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Los lóbulos del cerebro y sus funciones

Publicado el 22 de julio de 2009 por Sergio Monge

El cerebro humano puede dividirse en dos partes más o menos simétricas denominadas hemisferios. Cada hemisferio
puede dividirse en 4 lóbulos diferentes:
1. Lóbulo Occipital (rojo). En el lóbulo occipital reside la corteza visual y por lo tanto está implicado en nuestra
capacidad para ver e interpretar lo que vemos.
2. Lóbulo Parietal (amarillo). El lóbulo parietal tiene un importante papel en el procesamiento de la información
sensorial procedente de varias partes del cuerpo, el conocimiento de los números y sus relaciones y en la
manipulación de los objetos.
3. Lóbulo Temporal (verde). Las principales funciones que residen en el lóbulo temporal tienen que ver con la
memoria. El lóbulo temporal dominante está implicado en el recuerdo de palabras y nombres de los objetos. El lóbulo
temporal no dominante, por el contrario, está implicado en nuestra memoria visual (caras, imágenes,…).
4. Lóbulo Frontal (azul). El lóbulo frontal se relaciona con el control de los impulsos, el juicio, la producción del
lenguaje, la memoria funcional (de trabajo, de corto plazo), funciones motoras, comportamiento sexual, socialización y
espontaneidad. Los lóbulos frontales asisten el la planificación, coordinación, control y ejecución de las conductas.

Se llaman neurotransmisores a las sustancias químicas que se encargan de transmitir la información entre las distintas
partes del cuerpo. Las hormonas, por ejemplo, son transmisores que viajan a través de la sangre. Y se llama
neurotransmisores a los transmisores que conducen los mensajes a distintas zonas del sistema nervioso (cerebro,
médula espinal y nervios).
Asimismo, es importante señalar que los neurotransmisores son neuro hormonas es decir hormonas que son producidas
por Neuronas o células que pertenecen al sistema nervioso. Estos neurotransmisores, están encargados de hacer
funcionar muchos órganos del cuerpo sin nuestro control consciente, es decir, a través del sistema nervioso automático o
autonómico Por lo tanto el control de la Tensión Arterial, frecuencia cardíaca, sudoración, movimiento de los intestinos,
piloerección, llegada de sangre a los diferentes órganos, respiración, sueño, vigília, emociones e inmunidad, entre otras
funciones orgánicas, están controladas por los NT. Aunque usted no lo crea somos seres que dependemos de unas
hormonas que se producen en el cerebro y estas tratan ordenadamente de modular todas nuestras funciones, intentan

no equivocarse, buscan el orden perfecto, trabajan día y noche, descansan pero trabajan mucho. 

De allí, la importancia que para la actualidad ha cobrado la investigación sobre los neurotransmisores, puesto que los
mismos así como ofrecen beneficios y bienestar en cada uno de nosotros, también, el desequilibrio de estos en nuestros
organismos, generan efectos negativos o malestares, por su notable sobre las funciones mentales, el comportamiento y
el humor. Veamos esquemáticamente algunos de esos efectos: sobre los neurotransmisores o moléculas de las
emociones más importantes. A continuación te describo brevemente cada uno de ellos.

1.- La serotonina. Sintetizada por ciertas neuronas a partir de un aminoácido, el triptófano, se encuentra en la


composición de las proteínas alimenticias. Juega un papel importante en la coagulación de la sangre, la aparición del
sueño y la sensibilidad a las migrañas. El cerebro la utiliza para fabricar una conocida hormona: la melatonina. Por ello,
los niveles altos de serotonina producen calma, paciencia, control de uno mismo, sociabilidad, adaptabilidad y humor
estable. Los niveles bajos, en cambio, hiperactividad, agresividad, impulsividad, fluctuaciones del humor, irritabilidad,
ansiedad, insomnio, depresión, migraña, dependencia (drogas, alcohol) y bulimia.
2.- La dopamina. Crea un "terreno favorable" a la búsqueda del placer y de las emociones así como al estado de alerta.
Potencia también el deseo sexual. Al contrario, cuando su síntesis o liberación se dificulta puede aparecer desmotivación
e, incluso, depresión. Por ello, se tiene, que los niveles altos de dopamina se relacionan con buen humor, espíritu de
iniciativa, motivación y deseo sexual. Los niveles bajos con depresión, hiperactividad, desmotivación, indecisión y
descenso de la libido.
3.- La acetilcolina. Este neurotransmisor regula la capacidad para retener una información, almacenarla y recuperarla
en el momento necesario. Cuando el sistema que utiliza la acetilcolina se ve perturbado aparecen problemas de memoria
y hasta, en casos extremos, demencia senil. En ese sentido, puede señalarse que lo los niveles altos de acetilcolina
potencian la memoria, la concentración y la capacidad de aprendizaje. Un bajo nivel provoca, por el contrario, la pérdida
de memoria, de concentración y de aprendizaje.
4.- La noradrenalina: se encarga de crear un terreno favorable a la atención, el aprendizaje, la sociabilidad, la
sensibilidad frente a las señales emocionales y el deseo sexual. Al contrario, cuando la síntesis o la liberación de
noradrenalina se ve perturbada aparece la desmotivación, la depresión, la pérdida de libido y la reclusión en uno mismo.
En ese respecto, los niveles altos de noradrenalina dan facilidad emocional de la memoria, vigilancia y deseo sexual. Un
nivel bajo provoca falta de atención, escasa capacidad de concentración y memorización, depresión y descenso de la
libido.
5.- El Ácido gamma-aminobutírico o GABA. Se sintetiza a partir del ácido glutámico y es el neurotransmisor más
extendido en el cerebro. Está implicado en ciertas etapas de la memorización siendo un neurotransmisor inhibidor, es
decir, que frena la transmisión de las señales nerviosas. Sin él las neuronas podrían -literalmente- "embalarse"
transmitiéndonos las señales cada vez más deprisa hasta agotar el sistema. El GABA permite mantener los sistemas
bajo control. Su presencia favorece la relajación. Cuando los niveles de este neurotransmisor son bajos hay dificultad
para conciliar el sueño y aparece la ansiedad. Además, los niveles altos de GABA potencian la relajación, el estado
sedado, el sueño y una buena memorización. Y un nivel bajo, ansiedad, manías y ataques de pánico.
6.- La adrenalina. Es un neurotransmisor que nos permite reaccionar en las situaciones de estrés. Las tasas elevadas
de adrenalina en sangre conducen a la fatiga, a la falta de atención, al insomnio, a la ansiedad y, en algunos casos, a la
depresión. Los niveles altos de adrenalina llevan a un claro estado de alerta. Un nivel bajo al decaimiento y la depresión.

Los lóbulos del cerebro y sus distintas funciones


Las distintas partes del cerebro cumplen unas ciertas funciones ejecutivas. ¿Cuáles?

Es muy habitual creer que los pensamientos, sentimientos y emociones humanas tienen su origen en dos partes del
cerebro que trabajan conjuntamente: los hemisferios cerebrales, dos mitades prácticamente idénticas entre sí que se
distinguen por los procesos que se llevan a cabo en ellos. 

Esta idea, aunque es cierta en parte, aporta una explicación muy simple acerca de nuestro funcionamiento, porque
dentro de cada hemisferio podemos encontrar una cantidad casi infinita de estructuras orgánicas encargadas de realizar
diferentes tareas. Aquí puedes encontrar una explicación general sobre algunas de las partes más importantes de
nuestra "máquina de pensar": los lóbulos del cerebro y sus funciones.

Aspectos básicos sobre los lóbulos del cerebro

Anatómicamente es muy fácil reconocer la división que existe entre los dos hemisferios del  cerebro, porque vistos desde
arriba un gran espacio los mantiene separados. Sin embargo, cada hemisferio está cubierto por una capa
llamada corteza cerebral  (que es la parte más visible del cerebro y parece estar lleno de arrugas y surcos), y esta corteza
puede dividirse en diferentes parcelas atendiendo a sus distintas funciones. Estas parcelas son los lóbulos del cerebro, y
a continuación puedes leer sus aspectos más básicos.

Lóbulo frontal

Marcado en azul en la imagen.

En los humanos, es el más grande de los lóbulos del cerebro. Se caracteriza por su papel en el procesamiento de
funciones cognitivas de alto nivel tales como la planificación coordinación, ejecución y control de la conducta. Por
extensión, también hace posible el establecimiento de metas, la previsión, la articulación del lenguaje y la regulación de
las emociones. Además, del lóbulo frontal nace la capacidad para tener en cuenta a los demás y establecer teoría de la
mente.

Esta parte de la corteza es propia de animales vertebrados y es especialmente grande en los mamíferos y las aves, ya
que estos grupos evolutivos contienen las especies más inteligentes del planeta.

Lóbulo parietal

Se encuentra entre los lóbulos frontal y occipital (de color amarillo en la imagen). Se encarga principalmente de procesar
información sensorial que llega de todas las partes del cuerpo, como el tacto, la sensación de temperatura, el dolor y la
presión, y es capaz de relacionar esta información con el reconocimiento de números. También hace posible el control de
los movimientos gracias a su cercanía a los centros de planificación del lóbulo frontal.

Además, recibe información visual proveniente del lóbulo occipital y trabaja creando asociaciones entre este tipo de datos
y otros inputs provenientes de otras áreas.
Lóbulo occipital

Es el menor de los cuatro principales lóbulos del cerebro y se encuentra en la zona posterior del cráneo, cerca de la nuca
(aparece pintado de rojo en la ilustración). Es la primera zona de la neocorteza a la que llega la información visual. Por lo
tanto, tiene un papel crucial en el reconocimiento de objetos cuya luz es proyectada sobre la retina, aunque por sí misma
no tiene la capacidad para crear imágenes coherentes.

Lóbulo temporal

Los lóbulos temporales de cada hemisferio se encuentran a los laterales del cerebro, dispuestos horizontalmente y
pegados a las sienes (uno de ellos aparece marcado en verdeen la imagen). Reciben información de muchas otras áreas
y lóbulos del cerebro y sus funciones tienen que ver con la memoria y el reconocimiento de patrones en los datos
provenientes de los sentidos. Por lo tanto, juega un papel en el reconocimiento de rostros y voces, pero también en el
recuerdo de palabras.

Ínsula

La ínsula es una parte de la corteza que queda oculta entre el resto de lóbulos del cerebro y para verla, es necesario
apartar entre sí los lóbulos temporal y parietal. Es por eso que frecuentemente no es tenida en cuenta como un lóbulo
más.

Está pegada a estructuras encargadas de hacer posible la aparición de emociones y probablemente se encarga de
mediar entre estas y los procesos cognitivos que se realizan en el resto de lóbulos del cerebro.

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