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INSTITUTO DE TERAPIA GUESTALT REGIÓN OCCIDENTE

REPORTE DE LECTURA
FORMATO INTEGRO

Nombre del Alumno: Lourdes Rebeca Gómez Navarro Grupo: M11


Materia: Orígenes filosóficos de la Terapia Gestalt Fecha: Nov. 2018
Nombre de la Lectura: Manifiesto al servicio del personalismo Autor: Emmanuel Mounier
Edición: NA Año: NA País: NA Págs.: 1 - 365

1.- Conocimientos anteriores del Autor y / o del Tema:


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Ninguno

2.- Temas principales de la lectura:

Habla de la preponderancia de la persona en relación a su entorno social, desde un punto de


vista humano y espiritual.

3.- Con cuáles de los temas estás de acuerdo y porqué?

En el tema de la despersonalización, en la prevalencia del tener sobre el ser; en la realidad


social donde se da prioridad a las fuerzas colectivas por encima del individuo. En la necesidad vital
de la vida espiritual que constantemente es ignorada.

4.- Con cuáles de los temas no estás de acuerdo y porqué?

Me parece que el acercamiento del autor siendo desde una base cristiana, quizá no sea un
enfoque universal.

5.- Cuales no entendiste?

6.- Como crees que te puede ayudar en tu práctica profesional la lectura?

Al entender mejor la evolución de los sistemas políticos y sociales y el trato del individuo como
persona; atendiendo al paciente desde su singularidad y esencia.

7.- Mientras lo leías o después de leído, qué pasó contigo, de qué te das cuenta?

La importancia de ponerle atención al espíritu; la similitud entre las culturas oriental y


occidental en cuanto a la inclinación y necesidad de lo espiritual, del fluir y armonizar con la fuerza
creadora.

8.- Comentario libre:


Llamamos doctrina personalista a aquella que afirma el primado de la persona humana sobre
las necesidades materiales y sobre los mecanismos colectivos que sustentan su desarrollo. El
personalismo testimonia una convergencia de voluntades y se pone a su servicio, sin afectar su
diversidad, para buscar los medios de pesar eficazmente sobre la historia.

Desde la óptica de los políticos, que algunas veces han tomado la forma de un racionalismo
más o menos rígido, construyen entonces con ideas o con consideraciones técnicas de teóricos, un
sistema que piensan imponer a la historia mediante la fuerza exclusiva de la idea. En ello se
reconoce a estos doctrinarios que infectan la revolución en el mismo grado que la conservación.

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Exhortan a los individuos, con razón, a cultivar las virtudes que crean la fuerza de las
sociedades. Pero olvidan que unas fuerzas históricas, desencadenadas de su sumisión a lo
espiritual, han creado estructuras colectivas y necesidades materiales que no pueden estar ausentes
de nuestros cálculos si lo espiritual es al mismo tiempo carnal. Tomamos la civilización en toda su
profundidad. Es una amalgama de técnicas, de estructuras y de ideas realizadas por hombres, es
decir, por libertades creadoras. Es solidaria en todos sus elementos: si uno solo llega a faltar o se
corrompe, su carencia compromete a todo el edificio.

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Una sociedad personalista busca la realización personal de los individuos que la conforman.

Las dimensiones de la vida personal que determinan el valor de su carácter:


 Interioridad.- a diferencia de los animales, tiene dimensión y profundidad: pensar y estar
consientes.
 Encarnación.- La semejanza con los animales potencializa su desarrollo.
 Comunicación.- Valor para realizarse como persona. Dimensión de nuestra existencia,
potencializa, desarrolla y desempeña.
 Afrontamiento.- Es arrojado al mundo de la supervivencia social, tiene que afrontar para
alcanzar metas y ser dueño de su existencia.
 Libertad.- vital. No nacemos libres, pero sí con la capacidad de serlo.
 Trascendencia.- Abierto a manifestaciones de perfección y valores espirituales, religiosos
y sobrenaturales.
 Acción.- Realización de la persona encaminada a la perfección.

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El ser es auténtico cuando toma conciencia y autodominio de su vida y pensamiento. Cuando


pierde la libertad de ser el mismo, pierde su autonomía y su existencia es inauténtica.

La libertad se construye a través de su relación con el mundo. Es a través de su libertad que el


ser humano pierde el miedo a expresarse.

La trascendencia constituye una opción personal con aspiración a lo divino como persona ante
una verdad absoluta y eterna, que encamina al ser humano hacia la perfección. La creencia en Dios
constituye como fin la perfección.

No toda acción contribuye al desarrollo del hombre. Hay acciones destructivas que
despersonalizan al hombre. Cuando la acción contribuye a la realización de hombre en todas sus
dimensiones, enriquece el conocimiento del sujeto como persona. Estas dimensiones permiten al
individuo una finalidad y una realidad propia. Alcanzar el máximo en iniciativa y responsabilidad.

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El mundo moderno contra la persona.- Enfocado en la supervivencia y en el tener, alejando a


la persona de su naturaleza como tal. Alejado de su espiritualidad, lucha el ser por acomodarse al
mundo material, siendo un ser espiritual con alma.

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El personalismo.- Está constituido como todo el conjunto de cualidades y atributos que la


integran. No se puede ver aislado sus dimensiones. Sino que tiene que verse como un todo.
Cuando el exterior intenta dirigir la conducta de la gente, se violenta a la persona. La persona es
UNA e INDIVISIBLE. El personalismo transforma al individuo en persona señalándole un deber de
solidaridad social. Establece una relación equilibrada entre persona y sociedad.
Características:
 La categoría de persona.- sistemática y fundamental.
 Distinción entre personas, animales y cosas: la persona es esencialmente distinta y
radicalmente superior.
 Afectividad.- La persona tiene respuesta emocional y empatía, posee dimensión espiritual.
La relación afectiva es lo más profundo que nos ocurre, tiene una dimensión espiritual. Nos
permite amar o sufrir.
 Relaciones interpersonales.- El hombre se hace hombre frente al hombre. La persona vive
en sociedad, en el encuentro. La familia es el reino de las relaciones interpersonales.
 Primacía de los valores morales y religiosos.- Si bien la inteligencia es fundamental en la
persona, la afectividad (sede: el corazón) y la libertad (sede de las decisiones de
autodeterminación) son realidades superiores.
 Corporeidad y sexualidad.- El cuerpo es una realidad subjetiva. Una persona es: cuerpo,
mente y espíritu. “No puedo pensar sin ser, ni ser sin cuerpo; estoy expuesto por él a mí
mismo, al mundo y a los otros. Por el escapo a la soledad de un pensamiento, que no
sería más que un pensamiento de mi pensamiento. Al impedirme ser transparente a mí
mismo, me arrojo sin cesar fuera de mí, en la problemática del mundo y las luchas del
hombre. Por la solicitación de los sentidos me lanzo al espacio, por su envejecimiento me
enseña la duración, por su muerte me enfrenta con la eternidad. Me hace sentir el peso de
la esclavitud, pero al mismo tiempo está en la raíz de toda conciencia y de toda vida
espiritual. Es mediador omnipresente de la vida del espíritu”.
 Personalismo comunitario.- La persona como sujeto social convive y se desarrolla en
sociedad. El personalismo es punto de anclaje entre el individualismo liberal y los
colectivismos. Lo importante no es ni la sociedad, ni el individuo aislado, sino la persona en
relación con los demás. La sociedad debe entenderse como el ente al servicio de las
personas, no de las fuerzas colectivas.
 Filosofía.- como medio de entender la realidad.
 Unión entre fe y cultura.- Estas se unen en el ser humano. La razón ayuda a explicar la fe
no en Dios, sino en el otro y en uno. Se inspira en su fe a nivel cultural y filosófico, no
dogmático, para proveer de ideas al personalismo.
 Relación con la filosofía moderna.- El personalismo destaca elementos positivos de la
filosofía moderna a ser asumidos críticamente: subjetividad-autoconciencia-autonomía

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Necesariamente –leemos en Newman-, la Idea nace en un orden establecido, y conserva
durante cierto tiempo el sabor del terruño. El elemento vital que le es propio tiene necesidad de
separarse de lo que es extraño y temporal y se dedica a conquistar su libertad mediante unos
esfuerzos cuyo vigor y seguridad crecen con los años. Sus comienzos no son la medida ni de su
capacidad ni de su alcance. En el principio, nadie sabe lo que es ni lo que vale.
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Platón entreveía un “bello riesgo” que podía correr el hombre al borde de la muerte si se le
interrogaba sobre su destino personal. Pero salido de la prisión donde moría Sócrates, y
olvidada esta emoción de juventud a favor de este amplio sueño contemplativo, no garantiza la
inmortalidad más que a las Ideas, o al Alma, que por lo demás, en el Hades, se
despersonaliza progresivamente a fin de asimilarse a sus modelos divinos. ¿Dónde tomaría
esta alma la fuerza sustancial para vencer el tiempo y la disolución?. El demiurgo la ha
compuesto con distintos residuos de su complexión primitiva, y ella es una parte de la
naturaleza como el hombre es una parte de la ciudad; refleja, pese a su unidad virtuosa, la
composición de un mundo real y la de la ciudad: carece de secreto… No es pues sorprendente
que el aristotelismo que basa su ciudad sobre la amistad, acabe en la apología de la
esclavitud.
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Protonio encuentra la ocasión de dar un fundamento racional a la individualidad personal
admitiendo la existencia de tantas ideas como seres singulares; sus individuos inconscientes
encarnan a su vez a varios personajes singulares, y reúnen de esta forma una memoria
múltiple a la cual no hay que desear más que ella se despersonalice un día, librándonos de
sus pasividades y elevándose más allá de la falta primitiva que es la fuente de toda
individualización. Pero como esto no es ni un suceso ni un acto que está en el origen del sr
individual, su vuelta de más allá del pecado no será una conversión, una unión y una
transfiguración suprema todo su ser actual, sino un éxtasis, una evasión adormecida del
tiempo hacia lo intemporal.
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Los griegos tropezaban dos veces cuando abordaban un problema del hombre: la primera vez,
con la multiplicidad de las almas, que les parece fragmentar en el espacio la pura esencia del
pensamiento; la segunda, con el comienzo de las almas, que les parecía un golpe al curso de
la eternidad. La afirmación cristiana ataca al alma pagana en estos dos puntos sensibles.
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¿Cómo mantener la supremacía de la Idea intemporal, del desarrollarse necesario, en un
mundo sembrado de momentos esenciales: una creación, una culpa, una Encarnación, en un
mundo cuya explicación se centra ahora en una historia con personajes? Se ha librado al
hombre del destino cósmico. Porque ha habido un comienzo absoluto fundado en un acto de
amor, es por lo que ahora parecerán posibles estos comienzos absolutos que son el
nacimiento de un alma, un acto libre. En la antigüedad, el Dios de Aristóteles ignora una
multiplicidad de las almas de la que El no es responsable. El de Plotonio no consiente en
emanar más que una única imagen de sí mismo, imitándole tan perfectamente como le sea
posible. En la Edad Media, Averroes no llegaba todavía a justificar ante la razón la pluralidad
de las almas: siendo el mundo eterno, pensaba en él, sería necesario admitir de una infinitud
actual de almas, lo que es absurdo. Con lo que imaginaban una única alma, consecuencia
efímera de esta forma de avaricia del Ser. El Dios cristiano, es un Dios pródigo de amor, esta
imagen más perfecta de la divinidad es el alma humana. Habiéndose expresado íntegramente
en el Verbo con toda eternidad, no ha agotado de una vez todo su poder de creación.
Cuantas más almas haya para recibir las formas inagotablemente nuevas de su gracia, más su
bondad se glorificará y se regocijará en el darse. Esta multiplicidad de personas llamadas a la
vida divina, que no encontraba ninguna justificación racional en un mundo entregado a la
eternidad implacable de un Dios impersonal, hela aquí justificada por el Amor.
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Cada vez que sorprendemos a una época o a una escuela aceptando una concepción
demasiado sórdida de la divinidad, como el jansenismo, o entregando el universo a algún ídolo
de lo necesario y lo impersonal, como ciertas formas del racionalismo y colectivismo
contemporáneos, veremos en ello en igual medida debilitarse el sentido y las costumbres de la
persona.
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El fundamento de toda religión, dice Proudhon, es la “pérdida de la personalidad en nombre de
la divinidad”; su esencia es “el empobrecimiento, la anulación y la servidumbre sistemática,
absoluta, de la humanidad en beneficio de la divinidad”. Parece a estos teóricos de la tradición
anarquizante, que la suma de las perfecciones realizables esté estrictamente medida, de
suerte que la infinidad concedida a Dios por los cristianos está tomada sobre las reservas del
hombre, que ella reduce a cero. La misma perspectiva aparece en Feuerbach y en Marx
cuando describen la religión como una alienación, que absorbe la realidad del hombre para
disolverla, por encima de su cabeza, en un mundo de nubes, dejándole impotente y resignado
ante su destino.

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