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Dia 27 La Lengua Desconfiada
Dia 27 La Lengua Desconfiada
DIA 27
La lengua desconfiada
Acompáñame a leer en Marcos 11:23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este
monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que
dice, lo que diga le será hecho. Marcos 11:23 RV1960
¿Y por qué hay personas que desconfían de todo y de todos? Hay dos motivos principales
por los que una persona sufra de desconfianza permanente.
El primer motivo es, como casi siempre, por la educación que hayamos tenido. Hay padres
que, posiblemente por sus propios miedos y desconfianza, alertan a sus hijos de los posibles
peligros que puede haber; y de los que no puede haber también.
Cuando en una familia se está constantemente advirtiendo a un niño de que algo malo
puede ocurrir; de que las personas te pueden engañar, de que los amigos no lo son tanto y te
pueden traicionar, etc. Ese niño crecerá con la idea muy clara de que todos son malos; y de
que todo saldrá mal.
El segundo motivo tiene que ver con la experiencia que hayamos tenido a lo largo de la
vida. Si el porcentaje de fracasos, de engaños y traiciones que hemos sufrido es mucho
mayor que el de los éxitos y las lealtades, lo más probable es que terminemos
convirtiéndonos en personas mal pensadas y llenas de desconfianza. Con lo que la gente
que vaya llegando nueva a nuestra vida termina pagando, sin culpa ninguna, lo que hicieron
otros.
Consecuencias de la desconfianza
Pero, convertirnos en personas con un alto nivel de desconfianza, tiene unas consecuencias
que no suelen ser demasiado buenas.
En primer lugar, la desconfianza nos genera mucha ansiedad. El hecho de estar siempre a la
espera de que algo malo ocurra, de que alguien nos vaya a fallar; de que vayamos a sufrir
una traición en cualquier momento, hace que nos mantengamos siempre en alerta esperando
la catástrofe. Viviremos con la amenaza pegada a la espalda; y esto no nos dejará estar
tranquilos en ningún momento y en ningún tipo de relación personal. En definitiva, ser una
persona mal pensada produce malestar y sufrimiento.
Por otra parte, la desconfianza nos hará comportarnos de una manera determinada en
nuestras relaciones. Y ese comportamiento nos llevará a no poder tener relaciones buenas y
profundas con nadie. Si no compartimos información personal con alguien por miedo a que
la pueda utilizar en nuestra contra, esa persona tampoco se sentirá motivada a compartir
con nosotros; con lo que las relaciones serán muy superficiales. Y, aquí empezaría el
círculo; que la otra persona no comparta tampoco información personal. Al final la persona
desconfiada se reafirmará en su creencia de que dicha persona no es de fiar.
Además, tener un alto nivel de desconfianza, te puede llevar a hacer malas interpretaciones
de cosas que nadie hizo ni dijo con mala intención. La desconfianza causa que puedas
interpretar cualquier gesto como un desaire; un halago como una ironía, un saludo cariñoso
como una hipocresía, etc.
También es verdad que un cierto nivel de desconfianza, puede evitarte algunos disgustos;
porque te hace estar pendiente del mínimo detalle. Pero esto sólo en algunas situaciones; en
cambio en otras no tanto. Si alguien está pensando en traicionarte, por más que tú
desconfíes, no podrás evitarlo.
Cuando un amigo te ha fallado alguna vez, de quien no debes fiarte más es de ese amigo;
pero no debes pensar mal de otras personas que lleguen a tu vida, y que no tienen la culpa
de eso. Dales el beneficio de la duda; por lo menos hasta que demuestren con hechos que
no puedes fiarte.
No se trata de ser temerario. Por supuesto debemos tener ciertas precauciones en según que
casos; pero eso es una cosa y otra muy diferente tener desconfianza de absolutamente todo
el mundo.
Por otra parte, si tienes niños pequeños, cuidado con lo que dices delante de ellos, cuidado
con los juicios de valor, eso de “todos los hombres son…”, o “todas las mujeres…”, o, “los
amigos siempre terminan fallándote”. Cuidado con los peligros de lo que le alertas, puede
que en realidad no sean tan peligrosos; pero el niño guardará el mensaje por mucho tiempo,
y terminará siendo un adulto dominado por la desconfianza.
No damos suficiente importancia a algo que
sostiene nuestra pareja, nuestra familia, nuestra
profesión y nuestra vida social