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J Borja - Urbanismo y Ciudadania PDF
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Urbanismo y ciudadanía
TEXTO Jordi Borja Las ciudades actuales, incluida Barcelona, son una mezcla de cielo y de
Geógrafo urbanista infierno. Antes de culpar a los ciudadanos de las actitudes incívicas
y de tratarlos como a niños maleducados a los que hay que enseñar las reglas
de la urbanidad tradicional, conviene en primer lugar hablar del incivismo del
urbanismo real, del que muy a menudo son responsables o cómplices las
políticas públicas.
persión periférica por piezas segregadas, creando espacios banales, frag- gobernante de turno). Edificios de firma, de arquitectos divinos en
mentos fracturados por ejes viales y suelos expectantes. busca de una seguramente efímera inmortalidad y que, a diferencia de
En la Barcelona metropolitana, la región, el suelo urbanizado se ha mul- la arquitectura clásica, se caracterizan por la “no reproductibilidad”, es
tiplicado por dos en los últimos 25 años pero la población sigue siendo decir, renuncian a contribuir a la difusión de la calidad arquitectóni-
aproximadamente la misma: éste ha sido el gran momento de la “urba- ca 7. El círculo se cierra: la alianza impía entre el urbanismo de nego-
nalización” 4. En Madrid, la población de la región (es decir, la comuni- cio, la ostentación del poder y el divismo del artista se encuentran en
dad autónoma) se ha duplicado en los últimos 40 años, mientras que el la práctica (¿inconsciente?) del “urbanicidio”.
suelo urbanizado se ha multiplicado por cinco5. Se trata de unos mode- En las nuevas periferias el panorama es, sin duda, mucho más deso-
los de crecimiento difícilmente sostenibles que combinan la malversa- lador. Los espacios lacónicos de las viviendas estandarizadas y de
ción de suelo, de energía y de agua, además de aumentar la segregación parques de todo tipo (empresariales, universitarios, industriales,
social 6 . Hay que recordar que la distancia de los productos del urbanis- etc.), separados por autopistas, se ven solamente interrumpidos por
mo disperso (por ejemplo, los conjuntos, ya sean de bloques o de casas las catedrales del siglo XXI, es decir, por centros comerciales y gaso-
adosadas) respecto de los centros ciudadanos multiplica los efectos lineras (con discoteca y supermercado) abiertos las 24 horas 8. Y des-
negativos de la segregación social puesto que reduce la movilidad de las pués nos sorprenderemos de la violencia gratuita o desesperada de
personas con menos medios o más vulnerables. las tribus urbanas.
La reducción del espacio público es inherente a los productos urbanos
de la dispersión segregadora. El afán de protegerse y de distinguirse NUEVOS ESPACIOS Y COMPORTAMIENTOS
implica la privatización de los espacios de uso colectivo y la “motori- La ciudad actual ya no es ni la del ámbito municipal ni la llamada ciu-
zación” del espacio urbanizado no construido. Los barrios cerrados, dad metropolitana, sino que es una ciudad-región de geometría
tan frecuentes en Estados Unidos, empiezan a ser habituales en nues- variable, de límites imprecisos, de centralidades confusas y de refe-
tro país. ¿Dónde queda la civitas o la polis, representada por el ágora, rentes simbólicos escasos, es decir, muchos “no lugares” para pocos
expresión del civismo? lugares proveedores de sentido.
Tampoco la encontraremos en los centros que se han convertido en Los nuevos territorios urbanos son espacios diseñados más bien para
comercio y ocio para uso de una población mayoritariamente foraste- la movilidad que para la inserción, más bien para la vida en gueto que
ra, consumidora compulsiva de la ciudad, con tendencias depredado- para la integración ciudadana. Todo conduce a que el ciudadano se
ras propias de las masas turísticas que echan a perder el carácter ciu- comporte como un cliente, como un usuario de la ciudad, es decir,
dadano de plazas y avenidas. Y sobre estos espacios degenerados, se que se comporte y use la ciudad según su solvencia. Los bienes y ser-
imponen las arquitecturas ostentosas, singulares, emblemas arrogantes vicios urbanos tienden a la mercantilización y a la monetarización del
del poder económico o del capricho presuntuoso del príncipe (o el ejercicio de la ciudadanía.
Dani Codina
portamientos y demandas “comunitaristas”, movimientos revaloriza- frecuencia, rectificado las concepciones de las plazas como lugares de
dores de la familia y de la religión, una recuperación de las identidades distribución de la circulación. En muchos casos se ha superado la con-
culturales perdidas y manifestaciones de arraigo y defensa del territo- cepción del espacio público o espacio verde como espacios segregados
rio del que se quieren reapropiar. En conjunto se pueden considerar y especializados y se ha considerado que tanto las plazas como los jar-
unos “viejos-nuevos” valores de civismo que no siempre son la expre- dines y los parques urbanos deben ser referentes tanto físicos como
sión de valores universalistas. simbólicos que marquen límites y que establezcan continuidad, que
sean polivalentes y accesibles y sean lugares de paso y de reposo.
ESPACIO PÚBLICO: EL LUGAR DEL CIVISMO 12 . La relación con la circulación se va modificando poco a poco. Si en
Josep Pla decía: “[...] de las ciudades, lo que más me gusta son las los años sesenta se reducían las aceras y se suprimían los bulevares o
calles, las plazas, la gente que pasa ante mí y que probablemente no calles ajardinadas para facilitar la circulación motorizada, a partir de
veré nunca más” (Prólogo a Cartas de lejos, 1927). André Breton esta- los ochenta se inicia una tendencia de signo contrario. Se piensa más
ba fascinado por la magia de la ciudad, por la aventura posible que uno en la circulación a pie y se peatonalizan (o semipeatonalizan) calles y
puede encontrar al torcer la esquina de cualquier calle (Nadja). plazas. La consigna es “tranquilizar” el tráfico urbano, separar vías más
La buena fama de Barcelona, y en general de la ciudad europea, se que segregarlas, contabilizar todas las modalidades de circulación y
debe, principalmente, a su urbanismo ciudadano, a la calidad del espa- priorizar las modalidades más integrables en la vida urbana, como el
cio público y a la vida urbana que permite. También es posible hacer tranvía. En Barcelona y en otras ciudades europeas se tiende a que una
una lectura positiva de las recientes tendencias del urbanismo. parte importante de la movilidad diaria se realice a pie (actualmente,
. La calle y la plaza son el espacio colectivo por excelencia y una parte un tercio en Barcelona). Al igual que en el transporte público, el tra-
importante del urbanismo moderno lo ha revalorizado, tal vez más yecto a pie requiere calidad, en este caso del entorno. El camino más
bien desde el punto de vista cultura que del diseño. De todos modos, corto entre dos puntos es a menudo el más bonito.
se han mantenido y valorizado los ensanches, se ha renovado el con- . Las grandes infraestructuras de comunicación (puertos, estaciones
cepto de manzana para hacerlo menos rígido, se han criticado y, con ferroviarias y de autobuses, ejes viarios, etc.) han sido zonas histórica-
mente marginales o rupturas del tejido urbano. Hoy contamos con
ejemplos positivos de que estas áreas pueden convertirse en un factor
de calificación urbana y contribuir a crear ciudad, como la Stazione
Termini en Roma, las renovaciones urbanas de puertos, como el de
Baltimore o Cape Town, o las Rondas de Barcelona. Se puede hacer un
razonamiento similar en relación con los grandes equipamientos cul-
turales o universitarios, incluso hospitalarios o de empresas de servi-
cios, que pueden convertirse en elementos de centralidad o de ani-
mación urbanas, atraer nuevas actividades y ser compatibles con
viviendas y comercios. Los “no lugares”, como se ha puesto de moda
llamarlos, pueden convertirse en lugares.
. La reconversión de zonas industriales obsoletas y la regeneración de
barrios degradados o marginales pueden “crear ciudad” o contribuir a
deshacerla. Ya hemos hablado de las dinámicas segregadoras y especia-
lizadoras, de los barrios cerrados y de los parques temáticos. En
Barcelona es posible encontrar en la actualidad algunos ejemplos
negativos en el caso de Diagonal Mar y en la zona Forum, aunque aún
es posible llevar a cabo su reconversión ciudadana. En todo el mundo
podemos hallar ejemplos interesantes de reconversiones realizadas
mediante grandes proyectos urbanos o planes integrales que recons-
truyen unos ámbitos de vida ciudadana basados en la diversidad de
actividades y poblaciones, en el compromiso con la historia urbana del
Carlos Bosch
Carlos Bosch