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10 MANERAS DE SER MÁS RESILIENTE

Actualmente la investigación nos enseña que mientras algunas personas parecen ser resilientes de
manera natural, los comportamientos resilientes pueden ser igualmente aprendidos.
Las siguientes recomendaciones y técnicas son ejemplos sobre cómo centrarte en potenciar tu propia
resiliencia y por tanto aumentar tu capacidad de sobreponerte a las circunstancias difíciles,
1. Cree de manera positiva en tus habilidades.
La autoestima está comprobado que juega un papel muy importante en afrontar el estrés y recuperarse
de acontecimientos difíciles. Recuérdate habitualmente sobre cuáles son tus fortalezas y logros.
Convertirte en alguien más confiado sobre tu propia habilidad de responder y manejar las crisis es una
manera inmejorable de construir futura resiliencia.
2. Encuentra un sentido y propósito a tu vida.
En ocasiones el hecho de enfrentarnos a una tragedia o mal momento, nos motiva a buscar y a
encontrar un sentido a nuestra existencia, lo que puede tener un papel muy importante en nuestra
recuperación.
Esto puede incluir el involucrarse más en nuestra comunidad, cultivar nuestra espiritualidad o participar
en actividades que sean significativas para uno mismo.
3. Desarrolla una amplia y sólida red social.
El tener personas capaces de dar afecto y soporte alrededor de uno, actúa como un factor de protección
en tiempos de crisis.
Así, es importante el tener personas en las que uno pueda confiar. Simplemente hablando sobre una
situación complicada con alguien a quien estimemos y nos tenga estima no hace que el problema se
vaya, pero el compartir estos sentimientos, obtener ayuda, recibir feedback positivo y encontrar
posibles soluciones conjuntamente, es de mucho valor.
4. Di sí al cambio.
Ser flexible es un parte muy importante de la resiliencia. Aprendiendo como ser más adaptables,
estaremos mejor equipados a la hora de responder a una crisis vital. La gente resiliente frecuentemente
utiliza estos acontecimientos como oportunidades de moverse en direcciones diferentes.
Mientras algunas personas pueden romperse con cambios súbitos y fuertes, los individuos altamente
resilientes pueden ser capaces de adaptarse y seguir adelante.
5. Cultiva de manera activa tu optimismo.
Permanecer optimista durante periodos complicados puede ser difícil, pero mantener un punto de vista
esperanzado es una parte saliente de la resiliencia.
Pensar en positivo no implica ignorar el problema y sólo focalizarnos en soluciones positivas. Lo que
nos quiere motivar es a comprender que los obstáculos son transitorios y que uno posee las habilidades
para enfrentarse a ellos (y que aunque no los tenga los puede desarrollar).
Con lo que uno se enfrenta puede ser difícil, pero es importante permanecer con un halo de optimismo
sobre un futuro donde también ocurran cosas buenas.
 6. Cuídate, nútrete, acompáñate.
Cuando estamos estresados es fácil que no nos cuidemos tanto y dejemos de lado nuestras propias
necesidades, haciendo menos ejercicio y no durmiendo lo necesario; estas son reacciones comunes a las
crisis personales.
Centrándote en seguir desarrollando tu autocuidado es importante, especialmente cuando ha pasado
algo negativo.
Organízate y saca tiempo para hacer actividades que te gusten. Cuidando de tus propias necesidades,
puedes darte un empujón para mejorar tu salud en general y tu resiliencia en particular y así afrontar
con garantías tus retos vitales.
 7. Desarrolla tus habilidades de solución de problemas.
La investigación psicológica nos dice claramente que aquellos que pueden sacar diferentes soluciones a
un problema serán capaces de afrontarlo mejor que aquellos que no. Cuando te enfrentes a un nuevo
reto, haz un listado de algunas de las soluciones potenciales al mismo.
Experimenta con diferentes estrategias y céntrate en desarrollar una vía para aquellos problemas más
comunes. Practicando tus habilidades de solución de problemas de manera regular, estarás mejor
preparado para encarar aquellos retos futuros más difíciles.
8. Proponte metas.
Los momentos de crisis en ocasiones parecen irremontables. Las personas resilientes son capaces de
ver estas situaciones de manera realista, y entonces se fijan objetivos razonables para afrontar el
problema.
Cuando te encuentres a ti mismo abrumado por una situación determinada, céntrate en afrontar cada
cosa a su momento, de lo más urgente a lo más importante. Haz una lluvia de ideas de las posibles
alternativas, y diseña los pasos a seguir para conseguir estas metas.
9. Da pasos para solucionar el problema.
El hecho de esperar a que pase la dificultad suele prolongar las crisis. En vez de eso, comienza a
trabajar en resolver ese asunto de manera inmediata. Puede ser que no haya una solución fácil o pronta,
pero siempre hay alternativas posibles para hacer esa coyuntura mejor y más sobrellevable.
¿La clave? Centrarse en los progresos que ya hayas hecho y planificar los pasos siguientes, más que
descorazonarse por la cantidad de trabajo que aún debes hacer.
10. Sigue trabajando en tus habilidades.
La resiliencia puede llevar un tiempo para ser construida, por lo que no te desmotives si sigues teniendo
situaciones que te causan problemas. En realidad, la resiliencia no es algo extraordinario que solo pocas
personas poseen, si no que puede ser aprendida por casi todos

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