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FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS – U.N.C.

Bienes de Uso
Capítulo 8

Mgter. César Torres

1
Contenido
1. Introducción .................................................................................................................................. 3
2. Cuestiones generales de medición .............................................................................................. 3
2.1. Pautas esenciales de medición ........................................................................................... 3
3. Medición en el momento de su incorporación al activo ............................................................... 3
3.1. Medición inicial .................................................................................................................... 3
3.1.1. Reglas generales ......................................................................................................... 3
3.1.2. Bienes o servicios adquiridos ...................................................................................... 4
3.1.3. Bienes producidos ....................................................................................................... 4
3.1.4. Bienes incorporados por aportes y donaciones .......................................................... 6
3.1.5. Bienes incorporados por trueque ................................................................................ 6
3.1.6. Costos financieros ....................................................................................................... 6
3.2. Costos posteriores al momento de incorporación al activo ................................................ 8
3.2.1. Medición contable ........................................................................................................ 8
4. Medición al cierre de cada ejercicio ............................................................................................. 8
4.1. Valor total del activo ............................................................................................................ 8
4.1.1. Excepción. Los saldos de revalúo de bienes de uso .................................................. 8
4.1.2. El modelo de revaluación ............................................................................................ 9
4.2. Depreciaciones .................................................................................................................. 14
4.3. Comparaciones con valores recuperables ........................................................................ 15
4.3.1. Criterio general .......................................................................................................... 15
4.3.2. Frecuencia de las comparaciones ............................................................................. 15
4.3.3. Niveles de comparación ............................................................................................ 16
4.3.4. Imputación de las pérdidas por desvalorización ....................................................... 17
4.3.5. Reversiones de pérdidas por desvalorización .......................................................... 17
5. Bienes de uso destinados a la venta ......................................................................................... 18
6. Normas internacionales ............................................................................................................. 19
6.1. Generalidades ................................................................................................................... 19
6.2. Medición inicial .................................................................................................................. 21
6.3. Costos posteriores............................................................................................................. 22
6.4. Amortización ...................................................................................................................... 24

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1. Introducción
Definición
Son aquellos bienes tangibles destinados a ser utilizados en la actividad principal del ente y no a la
venta habitual, incluyendo a los que están en construcción, tránsito o montaje y los anticipos a
proveedores por compras de estos bienes. Los bienes afectados a locación o arrendamiento se
1
incluyen en inversiones, excepto en el caso de entes cuya actividad principal sea la mencionada.

Componentes principales
Dado que los bienes no se categorizan como de cambio o de uso ni por su naturaleza ni por el tipo
de actividad que desarrolla la empresa, sino por el destino que la gerencia le da a los mismos, los
mismos pueden ser muy disímiles.

Sin embargo, categorías habituales mediante las que se agrupan los mismos en conjuntos de
cierta homogeneidad, son las siguientes:
a) Inmuebles
a. Terrenos
b. Edificaciones
b) Máquinas y herramientas (o maquinarias)
c) Muebles y útiles
d) Rodados
e) Equipos de computación
f) Instalaciones

Al igual que para los bienes de cambio, la definición contenida en las normas incluye en este rubro
a los anticipos realizados a proveedores por la compra de cualquiera de los elementos incluidos en
el rubro. Esta inclusión atiende al atributo de la información contable referido a que las operaciones
deben atender más a la sustancia económica de la misma que a la forma de su instrumentación.

Son aplicables las consideraciones sobre la especificidad de las denominaciones de las cuentas y
otras categorías desarrolladas en la introducción del rubro “bienes de cambio”

2. Cuestiones generales de medición


2.1. Pautas esenciales de medición
Para los bienes de uso, el criterio general de medición, sujeto a la comparación con su valor
2
recuperable es a su costo histórico, en su caso, neto de depreciaciones.

Se excluyen específicamente a los activos biológicos, los que deberán valorizarse de acuerdo a los
criterios establecidos por la RT 22 (Actividad agropecuaria)

Este criterio también es aplicable a activos de naturaleza similar no destinados a la venta.

3. Medición en el momento de su incorporación al activo


3.1. Medición inicial
3.1.1.Reglas generales3

1
RT 9 III A.5
2
RT 17 4.1.f)
3
RT 17 4.2.1

3
En general, la medición original de los bienes incorporados y de los servicios adquiridos se
practicará sobre la base de su costo.

El costo de un bien de uso es el necesario para ponerlo en condiciones de ser o utilizado.

Por lo tanto, incluye la porción asignable de los costos de los servicios externos e internos
necesarios para ello (por ejemplo: fletes, seguros, costos de la función de compras, costos del
sector de producción), además de los materiales o insumos directos e indirectos requeridos para su
elaboración, preparación o montaje.

Las asignaciones de los costos indirectos deben practicarse sobre bases razonables que
consideren la naturaleza del servicio adquirido o producido y la forma en que sus costos se han
generado.

En general, y con las particularidades indicadas más adelante, se adopta el modelo de “costeo
completo”, que considera “costos necesarios” tanto a los provenientes de los factores de
comportamiento variable como a los provenientes de los factores de comportamiento fijo que
intervienen en la producción.

Los componentes de los costos originalmente medidos en una moneda extranjera deben
convertirse a moneda argentina aplicando lo establecido para las transacciones por las normas de
pertinentes

Son válidas para los bienes de uso las notas y ejemplos sobre cuestiones generales y definiciones
sobre costos incluidas en el punto 3.1.1. del capítulo sobre bienes de cambio. Se sugiere remitirse
al mismo antes de proseguir con la lectura del presente.

Las normas sobre este punto aplicables a bienes de uso son las mismas que las que se estudiaron
en el capítulo de bienes de cambio. Se transcriben las principales al solo efecto de una mayor
celeridad en su consulta.
4
3.1.2.Bienes o servicios adquiridos
El costo de un bien o servicio adquirido es la suma del precio que debe pagarse por su adquisición
al contado y de la pertinente porción asignable de los costos de compras y control de calidad.

Si no se conociere el precio de contado o no existieren operaciones efectivamente basadas en él,


se lo reemplazará por una estimación basada en el valor descontado —a la fecha de adquisición—
del pago futuro a efectuar al proveedor (excluyendo los conceptos que sean recuperables, tales
como ciertos impuestos).

A este efecto, se utilizará una tasa de interés que refleje las evaluaciones que el mercado hace del
valor tiempo del dinero y de los riesgos específicos de la operación, correspondiente al momento
de la medición.

Los componentes financieros implícitos que, con motivo de la aplicación de las normas anteriores,
se segreguen de los precios correspondientes a operaciones a plazo son costos financieros que
deben ser tratados de acuerdo con las consideraciones incluidas en el punto 3.1.2 del capítulo de
bienes de cambio.
5
3.1.3.Bienes producidos
El costo de un bien producido es la suma de:
a) los costos de los materiales e insumos necesarios para su producción;

4
RT 17 4.2.2
5
RT 17 4.2.6

4
b) sus costos de conversión (mano de obra, servicios y otras cargas), tanto variables como
fijos;
c) los costos financieros que puedan asignárseles.

El costo de los bienes producidos no debe incluir la porción de los costos ocasionados por:
a) improductividades físicas o ineficiencias en el uso de los factores en general;
b) la ociosidad producida por la falta de aprovechamiento de los factores fijos originada en la
no utilización de la capacidad de planta a su “nivel de actividad normal”.

Los importes correspondientes a cantidades anormales de materiales, mano de obra u otros costos
de conversión desperdiciados, razonablemente determinables y que distorsionen el costo de los
bienes producidos, no participarán en su determinación y deben ser reconocidas como resultados
del período.

El “nivel de actividad normal” es el que corresponde a la producción que se espera alcanzar como
promedio de varios períodos bajo las circunstancias previstas, de modo que está por debajo de la
capacidad total y debe considerarse como un indicador realista y no como un objetivo ideal. El
número de períodos a considerar para el cálculo de dicho promedio debe establecerse con base en
el criterio profesional, teniendo en cuenta la naturaleza de los negocios del ente y otras
circunstancias vinculadas, entre otros, con los efectos cíclicos de la actividad, los ciclos de vida de
los productos elaborados y la precisión de los presupuestos.

Específicamente para los bienes de uso, las normas indican:

Los bienes de uso construidos, normalmente estarán terminados cuando el proceso físico de
construcción haya concluido.

Sin embargo, en algunos casos, para que el activo pueda ser utilizado de acuerdo con el uso
planeado, se debe cumplir además un proceso de puesta en marcha de duración variable,
durante el cual se lo somete a pruebas hasta que las mismas indican que se encuentra en
condiciones de operar dentro de los parámetros de consumo y producción especificados en el
proyecto inicial de construcción y considerados necesarios para lograr su viabilidad económica.

En esta situación:
a) los costos normales directamente asociados con dicho proceso, incluyendo los de las
pruebas efectuadas, deben agregarse al costo del bien;

Para los casos señalados, será necesario llevar registros que permitan identificar los costos
asociados a la puesta en funcionamiento del bien.

Dichos costos normalmente estarán incluidos en las partidas contables que habitualmente utilice la
empresa para su registración, por ejemplo, sueldos y jornales, energía eléctrica, mantenimiento de
bienes de uso, etc. También será necesario identificar la materia prima consumida en el proceso de
puesta a punto, ya que la misma no debería formar parte de los costos de los productos fabricados
con destino a la venta.

La totalidad de estos conceptos deberá ser imputado al costo del bien de uso que se esté alistando
para incorporar a los procesos productivos de la firma.

La activación de estos costos cesará cuando el bien alcance las condiciones de operación antes
mencionadas y no se prolongará si con posterioridad a ese momento el bien fuera utilizado por
debajo de su capacidad normal o generara pérdidas operativas.

b) cualquier ganancia que se obtuviere por la venta de producciones que tengan valor
comercial deberá tratarse como una reducción de los costos referidos en el inciso anterior.

5
Si los bienes generados en el proceso de prueba son aptos para su colocación en el mercado
mediante algún mecanismo, el importe será deducido del costo del bien. Dado que los sistemas de
facturación generan asientos de manera automática en relación a las ventas, probablemente se
deba reducir dicha cuenta de ingresos con otra que represente la activación de dichos importes
para la reducción del costo de un bien de uso.
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3.1.4.Bienes incorporados por aportes y donaciones
La medición original de estos bienes se efectuará a sus valores corrientes a la fecha de
incorporación.

Dado que la expresión “valores corrientes” incluye una serie de conceptos (de entrada, salida, uso)
la medición deberá realizarse con aquel que mejor represente el grado de avance en el proceso de
generación de resultados y sea representativo de la riqueza poseída.

Dependiendo del tipo de bien que se reciba, el tipo de valor corriente aplicable puede cambiar de
uno a otro de los mencionados a fin de cumplir con las premisas del párrafo anterior.

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3.1.5.Bienes incorporados por trueque
La medición original de estos bienes se efectuará a su costo de reposición a la fecha de
incorporación, reconociendo el correspondiente resultado por tenencia del activo entregado.

Para este caso, de manera específica, se indica que deberá elegirse de entre los valores
corrientes, al costo de reposición de la fecha de la incorporación.

Dado que no se realiza pago alguno por la metodología del trueque, es muy probable que exista
una diferencia de valor entre el costo de reposición del nuevo bien y la medición contable del bien
entregado.

Dicha medición será considerada resultado por tenencia e imputada al resultado del período.

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3.1.6. Costos financieros
El tratamiento de los costos financieros es el mismo que el aplicable para los bienes de cambio.

Se considerarán costos financieros los intereses (explícitos o implícitos), actualizaciones


monetarias, diferencias de cambio, premios por seguros de cambio o similares derivados de la
utilización de capital ajeno, netos, en su caso, de los correspondientes resultados por exposición al
cambio en el poder adquisitivo de la moneda.

Tratamiento preferible
Los costos financieros deben ser reconocidos como gastos del período en que se devengan.

Tratamiento alternativo permitido


Podrán activarse costos financieros en el costo de un activo cuando se cumplan estas condiciones:
a) el activo se encuentra en producción, construcción, montaje o terminación y tales
procesos, en razón de su naturaleza, son de duración prolongada;
b) tales procesos no se encuentran interrumpidos o sólo se encuentran interrumpidos por
demoras temporarias necesarias para preparar el activo para su uso o venta;

6
RT 17 4.2.3.
7
RT 17 4.2.4
8
RT 17 4.2.7.

6
c) el período de producción, construcción, montaje o terminación no excede del técnicamente
requerido;
d) las actividades necesarias para dejar el activo en condiciones de uso o venta no se
encuentran sustancialmente completas; y
e) el activo no está en condiciones de ser vendido, usado en la producción de otros bienes o
puesto en marcha, lo que correspondiere al propósito de su producción, construcción,
montaje o terminación.

En caso de ser aplicado el tratamiento alternativo debe hacerse consistentemente para todos los
costos financieros definidos por esta norma y con todos los activos que cumplan con las
condiciones indicadas previamente.

Las situaciones referidas en el inciso e) deben evaluarse para cada activo en particular, aunque la
producción, construcción, montaje o terminación forme parte de la de un grupo mayor de activos.

En este supuesto, la activación de los costos financieros debe limitarse a cada parte, al ser
terminada.

La imputación de los costos financieros se hará mensualmente, siguiendo las reglas que se
explican en los párrafos siguientes. Se admitirá el empleo de períodos más largos mientras esto no
produzca distorsiones significativas.

La metodología incluida en las normas es la siguiente:

Del total de los costos financieros, primero se activarán los que se hayan incurrido para financiar
total o parcialmente y en forma específica a los activos que cumplen con las condiciones señaladas
en los incisos a) a e) precedentes, siempre que tal financiación específica sea demostrable. Para
determinar el importe a activar, previamente se detraerán los ingresos financieros generados por
las colocaciones transitorias de fondos provenientes de préstamos destinados a la financiación
específica.

Para la asignación de costos financieros a los activos que cumplan con las condiciones señaladas
en los incisos a) a e) precedentes, pero no hayan sido financiados específicamente, se procederá
de la siguiente manera:
a) del total de deudas se excluirán las que guarden una identificación específica con los
activos financiados específicamente y cuyos costos financieros ya hayan sido asignados
por dicho motivo;
b) se calculará una tasa promedio mensual de los costos financieros correspondientes a las
deudas indicadas en el inciso precedente;
c) se determinarán los montos promedios mensuales de los activos que se encuentren en
producción, construcción, montaje o terminación, excluidos aquellos que hayan recibido
costos financieros por haber contado con financiación específica; y
d) se aplicará a las mediciones contables de los activos determinados en el inciso c) la tasa
de capitalización indicada en el inciso b).

Si existieran activos parcialmente financiados en forma específica, la activación de costos


financieros referida en el párrafo precedente se calculará sobre la porción no financiada
específicamente.

Los costos financieros que resulten activados (o, en su caso, deducidos) por la aplicación de los
procedimientos descriptos en esta sección no deben exceder a los incurridos durante el período.

7
3.2. Costos posteriores al momento de incorporación al activo
9
3.2.1.Medición contable
Las erogaciones posteriores al reconocimiento inicial de un activo se incorporarán como un
componente de éste cuando:

a) el desembolso constituya una mejora y sea probable que el activo genere ingresos netos
de fondos en exceso de los originalmente previstos, ya sea por:
1) un aumento en la vida útil estimada del activo (respecto de la original); o
2) un aumento en su capacidad de servicio; o
3) una mejora en la calidad de la producción; o
4) una reducción en los costos de operación.

b) las erogaciones se originen en tareas de mantenimiento o reacondicionamiento


mayores que solo permitan recuperar la capacidad de servicio del activo para lograr su
uso continuo, pero:
1) una medición confiable indique que toda la erogación o parte de ella es atribuible
al reemplazo o reacondicionamiento de uno o más componentes del activo que el
ente ha identificado;
2) la depreciación inmediatamente anterior de dichos componentes no haya sido
calculada en función de la vida útil del activo del cual ellos forman parte, sino de su
propio desgaste o agotamiento y a efectos de reflejar el consumo de su capacidad
para generar beneficios que se restablece con las mencionadas tareas de
mantenimiento; y
3) es probable que como consecuencia de la erogación fluyan hacia el ente
beneficios económicos futuros.

Las normas indican que las mejoras, para las que brindan elementos de juicio para determinar si
una erogación la constituye, deben incorporarse al costo de los bienes.

Adicionalmente se señala que ciertas reparaciones y mantenimientos son susceptibles de


incorporación al activo si cumplen con los requisitos impuestos.

Las restantes erogaciones posteriores a la incorporación del bien se considerarán reparaciones


imputables al período en que éstas se lleven a cabo.

4. Medición al cierre de cada ejercicio


4.1. Valor total del activo
10
Criterio general
Su medición contable se efectuará al costo original menos la depreciación acumulada.
11
4.1.1.Excepción. Los saldos de revalúo de bienes de uso

Normas profesionales anteriores a la 17 (RT10) han permitido que los bienes de uso sean
valuados a un valor técnico (de reposición por ejemplo). Este criterio tendría como consecuencia, la
generación de un resultado por tenencia. Sin embargo, para los bienes de uso en particular, el
tratamiento contable ha sido el de no incluir dichos resultados en el del ejercicio, sino considerarlo
directamente en un rubro de patrimonio neto conocido como “resultados diferidos”

9
RT 17 5.11.1.1
10
RT 17 5.11.1.1.
11
RT 17 8.2.2.

8
12
Este rubro está definido en la RT 9 como sigue:
“Son aquellos resultados que, de acuerdo con lo establecido por las normas contables
profesionales, se imputan directamente a rubros específicos del patrimonio neto, manteniéndose
en dichos rubros hasta que por la aplicación de las citadas normas deban imputarse al estado de
resultados”

En su momento, la revaluación de los bienes de uso produjo incrementos en el activo que, de


haber tenido como contrapartida algún concepto que incrementara el resultado del período, podría
haber perjudicado a la empresa si dicho valor hubiera sido tomado sin mayores consideraciones a
la hora de definir la distribución de dividendos a los socios.

Por esta causa, la diferencia de valor entre las mediciones originales y los valores de reposición
fue imputada en una partida de resultados diferidos referida a los bienes de uso y comúnmente
denominada “saldos de revalúo”.

En la actualidad, si bien no es aplicable el revalúo a los bienes de uso, los saldos residuales de la
aplicación pasada subsisten en algunos estados contables. Las normas contables indican los
13
criterios aplicables al respecto :

Los efectos residuales de los aumentos de mediciones contables de bienes de uso y asimilables
ocasionados por revalúos determinados y contabilizados de acuerdo con las normas de la
resolución técnica 10 (Normas contables profesionales):

a) no se excluirán de las mediciones contables de dichos bienes;


b) no darán lugar al reconocimiento de saldos de impuestos diferidos.

Los saldos de revalúos que deban mantenerse por aplicación de esta norma de transición serán
reducidos a medida que los bienes cuyos revalúos le dieron origen se consuman, vendan, retiren
de servicio o desvaloricen.

En general, la desafectación se efectuará por la diferencia entre:


a) los importes contabilizados en concepto de depreciación, valor residual de los bienes
vendidos, valor residual de los bienes retirados de servicio o desvalorización; y
b) los importes que se habrían contabilizado por los mismos conceptos si los bienes no
hubiesen sido revaluados.

De acuerdo a lo expuesto, se deberá disponer de información extracontable en papeles de trabajo


de donde pueda extraerse la información para realizar los cálculos indicados en el párrafo anterior.
En otras palabras, determinar claramente cuál hubiera sido el importe que tendrían los bienes de
uso si no se les hubiera practicado el revalúo a fin de determinar el importe de revalúo asignado
específicamente a dichos bienes y poder realizar, a posteriori, la desafectación de los mismos.

El cálculo deberá realizarse cada vez que se calcule una depreciación.

Si el saldo de revalúo hubiere sido parcialmente capitalizado, la desafectación se hará


considerando la proporción no capitalizada del saldo de revalúo original. Si hubieren existido dos o
más revalúos de los mismos bienes, esta norma se aplicará separadamente para cada uno de
ellos.
14
4.1.2. El modelo de revaluación
Criterio General

12
RT 9 V.B.2
13
RT 17 8.2.2
14
RT 17 5.11.1.2

9
Con posterioridad a su reconocimiento como activos, los bienes de uso (excepto activos
biológicos) se podrán medir por su valor revaluado, utilizando los criterios del Modelo de
revaluación que se describe en esta sección. El valor revaluado es el valor razonable al
momento de la revaluación. Se define como valor razonable al importe por el cual un activo
podría ser intercambiado entre partes interesadas y debidamente informadas, en una
transacción de contado, realizada en condiciones de independencia mutua. Para su
determinación se aplicarán los criterios establecidos en 5.11.1.1.2.2.

No se podrá optar por la utilización del modelo de revaluación para activos o clase de activos
integrantes de bienes de uso (excepto activos biológicos), cuando la contribución de tales
bienes a los futuros flujos de efectivo sea incierta. La existencia de una incertidumbre acerca
de la recuperabilidad del mayor valor que sería incorporado a los referidos activos, en el caso
de procederse a su revaluación, tornará inaceptable la adopción de dicho modelo. Si en un
ejercicio posterior a la adopción del modelo de revaluación, se manifestara una incertidumbre
con relación a la recuperabilidad del valor de esos activos o clase de activos revaluados, no se
podrá contabilizar una nueva revaluación que incremente sus valores, en tanto se mantenga la
referida incertidumbre.

Bases para el cálculo de los valores revaluados

Los importes revaluados de bienes de uso podrán obtenerse por el trabajo realizado por
personal propio o mediante servicios de un tasador o especialista en valuaciones que reúna
condiciones de idoneidad y de independencia respecto de la entidad. La información que surja
de este trabajo deberá estar documentada.

La determinación de los importes revaluados de bienes de uso (excepto activos biológicos),


debe hacerse en función de las siguientes bases, en orden jerárquico:

a) Bienes para los que existe un mercado activo en su condición actual: se determinarán en
base al valor de mercado por la venta al contado en dicho mercado de los bienes motivo
de la revaluación.

b) Bienes para los que no existe un mercado activo en su condición actual, pero existe dicho
mercado activo para bienes nuevos (sin uso) equivalentes en capacidad de servicio a los
que son motivo de la revaluación: se determinarán en base al valor de mercado por la
venta al contado en dicho mercado de los bienes nuevos equivalentes en capacidad de
servicio, neto de las depreciaciones acumuladas que corresponda calcular para convertir el
valor de los bienes nuevos a un valor equivalente al de los bienes usados motivo de la
revaluación, a la fecha en que dicha revaluación se practique. Deberá considerarse el valor
de mercado de cada bien tal como lo utiliza la entidad, aunque puede dividírselo en partes
componentes susceptibles de venderse separadamente, como punto de partida para
determinar los valores residuales equivalentes. Para el cálculo de las depreciaciones
acumuladas se deberá considerar la incidencia de todos los factores que contribuyen a su
mejor determinación, entre ellos, desgaste, deterioro físico, desgaste funcional,
obsolescencia o deterioro tecnológico.

c) Bienes para los que no existe un mercado activo en las formas previstas en los apartados
15
a) y b) anteriores . Se determinarán: (i) al valor estimado a partir de la utilización de
técnicas de valuación que arriban a valores del presente o descontados a partir de
importes futuros (por ejemplo flujos netos de efectivo o ingresos menos gastos ajustados
para asimilarlos a flujos de fondos); o (ii) al importe estimado a partir de un costo de
reposición, pero computando las depreciaciones que correspondan según la vida útil ya

15
Se trata de bienes de características particulares o que normalmente podrían ser vendidos como parte de una unidad de
negocios en funcionamiento y no en forma individual (por ejemplo, una línea de producción) u otro tipo de bienes.

10
consumida de los bienes, considerando para su cálculo la incidencia de los factores
mencionados en el apartado b).

Un mercado activo es aquél en el que las transacciones de los activos o pasivos tienen lugar
con frecuencia y volumen suficiente para proporcionar información para fijar precios sobre una
base de negocio en marcha.

Frecuencia de las revaluaciones

Las revaluaciones se harán con una regularidad que permita asegurar que el importe contable
no difiera significativamente del valor razonable a la fecha de cierre del período o ejercicio. En
consecuencia, la frecuencia de las revaluaciones dependerá de los cambios que experimenten
los valores razonables de los elementos de bienes revaluados. Cuando el valor razonable del
activo revaluado difiera significativamente de su importe contable, será necesaria una nueva
revaluación. Algunos elementos de los bienes revaluados, experimentan cambios significativos
y frecuentes en su valor razonable, por lo que necesitarán revaluaciones cada vez que se
presenten estados contables. Tales revaluaciones serán innecesarias para elementos
integrantes de los bienes revaluados que experimenten variaciones no significativas en su
valor razonable. Para este tipo de bienes, pueden ser suficientes revaluaciones practicadas
con una frecuencia de entre tres y cinco años.

Tratamiento de la depreciación acumulada

Cuando se revalúe un elemento integrante de los bienes de uso la depreciación acumulada a


la fecha de la revaluación puede ser tratada de cualquiera de las siguientes maneras:

a) recalcularse proporcionalmente a la revaluación que se practique sobre el importe contable


de origen del bien, de manera que el importe residual contable de dicho bien después de la
revaluación, sea igual a su importe revaluado.

b) eliminarse contra el valor de origen del activo, de manera que lo que se revalúa sea el
importe contable neto resultante, hasta alcanzar el importe revaluado del activo.

El monto del ajuste en la depreciación acumulada, que surge del recálculo o de la eliminación
que se indican en a) y b), forma parte del incremento o disminución a registrar en el importe
contable del activo.

Tratamiento uniforme de clases de bienes de uso

Si se aplica el modelo de revaluación a un elemento integrante de los bienes de uso debe


aplicarse el mismo modelo también a todos los elementos que pertenezcan a la misma clase
de activo, dentro de cada rubro.

Una clase de elementos pertenecientes a bienes revaluados, es un conjunto de activos de


similar naturaleza y uso en las operaciones de una entidad. Los siguientes son ejemplos de
clases separadas:

a) terrenos;

b) terrenos y edificios;

c) maquinaria;

d) instalaciones;

e) equipo de oficina;

11
f) muebles y útiles;

g) rodados;

h) aeronaves;

i) embarcaciones.

Los elementos pertenecientes a una clase se revaluarán simultáneamente con el fin de evitar
revaluaciones selectivas, y para evitar la inclusión en los estados contables de partidas que
contendrían una mezcla de costos y valores referidos a diferentes fechas. No obstante, una
clase de activos puede ser revaluada en etapas siempre que la revaluación de esa clase se
complete en un intervalo suficientemente corto de tiempo como para que los valores se
mantengan constantemente actualizados.

La determinación de las clases de activos para las que una entidad resuelva utilizar el modelo
de revaluación, cuando posea participaciones en otras sociedades que le otorguen control o
control conjunto, se efectuará al nivel de los estados contables consolidados (por consolidación
total o consolidación proporcional), involucrando por ende, los mismos tipos de activos de
todas esas sociedades cuyos patrimonios están incluidos en tales estados contables
consolidados.

Contabilización de la revaluación

Cuando se incremente el importe contable de un elemento integrante de una clase de bienes


de uso como consecuencia de una revaluación, en la primera oportunidad en que se adopte tal
criterio, tal aumento se acreditará directamente a una cuenta que se denominará Saldo por
revaluación, integrante del patrimonio neto, que se expondrá en el rubro Resultados diferidos
(Sección B.2. del capítulo V – Estado de evolución del patrimonio neto de la segunda parte de
la Resolución Técnica N° 9). Si existiera una desvalorización contabilizada en el pasado para
los mismos bienes que se revalúan, en primer lugar deberá recuperarse tal desvalorización con
crédito al resultado del ejercicio y luego proceder a la contabilización de la revaluación,
imputando la diferencia remanente al referido Saldo por revaluación.

En posteriores revaluaciones, el incremento también se reconocerá mediante una acreditación


a la cuenta de Saldo por revaluación antes mencionada. No obstante, el incremento se
reconocerá en el resultado del ejercicio en la medida en que constituya una reversión de una
disminución por un ajuste por baja de valor del mismo bien, que haya sido reconocido en
resultados.

Cuando la revaluación de un activo origine la recuperación de pérdidas por desvalorización o


baja de valor reconocidas para ese mismo activo en el resultado de un período anterior, el
importe a acreditar en el estado de resultados del ejercicio de la revaluación no podrá superar
al de la pérdida original reducida por la depreciación adicional que se hubiera reconocido de no
haberse registrado la desvalorización o baja de valor.

Cuando se reduzca el importe contable de un activo como consecuencia de una revaluación,


en la primera oportunidad en que se adopte tal criterio, tal disminución se reconocerá en el
resultado del ejercicio.

En posteriores revaluaciones, en caso de requerirse una disminución del último valor


revaluado, ésta se imputará como un débito al Saldo por revaluación existente, y el remanente
de dicha disminución, si lo hubiere, será reconocido en el resultado del ejercicio. El
mencionado débito no podrá superar el monto de la revaluación neta de su depreciación,
contenido en el importe contable del correspondiente activo.

12
Cuando para elementos integrantes de bienes revaluados contabilizados en base al modelo de
revaluación, deba reconocerse una pérdida por desvalorización o su reversión, producto de la
aplicación de las normas de la sección 4.4. (Comparaciones con valores recuperables), el
tratamiento contable será el mismo establecido en los párrafos precedentes para la
disminución del importe contable de un activo como consecuencia de una revaluación y para la
reversión de esa disminución en una revaluación posterior.

Las comparaciones entre importe revaluado e importe contable anterior a la revaluación deben
efectuarse bien por bien, a los efectos de la contabilización de la contrapartida (saldo por
revaluación o resultados) tanto en la primera oportunidad en que se aplica el modelo como en
las posteriores.

Tratamiento del saldo por revaluación

El saldo por revaluación de un elemento de bienes revaluados, incluido en el patrimonio neto,


podrá ser transferido directamente a resultados no asignados, cuando se produzca la baja de
ese elemento, o en un momento posterior. Esto podría implicar la transferencia total del saldo
por revaluación recién cuando el activo sea retirado, o cuando la entidad disponga de él por
venta u otra razón, o en un momento posterior. Sin embargo, una parte del saldo por
revaluación podrá transferirse a resultados no asignados, a medida que el activo sea
consumido por la entidad. En ese caso, el importe a transferir del Saldo por revaluación será
igual a la diferencia entre la depreciación calculada según el valor revaluado del activo y la
depreciación que se hubiera computado sobre la base de su costo original. Las transferencias
desde el Saldo por revaluación a los resultados no asignados, en ningún caso pasarán por el
resultado del ejercicio. Un cambio entre las alternativas de mantener el Saldo por revaluación o
transferirlo a resultados no asignados ya sea por retiro, disposición o consumo, constituye un
cambio de política contable y, por lo tanto, deberá aplicarse el tratamiento dispuesto en la
Sección 4.10 (Modificaciones de resultados de ejercicios anteriores) El saldo por revaluación
no es distribuible ni capitalizable mientras permanezca como tal. Es decir, aun cuando la
totalidad o una parte del saldo por revaluación se relacione con activos que se consumieron o
fueron dados de baja, la posibilidad de su distribución o capitalización sólo podrá darse a partir
del momento en que la entidad decida su desafectación mediante su transferencia a resultados
no asignados.

El saldo por revaluación deberá representar, como mínimo, el valor residual de la revaluación
practicada a cada elemento de la clase de activos integrante de bienes revaluados para los
que se optó por el modelo de revaluación, neto del efecto de imputar al referido saldo por
revaluación el débito por la constitución del pasivo por impuesto diferido (cuando el ente
aplique ese método para contabilizar el impuesto a las ganancias). Cuando la política contable
de una entidad sea no transferir el Saldo por revaluación a los resultados no asignados a
medida que se consumen los activos revaluados que dieron origen al Saldo por revaluación, o
bien efectuar la transferencia a resultados no asignados recién cuando esos activos revaluados
se den de baja, igualmente será necesario calcular la porción del Saldo por revaluación
correspondiente al valor residual de la revaluación practicada a uno o más elementos de
bienes revaluados, para proceder a su disminución cuando ello corresponda por aplicación de
las normas indicadas en 5.11.1.1.2.6 (Contabilización de la revaluación) o por otras razones.

Efecto de la revaluación sobre el impuesto a las ganancias

Los efectos de la revaluación de bienes de uso sobre el impuesto a las ganancias, al originar o
modificar las diferencias entre el importe contable y la base impositiva de los bienes revaluados
se contabilizarán y expondrán de acuerdo con la sección 5.19.6.3 (Impuestos diferidos).

En todos los casos en que tales diferencias tengan su contrapartida en el saldo por
revaluación, el débito por la constitución del pasivo por impuesto diferido se imputará al mismo

13
saldo por revaluación, sin afectar los resultados del ejercicio. Sin embargo, la reducción en el
pasivo por impuesto diferido, a medida que se revierte la diferencia temporaria que lo generó,
no se acreditará al saldo por revaluación sino que se incorporará al resultado del ejercicio. Esta
imputación al resultado del ejercicio compensa el mayor impuesto corriente que se genera en
cada ejercicio por la imposibilidad de deducir fiscalmente la porción de la depreciación
correspondiente a la revaluación practicada.

Cuando se opte por el criterio de transferir el saldo por revaluación a resultados no asignados
ya sea por retiro, disposición o consumo, según se establece en 5.11.1.1.2.7 (Tratamiento del
saldo por revaluación), tales transferencias deben efectuarse netas del correspondiente efecto
del impuesto diferido.

Requisitos para la contabilización de revaluaciones

Para la contabilización de revaluaciones de bienes de uso, deberá contarse con la aprobación


del respectivo órgano de administración, según el tipo de entidad.

La aprobación por el respectivo órgano de administración según el tipo de entidad, de estados


contables que incluyan bienes revaluados a su valor razonable en base a las normas
contenidas en esta sección, implicará la existencia de:

a) Apropiada documentación de respaldo de dicha medición.

b) Una política contable escrita y aprobada por el mismo órgano de administración, que
describa el método o la técnica de valuación adoptada.

Mecanismos de monitoreo y confirmación de que dicha política contable haya sido aplicada en la
preparación de los estados contables.

4.2. Depreciaciones16
Se podría abordar la temática de las depreciaciones indicando que las mismas son el reflejo
contable de la pérdida de valor de ciertos bienes de uso frente a factores que modifican
(normalmente disminuyen) la capacidad de los mismos para generar flujos de fondos en el futuro.

Los métodos habituales de cálculo se basan:


a) En el transcurso del tiempo
a. Constante
b. Creciente
c. Decreciente
b) En una capacidad de producción

Para la aplicación de cualquiera de los mismos, es preciso determinar un valor de recupero o


rezago, que es el que se estima tendrá el bien al final de la vida útil estimada.

De manera independiente al método utilizado para calcular la misma, es necesario realizar dichos
17
cálculos a la luz de las consideraciones que proporcionan las normas:

Para el cómputo de las depreciaciones se considerará, para cada bien:


a) su medición contable;
b) su naturaleza;
c) su fecha de puesta en marcha, que es el momento a partir del cual deben computarse
depreciaciones;

16
RT 17 5.11.1.2
17
RT 17 5.11.1.2

14
d) si existen evidencias de pérdida de valor anteriores a la puesta en marcha, caso en el cual
debe reconocérselas;
e) su capacidad de servicio, a ser estimada considerando:
1) el tipo de explotación en que se utiliza el bien;
2) la política de mantenimiento seguida por el ente;
3) la posible obsolescencia del bien debida, por ejemplo, a cambios tecnológicos o en
el mercado de los bienes producidos mediante su empleo;
f) la posibilidad de que algunas partes importantes integrantes del bien sufran un desgaste o
agotamiento distinto al del resto de sus componentes;
g) el valor neto de realización que se espera tendrá el bien cuando se agote su capacidad de
servicio, determinado de acuerdo con las normas de la sección 4.3.2 (Determinación de
valores netos de realización) de la RT 17 (lo que implica considerar, en su caso, los costos
de desmantelamiento del activo y de la restauración del emplazamiento de los bienes);
h) la capacidad de servicio del bien ya utilizada debido al desgaste o agotamiento normal;
i) los deterioros que pudiere haber sufrido el bien por averías u otras razones.

Tras el reconocimiento de una pérdida de valor o de una reversión de la pérdida de valor por
aplicación de las normas de la sección 4.4 (Comparaciones con valores recuperables), los cargos
por depreciación deben ser adecuados para distribuir la nueva medición contable del activo (menos
su valor recuperable final), de una forma sistemática a lo largo de la vida útil restante del bien.

Si apareciesen nuevas estimaciones —debidamente fundadas— de la capacidad de servicio de los


bienes, de su valor recuperable final o de cualquier otro elemento considerado para el cálculo de
las depreciaciones, las posteriores a la fecha de exteriorización de tales elementos deberán ser
adecuadas a la nueva evidencia.

4.3. Comparaciones con valores recuperables


La comparación con un valor que actúe como tope de valuación para los activos, asegura que los
importes contenidos en los estados contables no estés sobrevalorados en relación a lo que podría
conseguirse por el mismo, ya sea en términos de su realización (venta) o su uso.
18
4.3.1.Criterio general
Ningún activo (o grupo homogéneo de activos) podrá presentarse en los estados contables por un
importe superior a su valor recuperable, entendido como el mayor importe entre:

a) su valor neto de realización,


b) su valor de uso, definido como el valor actual esperado de los flujos netos de fondos que
deberían surgir del uso de los bienes y de su disposición al final de su vida útil (o de su
venta anticipada, si ella hubiera sido resuelta).

19
4.3.2.Frecuencia de las comparaciones
Las comparaciones entre las mediciones contables primarias de los activos y sus correspondientes
valores recuperables deben hacerse cada vez que se preparen estados contables, en los casos de:
la comparación con el valor recuperable deberá hacerse cada vez que se preparen estados
contables cuando:
1. el activo incluya cualquier intangible empleado en la producción o venta de bienes y
servicios o un valor llave, en la medida que se deprecien a lo largo de más de veinte
años desde la fecha de su incorporación al activo; o
2. existe algún indicio de que tales activos se hayan desvalorizado (o de que una
desvalorización anterior se haya revertido).

18
RT 17 4.4.1
19
RT 17 4.4.2

15
Lo consignado en el segundo punto anterior es lo más probable para los bienes de uso, por lo que
se deberán tener en cuenta los siguientes lineamientos.

Los indicios a considerar con el propósito indicado en los párrafos anteriores son, como mínimo,
los siguientes (los indicados entre paréntesis corresponden a situaciones en que se podrían haber
revertido desvalorizaciones anteriores):

a) de origen externo:
1. declinaciones (o aumentos) en los valores de mercado de los bienes que sean superiores a
las que debería esperarse con motivo del mero transcurso del tiempo;
2. cambios importantes ocurridos o que se espera ocurrirán próximamente en los mercados y
en los contextos tecnológico, económico o legal en que opera el ente y que lo afectan
adversamente (o favorablemente);
3. aumentos (o disminuciones) en las tasas de interés que afecten la tasa de descuento
utilizada para calcular el valor de uso del activo, disminuyendo (o aumentando) su valor
recuperable en forma significativa;
4. disminución (o aumento) del valor total de las acciones del ente no atribuibles a las
variaciones de su patrimonio contable;

b) de origen interno:
a. evidencias de obsolescencia o daño físico del activo;
b. cambios ocurridos o que se espera ocurrirán próximamente en la manera en que
los bienes son o serán usados, como los motivados por planes de descontinuación
o reestructuración de operaciones o por haberse decidido que la venta de los
bienes se producirá antes de la fecha originalmente prevista (o por haberse
efectuado mejoras que incrementan las prestaciones de los bienes);
c. evidencias de que las prestaciones de los bienes son peores (o mejores) que las
anteriormente previstas;
d. expectativas (o desaparición de ellas) de pérdidas operativas futuras;

c) las brechas observadas en anteriores comparaciones de las mediciones contables primarias


con los valores recuperables de los bienes.
20
4.3.3.Niveles de comparación

Las comparaciones con valores recuperables se harán al nivel de cada bien o, si correspondiera,
grupo homogéneo de bienes.
21
Específicamente para los bienes de uso se indica:

Las comparaciones con el valor recuperable deben hacerse:


a) al nivel de cada bien o, si esto no fuera posible,
b) al nivel de cada “unidad generadora de efectivo”.

La imposibilidad de realizar las comparaciones del inciso a), debe basarse en fundamentos
objetivos.

Se consideran “unidades generadoras de efectivo” a los grupos identificables más pequeños de


bienes de uso e intangibles cuyo uso continuo genera entradas de fondos mayormente
independientes de las producidas por el uso de otros activos o grupos de activos.

En principio, se definirán unidades generadoras de efectivo que no incluyan a los activos generales
y a la llave de negocio (si estuviere contabilizada). Se consideran “activos generales” a los que

20
RT 17 4.4.3.1
21
RT 17 4.4.3.3

16
contribuyen a la obtención de flujos de efectivo futuros en todas las unidades generadoras de
efectivo existentes y son distintos del valor llave (por ejemplo: los edificios de la administración
general o del centro de cómputos).

Luego, y por separado, se intentará la asignación de los activos generales y la llave de negocio a
las unidades generadoras de efectivo definidas o a grupos de ellas.

Si la asignación recién referida es posible, la comparación entre las mediciones contables previas y
los valores recuperables se hará para cada unidad generadora de efectivo, incluyendo en la
medición contable de ésta a la porción asignada de los activos generales y de la llave.

Si dicha asignación no fuere posible, se harán dos comparaciones:


a) la primera, para cada unidad generadora de efectivo, sin incluir en la medición contable de
ésta ninguna porción asignada de los activos generales y de la llave;
b) la segunda, al nivel de la unidad generadora de efectivo más pequeña a la cual puedan
asignarse la llave de negocio y los activos generales sobre una base razonable y
consistente.

Cuando exista un mercado activo para el producto de la utilización de uno o más bienes, se
considerará que éstos integran una unidad generadora de efectivo, incluso cuando dicho producto
no sea vendido sino empleado internamente (aunque sea parcialmente).

Las unidades generadoras de efectivo que se definan serán utilizadas consistentemente, salvo
cuando pueda justificarse un cambio de agrupamientos.

22
4.3.4.Imputación de las pérdidas por desvalorización
Las pérdidas por desvalorización deben imputarse al resultado del período, salvo las que reversen
valorizaciones incluidas en saldos de revalúos mantenidos por aplicación de las normas aplicables
a revalúos, que reducirán dichos saldos.

Las pérdidas resultantes de las comparaciones entre mediciones contables y valores recuperables
correspondientes a bienes individuales reducirán las primeras.

Las pérdidas resultantes de las comparaciones entre mediciones contables y valores recuperables
de unidades generadoras de efectivo, se imputarán en el siguiente orden:
a) a la llave de negocio asignada a ellos;
b) a los otros activos intangibles asignados a ellos, y si quedare un remanente;
c) se lo prorrateará entre los restantes bienes incluidos en la medición contable que
se compara, en proporción a sus mediciones (anteriores al cómputo de la
desvalorización).

De existir un reconocimiento para bienes de uso, lo habitual es que no tengan llave de negocio
asignada a los mismos, por lo que el procedimiento aplicable en el inciso c) anterior es el de mayor
aplicación. Es decir, dentro de cada unidad generadora de efectivo existirá un detalle de bienes
que lo componen. La disminución de valor será prorrateada entre los mismos.
23
4.3.5.Reversiones de pérdidas por desvalorización

Las pérdidas por desvalorización reconocidas en períodos anteriores sólo deben reversarse
cuando, con posterioridad a la fecha de su determinación, se produzca un cambio en las
estimaciones efectuadas para determinar los valores recuperables.

22
RT 17 4.4.6
23
RT 17 4.4.7

17
En tal caso, la medición contable del activo o activos relacionados debe elevarse al menor importe
entre:
a) la medición contable que el activo o grupo de activos habría tenido si nunca se hubiese
reconocido una pérdida por desvalorización; y
b) su valor recuperable.

Las reversiones de pérdidas por desvalorización se imputarán al resultado del período, excepto en
la medida en que reversen desvalorizaciones de bienes revaluados previamente por aplicación de
normas que lo hubieren permitido, en cuyo caso:

a) el incremento de la medición contable del activo hasta el importe que habría tenido si
nunca hubiese sido revaluado, se reconocerá como una ganancia;

b) el resto aumentará el saldo de revalúo.

Las reversiones de pérdidas resultantes de las comparaciones entre mediciones contables y


valores recuperables correspondientes a bienes individuales se agregarán a las mediciones
contables de estos.

Las reversiones de pérdidas resultantes de las comparaciones entre la medición contable y el valor
recuperable de una unidad generadora de efectivo se agregarán a las mediciones contables de los
activos en el siguiente orden:
a) primero, a los activos integrantes de la unidad que sean distintos a la llave de negocio,
en proporción a sus mediciones contables (anteriores al cómputo de la
desvalorización), con la siguiente limitación: ningún activo debe quedar por encima del
menor importe entre:
1) su valor recuperable (si fuere determinable); y
2) la medición contable que el activo habría tenido si nunca se hubiese reconocido la
desvalorización previa;
c) si la asignación anterior fuera incompleta debido a la aplicación de los topes indicados,
se efectuará un nuevo prorrateo entre los bienes individuales de la unidad que no haya
alcanzado dichos límites;
d) el remanente no asignado será agregado al valor llave que estuviere asignado a la
unidad, siempre que se cumplan las condiciones expuestas en el párrafo siguiente.

El hecho de que la pérdida de valor reconocida para un activo haya desaparecido total o
parcialmente puede indicar que la vida útil restante, que el método de amortización o que el valor
residual necesitan ser revisados, aunque el indicio no lleve a la reversión de la pérdida de valor del
activo.

5. Bienes de uso destinados a la venta


El punto se refiere a los bienes de uso que, aún en funcionamiento o retirados de servicio, se
encuentran con un destino diferente a aquel para el cual fueron adquiridos, en este caso, la venta.

Se incluyen en esta sección los activos no corrientes (excepto participaciones permanentes en


otras sociedades y participaciones no societarias en negocios conjuntos) mantenidos para la
venta y los bienes retirados de servicio.

Se consideran activos no corrientes mantenidos para la venta a aquellos que cumplen con las
siguientes condiciones:

a) el activo debe estar disponible, en sus condiciones actuales, para su venta inmediata,
sujeto exclusivamente a los términos usuales y habituales para la venta de estos activos;

18
b) su venta debe ser altamente probable;

c) debe esperarse que la venta se produzca dentro del año de la fecha de la clasificación.

No se incluyen en esta sección las propiedades adquiridas con el propósito de venderlas en el


curso normal de las operaciones del negocio o que se encuentren en proceso de construcción
o desarrollo con vistas a dicha venta, todas los cuales se considerarán bienes de cambio y su
medición se efectuará aplicando los criterios descriptos en la sección 5.5 (Bienes de cambio)

La medición contable de estos bienes se efectuará, alternativamente, de acuerdo con alguno


de los siguientes criterios primarios:

b) al costo original menos su depreciación acumulada, siguiendo los criterios descriptos en la


sección 5.11.1 (Bienes de uso excepto activos biológicos), o

c) a su valor neto de realización, determinado de acuerdo con las normas de la sección 4.3.2
(Determinación de valores netos de realización).

Si el valor neto de realización es mayor que la medición contable anterior, se reconocerá la


ganancia resultante, siempre que:

a) exista un mercado efectivo para la negociación de los bienes y su valor neto de realización
pueda determinarse sobre la base de transacciones de mercado cercanas a la fecha de
cierre para bienes similares; o

b) el precio de venta esté asegurado por contrato.

Si no se cumple alguna de las condiciones anteriores, la medición contable se efectuará al


costo original (o al último valor corriente) que se hubiere contabilizado, menos su depreciación
acumulada, siguiendo los criterios descriptos en la sección 5.11.1 (Bienes de uso excepto
activos biológicos).

6. Normas internacionales
6.1. Generalidades
La norma aplicable para los bienes de uso es la NIC 16: Propiedades, planta y equipo. Su objetivo
es el siguiente:

1. El objetivo de esta Norma es prescribir el tratamiento contable del inmovilizado material, de


forma que los usuarios de los estados financieros puedan conocer la información acerca de la
inversión que la entidad tiene en su inmovilizado material, así como los cambios que se hayan
producido en dicha inversión. Los principales problemas que presenta el reconocimiento
contable del inmovilizado material son la contabilización de los activos, la determinación de su
importe en libros y los cargos por amortización y pérdidas por deterioro que deben
reconocerse con relación a los mismos.

La definición de activo material es:


1) Activos tangibles que posee una entidad para su uso en la producción o suministro de
bienes y servicios, para arrendarlos a terceros o para propósitos administrativos; y

2) se esperan usar durante más de un ejercicio.

Las NIIF contienen en su definición una expresión temporal de duración de los mismos. No se trata

19
el caso de activos recibidos por donación, pero tampoco se prohíbe su reconocimiento.

A diferencia de las normas argentinas, las NIIF contienen una serie de definiciones relacionadas al
rubro:

6. Los siguientes términos se usan, en la presente Norma, con el significado que a


continuación se especifica:
Amortización es la distribución sistemática del importe amortizable de un activo a lo largo
de su vida útil.

Costo es el importe de efectivo o medios líquidos equivalentes al efectivo pagados, o el valor


razonable de la contraprestación entregada, para comprar un activo en el momento de su
adquisición o construcción o, cuando sea aplicable, el importe atribuido a ese activo cuando
sea inicialmente reconocido de acuerdo con los requerimientos específicos de otras NIIF, por
ejemplo, de la NIIF 2 Pagos basados en acciones.

Importe amortizable es el costo de un activo, o el importe que lo haya sustituido, menos su valor
residual.

Importe en libros es el importe por el que se reconoce un activo, una vez deducidas la
amortización acumulada y las pérdidas por deterioro del valor acumuladas.

Importe recuperable es el mayor entre el precio de venta neto de un activo y su valor


de uso.

La pérdida por deterioro es la cantidad en que excede el importe en libros de un activo a su importe
recuperable.

Valor específico para la entidad es el valor actual de los flujos de efectivo que la entidad espera
recibir por el uso continuado de un activo y por la enajenación o disposición por otra vía del mismo
al término de su vida útil. En el caso de un pasivo, es el valor actual de los flujos de efectivo en que
se espera incurrir para cancelarlo.

Valor razonable es el importe por el cual podría ser intercambiado un activo, o cancelado un
pasivo, entre partes interesadas y debidamente informadas, en una transacción realizada en
condiciones de independencia mutua.

El valor residual de un activo es el importe estimado que la entidad podría obtener


actualmente por la enajenación o disposición por otra vía del activo, después de deducir los costes
estimados por tal enajenación o disposición, si el activo ya hubiera alcanzado la antigüedad y las
demás condiciones esperadas al término de su vida útil.

Vida útil es:


(a) el periodo durante el cual se espera utilizar el activo amortizable por parte de la
entidad; o bien
(b) el número de unidades de producción o similares que se espera obtener del mismo por parte
de la entidad.

20
Reconocimiento

7. Un elemento de inmovilizado material se reconocerá como activo cuando:


(a) sea probable que la entidad obtenga los beneficios económicos futuros derivados del
mismo; y
(b) el costo del activo para la entidad pueda ser valorado con fiabilidad.

8. Las piezas de repuesto y el equipo auxiliar se contabilizan habitualmente como


existencias y se reconocen en el resultado del ejercicio cuando se consumen. Sin embargo, las
piezas de repuesto importantes y el equipo de mantenimiento permanente, que la entidad espere
utilizar durante más de un ejercicio, cumplen normalmente las condiciones para ser calificados
como elementos de inmovilizado material. De forma similar, si las piezas de repuesto y el
equipo auxiliar sólo pudieran ser utilizados con relación a un elemento de inmovilizado
material, se contabilizarán como inmovilizado material.

9. Esta Norma no establece la unidad de valoración para propósitos de reconocimiento, por


ejemplo no dice en qué consiste un elemento de inmovilizado material. Por ello, se requiere la
realización de juicios para aplicar los criterios de reconocimiento a las circunstancias
específicas de la entidad. Podría ser apropiado agregar partidas que individualmente son
poco significativas, tales como moldes, herramientas y troqueles, y aplicar los criterios
pertinentes a los valores totales de las mismas.

10. La entidad evaluará, de acuerdo con este principio de reconocimiento, todos los costes de
inmovilizado material en el momento en que se incurra en ellos. Estos costes
comprenden tanto aquéllos en que se ha incurrido inicialmente para adquirir o construir un
elemento de inmovilizado material, como los costes incurridos posteriormente para añadir, sustituir
parte de o mantener el elemento correspondiente.

De acuerdo a los párrafos precedentes, el cálculo de los costos es similar, pero más detallado, que
el descripto por las normas nacionales.

6.2. Medición inicial

15. Todo elemento de inmovilizado material, que cumpla las condiciones para ser
reconocido como un activo, se valorará por su coste.

Componentes del costo

16. El coste de los elementos de inmovilizado material comprende:


(a) su precio de adquisición, incluidos los aranceles de importación y los impuestos
indirectos no recuperables que recaigan sobre la adquisición, después de deducir cualquier
descuento comercial o rebaja del precio;

(b) cualquier coste directamente relacionado con la ubicación del activo en el lugar y en las
condiciones necesarias para que pueda operar de la forma prevista por la dirección;

(c) la estimación inicial de los costes de desmantelamiento o retiro del elemento, así como la
rehabilitación del lugar sobre el que se asienta, cuando constituyan obligaciones en las que

21
incurra la entidad como consecuencia de utilizar el elemento durante un determinado periodo,
con propósitos distintos del de la producción de existencias durante tal periodo.

Los componentes del costo son similares a las normas nacionales, exponiendo de manera
específica a los costos de desmantelamiento o retiro y rehabilitación del lugar, calculada como una
estimación inicial de los mismos.

La valoración de los elementos deberá realizarse por sus importes de contado.

22. El costo de un activo construido por la propia entidad se determinará utilizando los
mismos principios que si fuera un elemento de inmovilizado material adquirido. Si la entidad
fabrica activos similares para su venta, en el curso normal de su explotación, el coste del
activo será, normalmente, el mismo que tengan el resto de los producidos para la venta (véase la
NIC 2 Existencias). Por tanto, se eliminará cualquier ganancia interna para obtener el coste de
adquisición de dichos activos. De forma similar, no se incluirán en el coste de producción del
activo, las cantidades que excedan de los rangos normales de consumo de materiales, mano
de obra u otros factores empleados. En la NIC 23 Costos por intereses, se establecen los
criterios para el reconocimiento de los intereses como componentes del importe en libros
de un elemento de inmovilizado material construido por la propia entidad.

Las normas sobre cómputo de costos en bienes construidos son similares a las nacionales

6.3. Costos posteriores


12. De acuerdo con el criterio de reconocimiento contenido en el párrafo 7, la entidad no
reconocerá, en el importe en libros de un elemento de inmovilizado material, los costes
derivados del mantenimiento diario del elemento. Tales costes se reconocerán en el
resultado del ejercicio cuando se incurra en ellos. Los costes del mantenimiento diario son
principalmente los costes de mano de obra y los consumibles, que pueden incluir el coste de
pequeños componentes. El objetivo de estos desembolsos se describe a menudo como
reparaciones y conservación' del elemento de inmovilizado material.

Si bien no se hace expresamente alusión a las mejoras, se interpreta que el contenido del párrafo 7
sobre la incorporación inicial las incluye en tanto y en cuanto se cumplan sus condiciones.

29. La entidad elegirá como política contable el modelo del costo (párrafo 30) o el modelo de
revalorización (párrafo 31), y aplicará esa política a todos los elementos que compongan
una clase de inmovilizado material.

Modelo del costo

30. Con posterioridad a su reconocimiento como activo, un elemento de inmovilizado


material se contabilizará por su coste de adquisición menos la amortización acumulada y el importe
acumulado de las pérdidas por deterioro del valor.

Modelo de revalorización

31. Con posterioridad a su reconocimiento como activo, un elemento de inmovilizado


material cuyo valor razonable pueda medirse con fiabilidad, se contabilizará por su valor

22
revalorizado, que es su valor razonable, en el momento de la revalorización, menos la
amortización acumulada y el importe acumulado de las pérdidas por deterioro de valor que haya
sufrido. Las revalorizaciones se harán con suficiente regularidad, para asegurar que el importe
en libros, en todo momento, no difiera significativamente del que podría determinarse utilizando el
valor razonable en la fecha del balance.

A diferencia de las normas nacionales, las NIIF otorgan la opción de aplicar el valor razonable
como criterio de medición para los bienes de uso.

36. Si se revaloriza un elemento de inmovilizado material, se revalorizarán también todos los


elementos que pertenezcan a la misma clase de activos.

El concepto de “clase” contenido en las NIIF es equivalente al de las categorías usualmente


empleadas para la categorización de los bienes de uso en las normas nacionales.

37. Una clase de elementos pertenecientes al inmovilizado material es un conjunto de


activos de similar naturaleza y uso en las actividades de la entidad. Los siguientes son
ejemplos de clases separadas:

(a) terrenos;
(b) terrenos y edificios; (c) maquinaria;
(d) buques;
(e) aeronaves;
(f) vehículos de motor;
(g) mobiliario y utillaje; y
(h) equipo de oficina.

38. Los elementos pertenecientes a una clase, de las que componen el inmovilizado
material, se revisarán simultáneamente con el fin de evitar revalorizaciones selectivas, y
para evitar la inclusión en los estados financieros de partidas que serían una mezcla de
costes y valores referidos a diferentes fechas. No obstante, cada clase de activos puede ser
revalorizada de forma periódica e independiente, siempre que la revisión de los valores se realice
en un intervalo corto de tiempo y que los valores se mantengan constantemente
actualizados.

El tratamiento contable de las diferencias calculadas por el método de revalorización es el


siguiente:

39. Cuando se incremente el importe en libros de un activo como consecuencia de una


revalorización, tal aumento se llevará directamente a una cuenta de reservas de
revalorización, dentro del patrimonio neto. No obstante, el incremento se reconocerá en el
resultado del ejercicio en la medida en que suponga una reversión de una disminución por
devaluación del mismo activo, que fue reconocida previamente en resultados.

40. Cuando se reduzca el importe en libros de un activo como consecuencia de una


revalorización, tal disminución se reconocerá en el resultado del ejercicio. No obstante, la
disminución será cargada directamente al patrimonio neto contra cualquier reserva de
revalorización reconocida previamente en relación con el mismo activo, en la medida que tal

23
disminución no exceda el saldo de la citada cuenta de reserva de revalorización.

La reserva de valorización es equivalente al “saldo de revalúo” generado por normas nacionales de


aplicación anterior.

6.4. Amortización

Los principales párrafos referidos al cómputo de depreciaciones son los siguientes. No revisten
mayores diferencias con las normas nacionales.

43. Se amortizará de forma independiente cada parte de un elemento de inmovilizado


material que tenga un coste significativo con relación al coste total del elemento.

48. El cargo por amortización de cada ejercicio se reconocerá en el resultado del ejercicio,
salvo que se haya incluido en el importe en libros de otro activo.

50. El importe amortizable de un activo se distribuirá de forma sistemática a lo largo de su vida útil.

51. El valor residual y la vida útil de un activo se revisarán, como mínimo, al término de cada
ejercicio anual y, si las expectativas difirieren de las estimaciones previas, los cambios se
contabilizarán como un cambio en una estimación contable, de acuerdo con la NIC 8 Políticas
contables, cambios en las estimaciones contables y errores.

52. La amortización se contabilizará incluso si el valor razonable del activo excede a su


importe en libros, siempre y cuando el valor residual del activo no supere al importe en
libros del mismo. Las operaciones de reparación y mantenimiento de un activo no evitan realizar la
amortización.

53. El importe amortizable de un activo se determina después de deducir su valor residual.


En la práctica, el valor residual de un activo a menudo es insignificante, y por tanto
irrelevante en el cálculo del importe amortizable.

56. Los beneficios económicos futuros incorporados a un activo, se consumen, por parte de la
entidad, principalmente a través de su utilización. No obstante, otros factores, tales como la
obsolescencia técnica o comercial y el deterioro natural producido por la falta de utilización
del bien, producen a menudo una disminución en la cuantía de los beneficios económicos
que cabría esperar de la utilización del activo. Consecuentemente, para determinar la vida útil
del elemento de inmovilizado material, se tendrán en cuenta todos
los factores siguientes:

(a) la utilización prevista del activo. El uso debe estimarse por referencia a la capacidad o al
rendimiento físico que se espere del mismo;
(b) el deterioro natural esperado, que dependerá de factores operativos tales como el
número de turnos de trabajo en los que se utilizará el activo, el programa de reparaciones y
mantenimiento, así como el grado de cuidado y conservación mientras el activo no está
siendo utilizado;
(c) la obsolescencia técnica o comercial derivada de los cambios o mejoras en la
producción, o bien de los cambios en la demanda del mercado de los productos o servicios que se

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obtienen con el activo; y
(d) los límites legales o restricciones similares sobre el uso del activo, tales como las fechas de
caducidad de los contratos de servicio relacionados con el activo.

57. La vida útil de un activo se definirá en términos de la utilidad que se espere que aporte a la
entidad. La política de gestión de activos llevada a cabo por la entidad podría implicar la
enajenación o disposición por otra vía de los activos después de un periodo específico de
utilización, o tras haber consumido una cierta proporción de los beneficios económicos
incorporados a los mismos. Por tanto, la vida útil de un activo puede ser inferior a su vida
económica. La estimación de la vida útil de un activo, es una cuestión de criterio, basado en la
experiencia que la entidad tenga con activos similares.

62. Pueden utilizarse diversos métodos de amortización para distribuir el importe


amortizable de un activo de forma sistemática a lo largo de su vida útil. Entre los mismos se
incluyen el método lineal, el método de amortización decreciente y el método de las
unidades de producción. La amortización lineal dará lugar a un cargo constante a lo largo de la
vida útil del activo, siempre que su valor residual no cambie. El método de amortización
decreciente dará lugar a un cargo que irá disminuyendo a lo largo de su vida útil. El método de las
unidades de producción dará lugar a un cargo basado en la utilización o producción esperada. La
entidad elegirá el método que más fielmente refleje el patrón esperado de consumo de los
beneficios económicos futuros incorporados al activo. Dicho método se aplicará uniformemente en
todos los ejercicios, a menos que se haya producido un cambio en el patrón esperado de consumo
de dichos beneficios económicos futuros.

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