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Cuando ir a un psicólogo

El desarrollo de la personalidad y su expresión en la esfera conductual, afectiva y


cognitivas se puede observar en la mayoría de las personas, dentro de lo que se llama un
“contínuum”, es decir, en la frecuencia, y calidad de esa expresión. Básicamente la
diferencia clínica entre un problema de personalidad y una personalidad “normal” es la
frecuencia en que la persona presenta el problema de relación, afectivo o cognitivo. Es
decir es diferente que la persona se enfrente a los problemas siempre con dificultades, lo
cual implicaría ya un problema, a que cualquier persona normal por cuestiones de estrés
o cualquier problema afectivo tengan momentos de tensión en sus relaciones. Hay que
entenderlo dentro del continuum o sea el rasgo común en que la persona “normalmente”
es.

Socialmente las personas esta dentro de lo que se llama sus relaciones interpersonales,
que incluyen amigos, trabajo  e incluso con las personas desconocidas cuando caminan
por la calle. También, y dentro de un campo más privado, incluye sus relaciones
familiares, con los hijos y pareja. En este campo conductual la persona se comunica,
siente y actúa. El mito de la asistencia psicológica relacionada con locura o problemas
mentales, en mi opinión ha sufrido un cambio – aunque no muy marcado a mi gusto –
aún hay personas que relacionan ir al psicólogo con algo grave, vergonzoso y objeto de
burla o comentario, y utilizan eufemismos como, ir  a un  “consejero” o “ayuda
profesional”, aunque los problemas sociales de violencia familiar, depresión, suicidio
han aumentado, el Estado no organiza una política de salud mental para la población.

Toda persona en sus relaciones sociales se encuentra con problemas que tienen que
afrontar, y de acuerdo a su historia de aprendizaje, reforzamiento y vivencias tempranas
con estos tópicos, reaccionaran de igual manera debido a-  digámoslo así para poder
entendernos- la costumbre que tengan. Si no existe en la persona una cultura de
prevención en la salud mental de él y su familia, y  debido a esto, ese afrontamiento de
sus problemas lo lleva a dificultades en sus relaciones laborales, familiares y sociales,
cuando la persona siente un afecto expresado en depresión, ira, violencia o ansiedad,
cuando cognitivamente tenga pensamientos automáticos erróneos que distorsionen la
realidad relacionado a celos y obsesiones a diversos sucesos, cuando estos problemas se
presentan muy a menudo , es hora de ir al psicólogo.

Los psicólogos siendo los profesionales  de la conducta normal y anormal, no solo


atiende estos problemas, también se puede ir al psicólogo por cosas menos graves,
como  un consejo psicológico, orientación vocacional y  por la llamada terapia de
apoyo.

En los casos de niños, los padres deben de observar su rendimiento escolar, si han
bajado su rendimiento por problemas de aprendizaje, si sus niños presentan problemas
de autoestima, aislamiento social,  o conductas violentas con otros niños y en casa.
También cuando los padres pierden los papeles en la crianza y la educación de sus hijos,
ejerciendo la violencia familiar y necesitan ayuda.

Cuando se ha decidido ir a un psicólogo, se debe de atender que este sea un especialista


en el tema, si tiene alguna especialidad como la clínica, la educativa, laboral o social, si
esta colegiado y pertenece a la orden del colegio de psicólogos de su localidad, si tienen
alguna referencia mejor, aunque las apariencias a veces engañan, es importante que se
tome en cuenta que el tratamiento es efectivo por los resultados, aunque es necesario
decir que el resultado de los tratamientos psicológicos  en su mayoría es lento y hay que
tener paciencia.

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