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PRIMERA LECTURA
Fue nuestra rebeldía la que lo traspasó
(Cuarto canto del siervo del señor)
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larga vida, verá a sus descendientes, y llevará a buen término los designios
del Señor.
Palabra de Dios
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SEGUNDA LECTURA
Supo lo que es la obediencia
y se convirtió en la fuente de salvación para todos cuantos le obedecen.
Hermanos:
En Jesús, el Hijo de Dios,
tenemos un Sumo Sacerdote superior a los demás,
que atravesó ya los cielos;
por consiguiente, mantengámonos firmes
en la fe que profesamos.
No tenemos un sumo sacerdote insensible a nuestra debilidad;
al contrario Jesús se sometió a toda clase de pruebas,
como nosotros, pero sin pecar.
Así pues, acerquémonos con confianza
al trono donde reina el Dios de la gracia,
para alcanzar gracia y misericordia
y obtener la ayuda oportuna.
Cristo, en los días de su vida mortal,
a grandes gritos y con lágrimas
ofreció oraciones y suplicas a Dios,
que podía librarlo de la muerte,
y se hizo escuchas por su piedad filial.
Era el Hijo, pero sufrió para saber lo que es la obediencia.
Y así, sacerdote consumado,
se convirtió en fuente de salvación eterna
para todos cuantos le obedecen.
Palabra de Dios.
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¿A quién buscan?
C. Salió Jesús de la sala donde había celebrado la última cena con sus
discípulos, y se fue con ellos al otro lado del torrente Cedrón, y entraron a un
huerto que había allí. Judas, el traidor, también conocía ese lugar, porque
Jesús muchas veces se había reunido allí con sus discípulos. Judas, pues,
acompañado de la tropa y algunos sirvientes cedidos por los sumos
sacerdotes y los fariseos, fue al huerto con antorchas, lámparas y armas.
Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelantó y les pregunto:
- ¿A quién buscan?
C- Ellos le contestaron:
S- A Jesús, el de Nazaret.
C- Él les dijo:
- Yo soy.
C- Judas, el traidor, también estaba con ellos. Apenas les dijo Jesús: “Yo soy”,
retrocedieron y cayeron al suelo. Jesús les pregunto otra vez:
- ¿A quién buscan?
C- Ellos le dijeron:
S- A Jesús, el de Nazaret.
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C Jesús respondió:
-Ya les dije que yo soy. De manera que si me buscan a mí, dejen que estos
se vayan.
C- Así debía cumplirse lo que había dicho: “No dejé que se perdiera ninguno
de los que me diste”. Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó y de un tajo
le cortó la oreja derecha a un esclavo del sumo sacerdote. El esclavo se
llamaba Malco. Entonces le dijo Jesús a Pedro:
-Guarda de nuevo la espada. Yo tengo que pasar el trago amargo que me
dio mi Padre.
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C- Apenas dijo esto, un sirviente que estaba allí le dio una bofetada a Jesús y
le dijo:
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C- Al oír esto, Pilato trató de dejarlo libre. Pero los judíos gritaron:
S- Si dejas libre a este, no eres amigo del emperador, porque todo el que se
proclama rey se pone en contra del emperador.
C- Cuando Pilato oyó estas palabras, sacó a Jesús y se sentó en el tribunal, en
el sitio que llamaban “El Empedrado”, en hebreo Gabatá. Era la víspera de la
pascua, alrededor del mediodía. Entonces les dijo a los judíos:
S- ¡Ahí tienen a su rey!
C- Ellos gritaron:
S- ¡Que muera! ¡Que muera! ¡Crucifícalo!
C- Pilato les dijo:
S- ¿Quieren que crucifique a su rey?
C- Los sumos sacerdotes respondieron:
S- ¡No tenemos más rey que al emperador!
C- Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucificaran.
C- Pilato respondió:
S- Lo que escribí, escrito queda.
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Se repartieron mi ropa.
C- Había allí una vasija llena de vinagre; empaparon, pues, una esponja, la
ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el
vinagre, dijo Jesús:
-Todo está cumplido.
C- E inclinando la cabeza, entregó su espíritu.
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C- Como era víspera del sábado, los judíos le pidieron a Pilato que mandara
quebrar las piernas de los crucificados y retirar sus cuerpos, para que no
quedaran en la cruz hasta el día siguiente, que era un sábado muy solemne.
Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido
crucificados con Jesús. Pero cuando llegaron a Él, al ver que ya estaba
muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó
el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. El que lo vio lo
atestigua: su testimonio es verdadero, y él sabe que dice la verdad, para que
también ustedes crean. Porque todo esto sucedió para que se cumpliera la
Escritura: “No le quebrarán ningún hueso”. Y otro pasaje de la Escritura dice:
“Mirarán al que traspasaron”.
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