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EN A R M A S

LAS REVOLUCIONES RADICALES


EN L A P R O V I N C I A DE S A N T A FE ( 1 8 9 3 )

EZEQUIEL G A L L O

siglo veintiuno editores


1 . L a c o l o n i z a c i ó n agrícola e n Santa Fe^

.•.;o
;-o

rl^ntre 1^56 y 1895 se formaron en Santa Fe trescientas cin-


cuenta colonias que incorporaron a la economía provincial cerca
de 3.500.000 hectáreas. Este proceso, como es lógico, modificó sus-
tancialmente la faz socioeconómica de la provincia. E n un par de
décadas Santa Fe, uno de los más pobres y atrasados estados de la
Confederación Argentina, pasó a convertirse en el segundo esta-
do de la Argentina sólo superado en riqueza y potencial económi-
co por la provincia de Buenos Aires. Es que gracias a la coloniza-
ción agrícola Santa Fe se convirtió en el primer productor de
cereales de la reptíblica y pasó a poseer la más completa red de trans-
porte ferroviario con que contaba la reptíblica. L a producción cerea-
lera, por otra parte, estimuló al mismo tiempo una espectacular ex-
pansión del comercio provincial e impulsó la creación de industrias
residenciales destinadas a proveer los insumos requeridos por la
actividad agraria.
Este espectacular desarrollo de la economía provincial no po-
día dejar de modificar los cimientos en los cuales descansaba la so-
ciedad provincial. E n veinticinco años (1869-1895) la población de
la provincia se cuadruplicó y el niímero de poblados rurales au-
mentó quince veces pasando de tan sólo cuatro en 1869 a sesenta
y dos en 1895. Más significativo aiín: tanto enlos nuevos poblados
como en la campaña cerealera comenzó a surgir una clase media
rural, fenómeno nuevo en un país secularmente dedicado a la ga-
n a d é n a extensiva. Estos cambios resaltan aún más si se tiene en
cuenta que la inmigración europea modificó de manera sustancial
la fisonomía social y cultural de la región. E l carácter cosmopolita
de Santa Fe surge claramente del análisis de las cifras publicadas
por el censo nacional de 1895: en aquel año casi el 42% de los ha-
bitantes de la provincia había nacido en el extranjero, y del resto,
tmaproporción nada desdeñable eran los hijos de los extranjeros
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que se habían radicado en Santa Fe durante los años anteriores a llegaban a Santa Fe. Algunos empresarios, aunque no la mayoría,
la publicación de los datos censales. De los 166.487 extranjeros que cumplieron funciones de administración durante los primeros años
residían en Santa Fe en 1895, la gran mayoría procedía de Italia, un de las colonias, generalmente hasta el momento en que los agricul-
65% del total. De los restantes, un 12% era español, un 6% francés, tores saldaban sus deudas por la compra del terreno. L a cantidad
un 4% suizo, mientras que un 13% se repartía éñtre inmigrantes de de tierra entregada a cada agricultor (sea en propiedad o en
otras nacionalidades, con los alemanes, austríacos y británicos ocu- arriendo) varió, como es lógico, de región en región. Hacía 1895
pando los primeros lugares. Si se tuviera en cuenta sólo a la pobla- puede considerarse que, en general, la unidad agrícola comprendía
ción rural, disminuiría considerablemente la proporción de inmi- entre 80 y 150 hectáreas.
grantes españoles (radicados casi con exclusividad en las ciudades) Muchos de los rasgos característicos de la agricultura santafe-
y aumentarían las correspondientes a los suizos, franceses y alema- sina fueron similares a los que prevalecían en las otras nuevas pra-
nes. De la misma manera, aumentarían significativamente las pro- deras cerealeras del mundo. L a agricultura santafesina estuvo en
porciones correspondientes a estas tres últimas nacionalidades (y manos de pequeños y medianos productores cuyos requerimien-
muy especialmente la referida a los suizos) si se tuviera en cuenta tos de mano de obra, salvo durante la cosecha, eran escasos y mu-
a los hijos de los extranjeros. chas veces cubiertos con el trabajo de miembros de la familia del
productor. L a agricultura santafesina estuvo casi totalmente volca-
L a febril expansión de la frontera agrícola santafesina produ-
da al mercado internacional y, hasta fines de siglo X I X , fuertemen-
jo, en consecuencia, importantes alteraciones en la sociedad provin-
te especializada en un solo producto, el trigo. Desde el comienzo,
cial. Como en otras regiones de características similares (Australia,
también, la necesidad de compensar la escasez de mano de obra
Canadá, el oeste norteamericano, etc.)(^lo que emergió en las lla-
hizo que la explotación agrícola en Santa Fe tuviera un grado re-
nuras santafesinas fue una sociedad cosmopolita y pujante, con
lativamente alto de mecanización. U n a característica específica de
gran dinamismo económico y una rápida movilidad socialTAl mis-
Santa Fe y de la pampa argentina fue que el número relativo de
mo tiempo, la propia espectacularidad de la expansión y el carác-
arrendatarios fue mayor que en las otras regiones cerealeras del
ter altamente especulativo de la vida de fronteras otorgaron a esas
mundo de rasgos similares. L a diferencia fue especialmente mar-
mismas sociedades una fuerte dosis de inestabilidad y una cierta
cada con respecto a Australia y Canadá, y algo menor en relación
propensión a resolver sus conflictos en formas no muy pacíficas.
con los Estados Unidos, donde la proporción de arrendatarios dis-
E l proceso de colonización agrícola se realizó en Santa Fe ba-
tó de ser insignificante. Las variaciones regionales fueron aquí muy
j o diversos sistemas. De éstos sólo mencionaré los dos más signifi-
marcadas, pero no hay dudas de que la proporción de arrendata-
cativos para los propósitos de este trabajo. E n los momentos inicia-
rios en toda la provincia fue significativamente alta. E l censo de
les (1856-1870) el estado provincial cumplió un importante papel
1895 señalaba que casi el 52% de los productores agrícolas no po-
promocional y, al mismo tiempo, de control de la actividad priva-
seía la tierra que trabajaba. L a proporción era mucho más alta en
da. E n una segunda etapa (1870-1895) el gobierno cedió totalmen-
los departamentos colonizados entre 1888 y 1895 (generalmente
te la iniciativa a diversos empresarios privados y eliminó la mayo-
ubicados en la zona sur de la provincia), mientras que en las colo-
ría de las restricciones que pesaban sobre ellos. Fue durante esta
nias de vieja data (especialmente en la zona central) el número de
segunda época cuando se fundó la gran mayoría de las colonias
propietarios superaba con comodidad al de arrendatarios.
agrícolas. E l procedimiento para su creación fue harto sencillo: un
empresario privado compraba una gran extensión de tierra (en ge- El protagonista principal de la expansión cerealera en Santa
neral entre 5.000 y 10.000 hectáreas) a la cual procedía luego a Fe fue, lógicamente, el inmigrante europeo que cruzó el Atlántico
subdividir para vender o arrendar a los inmigrantes europeos que para mejorar su fortuna en las fértiles praderas pampeanas. Muchos
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de estos inmigrantes iniciaron su nueva vida con la idea de retor- Dentro de esos dos grupos existieron, sin embargo, subdivisiones
nar a su país natal una vez que hubieran acumulado riquezas en las que es importante puntualizar. Alrededor de la ciudad de Santa
nuevas tierras. Algunos lo lograron; otros tuvieron que regresar por Fe, se radicaron las primeras colonias agrícolas a partir de la fun-
causas opuestas, por haber fracasado totalmente en la nueva em- dación de Esperanza en 1856. Esperanza se convirtió en la capital
presa. L a mayoría, sin embargo, optó por radicarse definitivamen- del departamento de Las Colonias, en el cual se localizaron colo-
te^en Santa Fe. L a primera generación de estos inmigrantes siguió nias de la importancia de San Carlos, Humboldt, San Jerónimo,
manteniendo lazos más o menos fuertes con su patria de origen, San Agustín, Las Tunas, etc. E l departamento de Las Colonias)
aunque no por eso dejó de interesarse en los problemas locales. Sus mantuvo el liderazgo provincial como productor cerealero por más i
hijos, sin embargo, se asimilaron completamente al nuevo país. de tres décadas y proveyó el núcleo básico alrededor del cual se
La suerte de estos inmigrantes varió tanto regional como tem- organizó y se expandió el proceso de colonización agrícola. '
poralmente. E n líneas generales, sin embargo, puede señalarse Muchas de las colonias de esta región fueron fundadas por
que la situación que encontraron en Santa Ee fue sustancialmen- grandes empresas de colonización que por bastante tiempo estu-
te mejor que la que habían conocido en sus lugares de origen. E n vieron a cargo de la administración de las mismas. L a casa de la ad-
algunos períodos, la mayoría de los agricultores acumuló benefi- ministración se convirtió en el lugar obligado de reunión para los
cios nada despreciables en las tareas agrícolas. Tal fue el caso, por colonos, y contribuyó de esta manera a otorgar mayor cohesión so-
ejemplo, durante el largo período de prosperidad por el que atra- cial a las colonias de la región central. E n el mismo senfido pueden
vesaron las colonias entre 1878 y 1893. Pero aun en sus mejores haber influido otras dos circunstancias: el tamaño de la unidad agrí-
momentos la vida del agricultor fue difícil y azarosa, continuamen- cola era considerablemente menor en la región central que en
te asediada por riesgos que muchas veces no podía controlar. A los el resto de la provincia, y la proporción de arrendatarios (30%)
habituales de su actividad, como la adversidad climática o el dete- sustancialmente menor a la registrada para toda Santa Fe (52%).
rioro de los precios de sus productos en el mercado internacional, Las Colonias era, por otra parte, el departamento agrario más
se sumaron otros propios de toda región de frontera: ataque de las cosmopolita de Santa Fe, con una leve preponderancia de colonos
tribus indígenas, incursiones de los bandidos rurales, arbitrariedades italianos, pero con fuertes contingentes de colonos suizos, alema-
de las autoridades locales, etcétera. nes y franceses. Hacia 1895, asimismo. Las Colonias contaba con
una alta proporción de habitantes argentinos, hijos de los prime-
ros inmigrantes extranjeros que poblaron la región. Debe tenerse -
Diferencias regionales en la agricultura santafesina en cuenta, en este senddo, que la región fue poblada entre los años
1856 y 1875, por lo cual hacia 1895 muchos de los descendientes
L a colonización agrícola en Santa Fe no se dio en forma ho- de extranjeros contaban con la edad suficiente para participar en ,
mogénea, ni mucho menos. Las variaciones regionales fueron, por las contiendas poli ticas. •:s.!:\i;í;ii¡..:^ j J f J.'''ít i'YT-.'í •
el contrario, muy marcadas y dieron lugar a la aparición de núcleos Como se señaló anteriormente, Esperanza y las colonias cir-
de colonización con características socioeconómicas bien diferen- cunvecinas se convirtieron en un centro de irradiación del proce-
ciadas. E n esta sección sólo daré un panorama muy sucinto de so agrícola hacia otras regiones. E n dirección oeste, hacia las tie-
aquellas características, particularmente de las que se relacionan rras de lo que pronto serían los departamentos de Castellanos y
más directamente con el tema central de este trabajo. San Cristóbal. Castellanos fue colonizado entre 1875 y 1885 y su
^ L a colonización agrícola se expandió a partir de dos grandes nú- centro principal fue la colonia de Rafaela, la que muy pronto se con-
cleos con base en las ciudades de Santa Fe y Rosario, respecüvamente. virtió en uno de los principales y más prósperos centros agrícolas-
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comerciales de la república. L a población del departamento de en Castellanos. Importante como productor cerealero, la propor-
Castellanos estaba predominantemente compuesta por inmigran- ción de arrendatarios (48%) era mayor que en Castellanos, pero
tes italianos, la mayoría de los cuales procedía de la Lombardía y levemente inferior que para el conjunto de la provincia. San Martín,
el Piamonte. Como Las Colonias, Castellanos era uno de los gran- ubicado en la frontera oeste de Santa Fe, era uno de los departa-
des productores de cereales de la provincia, y uno de los departa- mentos de colonización más reciente; la mayoría de sus tierras ha-
mentos donde la proporción de arrendatarios era manifiestamen- bían sido ocupadas en el período 1885-1895. E l caso del departa-
te menor que el total provincial (39%). E l departamento de San mento de San Jerónimo (no confundir con la colonia del mismo
Cristóbal, por el contrario, era de origen más reciente, y hacia 1895 nombre) era sustancialmente distinto. Ubicado sobre la franja es-
laTmayoría de las tierras estaba dedicada a la ganadería, una acti- te de la provincia (entre las ciudades de Rosario y Santa F e ) , era
vidad para la cual la región demostraría luego estar mucho mejor una de las zonas más antiguas de la provincia, y la ganadería seguía
dotada- siendo una actividad relativamente importante, aunque contaba
L a otra corriente colonizadora tributaria de la ciudad de San- con algunas colonias agrícolas. Ocupaba un lugar secundario co-
ta Fe se localizó en las tierras ubicadas en la costa norte del río Pa- mo productor de cereales y el porcentaje de arrendatarios era
raná, comprendiendo los departamentos de Caray, Sanjavier y Re- levemente superior al total provincial (53%).
conquista. L a mayoría de estas colonias se fundó entre 1865 y 1875, E n la zona de influencia de la ciudad de Rosario se encontra-
y el núcleo principal estuvo localizado en la colonia Helvecia. Co- ban los departamentos de San Lorenzo, Caseros, Iriondo y Belgrano.
mo en el caso del departamento Las Colonias, e^a región, y muy Todos ellos eran importantes productores de cereales, y la gran
especialmente las colonias ubicadas en los departamentos de Caray mayoría de las colonias (con una gran preponderancia de italia-
y Sanjavier, tenían un marcado ca_rácter cosmopolita y un bajo nú- nos) se había fundado en el transcurso de la década del 80 y a co-
inero de arrendatarios. Pero, al revés de Las Colonias y Castella- mienzos de los años noventa. L a excepción a esta regla general la
nos, eran poco importantes como productoras de cereales. Desde un constituían las viejas colonias del Ferrocarril Central Argentino
primer momento estos departamentos tuvieron que afrontar una se- (Carcarañá, Roldán y Cañada de Gómez) y los de Candelaria y Jesús
rie de dificultades, entre ellas las continuas invasiones de las tribus María. Estas colonias fueron fundadas a comienzos de la década
indígenas. Más importante aún, las tierras de la región demostra- del 70 y en ellas, especialmente en Roldán, la proporción de inmi-
ron ser poco aptas para el cultivo de los cereales y poco a poco fue- grantes suizos, franceses y alemanes no era desdeñable. Al revés de
ron dedicando sus campos a la ganadería. Hacia el extremo norte Las Colonias y Castellanos, sin embargo, estos departamentos no
de la ciudad de Santa Fe, en la región conocida como el Chaco san- eran enteramente agrícolas, y parte de sus tierras se dedicabaiTa
tafesino, existía otro núcleo de departamentos (Vera, Ceneral la ganadería. Los porcentajes de arrendatarios eran consecuente-
Obligado y San Justo) que sólo habían sido afectados muy margi- mente altos: 55% en San Lorenzo, 58% en Iriondo, 59% en Caseros
nalmente por la colonización agrícola (especialmente San Justo). y 78% en Belgrano. Este último era el porcentaje más alto que se
Estos departamentos se especializaron en uria^ganadería extensira había registrado en la provincia.
y en la explotación forestal.
Quedan finalmente por considerar los dos departamentos ubi-
Dos departamentos (San Martín y San Jerónimo) se hallaban cados en el extremo sur de la provincia, Qeneral López y Consti-
en una situación intermedia entre aquellos localizados en la zona tución. Estos departamentos fueron los últimos en ser colonizados,
de influencia de la ciudad de Santa Fe y los que se encontraban co- y como todas las regiones en igual situación tenían una abruma-
nectados con el puerto de Rosario. San Martín puede ser conside- dora mayoría de colonos italianos. Aunque su aporte a la produc-
rado como una extensión del proceso de colonización que se dio ción cerealera distaba de ser insignificante, ambos departamentos
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económica se vio acompañada por un aumento creciente en los serios, como por ejemplo L a Agricultura. E n esta publicación se mez-
ingresos de los agricultores. L a gran mayoría de las fuentes dispo- clan noticias que señalan la prosperidad reinante en las colonias (co-
nibles, aun las más cautas, se muestran contentas al señalar la ola mo las descripciones sobre el estado de las colonias ubicadas en la lí-
de prosperidad que invadió a las colonias por aquellos añosd^ nea del Ferrocarril Oeste, Independencia, Roldán, Ricardone,
Venado Tuerto, Gálvez e Irigoyen) con otras de franco carácter pe-
Las buenas cosechas de granos en los últimos años han posibi- simista.'^ E n este último caso se cuentan las descripciones de Ca-
litado a muchos colonos convertirse en propietarios luego de ñada de Gómez, de la paralización comercial y agrícola de un cen-
tres o cuatro años de trabajo agrícola, y con el alto precio del tro de la importancia de Esperanza, o del estado general de la
grano en papel moneda les ha procurado una situación segura provincia en su conjunto ("el estado de aquella provincia era real-
V satisfactoria [...] Este real bienestar de la clase agrícola, del mente desconsolador").'''' Una colonia importante como Rafaela es
que se ha dicho con razón "que en las colonias no hay crisis", ha ;> descripta sucesivamente como atravesando un período de crisis agu-
hecho que muchos colonos hayan traído sus familias de Italia, ' da (abril de 1893) o como "orgulloso centro agrícola santafesino"
enviándoles el respectivo pasaje marítimo...'^ t «r ><9i;íir ^ (i; (mayo de 1893).'^
Quizá, la versión más serena y más ajustada de los hechos fue
L a situación comenzó a deteriorarse hacia 1893, y nuichos ob- la provista por el corresponsal del diario londinense T h e Times a
servadores consideraron que se tornó realmente difícü eri el trienio comienzos de 1894: . i i « * • • ji. ; .
1894-96. E n este sentido 1893, el año que nos interesa directamen-
te, fue considerado como un momento de transición entre la pros- Como regla general los colonos tuvieron éxito y prosperaron
peridad de la época del boom y la declinación anotada posterior- entre 1886 y 1893. Ahora los bajos precios les dejaron ganancias
mente. E n 1891 el precio del trigo fluctuó alrededor de los 3,60 pequeñas en este año, pero bien pueden aguantar uno o dos
pesos oro, al mismo tiempo que el premio oro (que marcaba la re- años malos, después de tantas buenas cosechas.'^ ;•
lación entre el peso argentino y el oro) llegó a 374%. Este estado
de cosas, altamente favorable para los agricultores, comenzó a cam-
biar en el segundo semestre de 1892, cuando el precio del trigo E l impuesto a los cereales - . ; y; , . >
fluctuó alrededor de los 2,41 pesos oro y el premio oro declinó a
284%. L a baja del precio del cereal continuó acentuándose hasta C"EX.27 de noviembre de 1891 el Gobierno provincial aprobó
abril de 1893, cuando la cotización se hizo a 2,25 pesos oro, baja tona ley votada por la Legislatura por la cual se establecía un im-
compensada por un pequeño repunte del premio oro que alcan- puesto de 10 centavos por cada 100 kilos en todas las transacciones
zó un 306%. Si bien ambos indicadores repuntaron a partir de d £ j D g o y lino efectuadas dentro de las fronteras provinciales. E l
abril (más el premio oro que el precio del trigo), el promedio pa- impuesto debería ser recolectado una vez al año.
ra todo el año 1893 señala una declinación con respecto a 1892.'^ L a sanción de esta ley provocó una explosión de protestas a
Es difícil indicar cuál fue el verdadero impacto de este proce- través de toda la región cerealera, protestas que bien pronto se ve-
so en la situación de los agricultores, particularmente para el año rían reflejadas en las páginas del periódico L a Unión, que fuera
1893. No hay dudas de que existió un cierto deterioro. Es más di- creado durante esos años. E l I I de noviembre de 1891, L a Unión
fícil, sin embargo, detectar la intensidad del mismo. L a prensa na- informaba de mitines de protesta realizados en las colonias San
cional y la provincial están plagadas de contradicciones al respec- Carlos, Cañada de Gómez y Tortugas, y sobre el violento pronun-
to, contradicciones que no es difícil encontrar aun en órganos ciamiento en contra del impuesto por parte del recientemente
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creado Centro Políüco de Extranjeros.^" E l 15 de noviembre, L a [...] declaró [el Gobierno] en decreto de fecha 12 de diciem-
Unión exigía que el impuesto no fuera pagado por los colonos si- bre de 1891 que el impuesto_pesaba sobre el yenjíl.cdQr. En vir-
no por los "especuladores de cereales", y el 6 de diciembre publi- tud de este decreto los exactores llevaron sus ataques primero
caba un telegrama enviado al gobernador por el Centro Políüco contra los colonos. Pero la percepción no se efectuaba con la
de Extranjeros en el que se le demandaba el veto de la ley sancio- regularidad y prontitud requerida por el concesionario. Visto
nada por la Legislatura.^' Cuando esto no ocurrió, L a Unión lanzó lo cual consideró éste mejor dirigir el cobro contra los exporta-
un violento ataque contra las autoridades provinciales: dores. El Poder Ejecutivo secundó las aspiraciones del concesio-
nario y tiró (sic) un segundo decreto reglamentario del 30 de
; [...] el pueblo en masa ha pedido al Poder Ejecutivo el veto de enero último, declarando que el impuesto debería abonarse por
esa ley de impuestos y el Ejecutivo haciendo oídos de mercader el comprador.""
ha despreciado las reclamaciones populares [...] El Ejecutivo
no se atreve a percibir por sus agentes y funcionarios el nuevo fh Obviamente, los exportadores protestaron violentamente con-
impuesto creado como así lo ordena la ley y por decreto recien- re ; tra la medida y reclamaron a la Corte Suprema de la Nación que
te ordena su enajenación a particulares en subasta pública [...] declarara la inconsütucionalidad de la ley de 1891 y del ya citado de-
El Gobierno ha despreciado villanamente al pueblo contribu- creto reglamentario de 1892. Esta petición llevaba la firma de trece
yente y ya verá los resultados de tanto capricho [... ] el impues- compañías exportadoras, entre ellas algunas de la importancia de
to de los cereales no se pagará aunque se remate y se cobre mil Otto Bemberg, Bunge y Born, E. Davis y Bates, Stoke y Cía., etc."^ Si
veces [...J^^ bien la Corte rechazó la petición de los exportadores, eljGobiernp
provincial pasó a fines de 1892 un nuevo decreto estableciendo
<^ Tal como lo indica L a Unión, el Gobierno decidía transferir la que el pago debía ser hecho en primer lugar por los colonos y,
recaudación del impuesto a empresarios particulares.^" A comien- en segundo término, por el comprador."^ A l decir del diario L a
zos de 1893, por ejemplo, la recaudación del impuesto fue cedida Capitaláe Rosario "el impuesto de los cereales fue rechazado por)
a un tal Brunniard, que bien pronto se ganó el odio de los colo- los exportadores y el Gobierno lo implantó a los pobres colonos".""/
nos por los métodos violentos que empleó en la percepción de la L a aplicación del impuesto a los cereales levantó en Santa Fe
gabela.""* Este procedimiento se mantuvo, como veremos luego, una serie de protestas extremadamente violentas contra las auto-
hasta bien entrado el año 1893. L a transferencia de la recaudación ridades provinciales. E l impuesto fue calificado con los términos
del impuesto a particulares fue uno de los blancos constantes en más duros por parte de los órganos de prensa que defendían los
la campaña contra las autoridades provinciales."'' intereses de los agricultores. No solamente por ellos; también los
E n realidad, la ley de 1891 no había aclarado con precisión periódicos nacionales y extranjeros no ahorraron los más duros
cuál parte en la transacción comercial debía abonar el impuesto, epítetos para calificarlo. Así, por ejemplo, T h e M o n t e v i d e o Times de-
si el vendedor (colono) o el comprador (comerciante). Solamen- finía la legislación al respecto, y la forma de implementarla, como
te establecía que si una de las partes no efectuaba el pago, el mis- "extorsión y crueldad propias de Turquía".'*" Conviene, en conse-
mo podría ser exigido a las demás personas que hubieran interve- cuencia, analizar brevemente cuál_fue la incidencia del iinpuesU)
nido en la operación. Los concesionarios particulares, sin « t í o s costos totales del agricultor. q r-
embargo, descubrieron bien pronto que no sería fácil cobrar el im- Desgraciadamente, la escasa información disponible no per-
puesto a los colonos, por lo cual sugirieron al Ejecuüvo que alterara mite dar una certera respuesta al interrogante planteado. No existen
alguno de los artículos de la ley: para la época cálculos confiables sobre los costos generales de la
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explotación agrícola; tan sólo contamos con descripciones impre- en forma mucho más eficiente, y que esta nueva eficiencia se logró
cisas por parte de algunos observadores; estimaciones que en oca- a través de la utilización de métodos mucho más severos por parte
siones están viciadas por la posición adoptada frente al conflicto. de los recaudadores. Estos métodos incluyeron, a veces, la utiliza-
L a situación se hace más compleja si se tiene en cuenta que estas ción de la fuerza pública para lograr el cobro por parte de los colo-
estimaciones deberían contemplar, lo que no siempre sucede, las nos más remisos. Fueron estos métodos los que enardecieron a
variaciones en el precio del trigo y del premio oro. E l material dispo- vastos sectores de la opinión pública en la región cerealera.
nible, por lo tanto, es de carácter netamente impresionista y debe ser Como se tendrá ocasión de observar más adelante, el impues- «
tomado con suma cautela. to se convirtió en una de las grandes causas de los turbulentos epi-
E n su mensaje anual a las cámaras provinciales en 1893, el go- sodios políticos que sacudieron la vida provincial durante 1893.
bernador de Santa Fe señalaba que el impuesto de cereales era, en 0 ' o r tal motivo, conviene inquirir en las razones que impulsaron al
términos relativos, uno de los más baratos que existían en la provin- Gobierno a insistir tozudamente en su recolección. Estos motivos
cia. Ciertamente más barato, en su opinión, que el impuesto de pa- no son difíciles de localizar. E n los primeros meses de 1893 el Go-
tentes que afectaba al comercio y a la industria, o el impuesto de abas- bierno provincial había acumulado una cuantiosa deuda con
to que afectaba al comercio de ganadc^El Gobernador calculaba que acreedores nacionales y extranjeros. Después de la crisis de 1890,
el impuesto representaba entre el 1 y el 1,5% de los ingresos bru- el Gobierno había sido duramente atacado por la prensa, especial-
tos del agricultor (tomaba en cuenta para este cálculo la variación mente la extranjera, por no cumplir con las obligaciones que con-
en el precio del trigo).*' E n abril de 1893, el comercio de Rosario trayera durante el espectacular boom de los años ochenta. Resulta
(en solicitud enviada pidiendo la derogación del impuesto) calcu- curioso, en consecuencia, observar que los mismos órganos de
laba que el impuesto podía estimarse en alrededor del 2% de los prensa que exigían perentoriamente el pago de la deuda, criti-
ingresos brutos.*" U n vocero sumamente favorable a los intereses caran acerbamente al gobierno, al mismo tiempo, por tratar de
de los colonos. L a Unión, efectuó un cálculo ligeramente superior incrementar los recursos fiscales mediante la introducción de un
(2,5%).** Los cálculos más precisos de Emilio Lahitte tendían a nuevo impuesto.**
coincidir con los expresados por el gobernador en su mensaje. Uno de los pocos observadores extranjeros que comprendie-
Para Lahitte la incidencia del impuesto sobre los ingresos brutos del ron la difícil situación en que se hallaba el Gobierno provincial (en
agricultor había sido de 1,18% en 1892, de 1,37% en 1893 y de 1,88% 1892 debió pagar el sueldo de los empleados públicos con papel
en_1894.*-' sellado) ,*" fue el cónsul británico en Buenos Aires: "Por otra par-
Ciertamente, todos estos guarismos indican claramente que te, siendo Santa Ee una provincia agrícola es difícil imaginar cómo
muchas de las críticas dirigidas contra el impuesto eran manifies- puede afrontar los gastos de administración por un medio distinto al
tamente exageradas. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que fue la impuesto del trigo".*''
primera vez en que se gravaba directamente la producción agrícola L a importancia del impuesto para la administración provin-}
(aunque los agricultores propietarios abonaban ya el impuesto a la cial se hizo evidente a partir de 1893, año en que comenzó a ser i
contribución directa). Al mismo tiempo, el gravamen fue introdu- administrado en forma eficiente. Efectivamente, desde ese año el',
cido en un momento no muy propicio para los colonos. Ya hemos impuesto a los cereales aportó alrededor del 25% de los ingresos |
visto que en 1893, según los cálculos de Lahitte, la incidencia del im- del tesoro provincial.** -.^
puesto se hizo más grande a medida que caían los precios del tri- Los colonos, sin embargo, señalaron que el impuesto a los ce-
go. Pero, como se verá luego, lo que realmente resultó decisivo reales introducía una suerte de discriminación en perjuicio de los
fue que en 1893 la percepción del impuesto comenzó a hacerse sectores sociales menos favorecidos de la región. E n este sentido.
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sostenían que el impuesto no afectaba a los grandes propietarios que la recaudación de la contribución directa era engorrosa y ca-
ganaderos, ni tampoco a los productores de maíz, afirmando, al ra.*" Debe tenerse en cuenta, por otra parte, que un aumento en
mismo tiempo, que estos últimos se beneficiaban por ser argenti- la contribución directa hubiera provocado posiblemente una se-
nos. Dentro del sector agrícola, en consecuencia, el impuesto cas- rie de protestas por parte de los colonos agrícolas que poseían las
tigaba a los colonos, extranjeros en su gran mayoría. Los agricul- tierras que labraban. Ante un rumor de que este impuesto iba a
tores cerealeros señalaban, al mismo tiempo, que el Gobierno debió ser aumentado (en julio de 1893), los colonos de Cañada de Gómez
haber aumentado el impuesto de contribución directa que afectaba realizaron un mitin de protesta.**
a los propietarios de tierra, el que como todos los impuestos de la (láechas estas salvedades, debe señalarse que es posible que la
época era marcadamente bajo (5% del valor de la propiedad). A l política tributaria de las autoridades haya reflejado, en parte, el pe-
respecto apuntaban los colonos: so político de los distintos sectores sociales dentro de la provincia.
Esto resultó evidente cuando las influyentes casas de exportación
[...] el colono que cosecha 200 quintales de trigo en una con- lograron que el impuesto se cobrara en primer término a los colo-
cesión (33 hectáreas) tiene que abonar 20 pesos de impuestos nos, y sólo en segunda instancia a ellas. Asimismo, es muy posible
y, sin embargo, por su chacra evaluada en 2.000 pesos paga 8 pe- que una de las razones del Gobierno para no aumentar el impues-
'«•; sos de contribución directa y 2 pesos para la educación común: to a la tierra haya sido evitar conflictos con uno de los más pode-
•' ó total 10 pesos; de manera que el impuesto agrícola es el doble rosos grupos socioeconómicos dentro de la provincia. Si ésta fue
[...] de la contribución directa.*^ la razón, los sucesos de 1893 mostrarían bien pronto que el impues-
to a los cereales distaba de ser el medio más idóneo para solucionar
- Naturalmente, los colonos exageraron su caso. E n primer lu- en forma pacífica las penurias financieras por las que atravesaba el
gar, el argumento de que los cultivadores de maíz habían sido ex- erario provincial. ^ .
cluidos por su carácter de argentinos, era claramente incorrecto.
Hacia 1893, el 70% del área sembrada con maíz se hallaba ubica-
da en la región sur de la provincia, donde la gran mayoría de los
cultivadores eran inmigrantes europeos.*" Parece más lógico supo-
ner que el maíz fue excluido por representar una parte insignifi-
cante en el conjunto del área sembrada de la provincia. E n 1895
el censo nacional señalaba que existía más de un millón de hectá-
reas dedicadas al trigo, casi 400.000 al lino y solamente 125.000 al
maíz. E l maní, otro de los cultivos excluidos, sólo abarcaba 5.000
hectáreas.*'
E n segundo lugar, existían muchos propietarios ganaderos
que destinaban parte de sus tierras al cultivo del trigo. Por lo tan-
to, es parcialmente incorrecto afirmar que estaban excluidos del
pago del impuesto, aunque ciertamente un aumento en la contri-
bución directa los hubiera perjudicado más. Pero nuevamente es
posible sugerir que una de las razones detrás de la política oficial es-
tuviera basada en la experiencia histórica, que había demostrado
3. L a revuelta de H u m b o l d t
(febrero de 1893)

L a agitación política desatada en las colonias agrícolas no


amainó en 1893; por el contrario, durante ese año alcanzó una in-
tensidad y una violencia realmente inusitadas. E l punto de partida
de esta creciente agitación, que irá acentuándose con el correr de
los meses, debe buscarse en la revuelta de los agricultores de la
colonia Humboldt en el mes de febrero de 1893.
L a causa inmediata de este hecho fue por demás trivial. Si al-
canzó tal importancia fue porque la situación general por la que
atravesaban los agricultores hacía posible que la ocurrencia de
hechos menores indujera reacciones aparentemente despropor-
cionadas.
Los sucesos comenzaron cuando un cobrador del impuesto de
cereales (trabajando a las órdenes del empresario Brunniard) exi-
gió a un colono la presentación de sus libros de contabilidad. Al
negarse éste a tal requisitoria, el cobrador intentó detenerlo con
la ayuda de la policía del lugar. Este intento provocó la reacción
airada de un grupo de vecinos que impidieron el hecho, amena-
zando con hacer uso de medios violentos si fuera necesario. Esto
ocurría el 3 de febrero.
A partir de allí, la situación comenzó a complicarse, pues las au-
toridades regionales decidieron mandar un destacamento de vein-
te soldados para restablecer el orden. Cuando los soldados llegaron
a Humboldt se encontraron con un grupo de colonos armados dis-
puestos a impedir que se produjeran detenciones. E l choque entre
ambas fuerzas no llegó, sin embargo, a producirse porque los solda-
dos optaron por retirarse sin efectuar detenciones y los colonos, por
su parte, aceptaron disolverse en forma pacífica.
> A l día siguiente, sin embargo, por todo Humboldt circuló la
noticia de que el Gobierno provincial había decidido mandar un
contingente mayor de soldados para encarcelar a los "revoltosos".
52 LA R E V U E L T A D E H U M B O L D T ( F E B R E R O D E 1893) 53
EZEQUIEL GALLO

L a noticia provocó una rápida movilización de los colonos que, se- embargo, se demostraban dispuestos a pagarlo, siempre y cuando
gún algunas fuentes, lograron reunir entre 300 y 400 pobladores obtuvieran un descuento del 20%, monto que calculaban necesa-
armados. Movilizaciones similares se produjeron en las colonias rio para la compra de la semilla requerida para la próxima cose-
vecinas a Humboldt (Santa Clara, San Jerónimo, Josefina y Santa cha.™ Más adelante, no se conformaron con esto y e.xigieron que
María), donde alrededor de 1.000 colonos tomaron las armas pa- lo recaudado fuera enteramente destinado a sufragar gastos locales
ra resistir a las tropas. E n estas colonias los hechos parecen haber- (escuelas, hospitales, bibliotecas, etc.) y que l a administración de esos
se desencadenado por la propagación de un rumor que señalaba fondos estuviera en manos de comisiones populares designadas por
que las tropas venían para cobrar compulsivamente el impuesto a el voto de los habitantes de las colonias.™
los cereales.™ De esta manera, la protesta de los colonos no estuvo sólo diri-
Las tropas llegaron, efectivamente, el día siguiente (5 de febre- gida a aspectos que hacían a la forma de recaudar el impuesto, si-
ro). Venían encabezadas por uno de los más caracterizados políticos no que fue más allá exigiendo reducciones en el monto del mismo y
del régimen, el ministro de Gobierno Luciano Leiva. El representan- en la forma de administrar los fondos obtenidos.
te del Gobierno adoptó desde el comienzo una actitud abierta- Los colonos también sostuvieron que su movimiento estaba to-
mente negociadora, prometiendo no efectuar detenciones si los talmente desprovisto de fines políticos. Su vocero. L a Unión de
colonos deponían las armas. Una vez que éstos aceptaron el ofre- Esperanza, así lo señalaba en su editorial del 19 de febrero:
cimiento y se dispersaron pacíficamente, Leiva, contra lo prome-
tido, procedió a encarcelar a los cabecillas del movimiento. Tam- [...] la indignación, el armamento y la resistencia de los colo-
bién detuvo al director y a los redactores del periódico L a Unión, nos santafesinos son ajenas a sugestiones políticas; no obedecen
acusándolos de haber instigado el movimiento subversivo." No a la gestión e interés de los partidos; su causa es económica, ex-
obstante, el asunto no llegó a mayores porque el gobernador de clusivamente de equidad administrativa y por lo mismo el pro-
la provincia firmó un decreto de indulto y ordenó la inmediata ceso a seguir en la solución del conflicto debe ser distinto, muy
libertad de todos los detenidos.'" distinto, del empleado por el Gobierno)...]"
Si bien los hechos de Humboldt no llegaron a producir víc-
timas, demostraron bien claramente, sin embargo, que los colo- No hay dudas de que las implicaciones políticas de los suce-
nos estaban dispuestos a recurrir a la violencia si así lo requería sos de Humboldt fueron muchtt menos claras que las que se pon-
la defensa de lo que consideraban sus legítimos derechos. Por drán de manifiesto meses más adelante durante las revoluciones
esta razón conviene efectuar un breve análisis de sus principales de julio y setiembre. Parece exagerado, sin embargo, suponer que
características. estuvieron totalmente desprovistos de intenciones políticas. No só-
Los colonos sostuvieron reiteradamente que la actitud asu- lo el Gobierno provincial no dudaba de la importancia política de
mida por ellos había sido meramente defensiva; que sólo se opo- lo ocurrido; también el jefe del partido opositor, Leandro Alem,
nían a la forma violenta y arbitraria con que se trataba de cobrar siguió con extremado interés desde Buenos Aires la marcha de los
el impuesto.'* Esta afirmación, sin embargo, parece ser sólo par- sucesos.™ Éstos, por otra parte, fueron rápidamente capitalizados
cialmente correcta. E n algunas de sus declaraciones los colonos por una nueva agrupación, la Unión Agraria, que organizó míti-
afirmaron de manera categórica que no estaban dispuestos a pagar nes de protesta en varias colonias.™ A pesar de su nombre, la
un impuesto que consideraban "ilegal y caro".'* Es claro que en este Unión Agraria tenía manifiestas finalidades políticas y una estre-
caso no se trataba de la forma utilizada para cobrar el impuesto cha relación con la Unión Cívica Radical.*" Más aún, a partir de
sino, lisa y llanamente, de no pagarlo. E n otras declaraciones, sin Humboldt muchos observadores comenzíuron a percibir que las
54 EZEQUIEL GALLO LA R E V U E L T A D E H U M B O L D T ( F E B R E R O D E 1893) 55

colonias agrícolas pasaban a convertirse en el más formidable cen- las poblaciones ubicadas dentro de los límites del departamento
tro de oposición a las autoridades provinciales. Así lo señalaba el Las Colonias; hacia el oeste de Esperanza, la muy importante co-
periódico L a A g r i c u l t u r a de Buenos Aires: lonia de Rafaela comenzó a convertirse en un nada desdeñable
centro de oposición al Gobierno. Pero también hacia el sur co-
El pueblo de Santa Fe [... ] no ha podido como otros pueblos ob- • • >i mienzan a sucederse los actos de protesta contra el cobro del im-
tener la reivindicación de sus derechos y marcha hoy sin guía, sin puesto y de solidaridad a los colonos de Humboldt. Así ocurre en
cabeza dirigente [... ] El pueblo siente el vértigo de la desespera- ; las colonias Jesús María, Aldao, Ortiz, Vila, San Martín, Sastre,
ción en cierto momento, pero sin una cabeza dirigente, sin un • i '> Humberto 1° y Correas.** E n otros lugares como Gessler, Oroño,
carácter formado en la lucha [...] la oposición no hace otra co- Serodino, San Jorge, Providencia y Cañada de Gómez los colonos
sa que aumentar la soberbia de los que se han hecho dueños de f», reunidos para protestar amenazaron con tomar las armas.**
la situación [...] El Rosario, pueblo como hemos dicho mercan- M ¡f Los sucesos de Humboldt facilitaron, al mismo tiempo, un rá-
tilizado, vive con las miradas puestas en las pizarras de la Bolsa P.A. pido desarrollo de la Unión Agraria que bien pronto comenzó a
•i [...] Los partidos son verdaderos "partidos", fragmentos sin un organizar reuniones que congregaron a agricultores provenientes
punto de apoyo [... ] De todo lo que existe, pues, lo único homo- de diversas colonias.*' L a primera reunión, el 18 de febrero, reu-
géneo, porque ha nacido espontáneamente y crece día a día, es nió a colonos de Esperanza, San Carlos, Rafaela, Humboldt y San
el levantamiento del espíritu público en las colonias [...] En esta | Jerónimo. L a segunda, cinco días después, a vecinos de las mismas
mezcla de idiomas y sangre existe en las colonias una e indivisible colonias más otros provenientes de Santa María, Pujato, Erank y
idea: cambiar la situación política en la provincia.*' Grutli. E n ambas ocasiones los concurrentes al mitin resolvieron
reclamar la libertad de los detenidos, la devolución de las armas
Otro aspecto interesante es el que se refiere a la extensión del j confiscadas, la derogación del impuesto, la elección directa de los
movimiento. Es evidente que el núcleo activo (o armado) del m o j jueces de paz, la creación de comisiones populares para adminis-
vimiento estuvo centrado en Humboldt y colonias vecinas: San ^ trar los fondos recaudados por el fisco en las colonias y, finalmente,
J e r ó n i m o , en primer lugar, y luego Josefina, Santa Clara y Santa la restitución a los extranjeros del derecho a votar en las elecciones
María. Pero en muchas otras colonias hubo demostraciones en municipales.**
favor de los rebeldes. De algunas localidades salieron grupos ar- La información disponible señala que el núcleo principal de la
mados de colonos para apoyar a los agricultores rebeldes; tal el protesta agrícola estuvo localizado en la zona de influencia de la co-
caso de una columna de 150 colonos de San Carlos que fue inter- lonia Esperanza, aunque con importantes ramificaciones hacia el oes-
ceptada por tropas gubernamentales que procedieron a desarmar- te (Rafaela) y hacia el sur en las colonias ubicadas al norte y oeste de
la y a arrestar a los líderes.*" Situaciones similares parecen haber la ciudad de Rosario. A l sur de esta ciudad, con la importante ex-
ocurrido en las colonias Las Tunas, Clucellas y Grutly.** Todas es- cepción de Cañada de Gómez, los colonos parecen no haber to-
tas colonias estaban situadas en las cercanías de Humboldt y com- mado parte en los mítines y reuniones de protesta. No he podido,
prendidas en la región que tenía a la colonia Esperanza como ca- por ejemplo, encontrar información alguna que hiciera referen-
beza de departamento. E n Esperanza, por ejemplo, se realizaron cia a la existencia de mítines o demostraciones en una colonia de
diversos mítines en apoyo de los colonos de Humboldt y lo mismo la importancia y antigüedad de Candelaria.*" E l cónsul británico
ocurrió en las colonias vecinas de Erank y Pujato.** en Rosario señaló, por su parte, que los colonos ubicados en los
Pero los mítines de apoyo a los "rebeldes" y de protesta contra departamentos del sur no habían participado en los sucesos de-
la política guberntimental no se limitaron a la vieja región central, a sencadenados en febrero de 1893: " [ . . . ] los colonos del sur no
56 EZEQUIEL GALLO L/\A D E H U M B O L D T ( F E B R E R O D E 1893) 57

intervinieron en los disturbios, habiéndose limitado a observar los periódicos que apoyaban la causa de los colonos. Noticias que nie-
acontecimientos"."" gan la intervención de los extranjeros son publicadas conjunta-
Corresponde preguntarse ahora sobre la participación que les mente con otras en las cuales dicha intervención aparece con cla-
cupo a los residentes extranjeros en los sucesos que tuvieron co- ridad meridiana. Así, por ejemplo, luego de negar o minimizar la
mo principal escenario a la colonia Humboldt. Algunos órganos participación de los extranjeros, L a Unión informa que la columna
de prensa procuraron minimizar este aspecto. Tal es el caso del de 150 colonos que marchaba de San Carlos a Humboldt estaba
periódico L a Unión: compuesta por una mayoría de agricultores de nacionalidad suiza
y alemana."*
Debemos hacer notar que la inmensa mayoría de los colonos que >•. Parece claro, también, que la mayoría de los extranjeros que
han tomado parte en los últimos sucesos son argentinos, y que en- ;' participaron en los sucesos era, precisamente, de nacionalidad sui-
tre los cuarenta presos tomados por Leiva como cabecillas, ape- za o alemana y, sin dudas, los primeros desplegaron una gran acti-
nas si hay media docena de extranjeros, lo que prueba la mala fe bs'i vidad durante la "revuelta". Esto no es sorprendente si se tiene en
de la prensa oficial al pretender levantar el sentimiento nacional ^ ' cuenta que en la zona afectada por el conflicto predominaban los
en contra de los habitantes de las colonias."' suizos y sus descendientes, o constituían una importante minoría.
El cónsul italiano, por otra parte, señaló terminantemente que sus
L a misma opinión surge de la lectura de L a A g r i c u l t u r a de compatriotas habían permanecido ajenos a los hechos, que ellos
Buenos Aires:
[...] con muy buen sentido no han seguido las instigaciones de
Es necesario que se sepa que no han sido los gringos los que por T los radicales, negándose a ser instrumento de los partidos polí-
un acto de desesperación se rebelaron contra la autoridad. Han ticos locales, mientras pagan sus impuestos, esperando pacífica-
sido ciudadanos argentinos, hijos sí de colonos extranjeros, pe- mente el resultado de las promesas hechas por el Gobierno, y
ro nacidos en esta tierra que veneran y aman como su propia del recurso de constitucionalidad promovido ante la Suprema
patria."" 'c- •'. <•••' -y . ¡y.' í,:,-. i,- ; Í i y ; ; • ; • ^ Corte de Justicia."* .o <" - . ...»

El Gobierno provincial, por su parte, señaló que los sucesos Existen otras fuentes que apuntan en la dirección señalada
de Humboldt fueron desencadenados por lo que denominaba una por el cónsul italiano. E l comité de dieciséis colonos elegidos por
conspiración "suizo-radical". Consideraban "antipatriótico" haber el mitin del 23 de febrero, no registraba ningún nombre de raíz
permitido la participación de extranjeros en problemas internos. itálica (ni para el caso española)."* El juicio del cónsul fue, por otra
A esto respondía L a Capital seña\a.ndo que lo "antipatriótico" era parte, compartido por el gobierno provincial que siempre consi-
la campaña contra los extranjeros lanzada por la prensa oficial."* deró a la revuelta como producto de una conspiración de suizos y
Es posible que el Gobierno haya magnificado la participación radicales, y que explícitamente señaló la no intervención de los ita-
de los extranjeros en los eventos descriptos en este capítulo. Pare- lianos. También el cónsul ingles opinaba en el mismo sentido: "De-
ce probable, asimismo, que la mayoría de los participantes hayan be señalarse que los colonos italianos, a pesar de estar desconten-
sido argentinos, hijos de inmigrantes extranjeros. A l mismo tiem- tos con la creación del impuesto, están dispuestos a pagarlo"."'
po, sin embargo, es indudable que los extranjeros jugaron un pa- No caben dudas, en consecuencia, de que los italianos desem-
pel importante durante el desarrollo de los sucesos. Es posible en- peñaron un papel secundario en los acontecimientos que se han ana-
contrar múltiples contradicciones al respecto en las páginas de los lizado. Pero de ahí a afirmar que no tuvieron ninguna participación
EZEQUIEL GALLO LA R E V U E L T A D E H U M B O L D T ( F E B R E R O D E 1893) 59

en los mismos hay una distancia muy grande. Es muy clara, por al empresario Brunniard, odiado por los agricultores, para cobrar
ejemplo, la participación de los colonos italianos en los actos de el impuesto, y decidió, al mismo tiempo, destinar parte de los fon-
protesta, o de solidaridad, que se organizaron en las colonias Al- dos recaudados para promocionar la educación en las zonas rura-
dao, Jesús María, Ortíz y Correa."* Es más que probable, también, les.'"^ Esta actitud conciliadora del Gobierno provincial fue clara-
que lo mismo haya sucedido en otras colonias de gran predominio mente señalada por los cónsules italiano y británico. Este último
italiano como Oroño, Gessler, San Martín de las Escobas, Humberto afirmaba que: " L a tormenta se apaciguó por la acción conciliado-
P y San Martín."" ra del gobernador Cafferata, quien luego de arrestar a los cabecillas
Queda finalmente por analizar el papel jugado por las autori- y confiscarles las armas, los dejó en libertad con consejos paternales
dades provinciales durante los eventos de febrero. E l Gobierno y vagas expresiones de buena voluntad".'"*
provincial declaró repetidamente que había aplicado una política Esta actitud conciliadora no era contradictoria con la ame- ,
sumamente conciliadora y cauta, y llegó a recibir las felicitaciones naza de usar la fuerza ni con las estratagemas utilizadas por el
de las autoridades nacionales por tal actitud.'"" Los colonos, por ministro Leiva, como la de prometer a los colonos que no se to-
su parte, rechazaron rotundamente tal pretensión afirmando que marían represalias y, una vez que éstos hubieron depuesto las armas,
los conciliadores habían sido ellos y que el Gobierno no había te- proceder a detener a los líderes.'"* Tampoco era contradictoria,
nido más remedio que ceder ante la energía desplegada por los sino más bien complementaria con las maniobras políticas de .
habitantes de la región agrícola. Así se expresaba, por ejemplo, Leiva para tratar de dividir el frente de los colonos. Leiva ya ha-
uno de los más activos líderes de la "revuelta": bía utilizado estas tácticas durante las muy conflictivas eleccio-
nes municipales de Esperanza en 1890, cuando logró, a través
Nueva Época [periódico oficial] publicó que los colonos habían re- de maniobras muy poco claras, el apoyo de uno de los más po-
trocedido ante las fuerzas del Gobierno)...] ¿Retroceder, y por pulares líderes de la región, el colono Conrado Hang. E n febre-
qué, teniendo 300 hombres decididos y armados? Si ellos hubie- ro de 1893 atrajo a su lado, otorgándole el cobro del impuesto
ran querido vencer [...] [Leiva] [...] y sus pobres milicos no hu- a uno de los más caracterizados vecinos de la localidad, el co-
bieran tenido con qué empezar. Es que nunca pensaron agredir merciante Enrique Quellet, que se desempeñaba además como
sino defender su integridad [...] ¿Por qué han sido liberados los vicecónsul suizo.'"* Mediante la utilización de técnicas similares
colonos si eran rebeldes o sediciosos? ¿Por la magnanimidad de el ministro Leiva parece haber logrado, asimismo, la colaboración de
un gobernador o por miedo a peores consecuencias?.'"' . «; Gerardo Schroeder, uno de los líderes de la Unión Cívica Radical en
•' •' • " • •" • ' •• , = . • i'.-;,.'A 1't,;'.a ..r, y t 'vuc:,: i > la citada colonia: ? ,< : r
Esta interpretación, desde luego, no es demasiado verosímil,
dado que las autoridades podían, sin mayor esfuerzo, triplicar el El Gobierno de Santa Fe había evolucionado para producir es-
número de hombres armados con que contaban los colonos de te movimiento [transar con los colonos] adjudicando el cobro
Humboldt. Cualesquiera hayan sido las razones que la motivaron, del impuesto de cereales tan combatido nada menos que al pre-
no hay dudas, sin embargo, que en aquel momento el Gobierno sidente de la Unión Cívica Radical, Sr. Gerardo Schroeder [...]
estaba genuinamente interesado en lograr una transacción para Nada menos que el presidente de los radicales entraba en com-
evitar males mayores. A tal efecto, no solamente decretó una am- binación con el Gobierno por un puñado de pesos. ¡El que tan
nistía para los implicados en los sucesos de Humboldt y colonias entusiasta se había demostrado que prometió vender su fábrica
vecinas, sino que también concedió algunas de las cosas que re- de arados para el triunfo de sus principios!"""
clamaban los colonos; entre ellas, revocó la concesión otorgada
60
EZEQUIEL GALLO

Inmediatamente después de los sucesos de Humboldt, en con-


secuencia, tanto el Gobierno como los colonos demostraron poseer
4. L a r e v o l u c i ó n de j u l i o
cierta disposición para el logro de una solución pacífica. Pero, si
bien las autoridades habían hecho algunas concesiones, éstas no
afectaban los puntos más importantes de las reivindicaciones de
los colonos. Tanto el impuesto a los cereales como las restriccio-
nes políticas a los extranjeros seguían en pie. E n los meses venide-
ros, por lo tanto, el conflicto asumirá proporciones mucho mayores
L a culminación más o menos pacífica de la revuelta de los co-
que las que se han podido observar en este capítulo. i ¡
lonos de Humboldt no puso, como se ha visto, punto final al cli-
ma de tensión casi permanente en que vivía la región cerealera.
Por el contrario, las quejas y actos de protesta de los colonos siguie-
ron reiterándose con cierta asiduidad y hacia fines de julio volvieron
a expresarse violentamente.
A comienzos de marzo de 1893 miles de habitantes de la región
agrícola elevaron una nota a la Legislatura provincial solicitando la
devolución del voto a los extranjeros en las elecciones municipales
y la derogación del impuesto a los cereales. A este documento nos
hemos referido con anterioridad; baste recordar aquí que en el mis-
mo se sostenía que el sistema impositivo de la provincia discrimina-
ba a favor de los grandes hacendados y de los cultivadores nativos y
en contra de los agricultores extranjeros."" Esta solicitud fue, des-
de luego, denegada por la Cámara de Diputados."'* I Í t ! ÍJ t : . , .
L a resistencia al pago del impuesto y las protestas contra las
autoridades locales, continuaron durante los meses siguientes. E n
las colonias políticamente más activas como Esperanza, Humboldt,
San Agustín, San Jerónimo, San Carlos, etc., los colonos siguieron ne-
gándose a pagar el impuesto.'"" Pero fue a partir de julio que la pro-
testa agrícola volvió a desbordarse completamente y a tomar la
forma de lucha armada.
E l 15 de j u l i o los habitantes de las colonias María J u a n a y
Amelia iniciaron una serie de actos de oposición a las autorida-
des locales."" E l 16 fue clausurado por el Gobierno provincial
el diario L a Unión de Esperanza, lo cual creó un clima de suma
tensión en dicha c o l o n i a . ' " E l 20 se registraron manifestaciones
contra las autoridades locales en la colonia San Jorge y el 22 L a
C a p i t a l señalaba, la preparación en diversas colonias de nuevos mí-
tines de protesta contra el impuesto."^ E l 25 de julio los colonos
62 EZEQUIEL GALLO LA REVOLUCIÓN D E J U L I O

de San Agustín, muy activos en este período, volvieron a negarse a encabezada por el dirigente radical Mariano Candioti, se hizo cargo
pagar el impuesto, mientras que el 29 los colonos de Cañada de Gó- del Gobierno de la provincia."'
mez comenzaron a inquietarse ante la propagación de un rumor Grupos armados de colonos agrícolas tuvieron una muy activa
referido a la posibilidad de incrementar el impuesto a la contribu- participación en los hechos revolucionarios. Nuevamente el cen-
ción directa."* E n general, las protestas contra las autoridades se tro más activo de la revuelta estuvo localizado en la región de co-
sucedían casi diariamente; frente a este cuadro resultaban inusita- lonias que circundaban a Esperanza. Grupos de colonos armados
dos los elogios que recibían las comisiones de fomento de las colo- tomaron sin mayor resistencia la jefatura política, el juzgado de paz,
nias Carcarañá y Rafaela. AI hacer el elogio de la comisión de esta la comisaría, y nombraron autoridades que respondían al parti-
última el diario L a Capital señalaba que era "una feliz casualidad do revolucionario."* Las crónicas de la época mencionan la pre-
porque en la mayoría de las colonias estas corporaciones son un sencia de más de 2.000 colonos armados en la región, de los cua-
dechado de iniquidad e indolencia"."* les más de 500 participaron en la toma de la ciudad de Santa F e . " "
Los acontecimientos más importantes tenían como escena- Uno de los batallones que participaron en esta empresa se deno-
rio, sin embargo, a la ciudad de Buenos Aires, capital de la re- minó "Las Colonias" y los apellidos de sus oficiales volverán a de-
pública. Como se mencionara en el segundo capítulo, el carác- notar la presencia de colonos de ascendencia suizo-alemana (Yost,
ter inestable de su gabinete forzó al Presidente a invitar para Spies, Schneider, Schachner y Nussbaum).'^" > '>•)<::
dirigirlo a uno de los más conocidos políticos de la oposición, el L a participación armada de grupos de colonos no se limitó es-
Dr. Aristóbulo del Valle. Del Valle tenía claras simpatías por los ta vez a la región esperancina. Aunque en menor grado, grupos de
miembros de la Unión Cívica Radical e invitó a sus más caracte- colonos participaron en la toma de Villa Casilda, Rafaela y San Lo-
rizados dirigentes a integrar el gabinete. L a propuesta no fue renzo.'^i Otros grupos integraron las fuerzas revolucionarias que par-
aceptada, lo que no obstó para que el ministro hiciera claras sus ticiparon en las tomas de otras localidades rurales como Helvecia,
intenciones de convocar a comicios libres y procediera a expul- Gálvez, Irigoyen y, quizás en menor medida, Santa Teresa.'^^
sar de la administración pública a conocidos miembros del partido U n o de los primeros actos de las autoridades revolucionarias
autonomista."* fue el de proceder a reemplazar a los jueces de paz en la región ce-
Apoyándose en las abiertas simpatías del nuevo gabinete, los realera. Esta decisión fue recibida con júbilo en la región, y exis-
radicales comenzaron a organizar movimientos revolucionarios en ten evidencias que señalan que en muchos casos los reemplazos se
algunas provincias. E l 29 de julio estallaron movimientos armados producían como consecuencia de petitorios presentados por los po-
en las provincias de Buenos Aires y San Luis. Al día siguiente la revo- bladores de la localidad. Tal parece haber sido el caso en las colonias
lución radical comenzaba en la provincia de Santa Fe, donde encon- Gálvez, Lehemann y San Genaro.™*
traría campo propicio en la creciente oposición al régimen vigente L a evidencia disponible permite afirmar que la participación
en la región cerealera y en la ciudad de Rosario. armada de los colonos fue mucho más extensa, desde el punto de
L a revolución comenzó en la ciudad de Rosario, donde luego vista regional, que la observada durante los sucesos de Humboldt.
de una serie de violentos combates las tropas revolucionarias derro- L a región noreste, que no se había hecho presente durante febre-
taron completamente a las fuerzas adictas al Gobierno provincial."* ro, tuvo activa participación en julio, y su localidad principal, la co-
A partir de allí, la revuelta se extendió rápidamente al resto de la pro- lonia Helvecia, se convirtió en uno de los más importantes centros
vincia y el 3 de agosto los revolucionarios tendieron un cerco a la ciu- revolucionarios. Pero las colonias del extremo sur de la provincia
dad de Santa Fe y obligaron al gobernador Cafferata a presentar la volvieron a mantenerse al margen de los acontecimientos. No fue-
renuncia a su cargo. Ese mismo día una Junta Revolucionaria, ron los colonos agrícolas los que se hicieron presentes en el sur;
64 LA REVOLUCIÓN D E J U L I O 65
EZEQUIEL GALLO

por el contrario, fueron los peones de los establecimientos gana- duda alguna al respecto, como surge de esta nota firmada por más
deros los que tomaron las armas. Pero no lo hicieron para apoyar de 600 colonos:
la revolución; en estos pobladores rurales, muy por el contrario, el
partido autonomista encontró entusiastas partidarios. E n efecto, Es un hecho cierto que el elemento extranjero de las colonias
en los días siguientes al triunfo de la revolución, los jueces de paz ha apoyado vivamente la revolución del 30 de julio, quien yen-
de Melincué, Venado Tuerto, Elortondo, Carmen del Sauce y L a do personalmente a las órdenes de los jefes revolucionarios,
Picaza comenzaron a reclutar gente en las estancias para iniciar un quien trabajando con éxito en su círculo a fin de reforzar la re-
movimiento contrarrevolucionario. E n esta intentona, los jueces volución y darle cuerpo. Si la revolución del 30 de julio hubie-
lograron reunir alrededor de 1.000 hombres que no llegaron a ra sido tan sólo un movimiento político en que las banderías se
combatir, dada la abrumadora superioridad numérica de las fuer- hubieran disputado el dominio, de seguro que en las colonias
zas revolucionarias. Juan M. Vigo anota movimientos similares en ni una mosca se hubiera movido, a no ser en defensa legítima.
San José del Rincón (200 hombres), Coronda (150), Sanjavier Pero la revolución ha sido más que eso. Ha sido una cruzada li- j
(400), San Justo (300), San Cristóbal (150) y San Agustín (80). Es- bertadora que ha dado por tierra, no con una situación o un sis-
tas intentonas sirvieron para demostrar, sin embargo, que el par- tema político, sino con un sistema de inicua explotación cuyas i • •
tido autonomista seguía contando con importantes apoyos en las principales víctimas han sido precisamente los extranjeros.'-*
zonas ganaderas de la provincia. ™*
Con posterioridad a los sucesos revolucionarios volvió a po- El panorama que surge de estos datos no es, en consecuencia,
nerse en duda la participación de los extranjeros en los mismos. disímil al descrito en referencia a los sucesos de Humboldt. L a di-
Durante la jornada revolucionaria, sin embargo, nadie la puso en ferencia estriba en la mucho mayor amplitud de los acontecimien-
duda. Las autoridades depuestas señalaron desde el primer mo- tos de julio. Pero, en ambos casos, Esperanza y su zona de influen-
mento que los extranjeros habían participado masivamente en la cia fueron el centro más activo de la protesta agrícola; en ambos
revuelta. E l gobernador Cafferata, por ejemplo, señalaba que "ex- casos, también, la participación de los extranjeros fue muy signi-
tranjeros y criminales son el elemento de que se ha valido esta gen- ficativa y, entre ellos, el papel jugado por los suizos y, en menor
te". E l ministro Del Valle, de claras simpatías revolucionarias, no grado, los alemanes, fue de singular importancia. Ambos episo-
negaba esta participación; por el contrario, lajustificaba sostenien- dios, en mayor medida los de julio, tuvieron asimismo un claro
do que "cuando las armas están en manos de los exüanjeros tenemos sentido político. Habría que aceptar una definición ciertamente
que decir que hay más que un derecho político, hay un derecho muy restrictiva de la actividad política para estar de acuerdo con
civil lastimado".™* E l diario L a Capital, por su parte, describía de la distinción contenida en el párrafo del periódico L a Unión citado
esta manera a las fuerzas revolucionarias: "revolución ordenada anteriormente.
(sic) por el ministro nacional y ejecutada por una fracción de los E l triunfo de la revolución dio mayores ínfulas al movimien-
cívicos, por soldados del ejército y por los extranjeros que habitan to agrícola. E l secretario de la Unión Agraria, Atanacio Páez (a
en las colonias".™* L a misma opinión expresaba el representante la vez incluyente dirigente de la Unión Cívica Radical) realizó una re-
británico en Buenos Aires cuando afirmaba que había participado corrida por las colonias para afianzar la organización del nuevo nu-
en la revolución "un gran número de colonos suizos y alemanes, cleamiento.'™ E l 15 de agosto se daba a conocer, finalmente, lo
que le hubieran hecho pasar un mal rato al gobernador por sus que sería de ahí en adelante el programa de acción de la agrupación.
crueles exacciones fiscales, si éste hubiera caído en sus ma- Estos eran sus principales puntos programáticos:
nos".™' Pero aun el vocero de los colonos, L a Unión, no dejaba
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LA REVOLUCIÓN D E J U L I O

La Unión Agraria tiene por principal objeto agrupar en un so- se prometía, además del cambio de las autoridades rurales, la su-
lo ideal a los agricultores, industriales, comerciantes y hacenda- presión del impuesto a los cereales.'** Esta última promesa fue rei-
dos de la provincia de Santa Fe, ya sean nacionales o extranje- terada por el ministro de Hacienda quien, a su vez, declaró una
ros, a fin de fomentar y defender sus intereses agrícolas. moratoria general para el pago de todos los impuestos que gravi-
Su bandera es impersonal y ajena al partidismo político y, por , taban sobre la producción rural. Diez días después, en un nuevo
lo tanto, caben en su seno todos los ciudadanos [...] honrados manifiesto, la Unión Cívica Radical volvía a anunciar la pronta su-
orientados a dichos intereses. presión del resistido impuesto.'** Pero ahora ya era tarde: el Go-
[...] gestionará en forma la rebaja de los impuestos. bierno nacional había designado interventor, y el corto período
[...] tratará que los extranjeros radicados en la provincia ten- del Gobierno radical llegaba a su fin.
gan en la administración comunal la participación que les co- El interventor Llerena cumplió con sus promesas concilia-
rresponde por derecho y apoyará toda idea que tienda a asimi-
torias y, en consecuencia, sus primeros actos tranquilizaron a los
larlos a la nacionalidad argentina.
revolucionarios de julio. E l interventor confirmó en sus cargos
[... ] velará por el desarrollo de la educación rural fomentando a algunas de las autoridades rurales elegidas por los radicales y
la fundación de escuelas rurales [...] muchos de los nuevos nombramientos recayeron en personas de
[...] trabajará incansablemente por establecer los derechos y reconocida neutralidad política.'** Así, por ejemplo, los nom-
garantías y libertades comunales en todas las colonias y al- bramientos efectuados en colonia Esperanza fueron recibidos ,
deas, buenajusticia de paz electiva, padrones, estadísticas, vida y con gran beneplácito por L a Unión, a pesar de que las nuevas au-
fomento municipal en todas las localidades [...]'*" . , toridades no habían tenido ninguna participación en los actos de
oposición al Gobierno derrocado en julio. E n otras localidades,
E l Gobierno radical no duró mucho tiempo. Como conse- sin embargo, los colonos se quejaron de que los nuevos nombra-
cuencia de un "golpe de palacio", el ministro Del Valle renunció mientos recaían sobre personas estrechamente vinculadas al ré-
el día 13 de agosto y el Gobierno nacional cayó nuevamente en ma- gimen autonomista.'** Estos casos fueron, de todas maneras, de
nos de grupos hostiles a los revolucionarios de Santa Fe. Al día si-
carácter aislado.
guiente se decretó la intervención a Santa Fe, y el 27 de agosto se
L a actitud conciliadora de la Intervención estimuló a los ra-
hacía cargo provisoriamente del Gobierno provincial el interven-
dicales a seguir adelante en la organización de su partido polí-
tor federal Baldomero Llerena.'*' Los revolucionarios santafesinos
tico. Durante setiembre, fundaron comités en Humboldt (con
no se opusieron al cambio, seguramente por considerar inútil ofre-
200 afiliados), en Grutly y Felicia (con 150 afiliados) y en Gabo-
cer resistencia al ejército nacional. También, posiblemente, porque
to. Progreso, Las Toscas, Helvecia, Esther, San Justo y Súncha-
el interventor prometió llevar a cabo una política de conciliación
l e s . ' * ' A l mismo tiempo, en las colonias Esperanza, Rafaela y
con los revolucionarios.
Humboldt se inició un fuerte movimiento para que los extran-
Poco es, en consecuencia, lo que pudo hacer el Gobierno de jeros tomaran carta de ciudadanía argentina y estuvieran así en
los radicales. Su principal línea de acción estuvo dirigida a cam- condiciones de participar en la vida institucional de la provin-
biar las autoridades elegidas por el régimen anterior en las zonas cia.'** Es en esta etapa que la Unión Cívica Radical hizo cono-
rurales, y en ordenar una investigación de la política bancaria y de cer su plataforma política, en la cual recogió una serie de reivin-
enajenación de la tierra pública llevada a cabo por el Gobierno de- dicaciones por las cuales los colonos habían venido clamando
rrocado en julio.'*" Los radicales se hicieron eco, además, de otra durante los últimos años. Entre ellas las referentes a una vida muni-
de las demandas de los colonos. Ya en la proclama revolucionaria cipal autónoma, a unajusticia de paz electiva, a la restitución de
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los derechos municipales a los extranjeros y, desde luego, a la su- El único partido que tiene alguna posibilidad contra los radica-
presión de los impuestos que gravaban la producción agrícola.'*" les es el que tiene a Leiva como líder (autonomista). La debili-
Pocos dudaban por aquel tiempo de la victoria de los radica- dad de los radicales estriba en el hecho de que muchos de sus par-
les en los comicios prometidos por la Intervención; la prensa en ddarios son extranjeros, y por lo tanto de ninguna utilidad para el
general auguraba una fácil victoria para el nuevo partido, basán- acto comicial.'** . (.; >:-T«ua; ' o " i
dose en el fuerte apoyo con que contaban los radicales en la re-
gión cerealera y en el principal centro urbano de la provincia, la Al mismo úempo, otros hechos comenzarían a alterar, al princi-
ciudad de Rosario.'*" Estas predicciones optimistas se fundaban, pio lentamente, el panorama político de la provincia. De particular
al mismo tiempo, en las divisiones internas que parecían aquejar importancia por su repercusión posterior fueron los sucesos ocu-
al viejo partido autonomista, las que se habían agravado conside- rridos en la colonia Carcarañá. E n esta localidad, un grupo de de-
rablemente después de la revolución de julio.'*' Este clima de se- lincuentes evadidos de la cárcel había dado muerte a una familia
guridad y optimismo en las filas de la oposición se reflejaba asidua- de colonos. Los delincuentes fueron apresados por un grupo de
mente en el tono jocoso que comenzaron a adquirir los ataques colonos quienes, tras someterlos a un juicio sumario, les aplicaron
dirigidos al autonomismo y, muy principalmente, a sus líderes más la Ley Lynch.'** Episodios de esta naturaleza distaban de ser origi-
caracterizados, como el ex gobernador Cafferata, el ex ministro de nales en la campaña santafesina; L a Nación estimó en diciembre
Gobierno Leiva y el senador nacional Gálvez. E n esta suerte de "di- que en todo el año se habían producido cerca de veinte lincha-
versión" participaron también los "rudos trabajadores del agro", mientos.'** Pero, por el momento en que ocurrieron, los de Car-
como gustaban autocalificarse los colonos de la región cereale- carañá tuvieron un impacto enorme sobre la opinión pública. L a
ra. E n estos términos caracterizaba L a Unión de Esperanza al ex prensa y el cuerpo diplomático extranjero defendieron abierta-
gobernador Cafferata: : , j o v u '. • • • mente la actitud de los colonos. E l representante británico mani-
festaba a su Gobierno que: " L a prensa nativa pretende estar escan-
« Cuentan las crónicas que en un coche reservado del Central dalizada y clama por venganza, pero yo creo que la tragedia ha
Argentino viajaba días pasados una señora vestida de riguroso ,\Lj tenido un excelente efecto y que procedimientos similares pueden
luto cuyo rosno cubría un espeso velo. Que algunos pasajeros ampliarse con marcados beneficios para toda la comunidad".'*"
de genio alegre viendo la reserva de la señora comenzaron a L a misma opinión compartían los órganos de las comunida-
"farle 1' amore" sin obtener los tenorios ni una palabra de la des extranjeras residentes en el país, y la actitud de los colonos fue
protegida. :rvv.:.[]ri' ry:V'. yyH'iyt'^ vil firmemente defendida por L a Unión de Esperanza. L a Nación de
Llegó el tren a su destino y la viuda tomó un coche cerrado di- ; Buenos Aires, cuyas simpatías por la causa de los colonos eran cla-
rigiéndose a un hotel donde permaneció encerrada en una pie- . ras, publicó un fuerte editorial criticando el procedimiento al que
za hasta la noche, momento en el que salió no la viuda que ha- ; , calificaba de escandalosamente ilegal y susceptible de despertar
bía entrado sino el ilustre ex gobernador de Santa Fe, Doctor -Si reacciones que a la larga perjudicarían a los propios colonos.'*'
Donjuán Manuel Cafferata.'*" ,
E n efecto, el episodio fue hábilmente utilizado por los auto-
nomistas que vieron en él la lógica consecuencia de haber entre-
E n este clima de gran confianza opositora, la única nota de gado la provincia a un puñado de extranjeros. A partir de este epi-
cautela provenía de la Reviexu of the RiverPíate, publicación de la co- sodio de Carcarañá comenzará a montarse una cuidadosa y vasta
munidad anglo-argentina radicada en Buenos Aires: campaña contra los colonos extranjeros, campaña que alcanzará
su punto más álgido durante los eventos de setiembre y octubre
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EZEQUIEL GALLO

que se analizarán en el próximo capítulo. Pero ya con anteriori- 5. L a r e v o l u c i ó n de setiembre


dad a estos meses la campaña comenzó a producir cierta inquie-
y l a p e r s e c u c i ó n a los g r i n g o s
tud. Preocupada por los ataques a los extranjeros, L a Unión publi-
cará un artículo a comienzos de setiembre negando que los
extranjeros hayan participado en los hechos revolucionarios de j u -
lio. Esta afirmación desdecía lo que el periódico había afirmado
unas semanas antes, pero iniciaba una serie de artículos similares
que aparecerían en los meses siguientes: E l 24 de setiembre de 1893 un nuevo levantamiento armado,
liderado otra vez por la Unión Cívica Radical, sacudía la ya muy
El oficialismo derrocado [...] no perdona ocasión ni medio pa- turbulenta provincia de Santa Fe. No es fácil rastrear las causas que
ra calumniar al elemento extranjero [...] No eran extranjeros provocaron este nuevo estallido revolucionario. Es evidente, sin
' los ciudadanos que acometieron en la noche del 29 la pequeña embargo, que el mismo distó de contar con la popularidad que
bastilla de Rosario [...] Los que se armaron en las colonias pa- acompañó al movimiento de julio. Ambas revoluciones fueron di-
•' ra secundar el esfuerzo de los revolucionarios no eran extran- rigidas por los radicales, pero mientras en julio los rebeldes logra-
jeros tampoco; eran sí, hijos de los nobles adalides del trabajo ' ron el apoyo de vastos sectores sociales y políticos, en septiembre
que proceden del Viejo Mundo.'** ' ,' el movimiento fue duramente criticado por grupos que habían
participado entusiastamente en el estallido anterior.'*"
Dos interpretaciones sobre las causas de la revolución circula-
ron por aquellos días. L a primera sostenía que el movimiento de
Santa Fe era parte de un levantamiento revolucionario que los radi-
v : v ••"b!i:TV:-;q ..'b^ !• 9. ¡i; ' • :• ' ' ::'!':U i ! cales programaron lanzar en el plano nacional. E n consecuencia, la
revolución de septiembre poco tenía que ver con la situación espe-
cífica de Santa Fe. L a segunda interpretaba que ante el anunciado
reemplazo del interventor Llerena llegaba a su fin la política de
neutralidad iniciada por el funcionario renunciante, la cual sería
•;: -'-c ;Í; • : . q • VTJ' '. - ' C . - J ;::'• l 1 ; : ; . ' •' reemplazada por otra de claro contenido pro-autonomista.'*"
•'!,; ,• •• ,'<f. y.\ •••><] . 'jó •' • ' : f !
Cualquiera haya sido la causa del levantamiento, lo cierto es que
el mismo tuvo consecuencias nefastas para los revolucionarios. El mo-
vimiento, que se había hecho fuerte en las ciudades de Rosario y
. ' " i ' ' • ()'i.,!X ' '.¡"I T :' ' • ' b * ' : '7;! • (• ' -X :• , r-, -.i . Santa Fe, fue violentamente reprimido por tropas nacionales prove-
'Cií.iír.ii Tt-ih; ' l i i b . q v . . ' y y - i <:.••••• i; y¡y' • l y t nientes de las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos.'*' Derrotada
la revolución, centenares de radicales fueron detenidos, los diarios
de la oposición clausurados y muchas de las autoridades de campaña
nombradas después de julio fueron reemplazadas por otras de claras
simpatías autonomistas.'*" U n observador atento de los acontecimien-
tos, el gerente del Bank of London and the River Píate, expresaba con
claridad las implicaciones futuras de estos acontecimientos:

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