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Luis Ortiz1
Resumen
En estos rasgos del cambio social, la reforma educativa que tuvo lugar en los años noventa
del siglo XX, cumplió un papel significativo. Uno de sus efectos fue el incremento de la
clase media urbana, ligada a las ramas de actividad del sector terciario, cuya ascensión
sirvió a atenuar el descontento hacia la desigualdad social y a mitigar la contradicción entre
el crecimiento y la concentración en medio de persistentes niveles de pobreza y exclusión.
Introducción
Los cambios sociales durante la postguerra hasta la caída del “socialismo real” conllevó un
cambio también en las ciencias sociales, que dejaron de servir como “ciencias de estado” en
varias regiones del mundo, para redefinir su estatuto crítico y apuntalar la investigación
desde una diversidad de consideraciones y problemáticas (Wallerstein et al., 1996, 27,
87). En este marco, la categoría de clase social, con su herencia marxiana y
weberiana, pasó del descrédito y la descalificación, a la recuperación de su fuerza
heurística, mediante el esfuerzo de autores y escuelas en todo el campo académico mundial
que mostraron la incidencia de dicha categoría para entender la producción y reproducción
de problemáticas como la desigualdad, la exclusión y la pobreza en la sociedad capitalista.
De este modo, las ciencias sociales salieron fortalecidas de la crisis de fines del siglo XX,
renovando sus marcos conceptuales y sus estrategias metodológicas para apuntalar
perspectivas críticas y renovar el abordaje de problemáticas que continúan teniendo
vigencia en pleno apogeo del siglo XXI. El desafío, al respecto, es establecer una conexión
teórica y empírica entre los marcos conceptuales acerca de la estructura social y la
información disponible de la estructura ocupacional que permita analizar las clases sociales,
sus implicaciones y sus cambios (Atria, 2004).
1
Sociólogo. Docente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Paraguay. Investigador
del Instituto de Ciencias Sociales (ICSO), Paraguay. Profesor visitante en el Observatory on Latin America,
de The New School University, Nueva York (EE.UU.). E-mail: ortizsal@newschool.edu
1
En las dos primeras décadas del siglo XXI la sociedad paraguaya presentó cambios en su
composición, así como en los criterios de constitución de la estructura social. En dicho
proceso, el sistema educativo jugó un papel central por los efectos que generó la extensión
de la escolaridad de la población, en la conformación de nuevas calificaciones negociables
en el mercado y la reorganización de las posiciones en la estructura socioocupacional.
2
1. Proceso de urbanización, cambios sociodemográficos y demandas educativas.
7,000,000
6,000,000
5,000,000
4,000,000
3,000,000
2,000,000
1,000,000
0
1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 2020
3
Gráfico 2. Composición de la población, Años 1998 y 2015.
Las implicancias de este proceso en el sistema educativo fueron varias. En primer lugar,
sentó las bases demográficas del aumento de la demanda educativa y de acceso al sistema
educativo, en especial de la educación media. En segundo lugar, sienta las bases para el
aumento de egresados del sistema educativo y, por lo tanto, el aumento de la demanda de
educación superior. En tercer lugar, genera las condiciones para la presión sobre el mercado
de trabajo con una impronta credencialista.
4
cuyo nivel esperado de escolarización es el preescolar, disminuyó levemente en el periodo.
La población de 6 a 11 años que corresponde al nivel de escolarización de los dos primeros
ciclos de la educación escolar básica, por su parte, atravesó una marcada e ininterrumpida
disminución. La población de 12 a 14 años, correspondiente al tercer ciclo de la educación
escolar básica experimentó una estagnación durante los dos primeros tramos del periodo y
disminuyendo incluso durante el último (2010-2015). En contraposición a estos rangos
etarios, la población de 15 a 17 años aumentó, incremento que si bien no fue marcado
indica una tendencia incremental de la demanda de educación media en los siguientes años.
1,000,000
900,000
700,000
500,000
12-14 años
400,000
300,000
15-17 años
200,000
100,000
0
1999 2005 2010 2015
Por su lógica constitutiva el mercado capitalista valoriza ciertos atributos cuya desigualdad
de posesión entre los agentes entraña desigualdades sociales, base de la explotación entre
los grupos que disponen, en diferentes grados, de esos atributos. La educación constituyó el
mecanismo por excelencia para el acceso a las cualificaciones negociables que otorgan
oportunidades en el mercado cuando se expandió el acceso a la educación desde la última
década del siglo XX. Las credenciales que el sistema educativo otorga da lugar a la
emergencia de lo que Randall Collins definió como “sociedad credencialista”, es decir, una
estructura social regida crecientemente por la valorización de los diplomas (Collins, 1989)
y donde, con el credencialismo, la desigualdad adquirió nuevas formas.
5
Tras el inicio del proceso de democratización a partir de 1989, se desplegó también un
proceso de reforma educativa que inicia en el año 1993 y cuyos principales ejes fueron: 1.
reforma de la organización de los niveles del sistema educativo y extensión de los años
obligatorios de la educación escolar básica, 2. Renovación del curriculum y de los
principios pedagógicos de la educación escolar y, 3. El aumento de la inversión pública en
el sistema.
El principal resultado de la reforma educativa fue la extensión del acceso al sistema para la
población de las edades comprendidas entre 6 y 11 años, correspondientes a los dos
primeros ciclos de la educación escolar básica. Este proceso conocido como de
masificación educativa se verificó en tasas de escolarización cercanas al 100% para los
primeros ciclos y nivel en cuestión. Como consecuencia, desde el año 2005 (año de egreso
de la educación secundaria de la primera cohorte de la reforma) las tasas de egreso de la
educación escolar experimentaron un considerable aumento, que se extendió hasta la
actualidad. Como se observa en el gráfico 4, de un 17% de egresados de la educación
6
secundaria en 1998 se pasó a un 30% en el 2015, aumento de casi un 100% en la tasa de
egreso escolar.
30 29.9
25
22.9
20
17 16.3
15
10
0
1998 2005 2010 2015
7
Gráfico 5. Evolución de la población de 23 años y más, egresada
de la educación superior, Periodo 1998-2015.
10
9
8.7
8
7
6
5.6
5
4 4.2
3.5
3
2
1
0
1998 2005 2010 2015
En efecto, la presión sobre el mercado laboral se tradujo en ciertos patrones de éste último
como, por ejemplo, el decremento de la participación laboral de la población sin titulación
escolar alguna, constituyendo este proceso un indicador indirecto del leve aumento de la
productividad de la fuerza laboral paraguaya desde la década de los 2000 –en la que
empezó el egreso de las primeras cohortes de la reforma educativa, como ya se refirió–.
Como se observa en el gráfico 6, las tasas más altas de participación laboral en la población
económicamente activa, se hallan entre los que cuentan con 18 años o más de escolaridad
(equivalente a la conclusión de la educación superior) y que en el periodo de análisis (1998-
2015) no experimentó fluctuación alguna. Por su parte, la población de entre 12 años y 17
años de escolaridad contaba con niveles inferiores a los primeros y con una tendencia
levemente incremental en el periodo, seguido de los de entre 6 años y 11 años que eran a su
vez de una participación laboral inferior a estos últimos y con una tendencia al aumento. En
contrapartida, la población sin escolaridad alguna contó con la participación laboral más
baja y además con una marcada tendencia decreciente en el periodo.
Ahora bien, a pesar de contar con las tasas de participación más elevadas, el segmento
poblacional egresado de la educación superior no alcanza el 100% de ocupación en el
periodo de análisis. Esto expresa que a pesar de que la demanda laboral otorga preferencia a
los perfiles universitarios, una proporción de casi el 10% no accedió al empleo durante
todos los años posterior a la reforma educativa y que involucra, posiblemente, a los
egresados de carreras con menos empleabilidad (en especial de las humanidades y ciencias
sociales) así como a los egresados de universidades e institutos de formación superior con
8
reducidos estándares de calificación en la oferta educativa. En suma, el acceso al empleo no
tiene una relación estricta con el acceso a las credenciales, aunque éstas jugaron un papel
más importante en el desenvolvimiento del mercado de trabajo desde inicios del siglo XXI.
Otro fenómeno resaltante que caracteriza a este periodo es que, si bien la participación
laboral de la población que cuenta con escolaridad de entre 12 y 17 años de estudio es
superior a la de la población con escolaridad entre 6 y 11 años de estudio, esta diferencia no
es marcada, o sea, ambos segmentos poblacionales experimentaron tasas relativamente
similares, lo que refuerza lo anotado en el párrafo anterior, de que la educación presenta
rasgos de competitividad dual y de baja calificación del sistema de educación escolar básica
y media en su conjunto. En otras palabras, en lo que concierne a las oportunidades que la
escolarización se supone requiere proveer y, dicho sea de paso, fue una de las principales
promesas de la reforma educativa de los años 90, es casi igual para acceder al empleo
disponer de estudios secundarios concluidos e incluso estar matriculado en la educación
superior, que contar con los años de la educación escolar básica (9 años) o incluso menos.
90%
80%
S. estudios
70%
60% 6 años
50%
12 años
40%
30% 18 años
20%
10%
0%
2000 2006 2011 2015
9
3. La distribución de la escolaridad en la estructura socioocupacional
Para ello, analizamos la estructura social desde la dimensión de la ocupación porque, como
indica Barozet, “la división del trabajo sería el punto central de la desigualdad social, por lo
cual la ocupación en tanto variable ha atraído el foco de los estudios en este ámbito de la
sociología. Se trataría además de una variable particularmente significativa, puesto que el
trabajo define roles sociales fundamentales de las personas y abre – o cierra – el acceso al
bienestar, al consumo y a una serie de bienes o cualidades escasos como la autoridad o el
poder” (Barozet, 2007, pág. 1).
10
aumentaron, constituyendo la base del aumento de la oferta laboral en empleos técnicos y
administrativos, donde se vehiculizan principalmente las aspiraciones de movilidad social.
Tabla 1: Medias de Años de estudio de la población de 18 años y más de edad, por categorías socioocupacionales. Periodo 2000-2015
Categorías socio-ocupacionales
Altos funcionarios
del
Patrones y Operadores de Agricultores,
Año Estado/Directivos Profesionales, Técnicos y Trabajadores Oficiales,
Grandes Empleados de instalaciones, Trabajadores Pescadores y
de la Científicos e Profesionales de servicios y Operarios y Total Pais
propietarios oficina máquinas y no calificados Trabajadores
administración Intelectuales de nivel medio Comerciantes Artesanos
agrícolas montadores agrícolas
pública y de
empresas
2000 12 12 16 11 12 8 8 7 6 5 7
2006 15 12 16 12 12 8 8 8 7 5 8
2011 15 14 16 13 13 9 9 8 7 6 9
2015 16 14 17 13 13 9 9 8 8 6 9
Fuente: Encuestas permanentes de hogares, años 2000-2006-2011. Dirección Gral. de Estadística, Encuestas y Censos.
Las categorías con mayores niveles de años de estudio son, en primer lugar, los
“Profesionales, Científicos e Intelectuales” seguidos de los “Patrones de empresas y
Grandes Propietarios agrícolas”. Estos últimos aumentaron considerablemente su capital
educativo entre 2000 y 2006 pasando de 12 a 15 años de estudio en dicho periodo. Por su
parte, una categoría con altos niveles de ingresos, a saber, la de los “Miembros de Poderes
del Estado y Directivos de empresas”, presenta altos niveles de escolaridad, pero inferior a
las dos categorías descriptas.
Entre las categorías socioocupacionales inferiores, cuatro contaron con escolaridad media
similar, que son los “Operadores de instalaciones y maquinarias”, los “Trabajadores de
servicios y Comerciantes”, los “Oficiales, Operarios y Artesanos” y los “Trabajadores no
calificados”, mientras que marcadamente por debajo se hallan los “Agricultores,
Trabajadores agrícolas y pesqueros”, que para el año 2015 apenas alcanzaban los 6 años
equivalentes a la conclusión de la educación primaria del sistema educativo anterior, sin
alcanzar los 9 años de estudio que se pretendió extender a la población al prescribir la
obligatoriedad de la educación escolar hasta el noveno grado.
11
El proceso dual que se constata con la escolarización a partir de la masificación educativa, a
saber, el del aumento general de la escolaridad en todas las categorías sociales y el del
mantenimiento de las diferencias entre las mismas, exponen algunos rasgos destacados de
la estructura social paraguaya.
18 Patrones de empresas
y grandes propietarios
agrícolas
16 Miembros de Poderes
del Estado/ Directivos
de Empresas
Profesionales,
14 Científicos e
Intelectuales
Tecnicos y
12 Profesionales de nivel
medio
Empleados de oficina
10
Operadores de
instalaciones y
8 maquinarias,
Montadores
Trabajadores de
servicios y
6 Comerciantes
Oficiales, Operarios y
Artesanos
4
Trabajadores no
calificados
2
Agricultores y
Trabajadores
agropecuarios-
0 pesqueros
1998 1999 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
12
en cuestión atravesó por un efecto adicional que fue el incremento de la desigualdad de su
distribución observándose pendientes diferenciadas de aumento entre los grupos sociales.
7,000,000
Miembros de Poderes del
Estado/ Directivos de
Empresas
Tecnicos y Profesionales
5,000,000 de nivel medio
Empleados de oficina
4,000,000
Operadores de
instalaciones y
maquinarias, Montadores
3,000,000 Trabajadores de servicios
y Comerciantes
Oficiales, Operarios y
2,000,000 Artesanos
Trabajadores no
calificados
1,000,000
Agricultores y
Trabajadores
agropecuarios-pesqueros
0
1997 1999 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
13
dispararon para equiparar la media de otras categorías socioocupacionales también
desfavorecidas pero cuyos ingresos durante el periodo estuvieron arriba del salario mínimo.
Este proceso se explica por el modelo de crecimiento económico de ese país, que concentró
en las ramas de actividad del sector primario agroexportador los principales nichos de
productividad y competitividad, por lo tanto, con altos niveles de dividendos y con una
fuerte diferencia con otras ramas de actividad de crecimiento nulo o apenas moderado. Es
la expresión para el caso de la estructura productiva de ese país, de lo que Aníbal Pinto en
los años setenta y más recientemente, Fernando Cortés y Agustín Salvia denominaron la
“heterogeneidad estructural”, factor crucial en la explicación en la desigualdad social en las
estructuras sociales latinoamericanas (Pinto, 1972; Cortés, 2016; Salvia, 2012).
Tecnicos y Profesionales
40,000,000 de nivel medio
Empleados de oficina
30,000,000
Operadores de
instalaciones y
maquinarias, Montadores
Trabajadores de servicios
y Comerciantes
20,000,000
Oficiales, Operarios y
Artesanos
Trabajadores no
10,000,000 calificados
Agricultores y
Trabajadores
agropecuarios-pesqueros
0
1997 1999 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
A partir de la comparación entre los dos escenarios de distribución del ingreso, sin incluir la
categoría socioocupacional superior y luego incluyéndola, constatamos dos hallazgos
14
sustantivamente relevantes que constituyen la base para posteriores estudios sobre los
vínculos entre el sistema educativo y la estructura social.
En segundo lugar, en el escenario que incluye a los grandes propietarios que concentran los
recursos de producción y exportación en el país, la relación entre su escolaridad y sus
ingresos es marcadamente desproporcional, de manera que en la primera variable
presentan, como es de esperar, medias de años de estudio inferiores a la categoría de los
profesionales, científicos e intelectuales, mientras que en la segunda variable presentan
magnitudes medias anuales que superan en casi 5 veces a la categoría subsiguiente y en casi
50 veces a la categoría inferior de toda la estructura socioocupacional. Esto indica que, si
bien dicho sector social del país apuntaló también el aumento de su escolaridad, ésta no es
para el mismo el factor generador de sus oportunidades económicas y de su posición social.
Gráfico 10. Evolución del volumen de las categorías socio-ocupacionales. Periodo 1997-2014
35
Patrones de empresas y
grandes propietarios
agrícolas
Profesionales, Científicos
e Intelectuales
25
Tecnicos y Profesionales
de nivel medio
20 Empleados de oficina
Trabajadores de servicios
y Comerciantes
15
Operadores de
instalaciones y
maquinarias, Montadores
10 Oficiales, Operarios y
Artesanos
Trabajadores no
5 calificados
Agricultores y
Trabajadores
agropecuarios-pesqueros
0
1997 1999 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
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las dos primeras es marcada, es decir, la clase desfavorecida es casi cuatro veces superior
en población a la clase media y siete veces superior a la clase dominante.
Gráfico 11. Categorías agrupadas (clases) según distribución en la población. Periodo 1997-2014
90
80
70
Clases
60 superiores
50
Clases medias
40
30 Clases
desfavorecidas
20
10
0
1997 1999 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
6. Conclusión
17
estructura social tripartita. La variación del volumen y composición de las clases sociales
hacen parte del proceso de transformación social que acompañó, con debilidades y
limitaciones, el proceso de democratización en el país.
Referencias
18
Barozet, E. (2007). La variable ocupación en los estudios de estratificación social,
Documentos de Trabajo, FONDECYT, 1-68.
Cortés, F. (2016). Discusiones sobre desigualdad y clases sociales en América Latina en los
albores del siglo XXI. En L. Ortiz, Desigualdad y clases sociales. Estudios sobre la
estructura social paraguaya. Asunción: CEADUC//CLACSO/ICSO.
Ferreira, F., Messina, J., Rigolini, J., López-Calva, L., Lugo, M. A., & Vakis, R. (2013). La
movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América latina. Washington:
Banco Mundial.
Goldthorpe, J., Erikson, R., & Portocarrero, L. (1979). Intergenerational class mobility in
three Western European societies: England, France and Sweden. British Journal of
Sociology, 415-441.
MacInnes, J.; Pérez Díaz, J. (2009), "The reproductive revolution", The Sociological
Review, 57 (2): 262-284.
20