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Didáctica de La Música - (DIDÁCTICA DE LA MÚSICA) PDF
Didáctica de La Música - (DIDÁCTICA DE LA MÚSICA) PDF
CONTENIDO DE CAPÍTULO
Pep Alsina
Departamento de Didáctica de la Expresión Musical y Corporal. Facultad de Formación del
Profesorado. Universidad de Barcelona
El profesorado, como agente mediador del aprendizaje, tiene una perspectiva respecto a la
forma más óptima para organizarlo, animarlo y gestionarlo de acuerdo con las necesidades
y posibilidades del contexto y del alumnado. Esta perspectiva le permite ordenar, matizar,
La Música puede enseñarse de muchas formas, pero no con todas se aprende por igual. La
enseñanza de la Música desde la perspectiva de «enseñar música musicalmente» (Swanwick,
1999) difiere de otras perspectivas de enseñanza. Enseñar Música musicalmente consiste
esencialmente en fomentar el aprendizaje musical desde la práctica musical y la vivencia
musical plena, no desde su teoría o aproximación teórica.
Cuando Small (1995) introduce el concepto de musiking (que traduce como «musicar»), se
refiere justamente a algo que las personas realizan en colaboración, donde no existe una
diferencia esencial entre las distintas funciones y desempeños del acto musical (composición,
ejecución, audición, etc.), sino que todas ellas se complementan. Su postura es crítica cuando
afirma que el alumnado necesita disponer de oportunidades para producir música: el profe-
sorado de Música debe preocuparse por generar este tipo de contexto social que favorezca la
interacción musical formal e informal y que lleve al desarrollo real y a la musicalización
del conjunto de la sociedad (Small, 2003).
Para Hargreaves y otros (2005), existen tres grandes retos para la educación musical del
siglo XXI:
• El currículo.
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Respecto al segundo reto, cabe cuestionarse para qué sirve la educación musical y si la finalidad
de la música debería ser promover habilidades musicales o perseguir fines personales y culturales
más amplios. La educación musical debe encontrar su lugar en la educación para dejar de ser
una «asignatura pendiente»: aquello que por tradición ha consistido en una mera transmisión
del lenguaje y de las técnicas quizá debe explorar caminos ya iniciados y apuntar a su uso
como medio de desarrollo personal, emocional, afectivo, equilibrado y satisfactorio, vinculando
creatividad con alfabetización artística y alfabetización emocional (Coll, 2007, pp. 135-141).
El tercer reto consiste en la consideración de que además del entorno escolar y del entorno del
hogar existen contextos sociales de aprendizaje musical autónomo (al que llaman tercer en-
torno) con altos niveles de motivación y compromiso. El desafío para los profesores de Música,
–afirman los autores– es crear estructuras de andamiaje que estén lo suficientemente integradas
con el tercer entorno para proporcionar conocimiento, habilidades e incluso recursos para
apoyarlo, aunque permaneciendo a una distancia suficiente de él.
La base de la programación se halla en las intenciones educativas y musicales: éstas son las
guías sobre las que circulará todo lo que posteriormente se planificará mentalmente o en un
documento y acontecerá en el aula. La programación, cuya finalidad es enseñar musical-
mente, debe servir para revisar nuestros conocimientos y habilidades didácticas y musicales,
predisposiciones, prejuicios y competencias docentes, que empiezan, justamente, por tener
los oídos atentos a la música de nuestro alumnado.
Si analizamos distintas propuestas curriculares, podemos observar que existe una jerarquía
intrínseca que se expresa en distintos aspectos: las horas destinadas a cada materia, el orden
en que aparecen los objetivos, los bloques de contenidos, el peso específico que se concede
a una propuesta metodológica y no a otra, etc.
Un análisis rápido del currículo de Música de educación secundaria, por ejemplo en el Real
Decreto 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas co-
rrespondientes a la educación secundaria obligatoria (ESO), nos permite observar ciertas carac-
terísticas: en la introducción se destacan unos aspectos de la educación musical (por ejemplo, la
percepción y la expresión como ejes) y no otros, aparecen unos bloques de contenidos (escucha,
interpretación, creación y contextos musicales) y no otros, etc.
Si comparamos esta propuesta, por ejemplo, con propuestas anteriores podemos observar
que existen diferencias sustanciales. Algunos aspectos que allí se presentaban como ejes y
se constituían en fundamento, como el «lenguaje musical» (entiéndase solfeo) o la «historia
de la música» (entiéndase determinada historia de la música), han quedado disgregados en
pro de una educación musical basada en la experiencia musical viva, de intérprete y creador.
Aquí, la práctica y lo procedimental configuran la vía de acceso a la teoría y a lo conceptual.
totalizador de los repertorios estilísticos clásicos y románticos (…). Cuando la educación mu-
sical se sitúa en un entorno que fomente el intercambio, la composición, la improvisación, el
cuestionamiento de las tradiciones y la creatividad impredecible, se puede sentir cierto alivio
y albergar alguna esperanza. (Lines, 2009, p. 17)
• Lenguaje musical. En entornos informales, el dominio del «lenguaje musical» (solfeo)
no es ninguna condición para ser músico, incluso profesional: los sistemas de aprendi-
zaje de la música, habituales en algunos contextos de tradición oral (interpretación de
oído e improvisación), se han transferido a la enseñanza a través de propuestas como
las que recoge Green (2008), a partir de investigaciones anteriores (Green, 2002). Estas
propuestas, sin embargo, no excluyen que se pueda llegar al aprendizaje del «lenguaje
musical» (solfeo), sino que apuntalan la llegada a ese objetivo con más conocimien-
tos y recursos, si cabe, por parte del alumnado: una educación musical basada en el
aprendizaje servicio, por ejemplo, puede ser un estímulo para que el aprendizaje de la
música sea vivo, auténtico. Hablaremos de ello más adelante.
La programación puede ayudar a desarrollar proyectos educativos que, más allá del aula,
pueden tener distintos grados o dimensiones y satisfacer diferentes anhelos o necesidades.
A pesar de que la frontera entre una y otra es muy delgada, intentaremos exponer de forma
sencilla y breve algunas diferencias, que se muestran en el cuadro 1.
que se pueden argumentar ante la interpretación del currículo. No obstante, en las propues-
tas educativas vigentes esta interpretación debe ceñirse a aquello que regula la función y la
interpretación de los objetivos y de los contenidos: las competencias básicas. El enfoque por
competencias pretende responder a la significatividad y a la funcionalidad de los aprendi-
zajes. Este último es uno de los aspectos que había quedado desatendido en los anteriores
planes de estudios.
A pesar de que en este capítulo se ofrece una definición de competencia, es fácil encontrar
otras definiciones en la web y elegir la que más se aproxime a vuestra forma de entenderla.
La competencia puede definirse como:
(…) la aptitud para enfrentar eficazmente una familia de situaciones análogas, movilizando a con-
ciencia y de manera a la vez rápida, pertinente y creativa, múltiples recursos cognitivos: saberes,
capacidades, microcompetencias, informaciones, valores, actitudes, esquemas de percepción, de
evaluación y de razonamiento (…). La competencia se realiza en la acción, en el momento especí-
fico en que es necesaria (…). La competencia no puede preexistir, no existe más competencia que
competencia en la acción. (Perrenoud, 2001)
Las tareas de desempeño en Música para el alumnado de educación secundaria, que enmar-
can la competencia musical porque muestran una acción ubicada en la realidad, podrían
ser las que refleja el cuadro 2.
Cuadro 2. Tareas en los niveles de desempeño de la escala global de Música, adaptado de la competen-
cia científica de los estudiantes
La programación
Más que una planificación formal finalizada, la programación debe ser entendida como
proceso y debe servir para evaluar y mejorar en la propia docencia. Formalmente, una programa-
ción debe asegurar la consecución y el cumplimiento de la normativa educativa, pero además,
y todavía más importante:
• Tiende a orientar la labor docente y a economizar esfuerzos y tiempo (utilidad, coordina-
ción y corresponsabilidad). Puede comunicar claramente lo que se pretende (comprensi-
bilidad y síntesis). Debe aplicarse al centro y al alumnado (realista). Puede actualizarse
permanentemente (viva). Permite completar lo que la práctica diaria y la necesaria
improvisación pueden dejar incompleto.
Fuente socioantropológica
- dónde -
(socioestructura)
Intenciones educativas
- por qué -
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Objetivos
- para qué -
Fuente
Pedagógica Fuente epistemológica
- qué -
- cómo - (contenidos)
(metodología)
Competencias básicas
Fuente psicológica - con qué finalidad -
- a quién -
(psicoestructura)
Así, la programación responde a las cuestiones planteadas y es consecuente con las in-
tenciones educativas (¿por qué?) y con el enfoque por competencias (¿para qué o con qué
finalidad?), que impregnan todos los componentes del currículo:
lar; conversar; cooperar; corresponder; crear; decidir; deducir; desarrollar; descodificar; descubrir; dirigir; dirimir;
discriminar; disfrutar; distinguir; efectuar; elaborar; emprender; escribir; escuchar; establecer; evaluar; explicar;
exponer; expresar; extraer; hablar; hacer practicar; identificar; imaginar; implicarse; inferir; integrar; interactuar;
interesar; interpretar; investigar; justificar; leer; manifestar; manipular; mediar; mostrar; movilizar; observar; orde-
nar; organizar; participar; percibir; plantear; procesar; producir; promover; realizar; recoger; reconocer; reelabo-
rar; reflexionar; regular; relacionar; resolver; respetar; responder; saber aplicar; secuenciar; seleccionar; sintetizar;
solucionar; tener una actitud crítica; tomar decisiones; transferir; utilizar; valorar.
pueden servir de guía pero, en todo caso, su formulación debe ser concreta, casi
próxima a actividades de evaluación, de forma que permita obtener una valoración
objetiva de lo que se evalúa.
7. Describir los criterios metodológicos. Expresa cómo hacerlo para que la enseñanza,
el aprendizaje y la evaluación sean eficaces. Se configura mediante las variables
metodológicas, que son categorías cambiantes que condicionan la práctica educativa
y se hallan estrechamente relacionadas con factores de los cuales depende el proceso
educativo y su resultado final: la alteración de uno solo de estos factores lógica-
mente modifica ese proceso y ese resultado. Trataremos sobre ello en un próximo
apartado.
8. Distribuir los contenidos en unidades de aprendizaje. La programación distribuye
los contenidos en unidades lógicas y coherentes, limitadas a un tiempo determinado
adecuado a la capacidad del alumnado para establecer relaciones entre su inicio y
su cierre, que actúan como dispositivos de aprendizaje y son abiertas y diversas: pue-
den formularse como proyectos de trabajo, estudio de casos, aprendizaje basado en
problemas, etc. Esta distribución de los contenidos debe permitir priorizar aquellos
cuyo peso específico sea más relevante para la secuencia. La unidad didáctica expone
esquemáticamente el proceso de interacción en el aula: justificación, competencias
desarrolladas, objetivos de aprendizaje, contenidos, metodología, secuencia de acti-
vidades de aprendizaje y evaluación, criterios de revisión y evaluación de la unidad.
En caso de optar por unidades didácticas abiertas, los distintos componentes van
emergiendo a medida que se desarrollan.
9. Diseñar las actividades de aprendizaje y evaluación. El diseño de la secuencia de
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En el momento en que entramos en el aula, ya están respondidas las preguntas que nos
hemos formulado anteriormente: ¿por qué?, ¿con qué finalidad?, ¿qué?, ¿a quién?, ¿dónde?
No obstante, debido a la interacción, la respuesta al «cómo» enseñar y evaluar adquirirá un
carácter vivo y cambiante. La metodología permite seccionar, analizar y distribuir las mejo-
res condiciones para favorecer el aprendizaje. Las unidades de análisis de la metodología,
las variables metodológicas, ayudan a encontrar respuestas casi inmediatas a partir de los
principios pedagógicos y didácticos siguientes:
• Organización de los contenidos. A pesar de que la organización de contenidos puede
ser epistemológicamente adecuada, es conveniente revisar en tiempo real la secuencia
lógica. Los contenidos pueden tratarse de forma disciplinaria orientados a la educación
musical, interdisciplinaria orientados a la educación en varias materias, o globalizada
con objetivos comunes y compartidos. El trabajo por competencias, tratándose de una
labor en la complejidad, apunta a una organización de contenidos globalizada, ya
que, por ejemplo, en un espectáculo musical, intervienen muchos más elementos que
la música en sí.
• Organización del tiempo y del espacio. Esta variable debe ayudar a encontrar las me-
jores condiciones espaciales para el aprendizaje y la distribución temporal, contem-
plando el grado de esfuerzo y fatiga del alumnado, combinando secuencias de mayor
concentración con otras que permitan cierta distensión.
• Organización del alumnado. El enfoque por competencias a menudo exige una com-
binación de trabajo individual y en grupo. Las propuestas didácticas y musicales de
trabajo en grupo deben incluir herramientas para el análisis y la evaluación del proce-
so artístico, con la finalidad de que el alumnado pueda reflejar su participación en el
proceso mediante, por ejemplo, autoinformes individuales y grupales.
• Organización de las actividades y de las secuencias didácticas. Las actividades desa-
rrolladas en el aula deben fomentar los siguientes aspectos: conocer aquello que el
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Social
Interdisciplinario
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Aprendizaje cooperativo
Casos
Resolución
de problemas
Académico Incidentes Auténtico
Simulaciones
Formulación
de cuestiones
Disciplinario
Individual
• Propone un trabajo individual cuya finalidad es • Propone un trabajo cuya finalidad es desarrollar
adquirir conocimientos musicales. un proyecto musical.
• Homogeneiza el grupo de alumnos y alumnas y • Cada alumno y alumna colabora con sus capaci-
sólo existe una forma de interpretar la obra mu- dades, y cada parte de la obra musical se adapta
sical. a las posibilidades, destrezas y habilidades del
alumnado.
• La obra musical se constituye como referente • La obra es el punto de partida para construir un
único para todo el alumnado. proyecto.
Cómo hemos aprendido nosotros y cómo vamos a enseñar son dos procesos distintos dentro
de una misma historia de vida. Hemos aprendido de una manera y enseñaremos de otra
forzosamente, porque, desde que aprendimos música, la sociedad ha cambiado y la didác-
tica de la Música ha evolucionado. Dar ese giro a la historia, a la didáctica de la Música,
depende de nosotros.
ACTIVIDADES
En los párrafos iniciales de este capítulo nos hemos referido a las intenciones educativas como
la base de la programación y como las guías sobre las que circulará todo lo que posteriormente
se planificará mentalmente o en un documento, así como lo que acontecerá en el aula. En esta
actividad trataremos de contrastar las propias intenciones educativas con los objetivos prescrip-
tivos y la orientación del currículo. Para ello, deberás revisar tus intenciones educativas a partir
de los referentes de tu propia formación:
• Reflexiona sobre lo que debería ser la educación musical o lo que no debería ser y exponlo
en una sola frase.
• Teniendo en cuenta la frase que has elaborado, matiza su significado y jerarquiza los objetivos
del currículo.
Para conseguirlo, será necesario revisar los modelos de aprendizaje y enseñanza recibidos, las con-
cepciones implícitas sobre el aprendizaje, etc., y contrastarlos con la orientación y objetivos que
ofrece el currículo de educación secundaria y bachillerato.
A partir de la frase elaborada, que resume las propias intenciones educativas y la explicitación de
los objetivos (con la finalidad de matizarlos):
• Elabora un cuadro de doble entrada, donde aparezcan los objetivos matizados y distintos
grados de jerarquía.
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Para la realización de esta actividad es conveniente revisar los propios criterios en relación con el
texto que se ofrece y, si es posible, contrastar las propias conclusiones con las de otros. Para su
entrega:
• Elabora una tabla de tres columnas. En la primera sitúa el texto del capítulo; en la segunda,
los puntos con los que estás de acuerdo (puntos fuertes) y en la tercera aquellos con los que
te sientes en desacuerdo (puntos débiles).
Te pedimos que definas tu posición a la pregunta formulada por Perrenoud (2004) que sirve de
título a esta actividad. Para ello:
• Lee las siguientes reflexiones:
- Si en nuestra sociedad el derecho penal sanciona la medicina practicada sin el reconoci-
miento de un título, sería necesario reconsiderar la existencia de sanción para una docen-
cia sin la competencia musical y didáctica.
- Es ésta una de las razones más poderosas para justificar la presencia e importancia de las
didácticas específicas: en la didáctica de la Música no puede haber didáctica sin música,
ni música sin didáctica.
- En otras palabras, en otro contexto, y de la misma forma en que sería impensable que
un profesor de Música pretendiera subirse a un escenario como virtuoso instrumentista,
debería ser impensable que un excelente instrumentista se convirtiera espontáneamente
en virtuoso maestro.
• Te proponemos, además, que leas el siguiente documento, que es la base para esta reflexión.
Fue publicado en una revista de didáctica de la Música:
- PERRENOUD, P. (2004). Suffit-il d’être expert pour former des experts? Enseigner la musi-
que, 6-7, 87-106. Consultado (13/02/10) en: <www.unige.ch/fapse/SSE/teachers/perrenoud/
php_main/php_2004/2004_16.html>.
• Después de la lectura, posiciónate y argumenta a favor o en contra de las frases anteriores.
• Para presentar tu tarea puedes elaborar una tabla de tres columnas donde la primera sitúa
la afirmación, la segunda los aspectos con los que estás de acuerdo (puntos fuertes) y la
tercera los aspectos con los que te sientes en desacuerdo (puntos débiles).
Actividad 4 Repertorio
El impacto que deja el propio aprendizaje y los modelos de enseñanza recibidos es incuestionable.
Cuando seleccionamos, nos estamos posicionando de acuerdo con esos modelos. En esta actividad
tratamos de ofrecer algunas bases concretas para la reflexión:
• Considera las siguientes cuestiones y decide cuál es tu posición al respecto:
- ¿Existe «una sola música» o conviven «muchas músicas»?
- ¿La música de consumo del alumnado es apta para el trabajo en el aula? En caso negativo,
¿es porque si ya la escuchan, por qué trabajar en ella? En caso afirmativo, ¿es porque no
sabemos?, ¿por qué no hemos aprendido con esa música?
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- Ante dos versiones grabadas de una misma obra, ¿cuál escogemos?, ¿priorizamos la que
tenga mayor calidad de grabación o la que tenga mayor calidad de interpretación?, ¿sería
conveniente usar ambas y compararlas?
- Ante dos piezas que ofrezcan oportunidades similares de trabajo en el aula (interpreta-
ción, improvisación, etc.), ¿por cuál nos decantamos: por la más próxima al alumnado o
por la más «culta»?
• Argumenta a favor y en contra de las frases anteriores. Puedes usar una tabla donde aparez-
can todas las cuestiones (puntos débiles y fuertes) o bien desarrollar una de ellas utilizando
ejemplos de obras musicales registradas con la finalidad de demostrar tu posicionamiento.
• Participa en un debate con tus compañeros y compañeras presentando tus argumentos.
Para desarrollar esta actividad es interesante consultar antes de su realización el apartado «La
puesta en práctica de la programación».
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FUENTES Y RECURSOS
Libros
ALSINA, P. (2007). Educación musical y competencias: referencias para su desarrollo. Eufo-
nía: Didáctica de la música, 41: 17-36.
En este artículo se exponen algunos principios básicos que hay que considerar en la progra-
mación por competencias en educación musical. Se presenta desde el origen del enfoque
por competencias hasta su formulación en la programación de aula. También se abordan las
competencias del docente de Música en distintos ámbitos profesionales.
damentación teórica ejemplificada a lo largo de distintos capítulos, tanto del ámbito escolar
de educación primaria y secundaria como en el ámbito de la educación social.
GREEN, L. (2008). Music, informal learning and the school: a new classroom pedagogy.
Hampshire: Ashgate.
En este título, desde sus trabajos e investigaciones respecto al aprendizaje de la música en con-
textos informales, la autora nos aproxima a diversos modelos de aprendizaje y los sitúa en rela-
ción con la educación secundaria, descubriendo que es posible articularlos en esta etapa.
Green analiza la pedagogía musical actual y ofrece alternativas sugerentes que contemplan
la música de consumo del alumnado, pero se sitúan más allá de ésta. Es una aportación in-
teresante para tenerla en cuenta en el momento de elaborar una programación que conecte
el currículo con los intereses del alumnado.
PERRENOUD, P. (2004). Suffit-il d’être expert pour former des experts? Enseigner la musi-
que, 6-7, 87-106. Consultado (13/02/10) en: <www.unige.ch/fapse/SSE/teachers/perrenoud/
php_main/php_2004/2004_16.html>.
En este artículo, contextualizado en la enseñanza de la Música, el autor afirma que no es su-
ficiente dominar la materia para enseñarla, sino que es imprescindible adquirir una segunda
maestría. Revisa aspectos que considerar en la educación musical, como la motivación del
alumnado, la relación entre el profesorado y el alumnado, la generación de situaciones de
aprendizaje o dispositivos didácticos, el valor del socioconstructivismo como mediador entre
la enseñanza y el aprendizaje, la importancia de la evaluación formativa y la regulación, y la
necesidad de administrar la heterogeneidad en el aula.
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Sitios web
Nosotros competentes. Para una educación basada en competencias.
competentes.wordpress.com
En esta web, donde participan diversos autores y autoras, se ofrecen buenas prácticas y
recursos para trabajar por competencias, así como enlaces a las iniciativas de distintas co-
munidades autónomas. Entre otros apartados interesantes podemos encontrar foros y debates,
enlaces a herramientas web 2.0, recomendaciones y consejos para programar por compe-
tencias.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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lona: Fundació Jaume Bofill.
DAVIS, R.A. (2009). Educación musical e identidad cultural. En D.K. Lines (ed.), La educa-
ción musical para nuevo milenio: el futuro de la teoría y la práctica de la enseñanza y el
aprendizaje de la música (pp. 71-90). Madrid: Morata.
DELORS, J. (1996). La educación encierra un tesoro. Madrid: Santillana/UNESCO. Consul-
tado (13/02/10) en: <www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF>.
DÍAZ BARRIGA, F. (2003). Cognición situada y estrategias para el aprendizaje significativo.
Revista Electrónica de Investigación Educativa, 5 (2). Consultado (22/02/10) en: <redie.
ens.uabc.mx/vol5no2/contenido-arceo.pdf>.
GINÉ, N. y PARCERISA, A. (coords.) (2000). Planificación y análisis de la práctica educativa.
La secuencia formativa: fundamentos y aplicación. Barcelona: Graó.
GREEN, L. (2002). How popular musicians learn: a way ahead for music education. Alder-
shot: Ashgate.
— (2008). Music, informal learning and the school: a new classroom pedagogy. Hampshire:
Ashgate.
HARGREAVES, D.J., MARSHALL, N. y NORTH, A.C. (2005). Educación musical en el siglo
XXI: una perspectiva psicológica. Eufonía. Didáctica de la música, 34, 8-32.
LINES, D.K. (ed.) (2009). La educación musical para nuevo milenio: el futuro de la teoría y
la práctica de la enseñanza y el aprendizaje de la música. Madrid: Morata.
MONEREO, C. (coord.) (2009). PISA como excusa. Repensar la evaluación para cambiar la
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Normativa legal
Real Decreto 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas
mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria. Boletín Oficial del
Estado (05/01/2007), 5, 677-773. También disponible en línea en: <www.boe.es/boe/
dias/2007/01/05/pdfs/A00677-00773.pdf>.