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“La tortuga y el erizo.


La tortuga y el erizo de tierra eran muy amigos, pero no podían tocarse. “No se preocupen”, les dijo
la abuela lechuza, “Hay muchas maneras de demostrar el cariño”. El erizo le hizo señas con la mano a
la tortuga, y ella le sonrió. La tortuga le puso una cara MUUY chistosa y el erizo empezó a reír. El
erizo escribió una carta y se la envió, y la tortuga le escribió una de vuelta. Luego el erizo comenzó
a bailar, y la tortuga bailó también. El erizo le lanzó un beso a la distancia y la tortuga lo recibió, lo
guardó y le envió tres besos. La tortuga cantó una canción y su amigo el erizo comenzó a tocar la
guitarra. Cada uno pintó un dibujo, para que todos supieran que eran muy amigos, bajo la lluvia y
también bajo el sol…
No se podían tocar ni abrazar, pero ambos sabían que se querían mucho. Así que mientras siguieran
sin poder tocarse, se saludarían moviendo la mano, enviándose cartas, lanzándose besos, cantando y
bailando juntos.

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