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LAS LOMBRICES

Indice del capítulo III

Introducción

III.1 Generalidades

III.2 Clasificación de las lombrices

III.3 Morfología externa

III.4 Anatomía y fisiología

Sistema respiratorio
Sistema digestivo
Sistema circulatorio
Sistema excretor
Sistema nervioso
Sistema locomotor
Sistema reproductor

III.5 Especies de lombrices utilizadas en lombricultura

Ciclo de vida
Condiciones de vida
Trastornos fisiológicos
Enemigos naturales
Fauna asociada
Las lombrices introducción

La influencia de las lombrices en los suelos agrícolas era conocida ya en el antiguo Egipto.
Los faraones la consideraban "animal sagrado" y preveían castigos muy severos para
quienes las dañaran. El filósofo griego Aristóteles las definió como "los intestinos de la
tierra". Los romanos también apreciaron a las lombrices, aunque no es hasta el siglo XIX
cuando Darwin, en su libro La formación de la tierra vegetal por la acción de las lombrices
publicado en 1881, explica la verdadera función de estos invertebrados en el suelo.

Esta obra sería el inicio de una serie de investigaciones que hoy han transformado la
lombricultura en una actividad zootécnica muy importante que permite mejorar la
producción agrícola.

A mediados de los años 40 se comenzó en Estados Unidos la cría intensiva de lombrices


con el fin de obtener humus de lombriz. Inicialmente se utilizó la especie Eisenia foetida,
también conocida como lombriz roja californiana, la cual posteriormente por razones de
crianza, reproducción y por la variedad de residuos orgánicos que ingiere, ha resultado ser
la lombriz más adecuada para la lombricultura.

III.1 Generalidades

Las lombrices están clasificadas en el reino animal como Anélidos, de la clase de los
Oligoquetos (nombre que procede del griego oligo –escaso– y quetos –pelos–, referido a las
diminutas filas de cerdas que recorren la parte ventral y lateral de su cuerpo, las cuales
sirven como elemento de agarre durante el desplazamiento). Pertenecen a la familia
Lumbricidae y su cuerpo está constituido por una serie de anillos o metámeros en los que se
repiten los mismos órganos. Viven en ambientes húmedos, rehuyen la luz y se nutren de
sustancias inorgánicas y restos orgánicos vegetales y animales en descomposición, por lo
que son excelentes recuperadores de los suelos. Se encuentran preferiblemente en los suelos
fuertemente arcillosos y con un alto contenido de materia orgánica, y por lo general son
escasas tanto en suelos arenosos como en suelos fuertemente ácidos.

La capacidad de las lombrices de barrenar el suelo y depositar sus excreciones en las


galerías que forman, influye favorablemente sobre las propiedades físicas del mismo,
favoreciendo la formación de agregados estables.

Éstas garantizan además la aireación y favorecen la infiltración del agua. Se estima que el 5
% del volumen total de los suelos agrícolas es barrenado, lo que permite un aumento
significativo de su porosidad. Durante su movimiento las lombrices mezclan la materia
orgánica con los componentes minerales del suelo, lo cual crea condiciones favorables para
el crecimiento de las plantas. Se puede afirmar que las lombrices son verdaderas
agricultoras naturales, capaces de labrar y fertilizar la tierra. La presencia de lombrices y
deyecciones de las mismas en la superficie de los suelos es síntoma de actividad y fertilidad
del sistema.
Las lombrices también influyen sobre las características químicas del suelo, ya que una vez
que ingieren y digieren la materia orgánica, la depositan en éste, lo que permite una mejor
distribución de los elementos nutritivos disponibles para las plantas.

Con su movimiento, las lombrices redistribuyen estos elementos y otros materiales desde la
superficie hasta las profundidades de los suelos, y viceversa.

La población de lombrices en los suelos aumenta considerablemente como consecuencia


del manejo conservacionista, fundamentalmente con la introducción de sistemas de
labranza reducida y poco profunda, así como con la rotación y el uso de cultivos cobertores.

De igual forma aumenta con el incremento del abonado orgánico y la disminución del uso
de agroquímicos.

La cantidad de galerías que las lombrices son capaces de abrir en un suelo depende de la
especie así como de las características propias del suelo, del tipo de labranza empleada y de
la aplicación de fertilizantes minerales y otros agroquímicos.

Las excreciones de las lombrices o castings, que están compuestas por un complejo de
materia orgánica y suelo digerido, se encuentran por lo general en la superficie del suelo o
en las galerías.

Es conocido que la excreta de lombriz está compuesta por una alta proporción de complejo
humusarcilla, lo que confiere al suelo una mayor retención de humedad y mayor protección
contra la erosión.

Generalmente se considera que, de la compleja fauna del suelo, la lombriz es el animal que
consume mayor cantidad de materia orgánica. Cuando existe una concentración elevada de
lombrices en el suelo, los procesos de mineralización y síntesis de humus se aceleran,
debido fundamentalmente a la acción que ejercen los microorganismos asociados a las
excretas de estos animales.

III.2 Clasificación de las lombrices

Desde el punto de vista ecológico las lombrices se clasifican (Fig. 3.1) en:

• Endogeas: Viven en niveles profundos del suelo, donde cavan galerías y se


alimentan de la materia orgánica y minerales presentes. Poseen baja asa de
reproducción y no desarrollan pigmentos.
• Anécicas: Cavan galerías en el suelo en forma de U donde pasan la mayor parte de
su tiempo. Por la noche salen a la superficie en busca de restos orgánicos, los cuales
introducen en el suelo y los ingieren junto con partículas minerales. Este tipo de
lombrices cumplen un apel muy importante en la aireación y el condicionamiento
del suelo (desmenuzamiento, neutralización del pH, aporte de microorganismos,
etc.). A este grupo pertenece la lombriz de tierra o lombriz común (Lumbricus
terrestris).
• Epigeas: A este grupo pertenecen las lombrices utilizadas en ombricultura. Viven en
la superficie de los suelos, en acumulaciones de materia orgánica y no cavan
galerías. Estas características originan que estén en constante peligro, ya sea por la
acción directa del hombre o por otras causas, como inundaciones, frío, incendios,
escasez de comida, etc. No obstante, este grupo posee determinadas características
que les permiten sobrevivir, como son: su alta capacidad de reproducción, de
aprovechamiento de alimentos y su capacidad para producir capullos resistentes.

Taxonómicamente, las especies de mayor interés para la lombricultura presentan la


siguiente clasificación:

Phylum: Annelida
Clase: Clitellata
Subclase: Oligochaeta
Orden: Haplotaxida
Familia: Lumbricidae
Géneros: Eisenia, Eudrilus, Perionyx,Lumbricus
Especies: Eisenia foetida, Eisenia andrei, Eudrilus eugeniae, Perionyx excavatus,
Lumbricus rubellus

Fig. 3.1. Clasificación ecológica de las lombrices


III.3. Morfología externa

La lombriz es un animal alargado, de cuerpo cilíndrico, anillado y su longitud, en estado


adulto, varía entre 5 y 45 cm, dependiendo de la especie. Su cuerpo está revestido por una
fina cutícula que lo protege de la desecación.

Todos sus anillos (segmentos o metámeros) son iguales, excepto el primero (prostomio),
que contiene la boca y el último (pigidio) donde se encuentra el ano. En la fase de madurez
sexual aparece una zona glandular diferenciada que se denomina clitelo y está relacionada
con la reproducción y puesta de los capullos (Fig. 3.2).

La morfología externa e interna se emplea en sistemática para clasificar distintas especies


de lombrices. Los parámetros que utiliza la clasificación en función de la morfología
externa son: número de quetas, cantidad de segmentos del cuerpo, posición que ocupa el
clitelo con respecto al prostomio y las características de éste. Las principales características
morfológicas de las especies más utilizadas en la lombricultura en Cuba se presentan a
continuación:

Eisenia foetida o lombriz roja californiana, que es la especie más utilizada en lombricultura,
suele tener, en estado adulto, una longitud entre 5 y 9 cm con un diámetro entre 3 y 5 mm.

Es de color rojo púrpura y puede alcanzar en condiciones óptimas entre 1 y 1,2 g de peso.
El número de segmentos varía entre 80 y 120 con un promedio de 95. Cuando son adultas
presentan un clitelo o abultamiento en forma de silla de montar situado entre los segmentos
24 al 32. En el clitelo se localizan sus órganos sexuales, tanto masculinos como femeninos.

Eudrilus eugeniae o lombriz roja africana, que es otra especie muy utilizada en
lombricultura, es de mayor tamaño, midiendo en estado adulto entre 15 y 20 cm. Es de
color rojo púrpura oscuro y su peso puede superar los 3 g. Su clitelo se localiza más cerca
del prostomio y presenta una cola (pigidio) redondeada de color blanquecino.

Fig. 3.2. Morfologia esterna de la lombriz


III.4 Anatomía y fisiología

Los anélidos presentan sistemas de órganos. Estos sistemas están incluidos en la cavidad
del cuerpo o celoma, el cual contiene el líquido celómico o sangre, que no es comprimible y
actúa como esqueleto hidráulico (Fig. 3.3).

Fig. 3.3. Corte transversal de la lombriz.

Sistema respiratorio

La respiración es cutánea, a través de la piel. La organización del sistema circulatorio


permite que la sangre circule por capilares que se ubican junto a la cutícula húmeda de la
pared del cuerpo, lo que favorece la absorción de O2 y la liberación de CO2. Por tal motivo,
las lombrices necesitan tener la piel húmeda para poder captar el oxígeno, ya que en un
medio muy seco no se podría llevar a cabo el intercambio.

Igual ocurre con un medio muy anegado, porque aunque estos animales soportan la
sumersión, si ésta se prolonga podría provocar la muerte por asfixia.
Sistema digestivo

Es recto y consta de una boca sin dientes, a la cual le siguen la faringe y el esófago. En este
último se encuentran a ambos lados las glándulas calcíferas, las cuales segregan carbonato
de calcio.

Esta sustancia tiene la propiedad de neutralizar los ácidos de los alimentos.

Una vez que el alimento ha llegado al esófago pasa al buche, a la molleja y de ahí al
intestino, donde actúan enzimas degradando los alimentos en sustancias más simples. Las
deyecciones salen a través del ano enriquecidas por microorganismos propios de su flora
bacteriana. Las lombrices consumen diariamente una cantidad de alimento equivalente a su
peso corporal.

Sistema circulatorio

La sangre de las lombrices contiene un pigmento parecido a la hemoglobina y circula a


través de un sistema de vasos: el longitudinal dorsal, el ventral y el subneural, además de
otros vasos pulsátiles (corazones) ubicados alrededor del esófago que la impulsan hacia la
parte posterior del cuerpo del animal.

El número de corazones varía según la especie. Mediante este sistema se absorben las
sustancias alimenticias del intestino, se transporta el oxígeno a todo el cuerpo y se libera
dióxido de carbono a través de la piel.

Sistema excretor

Las lombrices poseen un par de nefridios por segmento, los cuales son unos simples tubitos
por donde se eliminan las sustancias de desecho al exterior a través de estructuras
denominadas poros, nefridiosporos o nefridioros. Estos se comunican con unos embudos de
células ciliadas que capturan las sustancias de desechos contenidas en el líquido celomático
provenientes de la pared del cuerpo y el tubo digestivo.

Mediante este sistema se realiza la filtración, reabsorción y secreción.

Sistema nervioso

Es ganglionar, representado por un par de ganglios cerebroides que se encuentran por


encima del esófago. Existen dos conectivos que rodean la faringe y se comunican con los
ganglios subfaringeos bilobulados. Desde aquí sale el cordón nervioso ventral que se
extiende por la parte ventral del celoma hasta el último somito que corresponde al ano. En
cada somito se presenta un ganglio derivado de este, desde el cual emergen tres pares de
nervios laterales de donde salen las fibras sensitivas y las fibras motoras. Estas controlan
los movimientos musculares en todas sus funciones, además de recibir las sensaciones
luminosas y de tacto que orientan a la lombriz.
Estos anélidos poseen células fotosensibles subcutáneas, las cuales no permiten la visión,
pero sí la sensibilidad a la luz. Las lombrices son animales fotosensibles y su taxismo, entre
otros elementos, corresponde a su respuesta a la luz, de la que huyen, prefiriendo el hábitat
oscuro. A este taxismo se le denomina fototaxismo negativo. La exposición de las
lombrices a la luz natural es letal, admitiéndola únicamente durante muy pocos minutos.

Sistema locomotor

En el sistema locomotor de la lombriz intervienen los músculos, el líquido celómico y las


quetas. Para avanzar, la lombriz apoya las quetas en el sustrato, y el líquido celómico
ayudado por los músculos, se dirige hacia delante, acortándose la parte posterior del cuerpo
del animal. Posteriormente se retiran las quetas, y el líquido celómico se desplaza hacia
detrás, estirándose el cuerpo, lo que le permite avanzar. Las lombrices también pueden
moverse verticalmente hacia arriba o abajo en busca de sus alimentos o para huir de
condiciones adversas. Durante el proceso de lombricultura, bajan verticalmente buscando la
humedad óptima en el fondo del sustrato, evitando la incidencia de los rayos solares en las
horas más críticas, que provocan el recalentamiento y la desecación del sustrato en la parte
superior.

Sistema reproductor

Las lombrices son hermafroditas insuficientes, es decir, reúnen en el mismo individuo los
dos sexos (femenino y masculino), por lo que producen óvulos y espermatozoides en el
mismo individuo.

Sin embargo, no se autofecundan, o sea, necesitan del apareamiento con otro individuo
(fecundación cruzada).

En el apareamiento, las lombrices se entrelazan estrechamente en posición opuesta


haciendo coincidir ambos clitelos. En esta posición pueden permanecer hasta 15 minutos,
quedando en contacto el poro genital masculino de uno con el femenino del otro, y
viceversa, e intercambiando el material espermático (Fig. 3.4).

Fig. 3.4. Apareamiento

Después de unos días cada individuo efectúa la liberación de los capullos que darán lugar a
la nueva generación.
La mayoría de las especies tienen capacidad de regeneración, es decir que pueden
reemplazar partes incluso muy grandes de su cuerpo. Esta característica, que no debe
confundirse con una forma de reproducción, es evidentemente muy importante desde un
punto de vista ecológico. No obstante, resulta relativamente poco estudiada y mientras hay
coincidencia de opinión acerca de la posibilidad de que la parte anterior del cuerpo genere
una nueva cola, hay discordancia sobre la posibilidad de que la situación inversa se
produzca.

III.5 Especies de lombrices utilizadas en lombricultura

Las especies más utilizadas son Eisenia foetida (Roja californiana), Eudrilus eugeniae (Roja
africana), Eisenia andrei, Perionyx excavatus y Lumbricus rebellus. En Cuba se han
utilizado fundamentalmente la Eisenia foetida y la Eudrilus eugeniae (Fig. 3.5).

Fig. 3.5. Adultos de Eisenia foetida (arriba) y Eudrilus eugeniae (abajo)

Las principales características que las hacen idóneas para ser utilizadas en los sistemas de
lombricultura son las siguientes:

• Son ubicuas y colonizan diversos residuos orgánicos de forma natural.


• Toleran amplios rangos de temperaturas y humedad
• Son fuertes, resistentes y fáciles de manejar.
• Poseen una elevada tasa de reproducción.
• Son colonizadoras efectivas de todo tipo de ambientes ricos en materia orgánica,
pudiendo reemplazar a alguna de las especies nativas ya establecidas.
• Viven en cautiverio sin fugarse de su lecho, independientemente de las condiciones
de clima y altitud.
• Consumen diariamente una cantidad de residuos equivalente, prácticamente, a su
propio peso.

Ciclo de vida

Por lo general Eisenia foetida madura sexualmente a los dos meses de vida, lo cual viene
indicado por la aparición del clitelo. El acoplamiento de dos lombrices se efectúa con no
menos de 7 días entre uno y otro, del cual se obtienen 1 ó 2 capullos por cada lombriz.
Si las condiciones del medio son óptimas, después de 1421 días de incubación, eclosiona el
capullo y nacen entre 2 y 9 lombricillas (por lo general entre 2 y 4), de color rosado pálido
translúcido, en condiciones de moverse y nutrirse de inmediato. Las nuevas 47 lombrices
alcanzan su madurez sexual entre 45 y 90 días de su nacimiento dependiendo de las
condiciones del cultivo (Fig. 3.6).

Fig. 3.6. Ciclo biológico de Eisenia foetida

Respecto a Eudrilus eugeniae, por lo general la producción de capullos por semana es de 1


a 2, los cuales eclosionan entre 15 y 30 días, produciendo cada uno entre 2 y 5 nuevas
lombrices.

Estas alcanzan su madurez entre 32 y 90 días, dependiendo de las condiciones del cultivo.

Condiciones de vida

Como se mencionó anteriormente, las especies de lombrices de interés para la


lombricultura son adaptables y pueden vivir y reproducirse en diferentes condiciones
ecológicas. No obstante, como todo organismo vivo, requieren para su óptimo desarrollo
condiciones bien definidas, la mayoría de las cuales pueden ser controladas por el hombre;
estas son fundamentalmente la temperatura, el pH, la humedad y la alimentación adecuada.
Cuando las lombrices están en los rangos óptimos de dichos pará metros son capaces de
vivir, reproducirse y producir humus.

La Tabla 3.1 refleja los rangos a respetar para el cultivo de las lombrices Eisenia foetida y
Eudrilus eugeniae. Las variaciones de las condiciones ambientales afectarán al cultivo en
mayor o menor grado dependiendo de cuánto se alejen del valor óptimo (Tabla 3.1).

Tabla 3.1. Incidencia de pH, temperatura y humedad sobre el comportamiento de las


lombrices Eisenia foetida y Eudrilus eugeniae durante el proceso de lombricultura.

Parámetro Efecto sobre la lombriz


Muerte Letargo Produce Humus Letargo Muerte

Rango V. óptimo

pH > <5 < 6,5 6,8-8 7,5 > 8,5 >9


Humedad % < 50 < 75 80-85 82 > 88 > 90
Eisenia foetida
T °C 0 <7 14-27 20 > 33 > 42
Eudrilus eugeniae
T °C < 15 < 19 20-26 24 > 33 > 42

Bajo condiciones desfavorables, inicialmente las lombrices únicamente se alimentarán,


pero no se reproducirán con lo que la población se estanca (las lombrices juveniles no
pasarán a adultas y las adultas no se acoplarán, por lo que no habrá capullos) y disminuirá
la producción de humus. Si las condiciones de vida se hacen más adversas, las lombrices
entran en latencia y solo se alimentarán para sobrevivir, pero ni se reproducen ni producen
humus (en estas condiciones en el cultivo solo quedarán lombrices juveniles que son más
resistentes que las adultas). Por último y ante condiciones extremas se produce la muerte de
las lombrices.

En función de lo señalado, un productor con suficiente experiencia en el cultivo, por


apreciación visual de la población de lombrices puede detectar cualquier problema que esté
afectando el desarrollo del mismo y podrá entonces tomar las medidas para rectificarlo a
tiempo.
Trastornos fisiológicos

A las lombrices no se les reporta que padezcan ni transmitan enfermedades de importancia


desde un punto de vista práctico, ni tampoco son hospederos intermediarios, ni vectores de
parásitos dañinos a los animales y al hombre.

Sin embargo, pueden presentar trastornos fisiológicos si no se pone el cuidado suficiente en


su alimentación. El trastorno fisiológico más conocido es el "gosso ácido o síndrome
protéico", que resulta de la intoxicación provocada por un exceso de proteínas en el
alimento. También pueden sufrir alteraciones por la presencia de pesticidas u otros agentes
nocivos. Las lombrices afectadas presentan, entre otros síntomas, movimientos rápidos
tratando de escapar y disminución posterior de éstos haciéndose lentos y pesados.

Además, pueden aparecer inflamaciones de la región clitelar y necropsia, contracciones y


abultamientos a lo largo del cuerpo del animal o mostrarse blanduzcas, muriendo en la
mayoría de los casos.

Enemigos naturales

El hombre quizás sea el principal enemigo de la lombriz. En estado silvestre, las daña con
el uso de herbicidas, plaguicidas y fertilizantes químicos. En el criadero, la presencia de
depredadores es, en la mayoría de los casos, un indicador de un manejo incorrecto por parte
del lombricultor (por lo general baja humedad y lechos muy ácidos).

Los ratones, aves y ranas son los principales vertebrados que amenazan a las lombrices en
los criaderos. Pueden controlarse colocando redes o cubiertas aireadas protectoras sobre los
canteros. En países templados, los topos son muy peligrosos y pueden destruir cultivos
enteros. Pueden evitarse colocando las literas sobre planchas, lonas resistentes, redes
metálicas con malla muy estrecha, cemento o ladrillos con objeto de construir un pavimento
que evite que el topo lo pueda atravesar.

Existe un gran número de invertebrados que son depredadores de las lombrices como
hormigas, ácaros, tijeretas, ciempiés, etc. (Fig. 3.7).

Fig. 3.7. Hormiguero en cantero a) y ciempiés b)

Las hormigas pueden llegar a establecerse en colonias de alta densidad al encontrar


canteros en condiciones de baja humedad, ocasionando daños considerables. Por lo general
estos depredadores se suelen controlar manteniendo la humedad del sustrato por encima del
80 % y un pH superior a 7.

Fig. 3.8. Adulto de planaria sobre cantero a) y detalle del mismo b)

En países tropicales y subtropicales, la planaria (Bipalium kewense Moseley) (Fig. 3.8) es,
sin lugar a dudas, la plaga de mayor importancia dentro de los canteros. Un breve resumen
de las características de este depredador, así como de las medidas a tomar para evitar su
aparición o para su control, se expone a continuación.

Características generales de la planaria:

• Gusano aplanado dorsoventralmente, que en estado adulto alcanza de 5 a 30 cm de


longitud, reportándose hasta 60 cm.
• En estado adulto tienen una coloración amarilloocre en la región dorsal, con líneas
carmelitas oscuras que se extienden a todo lo largo del cuerpo.
• La región anterior posee dos falsos ojos no siempre visibles.
• La región ventral es de color rosado amarillento y se distingue una banda media más
clara.
• La boca es ventral por la que sale una alargada faringe de color blanco en el
momento de atacar.
• Se reproduce generalmente por fragmentación, así como por huevos. Éstos son de
color oscuro y se confunden con el sustrato orgánico.
• Como hábitat, prefiere los sustratos orgánicos viejos con pH ácido, no muy
húmedos (< 50 %). Tienen poca movilidad y se cubren con partículas de materia
orgánica que se pegan a la superficie de su cuerpo, enroscándose y dificultando su
localización. Su mayor actividad es en horas nocturnas.
• Es depredador de las lombrices, adhiriéndose a ellas por medio de una sustancia
cerosa que produce. Posteriormente introduce la faringe en el cuerpo de la preda,
succionándola hasta matarla. Catorce planarias por metro cuadrado de cantero son
capaces de afectar al 75 % de la población de lombrices y por tanto a la producción
de humus de lombriz.

Para evitar la aparición y la diseminación de planarias deben tomarse las siguientes


medidas preventivas:
• No alimentar los canteros con sustratos orgánicos viejos, cuyo pH sea menor de 7,
es decir ácido.
• No permitir una larga estadía de canteros, canoas o cualquier recipiente sin cosechar
el humus.
• Mantener la humedad adecuada en el cultivo (> 75 %).
• Al trasladar pie de cría de una unidad a otra, cerciorarse que no esté infectado.

Una vez que la plaga aparezca deben tomarse las siguientes medidas de control:

• Si el ataque es pequeño puede eliminarse manualmente, extrayéndolas y


destruyéndolas lejos del cultivo.
• En caso de aparecer grandes cantidades debe separarse, manual o mecánicamente, la
capa donde están las lombrices y planarias y trasladarla fuera del lugar para su
eliminación.
• Las unidades infestadas no pueden entregar bajo ningún concepto pie de cría a otras
hasta tanto no exista pleno convencimiento de su erradicación.
• Se deben acentuar las medidas de higiene del personal y limpieza de los
instrumentos, para evitar el traslado de la infestación a otras áreas.

Fauna asociada

Desde que se conforman los depósitos con diferentes tipos de residuales para el fomento de
la lombricultura, comienza la descomposición de la materia orgánica. En este proceso
participan muchos organismos que colonizan este sustrato para alimentarse de la materia
orgánica o utilizarlo como escondite.

Un ejemplo son los organismos detritófagos como cochinillas u otros artrópodos (Fig. 3.9)
que pueden competir con las lombrices por el alimento, pero sin causar daños directamente.

Fig. 3.9. Fauna asociada


Asimismo, en todos los cultivos pueden encontrase asociados otros invertebrados y
microorganismos que participan en la descomposición del sustrato orgánico.

Todos estos organismos se conocen como fauna asociada o acompañante. Es importante


destacar que en un cultivo corrctamente manejado, ninguno de los organismos mencionados
es capaz de competir o causar perjuicio a las lombrices, lo que únicamente puede ocurrir
cuando no se cumplan las condiciones para el correcto desarrollo del cultivo.

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