Está en la página 1de 4

Militarismo en Uruguay. 1860 - 1886.

“En el último tercio del siglo XIX se estaba terminando de gestar una economía mundial
(…)”1, y con claras características, era un sistema de dos componentes, aquellos países
industriales productores de productos manufacturados, y aquellos países periféricos productores
de materias primeras, pero para que el sistema pudiera funcionar correctamente se necesitaba
que ambos componentes se atuvieran al sistema capitalista, en el plano de lo económico, lo
político, social y cultural. Era esencial que los países periféricos se adaptaran al nuevo orden
mundial si deseaban participar en el comercio mundial. Con respecto a Uruguay, la campaña, de
aquellos grandes estancieros e inversionistas, productora de materias primas, se estaba
modernizando para poder cumplir dichas demandas, el proceso fue conocido como Revolución
Lanar, el estanciero adapto su producción para adaptarse a las demandas del mercado mundial, y
no de su propio consumo. Algunos de sus elementos característicos son la mano de obra
especializada y la creación de la estancia-empresa, entre otros.
El problema fue que, aunque la campaña se esforzaba con cumplir dichas demandas, se
modernizaba, no se vio acompañada en el proceso por el sistema político y económico del
Uruguay; se estaba viviendo un período de crisis que parecía no terminar, numerosos presidentes
lo transcurrieron sin encontrar solución, renunciando, uno tras de otro, por la incapacidad del
gobierno de poner orden tanto en el ámbito político, económico y social del Uruguay.
Los problemas que del Uruguay de 1860 eran de diversos ambitos, por un lado, estaba
atravesado una de las peores crisis económicas, causada por dos factores, por un lado la balanza
económica desfavorable, dado que las importaciones que realizaba el país eran mucho mayores
que las exportaciones, el ex presidente “ Pedro Varela lo dijo en términos gráficos: consumíamos
cómo una nación civilizada y producíamos como una tribu salvaje.”, queriendo expresar que el
consumo de las clases altas uruguayas y sus gustos europeos no estaba acompañado por la
producción y exportación del país. Por otro lado, existía un problema monetario, la moneda con la
que se comerciaba dentro de Uruguay no estaba reglamentada, por lo que no existía una moneda
uruguaya, y se podía comerciar con monedas de diferente origen, como por ejemplo portuguesas.
Otro problema referente a la moneda, fue que tampoco existía un Banco nacional único en el país
que emitiera moneda, por lo que había numerosos bancos que emitían diferentes tipos de moneda
sin ningún tipo de respaldo en oro. Por lo tanto, no existía un moneda única, y tampoco existía un
banco nacional que imprimiera dicha moneda o que controlara el cambio, no existía en Uruguay
una moneda fuerte, y por lo tanto la perdida de su valor era continuo.
Por otro lado, en el ámbito social y cívico, Uruguay estaba viviendo una época de conflictos
sociales, caudillos y doctores, campaña y Montevideo vivía en lucha continua por la forma de
gobierno implementada; el poder gubernamental se encontraba fragmentado. El poder central se
veía amenazado y contrariado por las caudillos locales, quienes se resistían a cumplir las ordenes
de su gobierno, gobierno que en ocaciones no tenía en cuenta la realidad de la campaña al
realizar sus mandatos. El Estado se vio involucrado en conflicto tras conflicto debido a la

1 Nahum, Benjamin (2015) Manual de Historia del Uruguay. Tomo I: 1830-1903 (pág 176)
diferencia de intereses entre ambas partes, y la falta de un fuerte poder central. Blancos y
colorados, en sus enfrentamientos partidistas también agregaban su propia parte al conflicto
social, enfrentamientos armados, que además de atraer consigo violencia y destrozo también
arrastraban robos y matanzas indiscriminadas al ganado de algunos estancieros, afectando
directamente su producción. El Uruguay de aquella época estaba caracterizado por una sola
palabra; conflicto.
Dicha situación no beneficiaba a inversionistas, estancieros y comerciantes que pretendían
consolidar su riqueza gracias a la exportación de ganado, actividad económica por excelencia en
Uruguay. Estos personajes exigían orden, paz y seguridad en la campaña, algo que como habían
observado, un gobierno democrático no podía otorgarles.
Fue entonces que dichos personajes decidieron tomar las riendas de su situación y exigir
un cambio de gobierno, tras la renuncia de Pedro Varela, su Ministro de Guerra, Lorenzo Latorre,
fue solicitado para tomar el poder, y convertirse en “Gobernador Provisorio”. Las acciones que lo
llevaron al poder no podrían considerarse democráticas en lo absoluto, y fue así que con el apoyo
de las clases altas y el ejercito, comenzó el período que conocemos como Militarismo.
Abarcó los gobiernos presididos por Pedro Varela (enero de 1875 – marzo de 1876),
Lorenzo Latorre (marzo de 1876 – marzo de 1880), Francisco Antonino Vidal Silva (marzo de
1880 – marzo de 1882), Máximo Santos (marzo de 1882 – marzo de 1886), Francisco Antonino
Vidal Silva (marzo de 1886 – mayo de 1886), Máximo Santos (mayo de 1886 – noviembre de
1886) y Máximo Tajes (noviembre de 1886 – marzo de 1890).
Sin embargo, como ya se menciono, sus máximos exponentes fueron dos; Lorenzo
Latorre. 1844-1916. Quien ascendió al poder tras la renuncia de Jose P. Varela; sin presidente y
tras la inoperancia de los gobiernos democráticos. Su gobierno sustituyo las banderías
tradicionales (blancos y colorados) por grupos de presión económicos y grupos de presión
coercitivos como el ejercito.
Su segundo exponente fue Máximo Santos. 1847-1889. Amigo de Latorre, ascendió al
poder en 1882 como Ministro de Guerra tras la renuncia de Franscisco Antonio Vidal Silva. Al
finalizar su mandato, su sucesor fue Antonio Vidal, tras su renuncia nuevamente, la próxima
presidencia de Santos fue arreglada entre él y Vidal. Sin el apoyo de ningún grupo político, todavía
logro completar reformas en su mandato, convirtiendo a Uruguay en un Estado Moderno.
Con el comienzo del gobierno de Latorre, aunque se persiguieron varios objetivos, el
principal fue lograr orden y unión en el país; sofocando alzamientos revolucionarios, eliminando la
fragmentación del poder, dada por la clara división entre el poder central, y los caudillos de cada
departamento, quienes podían o no acatar las ordenes del gobierno, y principalmente eliminar los
conflictos civiles que asediaban la campaña.
¿Cómo se pudo llevar a cabo tal emprendimiento? Latorre contó con elementos
determinantes para el cumplimiento de dicho objetivo. En primer lugar, para sofocar los
alzamientos revolucionarios, y eliminar los conflictos civiles, repartió las fuerzas militares por todo
el país, para que apoyaran a los intendentes de cada departamento en el cumplimiento de sus
ordenanzas. Estas fuerzas militares, debemos destacar, se habían hecho profesionales tras la
Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay, por lo que, ademas de contar con una fuerza militar
capaz y profesionalizada, Latorre también implemento nuevo armamento; el fusil Remington,
superior a los recursos que podían poseer los bandidos en la campaña, y las fuerzas
revolucionarias. Estas dos características hicieron del ejercito una fuerza imbatible para lograr los
objetivos del gobierno.
Por otro lado, Latorre utilizo otros elementos, innovadores para la época, para poder
unificar el país, cometido incapaz de realizar desde 1830. Pero dichos elementos, como el
telégrafo, el ferrocarril y el correo, no solo permitieron la rápida comunicación entre Montevideo y
el interior, el despliegue de fuerzas militares cuando fuese necesario, sino que también por
primera vez desde su consolidación, creo un país unificado.
Entonces, tenemos una fuerza militar profesionalizada, provista del mejor armamento, de
gran alcance y rapidez, que además es capaz de desplazarse por todo el territorio uruguayo,
gracias a la distribución de vías férreas, permitiendo desplazamientos rápidos y eficaces a zonas
apartadas de Montevideo en el caso del desarrollo de alguna revuelta o alzamiento, que ademas
estaba en constante comunicación con el gobierno en la capital, mediante el telégrafo, primordial
para que el gobierno este al tanto de los sucesos en el interior, y al mismo tiempo, que estos
supieran las nuevas ordenes que debían llevarse a cabo.
Las características de este período de gobierno como fue analizado, son las siguientes:
- Apoyo por parte de grupos de presión económicos y grupos de presión coercitivos como el
ejercito.
- Innovaciones que le permitieron un mayor control de la totalidad del país, como el telégrafo, el
ferrocarril, y el correo.
- La sustitución de las banderías tradicionales y nuevos partidos, por un solo gobierno unitario.
- Introducción de cambios que crearon el camino para la modernización del país.
Por último, nos referiremos al análisis de este período basados en el nombre que le fue
otorgado: Militarismo, comenzaremos entonces, por que entendemos por militarismo;
“preponderancia de los militares, de la política militar o del espíritu militar en una nación”,
acompañado por el ascenso de determinadas figuras militares al gobierno.
Aunque sin duda, como mencionamos al principio, las acciones que llevaron a Latorre al
poder, y dieron comienzo al período estuvieron lejos de ser democráticas, así como la
consideración de que, el grupo de poder coercitivo del que se valió para llevar a cabo los cambios
necesarios para consolidar sus objetivos fue principalmente el ejercito, debemos también tener en
cuenta que el gobierno “(…) de Latorre no fue directamente un gobierno de clase militar, ni lo
desempeño en beneficio de esta.”2. Además solo dos de sus gobernantes fueron militares;
Lorenzo Latorre y Máximo Santos, el resto fueron civiles. Estos elementos presentados, prestaron
a varios autores a cuestionar el término militarismo, como fue denominado el período.

2 Nahum, Benjamin (2015) Manual de Historia del Uruguay. Tomo I: 1830-1903. (pág 177).
Bibliografía:
- Nahum, Benjamin (2015) Manual de Historia del Uruguay. Tomo I: 1830-1903. Montevideo:
Ediciones de la Banda Oriental.
-

También podría gustarte