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Juan Pablo Duarte

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Juan Pablo Duarte y Diez

Juan Pablo Duarte. Óleo de Abelardo Rodríguez Urdaneta.

Información personal

Nombre de
Juan Pablo Duarte y Díez
nacimiento

Nacimiento 26 de enero de 1813


 Santo Domingo, C. G. de Santo Domingo

Fallecimiento 15 de julio de 1876 (63 años)


 Caracas, Venezuela
Nacionalidad Dominicana

Familia

Familia
Familia Duarte-Díez 
nobiliaria

Padres Juan José Duarte Rodríguez 


Manuela Díez Jiménez 

Información profesional

Ocupación activista, militar, político

Conocido por Haber promovido la Independencia de la República


Dominicana y como uno de los fundadores de
la República Dominicana

Cargos
Presidente de la República Dominicana 
ocupados

Rango General 

Firma

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Juan Pablo Duarte y Díez (26 de enero de 1813, Ciudad Colonial, Santo


Domingo, España Colonial; 15 de julio de 1876, Caracas, Venezuela), fue un profesor,
militar, político y activista liberal dominicano.1 2Es, junto a Francisco del Rosario
Sánchez y Matías Ramón Mella, uno de los Padres de la Patria y fundadores de
la República Dominicana. Ideó y presidió la lucha de varias organizaciones civiles-político-
militares clandestinas como La Dramática, La Filantrópica y la más conocida, La Trinitaria,
creadas para luchar contra la invasión haitiana y por la independencia de la República
Dominicana.3
Duarte supervisó y financió en gran medida la guerra de independencia llevada a cabo por
sus compañeros de lucha, lo que derivó en su ruina económica y la de su familia,
poseedora de amplias riquezas provenientes de los negocios de comercio marítimo que
realizaba su padre.45 Su visión liberal se vio socavada por las élites conservadoras, que
pretendían someter el país a las potencias coloniales y volver al regionalismo tradicional.
Sin embargo, sus ideales democráticos han servido como principios rectores para la
mayoría de los gobiernos dominicanos. Su iniciativa lo convirtió en un mártir político a los
ojos de las generaciones posteriores.
En 1842, Duarte se convirtió en oficial de la Guardia Nacional, dirigida en aquel tiempo por
el gobierno haitiano. En 1843 participó en la «Revolución Reformista» contra la dictadura
de Jean Pierre Boyer, quien amenazaba con invadir la parte occidental de la isla con
intención de unificarla6. Tras la derrota del presidente haitiano Charles Herard y la
proclamación de la independencia dominicana en 1844, la Junta formada para designar al
primer gobernante de la nación eligió por mayoría a Duarte para presidirla pero él declinó
la propuesta, tomando el cargo en su lugar Tomás Bobadilla.
Duarte sostuvo fuertes desacuerdos con sectores conservadores, en especial con el
terrateniente Pedro Santana, quien consideraba inviables las ideas independentistas de
Duarte. De estas pugnas, Santana salió fortalecido mientras que Duarte sufrió varios
destierros, finalmente vivió en Venezuela donde fue recibido y acogido, quedándose a vivir
en este país hasta finalmente morir exiliado en 18767.

Índice

 1Historia
 2La independencia efímera y su contexto
 3Ocupación haitiana
 4Lucha por la independencia
o 4.1Fundación de La Trinitaria
o 4.2Primer exilio y declaración de independencia
o 4.3Regreso: primera constitución dominicana
o 4.4Diferencias con Santana: segundo exilio
 5Último exilio, muerte, legado y honores
 6Vida privada
 7Controversias
 8Referencias
 9Enlaces externos

Historia[editar]
Véase también: Familia Duarte-Díez

Nació el 26 de enero de 1813 en Santo Domingo colonial (actual Ciudad Colonial) durante


el período conocido como la España Boba, en el seno de una familia de clase media que
se dedicaba al comercio de artículos de marina y ferretería en la zona portuaria de Santo
Domingo8. En sus memorias, el trinitario José María Serra de Castro le describió como un
hombre de tez rosácea, labios finos, ojos azules, y cabellera rubia que contrastaba con su
negro y espeso bigote.9 Hijo de Juan José Duarte Rodríguez (próspero
comerciante peninsular procedente de Vejer de la Frontera, Cádiz, España) y Manuela
Díez Jiménez (natural de El Seybo, hija del colono español Antonio Díez Baillo y de la
criolla Rufina Jiménez Benítez). Duarte fue el cuarto de once hermanos, siendo los más
conocidos Vicente Celestino, comerciante de madera y Rosa Protomártir, quien se
desempeñó como periodista y maestra. Ambos tuvieron una activa participación en la
causa independentista de su hermano.
En 1801, los padres de Duarte emigraron desde la colonia española en Santo
Domingo a Mayagüez, en la entonces colonia española de Puerto Rico, evadiendo la
imposición del estado francés en el lado oriental de la isla. Esta transformación de la parte
colonial de la isla se hizo evidente el año anterior 10, cuando Toussaint Louverture, el
gobernador de Saint Domingue (actual Haití), una colonia francesa situada en el tercio
occidental de La Española, tomó el control de Santo Domingo, situado en la parte oriental
de la misma. En ese momento, Francia y Saint Domingue estaban pasando por
exhaustivos movimientos sociales, a saber, la Revolución Francesa y la Revolución
Haitiana. En la ocupación de la parte española de la isla, el legendario gobernador
negro Toussaint Louverture, estaba siguiendo las indicaciones otorgadas por los gobiernos
de Francia y España en la Paz de Basilea, firmado en 1795, en el cual España le había
cedido la parte española a Francia.
A su llegada a Santo Domingo, Louverture intentó abolir la esclavitud, que en la parte
española tuvo características patriarcales. En 1822 luego de la ocupación haitiana cuyo
líder Jean Pierre Boyer, trató también de abolir la esclavitud pero los únicos esclavos que
encontró eran domésticos y vivían con sus amos como familia. Louverture quiso convertir
al francés las viejas instituciones coloniales españolas y restablecer la economía de
plantaciones en ambos lados de la isla. Puerto Rico seguía siendo una colonia española, y
al estar Mayagüez tan cerca de La Española, al otro lado del Canal de la Mona, se había
convertido en refugio para los que como los Duarte, no aceptaban el gobierno francés. La
mayoría de los historiadores suponen que el primer hijo de los Duarte, Vicente Celestino,
nació allí, en Mayagüez. La familia regresó a Santo Domingo en 1809, después de que
la Guerra de la Reconquista devolviera el lado oriental de La Española al control español. 11
En 1819, Duarte se inscribió en la escuela de Manuel Aybar donde aprendió lectura,
escritura, gramática y aritmética. Fue discípulo del Dr. Juan Vicente Moscoso con quien
realizó estudios superiores de latín, filosofía y derecho, debido al cierre de la universidad
por parte de las autoridades haitianas. Después del exilio del Dr. Moscoso a Cuba, su rol
fue continuado por el sacerdote Gaspar Hernández.12

La independencia efímera y su contexto[editar]


El 1 de diciembre de 1821 Duarte tenía apenas ocho años cuando el escritor y
político José Núñez de Cáceres declaró, por breve tiempo, la independencia del dominio
colonial de España y cambió el nombre de la excolonia española por el de Estado
Independiente de Haití Español13. Núñez de Cáceres representaba a un selecto y
privilegiado grupo cansado de ser ignorado por la Corona y preocupado también por el
nuevo giro liberal de Madrid. El proceso liderado por Cáceres, no fue un hecho aislado. La
década de 1820 fue una época de profundos cambios políticos en todo el Mundo atlántico
español y que influenció la manera de pensar de sectores de la pequeña burguesía como
los Duarte.
En España, todo comenzó con un conflicto desmoralizador entre realistas y liberales en
la península ibérica, lo que hoy se conoce como el Trienio Liberal, 1820-1823. Sin
embargo, los eventos de la emancipación de 1821 en Santo Domingo fueron diferentes a
los del resto del continente, ya que fueron de corta duración. Aunque el gobierno de Núñez
de Cáceres pidió apoyo del nuevo gobierno republicano de Simón Bolívar, su petición fue
ignorada, dados los conflictos internos en la Gran Colombia.14
Los historiadores han llamado a este breve episodio de la historia dominicana como
la Independencia Efímera. Este suceso culminó con la casi inmediata ocupación haitiana
del territorio dominicano por el ejército del presidente haitiano Jean Pierre Boyer el 9 de
febrero de 182215.

Ocupación haitiana[editar]
Véase también: Independencia de la República Dominicana

El presidente haitiano Jean Pierre Boyer envió un ejército invasor que ocupó la parte
oriental de «La Española». Los haitianos abolieron la esclavitud de una vez por todas,
ocupando Santo Domingo de manera oficial y unificándolo con Haití. Las pugnas entre
Boyer y la élite de la antigua colonia española provocaron la migración masiva de muchos
sectores, entre ellos los colonos. Algunos sectores de la parte oriental aspiraban a
mantener la parte oriental de la isla en manos de las potencias imperiales europeas como
manera de salvaguardarse del peligro que para ellos significaba la presencia haitiana. La
ocupación provocó el debilitamiento de la élite colonial y los sectores burgueses que
entraron en componenda con las autoridades haitianas se constituyeron en la nueva clase
dominante.
Por otro lado , el 6 de enero de 1823, Boyer decretó el reclutamiento en el ejército haitiano
de todos los jóvenes entre 16 y 25 años. Dicha medida hizo que la Universidad de Santo
Domingo, perdiera sus estudiantes y por ende tuviera que cerrar sus puertas. El 14 de
noviembre de 1824, Boyer estableció el francés como idioma oficial, único y obligatorio en
los actos de los tribunales, del estado civil y de los notarios públicos en toda la isla.
Después de haber viajado gran parte de Europa por cuestiones académicas entre 1828 y
1831, y de haber entrado en contacto con la Revolución de Julio, Duarte regresó a Santo
Domingo decidido a iniciar un movimiento revolucionario.

Lucha por la independencia[editar]


Fundación de La Trinitaria[editar]

Juan Pablo Duarte fue el líder y fundador del movimiento secreto al cual llamo La Trinitaria, en
donde exponía sus ideales y pensamientos en pro de la libertad dominicana.

Artículo principal: La Trinitaria

El 16 de julio de 1838 Duarte fundó una sociedad secreta a la cual llamó La Trinitaria, que
ayudó a socavar la ocupación haitiana. Algunos de sus primeros miembros
incluyeron: Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María
Ruiz, José María Serra de Castro, Benito González, Felipe Alfáu y Juan Nepomuceno
Ravelo (más adelante se unirían Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella,
adquiriendo un rol protagónico junto a Duarte).
Los trinitarios hacían su trabajo político a partir de una estructura celular clandestina. Los
iniciados hacían el juramento de luchar por la independencia de la República Dominicana
bajo el lema "Dios, Patria y Libertad".
En 1840 para sus actividades públicas constituyeron otra sociedad llamada La Filantrópica,
que llevaba por lema "Paz, unión y amistad", y tenía una presencia más pública, tratando
de difundir las ideas veladas de liberación a través de escenarios teatrales. Entre las obras
que se llegaron a representar están: "Roma Libre" del dramaturgo italiano Vittorio
Alfieri, "La viuda de Padilla" de Francisco Martínez de la Rosa, "Un día del año 23 en
Cádiz" de Eugenio de Ochoa, entre otras. Luego de varios intentos fallidos, los trinitarios
no se sentían a vasto y fundaron La Dramática. En esta tercera sociedad, todos los
trinitarios se dedicaron a la actuación.
En 1842, Duarte se convirtió en oficial de alto rango de la Guardia Nacional, a la sazón
dirigida por el Gobierno haitiano. Para ese momento el régimen impuesto por Boyer había
pasado de ser un gobierno liberal y progresista a convertirse en una dictadura en medio de
graves problemas económicos y fuerte resistencia interna en la parte occidental de la isla.
Los trinitarios, se unieron al movimiento revolucionario reformista haitiano denominado La
Reforma que terminó por derrocar a la dictadura de Boyer en febrero de 1843, colocando a
Charles Hérard en la presidencia de Haití.
Duarte encabezó dicho movimiento en la ciudad de Santo Domingo convirtiéndose en el
líder político principal en ese momento. No obstante, las actividades independentistas de
los trinitarios fueron delatadas y el nuevo presidente Charles Hérard encabezó la
ocupación militar de las provincias dominicanas con el objetivo de desarticular el
movimiento separatista.
Primer exilio y declaración de independencia[editar]

Retrato al óleo de Juan Pablo Duarte. Réplica exacta de la única fotografía que se conserva de él

En 1843, en pleno preparativo para organizar el movimiento de independencia, Duarte


tiene que abandonar el país de manera clandestina hacia Curazao por su conducta
insurgente, donde le sorprende la noticia de la muerte de su padre el 25 de noviembre de
ese año. Entonces, Duarte le indica a su madre vender el negocio familiar para financiar la
revolución independentista.
En su ausencia, Sánchez tuvo que tomar las riendas del movimiento y realiza una alianza
con el sector separatista conservador encabezado por Tomás Bobadilla y
Briones y Buenaventura Báez, surgiendo el Manifiesto del 16 de enero de 1844. Todo esto,
junto con la ayuda de muchos que querían librarse de los haitianos que gobernaban sobre
los dominicanos condujo a la proclamación de la independencia el 27 de febrero 1844.
Regreso: primera constitución dominicana[editar]
Juan Pablo Duarte arribó a Santo Domingo el 15 de marzo de 1844, días después de
declarada la independencia del país, cargado con las armas que había comprado en
Curazao con el dinero de su propia familia y siendo recibido apoteósicamente como Padre
de la Patria . De inmediato, fue designado general del ejército y vocal de la Junta
Central que gobernaba la naciente república. Esta junta tuvo también como finalidad la
designación del primer gobernante de la nación. Aunque Duarte fue apoyado por muchos
como candidato a la presidencia y Mella incluso lo declaró presidente, Duarte declinó
argumentando que sólo aceptaría el cargo por la elección mayoritaria de los dominicanos,
lo que determinó que Tomás Bobadilla asumiera el cargo.
Duarte tenía un concepto definido de la nación dominicana y de sus integrantes. Su
concepción de república era la de un patriota republicano, anticolonialista, liberal
y progresista. En esa época redactó un proyecto de constitución que dice con claridad que
la bandera dominicana puede cobijar a todas las razas, sin excluir ni dar predominio a
ninguna.
Diferencias con Santana: segundo exilio[editar]
Enviado a combatir al ejército haitiano, entra en contradicciones con Pedro Santana,
terrateniente, jefe del ejército en el sur del país y uno de los principales caudillos del sector
conservador, de tendencias colonialistas y anexionistas.
El 26 de mayo de 1844, Tomás Bobadilla, jurista y primer gobernador de la nueva Junta,
propuso convertir la república en un protectorado de Francia. El sector conservador
liderado por Bobadilla se había adueñado del poder y tenía mayoría en la recién creada
Junta Central Gubernativa. El 9 de junio, Duarte encabezó junto a Sánchez un golpe de
estado que destituyó a Bobadilla y sustituyó los miembros conservadores de la Junta
Central por otros liberales. Esta nueva Junta, ahora encabezada por Sánchez, envió a
Duarte y a Mella a la región norte a conseguir apoyo. En julio, el ejército del norte proclamó
a Duarte como presidente. A pesar de que Duarte no aceptó, Santana protestó y,
apoyándose en el ejército del sur, entró a Santo Domingo y disolvió la Junta que presidía
Sánchez, creando otra. En agosto, Santana dispuso el apresamiento de Duarte, quien se
rehusaba volver al dominio español. Sin embargo, se dejó apresar para evitar una guerra
civil que pudiera ser aprovechada por los haitianos y el 10 de septiembre, Santana declaró
a Duarte, Sánchez, Mella y otros liberales "traidores a la Patria" enviándolos al exilio
en Hamburgo. Tras una breve estancia de en Hamburgo, el 30 de noviembre Duarte se
trasladó a La Guaira, donde su familia completa, ahora sumida en la miseria, también
había sido desterrada por Santana.
En febrero de 1845, estando en Caracas, recibió la noticia del fusilamiento de María
Trinidad Sánchez. Asumiéndose culpable de esta muerte, y rechazando la idea de alentar
una guerra civil, Duarte desapareció de la vida pública, internándose en la selva
venezolana. Después de escribir su libro La cartera del Proscripto se radicó en la ciudad
de Angostura, perdiendo todo contacto con amigos y familiares por más de quince años.
En 1861, debido una vez más a las invasiones haitianas, el desorden interno, y su mal
gobierno, Santana reconvirtió a la nueva nación en una colonia española (conocida como
la Anexión a España). Por esta acción, fue galardonado con el título de marqués de Las
Carreras por la reina Isabel II.
En 1862, Duarte reapareció en Caracas para organizar junto a su hermano Vicente
Celestino una pequeña expedición.
El 24 de marzo de 1864, Duarte regresó a Santo Domingo para ponerse a las órdenes del
gobierno restaurador en armas de Santiago de los Caballeros. Este gobierno decidió
nombrarlo su representante en el exterior con la misión de obtener apoyo de Venezuela y
los demás países en la lucha militar contra España.

Último exilio, muerte, legado y honores[editar]

Altar de la Patria donde reposan los restos de Duarte junto a Sánchez y Mella.


Única foto conocida de Juan Pablo Duarte. Tomada por el fotógrafo venezolano Próspero Agustín
Rey Medrero en Venezuela, en 1873.

El 7 de junio de 1864, Duarte fue enviado como cónsul al exterior con el objetivo de
recolectar fondos para la causa restauradora. Esta misión terminó por convertirse en otra
especie de exilio, aunque no se puede afirmar que esa fuera la intención del gobierno
restaurador. A Duarte le fue ofrecida una pensión honorífica que fue incumplida y se quedó
a vivir en Venezuela, donde fue bien recibido junto a su familia, subsistiendo de ingresos
provenientes de una fábrica de velas. Duarte se quedó a vivir con su familia en la ciudad
de Caracas hasta su fallecimiento el 15 de julio de 1876.
A pesar de que el presidente Ignacio María González le pidió que regresara, Duarte se
sintió a gusto en Venezuela, donde permaneció hasta su fallecimiento el 15 de julio de
1876 en Caracas. Sus restos fueron trasladados a suelo dominicano en 1884,
irónicamente, por el gobierno de Ulises Heureaux, dictador de ascendencia haitiana, quien
lo declaró Padre de la Patria junto a Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón
Mella. En 1944, los restos de los tres héroes nacionales fueron sepultados en el Altar de la
Patria, donde se encuentran.
Estatua de Duarte en el Juan Pablo Duarte Square (Nueva Jersey)

Duarte sentó las bases para el advenimiento de una República que como estado


democrático garantizara la igualdad de oportunidades y la libertad de sus ciudadanos.
Los viajes de estudios que realizó a Europa en su adolescencia, lo pusieron en contacto
con las ideales liberales de la Revolución Francesa, lo que influyó mucho en sus actitudes
posteriores en las luchas independentistas. Una de sus frases más emblemáticas fue sin
lugar a dudas ¡Vivir sin patria, es lo mismo que vivir sin honor!
Se le atribuye, además, ser un precursor del teatro dominicano, mediante la promoción de
eventos teatrales a través de sociedades como "La Filantrópica" y "La Dramática", con
obras alusivas al ideal de libertad de los dominicanos.
El Pico Duarte, la montaña más alta del Caribe y otros lugares de interés llevan su nombre.
Su casa natal fue convertida en un museo. En la misma vivió la familia Duarte-Díez desde
su llegada a Santo Domingo hasta su exilio.
En Union City (Nueva Jersey), una ciudad colindante con la ciudad de Nueva York, existe
un parque llamado Juan Pablo Duarte Square en su honor. El 26 de enero de 1978, en el
165to. del nacimiento de Duarte, el Consulado dominicano en esa ciudad, erigió una
estatua en el mismo parque.
En el 2000, el alcalde de Nueva York de ese entonces Rudolph Giuliani firmó un proyecto
de ley agregando el nombre Juan Pablo Duarte Boulevard a la St. Nicholas Avenue,
designando el tramo de la Décima Avenida y West 162nd Street hasta la intersección de
West 193rd Street y Fort George Hill.
El 24 de febrero de 2011, en conmemoración del 167mo. aniversario de la Independencia
Nacional de la República Dominicana, fue inaugurada una estatua suya en el Jardim do
Campo Grande, frente a las instalaciones de la embajada de la República Dominicana
en Lisboa.16
El 26 de enero de 2013 se celebró el bicentenario de su nacimiento.

Vida privada[editar]
La vida personal de Duarte hasta la fecha es tema de discusión. Se sabe que fue
un poeta seguidor del Romanticismo. También solía tocar la guitarra, el piano y la flauta;
además practicaba esgrima.
Durante su juventud Duarte mantuvo varias relaciones amorosas. La primera relación la
sostuvo con María Antonia Bobadilla, la cual terminó años después por razones
desconocidas. Años después, Duarte se enamoró de Prudencia “Nona” Lluberes,
descendiente de catalanes con quien llegó a formalizar una relación que se vio
interrumpida debido a su destierro y su posterior padecimiento de tuberculosis. Las fechas
en las que Duarte mantuvo estas relaciones no se conocen, dada la imprecisión sobre su
vida privada y a los últimos años de su vida en el exilio. También algunos historiadores
certifican que tuvo un hijo durante su estadía en Venezuela con una mujer llamada
Marcela Mercedes.17

Controversias[editar]
Duarte se encontraba en el exilio en 1844, justo en el momento de proclamar la
independencia dominicana, por lo que algunos historiadores sostienen que éste no merece
ser incluido como uno de los Padres de la Patria.18El catedrático de la Universidad
Autónoma de Santo Domingo, Paulino Ramos, quien además es miembro de la Academia
Dominicana de la Historia desmintió esta teoría diciendo "Si salió del país fue porque se
tenía como cierto que, de ser apresado, el movimiento podía fracasar", dando a entender
que Duarte utilizó su viaje a Curazao en ese momento como estrategia y no por cobardía
como se insinuó.18
Durante cincuenta años posteriores a la Independencia de la República Dominicana y de
los sucesos posteriores como la Guerra de la Restauración existía un acalorado debate
sobre quién o quiénes deberían de considerarse como "padres de la patria", "padres
fundadores" o los líderes de la independencia. Existían varios desacuerdos, por un lado
sostenían que debido a que Juan Pablo Duarte no estuvo presente durante la gesta
independentistas el 27 de febrero de 1844 no podía ser considerado como padre de la
patria. otros no lograban un consenso sobre quién entre Duarte, Sánchez y Mella debía ser
considerado el líder. Por órdenes del entonces presidente Ulises Heureaux para poner fin
a las constantes pugnas ordenó que se pusieran de acuerdo y así el 11 de abril de 1894 el
Congreso Nacional mediante la resolución 3392 establecía que los padres de la patria eran
"Duarte, Sánchez y Mella" poniendo fin a cincuenta años de acalorados e intensos
debates19.
A lo largo de la la historia ciertos grupos sociales de pensadores, políticos y expertos se
han negado a aceptar a la figura de Duarte como líder de la independencia, emitiendo
críticas y opiniones públicas que han encontrado adeptos y detractores sin que estos
debates tomasen otras connotaciones que no fuesen las meramente histórico-sociales-
culturales.
Sin embargo no ha sido así con grupos extremistas antiindependentistas, supremacistas y
racistas han tomado ciertos aspectos históricos de las gestas previas y posteriores a
la Independencia de la República Dominicana, sacándolos totalmente del contexto
histórico y aprovechando el morbo en ciertas situaciones sociales, para socavar la
memoria histórica Dominicana y difundir ideas maliciosamente tergiversadas.
En los últimos años grupos radicalistas pro-haitianos 2021 que buscan la unificación de la isla
de la República Dominicana con la Haití 22han desarrollado una cuantiosa campaña de
descrédito buscando generar controversias en torno a las figuras de los padres de la patria
como lo son Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella y
las gestas de independencia, restauración y otras luchas sociales. Hasta esta Wikipedia ha
llegado la mano larga, oscura y maliciosa de estos malintencionados grupos que en 2018
han atacado de manera incontrolada algunos artículos sobre el tema, en especial el
artículo de Juan Pablo Duarte, colocando insultos e informaciones falsas lo que ha
generado indignación en medios de comunicación masiva, dañando el arduo trabajo
desinteresado de miles de usuarios que han realizado contribuciones valiosas, apegadas a
referencias históricas de fuentes de alta fiabilidad.
En 2008, el diario español El País, tuvo que hacer una aclaración sobre un error de
investigación cometido por el periodista de ese medio José Antonio Hernández, quien
publicó un artículo en dicho periódico titulado «844 palazos por traicionar a los trinitarios»,
en el cual se confunde a la Sociedad Secreta La Trinitaria, fundada por Juan Pablo Duarte
en 1838 con el objetivo de lograr la independencia dominicana, con una pandilla de igual
nombre que actualmente opera en el área de Madrid.23 El canciller dominicano Carlos
Morales Troncoso envió una misiva al director del periódico exigiéndole una disculpa al
país.24. Doña Jeannette Alfau Ortiz, una prestigiosa abogada de origen dominicano,
residente en España, envío una carta al editor del periódico y fue sólo entonces cuando se
rectificó el error cometido25.

Referencias[editar]
1. ↑ «Biografia de Juan Pablo Duarte». Instituto Duartiano. 6 de julio de 2016.
Archivado desde el original el 21 de enero de 2019. Consultado el 21 de enero de 2019.
2. ↑ Jesús, Elizahenna Del (4 de octubre de 2016). «Biografía de Juan Pablo
Duarte». Plan LEA. Consultado el 21 de enero de 2019.
3. ↑ Jesús, Elizahenna Del (4 de octubre de 2016). «Biografía de Juan Pablo
Duarte». Plan LEA. Consultado el 21 de enero de 2019.
4. ↑ «Biografia de Juan Pablo Duarte». Instituto Duartiano. 6 de julio de 2016.
Archivado desde el original el 21 de enero de 2019. Consultado el 21 de enero de 2019.
5. ↑ Balaguer Ricardo, Joaquín (1950). El cristo de la libertad: vida de Juan Pablo
Duarte.
6. ↑ «Biografia de Juan Pablo Duarte». Instituto Duartiano. 6 de julio de 2016.
Archivado desde el original el 21 de enero de 2019. Consultado el 21 de enero de 2019.
7. ↑ «Biografia de Juan Pablo Duarte». Instituto Duartiano. 6 de julio de 2016.
Archivado desde el original el 21 de enero de 2019. Consultado el 21 de enero de 2019.
8. ↑ «Biografia de Juan Pablo Duarte». Instituto Duartiano. 6 de julio de 2016.
Archivado desde el original el 21 de enero de 2019. Consultado el 21 de enero de 2019.
9. ↑ SERRA, José María (1887). Apuntes para la historia de los trinitarios. Santo
Domingo: Imprenta García Hermanos.
10. ↑ Jesús, Elizahenna Del (4 de octubre de 2016). «Biografía de Juan Pablo
Duarte». Plan LEA. Consultado el 21 de enero de 2019.
11. ↑ Jesús, Elizahenna Del (4 de octubre de 2016). «Biografía de Juan Pablo
Duarte». Plan LEA. Consultado el 21 de enero de 2019.
12. ↑ Jesús, Elizahenna Del (4 de octubre de 2016). «Biografía de Juan Pablo
Duarte». Plan LEA. Consultado el 21 de enero de 2019.
13. ↑ «En directo - LA INDEPENDENCIA "EFÍMERA" DEL 1 DE DICIEMBRE DE
1821». www.diariolibre.com. Consultado el 21 de enero de 2019.
14. ↑ «Venezuela tiene deuda histórica con Haití».
15. ↑ «En directo - LA INDEPENDENCIA "EFÍMERA" DEL 1 DE DICIEMBRE DE
1821». www.diariolibre.com. Consultado el 21 de enero de 2019.
16. ↑ IPDAL (27 de febrero de 2011). «Busto do dominicano Juan Pablo Duarte Y Diez
em Lisboa». Consultado el 16 de marzo de 2012.
17. ↑ «Los amores de Juan Pablo Duarte». 26 de enero de 2012. Consultado el 27 de
enero de 2013.
18. ↑ Saltar a:a b >listin (1 de enero de 2009). «El Duarte ausente». Consultado el 9 de
junio de 2013.
19. ↑ «¿Desde qué año llamamos a Duarte, Sánchez y Mella, Padres de la
Patria?». Acento. 1 de julio de 2018. Consultado el 21 de enero de 2019.
20. ↑ «Grupo radical pro haitiano Todos Somos Dominicanos marchará este domingo
en desfile de Manhattan». El Nuevo Diario. 5 meses. Consultado el 21 de enero de 2019.
21. ↑ Valdez, Laura (18 de noviembre de 2017). «Grupos prohaitianos se manifiestan
en el Parque Independencia». CDN - El Canal de Noticias de los Dominicanos. Consultado
el 21 de enero de 2019.
22. ↑ «Rechazan campaña unificar RD-Haità – El Nacional». elnacional.com.do.
Consultado el 21 de enero de 2019.
23. ↑ lcorcino blogspot (23 de enero de 2008). «Periódico El País "aclara" ofensa a J P
Duarte». Consultado el 25 de enero de 2014.
24. ↑ «Canciller deplora periódico El País que confundiera a Duarte con un
pandillero». El Nuevo Diario. 13 de enero de 2008. Archivado desde el original el 29 de
octubre de 2013. Consultado el 9 de junio de 2013.
25. ↑

Juan Pablo Duarte


(1813-1876) (Santo Domingo-Caracas, Venezuela). Padre de la patria. Nació el
26 de enero de 1813, hijo de Juan José Duarte, comerciante español nacido en
Vejer de la Frontera, provincia de Cádiz (España) y Manuela Diez y Jiménez,
oriunda de El Seibo, República Dominicana, a su vez, de padre castellano y
madre seibana.

Según el investigador dominicano Pedro Troncoso Sánchez, es muy probable


que el padre de Duarte llegara al país después de firmado el Tratado de
Basilea en 1795. (“Vida de Juan Pablo Duarte», pág. 18).

Sin embargo, luego que las tropas de Toussaint ocuparon esta zona (1801) en
cumplimiento del acuerdo estipulado por ese tratado, salló del país con su
familia con destino a Puerto Rico. Allí le nació un hijo: Vicente Celestino.
La familia Duarte y Diez, regresó al país después de terminada la guerra de la
Reconquista (véase) en 1809, cuando el país volvió a ser colonia española.

Su padre “trabajó tesoneramente y con provecho, en su negocio de efecto de


marina y ferretería en general en la zona portuaria del Ozama, único en su
género en la ciudad, En esta época nacieron, además de Juan Pablo Duarte,
dos de los cinco hijos llegados a mayores: Filomena y Rosa, y otros fallecidos
en la infancia” (Troncoso Sánchez, Ob. cit., pág. 19). Era un hombre de recio
carácter, en los momentos difíciles de los primeros momentos de la ocupación
haitiana (1822), fue el único comerciante peninsular que se negó al manifiesto
de adhesión a Haití.

Juan Pablo Duarte fue bautizado el 4 de febrero de 1813. Las primeras


lecciones de su educación formal, la recibió primero con su madre, y luego con
una profesora de apellido Montilla, quien dirigía una pequeña escuela de
párvulos.

De aquí pasó a una escuela primaria de varones cuyo nombre se desconoce,


donde dio tempranamente muestra de poseer una inteligencia privilegiada. Más
tarde fue admitido en la escuela de don Manuel Aybar, Aquí completó sus
conocimientos de lectura, escritura, gramática y aritmética elemental.

Después de unos cuantos años, niño aún, recibió clases de teneduría de libros,
para luego pasar, ya un adolescente, a recibir la orientación de uno de los más
sabios profesores de la entonces recién clausurada Universidad de Santo
Domingo, el doctor Juan Vicente Troncoso. Con él estudió filosofía y derecho
romano. Aquí también dio prueba de una gran vocación de superación, de
amor por los estudios.

Deseosos sus padres de no interrumpir las proyecciones en el campo del


conocimiento de su hijo, con grandes sacrificios decidieron enviarlo a estudiar
al exterior.

Se ha dicho que ya adolescente, comenzó a germinar en su espíritu el ansia de


liberar a su tierra de la dominación haitiana. Pero no hay pruebas de ello. El
único informe que se tiene al respecto es que, cuando emprendió su viaje con
destino a España, vía Nueva York, en el curso del viaje a esta ciudad, el
capitán del buque y don Pablo Pujol -a quien fue recomendado se pusieron a
hablar mal de Santo Domingo, y al preguntarle el primero a Duarte si no le
daba pena decir que era haitiano, éste respondió: “Yo soy dominicano.»

Según datos que merecen crédito, el viaje se llevó a cabo en los finales del
1827 o a principios del 1828, es decir, cuando su edad frisaba en los 15 años.
De Nueva York —donde probablemente pasó algunos meses, pues, se
perfeccionó en “el estudio de idiomas” -emprendió rumbo hacia España,
deteniéndose en Londres y en París. Ya en la península transpirenaica, se
ubicó en Barcelona, donde tenía familiares.
Es indudable que este viaje le abrió nuevas y amplias perspectivas. Se ha
fantaseado mucho en relación con este punto. En un ensayo poco conocido,
Joaquín Salazar sostiene que su estancia en Nueva York le permitió adentrarse
en las intimidades de la política norteamericana de entonces.

Y refiriéndose a su permanencia en Londres, Félix María del Monte que más


tarde se convertiría en discípulo suyo y en traidor a su ideario expresa que se
interesó en el conocimiento de las instituciones y la política inglesa. Pero como
de nada de esto hay pruebas documentales fehacientes, forzoso es llegar a la
conclusión de que lo dicho por estos autores merece poco crédito.

De su breve estancia en Francia nada se sabe. Sin embargo, hay que presumir
que, hallándose este país en el umbral de un importante movimiento
revolucionario, algo tuvo él que captar, pese a su juventud, sobre las causas de
la Inquietud política allí reinante. A ello debió haber contribuido la admiración
que probablemente sentía dadas su inteligencia y el ansia de justicia que latía
en su alma- la gesta de la Revolución Francesa.

Para entonces, lo cierto es que toda Europa se hallaba en plena ebullición


política, y que fue durante el tiempo que pasó en Barcelona -tiempo que cubrió
casi con toda seguridad más de dos años-cuando el viajero se sintió atraído a
fondo por esta ebullición.

Cuatro doctrinas políticas sacudían en esos momentos a aquel continente: el


romanticismo, el liberalismo, el nacionalismo y el socialismo utópico.

De estos cuatro idearios el último era el recién llegado, y, por tanto, el de


menor difusión. Los otros, en cambio, asomaban con tuerza por dondequiera,
promoviendo a menudo movimientos de masas. El romanticismo político fue en
sus inicios un movimiento reaccionario que a la postre se transformó en
propósito, abrazando el liberalismo. El nacionalismo acusó una fundamentación
romántica y ofreció vertientes liberales y conservadoras. El liberalismo, que
tuvo su origen en la revolución inglesa y se convirtió luego en una de las metas
fundamentales de la burguesía revolucionaria francesa, era entonces la fuerza
progresista más difundida.

En cuanto al socialismo utópico, Saint-Simon fue su teórico más importante;


pero su influencia aparecía circunscrita a reducidos círculos de las masas
obreras francesas.

Duarte, en el vértice de aquella ebullición de nuevas concepciones sobre la


vida político-social, se sintió en gran parte ganado por determinados aspectos
de las dos primeras. Hay, además, indicios probatorios de que aprovechó su
estancia en Barcelona para estudiar Derecho. Fue indudablemente entonces
cuando comenzó a perfilarse su ideario político, en el cual el nacionalismo y el
liberalismo fraternizan, levantándose sobre un fondo romántico, teñido de
religiosidad. Obedeciendo a este fondo romántico, pensó que nuestro pueblo
era depositario de una cultura propia, que lo hacía digno de la independencia
política. Alcanzada ésta, la nación debía organizarse sobre la base del
institucionalismo de la democracia representativa, que a su vez era un fruto del
pensamiento liberal. Puesto que respondían a culturas distintas, sostuvo que
entre “los dominicanos y los haitianos no es posible una fusión». Esta
imposibilidad no nacía, pues, de diferencias raciales que antirracismo no
admitía- sino culturales.

De regreso al país se lanzó a una lucha sin tregua por concretar el propósito
que alentaba. En aras de esta lucha, no escatimó sacrificios. Pese a que
pertenecía a una familia importante de la burguesía comercial capitaleña,
marginó todo afán de lucro, y rápidamente encontró discípulos y se convirtió en
la figura cimera del nuevo movimiento. Era ya el maestro, en camino de devenir
el Apóstol.

Fue en el seno de la clase media urbana donde sus ideas tuvieron mayor eco.
Para entonces, casi toda la aristocracia y demás grupos elevados se hallaban
solidarizados con el régimen haitiano, razón por la cual fue imposible obtener,
en los primeros años de aquella noble faena, su cooperación. Al irse
ensanchando el movimiento, Duarte comprendió que se hacía imprescindible
-dado el carácter absolutista del gobierno de Boyer-crear una organización
clandestina que, siguiendo el modelo de las sociedades europeas de los
“Carbonarios», asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Así surgió
la sociedad “La Trinitaria» (ver), que respondió a lo que en el futuro se llamaría
una estructura “celular», y cuyos miembros se juramentaron en el momento de
la fundación. El lema de esta sociedad fue “Dios, Patria y Libertad”.

Luego surgió la sociedad “La Filantrópica” (ver), que realizó una importante
labor de propaganda mediante la representación de piezas teatrales.

Simultáneamente con el desarrollo del movimiento, en Haití, la oposición al


gobierno de Boyer fue cobrando fuerza, impulsada por hombres de ideas
liberales. Con fino sentido político, Duarte estimó conveniente como paso
previo a la independencia- colaborar con la aludida oposición.

A fin de llegar a un concierto al respecto, Ramón Mella -quien desde hacía


algún tiempo se había adherido a “La Trinitaria» partió hacia Aux Cayes, a la
sazón el mayor centro oposicionista, y obtuvo pleno éxito en su propósito.
Boyer no demoró en ser derrocado, y Duarte contribuyó en función de figura
cimera de la rebelión contra Boyer en la zona oriental a la consolidación de la
victoria, mediante una acción bélica que tuvo lugar el 24 de marzo de 1843 en
la ciudad de Santo Domingo. Charles Herard asumió el mando en Haití, como
miembro de una Junta de Gobierno integrada por él y otros dos generales
haitianos. Para asesorar a esta Junta se formó un Consejo Consultivo de ocho
miembros, entre los cuales no figuraba ningún dominicano. Pero Duarte
aprovechó la mayoría con que contaba dentro del movimiento liberal -también
llamado “reformista»-en la región oriental, para crear bajo su dirección una
Junta Gubernativa provisional que sirviera de base a la creación de la
República Dominicana. Esto último aparecía condicionado por el acopio de
armamento, la elaboración de planes militares y apoyos económicos.
Claro está: tales apoyos sólo podían obtenerse con la ayuda de la burguesía
comercial, importadora y exportadora, y de los latifundistas (hateros) (ver),
grupos que dándose cuenta de la grave situación política que el “reformismo»
estaba creando en Haití, comenzaron a alentar ideas colonialistas que se
concretaron en las negociaciones cuya culminación fue el Plan “Levasseur”. No
había, pues, la posibilidad de lograr por el momento la aludida ayuda. Pese a
ello, Duarte no cejó en el propósito. Envió a Mella al Cibao con el fin de
levantar los ánimos e iniciar allí los correspondientes preparativos
insurreccionales; y celebró en casa de su tío José Diez una importante reunión
“con el intento de ver si podían unificarse las opiniones”.

Fracasó en el empeño… Es más: al trasladarse Herard a la zona oriental, no


demoró en tener noticias de lo que se tramaba, razón por la cual redujo a
prisión en el Cotuí a Ramón Mella y al presbítero Juan Puigvert que fueron
enviados a Haití- y al llegar a la capital hecho que la Iglesia Católica celebró
con un “tedeum» emprendió la persecución de numerosos ciudadanos, entre
los cuales se encontraban Duarte y sus leales discípulos Pedro Alejandrino
Pina (ver) y Juan Isidro Pérez de la Paz (ver). Catorce de los perseguidos
fueron encarcelados; pero los recién citados -al igual que Francisco del Rosario
Sánchez, quien después de incorporarse a la sociedad “ La Trinitaria» logró
prominencia en el movimiento- pudieron esconderse. A la postre, a los tres
primeros les fue posible embarcarse hacia el exterior, “no habiéndolos
acompañado Sánchez porque alguna enfermedad le obligó a quedarse oculto,
corriendo inmensos peligros”. El barco emprendió rumbo hacia el sur, y
después de varios días de viaje, llegó a playas venezolanas.

Desde entonces, y hasta la víspera de su regreso a la patria -ya


independizada- Duarte se fijó en Caracas. No realizó allí, al parecer, ninguna
actividad remunerativa. Durante esos meses, un pensamiento dominó su
ánimo: seguir luchando por la independencia nacional y hacer en aras de ella
todos los sacrificios necesarios. Visitó al presidente de Venezuela, general
Carlos Soublette, con el fin de solicitar su cooperación a la causa. Le fue
prometida… Pero las promesas no se cumplieron.

A Caracas apenas llegaban noticias del país. Era lógico que ello
apesadumbrara y desesperara a Duarte. Por eso, en una reunión de
venezolanos y dominicanos se acordó que Juan Isidro Pérez de la Paz y Pedro
Alejandrino Pina partieran hacia Curazao, ciudad enlazada con Santo Domingo
por viajes frecuentes. Es probable que en el curso de esos meses en los cuales
junto a la pesadumbre y la desesperación latió en su espíritu la confianza en el
porvenir, redactara el proyecto de Constitución para la futura República, el cual
por desventura, llegó incompleto a la posteridad. Próximo a finalizar el año
1843, Duarte recibió una carta de suma importancia, fechada en Santo
Domingo el 15 de noviembre y firmada por su hermano Vicente Celestino y por
Sánchez. En ella se le reclamaban urgentes auxilios -especialmente en armas
y dinero y se le hacía saber que después de su partida, “todas las
circunstancias han sido favorables”. Se le decía, además, que era forzoso
apresurarse porque “es necesario temer a la audacia de un tercer partido”; y se
le recomendaba que regresara de inmediato al país por el puerto de
Guayacanes, con el dinero y el material bélico solicitados. Claro está: si bien la
noticia de la buena marcha de los trabajos tuvo que alegrarlo, a esta alegría se
mezcló el dolor provocado por la imposibilidad en que él se hallaba de acceder
al reclamo. En efecto, pese a sus esfuerzos, no había obtenido ayudas, y
meses antes había escrito a sus hermanos exigiéndoles que ofrendaran “en
aras de la patria, lo que a costa del amor y el trabajo de nuestro padre hemos
heredado». De todos modos, decidió partir hacia Curazao y “hallar medios para
fletar un buque y dirigirse a Guayacanes”. Salió de Caracas “con la muerte en
el corazón, sostenido por su fe en la Providencia”. Pero no le fue posible llevar
a cabo su propósito: una repentina enfermedad lo obligó a permanecer en
Curazao, en compañía de Pina y Pérez de la Paz.

En el curso de esas semanas se produjeron en el país importantes


acontecimientos… Sin renunciar al colonialismo, la burguesía se dividió en lo
relativo a las tácticas a seguir y a la potencia a la cual el país de Día
subordinarse. En lo que respecta a las tácticas, un importante sector de esta
clase social del cual Tomás Bobadilla (ver) ejercía la función de máximo asesor
-consideró que lo indicado era pactar con los “duartistas” y luchar por la
independencia como primer paso para lograr el protectorado de Francia. El
vehículo entre este sector burgués y los “duartistas” fue Ramón Mella, y es casi
seguro que para principios de diciembre el pacto ya había sido concertado,
pero no hay documentación en la cual fundamentarse para afirmar que Duarte
tuvo noticias de ello.

La colaboración de ese sector burgués precipitó el curso de los


acontecimientos. Dio dinero para los preparativos insurreccionales y de las
primeras comunicaciones que sobre el tópico transmitió el cónsul francés St.
Denys al .ministro Guizot se infiere que dicho cónsul tuvo una velada
intervención en los preparativos. Además, la referida colaboración introdujo una
novedad teórica en el seno del movimiento: en el Manifiesto del 16 de enero de
1844 (ver) ^-que fue redactado por Bobadilla—aparece por primera vez la
palabra «separación» y no se habla específicamente de «independencia».

Ello revelaba, con toda claridad, un desvío del pensamiento duartiano, y abría
el campo a los propósitos proteccionistas o anexionistas.

Las más recientes investigaciones sobre la gesta del 27 de febrero hacen ver
que la máxima figura dirigente fue el aludido Bobadilla, quien se vinculó
estrechamente con Santana tan pronto éste llegó a Santo Domingo con sus
tropas de «seybanos». Nadie se opuso a que él asumiera la presidencia de la
Junta Central Gubernativa que hubo de integrarse. De hecho, Bobadilla asumió
la jerarquía política de la República en génesis, y Santana la jerarquía militar.
Pero era evidente que Duarte no podía ser marginado. Se acordó, pues, que el
buque «Leonor» partiera hacia Curazao para traer a Duarte a la República
Dominicana.
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Las 70 Mejores Frases de
Juan Pablo Duarte
Por

 Alberto Rubín Martín

Te dejo las mejores frases de Juan Pablo Duarte (1813-


1876), pensamientos de uno de los padres de la República Dominicana,
junto a Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez. También
algunos de sus pocos poemas conocidos.

Te pueden interesar también estas frases de revolución.





1-Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin Honor.

2-La verdad no existe, solo existe la percepción que tenemos de ella.

3-La política no es una especulación; es una ciencia más pura y la más


digna, después de la filosofía, de ocupar las inteligencias nobles.

4-Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de


toda potencia extranjera o se hunde la isla.

5-Yo soy dominicano.

6-Un estado de derecho que posibilite la integración popular y plural del


pueblo dominicano como es en realidad.

7-Se prohíbe recompensar al delator y al traidor, por más que agrade la


traición y aún cuando haya justos motivos para agradecer la delación.
8-Hay palabras que por las ideas que revelan llaman nuestra atención y
atraen nuestras simpatías hacia los seres que las pronuncian.

9-El gobierno debe mostrarse justo y enérgico o no tendremos Patria y


por consiguiente ni libertad ni independencia nacional.

10-Dios ha de concederme bastante fortaleza para no descender a la


tumba sin dejar a mi Patria libre, independiente y triunfante.

11-Arrojado de mi suelo natal por ese bando parricida que empezando


por proscribir a perpetuidad a los fundadores de la República ha
concluído por vender al extranjero la Patria, cuya independencia jurara
defender a todo trance, he arrastrado durante veinte años la vida
nómada del proscrito.

12-Toda ley supone una autoridad de donde emana, y la causa eficiente


y radical de ésta es, por derecho inherente, esencial al pueblo e
imprescriptible de su soberanía.

13-No es la cruz el signo del padecimiento: es el símbolo de la


redención.

14-Toda autoridad no constituida con arreglo a la ley es ilegítima, y por


tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligación de
obedecerla.

15-Por la Cruz, por la Patria y su gloria denodados al campo


marchemos: si nos niega el laurel la victoria, del martirio la palma
alcancemos.

16-La Nación dominicana es libre e independiente y no es ni puede ser


jamás integrante de ninguna potencia, ni el patrimonio de ninguna
Potencia, ni el patrimonio de familia ni persona alguna propia, ni mucho
menos extraña.
17-La Nación dominicana es la reunión de todos los dominicanos. La
Nación dominicana es libre e independiente y no es ni puede ser jamás
parte integrante de ninguna otra Potencia, ni el patrimonio de familia ni
persona alguna propia ni mucho menos extraña.

18-El crimen no prescribe ni queda jamás impune.

19-Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y


juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud
de la Patria.

20-Trabajemos por y para la Patria, que es trabajar para nuestros hijos


y para nosotros mismos.

21-La ley no puede tener, ni podrá tener jamás, efecto retroactivo.

22-En lo que no están de acuerdo nuestros libertos es en lo del amo que


quieren imponerle al pueblo.

23-Todo poder dominicano está y deberá estar siempre, limitado por la


ley y ésta  por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en
derecho le pertenezca.

24-Toda ley no declarada irrevocable es derrogable y también


reformable en el todo o en parte de ella. Toda ley no derogada clara y
terminantemente, se considera vigente. La ley no puede tener, ni podrá
jamás tener, efecto retroactivo. Ninguno podrá ser juzgado sino con
arreglo a la ley vigente y anterior a su delito; ni podrá aplicársele en
ningún caso otra pena que la establecida por las leyes y en la forma que
ellas prescriban. Lo que la ley no prohíbe, ninguna persona, sea o no sea
autoridad, tiene derecho a prohibirlo. La ley, salvo las restricciones del
derecho, debe ser conservadora y protectora de la vida, libertad, honor
y propiedades del individuo. Para la derrogación de una ley se guardarán
los mismos trámites y formalidades que para su formación se hubieren
observado. La ley es la regla a la cual deben acomodar sus actos, así los
gobernados como los gobernantes..

25-Bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto no


menosprecies la corrección del Todopoderoso; porque El es quien hace la
llaga, y El la vendará; El hiere, y sus manos curan.

26-Los providencialistas son los que salvarán la Patria del infierno a que
la tienen condenada los ateos, cosmopolitas y orcopolitas.

27-Sed felices, hijos de Puerto Plata; y mi corazón estará satisfecho aún


exonerado del mando que queréis que obtenga; pero sed justos, lo
primero, si queréis ser felices. Es ese el primer deber del hombre; y sed
unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros
enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor
recompensa, la única a la que aspiro, al veros libres, felices,
independientes y tranquilos.

28-Por desesperada que sea la causa de mi Patria, siempre sera la causa


del honor y siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre.

29-La ley es la que da al gobernante el derecho de mandar e impone al


gobernado la obligación de obedecer.

30-Se prohibe recompensar al delator y al traidor, por más que agrade


la traición y aún cuando haya justos motivos para agradecer la delación.

31-Nuestra patria sabe a sangre y un grupo de dominicanos indolentes


hacen de nuestro país una cueva de traidores ya preparen nuevamente
los cañones aquí se peleara con mas fuerzas para sacar a los invasores.

32-¿Tienes amigos? Prepáralos, porque los días se acercan; procura que


no se descarríen, pues va a sonar la hora de anularse para siempre, la
hora tremenda del juicio de Dios, y el Providencial no será vengativo,
pero si justiciero.
33-La Nación está obligada a conservar y proteger por medio de leyes
sabias y justas la libertad personal, civil e individual así como la
propiedad y demás derechos legítimos de todos los individuos que la
componen.

34-Ninguno podrá ser juzgado en causas civiles y criminales por ninguna


comisión, sino por el Tribunal competente determinado con anterioridad.

35-Sonó la hora de la gran traición y sonó también para mí la hora de la


vuelta a la Patria: el Señor allanó mis caminos.

36-Si he vuelto a mi patria después de tantos años de ausencia, ha sido


para servirla con alma vida y corazón, siendo cual siempre fui, motivo de
amor entre todos los verdaderos dominicanos y jamás piedra de
escándalo, ni manzana de la discordia.

37-Los blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchando


serenos, unidos y osados, la patria salvemos de viles tiranos, y al mundo
mostremos que somos hermanos.

38-Ningún poder en la tierra es ilimitado, ni el de la ley tampoco. Todo


poder dominicano está y deberá estar siempre limitado por la ley y ésta
por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en derecho le
pertenezca.

39-Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber


del hombre; y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y
venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo
obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres,
felices, independientes y tranquilos.

40-No he dejado ni dejaré de trabajar en favor de nuestra santa causa


haciendo por ella, como siempre, mas de lo que puedo; y si no he hecho
ahora todo lo que debo y he querido, quiero y querré hacer siempre en
su obsequio, es porque nunca falta quien desbarate con los pies lo que
yo hago con las manos.

41-La religión predominante en el Estado deberá ser siempre la Católica,


Apostólica, sin perjuicio de la libertad de conciencia y tolerancia de
cultos y de sociedades no contrarias a la moral pública y caridad
evangélica.

42-El amor de la patria nos hizo contraer compromisos sagrados para


con la generación venidera; necesario es cumplirlos, o renunciar a la
idea de aparecer ante el tribunal de la Historia con el honor de hombres
libres, fieles y perseverantes.

43-Nada hacemos con estar excitando al pueblo y conformamos con esa


disposición, sin hacerla servir para un fín positivo, práctico y
trascendental.

44-Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos


y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones.

45-Lo poco o mucho que hemos podido hacer o hiciéramos aún en


obsequio de una Patria que nos es tan cara y tan digna de mejor suerte,
no dejará de tener imitadores; y este consuelo nos acompañará en la
tumba.

46-Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros, están muy


acordes en estas ideas: destruir la Nacionalidad aunque para ello sea
preciso aniquilar a la nación entera.

47-No somos más que unos ambiciosos que independizamos nuestro


pueblo por ambición y no tuvimos talento para hacer nuestra la riqueza
ajena; mientras que ellos, son los hombres honrados y virtuosos pues
han tenido la habilidad de hacerlo todo, hasta llamar al extranjero;
muestra inequívoca de lo muy amado que serán por la justicia con que
han procedido y procederán para con Dios y la patria y la libertad del
dominicano.

48-Si los españoles tiene su monarquía española, y Francia la suya


francesa; si hasta los haitianos han constituido la República Haitiana,
¿por qué han de estar los dominicanos sometidos, ya a la Francia, ya a
España, ya a los mismos haitianos, sin pensar en constituirse como los
demás?.

Poemas

-Romance

Era la noche sombría,


de silencio y de calma;
era una noche de oprobio
para la    gente   de   Ozama. 

Noche de mengua y  quebranto


para la Patria adorada.          
El recordarla tan sólo                
el   corazón   apesara.           

Ocho los míseros eran        


que mano aviesa lanzaba,     
en pos  de sus compañeros  
hacia la extranjera playa. 

Ellos que al nombre de Dios,


Patria y Libertad se alzaran;
ellos que al pueblo le dieron    
la Independencia anhelada.
Lanzados fueron del suelo       
por cuya dicha lucharan; 
proscritos, sí, por traidores     
los que de lealtad sobraban. 
Se les miró descender                
a la ribera callada,                     
se les oyó despedirse,                    
y de su voz apagada                   
yo recogí los acentos                    
que por el aire vagaban.

-La cartera del proscrito

Cuán triste, largo y cansado,


cuán angustioso camino,
señala el Ente divino
al infeliz desterrado.

Ir por el mundo perdido


a merecer su piedad,
en profunda oscuridad
el horizonte sumido.

Qué triste es verlo pasar


tan apacible y sereno,
y saber que allí en su seno
es la mansión del pesar.

El suelo dejar querido


de nuestra infancia testigo,
sin columbrar a un amigo
de quien decir me despido.

Pues cuando en la tempestad


se ve perder la esperanza,
estréllase en la mudanza
la nave de la amistad.

Y andar, andar errabundo,


sin encontrar del camino
el triste fin que el destino
le depare aquí en el mundo.

Y recordar y gemir
por no mirar a su lado,
algún objeto adorado
a quién ¿te acuerdas? decir.

Llegar a tierra extranjera


sin idea alguna ilusoria,
sin porvenir y sin gloria,
sin penares ni bandera.

Ingrato, Hincha es tu suelo,

Que producir no ha sabido

Sino un traidor fementido.

Que habrá de serle fatal,

Y tú, Prado, que aposentas

Verdugo tan inhumano,

Ay!… que por siniestra mano

Sembrado te veas de sal.

Cantad, alegres sirenas,


Las del Ozama en la orilla,

que ya para él no hay cadenas

ni ya para él hay mancilla.

No os cuidéis de los cantares

que aborta mi fantasía,

ni de los negros pesares

que rasgan el alma mía.

Cantad, sirenas, cantad,

cantad un canto por mí,

que anuncie la Libertad

al suelo donde nací.

Era la noche sombría,

Y silenciosa y de calma;

Era una noche de oprobio

Para la gente de Ozama.

Noche de mengua y quebranto

Para la Patria adorada.


El recordarla tan sólo

El corazón apesara.

Ocho los míseros eran

Que mano aviesa lanzaba,

En pos de sus compañeros

Hacia la extranjera playa.

Ellos que al nombre de Dios

Patria y libertad se alzaran;

Ellos que al pueblo le dieron

La independencia anhelada.

Lanzados fueron del suelo

Por cuya dicha lucharon;

Proscritos, si, por traidores

Los que de lealtad sobraban.

Se les miró descender

A la ribera callada,

Se les oyó despedirse

Y de su voz apagada
Yo recogí los acentos

Que por el aire vagaban.

Mas ni hay Benavente

Ni hay más España:

Su cetro potente

Tórnose de caña

Tan extraña y vana

Cual son los Borbones:

Su timbre un Santana,

Blasón sus traidores.

Soy Templario, me decías un día

Jacinto un tiempo de la Patria amada…

Soy Templario, repetirlo, sí debes

Allá en el cielo tú mirar clavada…

Soy Templario, repetir debemos

Lo que en el pecho el honor sentimos…


Triste es la noche, muy triste

para el pobre marinero

a quien en el Ponto

fiero acosa la tempestad.

Triste es la noche, muy triste

para el infeliz viajero

que en el ignoto sendero

descarnó la oscuridad.

Triste es la noche, muy triste

para el mísero mendigo

que si pan, tal vez, ni abrigo

maldice la sociedad.

Triste es la noche, muy triste

para el bueno y leal patricio

a quien aguarda el suplicio

que le alzó la, iniquidad.

Mientras que del expatriado


no cambia la suerte ruda

y aún la misma muerte cruda

parece que le ha olvidado.

Ve cómo asoma al dintel

de su albergue miserable

desterrando inexorable

la escasa luz que había en él;

Ve como extiende su manto

de tinieblas al entrar

y con ellas aumentar

del alma el hondo quebranto.

Que viene en pos de su huella

todo cuanto fue y existe,

y con su sombra se viste

de color triste que ella.

El corazón en dolor

ve venir la noche yerta

la adusta frente cubierta


de insomnio, angustia y rigor.

-Suplicas

Si amorosos me vieran tus ojos


acabarían mis penas en bien,
pues quitaras así de mi sien
la corona que ciñe de abrojos.

Y a mi pecho volvieras la calma


que otro tiempo gozó placentero,
y hoy le niega el destino severo
insensible a las penas del alma.

No le imites, señora, te ruego,


no te cause placer mi amargura,
y al mirar mi acendrada ternura
no me tomes como él el sosiego.

Que no en vano se postra mi amor


a los pies de la esquiva beldad;
No me digas ¡oh no! por piedad
que me tienes también en horror.

Pues es tal de este amor la vehemencia,


que no obstante el rigor de mi suerte,
yo he jurado por siempre quererte…
a pesar de tu cruda inclemencia.

49- La política no es una especulación; es la Ciencia más pura y la más


digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles.

50- El esclavo soporta su suerte aunque oprobia su triste vivir, pero el


libre prefiere la muerte al oprobio de tal existir.
51- Cuán triste, largo y cansado, cuán angustioso camino, señala el Ente
divino al infeliz desterrado.

52- …Y a mi pecho volvieras la calma que otro tiempo gozó placentero, y


hoy le niega el destino severo insensible a las penas del alma.

53- En Santo Domingo no hay más que un pueblo que desea ser y se ha
proclamado independiente de toda potencia extranjera.

54- Implantar una República libre, soberana e independiente de toda


dominación extranjera que se denominará República Dominicana.

55- Vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor.

56- Cada partido solo se preocupa por derrochar los recursos del estado.

57-  Dominicanas y Dominicanos, es hora de que despierten del letargo


que los tiene dormidos.

58-  Nada en la vida se da de forma espontánea.

59- Le exhorto a mi país: No perdamos nuestra soberanía.

60-  Luchemos en masa, dejemos de ser sólo un país habitable.

61-  Demos juntos un salto gigantesco hacia el progreso sostenido, hacia


la verdadera Democracia.

62-  Ser justo es lo primero si queréis ser felices.

63-  Patriotas, debemos tomar conciencia de la situación que vive


nuestro país.

64- Debemos elegir funcionarios que realmente representen a nuestro


país y que luchen por la patria que tanto nos costó recuperar.
65- Estamos convencidos de que entre dominicanos y haitianos no hay
fusión posible.

66- Nuestra sociedad se llamará La Trinitaria porque se compondrá de


grupos de tres y la pondremos bajo el amparo de la Santísima Trinidad.

67- Nuestro lema: Dios, Patria y Libertad.

68- El único medio que encuentro para reunirme con Uds., es


independizar la patria.

69- Nuestros negocios mejorarán y no tendremos por qué arrepentirnos


de habernos mostrado dignos hijos de la patria.

70- Los sufrimientos de mis hermanos me eran sumamente sensibles,


pero más dolorosa me era ver que el fruto de tantos sacrificios, tantos
sufrimientos, era la pérdida de la independencia de esa Patria.

Alberto Rubín Martín

https://www.lifeder.com/

Licenciado en Psicología, Máster en Recursos Humanos y excolaborador de la Universidad de


Sevilla. Amante de la lectura y del conocimiento en general. Redactor en otras webs, como
Entrepreneur: https://www.entrepreneur.com/author/alberto-rubin-martin
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Las 70 Mejores Frases de


Juan Pablo Duarte
Por

 Alberto Rubín Martín


Te dejo las mejores frases de Juan Pablo Duarte (1813-
1876), pensamientos de uno de los padres de la República Dominicana,
junto a Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez. También
algunos de sus pocos poemas conocidos.

Te pueden interesar también estas frases de revolución.




1-Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin Honor.

2-La verdad no existe, solo existe la percepción que tenemos de ella.

3-La política no es una especulación; es una ciencia más pura y la más


digna, después de la filosofía, de ocupar las inteligencias nobles.
4-Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de
toda potencia extranjera o se hunde la isla.

5-Yo soy dominicano.

6-Un estado de derecho que posibilite la integración popular y plural del


pueblo dominicano como es en realidad.

7-Se prohíbe recompensar al delator y al traidor, por más que agrade la


traición y aún cuando haya justos motivos para agradecer la delación.

8-Hay palabras que por las ideas que revelan llaman nuestra atención y
atraen nuestras simpatías hacia los seres que las pronuncian.

9-El gobierno debe mostrarse justo y enérgico o no tendremos Patria y


por consiguiente ni libertad ni independencia nacional.

10-Dios ha de concederme bastante fortaleza para no descender a la


tumba sin dejar a mi Patria libre, independiente y triunfante.

11-Arrojado de mi suelo natal por ese bando parricida que empezando


por proscribir a perpetuidad a los fundadores de la República ha
concluído por vender al extranjero la Patria, cuya independencia jurara
defender a todo trance, he arrastrado durante veinte años la vida
nómada del proscrito.

12-Toda ley supone una autoridad de donde emana, y la causa eficiente


y radical de ésta es, por derecho inherente, esencial al pueblo e
imprescriptible de su soberanía.

13-No es la cruz el signo del padecimiento: es el símbolo de la


redención.
14-Toda autoridad no constituida con arreglo a la ley es ilegítima, y por
tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligación de
obedecerla.

15-Por la Cruz, por la Patria y su gloria denodados al campo


marchemos: si nos niega el laurel la victoria, del martirio la palma
alcancemos.

16-La Nación dominicana es libre e independiente y no es ni puede ser


jamás integrante de ninguna potencia, ni el patrimonio de ninguna
Potencia, ni el patrimonio de familia ni persona alguna propia, ni mucho
menos extraña.

17-La Nación dominicana es la reunión de todos los dominicanos. La


Nación dominicana es libre e independiente y no es ni puede ser jamás
parte integrante de ninguna otra Potencia, ni el patrimonio de familia ni
persona alguna propia ni mucho menos extraña.

18-El crimen no prescribe ni queda jamás impune.

19-Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y


juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud
de la Patria.

20-Trabajemos por y para la Patria, que es trabajar para nuestros hijos


y para nosotros mismos.

21-La ley no puede tener, ni podrá tener jamás, efecto retroactivo.

22-En lo que no están de acuerdo nuestros libertos es en lo del amo que


quieren imponerle al pueblo.

23-Todo poder dominicano está y deberá estar siempre, limitado por la


ley y ésta  por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en
derecho le pertenezca.
24-Toda ley no declarada irrevocable es derrogable y también
reformable en el todo o en parte de ella. Toda ley no derogada clara y
terminantemente, se considera vigente. La ley no puede tener, ni podrá
jamás tener, efecto retroactivo. Ninguno podrá ser juzgado sino con
arreglo a la ley vigente y anterior a su delito; ni podrá aplicársele en
ningún caso otra pena que la establecida por las leyes y en la forma que
ellas prescriban. Lo que la ley no prohíbe, ninguna persona, sea o no sea
autoridad, tiene derecho a prohibirlo. La ley, salvo las restricciones del
derecho, debe ser conservadora y protectora de la vida, libertad, honor
y propiedades del individuo. Para la derrogación de una ley se guardarán
los mismos trámites y formalidades que para su formación se hubieren
observado. La ley es la regla a la cual deben acomodar sus actos, así los
gobernados como los gobernantes..

25-Bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto no


menosprecies la corrección del Todopoderoso; porque El es quien hace la
llaga, y El la vendará; El hiere, y sus manos curan.

26-Los providencialistas son los que salvarán la Patria del infierno a que
la tienen condenada los ateos, cosmopolitas y orcopolitas.

27-Sed felices, hijos de Puerto Plata; y mi corazón estará satisfecho aún


exonerado del mando que queréis que obtenga; pero sed justos, lo
primero, si queréis ser felices. Es ese el primer deber del hombre; y sed
unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros
enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor
recompensa, la única a la que aspiro, al veros libres, felices,
independientes y tranquilos.

28-Por desesperada que sea la causa de mi Patria, siempre sera la causa


del honor y siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre.

29-La ley es la que da al gobernante el derecho de mandar e impone al


gobernado la obligación de obedecer.
30-Se prohibe recompensar al delator y al traidor, por más que agrade
la traición y aún cuando haya justos motivos para agradecer la delación.

31-Nuestra patria sabe a sangre y un grupo de dominicanos indolentes


hacen de nuestro país una cueva de traidores ya preparen nuevamente
los cañones aquí se peleara con mas fuerzas para sacar a los invasores.

32-¿Tienes amigos? Prepáralos, porque los días se acercan; procura que


no se descarríen, pues va a sonar la hora de anularse para siempre, la
hora tremenda del juicio de Dios, y el Providencial no será vengativo,
pero si justiciero.

33-La Nación está obligada a conservar y proteger por medio de leyes


sabias y justas la libertad personal, civil e individual así como la
propiedad y demás derechos legítimos de todos los individuos que la
componen.

34-Ninguno podrá ser juzgado en causas civiles y criminales por ninguna


comisión, sino por el Tribunal competente determinado con anterioridad.

35-Sonó la hora de la gran traición y sonó también para mí la hora de la


vuelta a la Patria: el Señor allanó mis caminos.

36-Si he vuelto a mi patria después de tantos años de ausencia, ha sido


para servirla con alma vida y corazón, siendo cual siempre fui, motivo de
amor entre todos los verdaderos dominicanos y jamás piedra de
escándalo, ni manzana de la discordia.

37-Los blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchando


serenos, unidos y osados, la patria salvemos de viles tiranos, y al mundo
mostremos que somos hermanos.

38-Ningún poder en la tierra es ilimitado, ni el de la ley tampoco. Todo


poder dominicano está y deberá estar siempre limitado por la ley y ésta
por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en derecho le
pertenezca.

39-Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber


del hombre; y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y
venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo
obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres,
felices, independientes y tranquilos.

40-No he dejado ni dejaré de trabajar en favor de nuestra santa causa


haciendo por ella, como siempre, mas de lo que puedo; y si no he hecho
ahora todo lo que debo y he querido, quiero y querré hacer siempre en
su obsequio, es porque nunca falta quien desbarate con los pies lo que
yo hago con las manos.

41-La religión predominante en el Estado deberá ser siempre la Católica,


Apostólica, sin perjuicio de la libertad de conciencia y tolerancia de
cultos y de sociedades no contrarias a la moral pública y caridad
evangélica.

42-El amor de la patria nos hizo contraer compromisos sagrados para


con la generación venidera; necesario es cumplirlos, o renunciar a la
idea de aparecer ante el tribunal de la Historia con el honor de hombres
libres, fieles y perseverantes.

43-Nada hacemos con estar excitando al pueblo y conformamos con esa


disposición, sin hacerla servir para un fín positivo, práctico y
trascendental.

44-Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos


y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones.

45-Lo poco o mucho que hemos podido hacer o hiciéramos aún en


obsequio de una Patria que nos es tan cara y tan digna de mejor suerte,
no dejará de tener imitadores; y este consuelo nos acompañará en la
tumba.

46-Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros, están muy


acordes en estas ideas: destruir la Nacionalidad aunque para ello sea
preciso aniquilar a la nación entera.

47-No somos más que unos ambiciosos que independizamos nuestro


pueblo por ambición y no tuvimos talento para hacer nuestra la riqueza
ajena; mientras que ellos, son los hombres honrados y virtuosos pues
han tenido la habilidad de hacerlo todo, hasta llamar al extranjero;
muestra inequívoca de lo muy amado que serán por la justicia con que
han procedido y procederán para con Dios y la patria y la libertad del
dominicano.

48-Si los españoles tiene su monarquía española, y Francia la suya


francesa; si hasta los haitianos han constituido la República Haitiana,
¿por qué han de estar los dominicanos sometidos, ya a la Francia, ya a
España, ya a los mismos haitianos, sin pensar en constituirse como los
demás?.

Poemas

-Romance

Era la noche sombría,


de silencio y de calma;
era una noche de oprobio
para la    gente   de   Ozama. 

Noche de mengua y  quebranto


para la Patria adorada.          
El recordarla tan sólo                
el   corazón   apesara.           
Ocho los míseros eran        
que mano aviesa lanzaba,     
en pos  de sus compañeros  
hacia la extranjera playa. 

Ellos que al nombre de Dios,


Patria y Libertad se alzaran;
ellos que al pueblo le dieron    
la Independencia anhelada.
Lanzados fueron del suelo       
por cuya dicha lucharan; 
proscritos, sí, por traidores     
los que de lealtad sobraban. 

Se les miró descender                


a la ribera callada,                     
se les oyó despedirse,                    
y de su voz apagada                   
yo recogí los acentos                    
que por el aire vagaban.

-La cartera del proscrito

Cuán triste, largo y cansado,


cuán angustioso camino,
señala el Ente divino
al infeliz desterrado.

Ir por el mundo perdido


a merecer su piedad,
en profunda oscuridad
el horizonte sumido.

Qué triste es verlo pasar


tan apacible y sereno,
y saber que allí en su seno
es la mansión del pesar.

El suelo dejar querido


de nuestra infancia testigo,
sin columbrar a un amigo
de quien decir me despido.

Pues cuando en la tempestad


se ve perder la esperanza,
estréllase en la mudanza
la nave de la amistad.

Y andar, andar errabundo,


sin encontrar del camino
el triste fin que el destino
le depare aquí en el mundo.

Y recordar y gemir
por no mirar a su lado,
algún objeto adorado
a quién ¿te acuerdas? decir.

Llegar a tierra extranjera


sin idea alguna ilusoria,
sin porvenir y sin gloria,
sin penares ni bandera.

Ingrato, Hincha es tu suelo,

Que producir no ha sabido

Sino un traidor fementido.


Que habrá de serle fatal,

Y tú, Prado, que aposentas

Verdugo tan inhumano,

Ay!… que por siniestra mano

Sembrado te veas de sal.

Cantad, alegres sirenas,

Las del Ozama en la orilla,

que ya para él no hay cadenas

ni ya para él hay mancilla.

No os cuidéis de los cantares

que aborta mi fantasía,

ni de los negros pesares

que rasgan el alma mía.

Cantad, sirenas, cantad,

cantad un canto por mí,

que anuncie la Libertad

al suelo donde nací.


Era la noche sombría,

Y silenciosa y de calma;

Era una noche de oprobio

Para la gente de Ozama.

Noche de mengua y quebranto

Para la Patria adorada.

El recordarla tan sólo

El corazón apesara.

Ocho los míseros eran

Que mano aviesa lanzaba,

En pos de sus compañeros

Hacia la extranjera playa.

Ellos que al nombre de Dios

Patria y libertad se alzaran;

Ellos que al pueblo le dieron

La independencia anhelada.

Lanzados fueron del suelo


Por cuya dicha lucharon;

Proscritos, si, por traidores

Los que de lealtad sobraban.

Se les miró descender

A la ribera callada,

Se les oyó despedirse

Y de su voz apagada

Yo recogí los acentos

Que por el aire vagaban.

Mas ni hay Benavente

Ni hay más España:

Su cetro potente

Tórnose de caña

Tan extraña y vana

Cual son los Borbones:

Su timbre un Santana,

Blasón sus traidores.


Soy Templario, me decías un día

Jacinto un tiempo de la Patria amada…

Soy Templario, repetirlo, sí debes

Allá en el cielo tú mirar clavada…

Soy Templario, repetir debemos

Lo que en el pecho el honor sentimos…

Triste es la noche, muy triste

para el pobre marinero

a quien en el Ponto

fiero acosa la tempestad.

Triste es la noche, muy triste

para el infeliz viajero

que en el ignoto sendero

descarnó la oscuridad.

Triste es la noche, muy triste

para el mísero mendigo


que si pan, tal vez, ni abrigo

maldice la sociedad.

Triste es la noche, muy triste

para el bueno y leal patricio

a quien aguarda el suplicio

que le alzó la, iniquidad.

Mientras que del expatriado

no cambia la suerte ruda

y aún la misma muerte cruda

parece que le ha olvidado.

Ve cómo asoma al dintel

de su albergue miserable

desterrando inexorable

la escasa luz que había en él;

Ve como extiende su manto

de tinieblas al entrar

y con ellas aumentar

del alma el hondo quebranto.


Que viene en pos de su huella

todo cuanto fue y existe,

y con su sombra se viste

de color triste que ella.

El corazón en dolor

ve venir la noche yerta

la adusta frente cubierta

de insomnio, angustia y rigor.

-Suplicas

Si amorosos me vieran tus ojos


acabarían mis penas en bien,
pues quitaras así de mi sien
la corona que ciñe de abrojos.

Y a mi pecho volvieras la calma


que otro tiempo gozó placentero,
y hoy le niega el destino severo
insensible a las penas del alma.

No le imites, señora, te ruego,


no te cause placer mi amargura,
y al mirar mi acendrada ternura
no me tomes como él el sosiego.

Que no en vano se postra mi amor


a los pies de la esquiva beldad;
No me digas ¡oh no! por piedad
que me tienes también en horror.

Pues es tal de este amor la vehemencia,


que no obstante el rigor de mi suerte,
yo he jurado por siempre quererte…
a pesar de tu cruda inclemencia.

49- La política no es una especulación; es la Ciencia más pura y la más


digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles.

50- El esclavo soporta su suerte aunque oprobia su triste vivir, pero el


libre prefiere la muerte al oprobio de tal existir.

51- Cuán triste, largo y cansado, cuán angustioso camino, señala el Ente
divino al infeliz desterrado.

52- …Y a mi pecho volvieras la calma que otro tiempo gozó placentero, y


hoy le niega el destino severo insensible a las penas del alma.

53- En Santo Domingo no hay más que un pueblo que desea ser y se ha
proclamado independiente de toda potencia extranjera.

54- Implantar una República libre, soberana e independiente de toda


dominación extranjera que se denominará República Dominicana.

55- Vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor.

56- Cada partido solo se preocupa por derrochar los recursos del estado.

57-  Dominicanas y Dominicanos, es hora de que despierten del letargo


que los tiene dormidos.

58-  Nada en la vida se da de forma espontánea.


59- Le exhorto a mi país: No perdamos nuestra soberanía.

60-  Luchemos en masa, dejemos de ser sólo un país habitable.

61-  Demos juntos un salto gigantesco hacia el progreso sostenido, hacia


la verdadera Democracia.

62-  Ser justo es lo primero si queréis ser felices.

63-  Patriotas, debemos tomar conciencia de la situación que vive


nuestro país.

64- Debemos elegir funcionarios que realmente representen a nuestro


país y que luchen por la patria que tanto nos costó recuperar.

65- Estamos convencidos de que entre dominicanos y haitianos no hay


fusión posible.

66- Nuestra sociedad se llamará La Trinitaria porque se compondrá de


grupos de tres y la pondremos bajo el amparo de la Santísima Trinidad.

67- Nuestro lema: Dios, Patria y Libertad.

68- El único medio que encuentro para reunirme con Uds., es


independizar la patria.

69- Nuestros negocios mejorarán y no tendremos por qué arrepentirnos


de habernos mostrado dignos hijos de la patria.

70- Los sufrimientos de mis hermanos me eran sumamente sensibles,


pero más dolorosa me era ver que el fruto de tantos sacrificios, tantos
sufrimientos, era la pérdida de la independencia de esa Patria.
Alberto Rubín Martín

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Sevilla. Amante de la lectura y del conocimiento en general. Redactor en otras webs, como
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Las 70 Mejores Frases de


Juan Pablo Duarte
Por

 Alberto Rubín Martín


Te dejo las mejores frases de Juan Pablo Duarte (1813-
1876), pensamientos de uno de los padres de la República Dominicana,
junto a Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez. También
algunos de sus pocos poemas conocidos.

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1-Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin Honor.

2-La verdad no existe, solo existe la percepción que tenemos de ella.

3-La política no es una especulación; es una ciencia más pura y la más


digna, después de la filosofía, de ocupar las inteligencias nobles.
4-Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de
toda potencia extranjera o se hunde la isla.

5-Yo soy dominicano.

6-Un estado de derecho que posibilite la integración popular y plural del


pueblo dominicano como es en realidad.

7-Se prohíbe recompensar al delator y al traidor, por más que agrade la


traición y aún cuando haya justos motivos para agradecer la delación.

8-Hay palabras que por las ideas que revelan llaman nuestra atención y
atraen nuestras simpatías hacia los seres que las pronuncian.

9-El gobierno debe mostrarse justo y enérgico o no tendremos Patria y


por consiguiente ni libertad ni independencia nacional.

10-Dios ha de concederme bastante fortaleza para no descender a la


tumba sin dejar a mi Patria libre, independiente y triunfante.

11-Arrojado de mi suelo natal por ese bando parricida que empezando


por proscribir a perpetuidad a los fundadores de la República ha
concluído por vender al extranjero la Patria, cuya independencia jurara
defender a todo trance, he arrastrado durante veinte años la vida
nómada del proscrito.

12-Toda ley supone una autoridad de donde emana, y la causa eficiente


y radical de ésta es, por derecho inherente, esencial al pueblo e
imprescriptible de su soberanía.

13-No es la cruz el signo del padecimiento: es el símbolo de la


redención.
14-Toda autoridad no constituida con arreglo a la ley es ilegítima, y por
tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligación de
obedecerla.

15-Por la Cruz, por la Patria y su gloria denodados al campo


marchemos: si nos niega el laurel la victoria, del martirio la palma
alcancemos.

16-La Nación dominicana es libre e independiente y no es ni puede ser


jamás integrante de ninguna potencia, ni el patrimonio de ninguna
Potencia, ni el patrimonio de familia ni persona alguna propia, ni mucho
menos extraña.

17-La Nación dominicana es la reunión de todos los dominicanos. La


Nación dominicana es libre e independiente y no es ni puede ser jamás
parte integrante de ninguna otra Potencia, ni el patrimonio de familia ni
persona alguna propia ni mucho menos extraña.

18-El crimen no prescribe ni queda jamás impune.

19-Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y


juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud
de la Patria.

20-Trabajemos por y para la Patria, que es trabajar para nuestros hijos


y para nosotros mismos.

21-La ley no puede tener, ni podrá tener jamás, efecto retroactivo.

22-En lo que no están de acuerdo nuestros libertos es en lo del amo que


quieren imponerle al pueblo.

23-Todo poder dominicano está y deberá estar siempre, limitado por la


ley y ésta  por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en
derecho le pertenezca.
24-Toda ley no declarada irrevocable es derrogable y también
reformable en el todo o en parte de ella. Toda ley no derogada clara y
terminantemente, se considera vigente. La ley no puede tener, ni podrá
jamás tener, efecto retroactivo. Ninguno podrá ser juzgado sino con
arreglo a la ley vigente y anterior a su delito; ni podrá aplicársele en
ningún caso otra pena que la establecida por las leyes y en la forma que
ellas prescriban. Lo que la ley no prohíbe, ninguna persona, sea o no sea
autoridad, tiene derecho a prohibirlo. La ley, salvo las restricciones del
derecho, debe ser conservadora y protectora de la vida, libertad, honor
y propiedades del individuo. Para la derrogación de una ley se guardarán
los mismos trámites y formalidades que para su formación se hubieren
observado. La ley es la regla a la cual deben acomodar sus actos, así los
gobernados como los gobernantes..

25-Bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto no


menosprecies la corrección del Todopoderoso; porque El es quien hace la
llaga, y El la vendará; El hiere, y sus manos curan.

26-Los providencialistas son los que salvarán la Patria del infierno a que
la tienen condenada los ateos, cosmopolitas y orcopolitas.

27-Sed felices, hijos de Puerto Plata; y mi corazón estará satisfecho aún


exonerado del mando que queréis que obtenga; pero sed justos, lo
primero, si queréis ser felices. Es ese el primer deber del hombre; y sed
unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros
enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor
recompensa, la única a la que aspiro, al veros libres, felices,
independientes y tranquilos.

28-Por desesperada que sea la causa de mi Patria, siempre sera la causa


del honor y siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre.

29-La ley es la que da al gobernante el derecho de mandar e impone al


gobernado la obligación de obedecer.
30-Se prohibe recompensar al delator y al traidor, por más que agrade
la traición y aún cuando haya justos motivos para agradecer la delación.

31-Nuestra patria sabe a sangre y un grupo de dominicanos indolentes


hacen de nuestro país una cueva de traidores ya preparen nuevamente
los cañones aquí se peleara con mas fuerzas para sacar a los invasores.

32-¿Tienes amigos? Prepáralos, porque los días se acercan; procura que


no se descarríen, pues va a sonar la hora de anularse para siempre, la
hora tremenda del juicio de Dios, y el Providencial no será vengativo,
pero si justiciero.

33-La Nación está obligada a conservar y proteger por medio de leyes


sabias y justas la libertad personal, civil e individual así como la
propiedad y demás derechos legítimos de todos los individuos que la
componen.

34-Ninguno podrá ser juzgado en causas civiles y criminales por ninguna


comisión, sino por el Tribunal competente determinado con anterioridad.

35-Sonó la hora de la gran traición y sonó también para mí la hora de la


vuelta a la Patria: el Señor allanó mis caminos.

36-Si he vuelto a mi patria después de tantos años de ausencia, ha sido


para servirla con alma vida y corazón, siendo cual siempre fui, motivo de
amor entre todos los verdaderos dominicanos y jamás piedra de
escándalo, ni manzana de la discordia.

37-Los blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchando


serenos, unidos y osados, la patria salvemos de viles tiranos, y al mundo
mostremos que somos hermanos.

38-Ningún poder en la tierra es ilimitado, ni el de la ley tampoco. Todo


poder dominicano está y deberá estar siempre limitado por la ley y ésta
por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en derecho le
pertenezca.

39-Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber


del hombre; y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y
venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo
obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres,
felices, independientes y tranquilos.

40-No he dejado ni dejaré de trabajar en favor de nuestra santa causa


haciendo por ella, como siempre, mas de lo que puedo; y si no he hecho
ahora todo lo que debo y he querido, quiero y querré hacer siempre en
su obsequio, es porque nunca falta quien desbarate con los pies lo que
yo hago con las manos.

41-La religión predominante en el Estado deberá ser siempre la Católica,


Apostólica, sin perjuicio de la libertad de conciencia y tolerancia de
cultos y de sociedades no contrarias a la moral pública y caridad
evangélica.

42-El amor de la patria nos hizo contraer compromisos sagrados para


con la generación venidera; necesario es cumplirlos, o renunciar a la
idea de aparecer ante el tribunal de la Historia con el honor de hombres
libres, fieles y perseverantes.

43-Nada hacemos con estar excitando al pueblo y conformamos con esa


disposición, sin hacerla servir para un fín positivo, práctico y
trascendental.

44-Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos


y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones.

45-Lo poco o mucho que hemos podido hacer o hiciéramos aún en


obsequio de una Patria que nos es tan cara y tan digna de mejor suerte,
no dejará de tener imitadores; y este consuelo nos acompañará en la
tumba.

46-Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros, están muy


acordes en estas ideas: destruir la Nacionalidad aunque para ello sea
preciso aniquilar a la nación entera.

47-No somos más que unos ambiciosos que independizamos nuestro


pueblo por ambición y no tuvimos talento para hacer nuestra la riqueza
ajena; mientras que ellos, son los hombres honrados y virtuosos pues
han tenido la habilidad de hacerlo todo, hasta llamar al extranjero;
muestra inequívoca de lo muy amado que serán por la justicia con que
han procedido y procederán para con Dios y la patria y la libertad del
dominicano.

48-Si los españoles tiene su monarquía española, y Francia la suya


francesa; si hasta los haitianos han constituido la República Haitiana,
¿por qué han de estar los dominicanos sometidos, ya a la Francia, ya a
España, ya a los mismos haitianos, sin pensar en constituirse como los
demás?.

Poemas

-Romance

Era la noche sombría,


de silencio y de calma;
era una noche de oprobio
para la    gente   de   Ozama. 

Noche de mengua y  quebranto


para la Patria adorada.          
El recordarla tan sólo                
el   corazón   apesara.           
Ocho los míseros eran        
que mano aviesa lanzaba,     
en pos  de sus compañeros  
hacia la extranjera playa. 

Ellos que al nombre de Dios,


Patria y Libertad se alzaran;
ellos que al pueblo le dieron    
la Independencia anhelada.
Lanzados fueron del suelo       
por cuya dicha lucharan; 
proscritos, sí, por traidores     
los que de lealtad sobraban. 

Se les miró descender                


a la ribera callada,                     
se les oyó despedirse,                    
y de su voz apagada                   
yo recogí los acentos                    
que por el aire vagaban.

-La cartera del proscrito

Cuán triste, largo y cansado,


cuán angustioso camino,
señala el Ente divino
al infeliz desterrado.

Ir por el mundo perdido


a merecer su piedad,
en profunda oscuridad
el horizonte sumido.

Qué triste es verlo pasar


tan apacible y sereno,
y saber que allí en su seno
es la mansión del pesar.

El suelo dejar querido


de nuestra infancia testigo,
sin columbrar a un amigo
de quien decir me despido.

Pues cuando en la tempestad


se ve perder la esperanza,
estréllase en la mudanza
la nave de la amistad.

Y andar, andar errabundo,


sin encontrar del camino
el triste fin que el destino
le depare aquí en el mundo.

Y recordar y gemir
por no mirar a su lado,
algún objeto adorado
a quién ¿te acuerdas? decir.

Llegar a tierra extranjera


sin idea alguna ilusoria,
sin porvenir y sin gloria,
sin penares ni bandera.

Ingrato, Hincha es tu suelo,

Que producir no ha sabido

Sino un traidor fementido.


Que habrá de serle fatal,

Y tú, Prado, que aposentas

Verdugo tan inhumano,

Ay!… que por siniestra mano

Sembrado te veas de sal.

Cantad, alegres sirenas,

Las del Ozama en la orilla,

que ya para él no hay cadenas

ni ya para él hay mancilla.

No os cuidéis de los cantares

que aborta mi fantasía,

ni de los negros pesares

que rasgan el alma mía.

Cantad, sirenas, cantad,

cantad un canto por mí,

que anuncie la Libertad

al suelo donde nací.


Era la noche sombría,

Y silenciosa y de calma;

Era una noche de oprobio

Para la gente de Ozama.

Noche de mengua y quebranto

Para la Patria adorada.

El recordarla tan sólo

El corazón apesara.

Ocho los míseros eran

Que mano aviesa lanzaba,

En pos de sus compañeros

Hacia la extranjera playa.

Ellos que al nombre de Dios

Patria y libertad se alzaran;

Ellos que al pueblo le dieron

La independencia anhelada.

Lanzados fueron del suelo


Por cuya dicha lucharon;

Proscritos, si, por traidores

Los que de lealtad sobraban.

Se les miró descender

A la ribera callada,

Se les oyó despedirse

Y de su voz apagada

Yo recogí los acentos

Que por el aire vagaban.

Mas ni hay Benavente

Ni hay más España:

Su cetro potente

Tórnose de caña

Tan extraña y vana

Cual son los Borbones:

Su timbre un Santana,

Blasón sus traidores.


Soy Templario, me decías un día

Jacinto un tiempo de la Patria amada…

Soy Templario, repetirlo, sí debes

Allá en el cielo tú mirar clavada…

Soy Templario, repetir debemos

Lo que en el pecho el honor sentimos…

Triste es la noche, muy triste

para el pobre marinero

a quien en el Ponto

fiero acosa la tempestad.

Triste es la noche, muy triste

para el infeliz viajero

que en el ignoto sendero

descarnó la oscuridad.

Triste es la noche, muy triste

para el mísero mendigo


que si pan, tal vez, ni abrigo

maldice la sociedad.

Triste es la noche, muy triste

para el bueno y leal patricio

a quien aguarda el suplicio

que le alzó la, iniquidad.

Mientras que del expatriado

no cambia la suerte ruda

y aún la misma muerte cruda

parece que le ha olvidado.

Ve cómo asoma al dintel

de su albergue miserable

desterrando inexorable

la escasa luz que había en él;

Ve como extiende su manto

de tinieblas al entrar

y con ellas aumentar

del alma el hondo quebranto.


Que viene en pos de su huella

todo cuanto fue y existe,

y con su sombra se viste

de color triste que ella.

El corazón en dolor

ve venir la noche yerta

la adusta frente cubierta

de insomnio, angustia y rigor.

-Suplicas

Si amorosos me vieran tus ojos


acabarían mis penas en bien,
pues quitaras así de mi sien
la corona que ciñe de abrojos.

Y a mi pecho volvieras la calma


que otro tiempo gozó placentero,
y hoy le niega el destino severo
insensible a las penas del alma.

No le imites, señora, te ruego,


no te cause placer mi amargura,
y al mirar mi acendrada ternura
no me tomes como él el sosiego.

Que no en vano se postra mi amor


a los pies de la esquiva beldad;
No me digas ¡oh no! por piedad
que me tienes también en horror.

Pues es tal de este amor la vehemencia,


que no obstante el rigor de mi suerte,
yo he jurado por siempre quererte…
a pesar de tu cruda inclemencia.

49- La política no es una especulación; es la Ciencia más pura y la más


digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles.

50- El esclavo soporta su suerte aunque oprobia su triste vivir, pero el


libre prefiere la muerte al oprobio de tal existir.

51- Cuán triste, largo y cansado, cuán angustioso camino, señala el Ente
divino al infeliz desterrado.

52- …Y a mi pecho volvieras la calma que otro tiempo gozó placentero, y


hoy le niega el destino severo insensible a las penas del alma.

53- En Santo Domingo no hay más que un pueblo que desea ser y se ha
proclamado independiente de toda potencia extranjera.

54- Implantar una República libre, soberana e independiente de toda


dominación extranjera que se denominará República Dominicana.

55- Vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor.

56- Cada partido solo se preocupa por derrochar los recursos del estado.

57-  Dominicanas y Dominicanos, es hora de que despierten del letargo


que los tiene dormidos.

58-  Nada en la vida se da de forma espontánea.


59- Le exhorto a mi país: No perdamos nuestra soberanía.

60-  Luchemos en masa, dejemos de ser sólo un país habitable.

61-  Demos juntos un salto gigantesco hacia el progreso sostenido, hacia


la verdadera Democracia.

62-  Ser justo es lo primero si queréis ser felices.

63-  Patriotas, debemos tomar conciencia de la situación que vive


nuestro país.

64- Debemos elegir funcionarios que realmente representen a nuestro


país y que luchen por la patria que tanto nos costó recuperar.

65- Estamos convencidos de que entre dominicanos y haitianos no hay


fusión posible.

66- Nuestra sociedad se llamará La Trinitaria porque se compondrá de


grupos de tres y la pondremos bajo el amparo de la Santísima Trinidad.

67- Nuestro lema: Dios, Patria y Libertad.

68- El único medio que encuentro para reunirme con Uds., es


independizar la patria.

69- Nuestros negocios mejorarán y no tendremos por qué arrepentirnos


de habernos mostrado dignos hijos de la patria.

70- Los sufrimientos de mis hermanos me eran sumamente sensibles,


pero más dolorosa me era ver que el fruto de tantos sacrificios, tantos
sufrimientos, era la pérdida de la independencia de esa Patria.

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