Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DE LOS ADOLESCENTES
MADRILEÑOS
SOBRE LA VIOLENCIA
Este informe corresponde a la consulta realizada por la Plataforma de Organizaciones
de Infancia, con una subvención europea en el marco de la Iniciativa Daphne.
El trabajo de campo se ha llevado a cabo durante el mes de junio de 2000 en la
Comunidad de Madrid.
Agradecimientos:
A las Asociaciones que han colaborado
(Fundación Diagrama, Movimiento Junior de Acción Católica).
A todos los chicos y chicas que desinteresadamente han participado.
0. - PRESENTACIÓN 5
1. - INTRODUCCIÓN 7
2. - DISEÑO METODOLÓGICO 9
2.1.- Los grupos de discusión 9
2.2.- Diseño de los grupos de discusión 10
2.3.- Cronograma de actividades 13
4. - CONCLUSIONES FINALES 51
5. - BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA 56
0.- PRESENTACIÓN.
Cada vez más, las diversas manifestaciones que adopta el binomio infancia-
violencia toman un mayor interés y sensibilización desde diferentes ámbitos. En
distintas etapas de sus vidas, los adolescentes pueden verse relacionados con
la violencia de diferentes formas. En los últimos años está saliendo a la luz, a
través de los medios de comunicación, el incremento de hechos conflictivos e
incluso violentos que tienen como protagonistas a jóvenes y adolescentes. Es
frecuente ver titulares de prensa que tratan de llamar la atención sobre un tema
1
Los chicos y chicas que participaron en las reuniones de grupo recibieron una camiseta pintada
a mano como gratificación por su colaboración en la consulta.
2
Para las transcripciones se ha respetado la literalidad del discurso de los chicos y chicas indicán-
dose GD1 ó GD2 en cada caso. Se indica MOD. para las intervenciones de la moderadora.
Es de destacar el interés demostrado por todos los chicos y chicas que partici-
paron en ambos grupos. En una sociedad que no valora en su totalidad las opi-
De las conversaciones mantenidas con los chicos y chicas, de cada frase, pode-
mos extraer una expresión de sus preocupaciones, las reacciones de unos y
otros, sus opiniones, que nos servirán de orientación para posteriores trabajos.
En definitiva, pretendemos que estos extractos literales proporcionen un útil
material a la hora de acercarnos al universo del discurso y la mentalidad de la
población adolescente madrileña.
MES 2 - Realización
- Contactos para GD. de GD.
- Redacción de
- Análisis de contenido Informe.
- Redacción de
MES 4 - Entrega informe
Informe.
- Redacción de Informe. final y
presentación en
Bruselas.
3.1.1.- Familia.
En los últimos años la institución familiar ha experimentado una serie de cam-
bios en su estructura: reducción de su tamaño, aumento de la inestabilidad
matrimonial y divorcio, mayor permisividad en las costumbres sociales. Esto
ha dado lugar a nuevas formas de familia como las familias reconstituidas, las
familias monomarentales, las familias monoparentales. A pesar de estas muta-
ciones, hoy día la familia sigue siendo la principal institución en el proceso de
socialización.
Los chavales reconocen una escasa comunicación y confianza con sus familias,
aunque las chicas sí verbalizan que tienen una relación más especial con sus
madres. Debido a sus especiales condiciones familiares, se percibe una mayor
falta de comunicación en los chicos y chicas que proceden de Centros de Pro-
tección. Entre estos chicos cabe pensar una mayor dificultad de acceso a la
comunicación y convivencia con sus familias. Además, las pautas de ocio de
estos chicos y chicas, con cierta frecuencia se encuentran envueltas en situacio-
nes conflictivas, y por lo tanto hacen más complicada la comunicación. Así lo
expresan dos chicas de un Centro de Protección.
En el análisis del discurso se percibe con claridad el rol, que los chicos y chi-
cas, asignan a sus padres. Las chicas manifiestan tener más confianza con las
madres que con los padres, a las que sienten más cercanas y comprensivas. Sin
embargo, también se les ocultan aquellas situaciones, socialmente no acepta-
das, que pueden ser motivo de preocupación (peleas, consumo de drogas, viajes
ocultos...). Para establecer una relación de confianza, destaca como un factor
clave para esto la diferencia de edad con respecto a sus madres. Aquellas que
tienen madres más jóvenes las perciben más cercanas.
- Yo suelo hablar con los monitores, pues sí, también. Lo que pasa es que
como mi madre, como es muy joven, pues hablo de, ella, de casi todos
los temas, excepto de…drogas.
- MOD.: ¿TENÉIS CONFIANZA CON VUESTRA MADRE?
- Varias: Sí.
- MOD.: ¿SÍ?, ¿TODAS?
- Yo un montón, yo un montón, porque mi madre es que no sé, tiene casi
mi misma edad, ... Me saca quince años, entonces…no sé. Mi madre
sabe más o menos lo que hago, pero yo a mi madre por ejemplo no le
puedo decir un día “mamá, que me he ido ahí…y me “ fumao” tal cosa
y... (Grupo de chicas, 14-16 años)
Uno de los principales caballos de batalla de los padres con sus hijos en edad
adolescente es la hora de la vuelta a casa. Curiosamente los chicos y chicas son
conscientes de que sus padres deben poner límites en los horarios, "con los que
somos nosotros imagínate sueltos por ahí".
Hay coincidencia entre varios chicos de que los padres se relajan en los
horarios de vuelta a casa cuando están en el pueblo o lugar de veraneo. De
esta forma el entorno social juega un papel fundamental en las relaciones
familiares.
Frente a la figura protectora del padre o de la madre, como muy gráficamente lo expresa
uno de los chicos, el monitor es el que "abre puertas", es decir es el facilitador, el
que orienta, es un animador que proporciona medios y recursos. Con él se abordan
temas que no se hablan con los padres. Parecería lógico pensar que frente a una
figura protectora, el educador es el que invita a participar, con él se accede a otro
mundo. Al sentirse tratados en una relación más igualitaria, está muy bien valorado,
especialmente por los chicos que pertenecen a alguna asociación. De esta forma,
los chicos comparan a padres con educadores y monitores, sus principales adultos
de referencia. Como veremos más adelante esto no ocurre con el profesorado.
- Pero que mucho de los líos esos no se los voy a contar a mi madre, pero
si es una persona algo intelectual que llaman… (Grupo de chicas, 14-16
años)
Esta aseveración final parece demostrar que también las chicas depositan
más confianza en sus monitores, "más intelectuales" como ellas mismas indi-
can. Por otro lado, conciben que la comunicación ha de producirse si sirve
para solucionar algún problema. Además cabría pensar que las chicas que se
encuentran en Centros de Protección perciben que la comunicación con los
monitores se ha de producir "únicamente" para tratar cuestiones problemáti-
cas. De esta forma, limitan sus temas de conversación a los problemas que han
dado origen a su situación actual. Se les preguntó si había confianza con los
monitores y si se hablaba con ellos de los temas que más les preocupaban. Esta
chica así lo expresa "ya no tengo nada que hablar con ellos porque he dejado
de beber".
Por otro lado se produce una auto-evaluación cuando reconocen a los educa-
dores alguna conducta no deseada.
Sin embargo las dos chicas del Centro de Protección a pesar de reconocer que
pasan gran parte del tiempo con su profesor-educador, no se sienten con la
suficiente confianza para hablar determinados temas, a pesar de que le perci-
ben como una figura muy cercana.
La escuela, el instituto, no son percibidos por los chicos y chicas como un espa-
cio de convivencia y aprendizaje. El clima expresado por los chavales no es
muy esperanzador. Son frecuentes las agresiones físicas, las amenazas, la apro-
piación de objetos, las agresiones verbales (burlas, disputas, insultos, ironías
hirientes...). Los chicos y chicas expresan la falta de diálogo y confianza que
caracteriza a las relaciones con sus profesores. Estas relaciones cabe pensar que
suponen un problema para los centros escolares, ya que dificulta la actividad de
los profesores pues dedican un tiempo considerable a solucionar problemas de
disciplina más que a actividades de aprendizaje. Eso se refleja en el desgaste del
profesorado "el que llega a clase, se limita a dar su clase y se marcha".
Los conserjes de los centros, a los que se les percibe como el último escalón en
la jerarquía escolar, suelen sufrir una especial descarga de las situaciones vio-
lentas. La entrada en los institutos de alumnos que no pertenecen a los centros
provoca conflictos con los conserjes. Nuevamente aparece la idea de que los
chicos "se descargan contra el más débil".
Este comentario de uno de los chicos sobre tirar las tizas por la ventana provoca
en otro miembro del grupo elevar el tono conflictivo de la conversación. En
algunos casos destrozar el mobiliario escolar cobra situaciones extremas como
arrancar las pizarras y tirarlas por las ventanas.
Nos sorprendió especialmente el tono distendido con que se contaban este tipo
de situaciones en las que romper el mobiliario escolar parece que no tiene lími-
tes. Fue sobre todo en el grupo de los chicos donde cada nuevo destrozo provo-
caba la risa y la empatía del resto de los participantes.
En el transcurso del diálogo mantenido con los dos grupos de adolescentes apa-
rece con bastante frecuencia la policía, por cuestiones de drogas o por peleas. A
veces es la dirección del centro escolar quien reclama su presencia, o a menudo,
sabiendo la especial conflictividad de algunos centros, las rondas por la zona
son habituales.
- O por temas de costo y eso, sabes que deben dinero unos a otros... Suele
estar casi siempre la policía por allí. Pero no pasa “na”, no hacen “na“,
porque si no se pegan ahí delante del instituto, se van a un “descampao”
o a las afueras, sabes. (Grupo de chicos, 12-14 años)
- (...) y han tenido tantos líos que han tenido que poner un policía allí de
barrio que esté todo el rato dando vueltas alrededor del colegio. (Grupo
de chicos, 12-14 años)
Son además frecuentes los robos en las clases, lo que provoca en algunos cen-
tros la decisión de cerrar las aulas durante los periodos de receso. Medida que
no evita los robos, pues se "soluciona" rompiendo las cerraduras. El episodio
que se cuenta a continuación fue uno de los pocos casos en el que las chicas "son
conscientes" de las consecuencias de destrozar su instituto al provocar que se
tengan que llevar las mochilas en periodo de recreo. Es decir, en el caso de los
chicos, mientras las consecuencias de los actos violentos no les afecten directa-
mente, se provoca la risa.
- Los fines de semana, eso, salir y salir y por las mañanas dormir…y por
las tardes volver a salir. (Chica de 16 años)
Las chicas también se quejan de la falta de espacios para el encuentro con los
amigos.
Las chicas reconocen que estas figuras son posibles porque a estas edades son
más manipulables e influenciables y que están basadas en relaciones de miedo
que tampoco se cuestionan, es un poder basado en la sumisión del grupo.
- Claro, no, no. Claro, es que en esta edad…nos, nos, nos suelen manipu-
lar un montón. Porque como somos jóvenes, inexpertas y no tenemos
ni idea de una persona entre comillas “lista”, entonces “haz esto, haz
esto”. (...) Entonces, un chaval que tiene problemas de aquí, y de aquí, y
viene uno más listo y le manipula. Y le…, hace cosas que…para su inte-
rés. Entonces, como muchas veces nos dejamos influir, porque la gente
que…
- Ya. Pero eso es un poco por miedo, ¿no? Porque, yo qué sé… Tienes un
grupo de amigos, pues si tienes un grupo de amigos, y hay un líder, y tú
has visto que ése se ha metido en problemas y que a la mínima que…,
que…que tú le digas algo, te va a decir “ven aquí”. Y entonces te va a
meter a ti en más problemas. Entonces, es más…es un poco por miedo,
¿no? Por decir…“ jo, no voy a decirle que no, porque a ver lo que voy…,
algo me puede pasar. (Grupo de chicas, 14-16 años)
Los chavales tienen muy claro quienes son los que llevan la voz cantante. Iden-
tifican a los jefecillos por su apariencia física, por ser el más alto, el de mayor
edad, más fuertes físicamente y son siempre chicos varones, lo que vendría a
reforzar la idea de que los chicos muestran más agresividad que las chicas y
- Sí, suele ser..., en mi instituto..., los que conozco, suele ser por hermanos
mayores o algo de eso. Por primos...
- O el más mayor de todo el mundo.
- O el más mayor, también.
- O el más grande.
- Es el más tonto, pero el más grande. (Grupo de chicos, 12-14 años)
Las chicas reconocen que suelen ser los que demuestran un mayor absentismo
escolar, que cuando van a clase es para "fastidiar".
- No sé. Hombre, siempre hay como grupitos, ¿no? Como el grupo de los
que más “pasan”, que no aparecen por clase, que les ves por ahí por los
pasillos, con…
- Hombre, siempre hay, siempre hay dos o tres…
- Siempre hay unos cuantos, que son los típicos que…, pues…que nunca
van a clase, que se meten siempre en líos y cosas de esas. (Grupo de
chicas, 14-16 años)
- Pero en el instituto, siempre que haces algo, casi siempre te pillan. Por
lo menos en el mío, porque como hay mucha gente, pues, pues eso, o te
pilla la celadora o el conserje o, se chiva alguien o algo de eso.
- Yo, si hago algo, procuro que no haya nadie alrededor, ni nadie que sea
un chivato. Yo, si lo hago en el instituto, lo hago solo, o con un buen
amigo mío que, pase lo que pase, no va a decir “na”. Porque luego, si
hay algún “bocazas” por ahí, se va de la boca, o uno que te ha visto y,
y se va..., de la boca.
-Yo, si lo hago, yo qué sé, pues, “pa” que no me vean, y si lo hago con
alguien, intento que, que quien lo haga conmigo, pues que también esté
involucrado para que... después no se chive.
- MOD.: HACÉIS COMO UN PACTO DE SILENCIO PARA QUE NO...
- Sí. No, no sé... a lo mejor lo hago y digo "cállate”, pues...
- “Pa” que él se involucre un poco y, si él dice algo, pues es que tú también
A partir de este momento todos los miembros del grupo de chicos empiezan
a narrar conductas agresivas, sus gamberradas van en aumento, con tono
fanfarrón y se consigue la complicidad y comprensión entre todos los miem-
bros del grupo. La narración de episodios violentos funcionó en el grupo
con un código propio, en sintonía, como un mecanismo de diálogo entre per-
sonas anónimas, pero con un denominador común de reconocimiento como
iguales. Durante largo tiempo todos los miembros se dedicaron a contar sus
anécdotas.
- Pues allí en mi pueblo el año “pasao” eran las fiestas y los quintos, tienen
que hacer el Judas. Y como no había casi quintos, no sé si eran tres o cua-
tro, y tenían que hacer el Judas, pues tardaban mucho. Y digo “pues voy a
ayudarles”. Es un muñeco, relleno de petardos y todo eso, que lo prendes y
según se va (...) lo vas (...) Luego los quintos compraron un macho cabrío y
una noche se lo llevaron a la discoteca. Y le emborracharon. Se pilló un coma
etílico el “ca”, el macho cabrío. Y luego, al día siguiente, le engancharon de
los, de las, de sus partes, y empezaron a tirar, a (...) y se murió. Digo “madre
mía”, le tenías que ver, ¡qué pena me daba! Eso sí, me reí más...
- Risas.
- Y tú colaborando.
- Iba de un “pedo” ahí... (Grupo de chicos, 12-14 años)
- Sí, pero, he “estao” comentando antes de, de los colegios y todo esto,
que había peleas, y que había guardias y policías y todo eso. Yo creo que
también hay mucha violencia policial y todo eso.
- MOD.: ¿ VIOLENCIA POLICIAL?
-Murmullo.
- Porque, yo he ido dos o tres veces al Santiago Bernabeu. Y las tardes
que me iba había movida, pero por los policías, ¿no?.
- Y de esto que empezaron y saltó un, un chaval, un chico a…, a corriendo
y todo eso… Y saltaron todos, y cuando ya el guardia de seguridad se
fue fi jando a uno, se lo llevaron encima de ellos y tal. Le pegaron con la
porra y…
- Murmullo.
- Pero es que no se tienen que meter en el campo.
- Ya, pero también el otro...
- Esos son así, tío.
- Le tiraron la porra y todo eso…
- No, no porque normalmente la peleas esas así que hay entre con nues-
tras edades, no son por la policía.
- Pero yo…, no sé, a…, que a, a lo mejor un policía lleva una pistola y una
porra, y tú no llevas nada. Tú has saltado al campo y ya está. Te pueden
echar y ya está. Pero no te pueden dar un “porrazo” y a lo mejor te han
puesto una brecha. (Grupo de chicos, 12-14 años)
En el grupo de las chicas se les instó a verbalizar los principales temas de con-
versación con los amigos, y especialmente con los chicos. Gráficamente una de
las chicas lo expresó con la conocida frase de "sexo, drogas y rock and roll".
Especialmente en el caso de las chicas que se encuentran en un Centro de Pro-
tección asoció "sexo, drogas y alcohol", intercambiando la música por el alcohol,
como si éste no fuera una droga. Esto es contestado por las otras chicas indi-
cando que también hay otros temas que preocupan, además de los indicados.
También entre las chicas la presencia del alcohol está presente de forma coti-
diana los fines de semana.
- En el otro instituto por ejemplo, que yo estuve que era un instituto que
yo estuve bastante más pequeño, mucho más pequeño que el Ramiro,
y estaba además en Chamberí. La gente era muy, muy, muy, muy, muy
“pijita”, gente así de mucho dinero y ahí sí que. Muchas “movidas” y
te miraban mal si ibas ahí de… Yo creo que por eso, porque además
- Pero no son, no son todos moros ni gitanos. Es que yo creo que debe-
ríamos hablar de personas, no de grupos raciales. (Grupo de chicos,
12-14 años)
Pero además del buen ambiente los adolescentes se perciben como un grupo
especialmente vulnerable a involucrarse en este tipo de situaciones.
- Yo creo que no, eh… Yo creo que sí, en tu casa tiene que haber buen
ambiente. Pero en mi casa hay “mu” buen ambiente, hasta cuando yo
había metido la pata, pero en mi casa había muy buen ambiente, es
una familia común y corriente, como las demás, simplemente que hay
muchas veces los menores de edad nos dejamos manipular. Pero así (…).
Si tú no haces esta cosa, eres lo peor. (Grupo de chicas, 14-16 años)
Para los adolescentes el chaval violento es aquel que tiene problemas en casa,
que tiene ganas de llamar la atención, de obtener protagonismo, se aburre y
no encuentra formas más creativas de canalizar sus energías. Según ellos es
alguien que "no tiene cabeza".
- Yo antes tiraba huevos a los autobuses, pero bah, dije, ¿por qué voy
a tirar huevos ?, digo, porque esto cuesta su dinero y ya estoy harto
de gastarme dinero en huevos “paf” tirarlo. (Grupo de chicos, 12-14
años)
- Y nosotros también, como estaba en mi casa, cogimos unos bebedores
de esos y estábamos mis primos y yo, que mis primos y yo..., “buah”,
la que liábamos allí en mi casa. Y como siempre, se les ocurrió tirar
petardos a las terrazas y el único que se, me atreví yo, porque ellos no
se atrevieron. Cogí uno de..., lo tiré, salía humo casi de...y tengo que
llamar a mi...
- ... un petardo de éstos que son finitos, que le quemas la mecha y salen
“pa” arriba, y da muchas vueltas y eso. Y de esto que sale así, empieza
a dar vueltas, salimos a la terraza, empezó a dar vueltas y se coló en la
pierna de un señor. (Risas)
- Ostras. Eh, eh..., en, por donde yo vivo, me compré una caja de estas
de veinte duros, de petardos, que eran chiquitines, finitos, pero que no
sabíamos qué, es, qué hacer con ellos, dónde ponerlos, como eran chi-
quititos de esos. Y prendió la mecha, no sabíamos dónde meterla, la
pusimos en, debajo de la luna de un coche y la “petamos” toda, toda la
luna. (Risas)
- En mi casa de vez en cuando, y tengo allí un cubo de agua, lo llenamos
así desde arriba y vamos a tirárselo no sé quién, y está ahí, y se lo tira-
mos en la cabeza. Y le cogió ahí a un señor de mi casa, a uno que vive
ahí. (Grupo de chicos, 12-14 años)
Hay un reconocimiento explícito de que a estas edades "lo normal es ser gam-
berro"... El sentirse miembro del segmento de población jóvenes predispone a
estas actitudes agitadas, de tumulto.
3.4.1. Autopercepción.
Las dos chicas adolescentes del grupo de Centros de Protección se auto perciben
como parte de un colectivo marginal; así lo expresan en el inicio de los grupos
de discusión, estamos "hechas una mierda", son conscientes de que viven una
situación difícil y se saben parte de ese colectivo: "una de ellas soy yo". Pero
además se saben un colectivo que no se siente escuchado y que incluso se siente
sorprendido de ser convocado a que les escuchemos por la escasa frecuencia de
espacios de diálogo entre adolescentes y adultos.
Las chicas perciben que viven en un mundo violento, y que estos comporta-
mientos se dan más entre los adultos que entre los menores. Explican la vio-
lencia de los menores como el aprendizaje vicario que imita el comportamiento
de los mayores, especialmente de aquellos mayores que son una referencia para
ellas, sus "héroes". Sin embargo reflejan varios episodios en los que la actitud de
los adultos, en este caso de los padres, no es precisamente educativa, pues son
ellos los que adoptan una actitud amenazadora con los chicos que se enfrentan
con sus hijos.
- Y hay mucha más violencia entre los, los mayores que entre los niños. Y
la mayoría de las veces suele ser porque lo ven en los mayores. Y enton-
ces, como yo qué sé, desde pequeños…Pues eso, que muchas veces, pues
es eso, que al ver a un mayor, yo qué sé, que has que quieres mucho
o que ha sido como tu héroe, pues al verle que es violento, pues tú tam-
bién vas a ser violento, porque quieres ser como él. Es como una figura,
¿sabes? (Grupo de chicas, 14-16 años)
- Yo en Alcorcón, cuando tenía nueve años, iba así a mi casa yo solo, tan
tranquilo, ahí con la escopeta, aquí..., en su funda “guardá”. Y llegaron
unos chavales, que serían un año más mayor que yo. Y me querían dar,
porque me, me querían quitar la, la escopeta. Y yo “que no me la quitas,
que no me la quitas”. Cogí, salí corriendo y me fui a mi casa. Y “na”,
pues tenía yo nueve años, se lo dije a mi padre y fue mi padre y dijo”eh, a
mi hijo no le volvéis a tocar”, no sé qué... (Grupo de chicos, 12-14 años)
Consideraciones finales.