Función de las Instituciones y asociaciones voluntarias

Una vez en el exterior, los peruanos desde siempre fueron muy propensos a formar
asociaciones voluntarias o llamadas también “clubes de peruanos”.  Asimismo, dichas
agrupaciones cumplen hasta cuatro funciones principales: psicosocial, de adaptación, la
formación de enclaves culturales y el desarrollo, las cuales mencionaremos a
continuación:

a) El rol psicosocial: La asociación es un lugar donde los peruanos pueden formar
redes, no solamente sociales sino también comerciales, profesionales e incluso hasta
religiosas. En este contexto esta cumple funciones como el psicosocial, el cual ayuda
por medio de grupos evitar que el peruano se sienta aislado en el país concurrido.
“La asociación o el club provee el contexto sociocultural donde se toma en cuenta la
cultura peruana: por consiguiente, el peruano se siente casi "como en el Perú". Ello
reduce los riesgos de soledad, marginalidad socioeconómica y de exclusión que sufren
los migrantes, principalmente la clase media y media baja”. (Altamirano, 2006, p.103) 
b) La función de adaptación: “La asociación cumple una función mediadora entre la
cultura de origen del migrante y la del país receptor. En este proceso de interacción, los
valores culturales de ambas partes entran en una interrelación (Altamirano, 2006, p103)
Esto quiere decir que la función principal de esta asociación es preocuparse por la
adaptación del peruano en el exterior. Preocuparse no solo por los factores de empleo
sino también por su familia, su adaptación al idioma, etc.

c) El papel de estimular la formación del "enclave cultural": Estos se preocupan por
mantener en los peruanos los rasgos culturales que nos caracterizan por medio de
grupos de solidaridad. “La asociación propicia la práctica del español, la solidaridad, los
valores familiares, además de la promoción de los valores culturales peruanos, como la
música, la danza, el arte, etcétera” (Altamirano, 2006, p.103) .
d) El rol del desarrollo.: Con relación a este último punto, Altamirano (2006) nos
menciona que:
“Los miembros de las asociaciones han demostrado tener mayor interés en el bienestar y
el progreso del Perú y sus pueblos de origen. Las llamadas telefónicas, los mensajes por
correo electrónico y la remisión de cartas, son pruebas que muestran sus deseos de no
perder sus vinculaciones con la familia y el país. La mejor evidencia de su interés por el
desarrollo socioeconómico son los envíos monetarios y no monetarios que destinan a las
instituciones peruanas y a sus familiares. Estimaciones hechas en nuestro último estudio
indican que anualmente se remesan al Perú mil millones de dólares. Dicho cálculo se
establece a partir de la población económicamente activa, que asciende a alrededor de
un millón de peruanos, quienes anualmente mandan un promedio de mil dólares.”
(p.103)
La importancia de estas asociaciones van más allá de la seguridad que les brindan a los
peruanos para que puedan adaptarse y desenvolverse de la mejor forma en el exterior,
sino que trasciende hasta nuestro país. “Los peruanos en el exterior, en particular los
líderes de las asociaciones, son los mejores promotores no solamente de la cultura
peruana sino del turismo y de las inversiones. La mitad de los turistas que salen y entran
a nuestro país son peruanos. Muchos de ellos retornan a sus pueblos de origen”.
(Altamirano, 2006, .p104).
En un estudio que realizado por Promperú en 1998, se menciona que en Estados Unidos
existen 476 asociaciones o clubes de peruanos; en España, alrededor de 20, lo cual nos
habla que la influencia de estos grupos para el desarrollo de nuestro país puede ser
realmente importante y de tener en cuenta. 
Pero pese a estas consideraciones y al difícil momento que deben estar pasando gran
parte de los peruanos en países que recientemente se encuentran en crisis económica, las
políticas de migraciones del Perú son muy pobres y brindan pocas posibilidades de
ayuda a los peruanos que se encuentran en el exterior. Altamirano (2006) nos cuenta
que “un buen ejemplo del deseo de retorno lo constituye la experiencia realizada por la
Organización Internacional para las Migraciones con sede en Lima. Este organismo
propició regresos de personal calificado en el exterior. La cantidad de solicitudes
presentadas para retornar, desde el año 1989 hasta 1994, ascendió a 2,025; la OIM sólo
pudo atender 530, es decir, la cuarta parte” (p.105). Debido a esto y gracias a
información documentada y recogida en investigaciones ya hechas anteriormente,
Abusada (2008)  comenta que que los peruanos en el exterior estarían dispuestos a
plantear las siguientes propuestas al Gobierno y a la sociedad civil en general:  los
retornos, sean permanentes o temporales, las inversiones en algún sector  de la
economía del país, las vinculaciones institucionales con organismos del Gobierno y con
instituciones civiles privadas y públicas, el envío de remesas monetarias y no
monetarias a instituciones de desarrollo y de caridad , el desarrollo del turismo hacia el
Perú y sus pueblos de origen y por último el asesoramiento y ayuda a peruanos ilegales,
sobre todo a aquellos que requieren trabajar para ayudar a sus familiares. 

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