supremo es
el máximo órgano consultivo del sistema judicial.
Artículo 147. Para ser Magistrado de la Corte Suprema se requiere: 1. Ser peruano de
nacimiento; 2. Ser ciudadano en ejercicio; 3. Ser mayor de cuarenta y cinco años; 4.
Haber sido magistrado de la Corte Superior o Fiscal Superior durante diez años, o
haber ejercido la abogacía o la cátedra universitaria en materia jurídica durante
quince años.
Este artículo nos menciona que para ejercer el cargo de magistrado en la corte se
requiere 4 requisitos: Ser peruano de nacimiento; Ser ciudadano en ejercicio; Ser mayor
de cuarenta y cinco años; Haber sido magistrado de la Corte Superior o Fiscal Superior
durante diez años, o haber ejercido la abogacía o la cátedra universitaria en materia
jurídica durante quince años.
Artículo 148. Las resoluciones administrativas que causan estado son susceptibles de
impugnación mediante la acción contencioso-administrativa.
Este artículo nos menciona que Las decisiones administrativas que resultan en la
concesión del estatus son vulnerables a acciones administrativas impugnadas.
Artículo 149. Las autoridades de las Comunidades Campesinas y Nativas, con el apoyo
de las Rondas Campesinas, pueden ejercer las funciones jurisdiccionales dentro de su
ámbito territorial de conformidad con el derecho consuetudinario, siempre que no
violen los derechos fundamentales de la persona. La ley establece las formas de
coordinación de dicha jurisdicción especial con los Juzgados de Paz y con las demás
instancias del Poder Judicial.
Este artículo nos menciona que Los agricultores y las autoridades de las comunidades
indígenas, con el apoyo de las rondas campesinas, pueden ejercer funciones
jurisdiccionales en sus territorios de conformidad con el derecho consuetudinario,
siempre y cuando no se violen los derechos fundamentales de las personas. La
ley determina la forma de coordinación de las citadas jurisdicciones especiales con
los magistrados y demás autoridades judiciales.
Artículo 217: Este artículo establece que el Estado reconoce y garantiza la carrera
judicial según lo dispuesto en la ley. Sin embargo, el texto señala que este artículo ha
sido derogado por disposiciones posteriores de la Ley Nº 29277, que entró en vigencia
en 2008.
Artículo 218: Define los grados en la carrera judicial, que incluyen los vocales de la
Corte Suprema de Justicia, vocales de la Corte Superior de Justicia, jueces
especializados o mixtos, jueces de paz letrados, secretarios y relatores de sala. Al igual
que el artículo anterior, este artículo ha sido derogado por la Ley Nº 29277.
Artículo 219: Establece que el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial organiza el cuadro
de antigüedad de los jueces y vocales supremos, tomando en cuenta varios criterios
como la tramitación de procesos, idoneidad moral, sanciones disciplinarias, grados
académicos, entre otros.
Artículo 220: Indica los criterios que deben considerarse para la formulación de
cuadros de méritos, como la tramitación y resolución de procesos, idoneidad moral,
grados académicos, entre otros.
Artículo 223: Hace referencia a la antigüedad del magistrado cesante que reingresa al
servicio y cómo se computa.
Artículo 224: Este artículo, aunque derogado por la Ley Nº 29277, se refiere a los
requisitos para ingresar a la carrera judicial en cualquiera de sus grados.
Artículo 225: También derogado por la Ley Nº 29277, menciona que el ascenso es
desde el cargo judicial en el que se desempeñó el postulante al inmediato superior.
Artículo 227 y 228: Establece el juramento al cargo y quién recibe dicho juramento
según sea el cargo.
CAPITULO V: UNIFORMES, INSIGNIAS, HONORES Y
CONDECORACIONES
Artículo 240 y 241: Tratan sobre el derecho de solicitar licencia, su otorgamiento y los
casos en que se conceden con goce de haber.
Artículo 242 al 244: Establece cómo se computan las licencias, qué sucede en caso de
no reincorporación y qué hacer en caso de ausencia imprevista.
Artículo 245: Enumera los casos en los cuales termina el cargo de magistrado.
Artículo 246: Establece el período y la fecha de las vacaciones para los magistrados.
Artículo 247: Establece los días en los cuales no se llevará a cabo el Despacho Judicial.
Los días sin despacho incluyen los sábados, domingos y feriados no laborables, así
como los días de duelo nacional y judicial. También se suspende el Despacho Judicial
en el inicio del Año Judicial y en el día del Juez.
Artículo 248: Se refiere a los días de duelo judicial, específicamente relacionados con
el fallecimiento de ciertos magistrados en ejercicio.
Es evidente que la actual legislación no proporciona una guía clara y completa para
la carrera judicial, dejando a la deriva aspectos cruciales. En este contexto, se hace
imperativo abordar una revisión integral de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
priorizando la creación de una normativa robusta y detallada que respalde de manera
efectiva la carrera judicial. Solo a través de reformas significativas se podrá garantizar
la coherencia, equidad y eficacia del sistema judicial peruano, fortaleciendo así la
confianza en la administración de justicia en el país.
En este punto se intenta identificar los posibles modelos de carrera judicial mediante
un análisis comparativo de sus componentes estructurales y los objetivos que persigue
cada sistema, de manera que la misma, pueda beneficiar la comprensión de nuestro
ordenamiento. Así, el desarrollo de este tema permite la obtención de información
necesaria para entender mejor la organización y propósito de la carrera judicial en el
contexto peruano, más allá de determinar si comparte características con modelos ya
establecidos. Esta comparación se justifica porque al tener una tradición jurídica
compartida con Chile, Colombia, España e Italia, se presume que hay formas similares
de entender y aplicar el derecho. No obstante, estas similitudes difieren cuando se trata
del desarrollo de instituciones, como la carrera judicial, que se ven fuertemente
influenciadas por la realidad política y social de cada país. Así, cada contexto configura
un sistema de carrera judicial basado en las circunstancias históricas y políticas
específicas de cada Estado.
En este modelo de carrera judicial, se busca un tipo de juez que inevitablemente está
sujeto a la influencia de otros poderes, forma parte de una estructura jerarquizada y se
limita a declarar el derecho sin participar en su creación. La idea central es que este juez
debe ser principalmente un técnico, sin influencias de la sociedad civil o política. La
independencia judicial en este enfoque se relaciona únicamente con la dirección del
proceso de toma de decisiones, siendo una independencia formal que se basa
exclusivamente en la sumisión del juez a la ley. El conveniente señalar que este modelo
se encuentra presente en la estructura de la carrera judicial de Chile.
En este modelo, la concepción del juez como parte de los funcionarios públicos persiste,
pero a diferencia del modelo anterior, introduce la idea de un juez con mayor poder que
enlaza su labor jurisdiccional con las necesidades sociales y políticas. Este enfoque se
adapta al contexto de las democracias contemporáneas, donde se observa una tendencia
hacia la judicialización de la política, implicando un aumento en el poder político de los
jueces. Este mayor involucramiento político de los jueces se origina por varios factores
sociales e históricos, como cambios en los sistemas legales y la función asignada al
Poder Judicial en una democracia constitucional, que implica proteger los derechos
individuales y de las minorías. Dentro de este modelo podemos identificar las
estructuras de las carreras judiciales de España e Italia.
Al haber visto y desarrollado ambos modelos, resulta factible hacer mención algunas
generalidades referentes a la carrera judicial de otros países. En España, los jueces se
eligen entre abogados que cumplen con los requisitos y se basa en el mérito, debiendo
aprobar un curso en la Escuela Judicial del Consejo General del Poder Judicial, para
magistrados, como jueces superiores y supremos, se utilizan cuotas con métodos como
ascenso directo, concurso cerrado, abogados en ejercicio y secretarios judiciales. En
Francia, al igual que en España, la organización judicial cuenta con jueces de carrera,
seleccionados entre letrados que aprueban un examen general y luego se nombran tras
cursos especializados, considerando antigüedad y aptitud. Y en México, los jueces son
servidores públicos, con una estructura jerárquica en la carrera judicial, donde los
letrados reciben formación específica y los ascensos dependen de méritos y antigüedad,
haciendo que la carrera judicial en la justicia federal mexicana sea cerrada.
VI. CONCLUSIÓN