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SOCIETARIOS?
Si se toma como referencia los artículos Arts. 38 y 139 de la LGS el tema a desarrollar podemos
se puede afirmar que tienen similitud en su contenido, y al parecer se debe a un error del
legislador al momento de la elaboración de la Ley General de Sociedades; este error ha sido
visualizado por la doctrina
Al revisar las actas de revisión de la Comisión Revisora del Anteproyecto de la Ley <General se
aprecia ya el origen de esta problemática:
El Dr. Javier Alva al analizar el Artículo 150° (Comisión Revisora del Anteproyecto de la Ley)
sugirió que era conveniente diferenciar la impugnación y las causales de nulidad. Luego de un
amplio debate sobre este punto, el Dr. Normand señalo que la impugnación por causal de
nulidad lo hacen con la intención de comprender dichas impugnaciones al plazo de un año y no
de diez como señala el Código Civil. Considero también que el asunto amerita un mayor
estudio, ofreciéndolo analizarlo.
El Dr. Jorge Muñiz sugirió que los actos ultra vires se traten en los acuerdos impugnables. De
esta manera. Quedo para un mayor análisis los artículos 139,150 y 151. (Acta de Sesión de
fecha 2 de abril de 1997. Memoria de la Ley General de Sociedades. Editorial Congreso de la
Republica. Lima Perú. 1998. Págs. 50 y 51).
En la actualidad el problema persiste, por ese motivo el Dr. Daniel ABRAMOVICH ACKERMAN,
sostiene que “un evidente error de sistemática jurídica, que ha generado la posibilidad de que
un mismo supuesto pueda ser considerado como causal de impugnación y nulidad al mismo
tiempo, así como que tenga distintos plazos de caducidad y distintos sujetos activos facultados
para iniciar ambos tipos de acción. (Abramovich Ackerman, Daniel. La problemática de la
impugnación y nulidad de acuerdos en la Ley General de Sociedades, en Themis – Revista de
Derecho, 2ª época, núm. 47, Lima, 2003).
Como hemos visto en este breve recorrido por las pretensiones de impugnación y nulidad de
acuerdos societarios, existe gran confusión entre estos dos remedios jurídicos, máxime si es
que ha sido el propio legislador, en base a una falta de técnica legislativa, quien la ha
generado, urgentemente, a una rectificación legislativa que, a la larga, evitará que el propio
Poder Judicial emita decisiones abiertamente contradictorias al no tener un foco interpretativo
claro sobre los remedios societarios.