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Pero sin lugar a duda son los “mártires quienes ocuparon siempre un puesto
privilegiado en las comunidades primitivas: los cristianos encarcelados en espera
del juicio y de la muerte eran visitados por sus hermanos en la fe, y sus mensajes
fueron considerados como otros tantos oráculos provenientes de la boca del
Señor”[CITATION Jes01 \p 110 \l 9226 ] . Por ello, la literatura martirial cobrará tanta
importancia para las comunidades cristianas, siendo considerada como elemento
edificante para la fe, despertando incluso el interés por transmitir dichos
testimonios a cristianos de otros lugares. Pero, además, los escritos martiriales
tendrán un creciente interés litúrgico, sobretodo en las conmemoraciones de los
mártires mas importantes de la comunidad.
Sin embargo, muchos de estos relatos basados en los procesos judiciales, fueron
escritos tiempo después, siendo incluso objeto de exaltaciones exageradas, que,
aunque no correspondan con la realidad, si contienen un núcleo de verdad
histórica. De tal modo que teniendo en cuenta lo anterior, los podemos clasificar
en tres grupos: Actas, Pasión o Martirio y las Leyendas.
El primero grupo son las llamadas Actas, las cuales eran copiadas literalmente de
los Archivos imperiales”. Estas se caracterizan por ser breves y directas, dando
respuesta a los siguientes interrogantes: ¿Quién es el personaje juzgado? ¿Quién
le interroga? ¿Qué responde? y ¿cuál es la sentencia? Pertenecen a este grupo
las actas del martirio de San Justino y compañeros, San Apolonio, San
Maximiliano, Santos Marcelo y Casiano, y algunas otras. Aquí podríamos hablar
un poco del Acta del martirio de San Justino, quien fue juzgado por el prefecto de
Roma Rusticus hacia el año 165, bajo el gobierno del emperador Marco Aurelio.
En ella podemos encontrar muy bien detallada las preguntas constitutivas del
proceso judicial y la respectiva sentencia o condena.
Entre este grupo podríamos resaltar la pasión de las Santas Perpetua y Felicitas,
pues en ella no solamente encontramos la narración del martirio, sino que también
hay algunos elementos apocalípticos similares a los presentes en el Pastor de
Hermas y el Apocalipsis de Pedro[CITATION Dom05 \p 134 \l 9226 ]. En ella por
ejemplo se mencionan algunas visiones tenidas por Felicidad en las que veía una
escalera subir hasta el cielo.
Y en el tercer grupo están las Leyendas, en las que encontramos “desde ligeros
retoques de antiguo material auténtico hasta la más desbordada invención
novelesca, adornada con los motivos del folclore piadoso” [CITATION Ram94 \p 95 \l
9226 ], sin embargo, aun ante la existencia de estos elementos agregados o
exagerados, no se puede negar la autenticidad del martirio, pues estos en sí
mismos, contienen un dato verdadero y es la existencia de los mártires,
atestiguadas por el culto que se les daba.
Trabajos citados
Gómez, J. Á. (2001). HISTORIA DE LA IGLESIA I - Edad Antigua. Madrid: Biblioteca Autores
Cristianos.
STOCKMEIER, J. L.–P. (1989). Historia de la Iglesia. (A. M. LAPERA, Trad.) Barcelona: Herder.