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El tema de los OVNIs reúne todos los requisitos necesarios para ser
analizado desde un punto de vista filosófico. Es un fenómeno de masas, se
da en todas las sociedades, ha perdurado en el tiempo, se desconoce su
nivel de realidad o veracidad, motiva controversias tanto populares como
académicas, tiene proyecciones que abarcan todos los aspectos de la
cultura humana y, para no extendernos mas, moviliza e inquieta la
curiosidad de casi todos.
Por todas estas razones, y por las implicancias que podría tener si alguna de las
hipótesis llegase a cumplirse —afectando a la sociedad más allá de lo pensado— es
que creemos que vale la pena intervenir en el debate, procurando aportar algunos
elementos que pueden ayudar a despejar ciertas dudas o aclarar algunos puntos
que no suelen tocarse. Todo esto en vías a contribuir de alguna manera a calmar
las incertidumbres y temores que muchas veces se apoderan de los pueblos y que
pueden ser aminorados con la intervención de la filosofía, dado que esta es una de
sus funciones.
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1. ¿Qué es la verdad?
EI tema de la verdad es el tema de la humanidad. ¿Qué hay de cierto en todo lo
que vivimos? ¿Qué somos finalmente? ¿Es verdad lo que nos dicen las religiones, la
ciencia, las autoridades? ¿Por qué no somos como el resto de las criaturas
vivientes? La lista de preguntas es demasiado larga y, en la mayor parte de los
casos, no hay respuesta. Curiosamente, para las pequeñas intrigas de nuestras
vidas sí tenemos respuestas, pero para las grandes, las que realmente importa, no.
Claro que tampoco podemos vivir sin ella, sin la verdad, cualquiera que esta sea. Si
pudiésemos prescindir de ésta probablemente nos evitaríamos muchas angustias,
pero eso es justamente lo que nos hace humanos. Un ser que carezca de una
noción de verdad no es humano. Esto último nos ubica entonces en una realidad: el
problema de la verdad se centra en la vida del hombre y no fuera de él. Es obvio
que, con respecto al término, existen una serie de definiciones y especificaciones
tanto semánticas como filosóficas; pero seria agotador desarrollarlas todas en este
pequeño tratado; más aun cuando, como suele suceder, no existe un consenso
sobre ello. Por ejemplo, una cosa es la verdad una afirmación con respecto a un
determinado tema que tiene sus propias reglas (p.e., en el futbol no se puede tocar
la pelota con la mano, salvo el arquero). Otra forma de entender la verdad es como
el sustento de una determinada organización (las verdades de las religiones
reveladas) y otra la verdad científica (aquello que puede ser comprobado mediante
la experiencia). También podemos hablar de la simple verdad del diario vivir del ser
humano que no necesariamente refleja lo cierto o lo falso. Decirle a un niño una
falsedad puede ser lo correcto y adecuado como decir una verdad en público puede
ser condenable. Todos decimos, por ejemplo, "felices navidades y paz a todo el
mundo", pero sabemos que es falso que así lo deseemos.
Igualmente mencionamos que "todos son nuestros amigos", aunque sabemos que
no es cierto que los tengamos realmente. Es decir, en el mundo social, no todo lo
que ES realmente tiene que ser expresado porque quebranta una armonía
sustentada en base a falsedades que permiten la convivencia diplomática. Por
último, lo mas común es que la verdad viene a ser aquello que nuestras
autoridades dicen que es, al margen de si esto realimente es cierto o tiene un
sustento en la razón. Los argumentos sólidos solo interesan a quienes estén en la
posición de ambicionar el poder con la intención de denunciar las razones por la
cuales se dice que son falsos.
Este es el tipo de definición de verdad más común, el mandato del poder, donde
todo vale por cuanto el objetivo no es el sustento real de la misma sino la finalidad
que tal afirmación cumple dentro del desarrollo toda sociedad. Esto nos acerca de
algún modo a las teorías utilitaristas en el sentido que lo verdadero es todo aquello
que vale y es útil para el ser humano ―al igual que de alguna manera lo planteaba
Platón al definir la filosofía (como algo útil al ser humano). Sin embargo no estamos
subiéndonos a ese barco por cuanto ya hemos dicho que todo depende de la óptica
desde la cual partamos. Lo importante de esto es que nos quede claro que no
existe una sola definición de lo que es la verdad y dependiendo de cuál sea el
contexto en que nos pongamos es que surgirán las afirmaciones o las negaciones.
Algo puede ser cierto solo dentro de un sistema (por ejemplo, en el mundo
matemático existen los números irracionales) pero puede ser falso en el mundo real
(físicamente no existen las matemáticas).
2. ¿Qué es existir?
Pero ambas cosas pueden ser al mismo tiempo cuestionadas: lo que existe en el
mundo humano ¿acaso no e iste también en la naturaleza, puesto que somos parte
de ella? ¿Por qué nuestras fantasías mas aberrantes e irracionales tendrían que "no
existir" si ellas se producen y viven dentro de un ser real de la misma naturaleza?
¿Por qué, como decían los marxistas, el pensamiento tendría que ser algo ajeno a
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la naturaleza; acaso no es producto de uno de sus seres? Entonces eso nos lleva a
pensar que hasta lo más absurdo puede ser también una verdad, la verdad, puesto
que ello tiene existencia dentro de un mundo real, y algo no real no podría
sostenerse dentro de lo real (puesto que algo es o no es en nuestro mundo).
No puede "existir" algo inexistente como no puede "no existir" algo que nos consta
que es real para nosotros. Quiere decir que otra forma de verdad es aquella que
surge por consenso dentro del mundo humano. Para nosotros es dable que exista
Dios, aunque no pidamos ninguna prueba de ello, ya que este tipo de existencia no
depende de su comprobación sino de nuestra voluntad de que así sea. Si los
humanos no nos comportáramos así nada hubiéramos podido crear y seguiríamos
siendo animales. Si algo nos hace humanos es que no nos sujetamos a la realidad
de la naturaleza. La podemos trastocar, invertir, alterar o hasta declararla falsa
junto con todas sus leyes (atendiendo al principio que el hombre es la elevación de
la misma naturaleza y que él representa lo más logrado de ella).
Entonces para los seres humanos lo que existe no es lo que realmente existe (fuera
de nosotros) sino lo que nosotros pensamos o queremos que exista, así no
tengamos mayor prueba de ello. Las mayor parte de la vida humana transcurre
dentro de los cánones de su propia invención, de algo que en la naturaleza no
existe pero para nosotros si. Hemos creado nuestra propia existencia con una lógica
que, fuera de nosotros, no se da, no existe. Si nosotros negáramos nuestra lógica
humana —por ejemplo, nuestra cultura— estaríamos decretando nuestra falsedad
y, por lo tanto, nuestra inexistencia como humanos. Entre nuestra fantasía de vivir
"al estilo humano" y la de vivir la realidad "al estilo animal" ésta ultima es la única
que tiene su legítimo y es la única que sabemos que no depende de nuestra
imaginación; por lo tanto, es la única "real".
Entonces existir es, querámoslo o no, todo aquello que tiene que ver con nuestra
propia realidad. ¿Puede existir algo de lo que nunca tendremos idea ni capacidad
para percibirlo o imaginarlo? Difícil. No podemos admitir que exista algo de lo que
todavía ni sospechamos que exista. Cierto que puede estar entre millones de
posibilidades, pero las posibilidades no existen. Para que algo exista tiene que
incorporarse de algún modo a nuestra forma de ser y de vivir humana. Si no fuera
así, si no lo percibimos ni nos afectara es imposible que diga os que existe.
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con lo que gran parte de nuestra especie quedarla fuera de esa categoría (niños,
ancianos, discapacitados, mujeres en la mayoría de los casos). De ahí se explica el
porqué de los abusos porque se considera que los no adultos son seres humanos
“incompletos”. Entonces las verdades solo se dan dentro de los más fuertes
físicamente. Lo que piensen y digan los débiles no puede ser considerado como
representativo de lo humano (lo que piensa un niño “no es cierto” simplemente
porque es niño; lo que piensa un adolescente tampoco porque es adolescente; lo
mismo con el joven, el débil mental, el enfermo, la mujer y el anciano). Vivimos en
la tiranía del adulto promedio como máximo representante de la especie, único con
el derecho a opinar y a imponer como verdadero lo que a él le parece y le interesa.
Pero vayamos a nuestro asunto. ¿Por qué tenemos que afirmar o negar? Porque no
puede ser de otro modo. Es una necesidad nuestra vivir con verdades, como
dijimos al comienzo. Estar sin ellas es retornar al estado animal y eso no lo
queremos. Afirmar nuestras verdades es consolidar quiénes somos, porqué vivimos
y para qué. Igualmente negar algo es, de alguna manera, evitar que nos agredan,
que nos nieguen a nosotros mismos y nos desaparezcan. Por lo tanto, todo lo que
transcurre a nuestro alrededor es objeto de juicio y de afirmación o de negación. Es
muy raro que suspendamos el juicio ante un hecho. Muy pocos humanos pueden
convivir con algo a lo que no pueden calificar ni saber si les va a afectar o a
desagradar. Es una presencia de animo estoica que tal vez se dé solo entre filósofos
(el autor no conoce caso alguno) pero difícilmente entre personas comunes y
corrientes. Lo normal es decir algo acerca de lo que se ve, se percibe o se conoce.
Ahora bien, ¿cuántas maneras hay de negar o afirmar?
Tendríamos que señalar solo algunas y se parecen a las clases de verdades que
mencionáramos antes. Se afirma o se niega algo cuando ello afecta a nuestros
intereses personales o de grupo. Aquí no interesa si ello tiene o no certeza científica
o lógica: si nuestra existencia esta en peligro ante un hecho éste tiene que ser
negado. Por ejemplo, todos sabemos que el ser humano es un parasito para el
planeta Tierra que, en vez de aportar para su beneficio, es mas bien un elemento
nefasto, sin contribución alguna para su supervivencia (al menos todavía no
tenemos pruebas de que la especie nuestra sea "necesaria" para el planeta, tal
como las hormigas si lo son), por lo tanto deberíamos procurar auto
desaparecernos por el bien de la naturaleza. Esto parece ser una verdad. Pero ¿la
vamos a aceptar? De ninguna manera. Así las ciencias naturales y físicas lo digan,
el hombre jamás va a admitir su propia extinción por el simple hecho que esto sea
verdadero o necesario científicamente.
Otra forma de afirmar o negar algo es apelando a algún principio como referente.
Todos nos basamos en alguna referencia que nos parece sólida y justificable, por lo
tanto es nuestra intención que ello permanezca así al menos hasta que no
cambiemos de opinión y de verdad. Cualquier cosa que atente contra ello será
condenado ipso facto solo por eso, por no ir de acuerdo a la norma que creemos
razonable para nosotros.
Una tercera forma seria negar algo en la medida que no se pueda demostrar su
viabilidad, que sea poco práctico para determinados fines. Con esto volvemos al
utilitarismo y a que algo se afirma o se niega en la medida que es útil.
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4. EI mito, la alegoría, la magia, la creencia y el engaño
Las distintas verdades humanas no vienen solamente en forma de discursos
lógicos, como si fueran definiciones científicas. La mayoría navegan de diferentes
maneras dentro de los diferentes pianos del entendimiento. No todo en lo humano
es la palabra y no toda palabra es sinónimo de verdad.
En el caso del mito, las verdades sobre los orígenes de las cosas vienen envueltas
con variados grados de profundidad que van más allá de una, simple explicación
física. El mito trata de abarcar no solo los hechos sino también las razones y la
vigencia en el tiempo actual; y decir algo que es sumamente complejo, que
normalmente no se podría ni siquiera concebir con palabras, requiere de apelar a
símbolos, expresiones, sentimientos y emociones. Imaginemos que viene el
cumpleaños de nuestra madre y vivimos cerca de ella. ¿Qué pasaría si quisiéramos,
en un exceso de ser lo más veraces posibles, hacerlo mediante una nota enviada
por computadora? Nuestra intención seria vana e incompleta, por más que nos
esforcemos por plasmar con palabras exactamente lo que sentimos. Para que este
saludo sea efectivo tenemos que hablar, movernos, abrazar, emocionarnos, reír,
llorar, recordar, reiterar nuestro comportamiento infantil, etc.
Dentro de este contexto lo que llamamos ciencia es una forma de magia puesto que
pretende hacer lo mismo: manejar a la naturaleza. Muchos por el contrario asocian
a la magia con lo falso: nada más errado. EI verdadero objetivo de la magia no es
engañarse a sí misma haciéndose creer que conocer el mecanismo natural, sino
todo lo contrario conocerlo realmente. Ha sido más bien su versión dirigida al
entretenimiento la que ha terminado por desvirtuar su verdadera esencia. Toda
magia busca sabiduría, dominio y poder sobre I0 material; el motor de ello es la
idea de que dominando a la naturaleza es como sabremos quiénes somos y
podremos vivir como realmente queremos.
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En cuanto al engaño, pocos humanos hacemos cosas tergiversadas por el puro
gusto de hacerlo o de perder nuestro tiempo. Mayormente todo engaño, toda
desviación intencional de lo que sabemos que no es cierto, no es otra cosa que la
búsqueda de un determinado beneficio para nuestra causa o intereses. EI engaño
por el engaño no suele existir, salvo como broma, que también tiene el objetivo de
hacer reír. Esto significa que detrás de todo falseamiento hay una clara intención de
beneficiar o contentar a otro. Ahora bien, ¿todo engaño es falso? No
necesariamente. Pueden haber engaños basados solamente en la verdad, cuando
decir la verdad esta del lado de quien quiere engañar. La mayoría de los
estafadores saben eso y se rodean de cosas ciertas e irrefutables con el objetivo de
convencer a su auditorio. Aquí la verdad es utilizada con fines que no son ella
misma.
La reflexión final a todo esto es que los conceptos que normalmente creemos que
son una cosa pueden ser algo diferente u opuesto. Ha sido el uso o el abuso I0 que
ha ocasionado que desconozcamos verdaderamente qué es lo que ellos son.
Una vez hecha esta aclaración digamos muy resumidamente que el método
científico occidental basa principalmente su accionar en la afirmación que algo es
real, existe, es verdadero o comprobable siempre y cuando se sujete a un
determinado procedimiento, diferente para cada tipo de casos. Es decir, se ha
pasado de hacer afirmaciones únicamente teóricas acerca de la naturaleza —con
sustento en creencias diversas― a hacerlas basadas en una secuencia de
comprobaciones que se autoafirman a sí mismas conforme se desarrolla el proceso.
Estamos siendo demasiado sintéticos y sabemos que pecamos de omisión y hasta
de simplismo, pero el espacio nos obliga a hacerlo. Entonces, afirmar o negar algo,
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desde el punto de vista de la ciencia occidental, es haber procedido o no conforme
al método. No hacerlo acarrea déficit de proceso y una falta de sustentación que no
permite ninguna validación o negación.
Muchos caen en ese error, incluso apelando a la misma ciencia, al decir que algo es
verdadero o falso sin haberse tomado la molestia de haber procedido de acuerdo a
su método. En ciencia no puede decirse nada sin un determinado argumento
previamente especificado. Igualmente sus características la convierten en un
proceso cambiante, en el sentido de que lo que hoy se niega mañana puede que se
esté afirmando. Lo importante es que se pretende llegar a la verdad —considerada
ésta como el conocimiento de la naturaleza— mediante una forma organizada y
gradual.
Ahora bien, esto no quiere decir que todo en la ciencia sea rigurosamente
coherente. Existe mucha falsa suposición con respecto a ella al igual que sobre
todas las cosas de la vida. Por ejemplo, la idea que la ciencia es una entidad
existente al margen del ser humano. Como obra humana que es, esta sujeta, como
no, a toda una serie de intereses y pasiones nuestras. Pensar que es pura y limpia
existencia, ajena a todo, es poco más que una ingenuidad. También la idea de que
todos los científicos piensan igual, por lo tanto se puede hablar de una "comunidad
científica" (algo así como un grupo de siete sabios que opinan de la misma forma y
se ponen de acuerdo con solo mirarse).
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6. ¿Qué es lo desconocido?
No es tan fácil decir que I desconocido es aquello que no se conoce. Primero habla
que saber qué es conocer para afirmarlo. Pero ¿cuantas cosas hay que ignoramos
que sin embargo existen? Por lo tanto, aquello que no se conoce no implica que no
exista. La humanidad desconoce muchas, muchísimas cosas sobre la naturaleza, el
mundo y el Universo de las cuales no puede asegurar que no existan o no puedan
existir. La experiencia histórica nos demuestra cómo con el paso de los años
verdades que se consideraban indubitables tuvieron que ser cambiadas por su
opuesto a consecuencia de un nuevo descubrimiento. Incluso se ha visto el proceso
inverso; sociedades que han negado los nuevos conocimientos para implantar
otros más antiguos.
La historia esta plagada de sabidurías absolutas en las que ya nadie cree por su
incongruencia con la actual realidad. No obstante fueron un día la máxima verdad
de las verdades. Finalmente, podemos decir que aquello que no se conoce es todo
aquello que es posible que se pueda conocer si se dan las circunstancias
adecuadas, pero sin que ello implique que lo que se conoce o se desconoce sean
reales o no. Podemos describir con lujo de detalles a una sirena aunque ella no
exista. También podemos convivir diariamente con misterios inexplicables que no
somos capaces de entender, que no sabemos por qué suceden, pero sin embargo
existen, que no son nuestra imaginación. Simplemente aun no tenemos, y tal vez
no tengamos nunca, una idea remota de qué puede ser eso. Ejemplos de ello hay
en cantidad. Por citar solo algunos: la conciencia, la intuición, la imaginación, la
pasión, la bondad, la maldad, el valor, el espíritu y, por qué no, casos como el de la
electricidad, por no entrar en temas más complicados como la conformación de la
materia a nivel sub atómico y su incomprensible comportamiento. Visto así, entre el
conocer y el desconocer, es la incertidumbre lo único que podemos decir que es
seguro en el mundo humano.
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tener una verdad. Si hemos llegado a lo que somos es justamente por necesitar de
una verdad sobre la cual construir nuestra propia humanidad. No es que el ser
humano SEA al margen de lo que cree: el humano ES lo que él cree de sí mismo.
La verdad y el ser humano son una misma cosa, por eso es tan importante que
conviva con la verdad, su verdad, en mutua armonía.
Seguir las leyes de la naturaleza, por más verdad y realidad que ellas sean, no nos
interesa porque así no es el ser humane. Entonces la realidad del mundo puede ir
por su lado, con todo lo lógico y sensato que él sea, mas la realidad del hombre es
otra distinta; depende de él y solo de él, no de su conocimiento sobre cómo es
realmente la naturaleza.
Ahora bien, dado que no podemos dejar de tener verdades, la pregunta es ¿cómo
ellas se instauran? Pues bien, es difícil concebir un ser humano autónomo y
omnisciente (conocedor de todo). Para poder vivir gregariamente necesitamos
sujetarnos a ciertas reglas y a cierta distribución de funciones. No estamos en
capacidad de saberlo todo y conducirlo todo: tenemos que delegar autoridad, de la
más grande a la más pequeña. El sabio matemático tiene que delegar conocimiento
a un médico, a un mecánico, a una costurera. Todos nos damos en su momento
autoridad en algo. Cuando un deportista habla de su especialidad y nos aconseja
estamos ante él como niños ignorantes que tienen que hacer todo le que se les
dice. Ne podemos pretender que, ya que conocemos algo, también conocemos el
todo. Muchas veces se cae en el error de calificar al "pueblo" de ignorante porque
desconoce de tal e cual materia. Pere es un absurdo que un científico diga eso
sobre alguien que no es de su nivel. Él también es un ignorante en todas las
materias que no son de su especialidad y que son infinitas.
El "pueblo", que somos nosotros, no tenemos por qué saber las cesas que él sabe,
así que delegamos en él esa ocupación: la de ser sabio en lo suyo y decirnos a los
demás qué es lo que tenemos que saber. Zapatero a tus zapatos, dice el refrán. No
es el lego en literatura el que debe opinar sobre el valer de una obra. Para eso está
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el literato. No es el carpintero el que debe decir si tal fenómeno natural es real o
no: es el científico el que lo debe hacer. Por lo tanto, los conocimientos que una
sociedad posee están distribuidas entre tantos especialistas come sean necesarios.
Opinar de algo que uno no conoce es válido como simple opinión, como comentario
o como cuestión de gusto, mas no de autoridad. Cuando alguien requiere de una
opinión autorizada acude al experto, no al vecino. Entonces las afirmaciones,
negaciones o silencios que existen sobre diferentes temas corresponden, no a todos
los humanes, sino a quienes asumen el conocimiento especifico en cuestión. Ello
nos lleva inevitablemente al problema del poder, del control, del orden que teda
sociedad implanta, dentro de le cual se inserta la forma cómo se manifiesta le que
se debe conocer y se debe asumir como verdad.
Lo cierto es que no hay verdad sin guardián, y que los integrantes de toda
sociedad, para saber si algo es cierto e no, tienen que acudir a quien sabe; y ese
que sabe es aquel a quien el poder ha delegado autoridad. Un médico, para serlo,
para ejercer con autoridad, necesita tener el aval del Estado. Sin ello ese médico,
por muy bueno que sea, es un ilegal y puede ser detenido. La gente no tiene
perqué dudar de la palabra de la autoridad y menos de la del Estado. Para eso ha
sido elegido: para preservar las verdades de toda la sociedad. Cuando un gobierno
no lo hace es depuesto por el pueblo, no por ser inepto, sino por no cuidar el
mandato de hacer que la verdad dela sociedad sea la única verdad.
a. Definitivamente es real
b. Es algo que puede ser
c. No se sabe si lo es
d. Todo indica que es falso
e. Definitivamente no es real
Esto significa que no todo puede ser respondido como verdadero o falso: también
se pueden dar opciones intermedias que son igualmente válidas. Lo importante es
que todas estas opciones puedan ser comprendidas por la sociedad y ser
aceptadas. Lo que las personas esperan es una opinión autorizada, y dicha
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autoridad no necesariamente tiene que pronunciarse de manera concluyente;
puede no convenirle. Así que es mejor apelar a las diferentes variables que son
posibles mientras se elige el momento oportuno para ser concluyente con alguna de
ellas.
4. No se ajusta al método
Otra razón para negar algo es que dicho fenómeno no es posible ser abordado
correctamente por el método que normalmente utilizamos. Esto es tan común, que
constantemente se crean nuevas ciencias sobre determinados temas en razón a
que, con las anteriores, no era posible de ser explicado. Ello hace suponer que aun
deben existir numerosos fenómenos que todavía no llegan a ser estudiados por
cuanto no se ha establecido el método correcto para hacerlo. Mientras tanto quedan
en el baúl de pendientes, esperando que las cosas se aclaren fuera. Entonces
también lo negamos.
5. Va en contra de lo estructurado
También es algo muy común. La ciencia contemporánea, como todo sistema
ordenado de conocimiento, es de tipo cerrado, es decir, todo debe tener un lugar
especifico y se coherente. Nada que no encaje dentro del esquema puede ser
admitido. Aquello que carece sentido es puesto en cuestión o no aceptado. Es un
sistema que no admite las excepciones a la regla ya que una sola excepción la pone
en duda y la hace tambalear. Imaginemos que exista un objeto que, en contra de la
ley, en vez de caer suba. ¿Qué haría la ciencia con él? ¿Dónde lo pondría? ¿Se
suspendería la física hasta que este hecho se aclare? No.
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que tenemos ante el caos, el desorden o ante de la falta de una auténtica verdad,
segura y confiable. ¿Viajaríamos tranquilos por el mundo sabiendo que las leyes en
que nos sustentamos pueden no ser tan ciertas como pensamos? Viviríamos con el
temor que algo falle y no podríamos salir de nuestras casas. Por eso el poder, la
autoridad que maneja el conocimiento, tiene la obligación de preservar el sistema
de verdades aun a costa de que ciertos hechos lo contradigan. Como ya hemos
dicho, más importante en el mundo humano es lo que para nosotros TIENE que ser
cierto que lo que realmente ES la verdad por la verdad no posee ningún sentido.
Necesita estar enmarcada dentro de las expectativas e intereses del mundo
humano.
Esto se puede notar, por ejemplo, con los llamadas OOPARTS, el acrónimo en inglés
de Out of Place Artiact, (literalmente, artefactos fuera de lugar) que vienen a ser
objetos hallados donde no debían estar y que contradicen las leyes y el orden
cronológico establecido. En el mejor de los casos terminan en un museo con un
signo de interrogación del cual nadie quiere dar cuenta. El temor a la duda es
demasiado grande entre los investigadores. En tal caso, como se dice en la
modernidad, se suspende el juicio para evitar dar una opinión que nos pueda
comprometer.
9. Comentario final
Hemos tratado de exponer sucintamente una serie de temas que normalmente
trata la filosofía para intentar ayudar a sentar las bases sobre qué deberíamos
tomar en cuenta antes de emprender el estudio de una serie de fenómenos. Afirmar
o negar con simples razones, sin apelar a argumentos sólidos ni al análisis de
conceptos, nos lleva a reiteraciones o subjetividades que perpetúan las inquietudes
y provocan un sinnúmero de manipulaciones. En vista de esto, el autor prefiere dar
su opinión al respecto y decir que es muy difícil pretender abordar el tema de los
fenómenos espaciales anómalos sin contar con los mecanismos adecuados para
ello.
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